La clausura del futuro

Por:  Leonardo Díaz

 

La prensa nacional se ha hecho eco de un estudio que muestra una situación preocupante para el futuro de la sociedad dominicana: la migración de su juventud cualificada.

Según los datos del estudio reseñados, entre otros, por el Listín Diario (https://listindiario.com/economia/2020/02/09/603524/republica-dominicana-entre-los-paises-con-mas-fuga-de-cerebros), República Dominicana tiene un índice migratorio de personas cualificadas de 6.8, en una escala del 1 al 10. Estos resultados, aunque constituyen una mejoría con respecto a hace unos trece años (8.3 en 2007), siguen mostrando una situación lamentable: República Dominicana se encuentra entre los países con mayor índice de “fuga de cerebros”, junto a países como Salvador, Honduras, Guatemala, entre otros.

El problema no consiste, per se, en la existencia de una circulación de personas cualificadas, sino en el hecho de que, en la mayoría de los casos, estos dominicanos capacitados no regresan, salvo de vacaciones, y tampoco somos receptores de una inmigración cualificada a gran escala para reemplazarlos.

La mirada economicista, usualmente reduccionista, no permite comprender en su magnitud por qué el país, a pesar de mantener un crecimiento económico sostenido durante décadas, se encuentra igualado, en el referido índice, con países de menor crecimiento económico.

Y por supuesto, el enfoque economicista se sitúa en el problema de los salarios. Es cierto que nuestro nivel salarial es irrisorio. Pero, como venimos sosteniendo desde hace tiempo quienes defendemos la evaluación de las sociedades en función del modelo del desarrollo humano, hay otros factores que hacen poco atractivo la permanencia de un joven talento en nuestro país una vez se ha cualificado en un país con alto desarrollo humano.

Las personas, en especial, los jovenes, tienen muchas expectativas. Sueñan con llevar a cabo proyectos personales que van más allá de un estatus económico, si bien la cultura actual en las sociedades occidentales reduzca el éxito y el bienestar a la posesión de bienes materiales.

Aún más, salvo raras excepciones, los seres humanos tienden a ser más exigentes con respecto a lo que esperan de las sociedades en función de su cualificación. En un país con alto desarrollo humano existen las oportunidades de acceder a unos bienes intangibles que enriquecen la experiencia humana y que, una vez disfrutados, quieren perderse.

Evaluadas desde el modelo del desarrollo humano  nuestra sociedad reprueba, se convierte en poco atractiva de cara al futuro. Dentro de ella, una persona cualificada observa que sus capacidades no le sirven para vivir con decencia. Percibe que el futuro se clausura, porque carece de las destrezas callejeras y matonescas para competir en los entornos de ascenso social; carece de apellido, de vínculos partidarios, de vocación por la adulación y el gansterismo.

Y si es una persona madura, no solo piensa en si misma, se preocupa por el futuro de sus hijos, de sus amigos, de sus conciudadanos. Por ello desea una educación de calidad y un sistema de salud que no comercialice con la vida humana de los más vulnerables. Aspira a tener gobernantes honestos, o que sufran las consecuencias si deciden no serlo.

Por esta situación, nuestro problema no se va a resolver cancelando las becas al exterior o reorientando la inversión educativa en beneficio de las universidades dominicanas. Estas medidas no atacan el problema. El mismo radica en una actitud pesimista ante la vida generada por condiciones sociales de injusticia acumulada. La cuestión no es meramente educativa, sino también, política. Debemos comenzar a transformar las condiciones de injusticia y malestar que produce esa percepción de futuro clausurado.

Fuente: https://acento.com.do/2020/opinion/8782049-la-clausura-del-futuro/

Imagen:  https://pixabay.com/photos/luggage-suitcases-baggage-bags-933487/

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Estrategia de cualificación, investigación e innovación docente: comunidades de saber y práctica pedagógica

04 de octubre de 2017 / Fuente: https://compartirpalabramaestra.org

Por: IDEP

Reconocer el saber de los docentes y reafirmar cómo con su labor vienen transformando la realidad de los diferentes entornos educativos en Bogotá

Durante su vida institucional el Instituto para la Investigación Educativa y el Desarrollo Pedagógico (IDEP), se ha convertido en un referente cuando se trata del acompañamiento y visibilización de las prácticas de los maestros de Bogotá.

Uno de los grandes equívocos de los proyectos educativos consiste en asumir que la transformación de la realidad social es un objetivo ajeno o tan lejano en el tiempo que escapa al alcance de las instituciones escolares, cuando la educación se constituye en uno de los sectores más importantes para que dicho cambio sea posible.

En las aulas de clase se siembra la esperanza de tener un mundo mejor, ese “otro mundo posible” que fuera la gran utopía de Paulo Freire y que se hace realidad en tantas y tantas experiencias pedagógicas desarrolladas por maestros, maestras y directivos docentes. Por fortuna, en Bogotá son muchos los actores educativos que coinciden con este pensamiento.

Hay que ver las cientos de experiencias inscritas en el Premio a la Investigación e Innovación Educativa durante sus once versiones, además de la gran cantidad de trabajos cargados de un amplio contenido pedagógico que han servido como insumo para inspirar iniciativas de otros docentes.

En este escenario, el IDEP se ha constituido en un actor clave para el acompañamiento y la visibilización de la producción académica de los docentes. Respecto al acompañamiento, se han realizado distintas convocatorias además de las relacionadas con la inscripción al premio antes mencionado, con el propósito de fomentar la participación docente en procesos de cualificación.

Dentro de las temáticas abordadas se encuentran: uso de las TIC, convivencia escolar, evaluación del aprendizaje, y otras que han servido, no solo para propiciar intercambios de saberes, sino para que los docentes capitalinos sean reconocidos nacional e internacionalmente por sus aportes en materia de saber pedagógico. Por otra parte, la visibilización de las prácticas pedagógicas ha sido el objetivo de las publicaciones que realiza el Instituto a través de sus libros, el Magazín Aula Urbana y la Revista Educación y Ciudad.

Con estas publicaciones se busca exaltar la labor que maestros y maestras realizan a partir de su quehacer y aportar a su posicionamiento como intelectuales y legítimos productores de conocimiento.

Asumiendo esta responsabilidad con mayor ahínco y atendiendo al propósito de hacer de Bogotá una Ciudad Educadora, el IDEP encauza sus esfuerzos en dos componentes de trabajo: 1) Un Sistema de Seguimiento a la Política Educativa Distrital en los Contextos Escolares y 2) Una Estrategia de cualificación investigación e innovación docente para el fortalecimiento de las comunidades de saber y la consolidación de las prácticas pedagógicas.

Nominar uno de sus frentes de trabajo Estrategia de cualificación, investigación e innovación docente: comunidades de saber y práctica pedagógica, implica ahondar en varios aspectos. Hay que comenzar por su definición conceptual y metodológica, proceso que cuenta con el acompañamiento del investigador Jaime Parra, docente de la Universidad Javeriana. El concepto de comunidad explorado por distintos autores invoca el interés de un colectivo y la consolidación de unas prácticas que se reafirman, se transforman o se abandonan con el tiempo.

Ahora bien, leer el concepto de comunidad en clave de las prácticas de los maestros y maestras para consolidar un saber que también es pedagógico, conlleva analizar las subjetividades de quienes han participado de este proceso y reconocer en ellas sus coincidencias y singularidades para definir un panorama que, construido colectivamente, sustente lo que en consecuencia va a desencadenar en una estrategia de cualificación.

Lea el contenido completo en la revista Aula Urbana.

Fuente artículo: https://compartirpalabramaestra.org/columnas/estrategia-de-cualificacion-investigacion-e-innovacion-docente-comunidades-de-saber-y

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