¿Lenguaje sin lógica?

Por: Ignacio Mantilla

Si hay algo que los matemáticos aprendemos desde el inicio de nuestra formación es la diferencia entre un ejemplo, un lema, un contraejemplo y un teorema; especialmente aprendemos a diferenciar entre un caso particular y una generalización. También aprendemos muy temprano algunos métodos de demostración, entre los que aparecen siempre el de “reducción al absurdo” y el de “inducción”.

A veces es bueno usar ese conocimiento básico y examinar entonces, con criterio matemático, lo que se afirma en el lenguaje corriente, para detectar errores comunes que con frecuencia conducen a conclusiones falsas, desproporcionadas o absurdas, aparentemente muy bien sustentadas, pero que en realidad esconden engañosas demostraciones.

Los recientes sucesos que han empleado algunos para estigmatizar como “terroristas” a los estudiantes y egresados de la Universidad Nacional y demás universidades públicas, y como “corruptos” a los de las universidades privadas de élite, son un buen ejemplo de esas falsas conclusiones. Se trata de uno de los métodos preferidos, de aparente demostración por inducción: si se presenta un caso comprobado de un estudiante de universidad pública autor de un acto terrorista en 2015, de otro estudiante con el mismo delito en 2016 y un par más en 2017, se concluye que todos los estudiantes de universidades públicas son terroristas. Si hay un egresado de una universidad privada acusado de corrupción en 2014, dos más en 2015 y tres en 2017, la conclusión es que todos los egresados de universidades privadas son corruptos. Comúnmente se cree que la prueba es más contundente aún si se suma algún caso más antiguo conocido.

Recuerdo, como anécdota, que en la Universidad de Mainz (Alemania) el profesor de matemáticas Ernst Hölder sostenía una marcada rivalidad con algunos de sus colegas de física y no desperdiciaba oportunidad para hacer bromas sobre sus métodos y logros científicos. Era costumbre en la universidad hacer un acto especial de celebración para homenajear a los profesores cuando cumplían 60 años de edad. Tuve la oportunidad de asistir a la celebración del cumpleaños 60 del profesor Peter Paul Konder y recuerdo cómo el profesor Hölder, después del brindis, tomó la palabra y provocó risas entre los asistentes al decir: “El número 60 es muy importante en la vida de los matemáticos, pues es divisible por 1, por 2, por 3, por 4, por 5, por 6. Es decir que, como dirían mis colegas físicos, es divisible por todos los números”.

Pero más comunes que las falsas pruebas de tipo inductivo son las que usan frecuentemente algunos personajes que dominan una gran oratoria para demostrar que de una afirmación P se concluye otra Q, que es completamente falsa. Puesto que “P implica Q” es una proposición verdadera cuando P es falsa, independientemente del valor de verdad de Q (por ejemplo, es verdadera la proposición: “Si Colombia está en África entonces los caballos ponen huevos”), es usual que se parta de una afirmación falsa P y durante media hora se pronuncie un gran discurso en el que sólo se dicen cosas verdaderas, ojalá fácilmente comprobables, para concluir con una afirmación absurda Q, que al estar precedida de tan convincente discurso no despierta mayores dudas entre los oyentes de que se trata de una brillante y certera demostración de la verdad de Q, que además evidencia la elocuencia del orador (en la literatura reciente de las calumnias hay buenos ejemplos).

Frecuentemente encontramos también la generalización, no necesariamente con el interés de estigmatizar a partir de un ejemplo o de una pequeña muestra, como lo señalaba arriba, sino como costumbre de caracterizar grupos de personas con base en el conocimiento de una o de unas pocas personas de ese grupo. Igual si se trata de un país o de una región. Me refiero a sentencias como: “Todos los colombianos son narcotraficantes”, “a todos los costeños les gusta el vallenato”. Y qué decir de las generalizaciones para los grupos de profesionales o las culturas: “Todos los filósofos son aburridos”, “todos los mexicanos comen picante”, “todos los antioqueños son negociantes y todos los santandereanos son peleadores”. Combinada la generalización con una forma condicional puede afirmarse por ejemplo: “Todos los árabes huelen mal y los mejores ingenieros son árabes, entonces los mejores ingenieros huelen mal”.

Existe también la marcada tendencia a calificar a todos por una experiencia, casi siempre negativa. Si tuvimos un pésimo profesor de matemáticas, afirmamos que “todos los profesores de matemáticas son pésimos”. Si en Nueva York un taxista turco nos cobró más de lo indicado, entonces afirmamos que los turcos (todos) son “tumbadores”. Si en una oficina no nos contestaron el teléfono, aseguramos que “allá nunca contestan”. Pero peor aún es la tendencia a calificar a todos los habitantes de un país de acuerdo con sus gobernantes: “Todos los venezolanos son groseros e incultos” o “todos los gringos son ignorantes”.

No escapan a estas generalizaciones las que podemos clasificar entre las paradojas. Así, por ejemplo, el político que muy enfáticamente afirma que “todos los políticos son corruptos”. Esa es una buena paradoja, comparable a la antigua y famosa paradoja de Epiménides: “Todos los cretenses son mentirosos”. Como Epiménides era cretense, ¿es entonces verdadera la afirmación?

La mayoría de los profesionales necesitan de una buena capacidad argumentativa para desempeñar un trabajo. Y la lógica correctamente usada no necesariamente está en relación directa con la capacidad de oratoria, por eso creo que, tan importante como las clases de oratoria, son las asignaturas de lógica en todas las carreras profesionales.

Hace algunos años, mi colega Fernando Zalamea Traba ideó en la Universidad Nacional un exitoso curso que llamó “Lógica para Abogados”. Estoy seguro de que aun por fuera de un currículo formal este tipo de iniciativas despiertan el interés hasta en ilustres juristas que tendrán la satisfacción de conocer la formalidad de la lógica matemática básica que permite detectar con facilidad las engañosas y falsas demostraciones en el ejercicio profesional.

Fuente: http://www.elespectador.com/opinion/lenguaje-sin-logica-columna-705408

 

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Álgebra y ética

Por: Ignacio Mantilla

Por estos días, al compartir en Twitter una reflexión sobre la importancia de la ética en el ser humano, he percibido un gran interés por conocer el origen de tal reflexión y cierta curiosidad por saber sobre su autor, un antiguo gran matemático persa. Pero lo que pocos saben es que se trata de un personaje que se ha vuelto familiar entre la mayoría de nosotros los iberoamericanos, debido a que su rostro forma parte ya de ese álbum del hogar, cuyas imágenes reconocemos inmediatamente porque las hemos visto tantas veces desde niños, que aunque no traigan buenos recuerdos son parte de la historia escolar y de la biblioteca familiar.

Se trata del personaje de la portada del famoso texto que conocemos como Álgebra de Baldor. Ese libro que, como las aceitunas, a los jóvenes les encanta o lo aborrecen. El mismo que algunos de nosotros, muchos años después de la secundaria y la universidad, extraemos del estante de nuestra biblioteca y lo curioseamos con agrado y cariño recordando pasajes lejanos y divertidos de nuestra vida de estudiantes escolares, y que otros al observar su lomo o portada miran con recelo y esbozan una sonrisa por la satisfacción que les produce la seguridad de saber que nunca más van a tener que consultarlo. El mismo que en muchos casos nos señaló la disciplina que debíamos cultivar o la que definitivamente no debíamos intentar estudiar.

El Álgebra de Baldor fue publicado en 1941. Su autor es el profesor cubano Aurelio Baldor, fallecido en 1978. Desde su aparición se convirtió en el texto más consultado en las escuelas y los colegios de Latinoamérica. Tiene cerca de 6000 ejercicios en total, suficientes para reforzar en los estudiantes los conceptos primarios del álgebra elemental, y en su portada aparecía el hombre del turbante que todos reconocemos, al que me refería, como si formara parte de una fotografía familiar. Y digo que aparecía, porque en la última edición del Álgebra de Baldor se ha decidido cambiarla para evitar la confusión que parece haber generado el “terror de algunos estudiantes” con “algún terrorista islámico”.

El nombre exacto del matemático persa que aparecía en la portada del texto de Baldor es Abu Ja’far Muhammad ibn Musa al-Khwarizmi, quien vivió entre los años 780 y 850 d. C., y cuya obra la desarrolló principalmente en la Casa de la Sabiduría de Bagdad (**), ciudad donde habitó la mayor parte de su vida.

Es el autor de la primera obra sobre la solución sistemática de ecuaciones lineales y cuadráticas. Está considerado, junto a Diofanto, como el padre del álgebra. Para quienes no lo saben, la palabra álgebra procede de al-jabr, una de las dos operaciones utilizadas por Al-Khwarizmi para resolver ecuaciones cuadráticas, consistente en eliminar cantidades negativas de una ecuación, sumando la misma cantidad a cada lado.

Estos famosos trabajos fueron presentados en un libro traducido al latín que introdujo en Europa el sistema numérico decimal. Su autor quiso que la obra sirviera a la gente para hacer cálculos relacionados con el dinero, con las herencias de tierras, con el comercio, con los pleitos y hasta con la construcción de acequias.

Por la forma metodológica en la que Al-Khawarizmi explicaba cómo abordar problemas difíciles de las matemáticas y desglosarlos en partes sencillas de resolver, se le reconoce también la introducción del término “algoritmo”, tan usado actualmente en todas las áreas.

Pero recientemente un exitoso publicista y experto en mercadeo, el norteamericano Jürgen Klaric, ha puesto en las redes sociales la reflexión de este matemático sobre la ética, a la que me refería al comienzo, descubriendo así una faceta más de este personaje. Klaric comparte el siguiente pasaje: “Le preguntaron al gran matemático Al-Khawarizmi sobre el valor del ser humano, y éste respondió:

Si tiene ética, entonces su valor es = 1.

Si además es inteligente, agréguele un cero y su valor será = 10.

Si también es rico, súmele otro 0 y será = 100.

Si por sobre todo eso es, además, una bella persona, agréguele otro 0 y su valor será = 1000.

Pero, si pierde el 1, que corresponde a la ética, perderá todo su valor, pues solamente le quedarán los ceros”.

Sin duda una gran reflexión que muestra esa admirable capacidad de Al-Khawarizmi, no solamente en las matemáticas, para abordar temas profundos con fórmulas simples. Una reflexión con un especial y exquisito toque matemático, comprensible para todos y absolutamente claro. Un mensaje sin ambigüedades que invita a pensar en los verdaderos valores del ser humano. Su reflexión, como sus desarrollos en álgebra, no tiene fecha de expiración, por eso está vigente después de más de 1200 años.

Tanto formación en matemáticas como ética nos están faltando en Colombia; las primeras hay que aprenderlas, cultivarlas y aplicarlas correctamente. La ética, en cambio, no se aprenderá en los libros, ni en las clases, porque se trata de un valor especial del ser humano. ¿Se hereda? ¿Es genético? ¿Es un don negado a muchos? ¿Se adquiere? ¿Se desaprende? No lo sé, pero estoy seguro de que, como en las matemáticas, un mal ejemplo de la ética puede convertirse en un buen contraejemplo.

Ojalá en Colombia desaparezcan las personas “nulas” a las que hace referencia Al-Khawarizmi, es decir, las que están compuestas de uno, dos o tres ceros solamente, porque sin ética, la inteligencia, la riqueza o la belleza pierden todo valor.

**Hay una hermosa leyenda que asegura que cuando los mongoles destruyeron la Casa de la Sabiduría de Bagdad en el año de 1258, las aguas del río Tigris se volvieron negras debido a la tinta de los libros lanzados a sus aguas.

Fuente: http://www.elespectador.com/opinion/algebra-y-etica-columna-703284

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Rusia: El país en el que las mujeres son las mejores en Matemáticas

Europa/Rusia/30 Abril 2017/Fuente: semana/Autor:BBC

Esta potencia se ha caracterizado por alentar a las mujeres a dedicarse a la ciencia y la tecnología. Le explicamos el porqué.

Irina Khoroshko, de la ciudad de Zelenograd, muy cerca de Moscú, aprendió las tablas de multiplicar a la edad de cinco años.

Su talento precoz, alentado por una familia fanática por las matemáticas y una profesora que transformaba cada lección en un gigantesco juego de resolución de problemas, la llevó a obtener un diploma en matemática económica en la prestigiosa Universidad de Economía de Plekhanov, en Rusia.

«Mi tutor me enseñó el poder de los números y los cálculos y cómo te dan la capacidad de predecir las cosas. En ese sentido, la matemática siempre se sentía como algo mágico», dice.

Ahora, Irina, de 26 años, es una científica de datos en un sitio ruso de préstamos por internet, ID Finance.

Disfruta de una lucrativa carrera diseñando modelos analíticos para determinar la elegibilidad del préstamo.

Esta no es una historia inusual en Rusia, pero sí lo es en muchos otros países del mundo.

Varios estudios confirman que es muy frecuente que muchachas que muestran interés temprano por ciencia, tecnología, ingeniería o matemáticas llegan a un punto en el que abandonan esa afición y nunca la recuperan.

Por ello son relativamente pocas las mujeres que eligen ingeniería o tecnología como una carrera.

¿Por qué?

Las dificultades

Un nuevo estudio de Microsoft arroja algo de luz.

Basándose en entrevistas con 11.500 niñas y mujeres jóvenes de toda Europa, se establece que el interés por estos temas disminuye drásticamente a los 15 años en la mayoría de ellas.

Este cambio repentino obedece a estereotipos de género, pocas mujeres que den ejemplo, presión de los compañeros y falta de aliento de los padres y maestros.

Sin embargo, esto no sucede en Rusia.

Según la Unesco, mientras que el 29% de las personas en la investigación científica en todo el mundo son mujeres, en Rusia el margen se amplía hasta el 41%.

En Reino Unido alrededor del 4% de los inventores son mujeres, mientras que la cifra es del 15% en Rusia.

Las chicas rusas ven las áreas como ciencia, tecnología, ingeniería o matemáticas mucho más positivamente, su interés comienza más temprano y dura más tiempo, señala Julian Lambertin, directora de KRC Research, la empresa que supervisó las entrevistas de Microsoft.

«La mayoría de las chicas con las que conversamos de otros países tenían un enfoque ligeramente lúdico hacia la ciencia y la tecnología, mientras que en Rusia, incluso las más jóvenes estaban muy concentradas en el hecho de que sus oportunidades de empleo en el futuro muy probablemente estarán relacionadas con estas áreas», afirmó la investigadora.

Estas chicas citan el estímulo de los padres y los modelos femeninos como elementos clave.

Las oportunidades

Las diferencias no se detienen ahí.

Cuando el Departamento de Educación pidió a un grupo representativo de las adolescentes británicas sus puntos de vista sobre las matemáticas y la física, cinco palabras resumieron los «problemas de imagen» de esas materias: masculinas, ecuaciones, aburridas, fórmulas, irrelevante.

Pero no existen tales estigmas en Rusia, según Lambertin.

«Realmente han ido más allá de eso», dice.

«La sociedad espera que la gente tenga un buen desempeño en estos temas sin importar el género», añade.

Alina Bezuglova es la jefa de la sección rusa de Abogados de Tecnología de Londres, una organización que aprovecha el talento ruso con las oportunidades de empleo en Reino Unido.

Ella regularmente es anfitriona de eventos tecnológicos exclusivamente para mujeres en Reino Unido para promover su uso.

Esta clase de encuentros no se realizan en Rusia. ¿Por qué?

«Se podría decir que es porque estamos descuidando el problema o que no hay ningún problema en absoluto, y estoy mucho más inclinada a pensar en esto último», dice.

«Comparado con el resto de Europa, simplemente no hacemos hincapié en las ‘cuestiones de la mujer‘ (en Rusia)».

Según Bezuglova, el punto de partida del éxito de las mujeres rusas en matemática y tecnología se remonta a la era soviética, cuando el avance de la ciencia se convirtió en una prioridad nacional.

Junto con el crecimiento de institutos de investigación especializados, la educación técnica se puso a disposición de todos y se alentó a las mujeres a seguir carreras en este campo.

«Nunca se me ocurrió en la escuela que porque soy una chica no debería elegir ciencia o tecnología, y en el lugar de trabajo no veo mucho sexismo, sólo eres juzgado por tus habilidades», dice.

Frontales y directas

Pero, ¿podría la psique nacional jugar también un papel?

Con su característica naturaleza directa y frontal, ¿las mujeres rusas simplemente encuentran más fácil hablar por sí mismas en ambientes dominados por hombres?

Emeli Dral, profesora asistente del Instituto de Física y Tecnología de Moscú, así lo cree.

Ella recuerda cómo fue precisamente este espíritu el que la impulsó al éxito como una de las dos únicas chicas de su grupo de matemáticas avanzadas en la escuela.

«Realmente nos hizo aún más competitivas y más decididas a probarnos a nosotras mismas y ser mejores que los muchachos», dice.

«Creo que las mujeres rusas están bastante confiadas acerca de estar en una minoría, principalmente debido al apoyo que han tenido de sus padres desde una edad temprana», añade.

Dral recuerda que su padre nunca le preguntó por qué le interesaba la matemática y la ingeniería en particular.

«Él consideró que era muy natural», afirma.

Aspirar a lo más alto

Olga Reznikova, cuyo método en gran parte autodidacta en ciencia y matemáticas la llevó a su papel actual como jefa en ingeniería de software, es un buen ejemplo.

Creciendo en una pequeña ciudad costera poblada por mineros y pescadores, su amor por las computadoras comenzó cuando tenía apenas cuatro años, pero desde entonces para ella era una lucha para convertir su pasión en una carrera.

A través de tutoriales en línea dominó los conceptos básicos de diseño de algoritmos, programación y cómo hacer dinero programando sitios web sencillos.

Luego se dirigió a San Petersburgo para estudiar más y aspirar a cargos más grandes.

«Durante un tiempo fui la única programadora femenina en mi empresa», señala Reznikova.

«Encontré algunos problemas con ser tomada en serio, pero me quedé con el trabajo y ahora estoy ganando un salario que es 30% más alto que antes.»

Si bien Rusia está haciendo algo bien, todavía no alcanzó la paridad de género total.

«No hay duda de que Rusia está disparando la imaginación de las niñas», dice Lambertin.

«Traer la creatividad al aula con experimentos y aplicación práctica podría ser el camino a seguir para aquellos países donde las niñas están actualmente muy desvinculadas (de la ciencia y la tecnología)», concluye Lambertin.

 

Fuente de la noticia: http://www.semana.com/educacion/articulo/la-educacion-en-rusia-las-mujeres-son-buenas-en-matematicas/523378

Fuente de la imagen: https://static.iris.net.co/semana/upload/images/2014/11/29/410631_17118_1.jpg

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Generaciones, ancestros, ramificaciones y matemáticas

Por: Ignacio Mantilla

A veces las matemáticas nos permiten entender algunos fenómenos sociales, también algunas veces nos facilitan la comprensión de ciertos mensajes. A este último caso quiero dedicar las reflexiones de hoy.

Hay un viejo problema, muy sencillo de comprender, que conocí hace años, siendo estudiante de matemáticas; se trata de hacer un cálculo simple que nos muestra cifras sorprendentes sobre el número de nuestros ancestros. El tema vino a mi memoria al ver hace algunos días el bello video de Alejandro Balbi, disponible en internet bajo el título de “Matemáticas Ancestrales”.

La denominación de una generación, medida en años, es comúnmente confundida con las décadas. Se habla de la generación de los 70 o de los 80, haciendo alusión a los nacidos en esas décadas. También existe el criterio de definir una generación de acuerdo con las costumbres de las personas en un período de tiempo y se tiende a confundir la duración de una generación con el tiempo que dura un hábito general, un modo de educación o incluso un uso común de transporte, de determinados aparatos, de procedimientos médicos o de un tipo de alimentación. Es decir, períodos de hábitos, usos o costumbres que luego desaparecen o que dejan de ser frecuentes. También hay otros ejemplos de denominación muy difundidos hoy, como la “generación X” o la “generación de millennials”.

Es mucho más acertado, en cambio, decir por ejemplo, que un restaurante ha pertenecido a tres generaciones distintas cuando se hace referencia a que el padre y el abuelo del actual propietario también fueron sus dueños.

Si aceptamos que el lapso de tiempo que abarca una generación es la diferencia de edad entre padres e hijos y tenemos en cuenta que la mayoría de las madres tienen sus hijos entre los 17 y los 33 años, entonces 25 años es un promedio adecuado para una generación estándar. Naturalmente hay sociedades, países o incluso estratos en los que estos rangos son distintos.

Ahora vamos a hacer un cálculo sencillo: todos tenemos una madre y un padre, es decir 2 personas de las que descendemos, que pertenecen entonces a la primera generación que nos antecede. Todos tenemos 4 abuelos, que pertenecen a la segunda generación. De la misma forma, todos tenemos 8 (2 elevado a la 3) bisabuelos, en la tercera generación. Continuando de esta manera, encontramos 16 (2 elevado a la 4) tatarabuelos en la cuarta generación; y tenemos 32 (2 elevado a la 5) “tatara-tatarabuelos», y así sucesivamente, de tal forma que en la generación número 10 anterior tuvimos (2 elevado a la 10) “tras-tatarabuelos»; esto es 1024 personas pertenecientes a la décima generación anterior, es decir que vivieron hace unos 250 años, de las que descendemos en forma directa.

Pero si examinamos un poco más atrás y nos ubicamos, por ejemplo, en 1492, cuando Cristobal Colón arribó a estas tierras, es decir 21 generaciones antes, y queremos saber cuántos son nuestros “tras-tatarabuelos” de aquella época, nos sorprenderemos. En efecto, encontramos que fueron 2 097 152 (2 elevado a la 21). Dicho de otra forma: cada uno de nosotros existe hoy, gracias a más de dos millones de personas que vivían cuando se descubrió América, que nos han dado una descendencia directa a través de padres, abuelos, bisabuelos, tatarabuelos, en fin, “tras-tatarabuelos”. Con una sola de esas personas que hubiese faltado, no habríamos nacido, pues en este cálculo estamos teniendo en cuenta solo ancestros directos.

A estas tierras, que habitaban los pueblos indígenas, llegaron desde el descubrimiento de América grupos importantes de inmigrantes de todo el mundo, y entre todos hemos conformado una gran familia. Con una alta probabilidad, en ese amplio grupo de personas que también intervinieron después, encontramos algún “tras-tatarabuelo” común sin que lo sepamos. En efecto, si sumamos ahora los padres, abuelos, bisabuelos, tatarabuelos y “tras-tatarabuelos” de las generaciones que siguieron a los 2 097 152 iniciales, obtenemos la cifra de 4 194 302 (que corresponde a 2 elevado a la 22, menos 2). Ese es el número de personas que, desde Colón, conforma el grupo de nuestros padres, abuelos, bisabuelos, tatarabuelos, y “tras-tatarabuelos” hasta la generación 21. Imaginemos ahora cómo sería si contáramos hermanos, primos, tíos y demás parentela de nuestros ancestros directos.

En ese inmenso grupo de ancestros de cada uno de nosotros hubo, como bien lo señala Alejandro Balbi en el video antes mencionado, campesinos, profesores, comerciantes, religiosos, artesanos, aventureros, prostitutas, navegantes, ladrones, empresarios, gobernantes, obreros, en fin, no lo sabemos. Muy poco sabemos sobre nuestros ancestros antes de la tercera generación, pero cuando nos cruzamos con un desconocido en la calle, muy probablemente se trata de un pariente con quien tenemos algún “tras-tatarabuelo” común. Igual cuando nos cruzamos con un indigente que cuando tropezamos con un ejecutivo. En ambos casos la probabilidad es alta.

La curiosidad por estos temas ha conducido actualmente al estudio de la composición de árboles genealógicos y de la ramificación de los grupos familiares como un problema de interés en muchas investigaciones formales de las Matemáticas, la Estadística y la Actuaría, pero principalmente en una rama de la Probabilidad y los Procesos Estocásticos denominada Procesos de Ramificación.

Los colombianos somos una numerosa familia, cada uno de nosotros es el milagroso fruto de más de 4 millones de personas que han vivido durante un poco más de 5 siglos para darnos una descendencia directa. Y estoy seguro de que nuestro “tras-tatarabuelo” común esbozaría una sonrisa si observara que ya dejamos de pelearnos.

Fuente: http://www.elespectador.com/opinion/generaciones-ancestros-ramificaciones-y-matematicas-columna-682838

Imagen: https://xombitgames.com/2015/01/agiliza-mente-trucos-matematicas

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España: Cómo resolver 50 problemas matemáticos en 45 segundos… siendo alumno de Primaria

Europa/España/10 de noviembre de 2016/Fuente: el español

Más de una decena de niños participan en la final del campeonato de Cálculo mental de Supertics.

Cincuenta operaciones matemáticas en las que se incluyen sumas, restas y multiplicaciones en 45 segundos. Menos de un segundo para resolver cada ejercicio. Este es el tiempo que ha tardado en finalizar esta gymkana Alfredo Illera, un estudiante de 3º de Primaria en el I campeonato nacional de Cálculo Mental. Junto a este valenciano, otros cinco alumnos del resto de cursos de Primaria se han impuesto a 24.213 niños y niñas de 257 colegios de toda España en el torneo por ser la mente matemática más rápida.

Como las grandes oposiciones, este examen de Matemáticas se ha celebrado un sábado. Los aspirantes para alzarse con el primer premio, tablets en mano, han calentado motores realizando cálculos mentales que la plataforma Supertis -organizadora del evento- les proponía. Han sido 18 finalistas, procedentes de Barcelona, Madrid, Castellón, Valladolid y Murcia, los que han conseguido pasar las fases previas y este sábado se han dado cita en Madrid para este examen final.

El formato de esta particular competición ha sido sencillo: realizar correctamente 50 operaciones en el menor tiempo posible, procurando evitar fallos que son penalizados con 2 segundos de tiempo extra al finalizar las operaciones. Así, Pedro de la Cruz, Álex Calleja, Alfredo Illera, Abel Pallarés, Daniel Calleja y Elías López, se han alzado, en cada curso, con la medalla de oro de esta competición, que ha pretendido reivindicar las matemáticas “como esenciales” en la formación académica y laboral de los estudiantes del presente y futuro.

“Las matemáticas serán claves en el futuro en la gran mayoría de puestos laborales para analizar datos y actualmente la demanda profesional de matemáticas se ha disparado. Un mundo cada vez más tecnológico necesita profesionales preparados en matemáticas para programar o analizar datos en cualquier sector” han explicado los organizadores del evento.

Plataforma de Supertics en la que los más pequeños resuelven los problemas Jorge Barreno

La responsable pedagógica de Supertics, Aura Pérez, explica que este campeonato ofrece a los niños una situación real, segura y controlada, en la que pueden poner en práctica y medir su nivel de competencias y habilidades en matemáticas. “Queremos contribuir a que los niños descubran que las matemáticas son divertidas. Trasmitirles el sentimiento de que realizar actividades intelectuales puede ser tan divertido como realizar actividades físicas y que las matemáticas pensadas como ‘saber hacer’ de manera autónoma, con una guía adecuada y divertida, es una actividad atrayente”, analiza Pérez.

La final de la competición se ha celebrado este sábado en el centro de Madrid, pero las dos fases previas se han realizado de manera online. Según su responsable, “ejercitar online las matemáticas es ideal porque el alumno se convierte en el centro del proceso de aprendizaje y pasa de ser un sujeto pasivo a un sujeto activo dentro del propio aprendizaje”.

Además, si el aprendizaje se concibe desde un modelo adaptativo, como lo hace Supertics, “el niño aprende a su propio ritmo y a partir de sus conocimientos previos”. “Este modelo lo motiva y cambia su actitud frente a las matemáticas mejorando también sus hábitos de estudio”, asegura.

CONTRA LA FATALIDAD ESPAÑOLA EN MATES

Organizadores, participantes y familiares han querido romper hoy ese mito de la “fatalidad española” en relación a las matemáticas. Según Pérez, en la enseñanza de las matemáticas han faltado herramientas que permitan un aprendizaje y un desarrollo de competencias básicas para “interconectar, entender, dominar y aplicar” el saber matemático.

Los finalistas de Educación Primaria en el I Campeonato de Cálculo Mental

Los finalistas de Educación Primaria en el I Campeonato de Cálculo Mental Jorge Barreno

“Estamos convencidos de que si ayudamos a activar adecuadamente los conocimientos matemáticos para que puedan aplicarlos en situaciones de la vida real, este concepto de ‘fatalidad’ en relación a las matemáticas cambiaría radicalmente”, concluye la responsable.

Fuente: http://www.elespanol.com/espana/sociedad/20161105/168483452_0.html

Imagen: s4.eestatic.com/2016/11/05/actualidad/Actualidad_168494357_20754526_1706x960.jpg

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