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En 2021, un récord de 19 mil niños migrantes cruzaron la selva del Darién

Unicef denunció un «máximo histórico» y llamó a considerar a esta «grave crisis humanitaria»

El llamado Tapón del Darién, zona selvática de 266 kilómetros donde conviven animales salvajes, ríos caudalosos y grupos criminales, se convirtió en corredor para los migrantes irregulares que intentan llegar a tierra estadounidense.

Cerca de 19 mil niños atravesaron en lo que va del 2021 la peligrosa selva del Darién, ubicada entre Colombia y Panamá, para llegar a Estados Unidos, una cifra que marcó un «máximo histórico» de menores migrantes según advirtió el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef). La mitad del total son menores de cinco años, y este pico histórico es cerca de tres veces más que la cifra registrada durante los cinco años anteriores juntos.

La «afluencia tan creciente» de niños migrantes por el Darién «debería ser tratada urgentemente como una grave crisis humanitaria por toda la región, más allá de Panamá», denunció Laurent Duvillier, jefe regional de comunicación de Unicef para América latina y el Caribe, e instó a los gobiernos a garantizar la protección de los niños durante su viaje y a coordinar una respuesta humanitaria.

Unicef también advirtió sobre un aumento de los niños que cruzan solos el Darién. En 2020 ocho niños no habían sido acompañados, en 2021 fueron 153. «La mayoría no viajan solos, viajan acompañados de sus papás, pero en el trayecto de la jungla pasan muchas cosas, a veces los padres se quedan atrás, la mamá se queda herida o se ven separados al momento de cruzar un río», aseguró Duvillier.

El llamado Tapón del Darién, zona selvática de 266 kilómetros donde la espesa vegetación impide a veces ver el sol, hay animales salvajes (incluso serpientes venenosas), ríos caudalosos y grupos criminales, se convirtió en corredor para los migrantes irregulares que intentan llegar a Estados Unidos.

«Cada niño que cruza el Darién a pie es un sobreviviente», afirmó la directora de Unicef para América Latina y el Caribe, Jean Gough, al detallar que «en lo profundo de la selva, el robo, la violación y la trata de personas son tan peligrosos como los animales salvajes, los insectos y la absoluta falta de agua potable».

Según los datos de Unicef, en este 2021 al menos cinco niños fueron hallados muertos en la selva. Y entre enero y septiembre pasados el ente de la ONU registró 29 denuncias de abuso sexual de niñas adolescentes durante el viaje.

Unicef señaló que se prevé que el número de niños y familias migrantes que cruzan la selva siga aumentando en las próximas semanas y meses, ante lo cual «está ampliando su respuesta humanitaria para abordar las necesidades urgentes» de esa población.

«Unicef insta a los gobiernos a garantizar la protección de los niños en movimiento a lo largo de su viaje y a coordinar la implementación de una respuesta humanitaria más sólida en todos los países involucrados», dijo el organismo de Naciones Unidas. Se debe, además, «promover la integración de las familias migrantes en las comunidades de acogida y se deben abordar las causas fundamentales que las llevan a migrar».

Entre enero y septiembre pasados, 91.300 migrantes en tránsito llegaron a Panamá tras atravesar la jungla, una cifra que triplica el récord de 2016, según datos del Servicio Nacional de Migración (SNM) panameño citados por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en un informe difundido el viernes pasado.

La mayoría eran haitianos (56.600), muchos de ellos acompañados por menores, seguidos de cubanos (12.800), venezolanos (1.500), además de nacionales de países de Asia y África, entre ellos Bangladesh, Senegal, Ghana, Uzbekistán, India y Nepal, dijo la OIM. En los primeros nueve meses de 2021 los menores representaron el 20 por ciento de esa población en movilidad, cuando hace cuatro años era apenas el dos por ciento.

Hacia países del norte del continente americano como Estados Unidos, Canadá o México están viajando familias enteras de haitianos con hijos nacidos en Chile o Brasil, países en lo que se habían radicado años atrás, e incluso con bebés nacidos durante la travesía.

Fuente original:  Desde Abajo

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Quienes viven para servir

Por:  Roberto Patiño

En medio de las mayores crisis humanitarias que atraviesa nuestro país, una de las pocas certezas que aún conserva el venezolano está en la capacidad de trabajo y entrega de nuestro personal sanitario que sigue aferrado a la frontera que separa a los ciudadanos de la vida y la muerte.

Hay que tener profundas convicciones personales y una ética de trabajo inquebrantable, para seguir asistiendo a centros de salud sin recursos ni condiciones, y aún así exponer la vida frente a una pandemia letal, con el único incentivo de tratar de salvar al mayor número de venezolanos que sea posible.

Hay servidores públicos que, por cotidianos, a veces parecen invisibles, pero que en esta Venezuela tan llena de urgencias merecen el mayor reconocimiento y solidaridad de sus ciudadanos. Un agradecimiento eterno y siempre necesario.

Convencidos de ello, acompañamos el pasado 10 de febrero a los trabajadores de la salud en una movilización desde el Hospital J. M. de los Ríos hasta la Defensoría del Pueblo, en su lucha por justas demandas por un sueldo digno y mejores condiciones de trabajo. No hay contradicción, de eso estamos convencidos, entre la vocación de servicio del personal sanitario y la necesidad de visibilizar, exigir y reclamar con determinación, para lograr mejores condiciones laborales y de vida, para quienes están poniendo en juego su propia  existencia para salvar a otros compatriotas.

Aquel encuentro fue una oportunidad para volver a escuchar a estos profesionales de la salud y actualizar la comprensión que tenemos del verdadero tamaño de la crisis humanitaria que vivimos, una crisis que se instaló en Venezuela, cabe recordar, mucho antes de las sanciones norteamericanas y europeas, aún cuando el régimen se empeñe en buscar, fuera de nuestras fronteras, a los responsables de nuestra tragedia.

Nuestra participación, en esta manifestación, nos sirvió para reforzar nuestra certeza de que Venezuela, en estos momentos, no puede por sí misma hacer frente a esta crisis y que necesitamos con urgencia todo el apoyo internacional en forma de ayuda humanitaria y en el trabajo de las organizaciones no gubernamentales y de la sociedad civil que están sobre el terreno.

El régimen tiene que permitir la entrada de la ayuda humanitaria, apoyar con transparencia y bajo criterios técnicos y profesionales la cooperación internacional y, sobre todo, debe garantizar el libre ejercicio de los profesionales, técnicos y voluntarios de la sociedad civil quienes están expuestos, junto a nuestro personal médico, a los mayores rigores de la crisis.

Es una exigencia que cobra más fuerza frente a la pandemia. La llegada de vacunas contra el covid-19 debe estar acompañada de una metodología de distribución que garantice la transparencia del proceso, atendiendo a criterios de prioridades bien definidos (primero el personal sanitario y luego la población de mayor riesgo) para garantizar una inmunización de manera justa.

Desde nuestra experiencia de trabajo y con el fin de visibilizar los esfuerzos de la sociedad civil, construyendo redes de trabajo, nos unimos a otras organizaciones y creamos la Red de Apoyo a los Trabajadores de la Salud y nuestro aporte, durante los últimos 4 meses del año pasado, a través de nuestro emprendimiento social Sustento, fue la elaboración y distribución de 1.500 almuerzos diarios a los trabajadores de 15 hospitales de Caracas.

Desde nuestro espacio de convivencia estamos convencidos de que la salud, la alimentación y la educación son los tres pilares fundamentales de la sociedad y que estas bases se consolidan si vivimos en un sistema democrático y libre, razón por la cual seguiremos en la calle, junto a los ciudadanos, trabajadores sanitarios y compañeros de otras ONG, luchando por el cambio que necesita nuestro país.

Creemos en una Venezuela donde estén presente los valores de la solidaridad, la  productividad y la democracia y este compromiso nos lleva a estar al lado de los trabajadores de la salud, un gremio que entiende muy bien aquel principio según el cual quienes no viven para servir, no sirven para vivir.

Gracias a todos quienes constituyen esa gran comunidad que cuida por la salud de los venezolanos, por su esfuerzo, dedicación y compromiso.

www.robertopatino.com

Fuente e Imagen: https://www.elnacional.com/opinion/quienes-viven-para-servir/

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Los desplazados en el norte de Siria pagan por dormir bajo los árboles

Redacción: Rebelión

Más de 40.000 sirios desplazados han contraído enfermedades tropicales en solo dos meses como consecuencia de dormir en campos abiertos sin agua limpia ni saneamiento; este es solo uno de los aspectos de la abrumadora crisis humanitaria que acompaña a la mayor oleada de desplazamientos desde la guerra de Ruanda en la década de 1990.

La campaña de bombardeos desatada en el norte de Siria por el régimen de Asad y sus aliados rusos e iraníes entre finales de abril y el 18 de agosto de este año ha provocado el desplazamiento de unas 576.000 personas, la mitad de ellas niños, a través de varias zonas controladas por la oposición, según datos publicados por la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA, por sus siglas en inglés) la semana pasada.

La cifra incluye más de 72.000 desplazados en el curso de la recuperación de la ciudad estratégica de Khan Shaykhun y partes adyacentes de la provincia norteña de Hama por parte del régimen; es decir, combates que se produjeron solo durante los primeros dieciocho días de agosto. Por su parte, el Grupo de Coordinación de Respuesta para Siria dijo, en un informe publicado el 26 de agosto, que el número de desplazados dentro de la provincia de Idlib desde octubre de 2018 supera ahora el millón.

A la luz de estas cifras impresionantes, puede decirse que el norte de Siria se enfrenta actualmente a la mayor ola de desplazamiento colectivo que se haya presenciado en este siglo. Las organizaciones humanitarias que operan en el área dicen que la mayoría de los campamentos que existen -ya sean oficiales o improvisados- están acomodando muchos múltiplos por encima de su capacidad; algo que ya había sucedido antes de que el último desplazamiento empeorara aún más las cosas. Estos campamentos, algunos de los cuales han sido ampliados por los consejos de gobierno locales en cooperación con organizaciones internacionales, no han podido contener, y mucho menos reducir, la magnitud de la catástrofe humanitaria, especialmente a causa de los continuos bombardeos y otras operaciones militares por parte del régimen y su socio ruso focalizadas en un ámbito de territorio cada vez más extenso.

La exacerbación de la miseria de los desplazados internos (IDP, por sus siglas en inglés) coincide con el fracaso del Plan de Respuesta Humanitaria (HRP, por sus siglas en inglés) de la ONU para asegurar la financiación necesaria para desarrollar su trabajo de forma adecuada. El Fondo Humanitario Transfronterizo de Siria (SCHF, por sus siglas en inglés), establecido por la ONU en 2014, había asignado 22,5 millones de dólares para esta respuesta, y solicitó 29 millones de dólares para llevar a cabo 45 proyectos de 33 organizaciones asociadas que trabajan en la región. Sin embargo, al 22 de agosto, el plan no había logrado recaudar más del 28% de los fondos necesarios, según datos de la ONU.

43.000 casos de enfermedades tropicales en dos meses

Las organizaciones humanitarias sirias que trabajan sobre el terreno afrontan tres desafíos principales, según Hisham Dirani, cofundador de la Organización para el Desarrollo de BINAA.

“El primero de estos desafíos es el desplazamiento de un gran número de su personas junto con los desplazados de las provincias de Idlib y Hama, lo que ha multiplicado la carga”, dijo Dirani a Al-Jumhuriya.

“El segundo desafío es la grave escasez de fondos, ya que los donantes y la ONU solo están cubriendo el 10-15% de las necesidades extremadamente urgentes. Y el tercer desafío es la ausencia de refugio”.

Sobre el terreno, “la respuesta de la ONU ha sido muy débil”, dijo Dirani. “No hay fondos suficientes, especialmente para las necesidades verdaderamente urgentes de los desplazados internos, ante todo refugio, agua limpia y baños. En la última asignación de fondos de emergencia no hubo suficiente reserva para cubrir estas necesidades; en cambio, la financiación se reasignó a combustible, calefacción y consumibles”.

Dirani ofrece el siguiente ejemplo para ilustrar la insuficiencia del mecanismo por el cual la ONU se ocupa de la magnitud y naturaleza de la catástrofe humanitaria en el norte de Siria.

“La ONU distribuyó unos pocos miles de tiendas de campaña a los desplazados internos en los últimos meses, sin tener en cuenta sus necesidades de agua, saneamiento y duchas. La carencia de estas necesidades urgentes provocó que se registraran unos 43.000 casos de leishmaniasis entre los desplazados en los últimos dos meses”.

El Dr. Mohamad Katoub , director de promoción de la Sociedad Médica Sirioamericana (SAMS, por sus siglas en inglés) en Turquía, confirma que las necesidades más apremiantes en el período actual son refugio y agua, y declara a Al-Jumhuriya que “la respuesta ha sido financiada hasta ahora por las propias reservas de las organizaciones humanitarias, mientras que la ONU se ha limitado a proporcionar 9.000 tiendas de campaña, sin asignar fondos para las necesidades básicas de los habitantes de esas carpas, como agua potable y saneamiento”.

“A pesar de que la oleada actual de desplazamientos en el norte de Siria es la más grande desde la guerra en Ruanda [1990-1994], se ha encontrado, sin embargo, con una respuesta muy débil, con una asignación total de respuestas de emergencia para el fondo de ayuda humanitaria por parte de todos donantes combinados que asciende a solo 22,5 millones de dólares para todos los sectores: sanidad, vivienda, agua, saneamiento y alimentación. Esa cifra es el equivalente a lo que la ONU asignó para la rehabilitación de un único hospital en las áreas controladas por el régimen de Asad”.

Según el informe publicado el lunes por el Grupo de Coordinación de Respuesta de Siria, los requisitos mínimos esenciales para responder a esta crisis de desplazamiento incluyen más de 51.000 tiendas de campaña, 121.369 cestas de alimentos, 78.698 cestas de ayuda no alimentaria, 98.742 tanques de agua potable, 50 clínicas móviles, 22.365 unidades de baños, y una provisión diaria de 150.000 litros de agua potable y 202.365 paquetes de pan.

Pagar para dormir bajo los árboles

Como si lo anterior no fuera suficiente, decenas de miles de desplazados internos no tienen acceso a ningún tipo de refugio, por lo que se ven obligados a dormir al aire libre a la sombra de los olivos o dentro de sus camiones. Según fuentes locales, las razones de esta situación son dos: La primera es la simple falta de espacio en cualquiera de los campamentos en el norte de Siria y el aumento del coste de alquiler de las viviendas. La segunda es la ausencia de viviendas disponibles en las áreas más seguras que están más cerca de la frontera turca. En ciertas regiones es imposible encontrar una sola casa vacía, dijeron estas fuentes a Al-Jumhuriya, y agregaron que dos o incluso tres familias están habitando un mismo apartamento.

En cuanto a las zonas menos seguras, más cercanas al territorio controlado por el régimen -particularmente las que se encuentran cerca y al este de la carretera que va de Damasco a Alepo-, algunas de las cuales están siendo bombardeadas y pueden convertirse en objetivos de futuras operaciones del régimen y sus aliados en el período inmediato, muchos desplazados internos prefieren mantenerse alejados de ellas, por temor a verse de nuevo obligados a trasladarse dentro de poco tiempo. Otros, sin embargo, no tienen más remedio que recurrir a ellas para evitar dormir a la intemperie, en cuyo caso pueden encontrar viviendas a precios más bajos, o no necesitar alquilar en caso de que los locales les abran sus puertas de forma gratuita en un gesto de solidaridad.

Sin embargo, incluso en campos abiertos, muchas familias están obligadas a pagar una cantidad a los propietarios a cambio de su permiso para habitar las sombras de sus olivos. En otros casos, dado el aumento de los alquileres, que se extiende incluso a los olivares, se aprecia un cierto grado de solidaridad local, lo que reduce el sufrimiento de algunas familias al ofrecerles alojamiento gratuito o rebajas en el alquiler, o facilitándoles diversas formas de ayuda. Por supuesto, estos actos individuales de solidaridad, respaldados por entidades locales mal financiadas, no son suficientes para enfrentar la gravedad del desastre humanitario, que requiere una intervención internacional urgente para contenerlo, como las cifras antes mencionadas publicadas por el Grupo de Coordinación de la Respuesta demuestran claramente.

El sol saldrá mañana sobre los niños al aire libre en la provincia de Idlib y sobre los pueblos y ciudades que el régimen y los aviones de combate rusos borraron de la faz de la Tierra, sin ninguna reacción internacional a nivel político, ni siquiera a nivel humanitario. Ante una crisis de desplazamiento sin precedentes en este siglo, las voces que piden el fin de la continua matanza y aniquilación que tienen lugar a plena luz del día ante los ojos del mundo han desaparecido por completo.

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=260219

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Red de intelectuales hace un “llamado a la conciencia del mundo por Venezuela”

Redacción: Últimas Noticias

La Red de Intelectuales, Artistas y Movimientos Sociales en Defensa de la Humanidad (REDH) – Capítulo Venezuela exhortó a la comunidad internacional a rechazar todo acto injerencista y coercitivo que se imponga sobre Venezuela de parte del Gobierno de Estados Unidos e hizo un llamado a acudir al Tribunal Internacional sobre Crímenes de Guerra para denunciar las maniobras imperialistas.

Lea el comunicado completo:

Llamado a la Conciencia del Mundo por Venezuela

Nosotras y nosotros, apelamos a ustedes, ciudadanas y ciudadanos de todos los países del mundo que son personas preocupadas por la libertad y la justicia social y que como nosotras y nosotros comparten la idea de que todos los seres humanos tienen derecho a vivir y que somos igualmente libres y dignos. Lo hacemos cuando sabemos que ustedes sentirán que las instituciones internacionales y la prensa, les han dicho la verdad sobre la República Bolivariana de Venezuela y han actuado en apego a los ideales de la Carta de la ONU y de los Pactos que fijan los Derechos Humanos.

Lo hacemos porque sabemos que les han mentido y que no les han dado la oportunidad de saber en realidad qué es Venezuela, qué viene ocurriendo y por qué durante todos estos años solo se ha deformado la imagen de nuestro país.

Por eso no se les ha dicho que para crear la situación que se vive y para que se siga agravando, se han tomado medidas coercitivas ejecutadas por bancos, grandes industrias y corporaciones financieras y mediáticas, así como otras acciones realizadas directamente por gobiernos. En especial por el Gobierno de Estados Unidos que se ha propuesto sancionar y aislar al país hasta que las formas del gobierno y su ejercicio sean sencillamente inviables. Con estos elementos, lo que ocurre en Venezuela ha sido valorado por algunos expertos, como Alfred de Zayas, como crímenes de lesa humanidad. Sin embargo, como él mismo lo ha advertido, los escenarios donde estos actos se conocen están cerrados a recibir información sobre lo que ocurre en Venezuela.

A ustedes nos dirigimos, a quienes sentimos hermanas y hermanos de los pueblos, a los fines de contarles la verdad y solicitar que rechacen desde la fibra que a todos los humanos nos une en una sola familia, los actos que se vienen ejecutando sobre Venezuela y que nos acompañen en el reclamo de justicia en nombre de un pueblo digno y libre que resiste:

Venezuela es un país habitado por treinta y dos (32) millones de personas, ubicado sobre tierras extraordinariamente ricas en petróleo, gas, oro y agua. Somos el pueblo donde inició el proceso de Independencia de América del Sur y hemos llevado un intenso proceso revolucionario que ha intentado ser revertido desde el primer momento por los sucesivos gobiernos de Washington. Pese a esto,  Venezuela ha demostrado en más de veinte elecciones, durante y después de dos intentos de Golpe de Estado su voluntad de tener un gobierno popular, socialista y anti-imperialista.

Es un país que fue declarado por Estados Unidos “amenaza inusual y extraordinaria”, lo que acumuló en su rechazo más de 10 millones de firmas; que ha sido perseguido financieramente de un modo que ha generado pérdidas por un monto que estimamos supera el dinero que hubiese requerido este mismo país para dar educación universalmente durante 26 años, en todos sus niveles y en condiciones óptimas; es un país que está siendo perseguido internacionalmente, dejando de lado los principios consagrados en el Derecho de Ginebra y en el Derecho de La Haya, los principios constitutivos de los organismos internacionales, hasta llegar a sufrir que el Banco de Londres le confiscara sus ahorros en oro, y que Estados Unidos diera la administración de sus bienes a personas que no han sido nombradas por las autoridades legítimamente electas.

De igual forma, es un lugar donde se está jugando la noción misma de la democracia, no para el país sino en su concepto, en tanto pretende determinarse que puede un sujeto que no se ha presentado a elecciones presidenciales, por ende, que nadie eligió, declararse Presidente sobre la base de tener el aval de Washington.

Pero sobre todo, Venezuela somos 32 millones de personas. Una población a la cual se le amenaza diariamente, a través de declaraciones de prensa y comunicaciones digitales, de voceros de Estados Unidos que señalan que no escatimarán esfuerzos para torcer el brazo de Caracas; para maximizar el dolor de los venezolanos, para lograr una América libre de bolivarianismo y sobre la que dicen, como si fuera la política internacional una saga de ciencia ficción, usarán toda la fuerza y tecnología disponible.

Antes de ser sancionada, Venezuela había alcanzado la tasa más alta de alfabetización de la región, la mayor escolaridad universitaria, nuestro mejor desarrollo deportivo, alcanzamos el menor nivel de desigualdad y el mayor nivel de desarrollo humano y nos abrimos a brindar petróleo y oportunidades a personas de pueblos más pobres como los de los países de Centroamérica y el Caribe.

Pero mientras esto no fue contado, según la retórica de la prensa internacional, en Venezuela desde el año 2016 se da una “crisis humanitaria”, argumento insostenible porque en el país, incluso pese a la crisis, no se han alcanzado los niveles de hambre y miseria que la caracterizan. Omitiendo que, por el contrario, en este país diariamente se libra una batalla para evitar el hambre mientras se nos imponen medidas coercitivas unilaterales, se cometen actos de agresión y actos terroristas, como la destrucción parcial del sistema eléctrico venezolano. Las corporaciones mediáticas internacionales omiten que cada día miles de mujeres y hombres del pueblo siembran y distribuyen alimentos casa a casa, junto al Gobierno, y emplean su ingenio para mantener los servicios públicos en marcha.

Venezuela también somos las madres de jóvenes que en el año 2017 fueron quemados vivos por parecer chavistas y de cuya muerte no existen si quiera reseñas internacionales, por ser responsabilidad, con toda evidencia, de factores contrarios al Gobierno.

Estos elementos nos permiten poner en su conocimiento que en Venezuela existe un pueblo que clama porque se le reconozca la capacidad de tener Derecho, que no se anulen sus derechos por la vía de la asfixia financiera y, finalmente, que haya justicia para los miles de casos que deben ser conocidos por el mundo.

Por eso, nuestra intención es pedir su apoyo para que se convoque y accione ante el Tribunal Russell u otras instancias, que permitan que las voces del pueblo venezolano sean escuchadas, se deje constancia del sufrimiento que viene padeciendo nuestro país por acciones que están proscritas por el Derecho Internacional Público y que atentan contra la idea de que los pueblos pueden definir su forma de gobierno y deben ser respetadas sus decisiones por todas las demás naciones.

Lo hacemos porque queremos que las angustias que tenemos por vivir todos los días bajo la amenaza latente de una invasión militar, cuando aumentan la muerte y la enfermedad por causas prevenibles que podrían evitarse si el país pudiera disponer de sus recursos y participar en los mercados internacionales, no queden en el olvido porque entendemos que la única manera que tiene el mundo de ser un mejor lugar es que, aun siendo oprimidos, los pueblos nos negamos a que nos opriman y actuamos en consecuencia a pesar de la permanente mentira mediática de las grandes corporaciones trasnacionales.

La Red de Intelectuales, Artistas y Movimientos Sociales en Defensa de la Humanidad (REDH)- Capítulo Venezuela.

Colectivo Psicólogos y Psicólogas por el Socialismo

Movimiento Periodismo Necesario

Movimiento Constitucionalismo Bolivariano

Contactos:
@humanidadenred

redintelectualesvenezuela@gmail.com

Fuente: http://www.ultimasnoticias.com.ve/noticias/general/red-de-intelectuales-hace-un-llamado-a-la-conciencia-del-mundo-por-venezuela/

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Guerra en Yemen: Del bloqueo a la crisis humanitaria

Por:Telesur/03-04-2019

Tres años de guerra en Yemen han dejado miles de muertos y la mayor crisis humanitaria de la actualidad.

En Yemen se han instalado dos gobiernos y la intervención de una coalición internacional encabezada por Arabia Saudita, que constituyen el núcleo de tres años de guerra.

Las potencias se unen en un bloqueo para cercar a los hutíes, pero son los yemeníes quienes han pagado las consecuencias con miles de muertes, hambruna, la peor epidemia de cólera y la anulación del comercio.

¿Cómo inició la guerra en Yemen?

La guerra en Yemen tiene sus raíces en la mal llamada Primavera Árabe de 2011, cuando un levantamiento forzó al presidente del país, Ali Abdullah Saleh, a dejar el poder en manos de su vicepresidente, Abdrabbuh Mansour Hadi.

Desilusionados por la transición política, muchos yemeníes, sunitas incluidos, apoyaron a los hutíes, y a finales de 2014 y principios de 2015 los rebeldes tomaron Saná, la capital, forzando a Hadi a irse a Arabia Saudita.

El conflicto yemení escaló en marzo de 2015, cuando Arabia Saudita y otros ocho países árabes, apoyados por Estados Unidos, Reino Unido y Francia, lanzaron ataques aéreos contra los hutíes con el objetivo de restaurar el gobierno de Hadi.

¿Por qué es Yemen la mayor crisis humanitaria del mundo?

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) hay siete millones de yemeníes en hambruna y que dependen de ayuda para sobrevivir, producto de la guerra genocida. Al menos 85.000 niños menores de cinco años han muerto de hambre desde que se intensificaron los ataques contra Yemen, hace tres años.

El brote de cólera en Yemen es el peor del que se tienen registros. El brote en Haití entre 2010 y 2015, a raíz del terremoto, registró 754.373 casos de cólera, mientras que en Yemen superó en 2018 el millón de casos en tres años de guerra, según datos de la Cruz Roja.

Según cifras de la Cruz Roja, 15 millones de yemeníes no tienen acceso a agua potable y 90 por ciento depende del agua que llega en camiones cisterna. El bloqueo genera falta de combustible, y por ende, la imposibilidad de transportar agua. Por otra parte, al menos 12 de las 21 provincias yemeníes han perdido 70 por ciento de la electricidad.

¿Conflicto religioso o intervención extranjera?
Los grandes medios de comunicación han reseñado la crisis en Yemen como un conflicto religioso entre hutíes (una fracción de los chiítas) y sunitas que cuentan con la “mediación” de Arabia Saudita. Por otra parte, ocultan el ámbito político que es predominante en esta pugna: el interés por posiciones estratégicas que facilitarían a los saudíes -aliados de EE.UU.- el tránsito de petróleo y armas por África.

Yemen, por su paso respecto al mar Rojo, es un punto estratégico que de alguna manera permite el control o el paso de mercancía desde el Mar Mediterráneo hacia el Océano Índico.

Arabia Saudita es un aliado para Estados Unidos -como también lo ha sido Israel- que le permite la penetración indirecta en territorio yemení. “Claramente EE.UU. tiene un interés estratégico que es garantizar el aprovisionamiento del petróleo barato de la región para su propio mercado”, explicó Galiana.

¿Por qué Arabia Saudita mantiene un bloqueo contra Yemen?
Desde noviembre de 2016 Arabia Saudita mantiene un bloqueo aéreo, terrestre y marítimo contra Yemen, medida que ha agravado la situación humanitaria en el país árabe.

Según la coalición árabe que bombardea a Yemen desde 2015, el bloqueo busca detener el supuesto tráfico de armamento enviado a los hutíes desde Irán.

Arabia Saudita ha acusado falsamente a Teherán de apoyar logísticamente a las facciones hutíes, sin embargo, Irán rechaza las acusaciones y sostiene que no tiene implicación militar en Yemen.

Las víctimas
La cifra de muertos en Yemen, a causa de la guerra de Arabia Saudita contra esa nación, podría superar las reconocidas por la Organización de Naciones Unidas (ONU).

Según un informe publicado por la Comisión Europea, la cifra de víctimas mortales sería 60.000, frente a los 10.000 que mantiene la ONU en sus registros desde 2016.

De acuerdo al informe elaborado por la ONG Armed Conflict Location & Event Data Project (Acled) el dato de los muertos contribuye a redimensionar la gravedad de un conflicto del que, a menudo, se informa ofreciendo cifras mucho menores.

*Fuente: https://www.telesurtv.net/telesuragenda/yemen-guerra-crisis-humanitaria-20181220-0036.html

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«Ya no se puede mirar hacia otro lado» con los refugiados en el Líbano

Líbano/24 de Julio de 2017/La Vanguardia

La delegación guipuzcoana que ha acudido al Líbano para visitar a refugiados sirios y palestinos en ese país está «impresionada» por lo que ha visto, explica el diputado foral de Cultura, Denis Itaxso, para quien «ya no se puede mirar hacia otro lado».

 «La primera sensación que uno tiene es que los pueblos sirios y palestinos son unos parias de la tierra, que están olvidados», asegura Itaxso en una entrevista con Efe.

En el Líbano hay unos 450.000 refugiados palestinos, según la ONU, que llegaron tras la creación del Estado de Israel en 1948, en tanto que los sirios, entre 1,5 y 2 millones, según las autoridades locales, comenzaron a venir al inicio de la guerra en su país, en 2011.

«Lo que más nos ha impactado son los testimonios desgarradores de algunas madres -de la escuela que estamos promoviendo- sobre su trayectoria vital, cómo vivían antes de la guerra, cómo les cambió la vida…», explica el diputado.

La llegada de la delegación coincide con el viaje hoy de un grupo de 204 refugiados sirios a España en el marco del proceso de reubicación de la Unión Europea (UE) para estas personas que han sufrido la crisis humanitaria en Siria.

Itxaso señala que, entre las numerosas dificultades de su día a día, los refugiados no encuentran a veces a quienes les escuchen.

«Obviamente buscan respuestas más humanas», que las agencias humanitarias «no les pueden dar», según el diputado foral, debido a las limitaciones que tienen.

Durante su estancia en el Líbano, la delegación visitó la escuela que financian para niños sirios y palestinos cerca del campamento palestino de Burj Chemali, en la ciudad meridional de Tiro.

En el centro escolar, donde trabajan con Solidaridad Internacional y The Popular Aid for Relief and Development (PARD, en sus siglas en inglés), integraron a unos cien pequeños cuyas familias tienen dificultades económicas o de discapacidad.

El diputado foral espera que el proyecto que están financiando pueda abrir cinco aulas más para que otro centenar de niños, que están en la lista de espera, formen parte de la iniciativa.

Itxaso es consciente de que el Líbano «hace un gran esfuerzo, a pesar de que es un país cuya estabilidad y equilibrio están cosidos con alfileres, hilvanados tras la fragmentación política, religiosa, social y de todo tipo».

«La llegada de semejante contingente de refugiados implica un impacto a todos los niveles que seguramente ningún país podría soportar», añade.

También se refirió a que ha percibido «inquietud entre las autoridades palestinas por el hecho de que la opinión pública europea se disparó hacia el problema de los sirios».

Por su parte, Ettore Papa, técnico de Cooperación Solidaridad Internacional del País Vasco, declaró a Efe que son conscientes de «las múltiples necesidades, no solo educativas, sino también sanitarias, alimenticias y ambientales» de los refugiados.

«Trabajamos desde el año pasado en este proyecto y tenemos la esperanza de seguir implantándolo en el siguiente para dar continuidad a esta intervención», aseveró.

Papa destacó que la visita les ha servido para ver «cómo es la realidad diaria, el sufrimiento de los niños por las situaciones traumáticas que han pasado».

«Gracias al apoyo han cambiado su actitud y comportamiento hacia los otros menores y hacia a la sociedad de acogida con la que conviven día a día», concluyó. EFE

 Fuente: http://www.lavanguardia.com/politica/20170720/424259332895/ya-no-se-puede-mirar-hacia-otro-lado-con-los-refugiados-en-el-libano.html
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¿Las tragedias nos unen?

Por: Gloria Hurtado

Como que por fin somos hermanos. Como que por fin nos unimos por una causa común.  Como que por fin olvidamos diferencias y extendemos la mano sin medir que ideología nutre al dueño de la mano. La muerte, el dolor, la tragedia y el sufrimiento nos hermanan. La alegría, la paz, la armonía, la convivencia, por el contrario, nos separan, nos vuelven feroces enemigos. ¿Qué pasa con la idiosincrasia colombiana? Es impactante comprobar qué es el sufrimiento el que anula las diferencias, mientras que los logros, alegrías o resultados sanadores son los que nos distancian. En letra clara significa que estaríamos condenados a vivir sufriendo. Que estamos negados para la tranquilidad. Que no merecemos la armonía. Que nos queda grande la hermandad. Que si salimos de una guerra fabricamos otra. Que si terminamos un conflicto, nos inventamos otro…

En términos psicológicos un individuo que necesita vivir sufriendo es un masoquista. Su aprendizaje se construyó sobre lo negativo. Es alguien que aprendió que quienes decían que lo querían lo lastimaban porque esa era su forma de manifestar afecto. A las malas, a las patadas. La cultura  de “la letra con sangre entra”,  “porque te quiero te aporreo”, o lo que es mas grave aún, que “estamos en un valle de lágrimas” y la manera de ganar el cielo es el dolor, el sufrimiento. “¿Se ríe mucho? prepárese que ya le llegaran las lágrimas”. Frases, expresiones, sentires, que nuestra cultura vivencia como creencias y se vuelven comportamiento. En todas ellas está la marca del dolor, el victimismo. Las religiones enseñaron que sufrir abre las puertas del mas allá. Que el dolor permite conseguir los favores del dios en el que se crea. La caricatura que sintetiza el alma colombiana se llama José Dolores, el perfecto exponente de quien debe vivir sufriendo…  Nuestra música es trágica, dolorosa, está hecha para cantar la pérdida, el dolor, la angustia. Nos matamos 50 años dizque por una guerrilla pero ahora intentamos “destruirnos” por conceptos políticos. Sólo nos dejamos de odiar cuando la tragedia nos une.

Pero ojo y aquí está lo delicado. Quien es masoquista es también sádico. No existe masoquismo sin sadismo. Y entonces parece que cada vez mas la idiosincrasia colombiana es exponente de una personalidad sadomasoquista. Gozamos sufriendo e infringimos dolor porque nuestra esencia sólo vibra con el sufrimiento. O lo damos o lo recibimos: no se resuena con emociones diferentes. Sadomasoquista es quien necesita ejercer dominación, violencia o  agresividad para sentir excitación, o bien el que necesita lo contrario, sentirse humilladas, en una actitud sumisa o recibir dolor para conseguir placer. ¿Esta es el alma colombiana?

Alguien podría argumentar que al menos en el dolor somos hermanos porque sería muy grave que ni en eso estuviéramos unidos. Lo delicado es que no estemos hechos para recibir triunfos, reconocimientos o gratificaciones. Si llega un momento bueno, lo descalificamos. No lo merecemos. No disfrutamos, ni gozamos. No tenemos genes para la armonía, la amistad o la convivencia. Nosotros mismos le ponemos zancadilla a los logros. Destrozándonos es como nos sentimos colombianos. Al menos, claro, que llegue una tragedia como la de Mocoa y entonces sí, olvidamos las diferencias. ¿Ese es nuestro destino?

Fuente: http://www.revolturas.com/en/articulos

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