América del norte/Estados Unidos/23 enero 2020/elpais.com
Su Administración flexibiliza los menús de los niños y facilita que la comida rápida se pueda servir cada día en las escuelas
“Trump está al volante, ¿qué puede salir mal?” El nutricionista Juan Revenga define con esta frase irónica la decisión de la Administración estadounidense de “flexibilizar los menús en los comedores escolares”. El encargado del Departamento de Agricultura del Gobierno de Donald Trump, Brandon Lipps, explicó en rueda de prensa las nuevas normas que regularán el Servicio de Alimentación y Nutrición escolar, que principalmente se basan en la flexibilidad de raciones en cuanto a verdura y fruta y en permitir que los niños coman a la carta, lo que para los expertos provocará que la pizza, la hamburguesa o las patatas fritas vuelvan a los comedores de las escuelas de la nación.
“Hacemos estos cambios porque nosotros conocemos mejor a los niños”, sugirió Lipps el pasado viernes. El funcionario también justificó estos cambios en la necesidad de que se deje de tirar comida en los centros. Según la propuesta, a las escuelas se les permitiría reducir la cantidad de ciertos tipos de verduras que se sirven en el almuerzo. Las legumbres, que se ofrecen como alternativa a la carne, y las patatas también entrarán en este apartado, informa AP. Además, a las escuelas se les podrán ofrecer menos cantidad de fruta. Ya en 2018, la Administración Trump flexibilizó los niveles de sodio, aprobó el uso de leches azucaradas y allanó el camino para el uso de las harinas blancas frente a las integrales.
Medios estadounidenses han visto en estas palabras un ataque directo al anterior programa que fomentó e introdujo la ex primera dama, Michelle Obama –el anuncio de las nuevas medidas se hizo el día de su cumpleaños–. Un programa denominado Let’s Move (proyecto que comenzó en 2010), con el que la antigua moradora de la Casa Blanca recorrió toda la geografía estadounidense enseñando a niños y padres la importancia del deporte y de comer sano con la creación, incluso, de un huerto en la propia residencia presidencial. La Asociación para una América más saludable, que preside la propia Obama, denunció en un comunicado que la nueva normativa es un error y que hay que «poner la política a un lado, porque la ciencia ha demostrado que debe incrementarse el consumo de frutas y vegetales por su efecto favorable en la salud, especialmente para los niños».
El asalto de la Administración Trump a la salud de los niños continúa hoy con el pretexto de «simplificar las comidas escolares”, escribían también en un comunicado especialistas del Centro para la Ciencia en el Interés Público, EE UU. Según estos expertos, la propuesta “permite que el niño pueda comer su plato principal como un artículo a la carta. Y en la práctica, si esto se lleva a cabo, crearía un gran vacío en las pautas de nutrición escolar, allanando el camino para que los niños elijan pizza, hamburguesas, papas fritas y otros alimentos ricos en calorías, grasas saturadas o sodio en lugar de comidas escolares equilibradas”.
La urgencia de atajar el problema de la obesidad infantil en Estados Unidos y en el mundo hace que muchos expertos piensen que este paso es un paso atrás en la lucha contra esta epidemia. Según la Organización Mundial de la Salud, en 2016 [últimos datos registrados], 41 millones de niños y niñas menores de cinco años padecían obesidad o sobrepeso en el mundo.
En Estados Unidos, “los niños comen el 50% de los alimentos que ingieren durante la jornada, en el colegio. Es probable que tomen tanto el desayuno como la comida”, puntualiza Juan Revenga por teléfono. “Y me parece que la decisión de flexibilizar los menús se ha tomado para favorecer a los lobbies de la industria y, por supuesto, sin tener en absoluto en cuenta la salud de los más pequeños”, añade el experto. “Es más una cuestión política, muy a tono con Trump, que una cuestión de salud. Lo que es muy preocupante”, concluye tajante.
Carlos Casabona, pediatra de Atención Primaria, añade que es un poco contradictorio que en el país en el que están los mejores investigadores en nutrición y se están logrando los mayores avances, su presidente adopte medidas que no favorecen la salud de los más pequeños: «El plato saludable que recomienda la Universidad de Harvard ha eliminado casi por completo la pirámide nutricional de los colegios españoles por ser más específico y completo. Las dosis aproximadas que recomienda son un 50% de verduras y frutas; un 25% de granos integrales, ya sea pan, pasta o arroz y un 25% de proteínas donde se incluyen las vegetales, las animales y los huevos». «Estos investigadores estadounidenses son los que están dictando lo que hacemos el resto del mundo para luchar contra la obesidad infantil, con una gran prevalencia en Estados Unidos y México», prosigue. «Lo que está haciendo Trump es una vuelta atrás, es malo para todos, pero sobre todo para los más pequeños. Para combatir esta epidemia es esencial educar a los niños a comer de forma saludable en y desde la escuela», concluye Casabona.
Fuente e imagen tomadas de: https://elpais.com/elpais/2020/01/20/mamas_papas/1579524459_618274.html