Pedagogías emancipatorias: resistencia epistémica y emocional en el movimiento zapatista en México

Por: Carolina Elizabeth Díaz Iñigo* Y Francisco De Parres Gómez**

RESUMEN

Este artículo aborda la relación entre la pedagogía crítica zapatista y la resistencia epistémica y emocional que la hacen posible. En este sentido, en una primera parte desarrollamos la relevancia de las emociones como parte concomitante de la colonialidad de la afectividad, en el marco de la colonialidad del poder. Posteriormente, analizaremos tres ejemplos de la resistencia epistémica y emocional de las comunidades zapatistas: 1) La educación autónoma zapatista; 2) la participación de las mujeres bases de apoyo; y finalmente, 3) los eventos públicos convocados por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). Todo ello, como parte de la construcción de otros significados en torno a la educación, no solo al interior del movimiento zapatista, sino también al exterior de las comunidades.

Se trata de que usted se dé cuenta de que lo que les interesa a l@s

zapatistas no son las certezas, sino las dudas. Porque pensamos que las

certezas inmovilizan, o sea que un@ queda tranquil@, content@, sentad@

y no se mueve, como que ya llegó o ya supo. En cambio, las dudas,

las preguntas hacen que un@ se mueva, que busque, que no esté tranquil@,

que esté como inconforme, como que no le pasa el día o la noche. Y

las luchas de abajo y a la izquierda, compas, nacen de las inconformidades,

de las dudas, de la intranquilidad. Si un@ se conforma es porque está

esperando que le digan qué hacer o ya le dijeron qué hacer. Si un@ está

inconforme, está buscando qué hacer.

(Subcomandante Insurgente Moisés, director de la Escuelita.

Subcomandante Insurgente Galeano, Conserje de la

Escuelita, México, Julio del 2015)

Introducción

El presente texto surge de la experiencia de dos antropólogos sociales que han acompañado de manera presencial, como activistas Adherentes a la Declaración Por La Vida (2021) las actividades de las comunidades zapatistas desde hace por lo menos diez años. Nos posicionamos desde el pensamiento crítico en lo que Sol Hurtado (2016) define como una Antropología Enraizada o en una línea similar, lo que Alberto Arribas (2015) propone como Antropología Colaborativa, mismas que hacen explícita la propia experiencia transubjetiva de quienes investigan, reconociendo que nos identificamos ideológicamente con los fenómenos que trabajamos. Ello, más allá de ser un filtro de valencia negativa, es una explicitación que se potencia de forma positiva, ya que pone en relevancia la dialéctica al situar a los investigadores en continua interacción con una realidad compleja en constante dinamismo. En otras palabras, las interacciones al hacer trabajo académico-militante afectan a quien lo realiza y, al mismo tiempo, quien investiga tiene efectos sobre lo que se intenta observar. Lo que predomina desde estos posicionamientos, es el hecho de que quienes escriben, se identifican desde su subjetividad epistémica-ideológica-política, con las ideas de transformación social y proyectos de construcción autonómica planteados por el Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).

En un contexto más amplio que apela al compromiso ético de las ciencias, no podemos obviar que toda producción de conocimiento se encuentra entrecruzada por el poder de manera geopolítica. Al mismo tiempo, desde la Antropología Enraizada y Colaborativa, nos posicionamos como parte del pensamiento crítico que se produce desde los movimientos sociales, al participar de organizaciones como la Red Universitaria Anticapitalista (RUA), el Colectivo Paso Doble, el Colectivo Transdisciplinario de Investigaciones Críticas (COTRIC) y el Colectivo Llegó la Hora de los Pueblos, agrupaciones principalmente de corte político, dedicadas al acompañamiento y vinculación entre las resistencias globales en reivindicación de las demandas zapatistas. De acuerdo a lo anterior, nuestra metodología se basa en el acompañamiento de las resistencias, predominando la observación participante y la recopilación de información principalmente cualitativa con la asistencia a la mayoría de los eventos mencionados en este escrito, lo que logra la compresión a profundidad de los procesos de construcción de epistemologías Otras y conocimientos, siendo un punto crucial, nuestra asistencia a la Escuelita Zapatista, ejercicio de enseñanza-aprendizaje realizado por las comunidades autónomas en el año 2013.

A continuación, abordaremos la relación entre la pedagogía crítica zapatista y la resistencia epistémica y emocional que la hacen posible y practicable en la cotidianidad de las comunidades autónomas. Para ello, desarrollaremos desde la vertiente teórica de la decolonialidad, el lugar que ocupan las emociones en la conformación de procesos de dominio. Posteriormente, analizaremos tres ejemplos de cómo se desafía este proceso de opresión en nuestro caso de estudio. En primer lugar: analizaremos la educación autónoma zapatista y su función en la resistencia hacia el racismo y negación de las poblaciones originarias en México, en este proceso el arte de las comunidades es crucial; en segundo lugar, abordaremos la participación de las mujeres bases de apoyo como uno de los pilares que dan cuenta de la emergencia de emociones que desafían la colonialidad de la afectividad, lo que favorece la construcción de una política hecha desde las mujeres que se opone y cuestiona no solo el orden patriarcal, sino también el racista; y finalmente, los eventos públicos convocados por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) donde la sociedad civil de México y el mundo, ha conocido la consolidación y el proceso de construcción de una pedagogía emancipatoria zapatista, la cual propicia el intercambio de saberes y el encuentro entre diversos. A partir de estos tres ejes, mostraremos el vínculo entre la pedagogía emancipatoria zapatista y la resistencia emocional y epistémica que la sustenta.

PARA LEER EL TEXTO COMPLETO FAVOR DE DESCARGARLO AQUÍ:

https://www.academia.edu/82755804/Pedagog%C3%ADas_emancipatorias_resistencia_epist%C3%A9mica_y_emocional_en_las_iniciativas_del_movimiento_zapatista_en_M%C3%A9xico

TE INVITAMOS A LEER EL DOSSIER COMPLETO: «Educación y experiencias de aprendizaje desde los movimientos comunitarios-populares en el Sur Global» editado por Alberto Colin Huizar, Edgars Martínez Navarrete, Lia Pinheiro Barbosa y Bruno Baronnet.

*Carolina Elizabeth Díaz Iñigo. Doctora en Antropología Social por la Universidad Iberoamericana. Maestra y licenciada en Antropología Social por el CIESAS y la UAM respectivamente. Investigadora en el Laboratorio sobre Activismos y Alternativas de Base LACAB, en la UNAM. Cofundadora del Colectivo Transdisciplinario de Investigaciones Críticas (COTRIC)

**Francisco De Parres Gómez. Doctor y maestro en Antropología Social por la ENAH y la UV

respectivamente. Licenciado en Comunicación Social por la UAM-X. Cofundador del Colectivo Transdisciplinario de Investigaciones Críticas (COTRIC).

Fuente Original: Revista Runas – Journal Of Education and Culture

Comparte este contenido:

Panamá: ¿Es necesaria la decolonialidad para el pensamiento crítico?

¿Es necesaria la decolonialidad para el pensamiento crítico?

Me han preguntado si es necesaria la decolonialidad para el pensamiento crítico. Mi respuesta inmediata es sí, aunque necesitemos aclarar algunas cuestiones.

La decolonialidad, ciertamente, no es la única vía para hacer pensamiento crítico. Al final todos los caminos nos conducen a la necesidad de transformar el orden vigente, cualquiera sea su nombre.

La decolonialidad enfatiza en la matriz colonial de muchos de nuestros problemas. Con ello, resalta la necesidad de leer a nuestros pensadores en nuestros contextos y reflexionar a partir de nuestra realidad.

Esto no es nuevo. Sin embargo, quedarse allí podría generar un nuevo dogma, etnocéntrico y aun chovinista. Esto demanda dialogar con otras miradas, en busca de las consecuencias del colonialismo más allá de éste.

La decolonialidad tampoco es un bloque monolítico ni tiene el monopolio de la crítica.  Tan solo — pero no menos — imprime criticidad al debate al poner en su centro más de quinientos años de exclusión.

Hoy, cuando encaramos las consecuencias de las desigualdades y la destrucción de la naturaleza, la crítica hecha en el arco de tiempo de lo colonial a acá nos permite bucear en el fondo de los problemas. De lo contrario quedamos enchufados a una matriz reproductora de cambios cosméticos.

Las desigualdades de hoy son el resultado de siglos de “colonialidad del poder”, como diría Aníbal Quijano. El progreso de esta modernidad capitalista generó las desigualdades de los seres humanos entre sí y en su relación con la naturaleza.

Progreso y desigualdad son dos caras de una misma moneda. La decolonialidad cuestiona el discurso lineal y triunfante de la modernidad capitalista.

Este modo moderno de ser, estar, pensar y actuar en el mundo mantiene en vilo la existencia de la vida en el planeta desde hace al menos cinco siglos. La decolonialidad es necesaria para encarar los problemas producidos por la modernidad capitalista, tanto política como epistemológicamente.

Así contribuye a que el pensamiento crítico se concentre en los problemas de fondo. Desde allí nos planteamos con Enrique Dussel la centralidad de reproducir la vida o, como diría Agustín Lao-Montes, las condiciones de posibilidad de un vitalismo radical. Es en ese sentido que la decolonialidad es necesaria para el pensamiento crítico.

Abdiel Rodríguez Reyes

Profesor de Filosofía en la Universidad de Panamá

 

Fuente de la Información: https://kaosenlared.net/es-necesaria-la-decolonialidad-para-el-pensamiento-critico/

Comparte este contenido:

El Pensamiento Decolonial en ‘Nuestra América’ de José Martí

Por: Fernando Limeres Novoa.

Yo sé que el necio se entierra

con gran lujo y con gran llanto.

Y que no hay fruta en la tierra

como la del camposanto.

                                           José Martí

El genocidio, en particular el genocidio perpetuo que se abate sobre América, es muy distinto de otros genocidios, por supuesto tremendos, pero que se encuentran acotados en su espacio temporal.

A lo largo de la historia se cometieron numerosas aberraciones que grupos étnicos o estados nacionales enmascararon con distintos ropajes para eliminar a los Otros, al que se desviste de memoria y se le sustituye el futuro, se lo desnuda de su condición de hombre y se lo invisibiliza para luego exterminarlo

Marcelo Valko

Colonialidad colonialidad del poder supone una modalidad de poder específica de la modernidad. Su génesis es la conquista de América en tanto que su consecuencia preponderante radica en el establecimiento de la hegemonía europea a escala planetaria. De este modo, modernidad  y colonialidad constituyen conceptos concomitantes. En contraposición, pensar de modo decolonial implica un esfuerzo por arraigar la reflexión, esto es, contextualizar su desarrollo discursivo: el primer movimiento es excluir apriorismo. Significa, en el campo de las ciencias sociales, no someter la experiencia americana a la teorización de conceptos exógenos sino, por el contrario, diseñar categorías propias que articulen una narrativa científica desde la perspectiva americana, es decir, desde la perspectiva de los colonizados.

Cuando empezamos a pensar desde este lugar llamado América latina, poco a poco se nos fue apareciendo el problema que ahora da que pensar, el pensar en toda su radicalidad. Esto aconteció cuando descubrimos que el problema central del pensar era la vida, es decir, la vida humana y la vida de la naturaleza, esto es, la vida de todos nos-otros y no solo la vida de los pobres latinoamericanos (…) Dicho de otro modo, tal parece que ahora el pensar debe ponerse al servicio de aquello que nos hizo posible, para que siga siendo posible la vida de todos, o, para decirlo de otra manera, parece que el problema del pensamiento no es el pensamiento mismo sino la producción de la vida (Bautista 2014, 76).

El ilustre precedente de Bautista es Martí. En efecto, Martí opera de este modo en su celebérrimo artículo “Nuestra América” (1891). Texto cuyo valor primordial es establecer los postulados básicos para que el determinante posesivo no solo se mantenga en el título sino en la realidad extratextual de todo el continente. Porque, en definitiva, a lo que apela el título es a que los americanos asuman América como proyecto propio, aun cuando hayan alcanzado la emancipación política sin la intelectual. Entonces, ¿cómo consolidar la primera sin haber logrado la segunda?

Cree el aldeano vanidoso que el mundo entero es su aldea, y con al que él quede de alcalde, o le mortifique al rival que le quitó la novia o le crezcan en la alcancía los ahorros, ya da por bueno el orden universal, sin saber de los gigantes que llevan siete leguas en las botas y le pueden poner la bota encima, ni de la pelea de los cometas en el Cielo, que van por el aire dormidos engulllendo mundos. Lo que quede de aldea en América ha de despertar. Estos tiempos no son para acostarse con el pañuelo en la cabeza, sino con las armas en la almohada, como los varones de Juan de Castellanos: las armas del juicio, que vencen a las otras. Trincheras de ideas valen más que trincheras de piedra (Martí1891).

Este comienzo se organiza desde el punto de vista formal como el introito de los ejemplos medievales. Sin embargo, sus propiedades formales no valen per se, sino que se subordinan, desde la perspectiva pragmática, a interpelar a sus lectores. Moralizar sí, pero ni religiosa ni éticamente sino políticamente. En efecto, el contenido se organiza a partir de la crítica de un caso; de esta manera, Martí emplea una estructura inductiva: parte de lo particular para comunicar un mensaje que atañe a lo general; generalísimo y omnicomprensivo dado que se dirige todos los americanos. Pero, ¿en qué radica el componente decolonial? Martí es un poeta, poeta revolucionario, por lo que su mensaje será codificado poéticamente;  constituye un mensaje decolonial en dos aspectos: primero, supone una advertencia respecto de la voracidad imperial de Estados Unidos; segundo, adquiere un tono exhortativo a fin de que América se gobierne a sí misma, esto es, mediante instituciones genuinamente americanas. Además,  un encadenamiento metafórico determina “Nuestra América” en términos de género como una alegoría; una alegoría de significación decolonial.

Así, critica la vanidad del aldeano causada por un prejuicio que confunde lo universal con lo particular arraigado en su engreimiento. Es menester apuntar que la vanidad para el catolicismo constituye uno de los  siete pecados capitales (además de un modo de idolatría), mientras que para Nietzsche la vanidad es el temor a parecer original. En efecto, la idolatría del aldeano funciona en dos direcciones de significación complementarias: en primer lugar, su equívoco (confunde lo ajeno con lo propio: el mundo entero es su aldea)Segundo, da por bueno el orden universal.Ambos equívocos persiguen intereses egoístas. Principalmente políticos, con tal que él quede de alcaldey económicos, “le crezcan en la alcancía los ahorros.

De esta manera, la conveniencia política y económica determina para el poeta cubano la colonialidad del poder en manos del aldeano americano que en resumidas cuentas se traduce como un subterfugio que  maquilla discursivamente un interés individual en términos de beneficio colectivo. Es así como la creencia en la bondad del orden universal funciona como coartada del movimiento anterior y profundiza su falsedad ya que el “bien”, en el contexto de la reflexión axiológico, no puede sino beneficiar a la totalidad de la humanidad; nunca a uno a costa de otros.

Por otra parte,  en la línea de Nietzsche, la sobrevaloración interesada del orden universal, idealizado, esto es, no examinado en sus condiciones históricas, implica la infravaloración interesada del orden particular al que pertenece el aldeano. Ya que si la originalidad absoluta es un mito; la mímesis perfecta como garantía de eficacia lo es también. Sin embargo, para Martí, más que una falta privada concerniente a la moral individual; la vanidad conduce primero a un error epistemológico  y a la prolongación de una configuración social colonial, después. En razón de que la adjetivación del orden con el calificativo bueno encubre sus  condiciones materiales e históricas que lo han determinado. Dado que su afirmación en tanto creencia no puede plasmarse lingüísticamente más allá de su calificación; esto es, nunca podrá enunciar un discurso racional que dé cuenta de sus contradicciones. En consecuencia, la adjetivación establece el límite discursivo formal y de sentido, no solo por lo que explicita: la fe en una condición positiva que parece inherente al ordenamiento universal, pero que nunca es explicada sino fundamentalmente por lo que se excluye del discurso. En este sentido, Martí en su crítica al concepto de universalidad anticipa en más de un siglo el desarrollo del concepto de la colonialidad del poder. Para Mignolo (2005) “La geopolítica y la política corporal del conocimiento se ocultaron mediante su sublimación en un universal abstracto proveniente de Dios o de un yo trascendental.

Para Martí no solo la vanidad crédula del aldeano se define por lo que enuncia y omite, sino también por lo que ignora. Así el equívoco no solo sucede por asignar un valor positivo a un orden no analizado, sino por la consecuencia principal de lo anterior: desconocer las amenazas que ese mismo orden entraña. Desconocer significa no contextualizar el peligro que se cierne sobre la soberanía política y económica de América.  Desconocimiento expresado mediante la metáfora de  los gigantes que llevan siete leguas en sus botas. Charles Perrault popularizó en el siglo XIX el motivo de las bottes de sept lieues, provenientes del folklore europeo. En rigor, constituyen un elemento mágico que permiten que su usuario se desplace a gran velocidad y realice una hazaña heroica. Así la poética martiniana metaforiza la hegemonía yanqui y europea mediante la hipérbole organizada en dos miembros: gigantes + siete leguas. Por ende, frente a este poder inmenso, la conciencia americana -antialdeana- debe despertar y armarse.

————–página 3————–

En este sentido, el poeta cubano exige de los americanos una actitud épica; de aquí el símil con los personajes del escritor sevillano Juan de Castellanos (1522-1607), presentes en su poema épico Elegías de varones ilustres de Indias. De este modo, frente a los gigantes de siete leguas, Martí aboga por una actitud épica, pero una épica no de la gesta, sino de la reflexión; una épica de las ideas, una épica del valor creador del pensar (…) con las armas en la almohada, como los varones de Juan de Castellanos: las armas del juicio, que vencen a las otras. Trincheras de ideas valen más que trincheras de piedra (Martí 1891, 3).

Para terminar,  podemos afirmar que en “Nuestra América”, Martí anticipa muchos de los temas que ocuparán la reflexión de los principales teóricos de la colonialidad: la crítica de la mentalidad del colonizado ejemplificado por el aldeano vanidoso, el peligro para América del imperio estadounidense, la condena de la superstición eurocéntrica y el análisis de las formas culturales autóctonas no solo para superar la anterior, sino para constituir gobiernos y estados en auténtica relación con las necesidades de sus colectividades. De aquí no solo proviene el mérito de “Nuestra América”, sino  su actualidad y el imperativo de repensar su mensaje.

Referencias

Bautista Segalés. Juan José. 2014. ¿Qué significa pensar desde América latina?. Madrid: Akal.

Fernández Retamar, Roberto. 2015. ¿Cuál es la literatura que inicia José Martí”?. Cuba:Cubadebate.

Martí, José. 2002. Nuestra América. Jalisco: Universidad de Guadalajara.

Martí, José. 2009. Versos sencillos. Madrid: Cátedra.

Mignolo, Walter. 2005.  La idea de América latina La herida colonial y la opción decolonial. Barcelona: Gedisa.

Valko, Marcelo. 2013. Pedagogía de la desmemoria. Buenos Aires: Peña Lillo-Ediciones Continente.

Cite este post:

Limeres Novoa, Fernando.  2019. El pensamiento decolonial en ‘Nuestra América’ de José Martí. Blog nuestrAmérica, 23 de enero, sección Columnas. Acceso [día de mes de año]. https://rvnuestramerica.blogspot.com/2019/01/el-pensamiento-decolonial-en-nuestra.html

Fuente del artículo: https://rvnuestramerica.blogspot.com/2019/01/el-pensamiento-decolonial-en-nuestra.html

Comparte este contenido: