20 Agosto 2017/Fuente:lavanguardia /Autor: ADELA VIVED
Se llama Khan Alkozee, tiene 23 años y llegó solo en avión a España en el año 2015. Huía de su país, Afganistán, debido a la guerra y a las constantes amenazas de muerte que recibían tanto él como su familia por parte de los terroristas.
Desde Damasco, Alepo, Homs (Siria), Xercoh (Ucrania), Irak y Afganistán han llegado diez jóvenes refugiados para realizar, este año, el curso cero en la Universidad Camilo José Cela gracias al Proyecto Integra. Desde el pasado mes de octubre, Khan Alkozee, Wafaa Almala o Lutfullah Salimi –entre otros- han realizado asignaturas como Español para extranjeros, Herramientas de inteligencia emocional, Refuerzo psicosocial, Conocimientos sobre valores constitucionales o Cultura española para poder incorporarse, en el próximo curso, a los diferentes títulos de grado que han seleccionado previamente.
Khan quiere estudiar Derecho, Criminología y Seguridad para poder volver a su país y contribuir a la mejora de la vida de sus ciudadanos. “Mis padres siempre me han dicho que la mejor manera de luchar contra el terrorismo es la educación y la ética”, explica el joven afgano en una entrevista con Europa Press. Ahora vive en la residencia de estudiantes que tiene la propia universidad en Madrid junto con sus otros compañeros.
Todos ellos tienen entre 19 y 28 años, pueden presumir de tener buenas notas académicas y son expertos manejando el español y el inglés. Ahora, gracias a esta pionera iniciativa, podrán retomar sus estudios y terminar el grado que empezaron en sus respectivos países.
“Todo comenzó con la Guerra ruso afgana, entre los años 1978 y 1192, en la que lucharon las fuerzas armadas de la República Democrática de Afganistán apoyadas por el Ejército Soviético contra los insurgentes muyahidines –un grupo de guerrilleros afganos islámicos apoyados por países extranjeros”, relata Kahn. Su padre tuvo la oportunidad de estudiar medicina en Turkestán y “al volver nos acusaban de comunistas y nos querían matar a todos por ello”, reconoce.
Regresar de Kazajistán y tener valores democráticos fueron razones suficientes para que los terroristas siguieran con sus amenazas constantes a toda la familia. “Ha habido muchos intentos de matarnos a mí y a mi hermano mayor. Los radicales querían acabar con todo aquel que supiera lenguas extranjeras o hubiera tenido algún contacto con el exterior”, continua.
La razón que convenció a Khan para emprender su viaje a España
Sin embargo, Khan tuvo mucha suerte. “Pude irme un año a estudiar a China y ahí conocí a una chica española”. Por razones que desconoce, el país asiático le denegó el visado y Kahn tuvo que volver a Afganistán pese a la insistencia de sus padres para que se fuera a estudiar al extranjero.
“En un principio yo no quería salir de mi país. Quería luchar contra los terroristas porque he perdido a mucha gente y, de alguna manera, quería vengarme”, reconoce ahora Kahn. “En ese momento, mis padres me ayudaron a despojarme de la violencia y a contestar con la educación y los valores”. Esta fue la razón que convenció a Kahn para emprender su viaje a España.
El primer año en este país, Kahn estuvo viviendo en un piso por su cuenta en Madrid. Más tarde, se trasladó a un c entro de acogida donde recibía 100 euros al mes para su manutención. “Cuando me enteré de esta iniciativa, pensé que era mi oportunidad”, confiesa decidido.
En estos momentos, comparte la residencia con otros alumnos de la universidad y admite “sentirse muy bien con la gente” porque “tiene amigos en todo el país”. Como cualquier otro joven de su edad, Kahn “queda, sale y disfruta” con sus compañeros. “Mis padres están incluso más contentos que yo, su sueño siempre ha sido que tengamos una vida y un futuro”.
La educación y la ética son muy necesarias para servirse a uno mismo y la sociedad
KHAN ALKOZEE
Joven afgano refugiado y estudiante de la Universidad Camilo José Cela
Para él, “la educación y la ética son muy necesarias para servirse a uno mismo y a la sociedad”. Según especifica durante la entrevista, “en su país no hay una buena enseñanza de valores”. “Los terroristas fueron niños en su día, y no podemos decir que hayan nacido así, cada uno fue una persona pequeña. Pero la vida les ha enseñado a ver mundo de otra manera, y eso está mal”, afirma.
“Ojalá se pudieran construir escuelas y fundaciones a los niños que están ahí. Acogerles. Enseñarles algo bello, algo más que la guerra. Cuando yo estaba ahí, solo veía destrucción. Cada día se mueren como 10 o 20 personas en cada pueblo, no conoces otra cosa”, admite Kahn quien se ha dado cuenta, desde que vive en España, “del valor que tiene la vida”.
“Mis padres están incluso más contentos que yo, su sueño siempre ha sido que tengamos una vida y un futuro”
Fuente de la noticia: http://www.lavanguardia.com/vida/20170819/43610475080/contra-el-terrorismo-educacion.html
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