El desempeño de nuestros estudiantes en las pruebas del Programa Internacional de Evaluación Estudiantil (PISA) era absolutamente predecible y, por ende, no debió sorprender a nadie que esté con los pies en tierra. Con lamentarnos no damos un paso hacia adelante. Es la oportunidad para, como País, trazar una nueva ruta que nos garantice una verdadera formación integral de los egresados, tanto del Sistema público como del privado.
Para el año 2011, el gobernador Luis Fortuño y este servidor como Secretario, nos dimos a la tarea de auscultar cómo Puerto Rico podía unirse a esos países que sabían cómo sus estudiantes estaban desarrollando las competencias necesarias que les garantizarían mejores oportunidades. Esto, con el fin de estremecer los cimientos y reformular lo que hemos estado haciendo por décadas, que no ha dado los resultados. Ya hoy es una realidad, nos comparamos con los mejores del mundo, aunque frustrante, suficiente para dejar de mirarnos al ombligo y observar de cerca con seriedad y compromiso, otros modelos educativos que están siendo exitosos, y no necesariamente al norteamericano que no ha logrado despuntar, luego de varias reformas educativas. No podemos continuar comparándonos con “nosotros mismos”, sino con los mejores, si aspiramos algún día estar en el escalafón donde están ellos. Si ellos lo lograron, nosotros también podemos.
Estamos en un momento histórico que se convierte en ocasión oportuna para desarrollar urgente, un Proyecto de País dirigido hacia una transformación sistémica profunda, que finalmente arroje resultados comparables con los de Singapur, Japón, Finlandia, Canadá y, con el esfuerzo e inversión económica que se hace, que dicho sea de paso, son inmensos.
Los resultados de las pruebas PISA en nada se diferencian de los que hemos estado viendo año tras año en las pruebas estandarizadas que se administran en Puerto Rico. Excepto que estas últimas, no en teoría sino en la práctica, carecen de validez y confiabilidad. Son resultados que reflejan la gran diferencia entre los conceptos y destrezas contenidos en los estándares y expectativas que promueve el sistema, que es lo que se mide, y los que se desarrollan en la sala de clases. Además, son resultados que evidencian el poco o ningún interés por un gran sector estudiantil al no contestar con seriedad dichas pruebas y que ahora, como si fuera poco, quieren responsabilizar al maestro por ello, como si fuera el que tiene que cargar con la vajilla rota, cuando solo rompió parte de ella.
Por décadas, los estudiantes han demostrado de manera consistente que no tienen dominio de las destrezas de ciencias y matemáticas. De igual manera, dificultad alarmante en las destrezas de lectura que afectan negativamente su ejecución en todas las materias, que contrasta con las calificaciones que reciben los estudiantes cada diez semanas, pero esto sería otro tema para discutir más adelante.
Ahora bien, estamos frente a una realidad que nadie puede eludir. Quedamos retratados y espero que a nadie se le ocurra decir, “esas pruebas no sirven”. Llegó la hora de echar a un lado los lamentos, las culpas, los… proyectitos por aquí, proyectitos por acá y embelecos por allá que muy poco o en nada aportan al desarrollo de las competencias que requieren nuestros estudiantes para enfrentarse con éxito a un mundo globalizado y cada día más competitivo.
Creo que estamos en el mejor momento para analizar el estado actual del sistema educativo y las graves consecuencias que vendrán si no reaccionamos de inmediato. Debemos sentarnos a la mesa y reflexionar sobre los siguientes aspectos, entre otros, que inciden notablemente en los resultados que nos describen:
1. Cantidad de escuelas vs matrícula real
Habiéndose registrado una merma dramática en la matrícula se hace necesario determinar si es prudente mantener operando escuelas que, por su condición, en vez de adelantar la causa, promueven la desigualdad educativa, aparte de lo que le cuesta a los contribuyentes.
2. Disponibilidad de recursos necesarios en las escuelas
Al consolidar escuelas se obtienen ahorros significativos que deberían reasignarse a otras proveyendo los recursos necesarios. Tenemos un sinnúmero de escuelas que no cuentan con un personal administrativo (secretarias), lo que obliga al director a ejercer esas funciones dejando a un lado las más relevantes, aquellas relacionadas a la docencia.
3. Seguridad en las escuelas
Estudios revelan la correlación entre las variables seguridad y aprovechamiento. El DE tiene una lista de escuelas que figuran como “Escuelas no seguras”, qué podemos hacer por ellas.
4. Mejorar las condiciones de trabajo en las escuelas
En pleno siglo 21hay muchísimas escuelas que no cuentan con la infraestructura necesaria para que los maestros puedan enriquecer sus clases diarias, por ejemplo haciendo uso de la tecnología.
5. Crear Proyecto Ayudantes para Maestros
La jornada diaria del maestro es cada día más diversa, retante y compleja. Si consideráramos una de las opciones que nos presenta el economista Gustavo Vélez, en su columna Nueve opciones para evitar el colapso final, La eliminación de la cultura de dependencia, permitiría que mujeres y hombres que dependen del gobierno en vivienda, salud y alimentación podrían dar un excelente servicio en las escuelas, ya sea en funciones administrativas, de mantenimiento y hasta de ayudantes en las salas de clases.
6. Efectividad de los distritos escolares
Son los responsables de ofrecer la ayuda técnica y apoyo a los maestros. Sin embargo, se diluyen tanto que el efecto se pierde. Entiendo que no han logrado ser efectivos.
7. Autonomía docente, fiscal y administrativa en las escuelas
La toma de decisiones debe estar justamente donde ocurre la acción. Disminuir dramáticamente los procesos burocráticos será esencial para el éxito de las escuelas. Esto deberá venir cuando los directores de escuelas se capaciten en las diferentes áreas muy en especial la académica y la fiscal.
8. Permanencia de las regiones educativas
Una vez contemos con un sistema de escuelas autónomas no serán necesarias y reflejaría un ahorro sustancial que se puede transferir a las escuelas.
9. Iniciativas que sobrecargan la tarea diaria del maestro
Hemos visto como en los últimos tres años, producto de la improvisación y el desconocimiento, se ha sobrecargado al maestro de trabajos administrativos que en nada aportan al aprovechamiento académico. Por el contrario, maestros cansados y hastiados que no pueden dar el máximo en la sala de clases.
10.Rigurosidad del tiempo lectivo
Somos la jurisdicción donde menos se defiende el tiempo lectivo.
11. Participación de los padres en el proceso educativo
Con lograr que los padres busquen los Informes de NotasHoja de Compromiso no es suficiente. Debemos identificar otras acciones que los motive/obligue a insertarse en los procesos educativos.
12. Reevaluación de las licencias otorgadas a instituciones que promueven la educación acelerada
No hemos logrado el desarrollo de las competencias en nuestros egresados de cuarto año de escuela superior, qué podemos decir de aquellos que escogen una ruta mucho más corta y menos rigurosa.
13. Revisión de estándares académicos
Acostumbro a ser riguroso a la hora de hablar de estándares y expectativas, pero tenemos que ser realistas. La cantidad de conceptos y destrezas plasmados en este documento para ser desarrollados en un año por grado resulta irracional. Tal parece que la calidad perdió terreno. Impera la cantidad, aunque al final nada se logre.
14. Bilingüísmo en las escuelas
Hoy más que nunca se hace imperativo establecer iniciativas para desarrollar y fortalecer el inglés. Otros países promueven dos y tres idiomas desde el nivel preescolar.
15. Preparación académica del docente
Los contenidos que se ofrecían en el nivel intermedio (maestros especialistas) se ofrecen ahora de cuarto a sexto grados por maestros que no son especialistas, y en su mayoría no tienen dominio de contenido, pero sí en metodología que fue en lo que se especializaron. Llegó la hora de requerir que los maestros del nivel elemental se especialicen por materia (4-6) y los de Kindergarten a tercero deberían ser especialistas en lectura.
16. Criterios de admisión a las facultades de Educación
Lamentablemente estamos en un país donde cualquier persona puede ser maestro. Estoy convencido de que debemos ser más rigurosos a la hora de aceptar candidatos, estableciendo criterios con altos estándares.
17. Rigurosidad en el proceso de otorgación de licencias a instituciones de educación superior para crear programas de preparación de maestros
Resulta exagerado que un país tan pequeño cuente con 42 programas de preparación de maestros. Puedo pensar que esto se ha convertido en un negocio. Lo que me cuesta es aceptar que el gobierno lo patrocine.
18. Escala salarial del maestro
Si bien es cierto que enfrentamos una situación económica difícil, también lo es que el salario que devengan estos profesionales no está a la par con los tiempos, no es comparable con las exigencias que se le hacen y mucho menos con los retos que a diario tienen que enfrentar y manejar, en ocasiones hasta solos.
19. Contenido del Plan Decenal para Educación
Ha habido un esfuerzo multisectorial ordenado, de voluntariado que recoge información muy valiosa que facilitaría gran parte del trabajo a realizar. Este debe ser considerado para evitar duplicidad de esfuerzos y pérdida de tiempo, lujo que no nos podemos dar.
20. Cómo recuperamos la confianza de los puertorriqueños hacia la escuela pública
Dependerá de cómo se atiendan los asuntos relacionados, valorando la aportación que cada sector hace. De esta manera lograremos un mayor sentido de pertenencia.
Todo lo anterior, dependerá también del equipo de trabajo que continúe las riendas del Departamento de Educación a partir de enero de 2017. Confío en que el gobernador electo, Dr. Ricardo Rosselló pueda deslindarse de los estilos tradicionales de selección y formación de equipos de trabajo para dirigir esta agencia tan compleja. Confío en que no se limite a considerar exclusivamente a aquellos que le ayudaron a lograr la victoria el pasado 8 de noviembre, o a los que colaboraron con el Plan para Puerto Rico, sino que prevalezca la cordura, la prudencia, el análisis profundo a la hora de seleccionar a aquellos hombres y mujeres que verdaderamente tienen las competencias, la pasión y valentía para hacer lo que hay que hacer. Exhorto al gobernador entrante, mi gobernador, a revisar las ideas de su “Plan para Puerto Rico”, asegurándose que estas responden a la realidad de los tiempos y promuevan la transformación necesaria.
Por último, aprovecho por segunda ocasión, a exhortar al gobernador entrante a buscar consenso sobre lo que debe ser un Proyecto Educativo de País. Un Proyecto producto del diálogo y análisis entre todos los sectores concernientes: educadores (maestros, directores, facilitadores), profesores universitarios, líderes magisteriales, representantes de todos los partidos políticos, incluyendo independientes, estudiantes, padres, líderes religiosos, entre otros. Nuestra situación particular exige un gran Proyecto a largo plazo, que logre el endoso y compromiso de todos y pueda tener continuidad.
Fuente: https://www.elnuevodia.com/opinion/columnas/20pasosparasuperarlosgrandesretosdelaeducacion-columna-2271893/
Imagen: rec-end.gfrcdn.net/images/tn/0/626/2541/2836/600/520/2016/12/13/0f6af06f-d1b2-42d9-9d6a-f1e126806cb1.jpg