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Educación e historia

Fernando Ayala

Hace unos días acudí a unas Jornadas de Historia de la Educación. Allí, nos juntamos poetas, escritores, profesores de Universidad, maestros, historiadores, filósofos… Durante una amplia doble sesión, de mañana y tarde, estuvimos compartiendo reflexiones sobre el reciente pasado de la educación en nuestro país.

Hablamos de maestros, del papel de la enseñanza. De la necesidad de dignificar su figura y de cómo todo esto no se puede llevar a cabo sin la implicación de la política. Sí, la política.

A veces demandamos un Pacto de Estado y al mismo tiempo criticamos que el partidismo se inmiscuya en el mundo docente. Pero no somos conscientes de los inexorables puntos de unión entre la educación y la política.

La teoría es esencial, la necesidad de extraordinarios intelectuales que nos iluminen, también, la presencia de miles de vocaciones que la pongan en marcha, resulta crucial. Ahora bien, sin la presencia de la voluntad expresada en los Boletines Oficiales, en los Presupuesto, todo queda en el aire.

Así, nos pasó, hablamos de los impresionantes avances ocurridos durante parte del periodo republicano. En aquellos momentos se conjugaron todos los elementos que acabo de citar. Sin duda, lo que posibilitó pasar de la teoría a la acción fue el incremento brutal del Presupuesto dedicado a la educación. La dignificación de la figura del maestro al otorgarle un sueldo oficial y sobre todo al crearse un Plan de Estudios a través de las Escuelas Normales. A lo que se unió la creación de unas 27.000 escuelas. Todo junto posibilitó la lucha contra el cruel y elevadísimo porcentaje de analfabetismo. Además, habría que sumar todas estas condiciones a las penalidades que se pasaban en el mundo rural o en zonas periféricas, alejadas de los centros de decisión, como era Extremadura.

Y alguien preguntó, ¿de todo esto qué se puede proyectar para el futuro?: la memoria de nuestros maestros hace que mantengamos vivo su legado. El olor, el tacto, de lo que algunos denominan “tesoros”, los libros, posibilita su crecimiento. La actualización al mundo que nos rodea de lo que ellos llamaron Misiones, junto con las Bibliotecas escolares y el impacto que tuvo en aquellos lugares más alejados de la cultura posibilitarán el resto. En definitiva la Historia, la Educación, la Política.

Fuente del articulo:http://diario16.com/educacion-e-historia/

Fuente de la imagen: http://diario16.com/wp-content/uploads/2016/11/colegio-educacion-diferenciada-644×362-1.jg

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Che

Por: Graziella Pogolotti

Los visitantes acuden al monumento que guarda sus restos. Su imagen recorre el mundo. Es leyenda y paradigma. Su figura está aureolada por la acción heroica, por el sacrificio sin límites, por la consecuencia entre la acción y la palabra. Cruza fronteras porque, en tiempos difíciles, la humanidad necesita soñar con un mundo mejor, presidido por principios de justicia, rotos los abismos entre los poderosos y aquellos otros (una gran mayoría) despojados de todo, aun de la esperanza.

La fuerza de la imagen es tanta que deja en la sombra su contribución al desarrollo de un pensamiento crítico y creador, merecedor de una relectura inscrita en los problemas de la actualidad. Fidel había llamado a su rescate en 1986 en ocasión del proceso de rectificación de errores y tendencias negativas. Pero el desafío impuesto por las consecuencias del derrumbe del campo socialista y la necesidad de concertar los esfuerzos en la batalla por la supervivencia dejaron poco espacio para debates de orden conceptual. Sin embargo, las ideas del Che se habían forjado en estrecho diálogo entre teoría y práctica. Su largo peregrinar juvenil por la América Latina distó mucho del cómodo andar de un turista. Hecho en condiciones precarias, le impuso la cercanía con los de abajo. Fueron experiencias compartidas en su compleja realidad contradictoria, un aprendizaje de vida, todavía ajeno a generalizaciones librescas más abstractas. Sufrió en Guatemala el impacto de la agresión imperial contra un Gobierno que intentó cambios de carácter más reformista que radical. Sus lecturas de entonces empezaron a nutrir la base de un cuerpo de ideas.

En el transcurso de menos de una década, su tiempo cubano simultaneó aprendizaje y creación. Para hacer Gobierno con perspectiva transformadora, había que saber.

Estudió economía y matemáticas. Desplegó una importante actividad internacional. Viajó con mentalidad de investigador atento y crítico, sin dejarse ofuscar por los intercambios protocolares. Encontró fisuras peligrosas en los procesos de construcción socialista europea que se expresaron en sus apuntes de economía política y lo condujeron a formular algunas de sus ideas centrales. El manejo de las cifras del plan producía un desajuste entre la aplicación de estímulos por sobrecumplimiento y el rendimiento real. El énfasis en el estímulo material no encontraba contraparte en la formación de la conciencia. Debilitaba el papel del sujeto en tanto partícipe activo del proceso transformador.

No se desentendió de una clara percepción de los problemas concretos de la realidad, ni de las debilidades que atraviesa la especie humana, marcada por un largo condicionamiento histórico. Como Ministro de Industrias, tuvo que afrontar problemas de la más diversa naturaleza, heredada de un mundo heterogéneo integrado por la avanzada tecnológica de la producción de níquel paralizada por quienes la abandonaron sin dejar huellas del funcionamiento de su andamiaje. Se hizo cargo de la tradición azucarera. Al mismo tiempo, tuvo que incorporar pequeños talleres poco rentables que constituían, sin embargo, una fuente de trabajo en una coyuntura de alto desempleo. Emprendía la gigantesca tarea en medio de la emigración del personal experimentado. Fundó entonces una escuela para la preparación de administradores a fin de capacitar en lo esencial a quienes tenían entonces un bajo nivel de escolaridad. A la vez, con mirada de futuro, abrió un departamento de sicología con el propósito de valorar científicamente los rasgos de personalidad de quienes habrían de impulsar el sector. No desdeñó tampoco el espacio que correspondía al diseño en el desarrollo de una industria nacional. Partiendo del subdesarrollo establecía los cimientos para una edificación vuelta hacia la modernidad.

Las técnicas y procedimientos afinados por el capitalismo no son descartables, siempre y cuando se convoquen al servicio de la construcción de un modelo emancipador. Con el oído puesto en los avatares de la emergencia cotidiana, el desafío exigía una sistemática dedicación al estudio riguroso de materiales teóricos.

En horas tempranas de la mañana, el Ministro ofrecía el ejemplo personal y comprometía en el empeño a sus colaboradores. Concedió particular importancia a la investigación científica. Fundó una institución dedicada a explorar las posibilidades de desarrollo de los derivados de la industria azucarera con vistas a responder a demandas nacionales y a liberarnos de la dependencia de la producción de una materia prima de escaso valor agregado y sujeta a la siempre amenazante volatilidad de los mercados.

La labor educativa del Che no se limitó a jerarquizar la superación en el plano intelectual, necesario pero insuficiente para hacer del hombre la palanca impulsora de los cambios. Lo decisivo se situaba en el ámbito de los valores sustentados en el compromiso pleno con una ética inquebrantable. Para no sucumbir, había que crecer en la impalpable zona de lo espiritual. En el trabajo con los cuadros, en las visitas a las fábricas, desconfiado de halagos y de las intrigas palaciegas frecuentes en el entorno del poder, profundizó en la búsqueda de la verdad, procuró la información certera y convirtió en regla el ejercicio de la crítica. Puso un valladar a los gérmenes de corrupción y a la complacencia con compromisos establecidos en círculos de amistad.

Cuando el neoliberalismo expande su doctrina economicista, socava la solidaridad entre los hombres y amplía las brechas sociales, la figura del Che se reafirma como símbolo y llamado a la resistencia. Admirable en su heroísmo, lo es también por su contribución al enriquecimiento del pensamiento socialista, por su ejemplo de educador y su cercanía a las masas. Cuando los medios seducen y manipulan el imaginario colectivo, la voluntad del Che de construir un sujeto para la revolución mediante la reivindicación de valores morales compromete con una necesaria continuidad, porque vinculada a la ética, la política recupera su fuente nutricia.

Fuente: http://www.granma.cu/opinion/2017-06-11/che-11-06-2017-22-06-41

Imagen: https://es.pinterest.com/explore/che-guevara/

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La fiesta del «Gran Poder» de Bolivia se luce para ser reconocida por Unesco

Bolivia/Junio de 2017/Fuente: Telemetro

Decenas de miles de danzarines muestran la riqueza folclórica boliviana en La Paz en devoción al Señor Jesús del Gran Poder y esperan que la Unesco declare la fiesta como Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad.

Las 65 fraternidades, que representan a unos 40.000 bailarines y más de 7.000 músicos, danzan al menos ocho kilómetros desde la populosa plaza Garita de Lima hasta el final de la avenida Camacho.

La Asociación de Conjuntos Folclóricos del Gran Poder invitó a representantes de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) para ver la fiesta, informó la dirigente la entidad de danzantes, Marina Salazar.

Agregó que espera que los representantes de la Unesco puedan disfrutar de los bailes, la música y la devoción de la muestra.

El Gobierno anunció en abril pasado la postulación de la llamada «Fiesta mayor de Los Andes» ante la Unesco para que esta festividad sea parte de la lista de Patrimonio Oral e Intangible del mundo.

«La Unesco y el mundo entero son testigos de esta gran demostración de fe y devoción, más de 30.000 bailarines en la fiesta del Gran Poder», escribió el presidente boliviano, Evo Morales, en su cuenta de Twitter.

Además destacó que el Gran Poder es símbolo de diversidad y que todos deben apoyar la postulación de esta fiesta.

«Gran Poder, símbolo de diversidad, debe ser Patrimonio de la Humanidad, una propuesta que todos debemos apoyar para que sea una realidad», publicó el mandatario en la misma red social.

Morales está presente en el palco oficial disfrutando la festividad junto al vicepresidente del país, Álvaro García Linera, y la ministra de Culturas, Wilma Alanoca.

«Hoy nos toca demostrar la identidad de la parte altiplánica de nuestras danzas, tenemos danzas pesadas, livianas, autóctonas realmente una diversidad que pone en alto a nuestro país», expresó Alanoca ante los medios.

La festividad comenzó a primera hora de hoy con rituales y ofrendas realizadas por el consejo de amautas, sabios aimaras.

Esta celebración nació a principios del siglo pasado con fiestas indígenas en barrios populosos de La Paz, pero se convirtió en una masiva muestra folclórico-callejera alrededor de 1940.

Como todos los años, el desfile destaca por el colorido de las vestimentas, la alegría, elegancia y devoción de los protagonistas.

Los organizadores prohibieron este año usar transparencias y escotes a las bailarinas aimaras para preservar la tradicional vestimenta, ya que la Unesco está observando esta festividad.

Además, los bailarines no deben sacarse las máscaras, si es que es obligatorio en el baile, y está prohibido consumir bebidas alcohólicas en el recorrido.

Una de las danzas que predomina es la llamada Morenada, en la que mujeres aimaras bailan a un paso lento junto a otros personajes como los denominados «morenos», que llevan máscaras y pesados trajes.

La muestra incluye otras danzas como el Tinku, el Pujllay, la Llamerada, la Kullawada, los Caporales y la Diablada.

La Unesco ha reconocido en Bolivia cuatro bienes culturales como patrimonio inmaterial entre ellos está el Carnaval de Oruro y la «cosmovisión andina» de los médicos indígenas kallawayas.

También ha reconocido la festividad «Ichapekene Piesta» y el «Pujllay» y el «Ayarichi», dos muestras de música y danza ancestrales de la cultura yampara dedicadas a la lluvia y la temporada seca.

Fuente: http://www.telemetro.com/entretenimiento/cultura/Gran-Poder-Bolivia-reconocida-Unesco_0_1034296968.html

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El hermoso relato de la historia

Por: Graziella Pogolotti

Soñé que, solitaria en una gran ciudad, buscaba inútilmente las placas indicativas de los nombres de las calles. No podía encontrar tampoco el número de las casas alineadas a lo largo de avenidas rectilíneas. La falta de referencias me producía una extraña sensación de desasosiego. Sin embargo, no sentía la angustia propia de quien anda perdido. De algún modo, el ordenamiento de la urbe, similar a tantas otras, me ayudaba a percibir su horizonte y me auxiliaba al descifrar la orientación que presidía el trazado de sus grandes avenidas. A pesar de la falta de ciertas indicaciones precisas, libre de angustia, seguí durmiendo plácidamente, segura de no perder el rumbo.

Tan singular sueño regresa a mi memoria motivada por los temas recurrentes en las conversaciones de estos días de fin de curso y de exámenes de ingreso a la Universidad. Pendientes de los resultados, todos comentan acerca de las preguntas formuladas en las pruebas concentradas en tres asignaturas de carácter formativo: Matemática, Español e Historia. En estas se practica el ejercicio del pensar y se contribuye a la maduración de la conciencia. La matemática entrena en la capacidad de estructurar un pensamiento lógico. La lengua materna es factor decisivo en la adecuada comunicación entre las personas, permite el acceso al conocimiento y viabiliza el disfrute de la literatura, determinante en el indispensable aguzamiento de la sensibilidad. La función de la historia consiste en ayudarnos a entender el mundo que nos rodea y nos ofrece las coordenadas que explican el origen y la razón de las cosas y también nos ofrece claves para transitar de modo adecuado desde el presente hacia el porvenir.

El formulario de examen se circunscribe a procurar respuestas a la solicitud de algunos datos precisos. Sin embargo, para que resulte atractiva y aleccionadora, la enseñanza de la historia tiene que utilizar los hechos como referencia en el contexto de un relato. Es entonces cuando la información adquiere sentido.

Poco importa la sustitución de Antonio Maceo en ocasión de su caída en un combate menor. Lo verdaderamente dramático fue la orfandad de los cubanos al producirse la intervención norteamericana y el nacimiento de la república neocolonial, ausentes ya Martí y Maceo, porque en el complejo entramado de la historia intervienen factores económicos, políticos, culturales, junto al papel de las personalidades. Desaparecido el Maestro, la voz  y la presencia de Maceo hubiera gozado de autoridad indiscutible para contrarrestar el influjo de los representantes del ala más conservadora de la oficialidad insurrecta.

Vista desde la perspectiva actual, imprescindible para la formación de las nuevas generaciones, la gran novela de nuestra historia habrá de contarse teniendo en cuenta la complejidad de los factores nacionales e internacionales que intervienen en cada caso. La pequeña isla que habitamos no está sola en el mundo.

Así, por ejemplo, la revolución haitiana tuvo una repercusión de primera importancia en nuestro devenir. Suele recordarse el papel de la emigración francesa en la cultura santiaguera. Existe el testimonio de los cafetales y todavía hoy se conservan tumbas de los esclavos que acompañaron a sus amos. El acontecimiento tuvo un alcance aun mayor. Abrió mercados al azúcar cubano que nos hizo sucumbir ante la tentación monoexportadora y monoproductora. Alentó el papel de la sacarocracia e impulsó la monstruosa trata negrera a gran escala en el siglo XIX. Generó el fantasma del peligro negro e incentivó el racismo. Estimuló las tendencias reformistas y anexionistas que postergaron el inicio de la guerra grande. Al mismo tiempo, como las ideas no reconocen fronteras, la sacudida libertaria haitiana perforó la censura y alcanzó a capas significativas de negros y mestizos.

De tanto andar cuesta arriba, la conciencia nacional arraigó profundamente. Lastrada por la intervención norteamericana, la república neocolonial atravesó una breve etapa de desilusión y desesperanza. Pero las fuerzas de resistencia fueron tomando cuerpo y emergieron cuando apenas habían transcurrido dos décadas desde su nacimiento. Fue una singular convergencia de nuevos actores políticos y culturales que se manifestó en el reagrupamiento de obreros, mujeres, jóvenes e intelectuales. Aunque la vida les durara poco, surgieron los protagonistas de la etapa. Mella, Martínez Villena, Antonio Guiteras. La república de los tiburones parecía tocar fondo y la dictadura de Machado precipitó los acontecimientos. El brevísimo tránsito del gobierno Grau-Guiteras mostró la vulnerabilidad derivada de las contradicciones insalvables entre los revolucionarios y, al mismo tiempo, las medidas audaces de Guiteras dejaron siembra de futuro. Trunca la Revolución del 30, dejó un legado en el plano de las ideas que traspasó los sectores minoritarios y alcanzó al pueblo, portador desde entonces de un grado de politización superior al de la América Latina de entonces, a pesar del tremendo sacudón producido por la Revolución mexicana.

La Constitución del 40 fue el resultado de una negociación. Pero las posibilidades del reformismo habían terminado. La crisis estructural de la economía era irreversible. La corrupción se hizo galopante. Los grupos gansteriles ajustaban cuentas en las calles. El golpe de Batista frustró la convocatoria a elecciones. En el desconcierto consiguiente, los partidos políticos, inoperantes, perdieron legitimidad. La mafia extendió sus tentáculos y el país parecía condenado a convertirse en un gran casino. En esas circunstancias, la apuesta insurreccional de Fidel contaba con las reservas morales latentes del pueblo, al cabo de un largo aprendizaje histórico. Por eso, después del desembarco del Granma, al contar con un puñado de hombres armados supervivientes de la expedición, dio por segura la victoria final. Así fue, ante el asombro del mundo, la consolidación de un poder que, después de haber vencido a un ejército profesional bien armado, demostró la capacidad de resistir ante las embestidas del imperio.

Fuente: http://www.cubadebate.cu/opinion/2017/05/28/el-hermoso-relato-de-la-historia/#.WStA97jau00

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146 años del final de la Comuna de París, la rebelión que hizo soñar a Europa

Francia/Mayo de 2017/Fuente: Público

La Comuna, que utilizó la bandera roja en lugar de la tricolor francesa, decretó que los obreros podían tomar el control de las fábricas abandonadas por los patrones, abolió la guillotina, promulgó la separación de la Iglesia y el Estado, trató de facilitar el acceso universal a la educación

Este domingo se cumplen 146 años del sangriento final de uno de los experimentos políticos y sociales más importantes de Europa: la Comuna de París. Tras más de 4 meses de sitio las tropas prusianas tomaron París, aunque se retiraron casi de inmediato, y Guillermo I de Alemania formó el gobierno provisional de la República, presidido por Adolphe Thiers, que se alojó en el Palacio de Versalles.

Pero la ciudadanía parisina se negaba a rendirse y se amotinó cuando el gobierno provisional trató de arrebatarle los cañones adquiridos por suscripción popular para defenderse. La Guardia Nacional, con el apoyo del pueblo, convocó unas elecciones para el consejo municipal del que surgió una Comuna (commune es el término que aún se utiliza en Francia para designar a los ayuntamientos) que comenzó a adoptar medidas revolucionarias que asustaron a los poderosos de Francia y de Prusia por igual.

Thiers y sus ministros asediaron la Comuna, impidiendo cualquier apoyo externo, aplastaron movimientos similares en Marsella, Limoges y otras localidades, y el 21 de mayo sus tropas lograron entrar en la ciudad por la parte occidental de las murallas. Tras la ‘Semaine sanglante’ (la semana sangrienta) miles de ‘communards’ habían caído en combate o habían sido ejecutados, y el ejército de Versalles había acabado con un sueño que los revolucionarios de toda Europa nunca olvidaron.

Fuente: http://www.publico.es/politica/146-aniversario-final-comuna.html

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La FEU de Cuba y el 71: Otra anatomía que debe conocerse

Por: Nestor del Prado

El 20 de diciembre del presente año 2017 la FEU de Cuba arribará a su 95 aniversario, aunque como ya expliqué en un artículo anterior,  también cumple este 22 de mayo 46 años de estructurarse oficialmente como federación nacional. El presente artículo que estuvo pensado originalmente como referencia al libro “El 71, anatomía de una crisis”, vio demorada su publicación; y ahora también rinde homenaje a nuestra única FEU de Cuba, la de Mella, Trejo, José Antonio, Fidel y tantos héroes de la Patria.

El prestigioso investigador Jorge Fornet abordó exento de juicios de valor a exprofeso, una bastante bien documentada cronología de los acontecimientos que ocurrieron en el año 1971, aunque haya dado prioridad a los relacionados con el desarrollo de la actividad artística y literaria y su pensamiento político e ideológico asociado. No con el ánimo de polemizar sino de complementar la historia escribo este breve artículo que por razones obvias no abundará en toda su profundidad en lo ocurrido en aquel año en que se lograron verdaderas proezas. Como fui dirigente estudiantil en aquel año, me centraré en la vida universitaria, en que la FEU jugó un rol protagónico.

El año 1971 denominado “Año de la productividad”, se caracterizó por un proceso de democratización de la sociedad cubana, en particular en el fortalecimiento de las organizaciones de masas. La FEU recobró su independencia organizacional, ya que desde 1968 hasta 1970 estuvo fusionada con la UJC en la llamada UJC-FEU.

Entre enero y marzo de ese año se produjo el proceso de elecciones en las cuatro universidades del país (UH, UCLV,UO y Centro Universitario de Camagüey); y en mayo por primera vez queda orgánicamente constituida la  FEU de Cuba, con un Secretariado Nacional electo el 22 de mayo en el Aula Magna de la Universidad de La Habana.

Cuando se realizó el primer Congreso Nacional de Educación y Cultura, que precisamente el pasado 30 de abril cumplió 46 años de su clausura por Fidel, todavía no estaba fundada la FEU de Cuba y la participación fue de las cuatro federaciones ya citadas.

Por razones de espacio, la descripción de la otra anatomía de aquel año, la haré casi a manera de titulares.

  • El proceso de universalización de la Universidad, propició el acceso de miles de trabajadores a sus aulas, en que jugó un papel importante el movimiento de alumnos instructores Julio Antonio Mella, para dar clases a la gran masa de trabajadores que ingresaron en las universidades. Fue una solución revolucionaria al déficit de profesores universitarios.
  • La integración docencia-producción, en que la mayoría de las carreras universitarias se volcaron a los centros de producción y servicios afines. Se crearon las Filiales Universitarias en las Fábricas más importantes del país, y se consolidaron los Hospitales-Docentes, en que los alumnos a partir de tercer año recibían sus clases y ejercían labores asistenciales.
  • Se crearon las Brigadas de la FEU como eslabón principal de la organización. Su principal tarea fue la de la calidad en el estudio y la erradicación del fraude en los exámenes.
  • En abril de 1971 se realiza el Primer Pleno ampliado de la FEU de la UH, la apertura en el Aula Magna, con la presencia de Sarah Pascual, compañera de lucha de Mella. Las sesiones de trabajo de las comisiones y la clausura en la Escuela de Letras y Artes de la UH. Participaron como invitados los tres Presidentes de las restantes universidades. Guardo con celo un ejemplar (ojalá que no único) del suplemento de la Revista Alma Máter, más bien tirada especial, con los resultados de aquel histórico Pleno.
  • Reactivación de la actividad internacional de la FEU. Participación en la Unión Internacional de Estudiante (sede en Praga). Brigada universitaria que construyó el Parque José Martí en Santiago de Chile. Destacada participación de la FEU en el Primer encuentro de solidaridad con Vietnam, Laos y Camboya, realizado en Chile en agosto de 1971. Participación activa en la Brigada Venceremos de estudiantes norteamericanos principalmente. Preparación del V CLAE, que se realizó en Santiago de Chile en mayo de 1973.
  • Se revitalizó el movimiento deportivo universitario con la celebración de los juego Caribes, Tainos y Mambises, teniendo como colofón los Juegos Nacionales Universitarios
  • Igualmente se revitalizó el movimiento artístico de aficionados de la FEU, desde las escuelas, facultades y universidades, que culminaron en el Primer Festival de Aficionado de la FEU celebrado en Santiago de Cuba. Se rescató la carroza y comparsa de la FEU así como las elecciones de la estrella y los luceros de facultades y universidades.
  • Se produjo un movimiento de masas en la promoción del estudio de la historia de la FEU teniendo como motivación la conmemoración del Centenario del fusilamiento de los ocho estudiante de medicina, el 27 de noviembre de 1871. Miles de estudiantes universitarios se prepararon y realizaron conversatorios en centros de trabajo y unidades militares sobre la historia de la FEU. Se produjo un número especial de la Revista Alma Máter que recogió el devenir histórico desde Mella, José Antonio hasta la etapa 1972.
  • Se realizó el Primer Congreso Nacional Científico Estudiantil Universitario, en que participaron decenas de estudiantes con sus ponencias en todas las manifestaciones del quehacer científico. Ese congreso fue clausurado por el entonces Presidente de la República, el Dr. Osvaldo Dorticós Torrado.
  • Se produjo un fuerte movimiento de trabajo voluntario, tanto en la agricultura como en la industria, en los puertos, en la remodelación del estadio Latinoamericano, en las microbrigadas para la construcción e viviendas.
  • Se revitalizó la emulación socialista, se creó la distinción 27 de noviembre y se organizó la Avanzada Estudiantil homónima, que participó en el Acto Central realizado en el mausoleo de La Punta, luego de una masiva y combativa peregrinación desde la Escalinata, y que culminó con un histórico discurso del Dr. Carlos Rafael Rodríguez.

La universidad para los revolucionarios

Para no evadir responsabilidades desarrollaré esta última importante acción que es precisamente a la que el libro de Jorge Fornet en buena medida toma como foco.

El 26 de marzo luego de culminar el acto de recibimiento de la brigada juvenil José Martí, que construyó un parque con el nombre del apóstol en Santiago de Chile, llegó Fidel a la Plaza Cadenas. Preguntó por mí y me dijo que si yo pensaba que me había tocado un periodo fácil en la dirección de la FEU, a lo que le respondí que sabía que era difícil.

Fidel estuvo conversando con más de 300 estudiantes y profesores alrededor de  la pequeña escalinata del rectorado hasta pasada las 12 de la noche. Un tema principal fue el de las declaraciones del poeta Heberto Padilla.

Fidel nos dijo que debíamos garantizar que a la Universidad entrarán los revolucionarios, que no se trataba de que no entraran contrarrevolucionarios, sino que entraran revolucionarios, que los neutros eran claudicantes en potencia. Un periodista uruguayo-por cierto Tupamaro-, le preguntó si no estaba siendo muy severo con algunos intelectuales y Fidel le argumentó con firmeza sus apreciaciones; el periodista se desmayó y el Rector J.M. Miyar le pidió al Dr. Oscar García que lo atendiera. Pasada media hora Fidel se interesó por el periodista Martirena, ese era su apellido, y le informaron que ya estaba recuperado. Lo mando a buscar y conversó amistosamente con él, quien respondió que era el colmo de un periodista, venir a desmayarse en el evento periodístico más importante de su vida y le pidió autorización para publicar un reportaje de aquella visita en Prensa Latina, para la que trabajaba. Esa noche Fidel nos llevó a Castro Palomino-Primer Secretario del Comité Universitario de la UJC y a mí para su oficina en la Plaza de la Revolución y allí estuvimos conversando junto al comandante Ramiro Valdés por más de dos horas, sobre el proceso de universalización de la Universidad y de otros temas de suma importancia.

En una conversación amistosa con Jorge Fornet, le hice un comentario y dos preguntas sobre su libro. Le comenté que citar mi discurso del 20 de abril de 1971 en homenaje a los mártires de Humboldt 7, de manera parcial no era consecuente con su investigación histórica, que era una manera de manipulación de la opinión. Las pregunta fueron: que si decidió citarme por qué no intentó hablar conmigo antes; y la segunda fue si él sabía de la realización de la reunión de Jaimanitas, que se realizó el 4 de abril, varios días antes del Congreso de Educación que por decisión de sus participantes tuvo también el apellido de Cultura. Me respondió a la primera pregunta que no sabía si yo vivía y si estaba en Cuba; y de la segunda me dijo que no sabía de tal reunión. Tal vez en algún otro momento escriba mis vivencias de aquella reunión de Fidel con los dirigentes de las organizaciones sociales y de masas en Jaimanitas, en que hubo dirigentes de instituciones afines y varios intelectuales cubanos (Roa, Mendoza, Carlos Rafael, Alfredo Guevara, Miyar, Serguera,…) que expusieron sus ideas y criterios sobre la política cultural de la Revolución. Hubo un vivo debate.

Concluyo planteando que efectivamente se cometieron excesos en algunas decisiones y sus acciones correspondientes, que años después  fueron rectificadas. Entre las más connotadas estuvieron la batida contra los melenudos, la discriminación por preferencias sexuales y por creencias religiosas. También considero que hubo medidas drásticas con jóvenes escritores que la historia se encargó de reivindicar como genuinos revolucionarios y patriotas. Los simbolizo en Eduardo Heras León.

El 71 (1971) no ha de ser signado como un ataque a la cultura, ya que como reseñé y puedo profundizar se realizaron trascendentales y luminosos procesos y obras genuinamente revolucionarias y participativas, que también forman parte de la cultura.

Termino mis palabras con el legítimo orgullo de haber formado parte activa de la FEU, y de seguir llevándola en mi mente y en mi corazón.

Valoro la importancia de lo que la actual dirección de la FEU de Cuba viene impulsando en dos vertientes fundamentales: el diálogo franco y profundo con  y entre los estudiantes, y su participación extramuros en los cruciales procesos que la Revolución lleva adelante, en que la Unidad dentro de la Diversidad ha de ser factor clave del éxito.

Viva el 95 Aniversario de la FEU de Cuba.

Fuente: http://www.cubadebate.cu/opinion/2017/05/22/la-feu-de-cuba-y-el-71-otra-anatomia-que-debe-conocerse/#.WSdy47jau00

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Para un diálogo productivo entre lo abstracto y lo concreto

Por: Graciella Pogolotti

De manera natural, el tema de nuestra identidad se expresa en el ámbito cultural desde tiempos remotos. Su antecedente más lejano puede reconocerse en Espejo de paciencia, ese singular poema épico en tono menor inspirado en el contrabando.

Luego se manifiesta en nuestros historiadores tempranos que, en el siglo XVIII, empiezan a interrogarse acerca del qué somos y del cómo somos. En dirección similar apunta la crítica formulada por el padre José Agustín Caballero a la escolástica dogmatizante. Los criollos comenzaban a marcar su diferencia. A partir de entonces, con conciencia creciente de nuestra condición colonial, fue cristalizando, en el reconocimiento de nuestro entorno, una rica obra de imaginación y pensamiento. En los 80 del pasado siglo, el Ministerio de Cultura auspició una investigación que abordaba el asunto desde la perspectiva de las ciencias sociales. El muy reconocido texto de Carolina de la Torre constituye uno de los resultados de aquel proyecto.

La globalización neoliberal, con sus repercusiones en todos los planos de la vida, coloca el tema en una dimensión más amplia. Se han emprendido numerosas investigaciones al respecto, orientadas casi siempre al estudio de los sectores juveniles. Sin conocer las premisas de estos trabajos, sus enfoques me llevan al planteo de varias interrogantes. Algunas giran en torno a la conveniencia de establecer un corte generacional prescindiendo de un contexto más complejo. Por otra parte, me pregunto acerca de las herramientas empleadas para abordar un delicadísimo problema en el cual confluyen factores intelectuales y afectivos.

Al nacer, la criatura carece de identidad. La construye en el contacto físico con la madre, en el despertar de los sentidos y en las circunstancias que configuran el ambiente que la rodea. En esta iniciación, lo afectivo ejerce un dominio absoluto. La paulatina adquisición de la palabra establece la intersección entre lo intelectual, lo afectivo y lo meramente sensorial. Acompañada de la voz, la palabra transmite nociones y con su tesitura modela sensibilidades.

El medio familiar constituye, pues, la matriz iniciática de la definición de una identidad cultural. Es la base constructiva de valores, de normas de relación entre los seres humanos, basadas en el respeto mutuo y en la doble capacidad de observar y escuchar. Desde lo más elemental, la cocina tradicional, la familia es un vehículo básico de transmisión de una memoria cultural fundada en las zonas más íntimas de la cotidianeidad, entre tantas otras, las anécdotas de padres y abuelos. De manera más o menos consciente interviene con peso decisivo en la formulación de proyectos de vida y en los modos de configurar la noción de la felicidad. La atmósfera de armonía, o su contraparte, el ejercicio de la violencia física o sicológica, marcan indeleblemente las conductas de las criaturas en formación. La vida moderna, con su ritmo apresurado y con la intromisión de entretenimientos invasivos del hogar, ha debilitado el papel de la familia. El fenómeno es universal, pero alcanza un grado alarmante entre nosotros.

A medida que va creciendo, la criatura amplía su círculo de interacciones. El barrio y la escuela se interrelacionan. Complementaria del medio familiar, corresponde a esta última una acción múltiple, formativa, en el diseño de una identidad cultural. Sin renunciar al factor afectivo, imprescindible en el vínculo entre alumnos y maestros, entra en juego la ancha zona que corresponde a los valores y al conocimiento. En el primer caso, ha de regirse por el principio insobornable de justicia. En el segundo, interviene de manera fundamental el dominio de la lengua como instrumento para la captación de matices, la enseñanza de la historia y el conocimiento de la literatura nacional.

Es el momento de acceder, con todas sus implicaciones, a la noción de patria, razón de ser y compromiso con las generaciones que nos precedieron. Siempre en lucha con la adversidad, nos dotaron en lo material y en lo espiritual de lo que tenemos, reconocible en la maravilla de nuestras ciudades, en la obra de escritores y artistas, tanto como en la existencia de quienes sacrificaron vida y juventud para dotarnos de un espacio propio.

Adentrarse a través del doble carril de la inteligencia y de los sentimientos en el proceso histórico de una isla pequeña y escasa de recursos, capaz de enfrentar con el valor y la astucia a adversarios que la superan en dimensión y poderío, transmite noción de pertenencia e infunde el orgullo de compartir la identidad propia con un proyecto colectivo. A lo largo de medio milenio, muchos han sido los sacrificios para forjar el perfil de lo que somos. Una nación que convoca e interpela con voz autorizada, porque alcanzó su independencia tras 30 años de lucha, término incomparable en duración y esfuerzo con el de ninguna otra del continente. Frustrada la victoria, recobró fuerzas y voluntad. Derrocó tiranos y encabezó las reivindicaciones de un Tercer Mundo víctima del neocolonialismo. Llegado el momento de negociar, lo hizo en paridad de condiciones. Ahogada por una guerra económica implacable durante medio siglo, ha sido capaz de resistir y seguir haciendo obra. Tuvo que pagar un alto precio, padecer necesidades y sufrir desgarramientos por la lejanía de quienes, familiares y amigos, decidieron tomar otros rumbos. Y, sin embargo, subsisten reservas morales. A ellas tiene que apelar la sociedad toda para sanar cicatrices, para combatir los vicios que amenazan corroernos y restaurar la fe en la capacidad infinita de levantarnos y continuar la marcha. Martí ridiculizó al aldeano vanidoso. Al mismo tiempo, supo rendir homenaje a quienes, con las armas y el obrar virtuoso, sembraron conciencia y templaron el alma para el enfrentamiento decisivo.

La nación se hace todos los días mediante el actuar eficaz de sus ciudadanos. En ese presente que nos envuelve y en la recuperación viviente de la historia construida entre todos, se reconocen los hechos concretos de la realidad. En el plano simbólico de lo abstracto está la síntesis que reverenciamos. La bandera y el himno se gestaron en la sangre, en la lucha, en el inmenso sacrificio de la existencia en los campamentos mambises y en el dolor infinito de los padres que ofrendaron sus hijos.

Les debemos reverencia y respeto. No podemos vulgarizar su uso, sino enaltecer su presencia en los instantes excepcionales. Con sus peculiares ideas, sus arrestos y su voluntad de reafirmar su identidad, los jóvenes se integran a una comunidad intergeneracional, porque toca a ellos continuar nuestra lucha y sostener la defensa de una soberanía difícilmente conquistada.

Fuente: http://www.granma.cu/opinion/2017-05-14/para-un-dialogo-productivo-entre-lo-abstracto-y-lo-concreto-14-05-2017-23-05-21

Imagen: https://www.ecured.cu/Identidad_Cultural_Cubana

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