Niñas, niños y adolescentes atrapados entre dos fuegos

Por: Marcelo Trivelli

Los niños primero es buen slogan porque este grupo ha estado rezagado en las políticas públicas, sobre todo en aquellas referidas a recibir una educación de calidad. Lamentablemente, no pasa de ser un slogan que se repite sin contenido por quienes dicen defender sus intereses. Niñas, niños y adolescentes han quedado atrapados entre dos fuegos con nefastas consecuenciaspara ellos.

La presencialidad en la educación ha concentrado la pugna de poder entre las autoridades del Ministerio de Educación y del Colegio de Profesores en Chile, siendo las y los estudiantes meros espectadores. Distinto hubiera sido si el diálogo se centrara en diseñar una política pública para la educación que tomara lo mejor de las clases remotas y lo mejor de la presencialidad.

Desde el comienzo de las clases remotas, en Fundación Semilla hemos destacado el trabajo de miles de docentes y profesionales de la educación que debieron reconvertirse sin contar con las herramientas pedagógicas ni los recursos tecnológicos para los desafíos que imponía el cierre de la educación presencial. Su compromiso es innegable.

La Agencia de Calidad de la Educación, reconociendo el problema que enfrenta la educación básica y media, diseñó un conjunto de instrumentos para que las comunidades educativas del país pudieran realizar un Diagnóstico Integral de Aprendizajes en sus respectivos establecimientos. Si bien ha existido confusión en cómo aplicarlo y sus objetivos, lo importante es que se está haciendo un esfuerzo para recabar información que permita diseñar mejores políticas públicas a nivel general y mejores programas a nivel de escuela o liceo.

En días pasados, la Agencia de Calidad de la Educación entregó algunos resultados de agregados del Diagnóstico Integral de Aprendizajes y sus conclusiones confirman el daño que ha provocado la pandemia en las y los estudiantes en las áreas socioemocional, lectura y matemáticas. Probablemente un daño irreversible que va en directa relación con la vulnerabilidad de los establecimientos educacionales. Es decir, la brecha se agranda en vez de achicarse entre los grupos socioeconómicos.

La misma Agencia ha constatado que una buena convivencia, que va de la mano con educación socioemocional, es la variable de control que mejor explica un buen logro en aprendizajes. Y la otra cara de la moneda: estudiar y aprender a leer y escribir, así como las matemáticas afectan positivamente el desarrollo cerebral y cognitivo.

Resulta de sumo interés la propuesta de la Agencia de la Calidad de la Educación en cuanto promueve utilizar estos instrumentos para que, a partir de ellos, las y los docentes promuevan el pensamiento crítico, planteando otros problemas desafiantes, que ojalá tengan más de una solución, que se resuelven con más de una estrategia y que permitan abrir diálogos ricos en contenido, imaginación y respeto mutuo.

Qué diferente hubiera sido si desde el comienzo niñas, niños y adolescentes hubieran estado primero en la preocupación de autoridades políticas y gremiales y no quedaran atrapados entre el fuego cruzado de una sola variable: clases remotas o presenciales.

Fuente de la información e imagen:  https://www.pressenza.com/es/2021/06/ninas-ninos-y-adolescentes-atrapados-entre-dos-fuegos/

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Regreso incierto a clases remotas en México

Por: Juan Carlos Yáñez

  • Después de tres semanas de haber regresado a clases no presenciales para un periodo de evaluación, recuperación y repaso, el lunes 14 de septiembre, unos 30 millones de niños mexicanos (3-14 años) iniciaron formalmente el ciclo escolar 2020-2021 lejos de las aulas y cerca de las pantallas, WhatsApp y libros de texto gratuitos.

Con exactitud todavía no se sabe cuántos alumnos volverán, dadas las especulaciones sobre el abandono escolar. 30 millones fue la cifra reportada por el secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma Barragán, al inicio del periodo preparatorio. Lo cierto es que en algunas semanas, cuando las estadísticas se hagan públicas, podrían desgranarse cientos de miles de aquella cifra.

El inicio insólito es un experimento controvertido, basado en las cadenas de televisión de mayor cobertura, entre ellas, los dos poderosos emporios que controlan el sector televisivo, equipos del fútbol profesional y que crecieron al amparo de los grupos políticos gobernantes.

Mientras la pandemia no cesa en México y ya cobró más de 70 mil muertes el fin de semana anterior, las posibilidades de un retorno a las aulas parecen lejanas. Ese escenario, además, es peligroso en extremo, cuando miles de las más de 200 mil escuelas del país carecen de servicios básicos, como agua potable, baños o electricidad, para no mencionar las condiciones específicas que requeriría una vuelta segura.

El gran instrumento igualador del sistema educativo mexicano, los libros de texto gratuito que se reparten a todos los niños de preescolar, primaria y secundaria de las escuelas públicas y privadas, en los que el gobierno federal confía para acompañar a los estudiantes y sus familias, todavía no se han entregado a las escuelas, ni siquiera han llegado completos a los estados. La demora es un yerro injustificable, pero el Gobierno Federal está acostumbrando al sector al silencio, a no explicar, menos a la autocrítica. Así, hoy enfrenta cuestionamientos severos del magisterio porque los prometidos mecanismos de ascensos y mejoras salariales no se han puesto en práctica cuando el Gobierno concluye su segundo año de gestión.

Si las perspectivas son críticas por la pandemia, con sus efectos sanitarios y económicos, a los rezagos históricos de la educación mexicana se suma un presupuesto para el siguiente año que no contempla aumentos y recorta brutalmente programas presupuestales que demostraron progresos y fueron efectivos para paliar desigualdades sociales, como el programa Escuelas de Tiempo Completo, que permitía la ampliación de la jornada escolar en 25 mil escuelas (2018), con énfasis en aquellas ubicadas en zonas marginadas. Sus estudiantes obtenían, además de ampliación de la jornada, un desayuno y una comida al día, beneficio que de otra forma será imposible en las zonas más pobres. Este programa, que demostró mejoras en los resultados del aprendizaje, es uno de los 13 que el gobierno del presidente pretende eliminar, a contracorriente de su discurso de que primero estarían los pobres. Son los niños pobres los perdedores, los de siempre.

En el mismo tenor, los recursos para las escuelas normales y para la formación de los maestros en servicio sufrieron reducciones drásticas, que desde las primeras horas generaron un rechazo contundente en el gremio.

En una medida encomiable, durante la segunda semana de septiembre se presentó en el Congreso de los diputados una iniciativa para que toda la educación superior pública sea gratuita, lo que significaría que las universidades e institutos tecnológicos ya no podrían cobrar las cuotas que se establecen en cada una de ellas, con diferencias enormes entre la Universidad Nacional Autónoma de México, prácticamente gratuita, y otras universidades en donde se pagan varios miles de pesos mexicanos, especialmente en las carreras más prestigiadas y de alta demanda, como Medicina, Odontología o Arquitectura.

No obstante que la iniciativa es presentada por el partido gobernante, el proyecto de presupuesto público para ejercerse en 2021 no contempla incrementos que palien los recursos que necesitarían las universidades al ya no cobrar cuotas, en cambio, suprimen dos programas de recursos extraordinarios para la educación superior, entre ellos, uno de ampliación de la matrícula.

Las contradicciones rondan por doquier y el inicio del año escolar siembra dudas sobre los efectos que podrían tener la conjunción de los efectos pandémicos y las decisiones de política educativa. En cualquier circunstancia, la única señal positiva que advierto es el compromiso declarado y fehaciente de miles de maestros que han extendido su jornada laboral, diversificado actividades, pero no encuentran el acompañamiento necesario. ¿Hasta cuándo será suficiente con eso para desatascar al sistema? No parece que sólo con ellos, con pura buena voluntad, alcance para lograr que se cumplan las dos banderas más importantes: el derecho a la educación de todos los niños y jóvenes y la calidad de la educación que reciben. Es el futuro, con un presente precario, el que se juegan los mexicanos en el ciclo escolar naciente.

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/2020/09/16/regreso-incierto-a-clases-remotas-en-mexico/

 

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