Venezuela: Andragógica: Opción Emancipadora para el Desarrollo Endógeno del Sentipensante

Andragógica: Opción Emancipadora para el Desarrollo Endógeno del Sentipensante

Judith Parejo Febres¹
Correo: Jupafe.jpf@gmail.com

RESUMEN
El presente artículo intenta a través de un ejercicio interpretativo, narrar las reflexiones individuales y colectivas surgidas durante el desarrollo del Programa de Actualización Académica, dirigido al personal docente y de investigación de la Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez (UNESR), sobrevenidas durante el lapso abril 2022 – febrero 2023. Dicho programa partiendo de dos premisas intenta transformar el horizonte praxeológico del facilitador de los aprendizajes, motivando el diálogo y la reflexión permanente, sobre la vigencia de la formación andragógica del adulto, así como también, en relación a la importancia de la descolonización de la praxis docente y de investigación, en atención de la necesaria y urgente transformación cualitativa de la educación universitaria. Las Comunidades de Aprendizajes se presentan entonces como opción emancipadora al lograr potenciador las capacidades de autodirección, autoformación y autorregulación del sentipensante. Los largos años de agresión imperial contra Venezuela y los nefastos efectos ocasionados por la pandemia por COVID-19, hacen necesario el ensayo de modalidades de formación del personal docente y de investigación, en el caso particular que me ocupa, a través de la puesta enmarcha de las Comunidades de Aprendizaje a nivel nacional, retomando la senda del pensamiento del Maestro Simón Rodríguez –educación lugarizada y republicana-, y de Félix Adam –educación andragógica- como principios primigenios institucionales, enriquecidos desde las ideas de pedagogos, sociólogos, filósofos de la talla de Paulo Freire, Fals Borda, Antonio Gramsci, Humberto Marturana, Eduardo Galeano, Henry Giroux, Peter McLaren, Edgar Morín, entre otros que apuestan a otro modelo educativo posible, humanista, crítico, transformador, que devuelva la condición humana, sensible y emancipada del sujeto que aprende, en sinergia con su amplia complejidad.
Palabras claves: andragógica; emancipación; desarrollo endógeno; sentipensante.

¹Profesora en Educación Integral, mención Ciencias Sociales. Magister en Educación Robinsoniana. Docente investigadora. Coordinadora de la línea de Investigación Educación Emancipadora (EGAS). Coordinadora de la Maestría en Educación
Robinsoniana, UNESR, Maturín Venezuela.

ANDRAGOGIC: EMANCIPATING OPTION AND THE ENDOGENOUS DEVELOPMENT OF THE SENTITING THINKER
Judith Parejo Febres¹
Mail: Jupafe.jpf@gmail.com

ABSTRACT
This article attempts, through an interpretive exercise, to narrate the individual and collective reflections that arose during the development of the Academic Update Program, aimed at the teaching and research staff of the Simón Rodríguez National Experimental University (UNESR), which occurred during the April period. 2022 – February 2023. Based on two premises, this program tries to transform the praxeological horizon of the learning facilitator, motivating dialogue and permanent reflection, on the validity of the andragogic formation of the adult, as well as, in relation to the importance of the decolonization of teaching and research praxis, in response to the necessary and urgent qualitative transformation of university education. The Learning Communities are then presented as an emancipatory option by enhancing the self-direction, self-training and self-regulation capacities of the sentient. The long years of imperial aggression against Venezuela and the disastrous effects caused by the COVID-19 pandemic make it necessary to test training modalities for teaching and research personnel, in the particular case that concerns me, through the implementation of march of the Learning Communities at the national level, retaking the path of thought of Master Simón Rodríguez -placed and republican education-, and of Félix Adam – andragogical education- as original institutional principles, enriched from the ideas of pedagogues, sociologists, philosophers of the likes of Paulo Freire, Fals Borda, Antonio Gramsci, Humberto Marturana, Eduardo Galeano, Henry Giroux, Peter McLaren, Edgar Morín, among others who bet on another possible educational model, humanist, critical, transformative, that restores the human condition, sensitive and emancipated from the subject who learns, in synergy with its broad complexity.
Keywords: andragogic; emancipation; Endogenous development; sentimental.

¹ Professor in Integral Education, mention in Social Sciences. Master in Robinsonian
Education. Research teacher. Coordinator of the Emancipatory Education Research line
(EGAS). Coordinator of the Master’s Degree in Robinsonian Education, UNESR,
Maturín Venezuela.

INTRODUCCIÓN
La reflexión presentada en este artículo deviene de las experiencias surgidas durante el desarrollo del Programa de Actualización Académica, dirigido al personal docente y de investigación de la Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez (UNESR), iniciado en abril del año 2022 y aun en desarrollo. Dicho programa gira en torno a dos premisas: la primera regresar a la senda de la formación permanente del adulto, orientado desde la filosofía andragógica, y una segunda, relacionada con la descolonización de la praxis del personal docente y de investigación, como apoyo a la transformación praxeológica, axiológica, heurística de la educación universitaria pensada desde la andragogía como disciplina orientadora del proceso de aprendizaje del adulto, opción emancipadora, aval del desarrollo endógeno del sentipensante.

En la actualidad, estamos conscientes de que gran parte del personal docente de planta, formado bajo la filosofía universitaria, abandono el ejercicio docentes para dedicarse a otros asuntos económicos, o migro a otras regiones, en razón del profundo daño causado a nuestra economía por el asedio emprendido contra Venezuela, en la actual fase injerencista y de control imperial; ciclo arreciado por el expresidente de los Estados Unidos, Barack Obama. La desmejora progresiva de la calidad de vida del pueblo venezolano, la violación sistemática de su derecho a una vida digna, libre,  utoterminada, cambio drásticamente el horizonte en que se venia moviendo el proceso de orientación-aprendizaje en nuestra institución. En este sentido, el Programa de Actualización Académica (2022-2023), infiero, germinó como acción contrahegemónica, buscando como señalará líneas arriba, re-encausar el hacer praxeológico del facilitador de los aprendizajes en la UNESR.

A los largos años de agresiones imperiales contra Venezuela, se suman los nefastos efectos ocasionados por la pandemia por COVID-19; con ella se perdieron muchas vidas valiosas, hombres y mujeres, profesionales aguerridos cambiaron de paisaje, dejando un vacío que hoy se intenta atenuar formando a las nuevas generaciones, en el caso particular que me ocupa, al personal docente y de investigación de nuestra institución, invitándoles a retomar la senda del pensamiento del Maestro Simón Rodríguez –educación lugarizada y republicana-, y de Félix Adam – educación andragógica- como principios primigenios institucionales, enriquecidos desde las tesis de pedagogos, sociólogos, filósofos de la talla de Paulo Freire y su propuesta -entre otras- de una pedagogía del oprimido, o de la pedagogía de la autonomía; Orlando Fals Borda y la sociología sentipensante para América Latina; Antonio Gramsci, con el sentido de la filosofía política y la tarea del pensar, su idea de la filosofía espontanea; Humberto Marturana y su visión de la educación, la biotecnología como enajenación mercantil del saber, la biología del conocer y del aprendizaje o de la educación y la responsabilidad; Eduardo Galeano y el efecto descuartizador de la educación al enseñarnos a divorciar el cuerpo del alma y la razón del corazón; Peter McLaren y su propuesta de una pedagogía revolucionaria; Henry Giroux con la educación radical, o teoría del cambio y del compromiso social, la creación y modificación de contextos; Edgar Morín y su contribución al pensamiento complejo, la ciencia con conciencia, el enseñar a vivir como manifiesto para cambiar la educación; entre otros, que apuestan a otro modelo educativo posible.

Por ello, para pensar en la transformación cualitativa de la educación universitaria, es necesario dar pasos acertados hacia una educación incluyente, humanista, crítica, dialógica, transformadora del horizonte desde donde co-construimos el conocimiento.
Pensar en una educación lugarizada, decolonial que logre empoderar al adulto con capacidades para su autovaloración y para el autoreconocimiento en su espacio vital, de todo el potencial que le acompaña, garantizando su emancipación en sinergia con su vasta complejidad. He allí la posibilidad que nos muestra la comunalización de la educación, desde el enfoque andragógico.

Félix Adam y su propuesta teórica.

Entender el pensamiento adamiano requiere analizar un poco el contexto en que este surge, la década del 60 del siglo pasado, simboliza una época de rápidos cambiossurgidos desde la coacción ejercida por corrientes sociopolíticas emblemáticas que impulsaron múltiples luchas por la igualdad, la libertad y en contra del autoritarismo, un ejemplo de ello es el movimiento conocido como el Mayo Francés, desplegado por estudiantes principalmente universitarios, quienes reclamaban reivindicaciones multidimensionales en relación a las categorías libertad y autonomía.

En tanto, en el escenario nacional, postdictadura, se producían vertiginosos movimientos que buscaban el advenimiento de la democracia, la reorganización del Estado, como vía de impulso del desarrollo de la nación venezolana; contienda esta en donde Félix Adam tuvo participación.

Posterior a la caída de la dictadura, Adam asume roles administrativos en el otrora Ministerio de Educación, desde donde abogaría por una educación ocupacional y profesional del adulto, dando cuenta de su compromiso con el desarrollo socioeconómico del país, él deducía, que esto último dependía directamente de la preparación del adulto. Adam (1970), señala por ejemplo que: Siempre ha habido razones para educar al adulto: ya sea para aprovecharlo en la producción de bienes, como esclavo, siervo u obrero; ya sea para la guerra o la destrucción, o la conquista. Esa educación ha sido impartida en función de ideales o aspiraciones o intereses de grupos dominantes y árbitros del poder económico y político.

En la sociedad esclavista o medieval o en la actual sociedad capitalista o socialista, el adulto ha sido, frecuentemente, objeto o sujeto de una educación al servicio del acrecentamiento de la riqueza o del poderío de las parcialidades en que se ha dividido la humanidad para imponer criterios que siempre se conduzcan a una transformación ascendente (…). Esto es el progreso. (p. 27)

Adam deja ver su ideal revolucionario al reconocer abiertamente el poder hegemónico de la educación, hábilmente utilizada desde los centros de poder para ejercer control ideológico sobre la población. Para los imperios, el ser humano adulto y su capacidad productiva son meras mercancías, pagando muchas veces con su libertad, el precio del “progreso”. La educación ideada desde la corriente neoliberal, profundizo el individualismo, el servilismo, la exclusión social, económica y política; así como también expolio durante el proceso de industrialización al medio ambiente, hecho que pese a las continuas exigencias de la población mundial pro-ambiente, continúa sucediendo. Ese modelo educativo coloca la plusvalía por encima de las demás dimensiones de la vida humana en el planeta.

Definitivamente a través de esa concepción de la educación se ha sometido sistemáticamente a las grandes mayorías –oprimidos- a vivir en condiciones de dependencia y de míseras, en tanto la riqueza y el poder se ha concentrando en pocas manos.

Adam agrega, que es nuestra obligación: “…seguir educando al hombre permanentemente si queremos que el progreso no destruya al propio hombre y convierta a este planeta en algo desolado y estéril” (Ibídem, 27).

En definitiva, el sistema educativo neoliberal que conocemos, opresor, reproductor de saberes fragmentados, sesgados, ajenos, universales, debe urgentemente ser transformado cualitativamente, como decimos en estos tiempos en Venezuela, con la finalidad de devolver al hombre su condición humana, de ser sentipensante, reconociendo en él, todo el potencial que lo define y caracteriza, haciendo posible liberar su praxis de aquellos viejos saberes que lo mantienen oprimido, al tiempo que se desarrollen nuevas formas de relacionamiento social, político y económicos que contribuyan con la salvación del planeta y en simultaneo dignifiquen la vida de los seres humanos.

Adam (1987), nos llama a pensar la educación del adulto desde otro horizonte:  La educación permanente se identifica con el desenvolvimiento humano total iluminado por una intencionalidad racional, ideal y técnica. La gran tarea de la educación permanente es someter todo el proceso de desenvolvimiento humano, toda la incidencia de estímulos que actúan sobre él, incluidos los actualmente incontrolados y ocultos a esa intencionalidad. (p.22)

De todo lo anteriormente planteado, asumo, señalando que posiblemente los escenarios y experiencias vividas por Adam, hicieron germinar en él un pensamiento educativo distinto, subjetivado desde su experiencia docente, social y política; insurgiendo como opción preponderante, necesaria, la preparación permanente del adulto desde la valoración, reflexión e interpretación de sus experiencias, en relacionamiento directo con las del otro; practicando la complementariedad, desde acciones reciprocas que re-edifiquen sus proyectos de vida. De allí posiblemente Adam,
erige su tesis de que el proceso de aprendizaje del adulto se desarrolla a lo largo de toda la vida.

La propuesta andragógica de Félix Adam, trasciende lo planteado por Malcolm Knowless (1913-1997), –docente estadounidense- quien impulsa la reconceptualización del término andragogía, acuñado por el maestro alemán Alexander Kapp en 1833. Adam profundiza lo apuntado por Knowless, por cuanto asume una visión humanista de la educación, colocando al ser humano por encima de las estructuras sociales y económicas existentes. Tanto Adam como Knowless, plantean la urgencia del cambio del sistema educativo tradicional, a un sistema de aprendizaje permanente. Valdez (2010), citando a Adam refiere su ingenioso triangulo virtuoso, desde el cual sustenta la andragogía:
1. Una concepción más clara y precisa del ser humano y sus dimensiones.
2. Una visión amplia de los retos de esos seres humanos en el devenir social.
3. Una apertura de la andragogía a otros campos del saber que han de complementarla y enriquecerla.

Siendo obligante para el facilitador de estos tiempos, pensar al adulto en proceso de formación, como ser autónomo, multidimensional, con derecho a decidir disintiendo, capaz de autodirigir su proceso de aprendizaje a través de la valoración permanente de su devenir social, laboral y humano, brotados de sus experiencias de vida, en esta trascendental tarea, con el afán de incidir en la transformación social, en la liberación de las practicas humanas, es necesaria la participación transdisciplinar de variados
campos del saber, según sean los requerimientos, condiciones, intereses y necesidades del sentipensante. En este sentido Adam (1977), logra definir otras dimensiones ingénitas al aprendizaje del adulto, cito:

En lo educativo hay un hecho tan dinámico, real y verdadero como el hecho pedagógico, es el hecho Andragógico. En el hecho pedagógico intervienen factores biológicos, históricos, antropológicos, psicológicos y sociales; igualmente, en el hecho andragógico
los mismos factores y otros, como son: los ergológicos, económicos y jurídicos, condicionan la vida del ser humano. (p. 47)

La cita anterior deja entrever a la pedagogía como hecho real, es decir, Adam no desconoce a está, como ciencia de la educación, sino que por el contrario señala que la pedagogía, entre otras disciplinas, se convierte en soporte o fundamento del hecho andragógico. Pese a ello Adam, atendiendo lo expresado por Adam y Villarini (2009), no deja de reflexionar la acción domesticadora de la pedagogía que se practica con los niños, argumentando que la “…domesticación debe criticarse en todas las etapas, pues el adulto domesticado es una consecuencia de la domesticación del niño” (p. 17).

Al respecto Adam desde su comprensión de ser humano, como un todo integrado, cuyas dimensiones potenciales interactúan sinérgicamente, en sí mismo, con el otro y con su entorno, propone la antropagogía o educación permanente como ciencia para la
atención de la educación del individuo a lo largo de toda su vida, abarcando las distintas etapas de su desarrollo biopsicosocial, “ergológicos, económicos y jurídicos” situando como eje de acción tanto al cuerpo, como a la mente y al espíritu. Para Elena Adam (2014), hija de Félix Adam, esta propuesta refiere como contínuum a la educación del ser humano, llegando a establecer las siguientes premisas: “la Antropogogía o Ciencia de la Educación Permanente, sostenida por tres pilaresfundamentales: la Pedagogía, ciencia de educar a los niños, la Andragogía, ciencia de educar a los adultos jóvenes y maduros y la Gerontología, ciencia de educar a los adultos mayores” (p.123).

Resultando concluyente en el asunto de transformar al individuo y a la sociedad, innovar en materia educativa pensando en articular sus distintos niveles y modalidades, hurgando en sus principios orientadores, en la fundamentación teórica, axiológica y heurística que le concretan.

La visión educativa andragógica de Adam, intenta reflexionar el peso de la educación en la conformación de identidades, de los valores, de la cultura, en el desarrollo de habilidades y destrezas, iniciando este, mucho antes de las instituciones universitarias o de los institutos que capacitan al adulto en labores especificas, ello se origina en la familia y la escuela.

La andragogía eje de la facilitación del aprendizaje del adulto.

De lo anterior se desprende entonces, entendida la educación como sistema, como contínuum humano que partiendo desde la infancia y culminando en la adultez final, al efecto transformador, atender seriamente tanto lo estructural, operacional,normativo, filosófico como también lo concerniente al talento humano y su praxis, por cuanto estos elementos materializan a las instituciones educativas en sus contextos; estos elementos deberían ser ajustados constantemente, según las necesidades,  capacidades, demandas sociales y realidades formativas del ser humano y de sus contextos vitales. Para ello se hace indispensable la transformación del Estado que
funda a las instituciones educativas y administra la formación permanente del docente.

En solitario y en dispersión, no podríamos los docentes acompañar, potenciando la utopía de transformar cualitativa a la educación.
Otro aspecto de interés en este asunto, es el cuidado de las emociones del que aprende, constituida hoy día en demanda para los docente en general; atender las emociones y la condición espiritual del sentipensante, como partes trascendentes en el dialogo y el pensar la transformación de la educación, con la finalidad de atestiguar el emerger de la condición de republicanos pregonada por el Maestro Simón Rodríguez, entre otros autores que así lo consideran. Rodríguez en la edición revisada de Sociedades Americanas (1842), señala que: No puede negarse que es inhumanidad, el privar a un hombre de los conocimientos que necesita, para entenderse con sus semejantes, puesto que, sin ellos, su existencia es precaria y su vida…. miserable. La Instrucción es, para el espíritu, lo que, para el cuerpo, el Pan… [no solo de pan vive el hombre]: i así como, no se tiene a un hombre muerto de hambre, porque es de poco comer, , no se le ha de condenar a la ignorancia, porque es de pocos alcances (p.444).

Rodríguez da muestras de la influencia del pensamiento de Jean Jacques Rousseau, cuando leemos en este último que el ser humano es maleable y condicionable, de allí que resulta complejo observar lo que es él en su esencia, así como su verdadera naturaleza; pudiendo subrayar desde mi experiencia docente, que el sujeto ha sido de-formado a lo largo de la historia -domesticado, dominado- a través de la convivencia familiar, social y de la educación misma, siendo inevitable para entender la “naturaleza del hombre”, devolvernos hacia el hombre originario, antes de la existencia de sociedades y civilizaciones, es decir, encontrarnos con un ser humano
“sin arreglos sociales”, Rousseau.

Rousseau afirma que el ser humano no es un animal político y social por naturaleza, y que su lenguaje y racionabilidad son productos de un largo proceso civilizatorio. De allí que debemos reconocer en el otro su verdadera naturaleza, su esencia y partiendo del hecho de que la civilización moderna es la causa de todas las actitudes negativas del hombre, empujar con una misma voz, a partir del hecho
educativo hacia la descolonización cultural del individuo, por el bien de la patria.

En tanto Rodríguez en Luces y Virtudes Sociales (1840), nos dice: “La mayor fatalidad del hombre, en el estado social, es no tener, con sus semejantes, un común sentir de lo que conviene a todos. LA EDUCACIÓN SOCIAL remediaría este mal; pero nos entendemos poco sobre el sentido de la palabra, (…)que un poco de reflexión harían desaparecer.” (p.476).

De allí que al reflexionar e interpretar mi praxis como facilitadora de los aprendizajes en la UNESR y a efectos del presente artículo, concluyo que en la planificación de las actividades de aprendizaje del adulto, se encuentra uno de los elementos cardinales, que necesitan de especial atención, supervisión, orientación, redefinición a fin de lograr lo antes dicho; surgiendo la posibilidad de subjetivar a través de este proceso, tanto los factores individuales que condicionan el aprender a aprender de cada participante, así como el orientar a aprender concerniente a la práctica del facilitador; yendo estos factores desde los aspectos normativos, jurídicos, filosóficos,  hasta trascender a elementos rara vez considerados al momento de planificar nuestra praxis, refiriéndome particularmente a: la salud física, psicológica, emocional, a la influencia ejercida desde las dimensiones laboral-familiar-social, en donde las
experiencias de vida acontecen; por tanto, al concretar la planificación académica orientado por el enfoque andragógico, el Acuerdo de Aprendizaje –planificación en la UNESR-, se nos invita a reflexionar algunas premisas de interés que promoverían la apropiación de elementos sustanciales, muchas veces olvidados, en razón de la tradicional frase “alcanzar los objetivos del programa”:
1.- Asumir al participante como adulto capaz de autodirigir su proceso de aprendizaje, pese a que culturalmente al ser jóvenes, una gran mayoría de los facilitadores, les sigue considerando “muchachos”;
2.- Internalizar que somos orientadores del proceso de aprendizaje, debiendo entonces gozar de una formación permanente en didáctica multimodal abarcadora, contemplativa, que abrace la complejidad de los grupos de participantes y sus circunstancias, impulsando la re-orientación de su hacer desde otra comprensión;
3.- Planificar considerando el contexto, la realidad local, regional, nacional, continental y mundial actual, así como también los intereses, necesidades y expectativas del participante, en cuidado de los objetivos de aprendizaje y de las regulaciones que en esta materia competen, estos últimos elementos no se deben ubicar por encima del participante, sino que giran en torno a él;
4.- Problematizar y consensuar el Acuerdo de Aprendizaje, con los participantes através de reflexiones colectivas, de diálogos que superen las practicas autocráticas que profundizan la condición de dependencia y dominaciónejercidas a través del proceso de enseñanza-aprendizaje pensado, planeado y mediado a partir del enfoque neoliberal;
5.- Valorar la horizontalidad, avalando la autonomía del sujeto que aprende y acreditando los conocimientos en ellos preexistentes, construidos a partir de sus experiencias de vida;
6.- Entender la flexibilidad desde el horizonte humano-institucional, su incidencia en el currículo, en lo didáctico, en los contenidos a transitar, en la socialización de saberes, en la evaluación de los aprendizajes;
7.- Avivar la participación protagónica, activa, democrática del sentipensante imbuido en el proceso de aprendizaje, en aras de apoyar su descolonización;
8.- Asumir el hecho andragógico como fuente viva desde donde derivaran continuamente innovaciones y puestas en escena de nuevas formas para construir conocimientos socialmente pertinentes.

 Sin embargo, no solo lo anterior es vital en el proceso de planificación de los aprendizajes, también lo es, la revisión y contextualización permanente de las mallas curriculares y sus contenidos; la adecuación de la visión, misión y filosofía de las
instituciones educativas; el innovar en relación a las modalidades de estudios más apropiadas a tal fin; atender con mucha contundencia y gallardía –al estilo robinsoniano-, la formación permanente del personal docente y de investigación; este último aspecto, se convierte en la piedra angular, en dilema central en esta materia, por cuanto somos nosotros docentes, los que podemos o bien contribuir en la transformar de la educación, o continuar reproduciendo y fortaleciendo el sistema de cosas que adversan una vida plena, en productiva armonía del humano en sociedad y con el planeta.

Rodríguez en su libro Extracto sucinto de mi obra sobre la educación republicana (1949), señala:
“SOLO LA EDUCACIÓN! impone obligaciones a la voluntad. Estas OBLIGACIONES son las
que llamamos HÁBITOS”.“  si queremos hacer REPUBLICA, debemos emplear medios TAN NUEVOS como es NUEVA la idea de ver por el bien de TODOS”.

La misión de un gobierno Liberal es cuidar de TODOS, sin excepción para que… cuiden de sí MISMOS después, y cuiden de su GOBIERNO.

La ignorancia de los principios SOCIALES, es la causa de todos los males, que el hombre se hace y hace a otros (p.568)

Pensar en la formación permanente del adulto, requiere de máxima curiosidad epistemológica, de compromiso y corresponsabilidad social, en el sentido de dar respuestas desde la investigación a interrogantes como: ¿Porqué educar u orientar el aprendizaje?, ¿Qué enseñar u orientar? ¿Cómo hacerlo? ¿Para qué hacerlo?,

En este sentido, la andragogía como disciplina, nos llama a acompañar al proceso de aprendizaje del adulto desde una visión diferenciada de la ejercida por pedagogos tradicionales, ciencia que a pesar de haber sido inicialmente pensada para “educar al
niño”, hoy día transita por variadas nociones que van desde la pedagogía del oprimido, de la esperanza, de la autonomía, del amor, de la pregunta, pedagogía humanista,revolucionaria, en fin una pedagogía considerada por muchos estudiosos del tema, como una ciencia critica transformadora, esta pedagogía, en nuestros tiempos aplica tanto al niño, a jóvenes, como al adulto, sin embargo, su didáctica continúa siendo directiva y sus diseños curriculares poco flexibles, por ende se aleja de las particularidades contextuales del aprendiz adulto.

Es conveniente puntualizar acá que la andragogía pese al avance de la pedagogía como ciencia de la educación, no ha perdido vigencia, por el contrario, el reducido pero valido y probado argumento que le sostiene, la documenta como vía para la promoción de aprendizajes autodirigidos, autorregulados, sinérgicos, integrales, lugarizados, experienciales, le constituyen en prometedora opción para indagar y acompañar el aprendizaje de la persona adulta, emancipándole tras el desarrollo endógeno de sus
capacidades y destrezas propias.

Siendo a través de ella, que surgen modalidades que parten de los estudios independientes, hasta los estudios abiertos, en donde el sujeto que aprende es capaz de autoformarse bajo el calor del dialogo consigo mismo y con el otro, como ejemplo de ello, refiero las experiencias devenidas de las Comunidades de Aprendizajes, donde juga papel preponderante los saberes subyacentes en el hacer del que aprende.

Esta experiencia, agitó en mi la utopía de llegar a transitar la senda de lo expresado por Marturana (1992), en relación a la necesaria vuelta a una educación fundada en el amor que posibilite la confianza reciproca: “en las acciones de aceptación del otro como legítimo otro en la convivencia” (p.71).

De no creer el facilitador de los aprendizajes, en las capacidades de autodirección y de autoformación del individuo adulto, cualquier práctica para la promoción del aprender a aprender, estaría alejada de lo hasta ahora expresado. Es axiomático creer
en el “otro como legitimo otro”.

El desarrollo endógeno y la emancipación de la praxis.

El factor social considerado por Félix Adam, invita a una reflexión dialógica constante sobre las vivencias y aportes de cada ser humano al desarrollo de sus potencialidades, capacidades y habilidades, mismas que posteriormente serán vertidas en sus contextos sociales y laborales particulares, con repercusiones en lo local, nacional, regional y mundial; la acción humana debe tributar al desarrollo endógeno desde una visión integral, tanto individual como colectiva, promoviendo mejoras contantes en la calidad de vida de quienes en él participan.

En este sentido, las Comunidades de Aprendizaje promueven el aprendizaje independiente a través de continuos ejercicios de lectura, análisis y producción de artículos académicos, sobrevenidos de la misma experiencia docente y de investigación. No obstante, también intentan originar, profundos análisis colectivos, reflexiones de la comprensión y del aporte al conocimiento que de estos acontecen; sin
embargo, en honor a la verdad, los encuentros que deberían descollar en ricos debates y amorosos encuentros, se convierten en contiendas para pavonear los egos académicos.

Sin embargo, al reflexionar mi praxis particular destaca al inicio de cada encuentro con los participantes –inicio del semestre en otras instituciones educativas-, la posibilidad de desarrollar encuentros, diálogos y discusiones en un primer momento sobre la planificación académica anticipada por mí, en donde presento los elementos que a mi entender son focales: los contenidos, las técnicas y estrategias de aprendizaje consideradas pertinentes según la naturaleza de cada curso en particular, con miras a incitar la problematización del quehacer académico, debiendo cuidadosa e intencionalmente estar vinculado a los ámbitos laborales y sociales del aprendiz adulto, estos diálogos son acompañados por procesos horizontales y participativos. De ello dependerá que los participantes se conviertan en agentes de su propio cambio y coconstructores de nuevas realidades sociales y culturales.

Esta socialización frecuentemente me conduce a realizar ajustes que atiendan las aspiraciones e incertidumbres de los participantes.
De allí, que invariablemente, el facilitador es emplazado a contextualizar los contenidos de los programas sinópticos o analíticos de los cursos que imparte, a la luz de las tendencias políticas, económicas, productivas, culturales actuales, en sinergia con la vida de las personas, promoviendo interpretaciones sobre el impacto de estos contenidos en la cotidianidad.

El adulto que aprende debe asumir estos acontecimientos como oportunidades, como retos resultantes de sus prácticas, constitutivas del porvenir, pues solo a través de un proceso de construcción de conocimiento innovador, lugarizado seremos capaces de dar respuestas a las incertidumbres siempre presentes. Adam citado por Adam y Villarini (Ibídem), afirma que:

Por eso nuestra metodología de aprendizaje centra todo ese proceso en el participante, no en el profesor, por cuanto como adulto debe afianzar su personalidad, su ética individual que significa una evaluación vivencial de sus potenciales aptitudinales y de su capacidad de alcanzar los objetivos y metas no predeterminadas por el sistema educativo, sino que surge de un análisis de sus aspiraciones formuladas con finalidades personales y sociales.

Al centralizar el proceso de aprendizaje en el participante, aseguramos la actitud ética y autocritica de la persona. El aprender porque quiere aprender, para mejorar su condición personal y para mejorar la sociedad en que vive. (p.17)

El andragogo entonces debe mostrarse diligente en el uso de metodologías activas, participativas, problematizadoras sustentadas en valores y fines realmente emancipadores, dados por la condición de educación permanente del adulto y su capacidad de autodirigir su formación. De igual forma, el facilitador deberá prever que el aprendiz adulto, se encuentra sometido a múltiples exigencias, pudiendo sobrevenir bloqueos a su necesidad e interés por formarse, es allí cuando el facilitador u orientador de los aprendizajes debe poner en marcha, por ejemplo: la problematización de la realidad, el aprendiza por proyecto, la autogestión del conocimiento, haciendo uso en la actualidad de las diversas plataformas tecnológicas como vía síncrona o asíncronas, que viabilicen que el adulto alcance su autoformación.

En este sentido, la teoría de Adam sobre educación permanente, juegan aun hoy día, papel cardinal en la transformación de la sociedad, por cuanto antepone alaprendiz, intentando contribuir al desarrollo individual como colectivo de la persona. El
pensamiento de Adam es pionero en el tema de la autoformación, nos permite entrever que a través de ella, es posible motivar la participación del adulto, elevando su autoconcepto a partir de procesos de autovaloración y de la autoevaluación crítica, por lo tanto, es capaz de asumir métodos integrales que le conduzcan a su autorrealización.

Adam citado por Elena Adam (2014); sostenía que las universidades debían incluir:

“…nuevas funciones ajustadas a las exigencias de los cambios científicos, tecnológicos y culturales, para motivar el aprendizaje a través de políticas educativas orientadas a la profesionalización y culturización de grandes masas de la población, en especial aquellas ubicadas en sectores marginales de las ciudades y el campo. (p. 27)

Una educación para cada cual, orientada a la formación de los excluidos, de los marginados, del dominado, concediéndole o acercándole a tan preciado derecho, a su educación. La pandemia por COVID-19 favoreció la puesta en marcha de planes,
modalidades, estrategias y técnicas variadas, que iban desde el uso de la radio, la televisión, las redes sociales, novedosas aplicaciones, que potenciaron el uso de las TIC’s, dando nuevos sentidos, modos y ritmos al sistema educativo a nivel mundo.

No obstante, en Venezuela, debo profundizar que muchos de los facilitadores en esta materia, carecen del conocimiento necesario para hacer un uso consciente de estas erramientas, permitiéndoles observar muy de cerca los efectos, causas y consecuencias de la aplicación de las tecnologías de la información y la comunicación en la educación. Como sabemos, es un secreto a voces que a través de las TIC’s grupos hegemónicos intentan abrir caminos hacia la privatización de la educación, profundizando la alienación cultural, así como desplazar el intercambio y convivencia humana por una educación mediada por la inteligencia artificial.

Sin embargo, en tributo a la verdad reconozco, que la pandemia por COVID-19, en materia educativa despertó una creatividad innovadora, originando procesos de autogestión del conocimiento, el desarrollo de asesorías virtuales, pero también, presenciales pese a las normas extremas de bioseguridad; el uso de recursos instruccionales muy creativos como el portafolio, que coadyuvaron en el desarrollo sistemático de las actividades de aprendizaje; logrando ver florecer en mi contexto local, una riquísima complementariedad entre participantes, facilitadores, docentes, familias, alcanzando dar continuidad y prosecución a la orientación de los aprendizajes.

La autonomía en las practicas educativas desde la auto y cogestión del conocimiento, de la autoformación del que aprende, visibilizo el valor e importancia del ser andragogo; demostrando la posibilidad de orientar y acompañar al participante adulto hacia la construcción de sus propios aprendizajes, estimulando un proceso de desarrollo endógeno, tras la generación de aprendizajes significativos.

En esta tarea la autoevaluación apoya el florecimiento de capacidades para  aprender a aprender, enriquecidas por el desaprender; todo ello en relación directa con sus realidades sociales, laborales, culturales, biológicas, sicológicas, económicas, emocionales, lamentablemente imbuidas, en un caos sanitario sin precedentes, complejizado por las sanciones y bloqueos que vivía y aun vive nuestro país. Estas experiencias de aprendizajes dan cuenta de la valía y factibilidad de una educación andragógica como opción emancipadora para el desarrollo endógeno del adulto que aprende.

Adam (1987), refiere:
Es un error, olvidar o desconocer una realidad tangible, cual es la condición adulta del estudiante universitario, pues, negaríamos su capacidad en la toma de decisiones y en asumir responsabilidades en la vida social. Mientras el profesorado universitario no adquiera conciencia de esta realidad, se verá imposibilitado a renunciar ser el centro autoritario de los aprendizajes. La crisis académica de nuestras universidades se acentuará y será permanente. (1987, p. 6)

Seguir dialogando sobre la formación permanente e integral del facilitador de los aprendizajes en una universidad como la nuestra, de su praxis docente y de investigación, sobre la didáctica por él asumida, de los referentes teóricos que le subyacen, su adentramiento y ejercicio realmente andragógico y lo que ello representa en su hacer praxeológico; todo esto, lo asumí como eje de interés durante el desarrollo de las dinámicas reflexivas, tanto individuales como colectivas en el seno de la Comunidad de Aprendizaje Maturín, constituyéndose en inmenso aporte a la transformación cualitativa de la educción universitaria.

Entonces hablar del desarrollo endógeno del adulto desde la autoformación, se convierte, en una estrategia político-académica como vía a garantizar la concreción de una educación universitaria andragógica, decolonial, emancipadora que tribute al desarrollo sostenible de las capacidades inherentes al sujeto que aprende, del sentipensante, que combina la razón y el amor, el cuerpo y el corazón, en la tarea de deshacerse de todas la carga que proyecta su mal-formación, despedazadora de su armonía y autonomía, del poder decir la verdad en libertad. O del hombre-hicotea del cual nos hablo Fals Borda, siendo aquel que sabe ser aguantador para enfrentar los reveces de la vida, hasta superarlos, aquel que en la adversidad se encierra para luego volver a la existencia con la misma energía de antes.

Marturana (Ob.Cit.), aporta elementos de valor esencial cuando nos dice que los seres humanos “(…) adquirimos todos nuestros dominios de acciones en la convivencia. (…) Lo humano se constituye en el vivir como ser humano, en un ámbito humano” (p.267).

Esto quiere decir en relación a la educación andragógica, que el dominio sobre nuestros saberes se sintetiza desde la experiencia en tanto vivencia con el otro, convirtiéndose el contexto, la interrelación social en agentes modeladores de nuestra praxis; agregando seguidamente, que: (…) El momento inicial en el quehacer de la educación se encuentra con el punto en que uno acepta al otro como un legitimo otro en la convivencia (Ibídem).

Entonces el poder dialogar honesta y abiertamente, intercambiando ideas, criterios, posturas, el disentir expresando las verdades más sentidas desde nuestra comprensión, atendiendo con interés, respeto y valoración el criterio del otro, constituyen ejes fundamentales en la praxis andragógica; siendo necesario re-orientar procesos vitales en nuestra institución, aquellos que garanticen el florecimiento de una cultura propiciadora del desarrollo holístico del sentipensante.

El desarrollo del potencial humano a través de la autoformación, consentirá apropiarse de formas diferentes de la realidad, re-interpretándole, anclando este desarrollo a procesos de aprendizaje desde y para la vida, mismos que germinaran en nuevas ideas, conceptos, y categorías, acercándonos a la comprensión de que existen otros modos de recrear al mundo, resignificando la vida humana; estos saberes devenidos en aprendizajes significativos, se constituirán en sensaciones y acciones transformadoras, re-definiendo la participación activa, el modo de vida y los estilos de convivencia del adulto en comunidad.

Bibliografía.

Adam, Elena (2014). El Pensamiento Andragógico de Félix Adam y su trascendencia en la educación universitaria de América Latina y el Caribe. Caracas Venezuela: Universidad Simón Rodríguez.

Adam de Guevara, Elena y Villarini, Ángel (2009). Andragogía. Una antología sobre el pensamiento socioeducativo de Félix Adam. Editado por: Fundación para el Fomento del Desarrollo del Pensamiento (OFDP) y Fundación por una Educación de Calidad. Colombia.

Adam, Félix (1970). Andragogía ciencia de la educación de adultos. Fondo Editorial de la Federación Internacional de Educación de Adultos. Caracas Venezuela

.__________ (1977). Andragogía: Ciencia de la Educación de Adultos. Segunda Edición. Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez (UNESR). Segunda Edición. Publicaciones de la Presidencia. Caracas.

__________ (1987). Andragogía: Ciencia de la Educación de Adultos. Tercera Edición. Fondo Editorial de la Federación Internacional de Educación de Adultos. Caracas.

Maturana, Humbreto (1992) El sentido de lo Humano. Ediciones pedagógicas chilenas, S.A. Santa Magdalena, Chile.

Rodríguez, Simón (2016). Obras completas de Simón Rodríguez. Ediciones rectorado. Caracas Venezuela. Universidad Simón Rodríguez. Consultada en: chromeextension://efaidnbmnnnibpcajpcglclefindmkaj/http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso
/se/20190926042843/Simon_Rodriguez_Obras_Completas.pdf

Valdez, Julio (2010). Andragogía: una lectura prospectiva. Fundación Editori

 

 

Fuente de la Información: CII OVE

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Cuba – La Ciencia y la Empresa: Una dirección con doble sentido

La Ciencia y la Empresa: Una dirección con doble sentido

Luis A. Montero Cabrera

El artículo 32 de nuestra constitución expresa: “El Estado orienta, fomenta y promueve la educación, las ciencias y la cultura en todas sus manifestaciones.” Además, en su política educativa, científica y cultural se atiene a postulados entre los que se encuentra “f) la actividad creadora e investigativa en la ciencia es libre. Se estimula la investigación científica con un enfoque de desarrollo e innovación, priorizando la dirigida a solucionar los problemas que atañen al interés de la sociedad y al beneficio del pueblo;”.

Nuestra Ley Suprema establece así el derecho y deber de los cubanos a buscar el conocimiento verídico y comprobable sin otro límite que la verdad y a desarrollar nuestra creatividad innovadora en toda su potencialidad. Además, el estado asume la responsabilidad de promover aquéllas investigaciones e innovaciones que se dediquen al bien de todos.

Un artículo publicado en la revista TEMAS en 20121 se refería a que el discurso generalizado de entonces, desde las instancias de dirección política y económica, con frecuencia pedía a la ciencia que produjera resultados para resolver los problemas de la economía y, a menudo, hasta que los introdujera en la práctica social, en un esquema de ciclo cerrado. A simple vista, esta era una argumentación irrefutable para un país necesitado de desarrollo y un gobierno honestamente empeñado en ello. Sin embargo, contiene un presupuesto insalvable. Es más que evidente que los científicos por si solos no cuentan con herramienta alguna para determinar lo que es realmente necesario a la economía en cada caso de los muchos y muy diversos posibles. Tampoco suelen estar capacitados ni pueden movilizar medios para implantar los resultados en la mayor parte de los escenarios económicos y sociales, donde los que toman decisiones están guiados por otros cánones.

Afortunadamente, estos conceptos han evolucionado de forma radical y positiva hacia nuestros días. Hemos conocido el hecho bastante insólito en el escenario mundial de que el presidente de la República de Cuba defienda su doctorado en pleno ejercicio de sus funciones, en medio de una pandemia absorbente, y nada menos que tratando el problema de la innovación en la sociedad.

En un artículo clave2 que ha dado lugar a su tesis se expresa: “Es importante que todos comprendamos que el conocimiento, la ciencia, la tecnología y la innovación son decisivos para el avance exitoso de nuestro programa de desarrollo. La lucha por el desarrollo, la independencia y la soberanía, como siempre insistió nuestro Comandante Fidel Castro exige la creación y movilización de capacidades de CTI (ciencia, tecnología e innovación). Esta debería ser una convicción compartida por todos: pueblo, Gobierno, empresarios, científicos, profesores, maestros, campesinos.”

El corazón del trabajo apunta justamente a resolver algo que, aunque sea evidente, se había estado ocultando detrás de tradiciones inconvenientes, incapacidad de dirección, desidia, facilismo y burocratismo. La ciencia y la empresa que produce valor económico están unidas por un segmento horizontal, una sola dirección, pero con doble sentido. Es tan importante que la ciencia tenga en cuenta a la economía al abordar los objetos de investigación como que la empresa necesite y use a la ciencia para mantener la innovación y con ello la eficiencia, el progreso y la competitividad. Si el estado socialista necesita de ello, la promoción, estímulo y gestión debe ser igualmente dirigida a los creadores de saberes para que se enfoquen en lo importante y a los empresarios para que lo demanden y sean así cada vez más competitivos y eficientes. Una conexión íntima e intensa en esa dirección y en los dos sentidos es indispensable.

Los mecanismos que hacen exitosa a una empresa capitalista no son exclusivos de ese sistema social cuando se trata de la libertad y el bienestar de las personas. Lo exclusivo y rechazable del capitalismo es la explotación y robo del trabajo de los seres humanos, y todas las nefastas consecuencias de esta lamentable verdad. El capitalismo que se desarrolla con relativo éxito en los tiempos actuales usa la sabiduría para ser competitivo, pero con la finalidad última de enriquecer personas que se apropian del trabajo de los demás. Una política socialista consecuente debe usar los mecanismos sin etiquetas que sean necesarios, y sobre todo el tan humano conocimiento científico, para el progreso y usar entonces los recursos que se logren en bien de toda la sociedad. ¿No resulta obvio?

Notas:
1. Montero Cabrera, L. A., Visión de la ciencia y la tecnología: problemas actuales. TEMAS 2012, (69), 4-11.
2. Díaz-Canel Bermúdez, M., ¿Por qué necesitamos un sistema de gestión del Gobierno basado en ciencia e innovación? Anales de la Academia de Ciencias de Cuba 2021, 11 (1).

 

Fuente de la Información: http://www.cubadebate.cu/opinion/2021/04/17/la-ciencia-y-la-empresa-una-direccion-con-doble-sentido/

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