Por: Laura Poy Solano
El nuevo marco curricular para la educación básica, así como los planes y programas de estudio 2022 elaborados por la Secretaría de Educación Pública (SEP), incluyen conceptos relevantes como considerar los aprendizajes en un contexto histórico y comunitario, la autonomía curricular y los aprendizajes situados, “pero es una propuesta inacabada y a destiempo”, señalaron directores y profesores.
En entrevista con La Jornada, afirmaron que “no establece cómo se realizará la transformación educativa que propone ni reconoce que para cambiar lo que ocurre en la escuela también se debe democratizar la estructura de mandos de la propia SEP”.
En un análisis del documento Marco curricular y plan de estudios 2022 de la educación básica mexicana, elaborado por la Dirección General de Desarrollo Curricular de la SEP, que plantea como ejes centrales el respeto a los derechos humanos y la dignidad de todos los alumnos, la interculturalidad, y poner a la comunidad y sus saberes como eje articulador de los procesos educativos, docentes y directivos insistieron en que la propuesta “puede quedarse otra vez en el papel, si quienes la ejecutan en las aulas no son llamados a participar y se quedan fuera”.
Francisco Bravo, director de la escuela primaria Leonardo Bravo, destacó que “hay muchos planteamientos con los que podemos coincidir, pues sí hay una visión diferente de lo que debe ser la escuela, en particular su estrecho vínculo con la comunidad y el contextualizar los aprendizajes, que son temas que ha demando por años el magisterio”.
Sin embargo, “habría que conocer cuáles son los mecanismos que propondrá la SEP para implementar esta nueva propuesta pedagógica, porque está ausente toda referencia a la formación inicial de los docentes y su actualización. Tampoco se incluye la malla curricular, pues sólo se menciona que está en construcción, por lo que no sabemos cómo se van a concretar los procesos de aprendizaje en el aula”.
El nuevo marco curricular también propone un perfil de egreso de la formación básica en el que los alumnos puedan construir un pensamiento crítico que les permita “tomar decisiones libres, conscientes y responsables, fundadas en el ejercicio de sus derechos”, incluyendo una alimentación saludable, la actividad física y la salud sexual, entre otros temas.
Con más de 30 años de experiencia docente, consideró que “la apropiación por parte de los maestros de este nuevo currículum será un trabajo duro, y las asambleas de análisis propuestas por la SEP no generarán ese proceso, por lo que cabe preguntarse si sólo se realizan para legitimar un modelo que ya se aprobó desde un escritorio”.
Enrique Enríquez, director de la escuela primaria Japón, subrayó que si bien el documento rector “retoma muchas de las demandas que hemos hecho, no toca en nada el papel de las escuelas normales, por lo que se comete el mismo error de otras administraciones al cambiar planes y programas de estudio de la educación básica, pero sin considerar la formación de los futuros maestros y la actualización de quienes ya estamos en servicio”.
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