Cumbre del clima en Bakú, más de lo mismo y menos soluciones concretas

Aunque la COP29 acordó triplicar la financiación de los países en vías de desarrollo como compensación a las consecuencias del cambio climático, los recursos siguen siendo insuficientes mientras las emisiones se incrementan sin acuerdos claros o novedosos para reducirlas.

Llevamos 29 cumbres globales climáticas desde 1992, cuando se firmó en Río de Janeiro la Convención Marco de Cambio Climático, adoptada por Colombia en 1994, y luego de más de 3 décadas no se ha resuelto mucho, solo se dan pequeños pasos adelante –gracias a la movilización popular del Sur Global– mientras se dan varios hacia atrás al no limitarse las emisiones atmosféricas que cada año se intensifican.

Según el Banco Mundial, en un lapso de 14 años las emisiones mundiales de CO2 –uno de los principales gases de efecto invernadero y responsable central de la crisis climática– se incrementaron en 60 %, al pasar de 22.400 millones de toneladas métricas en 1990 a 35.800 en 2013.

En 1990 había en la atmósfera 354,29ppm (partes por millón) de carbono, en noviembre de 2024 hay 421,55 ppm, según The Nature Conservancy, y cada año los niveles aumentan a mayor velocidad. De 1990 a hoy el CO2 aumentó 39,99ppm, asunto que refleja la incompetencia de las Naciones Unidas para hacerle frente a la crisis climática.

Los Estados ricos prefieren seguir hablando de limitar emisiones y los del Sur Global insisten en la deuda climática del Norte, la cual puede estar por encima del billón de dólares anuales para adaptación y cerca de 3 billones si se suma la mitigación con transición energética justa y sostenible. En Bakú (capital de Azerbaiyán) los países ricos se comprometieron con solo 300.000 millones de dólares anuales a partir de 2035, compromiso que seguramente no cumplirán pues es persistente la continuidad de la práctica capitalista de seguir endeudando el futuro a costa de los empobrecidos del mundo y sus ecosistemas.

Una prueba de ello es que el Acuerdo de París 2015, durante la cumbre climática COP21, definió que los países más contaminantes aportarían 100.000 millones de dólares anuales para mitigar los impactos de la crisis climática en países empobrecidos. A la fecha solo se han aportado 70.0000 millones.

El proceso de industrialización capitalista incentivó la generación cada vez más exagerada de los gases generadores de efecto invernadero que han recalentado el clima global y traído como consecuencia la crisis climática, con fenómenos y desastres climáticos previsibles que los contaminadores no quieren asumir, lo cual se refleja en transformaciones radicales del clima del planeta Tierra.

El régimen de lluvias ha cambiado de manera trágica, con incremento de tormentas o sequías extremas en lugares donde antes no ocurrían, se destruyen los glaciares tropicales, el Ártico y el Antártico van en franco deterioro y se desplazan forzadamente cientos de miles de personas mientras persisten diversas formas neo-extractivistas contaminantes sin freno y se usan las guerras para controlar y apropiarse del acceso a los bienes de la naturaleza, empobreciendo a miles de millones de seres humanos.

El Informe sobre desarrollo humano 1994 (Naciones Unidas, 1994), liderado por la relatora Fatma Zohra Ksentini, ya precisaba que la causa principal del deterioro ambiental está relacionada con “las modalidades insostenibles de la producción y del consumo, en particular en los países industrializados” y “la responsabilidad de contener, reducir y eliminar los daños al ambiente mundial debe recaer en los Estados que los causan”. A pesar de todos los datos presentados en el Informe, los países industrializados y las empresas más contaminantes no han querido asumir los costos de su contaminación.

Las décadas de 1960 a 1980 fueron de gran debate social, político y cultural (movimientos populares pacifistas, feministas, trabajadores, universitarios y académicos, de juventudes, indígenas, campesinos) sobre las implicaciones negativas del maldesarrollo capitalista occidental y sobre cómo diversos desastres se hacían incontrolables (Minamata, desastre químico de la Sandoz en Basilea, Bhopal, y el del modelo soviético, Chernobyl, Mar de Aral) llevando a Naciones Unidas a convocar cumbres globales (Estocolmo 72, Río 92) para discutir las relaciones entre derechos humanos y problemas ambientales.

Los Estados ricos y las grandes empresas fueron cooptando el discurso y tiñéndose de verde sin serlo. La firma en 1992 en Río de Janeiro Brasil de las Convenciones sobre protección de la biodiversidad y el referido a frenar la crisis climática parecían ir en el camino correcto, pero el capital –que sabe para dónde va– convirtió la protección de la diversidad biológica en un nuevo negocio llamado el “oro verde” y ha eludido avanzar en la transformación de la matriz energética basada en energía fósil.

Por ello, creer que los problemas y conflictos ambientales van separados es un error: biodiversidad, crisis climática, extractivismo minero-energético, agroindustrial y de cualquier otro tipo están interconectados, son interdependientes y afectan tanto a los ecosistemas y territorios como a los seres humanos que los habitan. Mientras tanto las consecuencias caen con mayor intensidad sobre los países más empobrecidos, que menos han contribuido con emisiones a la crisis, como señaló el Informe Stern (2007).

Las emisiones de gases de efecto invernadero se han acelerado pese a las cumbres y los acuerdos por reducirlas. Foto: Nicol Torres, Unimedios.Las emisiones de gases de efecto invernadero se han acelerado pese a las cumbres y los acuerdos por reducirlas. Foto: Nicol Torres, Unimedios.

Es evidente cómo se está ampliando la tendencia a realizar cumbres climáticas en países petroleros (Emiratos Árabes Unidos 2023, Azerbaiyán 2024), ya que estos no aceptan su responsabilidad en la crisis y, como afirmó el jefe de la delegación de Arabia Saudita en la Cumbre hace 2 semanas, en esta clase de acuerdos internacionales no se pueden incorporar referencias explícitas de que la energía fósil tiene que ver con los desastres climáticos que se suceden. No es gratuito que cuando el presidente de Azerbaiyán inauguró la COP29 en Bakú afirmando que el petróleo era “un regalo de Dios”, les dio una bofetada a los cientos de millones de seres humanos que sufren las consecuencias de las emisiones contaminantes de la energía fósil.

Por ello, la conclusión central de la cumbre climática (que debería ser cómo disminuir en serio, evitar y eliminar las emisiones contaminantes) terminó en seguir aplazando la toma de decisiones urgentes para enfrentar la crisis y la destrucción de la biodiversidad, ya que ser responsable, internacionalmente hablando, implica saber la verdad sobre quiénes son los más contaminadores, asumir con rigor la transición energética justa y sostenible, mitigar los impactos causados y tratar de adaptarse con dignidad a las nuevas condiciones anti-ambientales.

De otra parte es pertinente mencionar que, como ha venido pasando en las diversas cumbres, en Bakú casi 2.000 agencias y empresas de la energía fósil estuvieron presentes, más que los delegados gubernamentales de los 150 países del Sur Global; además del apoyo de la sede de Azerbaiyán, el primer país petrolero del mundo desde mediados del siglo XIX, y de Arabia Saudita, el mayor productor, a lo que se suman posturas políticas negacionistas como las de Donald Trump o Javier Milei, quien retiró a la delegación argentina.

Por ello el resultado de la COP29 en Bakú es más de lo mismo, sin compromisos concretos por reducir y eliminar las emisiones contaminantes, insistiendo en el negocio de la contaminación a través de figuras como derechos de emisión o bonos de carbono.

Toda acción climática debería pasar por discutir y acordar tanto los límites a las emisiones contaminantes como las formas financieras de asumir lo emitido a la fecha por parte de Estados y empresas, así como sus consecuencias actuales y futuras, y cómo indemnizar, reparar y avanzar hacia una transición energética urgente, justa, equitativa y sostenible con cero emisiones contaminantes en una fecha precisa.

Si la financiación sigue siendo una farsa, si se insiste en los mercados de contaminación, si la energía fósil se sigue imponiendo sobre las energías renovables, si los Estados ricos que son los que más emiten gases contaminantes no asumen su responsabilidad y desarrollan planes de reducción, como contribuciones nacionales determinadas (NDC), no habrá posibilidad de avanzar en la resolución de la crisis.

El Estado colombiano por intermedio de su Gobierno puede avanzar con dignidad frente a la transición energética justa, insistiendo y exigiendo la responsabilidad de los más grandes contaminadores, los países ricos, quienes deberán aportar proporcionalmente a sus emisiones históricas de los últimos 100 años, con 1 billón de dólares anuales, no menos, en los próximos 20 años si de verdad se quiere enfrentar la crisis climática. Es un tema de justicia climática, quien más emite es más responsable.

https://periodico.unal.edu.co/articulos/cumbre-del-clima-en-baku-mas-de-lo-mismo-y-menos-soluciones-concretas

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Mundo: El cambio climático sin pausa durante pandemia de Covid-19

Mundo/05-03-2021/Autor(a) y Fuente: www.prensa-latina.cu

La Covid-19 no estableció pausas para el cambio climático y la gestión para combatirlo debe ser una tarea diaria, afirmó hoy aquí el presidente de la próxima Cumbre del Clima COP26, Alok Sharma.

Durante un encuentro virtual organizado por la embajada de Reino Unido en la capital española para abordar detalles sobre el evento internacional, Sharma enfatizó que hacer frente al calentamiento global es algo en lo cual ‘todos tenemos un papel para desempeñar’.

También puntualizó los principales pilares en los que se sustentará la COP26, prevista entre el 1 y 12 de noviembre en la ciudad de Glasgow, Escocia.

Entre los objetivos de esta cita internacional está llegar a más acuerdos para reducir las emisiones de gases a la atmósfera, reforzar la adaptación al cambio climático, así como lograr financiación para los países más vulnerables y afianzar el libro de las normas del Acuerdo de París sobre cambio climático.

En la reunión acompañaron a Sharma, Teresa Ribera, ministra para la Transición Ecológica y Reto Demográfico de España, país que acogió la COP25, y el ministro de Medio Ambiente de Italia, Roberto Cingolani.

Ribera, destacó la importancia de robustecer la resiliencia social, natural y económica del planeta con vistas a la cumbre de Glasgow.

Aseguró que 2021 es un año crucial en el cual deben ‘hacerse aportaciones precisas’ para alcanzar el Acuerdo de París.

‘Resulta dramático ver ya los efectos del cambio climático en amplias zonas del mundo … El planeta afronta una agenda climática cargada de contenidos apasionantes, muy transversal, compatibles con la preservación de la biodiversidad, el desarrollo y la prosperidad’, expresó.

Sharma felicitó el trabajo realizado por España en los últimos meses en cuestiones de transición ecológica y dijo que el éxito de la futura conferencia climática de la Organización de Naciones Unidas (ONU) está centrado en sentar las bases de un crecimiento verde y limpio para todos.

Recientemente, el secretario general de la ONU, António Guterres, pidió a la comunidad internacional mostrar más ambición de cara a la Conferencia sobre el Cambio Climático.

‘Debemos detener cuanto antes el asalto al planeta y hacer todo lo que sea necesario para garantizar el futuro de nuestros hijos y nietos’, ratificó.

mgt/cdg

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=433256&SEO=el-cambio-climatico-sin-pausa-durante-pandemia-de-covid-19
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Reino Unido: Incluir la biodiversidad en los índices de riqueza, una necesidad a nivel mundial

Incluir la biodiversidad en los índices de riqueza, una necesidad a nivel mundial

Cada país evalúa su grado de riqueza mayormente evaluando PBI per cápita, algunos países hasta han incluido el índice de felicidad como Bután. Pero la nueva propuesta realizada por el Ministerio de Economía del Reino Unido, es incluir la conservación de la biodiversidad.

La sugerencia de incluir la biodiversidad como riqueza, surge de un estudio realizado por el profesor emérito y economista, Partha Dasgupta, de la Universidad de Cambridge titulado “La economía de la biodiversidad”.

Dasgupa destacó que el desarrollo de la economía a nivel global se a logrado a costa de depredar la naturaleza y señaló que “el verdadero crecimiento económico y desarrollo sostenible implica reconocer que nuestra prosperidad a largo plazo depende de que volvamos a equilibrar nuestra demanda de bienes y servicios naturales con la capacidad (del planeta) de proporcionarlos

Por otro lado el economista reflexionó sobre la pandemia que actualmente al mundo y al respecto expresó que “la covid-19 nos ha demostrado lo que puede ocurrir” si no se equilibran los recursos naturales con la demanda de bienes.

En noviembre de este año se desarrollará en Escocia la cumbre del clima COP26 y Boris Johnson, primer ministro británico, líder del G7, será su anfitrión. Al respecto señalo que “este año es crítico para determinar si podemos detener y revertir la preocupante tendencia a la rápida decadencia de la biodiversidad” y que el estudio realizado por Dasgupta fundamenta muy claramente que “proteger y mejorar la naturaleza requiere algo más que buenas intenciones”.

El primer ministro tomará como bandera la defensa de la naturaleza como una de las prioridades a nivel global.

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Recomendaciones del informe

En el estudio se destaca como necesidad incrementar la sostenibilidad en los procesos relacionados con la alimentación y la energía mediante la actualización de tecnologías y el apoyo con medidas políticas.

Además, se recomienda facilitar el acceso a las áreas naturales protegidas y expandir su superficie a nivel global; orientar las inversiones a proyectos de gran escala que pongan freno a la pérdida de biodiversidad y pensar en programas relacionados con la planificación familiar.

Ecoportal.net

Fuente de la Información: https://www.ecoportal.net/paises/biodiversidad-indices-riqueza/

 

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“Descabronizar” el planeta

“Descabronizar” el planeta

El mayor cambio que se vive hoy en al ambiente es el de la Igualdad, tanto que los pilares sobre los que se levanta la estructura de nuestra sociedad se están derritiendo. Y como sucede con el cambio climático, hay quien lo niega para no enfrentarse a la verdad incómoda que amenaza su poder y privilegios.

El ejemplo lo tenemos cerca, en la Cumbre del Clima celebrada estos días en Madrid, una de las propuestas más destacadas es la de “descarbonizar” el planeta para disminuir las emisiones de carbono, especialmente en forma de dióxido de carbono. Un concepto novedoso, ese de “descarbonizar”, cuya validez ha sido aceptada por la Fundéu al ser construido a partir de la palabra “carbono”.

El machismo por su parte ha intoxicado la convivencia social y democrática con la emisión de sus malos humos y sus gajes tóxicos a lo largo de toda la historia, tanto que ha contaminado el aire que respiramos y ha impregnado con el hollín de su ceniza las miradas e identidades, para establecer con sus emisiones una especie de clima regulado por el termostato de sus intereses.

Ante esta situación el razonamiento es sencillo, si “descarbonizar” es reducir las emisiones de carbono, y “cabrón”, tal y como recoge la primera acepción del Diccionario de la RAE, es quien “hace malas pasadas o resulta molesto“descabronizar” es reducir la realización y emisión al ambiente de esas malas conductas y molestias que, incluso, llegan hasta la violencia. Un comportamiento característico del machismo para lograr imponer la desigualdad con la que defender sus privilegios, y para someter a las mujeres a los espacios y funciones que la cultura machista ha decidido.

El machismo es tóxico, y el ambiente milenario de “encabronamiento” que genera es el responsable de las olas de acaloramiento público y privado, de las inundaciones de la intimidad, y de las DANAS (“Depresiones Afectivas en los Niveles del Amor”) cíclicas que aparecen de manera sorpresiva con todo su daño y destrucción.  Por lo tanto, la solución a esos problemas sociales pasa por actuar sobre ese ambiente tóxico, no sólo sobre el resultado de sus catástrofes.

El problema es más serio de lo que parece, por eso quienes “emiten” la violencia machista buscan negarla, si no fuera tan grave no se molestarían en intentarlo. La OMS (2013) recoge que el 30’1% de las mujeres del planeta sufrirán en algún momento de sus vidas violencia por parte de sus parejas o exparejas, y Naciones Unidas (2015) indica que entre 40.000 y 45.000 mujeres son asesinadas en el planeta cada año en el contexto de las relaciones de pareja y familia. Por su parte, la Agencia de Derechos Fundamentales (FRA, 2014) concluye en su informe que el 20% de las mujeres de la UE han sufrido violencia física en las relaciones de pareja, el 43% violencia psicológica, el 6% violencia sexual y el 55% acoso sexual. Y si nos acercamos a nuestras costas, las Macroencuestas (2011, 2015) y los datos de la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género nos indican que cada año unas 600.000 mujeres son maltratadas y unas 60 asesinadas. Y a pesar de esta objetividad en el resultado y de vivir la experiencia de cada día que conduce al mismo, el “encabronamiento” machista lo ignora y lo intenta negar.

Por ello necesitamos el aire fresco de la Igualdad con un doble objetivo. Por un lado, descontaminar y limpiar la atmósfera de la cultura de todos los gases tóxicos emanados de las ideas, valores, creencias, mitos… machistas. Y por otro, abrir la ventana del conocimiento para que entre el oxígeno de la Igualdad y haga respirable el ambiente. Sólo así podrán desaparecer los efectos tóxicos que ocasionan esa mirada borrosa que difumina la realidad, las alucinaciones del machismo, y los delirios de grandeza que muchos toman como verdad.

No es sencillo, son muchos los hombres que viven de esos malos humos, y algunos son verdaderos adictos al machismo, como los hay a las emisiones de dióxido de carbono, en una dependencia que no es física ni psicológica, sino social. Es la dependencia al poder y a los privilegios, y se ve reforzada bajo la conciencia de que cuanto más injusta son las decisiones, más poder se tiene. Y aunque el resultado sea dañino, hay quien prefiere morir de éxito en una sociedad injusta que vivir feliz y en paz en Igualdad.

La sociedad ya ha cambiado y su avance es imparable, pero las reacciones de quienes viven bajo el poder de sus emisiones también está presente para intentar asfixiar al planeta y a la Igualdad. No es casualidad esta reacción, ni tampoco que sólo sea el feminismo quien tenga una respuesta global a toda la construcción tóxica y violenta del machismo para “descabronizar” el planeta por tierra, mar y aire. El machismo es cultura, no conducta, y el feminismo busca una nueva cultura levantada sobre la Igualdad, no corregir algunos de los resultados y consecuencias.

Porque el feminismo es “cultura de Igualdad”.

Autor: Miguel Orente

 

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COP25.- Cumbre del Clima tendrá su «contracumbre» para dar respuesta «combativa y de clase» contra la crisis climática

Redacción: La Vanguardia

La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2019 (COP25) tendrá su «contracumbre» para dar una respuesta «combativa y de clase» contra la crisis climática, según ha informado la Red Sindical Internacional de Solidaridad y de Luchas (RSISL) en un comunicado.

MADRID, 15 (EUROPA PRESS)

La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2019 (COP25) tendrá su «contracumbre» para dar una respuesta «combativa y de clase» contra la crisis climática, según ha informado la Red Sindical Internacional de Solidaridad y de Luchas (RSISL) en un comunicado.

Así, durante los días 6 y 12 de diciembre, se celebrará la ‘Cumbre Social por el Clima’ o ‘Contracumbre’ mientras tenga lugar la COP25 en Madrid. Para los organizadores de la Contracumbre, «la situación del planeta ha llegado a un límite preocupante para quienes lo habitan y señalan al capitalismo como principal causante del mismo».

 

 

Para iniciar el evento, se ha convocado una manifestación a las 18 horas en Atocha en dirección a Atocha para el día 6 de diciembre en la que RSISL participará junto a otras asociaciones a las que se llama con el fin de dar una «mayor visibilización de la protesta en defensa del planeta».

Por su parte, la Confederación General del Trabajo (CGT) ha realizado un llamamiento a unirse a esta manifestación por «la lucha por el medio ambiente y contra las consecuencias de la avaricia capitalista, que debe ser transversal e internacional».

Fuente: https://www.lavanguardia.com/vida/20191115/471623637922/cop25–cumbre-del-clima-tendra-su-contracumbre-para-dar-respuesta-combativa-y-de-clase-contra-la-crisis-climatica.html

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