Adiós a las aulas, a las clases, a los profes y compañeros… Damos por finalizado un curso escolar de lo más especial y damos la bienvenida a las vacaciones estivales.
Cuando, en septiembre, empezábamos las clases presenciales tras un curso de confinamiento y clases online, docentes y alumnos vivimos con mucha incertidumbre, preocupación y, sobre todo, mucha precaución, esta vuelta al cole. Ahora, con la experiencia de estos meses a la espalda, podemos sonreír y decir, con mucha satisfacción, que este curso ha sido, a pesar de todo, realmente maravilloso. Por un lado, hemos visto como los niños se han adaptado perfectamente a la situación, manteniendo en todo momento la calma y cumpliendo sin ningún pero cada medida de seguridad establecida por las autoridades sanitarias. Por otro lado, los profesores nos hemos reinventado para adaptarnos a cada contratiempo: desde clases confinadas, clases online a grupos burbuja… Lo que está claro es que, todos, en conjunto, ¡lo hemos superado con éxito!
Ahora llega el momento de desconectar, disfrutar y aprovechar las vacaciones de verano, pero para muchas familias esto acaba siendo una preocupación; ¿debemos dejar que los niños desconecten al 100% de sus rutinas y sus aprendizajes? ¿Cómo podemos hacer que sigan aprendiendo sin sentir que es una obligación? La clave, como siempre, está en que lo hagan mediante el juego y la diversión y más durante esta época del año.
Por ello, Leticia Manoiloff, Coordinadora de las actividades extraescolares del Colegio Europeo de Madrid, propone estas cinco formas de que los niños disfruten del verano, la playa y las vacaciones, sin dejar de aprender:
1. Aprovechemos estos meses para crear rutinas sencillas: Sin duda, los niños disponen de mucho más tiempo libre en verano: no hay deberes ni clases, pero es importante que no perdamos las rutinas al 100%, aunque estas sean menos rigurosas que el resto del año. No obstante, podemos ayudarles a que marquen unos hábitos que fomentarán su capacidad de adaptación y que, además, les será muy útil a la hora de volver a clase en septiembre. Por ejemplo, podemos marcarles pequeñas tareas que pongan en valor la cooperación y la responsabilidad como prepararse su propio desayuno, ordenar su habitación, hacer su cama o ayudarnos a poner y quitar la mesa en la hora de la comida y de la cena.
2. Evitar largas horas de TV y ver películas en inglés: Está claro que en las vacaciones la tele y los dibujos animados juegan un papel importante. No obstante, hay que tener en cuenta que durante las vacaciones debemos aprovechar también para la desintoxicación de las pantallas, por lo que debemos intentar que expriman las experiencias al aire libre o disfruten de otras actividades, como los juegos de mesa. Aun así, es importante que disfruten del cine y la cultura y, por ello, debemos aprovechar esto para que, por ejemplo, vean películas en inglés o en cualquier otro idioma. De esta forma, les ayudaremos a familiarizarse con el mismo y conseguiremos fomentar su aprendizaje sobre él.
3. Fortalecer las matemáticas en las rutinas diarias: Los números están por todas partes y, por ello, es un punto a nuestro favor para fortalecer las matemáticas entre los pequeños de la casa. Acostumbrémosles durante estas vacaciones a hacer cálculos de las cosas simples que nos rodean en el día a día. Por ejemplo, revisar el ticket de la compra y comprobar que las cuentas están bien hechas, calcular cantidades de los ingredientes con los que vayamos a cocinar, jugar con las conchas de la playa proponiéndoles pequeños problemas matemáticos de sumas, multiplicaciones o restas… ¡Ni si quiera se darán cuenta que están trabajando sobre ello y, sin embargo, les ayudará mucho a fortalecer su capacidad matemática!
4. Tiempo diario de lectura: Fomentar la lectura en los niños es esencial los 365 días del año, pero, aprovechando el tiempo libre y las largas horas del día en verano, debemos hacer que, al menos, lean durante un rato cada día. De este modo fomentaremos no solo su capacidad lectora, sino que les ayudaremos a desarrollar su imaginación y su creatividad. Sin duda, los padres somos los primeros que debemos dar ejemplo y hacer de este, un plan en familia, cada día, se convertirá sin duda en el hábito más satisfactorio tanto para ellos como para nosotros.
5. Juegos al aire libre: El verano y las buenas temperaturas están hechos para que disfrutemos de respirar al aire libre. Podemos organizar desde excursiones a la montaña o a la playa, donde juguemos y nos divirtamos con los más pequeños. Los niños aprenden mucho del afecto que les transmitimos, así que hay que aprovechar este tiempo a su lado para compartir experiencias y fomentar valores como el cuidado de la naturaleza y el entorno que nos rodea.
Sin duda, todos estos planes harán que se diviertan, que disfruten de las vacaciones, que desconecten y se lo pasen bien pero, lo más importante, es que lo harán sin dejar de aprender.
Fuente de la información e imagen: https://www.abc.es/