30 Octubre 2016/Fuente:El País /Autor:Pilar Álvarez
El rector de la UB, el campus español mejor posicionado en el ‘ranking’ de Shanghái, advierte de que ya no vale solo un título: «Hay que formarse toda la vida»
Para elegir carrera hay que dejarse guiar por la pasión. Dídac Ramírez (Barcelona, 1946) es un firme defensor de esta idea, sobre la que reflexiona en una entrevista que tuvo lugar recientemente, aprovechando una breve visita a Madrid. Doctor en Economía, Ciencias de la Educación y Ciencias Económicas, el rector de la Universidad de Barcelona desde 2008 analiza los éxitos de su campus, que aparece sistemáticamente entre los mejores de España en los rankings internacionales. Considera que estas clasificaciones no son la verdad absoluta, pero, advierte, sí pueden ayudar a evitar universidades “que casi regalan el título”.
Pregunta. Su universidad siempre sale bien clasificada en los rankings. Por ejemplo, es la única española entre las 200 primeras del más famoso, el de Shanghái.
Respuesta. No en todos los rankings la de Barcelona es la primera. Y, por cierto, no está muy lejos del grupo de universidades españolas consolidadas en el tiempo y de excelente calidad. No hay que sacar el juicio de mejor/peor, sino considerar sencillamente que los criterios que se utilizan benefician más a unas que a otras. En el caso de Shanghái, por ejemplo, si una universidad tuviera dos premios Nobel nos pasaría por delante. Otros tienen en cuenta la producción científica o la reputación, qué se dice en el entorno. El hecho de aparecer varias veces en el grupo de los primeros puede reforzar mantenerse en ese grupo.
“Se precisa educación generalista que permita ir adaptándose a las situaciones que se presenten”
P. ¿Fijarse en un ranking es un buen sistema para que los alumnos elijan universidad?
R. El alumno estudia para tener conocimientos, competencias y habilidades. Para eso, tiene presentes diversos criterios. Uno de ellos, y más en España por la escasez de becas, es la proximidad. Es muy importante que esté cerca de casa si tiene estudios que se adecuan a la vocación. Lo más importante es que ponga pasión en ello. Las universidades españolas ya tienen profesores de calidad. Y que haya buenos investigadores, lo que suelen valorar los rankings, no va a determinar su formación, al menos no al principio. Un estudiante con ganas en una universidad menos buena obtendrá mejores resultados que otro que esté en una mejor pero desmotivado. También le digo que el mercado laboral sí valora de donde es el título. Y digo esto porque están apareciendo universidades que podríamos llegar a pensar que regalan los títulos o casi.
P. ¿A cuáles se refiere?
“Seguimos en crisis de financiación. Soy incapaz de asegurar que en 2017 no habrá estrecheces”
R. No le voy a decir los nombres porque son pocas. Pero según la manga ancha de los respectivos Gobiernos, podríamos tener un problema. Una universidad bien posicionada en un ranking hace que el valor de estas otras caiga y no puedan dar gato por liebre.
P. Hablaba de la pasión. ¿Es más importante que fijarse en el mercado laboral?
R. Debe pensarlo todo. Unos alumnos están más orientados por razones familiares, de contexto o ambiente a ganar dinero, otros a conocimientos más genéricos. Mi recomendación es que piense en el campo que le guste porque es en el que será mejor. Y, en segundo lugar, saber también que no siempre se puede hacer lo que nos gusta y que deben adquirir unas competencias para ganarse la vida. Cuando entran son muy jóvenes y, a esa edad, lo que hay que decirles es: “¡Arriesga!”.
Cuando empecé a dar clases en Economía, tenía alumnos de economía de empresa que se consideraban de segunda clase frente a los de economía general porque ellos se ocupan de cosas más prosaicas. Yo les decía: “Si venís a la universidad porque queréis ser ministros, estudiad economía general. Si lo que queréis es ayudar a las empresas, habéis elegido la carrera adecuada”. Creo que ayudé a subirles un poco la autoestima.
P. A veces es difícil tenerlo claro.
R. El estudiante nunca debe dejar de lado la vocación. Por eso es tan importante que los sistemas universitarios establezcan cursos iniciales en carreras que contemplen pasarelas para que pueda cambiar.
P. Entonces, el posgrado le serviría para apuntalar un poco más lo que ha elegido.
R. Hay que tener muy presente que con el grado y el posgrado no se acaba la formación de un individuo. Al estudiante que me pidiera consejo, le diría: “Mentalízate de que te vas a estar formando toda la vida”. Antes uno hacía una carrera, se colocaba y con sus conocimientos ya tenía suficiente. Hoy en día, el cambio es muy acelerado. Los robots de aquí a 2020 van a hacer tareas que ahora hacen los humanos. Así que el que sepa hacer esas tareas se tendrá que reciclar y aprender a hacer robots. Hay que huir de la enseñanza muy especializada al principio. Se necesita formación generalista que te permita ir adaptándote a lo largo de la vida a las situaciones que se puedan presentar.
P. ¿Sigue la crisis en la universidad?
R. Si se refiere a la crisis de la financiación, seguimos en crisis. No hemos salido, pero ¿estamos en lo más profundo de la crisis? Espero que no. ¿Estoy convencido de que el año que viene remontamos? No. ¿Lo deseo? Sí, pero con las incertidumbres que hay en todos los niveles soy incapaz de asegurar que en 2017 no habrá estrecheces. La cuestión es que muchos países durante la crisis han aumentado la financiación pública y aquí no. Si no renuevas un laboratorio, puedes tener grandes investigadores pero no podrán trabajar en un lugar deteriorado. Y tampoco podrás traer profesorado de fuera para mejorar porque si ven que están mal financiadas no querrán venir.
P. ¿Cómo puede ser que una carrera en una universidad pública de Cataluña cueste como dos en Galicia o hasta tres en Andalucía?
R. En Cataluña ocurrió que, con la grave situación económico-financiera, el Gobierno del presidente Mas se vio obligado a hacer recortes, como todos. Y ahí cada cual ordenó sus prioridades. Él pensó que la sociedad no le aceptaría recortar en todo y no en universidades. Por eso se planteó subir las matrículas pero manteniendo la equidad. Que las familias con más recursos compensaran parte de esos recortes de forma que el estudiante de una familia de renta baja no tuviera ese aumento.
P. ¿El Brexit afectará a las Erasmus?
R. No tiene por qué. Desde la LERU [Liga Europea de Universidades Investigadoras, en sus siglas en inglés, de la que forman parte la Universidad de Barcelona, Cambridge, Oxford y University College London, entre otras] trabajamos intensamente para establecer acuerdos que dejen efectos mínimos o nulos en las universidades. Algunas de las principales fundadoras de LERU, como Cambridge o University College London, estuvieron haciendo campaña por Europa, y son las principales interesadas en que no haya efectos.
Fuente de la entrevista: http://politica.elpais.com/politica/2016/09/16/actualidad/1474038980_664731.html
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