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Cada 90 minutos desaparece una mujer en Perú

América del Sur/Perú/18-10-2020/Autor(a) y Fuente: lahora.com.ec

Los casos de desaparición de menores aumentaron durante la pandemia en este país sudamericano.

Redacción LIMA

Cada 90 minutos desapareció una mujer en Perú en lo que va de año, en su gran mayoría niñas o adolescentes, aunque el número de víctimas puede ser aún mayor en las regiones del país en las que se mantienen las restricciones para transitar por la pandemia del Covid-19.

«Es tan doloroso el fenómeno de la desaparición que no sabes si la persona está viva o muerta, su condición legal es de una persona que existe pero no está contigo. Eso genera un sufrimiento eterno, una incertidumbre permanente para la familia de no saber qué hacer», expresó a EFE la adjunta de los Derechos de la Mujer de la Defensoría del Pueblo, Eliana Revollar.

Aumentaron en la pandemia

La preocupación radica en que los casos de desaparición de menores aumentaron durante la pandemia, pero en las regiones que mantienen una cuarentena focalizada se han llegado a duplicar, como en la selvática de Ucayali, donde se han incrementado de 7 casos en agosto, a 20 en septiembre.

Algo similar ocurre en la amazónica San Martín, donde pasaron de 7 a 14 casos. En la región costeña de Tumbes, fronteriza con Ecuador, los casos se quintuplicaron en septiembre y en la andina de Huancavelica pasaron de 0 a 3.

Según las estadísticas, un total de 4.052 mujeres fueron reportadas a las autoridades como desaparecidas entre enero y septiembre último, de las cuales 2.894 eran niñas y adolescentes, es decir, 15 mujeres al día, de acuerdo al más reciente informe de la Defensoría del Pueblo.

Sólo durante la cuarentena que se aplicó en Perú entre el 16 de marzo y el 30 de junio para evitar los contagios por la pandemia, se reportaron 915 casos de niñas y mujeres desaparecidas.

Perdió a su hija y nietas

Patricia Acosta lleva más de cuatro años buscando a su hija Estefany Díaz y a sus nietas de 5 años y 8 meses, que desaparecieron con ella después de asistir a una fiesta infantil en el distrito de Ventanilla, en la provincia del Callao, vecina a Lima.

«Desapareció yendo a la matinée de una vecinita frente a mi casa, salió invitada por una prima hermana, desde ese momento no sé nada de mi hija ni de mis nietas, he estado buscándola en todos sitios», contó Acosta en entrevista con EFE.

La mujer denunció que en la comisaría policial «ha habido bastante negligencia, a pesar de que habían dos niñas desaparecidas. Cuando fue mi yerno a poner la denuncia no se la recibieron, le dicen que ‘de repente se fue con otra persona'».

Asesinada en otra ciudad

Una trágica muestra de que la pandemia fue también el peor momento para la violencia ejercida contra las mujeres es el caso de Leslie Valeria Vicente, una joven de 19 años que se fue a trabajar a la ciudad selvática de Tingo María para poder comprar un ordenador portátil que le permita seguir estudiando en la universidad en forma remota.

En Perú, en julio se reportaron más de 500 casos de desapariciones y en agosto superaron las 600.«Fue asesinada el 15 de julio, no hay ningún sospechoso, le pido al fiscal que se ponga una mano al pecho, es un dolor grande, no es fácil estar parada aquí hasta el día de hoy», declaró a EFE su madre Clavelina Félix Espinoza.

«Como pobres sólo nos queda pedir justicia para encontrar a la persona que le hizo daño a mi hija. Tenía 19 años, tenía una meta, quería salir adelante, cómo le hicieron esto injustamente, ¿en qué país vivo?», expresó la madre de Leslie.

Fuente e Imagen: https://lahora.com.ec/quito/noticia/1102329857/cada-90-minutos-desaparece-una-mujer-en-peru

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Brasil podrá tener educación a distancia hasta diciembre de 2021 por la pandemia

América del sur/Brasil/Octubre 2020/https://mundo.sputniknews.com/

Los alumnos brasileños podrían seguir la enseñanza a distancia que se ha implantado en los meses de la pandemia del nuevo coronavirus al menos hasta diciembre de 2021, si sigue adelante una resolución que el Consejo Nacional de Educación decidió el 6 de octubre.

El CNE es un órgano consultivo del ministerio de Educación, y el martes «aprobó la validez de la educación remota hasta diciembre de 2021», debido a la suspensión de las aulas presenciales por la pandemia, según adelantó el portal de noticias G1.

La determinación no es vinculante; primero deberá ser homologada por el ministerio de Educación, y después la decisión final la tomarán los estados y municipios.

El texto aprobado por el CNE también permite la fusión de los años lectivos de 2020 y 2021 en la educación básica y la creación de un año lectivo suplementario para los estudiantes de tercero de educación secundaria, entre otras medidas.

La situación de las clases en Brasil, suspendidas de forma presencial desde marzo, varía mucho en función de las regiones: Manaos (capital del estado de Amazonas, al norte), por ejemplo, fue la primera en retomar las clases presenciales en el mes de agosto, pero la mayoría aún no decidió qué hacer.

En el estado de Sao Paulo (sureste), el más afectado por la pandemia, las autoridades determinaron que a partir del 7 de octubre puede darse el regreso a las aulas, pero de manera opcional, dejando la decisión en manos de los alcaldes de cada municipio.

Fuente: https://mundo.sputniknews.com/america-latina/202010061093032681-brasil-podra-tener-educacion-a-distancia-hasta-diciembre-de-2021-por-la-pandemia/

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Reino Unido: Es más probable que los niños contraigan coronavirus en casa que en la escuela

Europa/Reino unido/semana.com

El Gobierno del Reino Unido llevó a cabo un estudio en el que buscó determinar si la reapertura de instituciones educativas podría generar nuevos focos de infección, Estos fueron los resultados.

De acuerdo con datos de la Unesco, a la fecha en todo el mundo hay 978 millones de estudiantes afectados por el cierre de escuelas, es decir, el 55.9 por ciento del total de estudiantes matriculados. Si bien la reapertura de escuelas ya se está dando en algunos países, aún la inmensa mayoría de niños, niñas y jóvenes permanecen alejados de las aulas.

En el caso de Colombia, desde septiembre algunas instituciones iniciaron con planes pilotos de reapertura, no obstante, la inmensa mayoría de los padres de familia aún no quieren enviar a sus hijos a los colegios a pesar de las ya documentadas afectaciones en salud mental y aprendizaje, así lo manifestó el 79 por ciento de familias a la Secretaría de Educación de Bogotá. En redes sociales muchos padres de familia aseguran que prefieren seguir con la educación en casa, a arriesgar a sus hijos a un contagio.

Un estudio llevado a cabo por el gobierno de Reino Unido, adelantado a través Public Health England ( PHE ), derribó algunos mitos sobre los riesgos de la reapertura de las instituciones educativas, siempre y cuando esta se haga bajo todos los protocolos de bioseguridad.

El estudio se realizó entre junio y julio en las escuelas de Inglaterra, momento en el que el número de alumnos que asistían a clases presenciales pasó de 475.000 a 1.646.000. Tras las muestras en las escuelas, solo se detectaron 67 casos individuales de estudiantes afectados, y 30 brotes entre alumnos y profesores, es decir que solo el 0.01 por ciento de los entornos educativos abiertos tuvo un brote, “los niños tenían más probabilidades de contraer la infección por SARS-CoV-2 en el hogar que en la escuela”, dice el informe, que aclara que solo se generaron casos en las escuelas cuando las infecciones en la comunidad en general también incrementaron.

El estudio del PHE evidenció que era más probable que hubiera brotes en aquellas áreas que también tenían una alta incidencia de covid-19, lo que sugiere que la transmisión en la comunidad estaba impulsando la propagación en las escuelas. Esto demuestra la necesidad continua de controlar la propagación de la infección en la comunidad para ayudar a mantener abiertas las escuelas.

“Los brotes de coronavirus fueron poco comunes en los entornos educativos durante el primer mes después de la flexibilización del bloqueo nacional en Inglaterra (…) Las intervenciones adicionales deben centrarse en reducir la transmisión dentro y entre los miembros del personal. y que todos desempeñen su papel al lavarse las manos, cubrirse la cara, mantener la distancia y hacerse una prueba si tienen síntomas», explicó el Dr. Shamez Ladhani, del PHE.

El experto recordó que durante el mismo período en el que se registraron 67 casos de contagios en las escuelas, se registraron 25.470 casos en Inglaterra.

En cuando a la forma en la que se originaron los brotes en las escuelas, la investigación indicó que se dio principalmente por cuenta de los trabajadores y no los estudiantes. La fuente probable en 20 de los 30 brotes que se registraron en los colegios fue la transmisión de personal a personal o de personal a estudiante. La transmisión de estudiante a personal fue la fuente probable en 6 casos y de estudiante a estudiante en 2. La fuente de transmisión no pudo establecerse en 2 brotes.

“Cuando los niños contrajeron la infección, era más probable que contrajeran covid-19 en casa, generalmente de uno de los padres. La mitad de los brotes no involucró a ningún estudiante y la transmisión entre estudiantes fue muy rara”, concluye la investigación que ya fue enviada a The Lancet.

Cifras similares en Francia

A mediados de septiembre, tras dos semanas de reapertura de todos los colegios, Francia tuvo que cerrar 80 escuelas por la detección de casos de coronavirus. A pesar de esto, y que esta noticia hizo que en Colombia se cuestionara la decisión de iniciar con la reapertura, en ese país calificaron como positivo el retorno a las aulas.

Jean-Michel Blanquer, ministro de Educación de Francia le explicó a SEMANA que no se trató de una situación grave: “Hemos tenido uno o dos casos en algunas instituciones, por esa situación cerramos cerca de 80 colegios o escuelas de un total de 60.000 que hay en todo el país, es decir 0,13 por ciento del total. En los colegios que se cerraron por brotes no hubo casos graves, así que no debería generarse temor por esto”, dijo.

Fuente: https://www.semana.com/educacion/articulo/es-mas-probable-que-los-ninos-contraigan-coronavirus-en-casa-que-en-la-escuela-estudio/202038/

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Entrevista a José Ramon Ubieto: «Sin el maestro o la maestra presentes en cuerpo y alma no se puede educar bien»

Entrevistas/15 Octubre 2020/Autor: Siscu Baiges/eldiariolaeducacion.com

  • “Muchos jóvenes se preocupan poco por la pandemia, igual que mucha gente mayor que tampoco le preocupa demasiado el cambio climático”, explica José Ramon Ubieto. Con él hablamos sobre el riesgo de confinarnos en nosotros mismos por el miedo al virus y el auge del mundo online.

Las emergencias -catástrofes naturales, atentados o pandemias como la actual- siempre hacen aparecer actitudes y sentimientos diversos», escribió el psicólogo clínico y psicoanalista José Ramón Ubieto en un artículo reciente en Catalunya Plural. Y es de las actitudes, los sentimientos, las reacciones de los ciudadanos y la sociedad ante la pandemia que estamos sufriendo de lo que hablamos aquí con este profesor de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), articulista, escritor y miembro de la Asociación Mundial de Psicoanálisis.

Cita a Freud cuando le dijo a un amigo que «el optimismo es un presupuesto; el pesimismo, un resultado». Usted dice que lo mejor es ser «pesimistas advertidos»…

Pesimista advertido quiere decir que hay algo en la vida que es siempre imposible. Freud tomó una frase de Kant. Kant decía que en la vida hay dos cosas imposibles, una es educar y la otra es gobernar. Y Freud añadió una tercera, que era curar. Imposible quiere decir no que no se pueda hacer ni que falten candidatos –porque no faltan candidatos ni para políticos, ni para maestros, ni para terapeutas– si no imposible. Imposible en el sentido lógico al que se referían Kant y después Freud, quiere decir que son prácticas, tareas para las cuales no tenemos un plan programado y una ciencia exacta. No sabemos cómo hay que educar con precisión. Siempre hay algo que uno tiene que inventar en la educación y además siempre hay algo ineducable. Tú puedes hacer todo lo posible para que tu hijo o hija sea de una determinada manera pero siempre hay un punto en el que ellos van a decidir, algo en que se educarán a su manera. Eso ocurre en el gobierno. Por eso hay cárceles, porque hay personas que no responden a ningún criterio de contrato social, de cumplir objetivos… Reconocer lo imposible quiere decir que uno no puede pensar que las cosas siempre irán bien porque está lo que no va a ir bien, está lo imposible. Pesimista advertido es, simplemente, alguien que acepta que en la vida hay ese punto de imposible y porque lo acepta, se pueden hacer cosas. Sabemos que no todo va a ser educable y podemos enfocar la educación hacia todo lo que es posible educar, sabiendo que habrá una parte de la educación que no se va a realizar. Parte del ideal educativo no se va a realizar, igual que no se realiza con personas que vienen a curarse aunque sabemos que no quieren curarse del todo, que hay una parte de su funcionamiento que no quieren cambiar, que les va bien así. Todos tenemos un incurable. A eso me refiero con ‘pesimista advertido’: saber que hay algo de lo incurable, de lo ineducable, de lo ingobernable, que forma parte de la vida.

Hemos renunciado a muchas cosas estos días: reuniones, abrazos, comidas fuera de casa, deportes… ¿Lo acabaremos aceptando como normal?

Espero que no. Estoy escribiendo un libro sobre cómo está cambiando el mundo y cómo lo hará, en el post-covid, la salud, la educación, los lazos sociales. En él planteo que no debemos olvidar nunca lo presencial. Hace poco, el profesor Klaus Schwab, fundador y presidente ejecutivo del Foro Económico Mundial de Davos decía que casi que se tenía que dar la bienvenida al Covid porque gracias a él se podría resetear el capitalismo y a partir de ahora lo presencial sería un poco obsoleto, se podría automatizar todo, la salud, la educación. De hecho, ese será el título del próximo encuentro de Davos en 2021: “Covid-19. El Gran reinicio”. Estamos en el dilema entre olvidar lo presencial y entregarnos a lo virtual o mantener lo presencial como algo irrenunciable. El cuerpo en la pedagogía es irrenunciable. Sin el maestro o la maestra en cuerpo y alma no se puede educar bien.

Siscu Baiges y José Ramón Ubieto, durante la entrevista | Pol Rius

¿Soportamos la situación actual pensando que es transitoria y que pronto podremos volver a abrazarnos?

Todo el mundo piensa eso. Tiene esa ilusión. Lo que nos está castigando ahora, lo que nos está produciendo la tristeza Covid, es que, no tiene dead line claro. Cuando hay un atentado terrorista, un huracán, una catástrofe natural, un terremoto, todo el mundo sabe que hay un dead line. Puede tardar unos días, pero cuando detengan al terrorista, cuando el huracán pase, recogeremos los restos del naufragio, pero ya se habrá acabado, será un lapso de tiempo corto. El problema con el que nos encontramos ahora es que, como que no hay un dead line, no sabemos cuándo acabará. Iba a ser a final de año, ahora ya seguramente será entrado el año 2021, quizás en abril, quizás en junio o septiembre… Como hay esa imprecisión, eso hace que nos esté costando un poco más mantener los ánimos, porque se está alargando, pero todo el mundo cree que esto volverá a ser como era.

La pandemia ¿ha acentuado la solidaridad entre las personas o nos hemos vuelto más egoístas, encerrados en nosotros mismos, en nuestros países?

Daniel Defoe escribió el texto El diario de la peste que es muy interesante porque te das cuenta de que, en realidad, no hemos cambiado tanto. Habla, por ejemplo, de la caridad que se generó en Londres en relación a las personas más vulnerables, pero explica también que tan pronto como terminó la peste también se acabó la caridad. Cada uno volvió a lo suyo. Y aquí no será muy distinto. Espero que quede parte o alguna de estas cosas nuevas que se van creando –no de caridad, porque eso no tiene mucho futuro–, de colaboración, de prácticas colaborativas. Que quede, por ejemplo, una sensibilidad clara de qué es lo esencial para nuestras vidas: la sanidad, la educación, el cuidado de los trabajadores en el teletrabajo y todas las formas de precariedad laboral… Eso sí lo espero. Grandes cambios subjetivos, no creo.

Ha escrito que «no hay una experiencia colectiva compartida. Cada uno lo vive de una manera» y señala tres tipos de efectos: la depresión, la inhibición social y la rabia. ¿Predomina alguno de estos tres efectos?

Normalmente los afectos se suceden cuando una crisis dura un cierto tiempo. Es como una especie de recorrido que todos hacemos. Lo primero que todos tuvimos fue perplejidad. ¿Qué es eso que está ocurriendo? ¿Es algo de los chinos? ¿Algo que puede venir aquí? Cuando vimos que podía venir aquí empezamos a angustiarnos, a tener miedo. ¿Qué será eso? Después ya empezamos a tener, por un lado, rabia por no haber podido evitarlo y, por otro lado, también tristeza porque empezamos a ver las pérdidas, la gente que se moría, los trabajadores que se quedaban en paro… No es que una vaya necesariamente detrás de otra y mucho menos colectivamente. Aparecen siempre simultáneamente y con intensidades diferentes. La rabia extrema es una negación de todo lo demás. Es el caso de los negacionistas. Muchos de ellos no quieren aceptar ninguna de las pérdidas y, por tanto, desarrollan una postura de negación absoluta, que es una negación psíquica muy evidente. Cuando uno tiene un problema grave puede pensar que no existe y negarlo. La negación es el fruto de una rabia intensa, sumada, lógicamente, a otra serie de influencias ideológicas, tecnológicas… Las redes sociales están impactando en la pandemia. Es muy importante cómo las fake news, las burbujas de filtro, todos estos sistemas de la vida algorítmica están influyendo en la percepción que tenemos y en los sentimientos.

Que los más vulnerables sientan esa rabia parece comprensible. Están más maltratados que nunca. Los confinan en hogares donde no pueden guardar ningún tipo de distancias. Se juegan más la vida.

Sí, claro. Lo que nos ha demostrado la pandemia es que las clases sociales todavía existen. Eso ha ocurrido en todas las epidemias. Daniel Defoe explica muy bien cómo rápidamente, cuando en Londres se empezaban a tomar las medidas de confinamiento por la peste, se iban a la campiña inglesa todos los que podían y se quedaban en la ciudad los que no podían hacerlo porque tenían que trabajar con su cuerpo y su presencia en el día a día y no tenían gente que lo hiciera por ellos. Si bien el virus no distingue entre clases sociales –puede contagiar al presidente de los Estados Unidos y al último refugiado de Lesbos- las respuestas a la pandemia sí que dependen de las condiciones sociales. Si uno tiene acceso o no a la sanidad, en qué condiciones, cómo vive el confinamiento, qué conexión tiene para poder mantener su trabajo y su educación… Eso es evidente.

La precariedad laboral lleva a eso.

Yo tengo contacto con Latinoamérica porque participo en jornadas y conferencias y en muchos lugares de allí, sobre todo en los barrios periféricos de grandes metrópolis, como Buenos Aires o Santiago de Chile, si no vas a trabajar cada día, no comes. La posibilidad de mantener la distancia y el confinamiento afectan a la vida, a la supervivencia. Justo al contrario, para nosotros el confinamiento, la distancia nos puede dar la vida, pero las personas que necesitan salir a trabajar porque no tienen ninguna cobertura tienen que elegir entre enfermar o vivir.

El teletrabajo se ha disparado. ¿Qué repercusiones tiene esta explosión del teletrabajo? ¿Cómo afecta nuestra psicología?

El teletrabajo será uno de los grandes cambios de la pandemia. Tras ella quedará un aumento de lo virtual, en muchos ámbitos. En el de la salud, ya estamos viendo ahora mismo cómo la gente se contacta telefónicamente con sus médicos. En el de la educación, las universidades ya ofrecen mucha enseñanza on line. En el mundo del trabajo habrá una generalización del teletrabajo en todos los sectores donde sea posible. Lógicamente hay ámbitos en los que no lo será. Hay que cultivar el campo, transportar la comida, cocinarla… hay aspectos que no se pueden afrontar con teletrabajo. En todo lo demás va a ser muy importante. Las empresas verán sus ventajas para disminuir sus gastos de viajes, inmobiliarios… La duda es en qué condiciones quedarán los teletrabajadores. Hay muchas personas que tienen buenas condiciones laborales si teletrabajan pero la precariedad en el teletrabajo ya existía antes: las teleoperadoras y mucha otra gente. Empieza a haber legislación. Hay que ver cómo se regula. Desde el punto de vista psicológico, el mayor desafío del teletrabajo es el aislamiento que puede provocar. Los profesores que se dedican exclusivamente a la docencia on line ya hace un tiempo que lo experimentan: desde la obesidad por pasar tanto tiempo en casa hasta el burn out (quemado profesional) por no tener el contacto presencial directo con otros compañeros en la oficina y no poder compartir una discusión, un conflicto, un dilema. Todo eso tiene efectos. El aislamiento siempre tiene efectos sobre las personas. Los otros son una referencia. A la que nos hemos desconectado de los otros ha habido efectos de tristeza, de desorientación, de confusión… seguro que el teletrabajo tendrá ese tipo de efectos.

José Ramón Ubieto, durante la entrevista | Pol Rius

¿Los ciudadanos se sienten protegidos por sus gobernantes o tienen la impresión de que los han abandonado, por incompetencia o mala fe?

La desconfianza en los dirigentes ya venía de antiguo. Eso es lo que, entre otras cosas, dio tantos éxitos al populismo y a líderes como Trump, Bolsonaro, Orban… estos líderes se apoyaban en una desconfianza generalizada de la población respecto a sus dirigentes. Apelaban a que sólo ellos se preocupaban por los ciudadanos de sus países. En realidad, era un cinismo porque hemos visto que lo que les preocupaba era su propio bienestar, en primer lugar. Ese cinismo, encarnado por los dirigentes y sustituyendo a la legitimidad democrática tradicional, ya nos indicaba que la desconfianza era un sentimiento creciente. La pandemia ha puesto de relieve las insuficiencias de los dirigentes. Es llamativo que ya sabíamos que esta pandemia se iba a producir. Hay muchos informes que lo advertían. La CIA, en 2015, elaboró un informe que pronosticaba que alrededor de 2025 habría una infección respiratoria muy grave que acabaría siendo una pandemia. Se ha adelantado un poco. También lo predijeron la Fundación Bill Gates y muchos estudios que nos decían que eso iba a ocurrir. La sorpresa es que prácticamente no había planes de contingencia. Nadie sabía dónde encontrar mascarillas. Nadie sabía cómo organizar una respuesta sanitaria de emergencia. Lo cual quiere decir que la imprevisión de los dirigentes ha costado vidas y ha hecho que las cosas fueran peor. La gente es consciente de todo esto y, por tanto, hay una indignación y una rabia que se tendrá que ver cómo manejan los responsables políticos. Eso pasará factura cuando todo esto acabe.

Se ha acentuado el conflicto entre los jóvenes y el resto de la sociedad. Se les acusa de no tomar en serio la gravedad de la pandemia porque a ellos la Covid-19 les hace menos daño que a los adultos y los viejos

Otro cronista de la peste es Giovanni Bocaccio. Su Decamerón es un relato de la peste bubónica, que asoló toda Europa, también Italia. Bocaccio habla de la pasión de los jóvenes por gozar la vida intensamente puesto que sabían que muchos de ellos iban a morir. Ahora lo que ha ocurrido no es la resignación ante una muerte que no era percibida así pero sí la mezcla de varios aspectos. Por un lado, la necesidad que tienen los jóvenes del contacto social, que es una necesidad diferente de la que tenemos los mayores. Nosotros podemos aislarnos pero para los jóvenes el contacto es fundamental para reconocerse entre ellos. Los jóvenes son sus propios influencers. Para ellos, los que marcan los itinerarios de sus vidas son sus otros, los otros iguales, sean influencers famosos o sean compañeros de su grupo. Y luego están en una edad en la que se tienen que iniciar en todo, en los consumos, en la sexualidad, en la diversión, en el riesgo. Además coincidió que era el verano. Para ellos, la distancia social tiene que ver más con la pérdida de vida que con la supervivencia. Para ellos, perder la vida es perder el contacto. Tenemos que tener una visión un poco comprensiva. También hay una cierta hipocresía. ¿Por qué no nos preocupamos los mayores por el cambio climático, cuando todos sabemos que es el próximo desastre al que vamos a asistir? Ya lo estamos viendo en los incendios y en muchos fenómenos climáticos. Los mayores no nos preocupamos por el cambio climático porque muchos de nosotros pensamos que esto apenas nos va a tocar. En cambio, las manifestaciones de Fridays for Future y otros movimientos parecidos son de gente joven porque saben que sí que les va a tocar. Cuando a veces criminalizamos a los jóvenes diciéndoles que no están respetando las normas hay una parte de razón evidente en lo que decimos pero también tenemos que esta pandemia nos preocupa sobre todo a los mayores porque afecta a nuestra existencia pero no nos preocupamos del futuro de los jóvenes. Hay que tratar esta pandemia con una cierta perspectiva y hay que ayudarles a protegerse. Por otro lado, hay que evitar hablar de ‘los jóvenes’. ‘Los jóvenes’ no existen, como no existen ‘los de 60 años’. Hay personas de 60 años de muchas clases. Hay jóvenes que se han saltado todas las normas y han sido muy irresponsables pero también hay jóvenes que llevan mascarilla, que han creado muchas iniciativas cooperativas en relación a la pandemia, a ayudar a los otros. Matizaría esas visiones simplistas que salen en los medios criminalizando a un sector. Es como si habláramos de ‘los chinos’. Hay mil y pico millones. No podemos hablar de ‘los chinos’.

El SIDA provocó graves problemas en las relaciones sexuales entre personas homosexuales. ¿El Covid-19 está provocando un efecto parecido en el conjunto de los ciudadanos, especialmente los más jóvenes?

Ha producido un efecto curioso. La pandemia ha promovido el consumo de porno on line, que ya era muy alto. Lo ha aumentado. Ha favorecido muchos contactos via on line. Pero también es muy interesante lo que explican compañías como Badoo, Tinder y las aplicaciones de citas que se han dado cuenta de que muchos usuarios han mantenido el uso de esas aplicaciones como lugares de conversación o una mezcla de conversación y algunas prácticas sexuales on line. Se ha visto que el sexo también necesitaba de algún añadido. Ya lo sabían. Tinder tuvo que recordar a la gente que esa aplicación era para que se encontrasen y tuviesen sexo, no para que hablasen. Incluso hicieron una campaña con testimonios de usuarios de Tinder que decían que se habían encontrado y tenido sexo. Se dieron cuenta de que la gente, en realidad, no siempre quiere solo sexo sino también una conversación, sentirse en intimidad con el otro, sentir algo de afecto, de amor. No todo se reducía al sexo. La pandemia ha demostrado que algunas de estas aplicaciones se han mantenido porque la gente quería fantasear con otros a distancia.

El psicólogo clínico y psicoanalista José Ramón Ubieto | Pol Rius

 

¿Hay algún consejo, algún criterio a seguir para combatir el miedo? Hay personas, sobre todo gente mayor, que hace muchos meses que prácticamente no salen de casa

Por mi trabajo hablo con muchas personas. Algunas son mayores. Algunas han perdido a su pareja. Y me comentan las dificultades que tienen para salir. Hay cosas que no deberíamos hacer y algunas que podríamos hacer. Lo que no deberíamos hacer es quedarnos paralizados y entregarnos a la nostalgia, pensar qué bonito era el mundo antes de esto. Eso aumenta la desazón. A las personas mayores siempre les digo que retomen las actividades ajustadas a las posibilidades actuales. Si antes salía tranquilamente sola a dar la vuelta a todo el barrio, ahora salga acompañada y dé una vuelta a la manzana. Haga algo. No se quede en casa. Aunque sea poco, eso le ayudará. No olvidar lo presencial. No renunciar a los encuentros. Es mejor vernos seis que no vernos ninguno. Es mejor vernos en el exterior, con mascarilla y con distancia, que no vernos. Mantener lo presencial es fundamental. No hay que renunciar tampoco a todos los placeres que podamos obtener, sean sexuales hasta cocinar o ir a la montaña. El miedo y la culpa engordan siempre con la renuncia. Contra más nos confinemos nosotros mismos, contra más renunciemos, más culpables y más miedosos nos sentiremos. La manera de combatir el miedo es mantener una cierta normalidad, limitada en los objetivos –lo imposible que decía al principio- , pero porque aceptamos lo imposible podemos lo posible. Si nos encerramos, eso no nos ayudará nada.

¿Cómo se imagina el fin de esta pesadilla? ¿Nada volverá a ser como antes de la pandemia, como avisan algunos?

Cada gran cambio de estos deja cosas que quedan. No ha sido el fin de un mundo. El filósofo coreano Han hablaba del fin de un mundo, no del fin del mundo. No ha sido el fin del mundo y tampoco estoy seguro de que haya sido el fin de un mundo. Habría que ponerse de acuerdo en lo que quiere decir eso. Está claro que habrá cosas que cambiarán y me parece que lo que cambiará es un aumento de lo virtual sobre lo presencial, pero también está en nuestras manos, porque el destino no está escrito, matizar esos cambios. La gente va a seguir tomando decisiones que influirán un poco en ese futuro que no está escrito. Si todos los profesores aceptan que lo on line sirve mejor que lo presencial eso traerá efectos dañinos para la educación. Si la gente acepta que es mejor que los periodistas no hagan entrevistas presenciales y que todo se resuelva por mail eso afectará al periodismo, a los lazos sociales… El teletrabajo cambiará inevitablemente el mundo laboral. Eso es seguro. Ya lo está haciendo. Habrá cosas de salud y de educación que también pero el grado de cambio dependerá de las respuestas de la gente. Imagino que el final, el dead line, lo pondrán las vacunas, cuando el miedo al contagio sea escaso. Quedarán las últimas personas que les costará un poco salir y volveremos rápidamente a la normalidad, con algunos cambios, inevitablemente. Pasó con el Sida. Se volvió a la normalidad pero la gente se lo pensaba dos veces antes de no usar preservativo al tener relaciones sexuales. Ahora pasará lo mismo.

Fuente e imagen tomadas de: https://eldiariodelaeducacion.com/2020/10/14/sin-el-maestro-o-la-maestra-presentes-en-cuerpo-y-alma-no-se-puede-educar-bien/

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El Salvador: Educación hace ajuste para que escolares no aplacen grado

América Central/El Salvador/11-10-2020/Autora: Evelia Hernández/Fuente: www.elsalvador.com

Dos estudiantes tienen que salir de sus casas y buscar señal para su celular en Tamanique, para poder seguir las clases en línea. Foto EDH / Archivo

Colegios advierten que promoverán a estudiantes por aprendizaje adquirido. La promoción automática puede traer problemas al alumno, advierte especialista en educación.

Las medidas son ejecutadas debido a que este año se suspendieron las clases presenciales a causa de la pandemia y las medidas de prevención y control de la enfermedad.

Las disposiciones están en la Normativa Transitoria para las Evaluaciones de Promoción de Estudiantes durante el año lectivo 2020 y la Continuidad Educativa 2021 , cuyo objetivo es promoverá a los alumnos a cursar el grado académico superior y que en los primeros tres meses de 2021 reciban un refuerzo educativo del contenido que tuvieron que haber recibido este año; al cuarto mes seguirán con contenido del grado a cursar.

Para que los alumnos puedan tener la “promoción orientada”, es decir pasar de grado, tienen que haber entregado como mínimo cuatro guías desarrolladas por asignatura en el trimestre. Con base a ese trabajo, los profesores asignarán nota.

“No queremos que ningún estudiante, de ningún grado se quede aplazado o pierda el año por culpa de la pandemia, que no es culpa de nadie (…) La idea es que todos pasen, pero no los podemos promover así de hecho, entonces lo que se está haciendo es dando las herramientas, metodologías y orientaciones necesarias para que existan procesos de nivelación que permitan avanzar y poder pasar el grado”, declaró Ricardo Cardona Alvarenga, viceministro de Educación.

Los estudiantes de educación inicial a básica tendrán seis meses, a partir del anuncio para entregar actividades y guías para complementar la nota mínima.

Y los alumnos que cursan último año de bachillerato tienen hasta diciembre para entregar guías de materias reprobadas y llegar a la nota mínima de seis para no perder el año escolar.

“La idea nuestra es dar todas las oportunidades para que no haya dificultad que algunos niños no alcancen la nota mínima (…) En caso que el estudiante tenga una materia pendiente y se termina el 2020, todavía en 2021 durante el primer trimestre los niños podrán entregar pendientes”, explicó Alexander Granados, director de Educación Media del ministerio.

La normativa está diseñada para dar flexibilidad en los métodos de evaluación y continuidad educativa para los escolares.

En los colegios

El representante de la Asociación de Colegios Privados, Javier Hernández, manifestó que el sector privado está a tres semanas de finalizar el año académico y están de acuerdo con las modificaciones anunciadas por el ministerio, como la suspensión del servicio social para los estudiantes de Educación Media.

La asociación recomendó que sea el docente que atendió al grupo de alumnos este año, sea el mismo que los atienda el próximo. Este punto fue aprobado por el Ministerios de Educación.

En cuanto a la flexibilidad de la evaluación y promoción, Hernández advirtió: “nosotros vamos a promover según la calificación de acuerdo al desempeño que han tenido, eso no puede cambiar aunque haya una pandemia”.

El representante de los colegios opinó que pasar a un alumno al grado superior sin haber aprendido ni las mínimas competencias requeridas “ es un daño para el estudiante”. Además, recomendó a los padres de familia que adquieran conciencia del aprendizaje se sus hijos.

“La edad cronológica del estudiante posiblemente no sea la más deseable para reprobar un grado, pero el sistema dio las suficientes opciones para poder rendir en la modalidad no presencial”, opinó Hernández.

Agregó que para el próximo año deben hacer ajustes curriculares sobre contenidos no servidos y que serán adaptados para ser enseñados en el primer trimestre.

El especialista en educación, Oscar Picardo, advirtió que las “promoción automática” de estudiantes debe implementarse con el 50% de logros en aprendizaje en el año.

“Sino se garantiza eso es como tirar una Promoción Automática, es simplemente engañar a la gente y llevarlos a un problema posterior, porque si no entendió matemática de quinto grado y te pasan a sexto grado, en séptimo te va explotar la bomba”, explicó Picardo.

El experto añadió que se puede implementar metodologías de educación acelerada en tres meses para que los niños puedan ser nivelados; sin embargo, advirtió que esta modalidad está recomendada para sexto grado y cuando los grupos de alumnos no son masivos.

La ministra de Educación, Carla Hananía de Varela, enfatizó que no se trata de una promoción automática.

“Lo que no queremos es que el sistema educativo propicie la deserción o el estancamiento del proceso de continuidad de los estudiantes, es decir que todos tengan la oportunidad”, dijo Cardona Alvarenga.

Educación aún no anuncia la fecha del inicio de clases semipresenciales para el año lectivo 2021.

Fuente e Imagen: https://www.elsalvador.com/noticias/nacional/covid-19-ministerio-de-educacion/762757/2020/#

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Zizek: Covid crisis sparked fear of communism & China’s rise as superpower. But best way to prevent communism is to FOLLOW China

By: Slavoj Zizek

Across the world, the establishment is aware of the radical social consequences of the coronavirus pandemic. That’s why we’re seeing leaders introduce strategies and thinking that could be interpreted as fascist in principle.

story picked up by the UK media at the end of September passed almost unnoticed. As The Guardian reported, “The government has ordered schools in England not to use resources from organizations which have expressed a desire to end capitalism. Department for Education guidance issued on Thursday for school leaders and teachers involved in setting the relationship, sex and health curriculum categorized anti-capitalism as an ‘extreme political stance’ and equated it with opposition to freedom of speech, anti-Semitism and endorsement of illegal activity.”

As far as I know, this was the first time such an explicit order had been given; nothing like this happened even in the darkest periods of the Cold War. One should also note the words used: “a desire to end capitalism.” Not an intention, a plan, a program, but simply a desire – a term which can be applied to almost any statement (“True, you didn’t say it, but it’s what you desire…»).

Plus, of course, there was the (now usual) addition of “anti-Semitism,” as if a desire to end capitalism is in itself anti-Semitic. Are the authors aware that their prohibition is in itself anti-Semitic: it implies that Jews are in their essence capitalist?

Why this sudden panic reaction to communism? Is it fear that the pandemic, global warming and other social crises may provide an opportunity for China to assert itself as the only remaining superpower? No, China is not today’s Soviet Union; the best way to prevent communism is to follow China. While the Soviet Union was the external enemy, the threat to liberal democracies today is internal, from the explosive mixture of crises that beset our societies.

Let’s take an extreme but clear example of how the ongoing pandemic pushed our societies in the direction of what we associate with communism, and for some even the worst part of it.

In his Logiques des mondes, Alain Badiou elaborated on the idea of the politics of revolutionary justice at work from the ancient Chinese ‘legists’ through Jacobins to Lenin and Mao. It consists of four moments: voluntarism (the belief that one can “move mountains,” ignoring “objective” laws and obstacles), terror (a ruthless will to crush the enemy), egalitarian justice (its immediate brutal imposition, with no understanding for the “complex circumstances” which allegedly compel us to proceed gradually), and, last but not least, trust in the people.

Does the ongoing pandemic not require us to invent a new version of these four features?

Voluntarism: Even in countries where conservative forces are in power, decisions are taken which clearly violate “objective” laws of the market, like the state directly intervening in industry, distributing billions to prevent hunger or for healthcare measures.

Terror: Liberals are correct in their fears. Not only are states forced to enact new modes of social control and regulation, but people are even solicited to report family members and neighbors who hide their infection to the authorities.

Egalitarian justice: It is commonly accepted that the eventual vaccine should be accessible to everybody, and that no part of the world population should be sacrificed to the virus – the cure is either global or inefficient.

Trust in the people: We all know that most of the measures against the pandemic only work if people follow the recommendations. No state control can do the work here.

But much more important than this is the partial socialization of economy imposed by the pandemic. Such a socialization will become even more urgent with the ongoing rise in infections. This is how one should also interpret the ‘fascist’ tendencies of Trump and other populists. As Walter Benjamin said long ago: “Behind every fascism, there is a failed revolution.”

These ‘fascist’ tendencies signal that the establishment is silently aware of the radical social consequences of the pandemic. The establishment acts preventively by trying to quash them before they acquire full political form.

Although it is too simple to dismiss Trump as a fascist, the danger he embodies is even worse than outright fascism. From my youth, I remember a classic East German joke: Richard Nixon, Leonid Brezhnev and Erich Honecker confront God, asking him about the future of their countries. To Nixon, he answers: “In 2050, the US will be communist.” Nixon turns around and starts to cry. To Brezhnev, he says: “In 2050, the Soviet Union will be a Chinese province.” After Brezhnev also turns around and starts to cry, Honecker finally asks: “And how will it be in my beloved GDR?” And God turns around, and starts to cry…

We can easily imagine a version of the same joke if Trump and those similar to him prevail in our world. Putin, Chinese President Xi Jinping and Donald Trump confront God with the same question. To Putin, God answers: “Russia will be controlled by China,” so Putin turns around and starts to cry. To Xi, God answers: “Mainland China will be dominated by Taiwan,” so Xi does the same. When Trump finally asks the same question, God turns around and starts to cry…

What we are getting today – not only in China – is the combination of strong authoritarian states with wild capitalist dynamics. The most efficient form of capitalism today is what Henry Farrell called “networked authoritarianism”: if a state spies on people enough and allows machine-learning systems to incorporate their behavior and respond to it, it is possible to provide for everyone’s needs better than a democracy could. Here, Xi, Putin and Trump are joining hands.

Two conclusions impose themselves here, a short-term one and a long-term one. The short-term one is that the task of (whatever remains of) the radical left is now, as Alexandria Ocasio-Cortez pointed out, to save our “bourgeois” democracy when the liberal center is too weak and indecisive to do it. ‘Shame on them; we have now even to fight their battles!’

Obsessed by Trump’s provocative eccentricities, liberals miss the key point, developed by Michael Sandel: Trump is not a dictator, he only plays one on television, and we should not play along as his supporting cast. This is what we do when we criticize him as some kind of fascist, instead of focusing on his failures which he obfuscates by his dictatorial excesses and provocations. His typical strategy is to provoke the liberal ire which attracts wide attention and then, out of sight of the public at large, enforce measures which limit workers’ rights, etc.

And the second conclusion? During the protests that erupted in Chile in October 2019, there was graffiti on a wall which read, “Another end of the world is possible.”. This should be our answer to an establishment obsessed by apocalyptic scenarios. Yes, your old world is coming to an end, but the options envisaged by you are not the only ones: another end of the world is possible.

Source and Image: https://www.rt.com/op-ed/502825-china-communism-covid-follow/

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Pobreza a futuro

Por: lahora.com.ec

Cien millones de personas en el mundo caerán este año en la pobreza extrema, y verán sus ingresos reducidos a 57 dólares mensuales, o menos, advierte el Banco Mundial (BM). A ellos, se sumarán los 240 millones de personas que, en cambio, se estrenarán en la categoría de ‘pobres’, por primera vez en décadas.

La economía se recuperará en la medida en la que las sociedades aprendan a vivir con la amenaza y a sostener a aquellos cuya incursión en ‘la calle’ los postrará en una cama, en el mejor de los casos, si no los lleva a la tumba.

Mucha esperanza se ha puesto en la vacuna, pero incluso cuando se descubra y se acompañe por un cóctel medicinal que se irá probando como preventivo o curativo, Naciones Unidas alerta que una campaña masiva de vacunación contra el Covid-19 tardará años en llegar.

Sin las medidas acertadas, miles de niños caerán en la desnutrición, retrasarán su crecimiento y el Ecuador habrá comprometido casi una generación. Si no es por motivos humanitarios, el cálculo debe ser -al menos- económico.

El Bono de Apoyo Nutricional, un pago “emergente y excepcional” de $240 que hará el Gobierno a familias vulnerables con hijos pequeños, es parte de las condiciones que exigen los organismos multilaterales a cambio de créditos con condiciones favorables. Aunque el bono se repartirá por una sola vez, es un paso en la dirección correcta para salvar a una generación entera de ecuatorianos que -con una educación a medias-, y sin nutrirse adecuadamente, podría costarle al país mucho más de lo que ahora el Gobierno está dispuesto a invertir.

“Encuentro que mientras mejor conozco a los hombres, más quiero a los perros”. Charles de Gaulle (1890-1970) Militar y estadista francés.

Nunca pinto sobre sueños o pesadillas; pinto solo mi realidad.” Frida Khalo (1907-1954) Pintora y feminista mexicana.

Fuente e Imagen: https://lahora.com.ec/quito/noticia/1102328795/pobreza-a-futuro

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