Lecciones y clases prácticas de naturaleza en ‘El Quijote’

Carmelo Marcén

La obra de Cervantes atesora, además de las aventuras del hidalgo y su escudero, todo un compendio de vida natural: de plantas y animales que dan vida al relato.

Cuando se acerca el 23 de abril, todos los años, apetece darse una cabalgada por El Quijote, aunque sea montado en un rocín. Algunos de nuestros alumnos piensan que leer a los clásicos es aburrido, pero seguramente es porque no han encontrado la entrada adecuada, o quien se la abrió –más de una vez de manera impuesta– no los acompañó en los primeros pasos.Este maravilloso relato admite múltiples aproximaciones.

Desde aquí invitamos a todos –estudiantes y profesores– a disfrutar de la variada vida natural que recoge, por más que discurra por paisajes sencillos. Comprobarán que especies vegetales y animales cobran protagonismo, casi tanto como los personajes con los que interactúan, esos que a veces las aman y en otras ocasiones se sirven de ellas, o las castigan.
En cualquier aula, la edad es lo de menos, la lectura de esta obra de Cervantes –ahora hay ediciones adaptadas impulsadas por las diferentes Academias de la Lengua de América y España– constituye una experiencia sensorial imprescindible; permite disfrutar tanto del espacio y del tiempo narrados –quizás lejanos para algunos pero seguro que con detalles de proximidad, pues se plasma en diversos horizontes y en los ritmos de vida diarios– como de los intérpretes que lo transitan. Allí donde el sol, el rubicundo Apolo, anima el ciclo de la materia y el flujo de la energía. Cervantes paseó al hidalgo y su escudero por tierras llenas de plantas silvestres que daban color y olor al territorio: margaritas, aquellas rosas entre espinas o los lirios del campo; y el omnipresente romero que todo lo curaba, enmascarado en el bálsamo de Fierabrás.
Pero también en su viaje encontraron trigo y cebada –daban de comer a personas y animales– o vides –su caldo fue protagonista de alguna graciosa escena–. En múltiples pasajes se habla de árboles -36 veces de la encina-, solitarios o formando bosques que hacen compañía a los viajeros. También abundan los frutales que dan tanto que don Quijote alaba la magnanimidad de la naturaleza. Además, los lectores disfrutarán de muchos dichos populares, al estilo de “quedasme más sano que una manzana”.
En varias escenas los animales sirven como escuela de aprendizaje para los humanos. Los équidos hablan en plan metafísico de sus privaciones alimentarias. Suenan otras voces: el rugido del león imaginado, la fiereza del lobo presente, el silbo de la serpiente. Sancho, que tuvo la naturaleza por escuela, expone a menudo su aprendizaje. Es capaz de lanzar coces, como la de identificar a su señora con una borrega mansa, y a la vez desear poder hablar con su jumento, o disfrutar del estilo fabulario de los animales de Esopo.
Han pasado 400 años desde que Cervantes completó la IIª parte de esta historia que se ha hecho universal. Lo relatado aquí es una pequeña muestra de la naturaleza que atesora. Queda la puerta abierta para que la disfruten nuestros alumnos y alumnas, y algún enseñante que se la haya perdido.

Fuente del articulo: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/04/21/lecciones-y-clases-practicas-de-naturaleza-en-el-quijote/Fuente de la imagen: http://www.vanguardia.com.mx/sites/default/files/field/image/untitled.jpg

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Venezuela: El juego de imaginar a Cervantes 400 años después de su muerte

América del Sur/Venezuela/31 Julio 2016/Fuente:DiarioCaracas/Autor: Héctor Pereira / EFE

Como si se tratase de un juego, 16 artistas latinoamericanos y españoles dieron rienda suelta a su imaginación y recrearon obras alusivas al literato ibérico, Miguel de Cervantes, para conmemorar los 400 años de su muerte en una muestra que se exhibe en Caracas.

Doce venezolanos, dos españoles, un peruano y una boliviana ofrecieron sus pinturas, fotografías y esculturas a la exposición «Imaginando a Cervantes» que se puede visitar en la galería CAF en la sede principal del Banco de Desarrollo de América Latina en la capital venezolana.

La curadora o comisaria de arte de la exhibición, Mariela Provenzali, explicó a Efe que el objetivo de la muestra es enriquecer la iconografía de Cervantes que, señaló, «no tiene muchas imágenes».

Provenzali cree que al hablar de Cervantes la gente tiende a pensar en el personaje principal de «El Quijote», algo que, aseguró, ocurrió también a los artistas participantes que «asumieron el reto como un juego y usaron la figura del ‘alter ego’ y quizá terminaron pintándose a ellos mismos».

La mayoría de las creaciones incluyen precisamente a los personajes y lugares narrados por Miguel de Cervantes en la novela «El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha», una de las obras literarias más traducidas y editadas en el mundo entero.

Esta presentación colectiva engloba técnicas milenarias y modernas de la pintura y la fotografía respectivamente, y deja ver la irreverencia o formalidad con que los artistas mostraron lo que los organizadores llaman las dos caras de una misma moneda: «El escritor de carne y hueso y el otro visto por medio de sus personajes».

Francisco Pereira, escultor participante, contó a Efe que se inspiró en el escritor pero no como el ser humano que fue, sino desde el punto de vista de su literatura.

Con base a lo anterior, el escultor armó una base de «letras» – como se llama su obra – en la que sobrepuso un caballo, un asno, un cañón y una lanza, y levantó una pieza de 70 centímetros aproximadamente sin lugar para el rostro de Cervantes.

La escultura de Pereira es la única obra de la muestra que omite la cara que se conoce del escritor y la gorguera, el característico accesorio para el cuello que usaba Cervantes de acuerdo con el pintor español Juan de Jáuregui, que hizo en el siglo XVII y a partir de una auto-descripción el retrato más famoso del escritor.

José Vívenes, que se anotó en la exposición con un óleo sobre tela, también echó mano de dicho recurso pese a que su propósito era, dijo, «desdibujar el rostro» y «desmitificar la heroicidad» del llamado «príncipe de los ingenios».

«Trato de dibujar esa imagen que no conocemos de Cervantes y que la vemos a través de una de sus historias como lo es Don Quijote de la Mancha», explicó Vívenes.

El pintor, cuya obra se llama «No quiero un hidalgo más» reiteró que no hay una figura fidedigna del escritor español por lo que decidió crear una imagen «a partir de otros elementos visuales de la época y de España».

Por su parte, el también pintor Abilio Padrón llevó el juego de imaginar a Cervantes más allá y entregó a la exhibición siete hidalgos «no muy diferentes el uno del otro», según comentó a Efe.

«Yo también hice retratos a partir de la descripción que hizo Cervantes de él mismo (…) él dijo que tenía una frente ancha, nariz aguileña pero corta, que era bastante delgado, y él mismo decía que tenía tres o cuatro dientes», aseguró.

Padrón logró finalmente que cuatro de sus pinturas fueron admitidas en la exposición y, así, sumó a la muestra un par de Quijotes desdentados y cadavéricos, y los sitió en «algún lugar de la mancha».

Las 20 obras que conforman esta galería fueron agregadas, mediante los auspicios de la embajada de España en Venezuela, a la conmemoración mundial oficial por el cuarto centenario de la muerte de Miguel de Cervantes.

Los participantes y organizadores de «Imaginando a Cervantes» coincidieron al destacar los «códigos universales» creados por el escritor con su obra maestra e invitaron a los caraqueños a «cervantear» en este espacio donde la yuxtaposición y el ingenio se imponen.

Fuente de la noticia: http://diariodecaracas.com/gente/el-juego-imaginar-cervantes-en-venezuela-400-anos-despues-su-muerte

Fuente de la imagen:  http://diariodecaracas.com/sites/default/media/field/image/1479262.jpg_1718483346.jpg

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