En medio de una crisis del aprendizaje, los Parlamentos deben asegurar los recursos para la educación

América/Estado Unidos/19/02/2020/Autor y fuente: news.un.org

 

En el mundo hay 670 millones de analfabetos pese a que la educación es fundamental para poder prosperar social y económicamente. Los Parlamentos de todo el mundo representan un papel clave para garantizar que se asignan los recursos financieros adecuados en esta materia en todos los presupuestos nacionales.

En su discurso ante la reunión anual de la Unión Interparlamentaria en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York, el presidente de la Asamblea General dijo que la educación es una de sus prioridades y alentó a los parlamentarios a que aseguren el cumplimiento del Objetivo de Desarrollo Sostenible número 4 de la Agenda 2030, dedicado a la educación.

Tijjani Muhammad-Bande subrayó que para brindar a los jóvenes «el mejor comienzo posible en la vida», ese Objetivo debe financiarse adecuadamente.

Por su parte, la mexicana Gabriela Cuevas Barrón, presidenta de la Unión Interparlamentaria, habló de la existencia de una «crisis del aprendizaje» global.

En la actualidad, uno de cada cuatro países no asigna el 4% de su producto interno bruto (PIB) ni destina el 15% de la inversión pública a la educación. Ambos umbrales son los mínimos que recoge la meta número 4 para su cumplimiento.

«Si queremos abordar la crisis de aprendizaje y que los estudiantes alcancen los niveles mínimos de alfabetización y competencia básica en matemáticas a nivel mundial, debemos invertir en nuestra gente, en particular en nuestra juventud«, subrayó Muhammad-Bande.

Igualdad de oportunidades educativas

También sostuvo que para aprender, los estudiantes requieren un entorno seguro, libre de intimidación, instalaciones sanitarias, agua potable, electricidad y conectividad a internet.

«Por lo tanto, está claro que solo podemos avanzar en el Objetivo número si lo enfocamos como un área transversal que abarca múltiples carteras gubernamentales”, afirmó antes de añadir que “un plan de estudios sólido, enseñado por maestros bien entrenados, es esencial para garantizar un alto nivel de aprendizaje que satisfaga las necesidades de los estudiantes, de hecho, las necesidades de la sociedad».

También enfatizó que cada estudiante debe tener las mismas oportunidades para estudiar todas las materias, especialmente las niñas en ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas.

Al señalar que solo el 35% de los estudiantes en esas materias son mujeres, destacó la necesidad de «alentar a las mejores y más brillantes niñas y a los mejores y más brillantes niños a seguir sus carreras» en estos campos «si queremos tener éxito en la construcción de un mundo resiliente y climáticamente inteligente».

Educación para la juventud más vulnerable

Muhammad-Bande comentó entonces que para los niños atrapados en un conflicto, la escuela brinda estabilidad y esperanza de un futuro más brillante. Con cada año de educación, se reduce el riesgo de la participación de los jóvenes en el conflicto en un 20%. Además, los graduados de educación secundaria exhiben más tolerancia hacia las personas de diferente raza, religión y estatus migratorio que sus pares de educación primaria.

«Debemos proporcionar a los jóvenes las herramientas que necesitan para convertirse en constructores de la paz. No hacerlo, sería fallar una generación”, añadió.

Por todo ello, llamó a los parlamentarios a garantizar la financiación y cumplimiento del Objetivo número 4 diciendo que «no hay una razón justificable para que 265 millones de niños no vayan a la escuela en este mismo momento».

«Si no invertimos en nuestra gente, especialmente en nuestra juventud, fallaremos en el mandato principal de las Naciones Unidas, que es mantener la paz y la seguridad para todos«, concluyó el presidente de la Asamblea General.

Una crisis de aprendizaje global

Por su lado, Cuevas Barrón detalló una serie de desafíos por los que atraviesa la educación, destacando que estadísticamente 670 millones de adultos son analfabetos; que 258 millones de niños no estarán escolarizados en 2030; que en la actualidad se necesitan 69 millones de docentes en todo el mundo; y que se requieren 39.000 millones de dólares a nivel mundial para construir escuelas y mejorar capacidades

Reconociendo que la desigualdad prevalece hoy en día, la presidenta de la Unión Interparlamentaria citó la educación como «un elemento clave» para alcanzar un planeta más inclusivo e igualitario.

Sostuvo que si los niños reciben una educación de calidad, cerca de sus hogares con la infraestructura adecuada, estarán mejor preparados para una vida más próspera.

«El verdadero problema de la desigualdad no es que solo sea la lucha de la mujer», señaló, antes de afirmar: «Es que es una lucha de todos».

«Necesitamos entender que un verdadero cambio cultural solo va a suceder cuando logremos la educación de las niñas y niños, e incluyamos a los hombres en la creación de un planeta más inclusivo», explicó.

Cuevas Barrón continuó diciendo que: «Los gobiernos negocian y firman acuerdos internacionales (…) pero para una implementación real, se necesita traducirlos a la legislación nacional y a los presupuestos«.

Para terminar, destacó que la UIP puede ser «un puente importante entre los compromisos internacionales y las realidades locales».

Fuente e imagen: https://news.un.org/es/story/2020/02/1469731

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La crisis del aprendizaje: Estar en la escuela no es lo mismo que aprender

Por: Banco Mundial. 

EL NOMBRE DEL PERRO ES CACHORRO. Esta parece una oración simple. Pero ¿sabía que en Kenya, Tanzanía y Uganda, tres de cada cuatro alumnos de tercer grado no la entienden? En las zonas rurales de India, casi tres cuartas partes de los estudiantes de tercer grado no pueden resolver un problema de resta de dos dígitos, como 46 menos 17, y cuando llegan a quinto grado, la mitad aún no puede hacerlo.

El mundo enfrenta una crisis del aprendizajeSi bien los países aumentaron considerablemente el acceso a la educación, estar en la escuela no es lo mismo que aprender. En todo el mundo, cientos de millones de niños llegan a la edad adulta sin siquiera tener las habilidades más básicas, como calcular el vuelto correcto de una transacción, leer las instrucciones de un médico o comprender el horario de los autobuses, y mucho menos forjarse una carrera satisfactoria o educar a sus hijos.

La educación está en el centro del desarrollo del capital humano. Una nueva investigación del Banco Mundial revela que la productividad del 56 % de los niños del mundo será de menos de la mitad de lo que podría ser si recibieran una educación completa y gozaran de plena salud.

Una buena educación, junto con el capital humano que genera, beneficia a los individuos y a las sociedades. En el caso de las personas, la educación aumenta la autoestima y fomenta las oportunidades de empleo e ingresos. Y en el caso de los países, ayuda a fortalecer las instituciones dentro de las sociedades, impulsa el crecimiento económico a largo plazo, reduce la pobreza y estimula la innovación.


«Nunca es demasiado tarde para que los jóvenes tengan la oportunidad de aprender. Nuestros jóvenes merecen estar equipados con las habilidades que necesitan para prosperar en un mundo laboral cada vez más exigente e incierto. Dado que los estudiantes de hoy serán los ciudadanos y los líderes del mañana, una educación de calidad y relevante es esencial para que las aspiraciones se conviertan en realidad»
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Annette Dixon
Vicepresidenta de Desarrollo Humano del Banco Mundial

Una crisis mundial del aprendizaje

Una de las principales razones por las que persiste la crisis del aprendizaje es que muchos sistemas educativos del mundo en desarrollo tienen poca información sobre quién está aprendiendo y quién no. Por consiguiente, es difícil para ellos hacer algo al respecto. Y ante la incertidumbre sobre los tipos de habilidades que requerirán los trabajos del futuro, las escuelas y los maestros deben preparar a los estudiantes con algo más que habilidades básicas de lectura y escritura. Los alumnos deben ser capaces de interpretar la información, formar opiniones, ser creativos, comunicarse bien, colaborar y ser resilientes.

La visión del Banco Mundial es que todos los niños y jóvenes aprendan y adquieran las habilidades que necesitan para ser ciudadanos y trabajadores productivos, satisfechos y participativos. Se centra en ayudar a los maestros de todos los niveles a ser más eficientes en su tarea de facilitar el aprendizaje, mejorar la tecnología para el aprendizaje, fortalecer la gestión de las escuelas y los sistemas, garantizando al mismo tiempo que los alumnos de todas las edades, desde el nivel preescolar hasta la edad adulta, estén equipados para tener éxito.

El cambio comienza con un buen maestro

Cada vez queda más demostrado que la crisis del aprendizaje es, en esencia, una crisis de la enseñanza. Para que los alumnos aprendan, necesitan buenos profesores, pero muchos sistemas educativos prestan poca atención a qué saben los maestros, qué hacen en el aula y, en algunos casos, si incluso están presentes.

Por suerte para muchos estudiantes, en todos los países hay maestros dedicados y entusiastas que, a pesar de todos los desafíos, enriquecen y transforman sus vidas. Son héroes que enfrentan los obstáculos y hacen posible el aprendizaje con pasión, creatividad y determinación.

 

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Jaime Saavedra, director de Educación del Banco Mundial, junto con una profesora en la escuela Ecoles Oued Eddahab en Kenitra, Marruecos. © Banco Mundial

Una de estas heroínas trabaja en la escuela Ecoles Oued Eddahab en Kenitra, Marruecos. En un aula colorida que ella misma pintó, usa metodologías creativas para asegurarse de que todos los niños aprendan, participen y se diviertan. En su clase, cada letra del alfabeto se asocia con el sonido de un animal y un movimiento de la mano, y cuando dice una palabra, la deletrea en voz alta con los sonidos y el movimiento, y los alumnos la escriben. Ella identifica fácilmente a los estudiantes que tienen dificultades con el material y ajusta el ritmo de la lección para ayudarlos a avanzar. Los niños participan, prestan atención, y no tienen miedo de cometer errores. Esta es una maestra que quiere asegurarse de que TODOS los niños aprendan.


«Dada la función fundamental que desempeñan los maestros, al abordar la crisis del aprendizaje es necesario darles apoyo a ellos, ya que son el factor más importante de cuánto aprenden los alumnos en la escuela»
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Jaime Saavedra
Director superior de las Prácticas Mundiales de Educación del Banco Mundial

Sin embargo, incluso los héroes necesitan ayuda. Es necesario asegurarse de que todos los maestros estén motivados para hacer su trabajo lo mejor posible y equipados con lo que necesitan para enseñar con eficacia.

Para apoyar a los países en sus esfuerzos de reforma de la profesión docente, el Banco Mundial da a conocer una plataforma mundial denominada “Docentes exitosos, alumnos exitosos”. Esta iniciativa dirigida a los maestros aborda los desafíos clave que afectan la eficacia de los maestros, transformando la pedagogía en una profesión respetable y atractiva con políticas de personal efectivas, y garantizando que los maestros cuenten con las habilidades y los conocimientos adecuados antes de ingresar al aula y, posteriormente, brindándoles apoyo a lo largo de sus carreras.

La tecnología ofrece nuevas posibilidades para la enseñanza y el aprendizaje

Los rápidos cambios tecnológicos aumentan los desafíos. La tecnología (i) ya desempeña un papel crucial al servir de apoyo a los maestros, los estudiantes y el proceso de aprendizaje en general. Ayuda a los maestros a administrar mejor el aula y ofrecer diferentes retos a diferentes estudiantes. Y permite a los directores, padres y estudiantes interactuar sin dificultades. El uso eficaz de la tecnología beneficia a millones de alumnos, pero otros millones de estudiantes en el mundo en desarrollo no tienen acceso a ello.

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Una de las iniciativas de tecnología educacional más interesantes y de gran escala es impulsada por EkStep, (i) un esfuerzo filantrópico en la India. EkStep creó una infraestructura digital abierta que brinda acceso a oportunidades de aprendizaje para 200 millones de niños, así como oportunidades de desarrollo profesional para 12 millones de maestros y 4,5 millones de directivos escolares. Tanto los profesores como los estudiantes acceden a materiales didácticos, videos explicativos, contenido interactivo, historias, hojas de ejercicios y evaluaciones formativas. Al monitorear el contenido que se usa con mayor frecuencia, y de manera más provechosa, se pueden tomar decisiones fundamentadas en torno a los materiales que usarán en el futuro.

En la República Dominicana, un estudio piloto respaldado por el Banco Mundial muestra cómo las tecnologías adaptativas pueden generar gran interés entre los estudiantes del siglo XXI y representar un potencial para apoyar los procesos de aprendizaje y enseñanza de las futuras generaciones.

Yudeisy, una alumna de sexto grado que participa en el estudio, dice que lo que más le gusta hacer durante el día es ver videos y tutoriales en su computadora y teléfono celular.

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Yudeisy,  en una escuela primaria pública en Santo Domingo, es parte de un programa piloto para reforzar las matemáticas utilizando una plataforma que se adapta al nivel de cada estudiante. © Banco Mundial

Tomando la curiosidad infantil como punto de partida, el estudio tuvo como objetivo canalizarla hacia el aprendizaje de las matemáticas de una manera interesante para Yudeisy y sus compañeros de clase. Se sabe que el aprendizaje se realiza mejor cuando la instrucción se personaliza para satisfacer las necesidades y fortalezas de cada niño, se monitorean los avances individuales y se proporcionan comentarios inmediatamente. La tecnología adaptativa se usó para evaluar el nivel inicial de aprendizaje de los estudiantes para luego trabajar con ellos en ejercicios de matemáticas de una manera dinámica y personalizada, mediante inteligencia artificial y sobre la base de lo que el estudiante está listo para aprender. Después de tres meses, los alumnos con el desempeño inicial más bajo lograron mejoras sustanciales. Esto muestra el potencial de la tecnología para aumentar los resultados de aprendizaje, especialmente entre los estudiantes que quedan rezagados con respecto a sus compañeros.

En un campo que está evolucionando a una velocidad vertiginosa, en todas partes surgen soluciones innovadoras para los desafíos educativos. El reto es hacer que la tecnología promueva la equidad y la inclusión y no se convierta en una fuente de mayor desigualdad de oportunidades. El Banco Mundial trabaja con sus asociados en todo el mundo para apoyar el uso eficaz y apropiado de las tecnologías educativas y así fortalecer el aprendizaje.

El aprendizaje se produce cuando las escuelas y los sistemas educativos se gestionan de manera adecuada


Para proporcionar educación de calidad es necesario crear sistemas que proporcionen aprendizaje, día tras día, en miles de escuelas, a millones de estudiantes. Para que las reformas educativas sean exitosas se necesita un buen diseño de políticas, un fuerte compromiso político y una capacidad de implementación eficaz. Por supuesto, esto es sumamente difícil. Muchos países tienen dificultades para usar los recursos de manera eficiente y, con frecuencia, el aumento del gasto en educación no se traduce en un mayor aprendizaje y en un mejor capital humano. Superar tales desafíos implica trabajar en todos los niveles del sistema.

A nivel central, los ministerios de Educación deben atraer a los mejores expertos para diseñar e implementar programas específicos para los países y que se basen en pruebas. Las oficinas regionales o de los distritos necesitan la capacidad y las herramientas para monitorear el aprendizaje y apoyar a las escuelas. A nivel escolar, los directores deben estar capacitados y preparados para administrar y dirigir las escuelas, lo que incluye la planificación del uso de los recursos, y la supervisión y la formación de sus maestros.

No obstante, por difícil que sea, el cambio es posible. Con el apoyo del Banco Mundial, las escuelas públicas de Punjab en Pakistán (i) han realizado reformas importantes en los últimos años para enfrentar estos desafíos. A través de una mejor rendición de cuentas a nivel escolar, supervisando y restringiendo el ausentismo docente y estudiantil, y la introducción de un sistema de contratación de maestros basada en el mérito, en que solo se seleccionaron los docentes más talentosos y motivados, se aumentó la inscripción y la retención escolar y se mejoró considerablemente la calidad de la educación. «Las escuelas gubernamentales se han vuelto muy buenas ahora, incluso son mejores que las privadas», dijo Ahmed, un habitante local.

Pero, ningún cambio es posible si no existen datos. Los Gobiernos deben saber qué falta en sus sistemas educativos, o qué se está haciendo bien, a fin de tomar las medidas adecuadas para mejorar. El Banco Mundial, junto con la Fundación Bill y Melinda Gates, y el Departamento de Desarrollo Internacional del Gobierno del Reino Unido están desarrollando un registro sobre la educación en el mundo. Esta nueva iniciativa proporcionará a los Gobiernos un sistema para monitorear el funcionamiento de sus sistemas educativos, lo que incluye desde los datos sobre aprendizaje hasta los planes de políticas, de modo que estén mejor capacitados para tomar decisiones oportunas y basadas en pruebas.

Reforma de la educación: beneficios a largo plazo valen la pena
Por naturaleza, los beneficios de la inversión en educación requieren paciencia y persistencia. De hecho, tendrá que pasar una generación para que se hagan realidad plenamente los beneficios de tener maestros altamente cualificados, usar eficazmente la tecnología, gestionar mejor los sistemas educativos y tener alumnos participativos y preparados. Sin embargo, la experiencia mundial indica que los países que se han desarrollado y prosperado rápidamente comparten una característica común: toman en serio la educación e invierten adecuadamente.

Al celebrarse el 24 de enero el primer Día Internacional de la Educación, se debe hacer todo lo posible para dotar a los jóvenes con las habilidades para que sigan aprendiendo, se adapten a las nuevas realidades y prosperen en una economía mundial cada vez más competitiva y en un mundo laboral que cambia rápidamente.

Las escuelas del futuro se están construyendo hoy. Se trata de escuelas en las que todos los maestros poseen las competencias y la motivación adecuadas, donde la tecnología empodera a los docentes para brindar un aprendizaje de calidad, y donde todos los estudiantes aprenden habilidades fundamentales, entre ellas habilidades socioemocionales, y digitales. Estos establecimientos son seguros y asequibles para todos, y son lugares donde los niños y los jóvenes aprenden con gusto, con rigor y con un propósito establecido.

Los Gobiernos, los maestros, los padres y la comunidad internacional deben hacer su tarea para convertir en realidad la promesa de la educación para todos los estudiantes, en todos los pueblos, ciudades y países.

Fuente de la reseña: https://www.bancomundial.org/es/news/immersive-story/2019/01/22/pass-or-fail-how-can-the-world-do-its-homework

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Crisis del aprendizaje en la educación

México / 22 de octubre de 2017 / Autor: Simón Vargas / Fuente: Eje Central

¿Qué es la educación y qué diferencia hay con el aprendizaje? ¿Por qué ahora tenemos niños escolarizados, pero no con conocimientos sólidos? Según la enciclopedia británica la educación consiste en una “disciplina que se preocupa por los métodos de enseñanza y aprendizaje en las escuelas o entornos similares a la escuela” por otro lado, el aprendizaje hace referencia a “la alteración del comportamiento como resultado de la experiencia individual, cuando un organismo puede percibir y cambiar su comportamiento”. Son dos temas que suelen tratarse como sinónimos y es aquí en donde quizá radica el principal error, no son iguales; son procesos completamente diferentes.

En una investigación reciente, el Banco Mundial afirma que millones de jóvenes de países con ingresos bajos o medianos podrían enfrentarse a la posibilidad de perder grandes oportunidades, esto debido a que las escuelas no brindan las herramientas y competencias necesarias para hacer frente a los cambios que se viven día con día en un mundo globalizado.

“Esta crisis del aprendizaje es una crisis moral y económica”, declaró el presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kim. “En el caso de los jóvenes, la educación, cuando funciona como es debido, fomenta el empleo, incrementa los ingresos, mejora la salud y reduce la pobreza. A nivel social, estimula la innovación, fortalece las instituciones y promueve la cohesión social. Pero estos beneficios dependen del aprendizaje, y la escolarización sin aprendizaje es una oportunidad desaprovechada. Más aún, es una gran injusticia: los niños con los que la sociedad está más en deuda son aquellos que más necesitan de una buena educación para prosperar en la vida”.  http://bit.ly/2xINVWF

Sorprendentemente, ahora nos enfrentamos a una escolarización básica sin aprendizaje, donde se motiva a los alumnos a repetir planteamientos de los cuales, pasado un tiempo son incapaces de desentrañar conceptos reales. Así como una educación superior en donde existe una desconexión entre la realidad laboral y lo que se enseña, producto de la poca interacción entre el mundo académico y el mundo real.  http://bit.ly/2pIT3bD

Mucho se ha hablado sobre el derecho a la educación, pero no debe limitarse a alumnos sentados en un aula, sino también a fomentar docentes comprometidos; pero no sólo eso, el aprendizaje y la buena educación es una suma de tres partes, el alumno, el catedrático y el sistema educativo; si uno de estos tres muestra deficiencias generalmente el resultado no será favorable para los otros dos.

¿Contar con seis años de escolaridad no es suficiente para que los niños puedan leer una oración y comprenderla? Pues aún con todos los esfuerzos volcados en la educación y a que nuestros niños y niñas reciban clases de calidad, se ha fallado en el proceso. Hay diversos puntos a evaluar, pero considero que uno de los principales es creer que tenemos un tiempo límite para “aprender”, no hay razón científica, detrás de la idea de que los niños deben aprender a leer y escribir en uno o dos años. No obstante, esto es lo que a menudo se da por entendido y generalmente se presiona al alumno para asimilar un proceso que por diversas razones parece no quedarle claro, y derivado de esto el fracaso es aún hoy en día atribuido a los estudiantes, no al sistema, ni a los padres, ni a los docentes; aunque a decir verdad el sano desarrollo de un niño involucra a todos los antes mencionados y no debe recaer la responsabilidad solamente en una parte.

Por otro lado, durante muchos años nos enfrentamos a catedráticos sin vocación, que escogen el oficio urgidos por la supervivencia más que por la pasión de enseñar; para dar un giro radical, se requieren docentes con tiempo y condiciones para prepararse, para enseñar sin apuros, con libertad y autonomía para ensayar, equivocarse, aprender y rectificar, que saben mucho, y que por eso mismo saben que no puede dejar de aprender, que toman decisiones informadas, que leen, escriben e investigan, que alientan al propio descubrimiento; pero que sobre todo facilitan la buena educación.

Aunado a lo anterior deben existir espacios pensados para el aprendizaje donde la infraestructura sea la adecuada, donde se impulse a la imaginación a salir a caminar de la mano del alumno, donde el ruido o falta de aseo no sean impedimento para que el conocimiento les haga cosquillas a los pequeños.

Pero tampoco todo es funesto, se ha avanzado a pasos agigantados en las diversas teorías del aprendizaje desde el conductismo propuesto por John Broadus hasta el actual que expone basarnos en competencias entendiendo los diferentes tipos de aprendizaje, y visualizando que el alumnado no es una masa homogénea de seres humanos sino personas individuales con capacidades propias.

Como ejemplo, recordemos que Corea del Sur a principios de 1950 tenía una tasa de alfabetización extremadamente baja, pero a través de un programa de alta calidad en educación primaria y secundaria creado en 1995 ha logrado que los jóvenes obtengan las mejores calificaciones internacionales en los últimos años. Un cambio estructural no es un trabajo de un par de años, debe ser un esfuerzo comprometido por décadas, el camino es largo pero transitable y más aún, necesario.

No sólo se trata de aprender, también debemos aprender a aprender, pero sobre todo a entender que el aprendizaje no es algo impuesto; porque para la mayoría la experiencia escolar es rígida, tediosa y repetitiva, hay que inculcar en nuestros niños y niñas el amor al conocimiento. Si cimentamos con consciencia del aprendizaje y del hambre de conocer, comenzaremos a ver edificados adultos responsables de sí mismos y de la sociedad, personas que mostrarán habilidades para ayudar a su entorno y al prójimo.

Tenemos que empezar por romper muchos paradigmas y clichés establecidos, atrevernos a confiar en los alumnos, a creer que ellos también pueden enseñarnos, a compartir sin prohibición, pero con respeto. La educación siempre tendrá que ir acompañada de un trabajo constante, de un ímpetu de salir adelante, no es suficiente con una maestría y un doctorado, nuestra sociedad requiere profesionistas incansables, llenos de sueños por cumplir y que no se detendrán al primer tropiezo.

Fuente del Artículo:

http://www.ejecentral.com.mx/inprincipio-crisis-del-aprendizaje-en-la-educacion/

Fuente de la Imagen:

https://www.observatoriodelajuventud.org/el-banco-mundial-alerta-sobre-la-presencia-de-una-crisis-del-aprendizaje-a-nivel-mundial/

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Educación deficiente limita el crecimiento económico: Banco Mundial

Banco Mundial / 1 de octubre de 2017 / Autor: Miguel Ramírez / Fuente: DNF

Más de 200 millones de jóvenes estudiantes de países de ingreso bajo y mediano enfrentan la posibilidad de perder oportunidades y percibir sueldos más bajos en el futuro debido a que la escuela primaria y secundaria no les ofrece las herramientas necesarias para prosperar en la vida, reveló el Banco Mundial (BM).

 

En el Informe sobre el desarrollo mundial 2018: Aprender para hacer realidad la promesa de la educación se advierte sobre una “crisis del aprendizaje” en la educación a nivel mundial, la escolarización sin aprendizaje no es solo una oportunidad desaprovechada, sino también una gran injusticia para los niños y los jóvenes de todo el mundo.

 

Sostiene que, sin aprendizaje, la educación no podrá ser el factor determinante para poner fin a la pobreza extrema, generar oportunidades y promover la prosperidad compartida. Incluso después de asistir a la escuela durante varios años, millones de niños no saben leer, escribir ni hacer operaciones matemáticas básicas.

 

“Esta crisis del aprendizaje es una crisis moral y económica”, declaró el presidente del Grupo Banco Mundial, Jim Yong Kim. “

 

En el informe se recomiendan medidas de política concretas para ayudar a los países en desarrollo a resolver la grave crisis del aprendizaje: realizar evaluaciones más eficaces de la situación, utilizar la evidencia sobre lo que funciona y lo que no funciona para orientar la toma de decisiones relativas a la educación, y movilizar a los distintos sectores de la sociedad para impulsar cambios educativos que promuevan el “aprendizaje para todos”.

 

Según el informe, en Kenya, Tanzanía y Uganda, cuando se pidió recientemente a los alumnos de tercer grado que leyeran una frase sencilla como “El perro se llama Cachorro” en inglés o en suajili, el 75 % de los evaluados no entendió lo que leía.

 

En las zonas rurales de la India, casi el 75 por ciento de los alumnos de tercer grado no pudo resolver una resta con números de dos dígitos como 46 − 17, y en quinto grado la mitad aún no era capaz de hacerlo.

 

En Brasil, si bien las habilidades de los estudiantes de 15 años han mejorado, al ritmo actual de avance les llevará 75 años alcanzar el puntaje promedio en matemática de los países ricos. En lectura, les llevará 263 años.

 

Estas estadísticas no dan cuenta de los 260 millones de niños que, debido a los conflictos, la discriminación, las discapacidades y otros obstáculos, no se inscriben en la escuela primaria ni secundaria.

 

Si bien no todos los países en desarrollo muestran diferencias tan extremas en el aprendizaje, muchos están aún muy lejos de los niveles que aspiran a alcanzar.

 

Reconocidas evaluaciones internacionales de alfabetismo y aritmética muestran que el estudiante promedio de los países de ingreso bajo tiene peor desempeño que el 95 por ciento de los estudiantes de los países de ingreso alto, es decir, ese niño recibiría atención especial si concurriera a una escuela de un país de ingreso alto.

 

Muchos alumnos con buen desempeño de los países de ingreso mediano (jóvenes que han llegado al cuartil más alto de sus respectivos grupos) se ubicarían en el cuartil inferior si estuvieran en un país más rico.

 

En el informe, redactado por un equipo dirigido por los economistas principales del Banco Mundial, Deon Filmer y Halsey Rogers, se identifican los factores que generan estas deficiencias en el aprendizaje: no solo las formas que adopta el quiebre de la relación entre la enseñanza y el aprendizaje en muchas escuelas, sino también las fuerzas políticas más profundas que hacen que esos problemas persistan.

 

En el informe se señala que, cuando los países y sus dirigentes hacen del “aprendizaje para todos” una prioridad nacional, los niveles educativos pueden mejorar considerablemente. Por ejemplo, Corea del Sur, que a principios de la década de 1950 era un país devastado por la guerra, con tasas de alfabetización muy bajas, en 1995 ya había logrado la matrícula universal con una educación de alta calidad hasta la secundaria: en efecto, los jóvenes alcanzaban los niveles de desempeño más elevados en pruebas internacionales.

 

Los resultados de 2012 de Viet Nam en la prueba de matemática, ciencias y lectura para estudiantes de secundaria del Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA, por sus siglas en inglés), de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, revelaron que los estudiantes de 15 años del país asiático tenían el mismo rendimiento que los de Alemania, a pesar de que Viet Nam es un país mucho más pobre.

 

Entre 2009 y 2015, Perú fue uno de los países donde los resultados del aprendizaje general mejoraron con mayor rapidez gracias a una acción concertada en materia de políticas. En varios países (como Liberia, Papua Nueva Guinea y Tonga), la competencia lectora en los primeros grados aumentó considerablemente en muy poco tiempo gracias a que se realizaron intervenciones específicas basadas en la evidencia internacional.

 

“La única forma de avanzar es ‘buscar la verdad a partir de los hechos’. Y, en este sentido, los hechos relacionados con la educación revelan una verdad dolorosa. Para demasiados niños, escolarización no significa aprendizaje”, señaló Paul Romer, economista principal del Banco Mundial.

 

A partir de la evidencia y el asesoramiento obtenidos durante las amplias consultas realizadas en 20 países a Gobiernos, organizaciones de investigación y desarrollo, organizaciones de la sociedad civil y el sector privado, en el informe se formulan tres recomendaciones de política:

 

Contar con sistemas de medición, ya que actualmente sólo la mitad de los países en desarrollo cuenta con sistemas de medición para evaluar el aprendizaje de los estudiantes al término de la primaria o el primer ciclo de la secundaria.

 

Las evaluaciones de alumnos bien diseñadas pueden ayudar a los docentes a orientar a los estudiantes, mejorar la gestión del sistema y concentrar la atención de la sociedad en el aprendizaje. Estas medidas permiten fundamentar las decisiones de política a nivel nacional, seguir de cerca los avances y hacer hincapié en los niños que se encuentran rezagados.

 

Establecer condiciones equitativas que reduzcan el retraso del crecimiento y promuevan el desarrollo cerebral a través de la buena nutrición y la estimulación en los primeros años de vida para que los niños estén en condiciones de aprender cuando comiencen la escuela.

 

Atraer a personas idóneas al ámbito de la enseñanza y mantenerlas motivadas adaptando la capacitación docente reforzada por mentores. Utilizar tecnologías que ayuden a los docentes a enseñar al nivel del estudiante, y fortalecer la capacidad de gestión y las facultades de los directores de escuela.

 

Utilizar la información y los indicadores para movilizar a la ciudadanía, aumentar la rendición de cuentas y generar la voluntad política para llevar a cabo una reforma educativa. Involucrar a las partes interesadas, incluida la comunidad empresarial, en todas etapas de la reforma, desde el diseño hasta la implementación.

 

“Los países en desarrollo están muy lejos de donde deberían estar en el área del aprendizaje. Muchos no invierten suficientes recursos y la mayoría debería invertir con mayor eficiencia. Pero no es solo una cuestión de dinero; los países también deben invertir en la capacidad de las personas y las instituciones que tienen a su cargo la educación de nuestros hijos”, declaró Jaime Saavedra, exministro de Educación de Perú y actual director superior de Educación del Banco Mundial.

 

“La reforma educativa reviste carácter urgente y requiere la perseverancia y la alineación política del Gobierno, los medios de comunicación, los empresarios, los docentes, los padres y los estudiantes. Todos ellos deben valorar el aprendizaje y exigir su mejora”, aseguró el Banco Mundial.

 

Fuente de la Noticia:

http://www.dnf.com.mx/reportaje/educacion-deficiente-limita-el-crecimiento-economico-banco-mundial/

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