Entrevista a Raúl Paz: Los jóvenes cubanos necesitan espacios para pensar

Raúl Paz: Los jóvenes cubanos necesitan espacios para pensar

Hace apenas un mes Ernesto Limia, historiador y escritor,  y el cantante Raúl Paz se adentraron en un proyecto lleno de desafíos y enigmas. Dos personas de profesiones diferentes se enfocaron en un mismo propósito, generar diálogos en las universidades cubanas: pa` conectar sentimientos.

Este viernes Raúl Paz y Limia pretenden cerrar con broche de oro esta gira, que contó con el apoyo de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU)  y la Asociación Hermanos Saíz (AHS), mediante una gran fiesta de la cultura y el pensamiento en la capital.

Antes de que todo termine, Raúl Paz comenta que significó Diálogos itinerantes y cómo fue el proceso de ensamblaje de esta iniciativa.

– ¿Cómo ha funcionado la trilogía FEU- Limia- Raúl Paz?

Al inicio tenía preocupaciones por la dificultad que existía en unir a un escritor con un músico, es decir agrupar la farándula al pensamiento en un mismo objetivo, aunque particularmente me considero un cantante de pensamiento. El engranaje funcionó de maravilla, principalmente con el apoyo que brindaron la FEU y la AHS.

Soy un gran fan de Mella y de ese concepto que implica la FEU, así como de su relación intrínseca con la cultura. Nuestros líderes, formados en las casas de altos estudios cubana, siempre han sido gente culta, y que mejor lugar que nuestras universidades para generar debate.

La FEU nos apoyó muchísimo. Limia y yo, que éramos amigos y ahora mucho más, desde un inicio queríamos compartir este proyecto con esta organización. Aprendimos mutuamente a comunicar e intercambiar con la gente. Fue una experiencia maravillosa. Primero realizábamos la presentación del libro, todo informal, para comunicarnos con los creadores que participaban con nosotros y terminar en una gran fiesta.

– ¿Se logró cumplir con la meta principal de Diálogos Itinerantes, generar debate en las universidades?

Esa aspiración está mucho más cerca de lo que se cree, incluso de lo que yo creía. Muchas personas opinan que los jóvenes no tienen ganas de pensar, y no es así. Sucede que no le dan la oportunidad.

Personalmente detesto el concepto “ellos quieren eso, denle eso”. Eso es falso, y este proyecto lo demostró. La juventud cubana tiene ganas de que le den tareas y los hagan pensar, reflexionar, y hay que hacerlo mediante los códigos que se están inculcando en las escuelas.

Los jóvenes de nuestro país van hacer cosas, están destinado a ello; solo que estamos cometiendo un error: los estamos tratando con códigos de otras épocas. Este es el momento de su revolución, de sus cambios y la solución más eficiente es tratarlos con sus propios códigos, los de esta generación.

Eso es un poco lo que estamos tratando de hacer. Limia escribió su libro Cuba: ¿fin de la historia? con códigos de hoy y yo particularmente me considero un artista con los mismos pensamientos actuales.

Creo que con la gira se logró encender esa semilla de por qué no, de hacerse preguntas, de indagar, preguntar y generar el debate, que cuando empezaba no tenía para cuando acabar. Y eso lo aseguro, los jóvenes tienen ganas de que los hagan pensar, pero si no le damos las motivaciones para que lo hagan, estaremos perdidos.

-¿Cómo valoras la aceptación del proyecto?

El cariño que hemos recibido y el interés que hemos visto en todas las universidades en las que hemos estado ha dado pruebas del interés de los jóvenes en el proyecto. Pero la respuesta solo la pueden dar ellos.

“Nunca he dado un concierto en la escalinata, pero qué mejor lugar para cerrar. Haremos este concierto grande, vinculado a todas las aristas de la cultura”, confiesa Paz, quien continua sus proyectos y en julio próximo estrenará un nuevo disco de la mano de Pablo Milanés, Ray Fernández y Polito Ibáñez, entre otros.

Y, ante la pregunta de la influencia en su carrera de Diálogos Itinerantes, prefirió dejar la repuesta al tiempo. “Estamos todavía en el proyecto, creo que me ha llegado muchísimo y saldrán nuevas ideas e iniciativas, pa` conectar sentimientos”.

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Nueva Zelanda: New challenge to bible teaching and ‘religious bias’ in state schools

Nueva Zelanda/Mayo de 2017/Autora: Adele Redmun/Fuente: Stuff

Resumen: Una larga batalla por las lecciones bíblicas en las escuelas será resucitada en la corte en un esfuerzo por hacer que las escuelas estatales sean «completamente seculares». La Secular Education Network (SEN) presentó una demanda legal contra la instrucción religiosa en las escuelas con el Tribunal de Derechos Humanos, alegando que los niños estaban siendo intimidados por la decisión de sus padres de no participar en las lecciones bíblicas. Si bien los casos anteriores se han centrado en escuelas o programas individuales, este nuevo caso apunta al «sesgo religioso» en las escuelas estatales y posibles conflictos con la Ley de Declaración de Derechos.

A long-running battle over bible lessons in schools will be resurrected in court in an effort to make state schools «completely secular».

The Secular Education Network (SEN) filed a legal challenge against religious instruction in schools with the Human Rights Review Tribunal, claiming children were being bullied over their parents’ decision to opt out of bible lessons.

While previous cases have centred on individual schools or programmes, this new case takes aim at «religious bias» in state schools and potential conflicts with the Bill of Rights Act.

The Churches Education Commission (CEC), which provides Christian values education to 600 New Zealand schools a week, countered that SEN’s case restricts their freedom of religion under the act. CEC will be a non-interested party to the case.

SEN argued the Ministry of Education was unable to ensure section 78 of the Education Act 1964 – which allows for an hour of religious instruction a week outside school hours – did not adversely impact children who were opted out.

Ministry deputy secretary Katrina Casey said schools were made aware of «the differences between religious instruction and religious education» when parents complained but were also responsible for addressing bullying.

Twenty-six witnesses, including 13 families whose children had been mistreated, would present evidence in the case.

Witness and SEN co-leader Tanya Jacob said her son’s mistreatment at a Christchurch school «started emerging with kids saying ‘you’re going to hell’.»

Jacob said she initially had a «cruisy attitude» towards bible lessons in schools and simply withdrew her children. She later learned they were being placed back in the class, sent to the new entrants’ room, or made to wash dishes instead.

«They [other children] wouldn’t share with him because he doesn’t believe in God, it’s really toxic,» she said.

«There are similar things happening throughout the country where kids are isolated and made to do demeaning tasks because they have opted out.

«You’re splitting up the kids by faith and saying ‘these are the accepted kids, they are the kingdom kids’ . . . then the others are pushed out of the classroom.»

Teachers could also face discrimination if they opposed religious instruction and current legislation did not provide guidelines for chaplains or faith-based youth work, she said.

CEC school engagement manager Tracy Kirkley said a «blanket ban» on religious instruction was similarly unfair on the 2500 volunteers who delivered Bibles in Schools-style programmes.

«What we are doing backs up and supports the values of the schools. Yes, we use the Bible . . . but we are there when the schools want us.»

Kirkley said she was concerned if children were being bullied for withdrawing from religious instruction but «it’s not attributable to the half hour a week we have with them».

«Parents can opt out and schools can have them opt in rather than opt out, there are lots of ways you can handle it.»

SEN co-leader David Hines said the legal bid to make state schools «completely secular» could cost up to $50,000. More than $13,000 has been raised through a crowd funding venture.

The network’s challenge builds on a 2016 case by Auckland man Jeff McLintock, whose daughter Violet was placed in bible classes without his permission.

The case was thrown out over a missed deadline and Hines said he was hopeful the new case would succeed.

«There’s no neutral teaching about religion in state schools and a lack of political will to get into a debate about this.»

Fuente: http://www.stuff.co.nz/national/education/92161973/new-challenge-to-bible-teaching-and-religious-bias-in-state-schools

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George Steiner: «Me asquea la educación de hoy, que es una fábrica de incultos»

La Nacion / CAMBRIDGE.- Primero fue un fax. Nadie respondió a la arqueológica intentona. Luego, una carta postal (sí, aquellas reliquias consistentes en un papel escrito y metido en un sobre). «No les contestará, está enfermo», previno alguien que le conoce bien. A los pocos días llegó la respuesta. Carta por avión con el matasellos del Royal Mail y el perfil de la Reina de Inglaterra. En el encabezado ponía: Churchill College. Cambridge. El breve texto decía así: «Querido Señor, el año 88 y una salud incierta. Pero su visita sería un honor. Con mis mejores deseos.George Steiner». Dos meses después, el viejo profesor había dicho «sí», poniendo provisional coto a su proverbial aversión a las entrevistas.

El catedrático de literatura comparada, el lector de latín y griego, la eminencia de Princeton, Stanford, Ginebra y Cambridge; el hijo de judíos vieneses que huyeron del nazismo primero a París y luego a Nueva York; el filósofo de las cosas del ayer, del hoy y del mañana; el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades en 2001, el polemista y mitólogo políglota y el autor de libros capitales del pensamiento moderno, la historia y la semiótica como Nostalgia del absoluto o La idea de Europa abría las puertas de su preciosa casita de Barrow Road. Es una mañana de lluvia en la campiña de Cambridge. Zara, la encantadora esposa de George Steiner (París, 1929), trae café y pastas. El profesor y sus 12.000 libros miran de frente al visitante.

-Profesor Steiner, la primera pregunta es, ¿cómo está su salud?

-Oh, muy mal, por desgracia. Tengo ya 88 años y la cosa no va bien, pero no pasa nada. He tenido y tengo mucha suerte en la vida y ahora la cosa va mal, aunque todavía paso algunos días buenos.

-Cuando uno se siente mal… ¿es inevitable sentir nostalgia de los días felices? ¿Huye usted de la nostalgia o puede ser un refugio?

-No, lo que uno tiene es la impresión de haber dejado de hacer muchas cosas importantes en la vida. Y de no haber comprendido del todo hasta qué punto la vejez es un problema, ese debilitamiento progresivo. Lo que me perturba más es el miedo a la demencia. A nuestro alrededor el Alzhéimer hace estragos. Así que yo, para luchar contra eso, hago todos los días unos ejercicios de memoria y de atención.

-¿Y en qué consisten?

-Lo que le voy a contar lo va a divertir. Me levanto, voy a mi estudio de trabajo y elijo un libro, no importa cuál, al azar, y traduzco un pasaje a mis cuatro idiomas. Lo hago sobre todo para mantener la seguridad de que conservo mi carácter políglota, que es para mí lo más importante, lo que define mi trayectoria y mi trabajo. Trato de hacerlo todos los días… y desde luego parece que ayuda.

-¿Sigue leyendo a Parménides cada mañana?

-Parménides, claro… bueno, u otro filósofo. O un poeta. La poesía me ayuda a concentrarme, porque ayuda a aprender de memoria, y yo siempre, como profesor, he reivindicado el aprendizaje de memoria. Lo adoro. Llevo dentro de mí mucha poesía; es, cómo decirlo, las otras vidas de mi vida.

-La poesía vive… o mejor dicho, en este mundo de hoy sobrevive. Algunos la consideran casi sospechosa.

-Estoy asqueado por la educación escolar de hoy, que es una fábrica de incultos y que no respeta la memoria. Y que no hace nada para que los niños aprendan las cosas de memoria. El poema que vive en nosotros vive con nosotros, cambia como nosotros, y tiene que ver con una función mucho más profunda que la del cerebro. Representa la sensibilidad, la personalidad.

-¿Es optimista con respecto del futuro de la poesía?

-Enormemente optimista. Vivimos una gran época de poesía, sobre todo en los jóvenes. Y escuche una cosa: muy lentamente, los medios electrónicos están empezando a retroceder. El libro tradicional vuelve, la gente lo prefiere al Kindle… prefiere agarrar un buen libro de poesía en papel, tocarlo, olerlo, leerlo. Pero hay algo que me preocupa: los jóvenes ya no tienen tiempo… de tener tiempo. Nunca la aceleración casi mecánica de las rutinas vitales ha sido tan fuerte como hoy. Y hay que tener tiempo para buscar tiempo. Y otra cosa: no hay que tener miedo al silencio. El miedo de los niños al silencio me da miedo. Solo el silencio nos enseña a encontrar en nosotros lo esencial.

-El ruido y la prisa… ¿No cree que vivimos demasiado deprisa? Como si la vida fuera una carrera de velocidad y no una prueba de fondo? ¿No estamos educando a nuestros hijos demasiado deprisa?

-Déjeme ensanchar esta cuestión y decirle algo: estamos matando los sueños de nuestros niños. Cuando yo era niño existía la posibilidad de cometer grandes errores. El ser humano los cometió: fascismo, nazismo, comunismo… pero si uno no puede cometer errores cuando es joven, nunca llegará a ser un ser humano completo y puro. Los errores y las esperanzas rotas nos ayudan a completar el estado adulto.

-No se sabe bien por qué el error tiene tan mala prensa, pero el caso es que en estas sociedades exacerbadamente utilitarias y competitivas la tiene.

-El error es el punto de partida de la creación. Si tenemos miedo a equivocarnos jamás podremos asumir los grandes retos, los riesgos. ¿Es que el error volverá? Es posible, es posible, hay algunos atisbos. Pero ser joven hoy no es fácil. ¿Qué les estamos dejando? Nada. Incluida Europa, que ya no tiene nada que proponerles. El dinero nunca ha gritado tan alto como ahora. El olor del dinero nos sofoca, y eso no tiene nada que ver con el capitalismo o el marxismo. Cuando yo estudiaba la gente quería ser miembro del Parlamento, funcionario público, profesor… hoy incluso el niño huele el dinero, y el único objetivo ya parece que es ser rico. Y a eso se suma el enorme desdén de los políticos hacia aquellos que no tienen dinero. Para ellos, solo somos unos pobres idiotas. Y eso Karl Marx lo vio con mucha anticipación. En cambio, ni Freud ni el psicoanálisis, con toda su capacidad de análisis de los caracteres patológicos, supieron comprender nada de todo esto.

-¿Establece diferencias entre «alta» y «baja» cultura, como han hecho algunos intelectuales, visiblemente incómodos ante formas de cultura popular como los cómics, el arte urbano, el pop o el rock, a los que se llegó a poner la etiqueta de «civilización del espectáculo»?

-Yo le digo una cosa: Shakespeare habría adorado la televisión. Habría escrito para la televisión. Y no, no hago esas distinciones. A mí lo que de verdad me entristece es que las pequeñas librerías, los teatros de barrio y las tiendas de discos cierren. Eso sí, los museos están cada día más llenos, la muchedumbre colapsa las grandes exposiciones, las salas de conciertos están llenas… así que atención, porque estos procesos son muy complejos y diversos como para establecer juicios globales. Mohammed Ali era también un fenómeno estético. Era como un dios griego. Homero habría entendido a la perfección a Mohammed Ali.

-El creciente desdén político por las humanidades es desolador. Al menos en España. La filosofía, la literatura o la historia son progresivamente ninguneadas en los planes educativos.

-En Inglaterra también pasa, aunque quedan algunas excepciones en escuelas privadas para elites. Pero el sentido de la élite es ya inaceptable en la retórica de la democracia. Si usted supiera cómo era la educación en las escuelas inglesas antes de 1914… pero es que entre agosto de 1914 y abril de 1945 unos 72 millones de hombres, mujeres y niños fueron masacrados en Europa y el oeste de Rusia. ¡Es un milagro que todavía exista Europa! Y le diré algo respecto a eso: una civilización que extermina a sus judíos no recuperará nunca lo que fue.

-Profesor Steiner, ¿qué es ser judío?

-Un judío es un hombre que, cuando lee un libro, lo hace con un lápiz en la mano porque está seguro de que puede escribir otro mejor.

-¿Qué momentos o hechos cree que forjaron más su forma de ser? Entiendo que tener que huir del nazismo junto a sus padres y saltar de París a Nueva York es uno de los fundamentales teniendo en cuenta que?

-Le diré algo que le impactará: ¡Yo le debo todo a Hitler! Mis escuelas, mis idiomas, mis lecturas, mis viajes… todo. En todos los lugares y situaciones hay cosas que aprender. Ningún lugar es aburrido si me dan una mesa, buen café y unos libros. Eso es una patria. «Nada humano me es ajeno». ¿Por qué Heidegger es tan importante para mí? Porque nos enseña que somos los invitados de la vida. Y tenemos que aprender a ser buenos invitados. Y, como judío, tener siempre la maleta preparada y si hay que partir, partir. Y no quejarse.

En esta nota: Educación LA NACION Cultura Entrevistas George Steiner: «Me asquea la educación de hoy, que es una fábrica de incultos»

Con Información de La Nacion

Fuente:http://entornointeligente.com/articulo/8674594/George-Steiner-Me-asquea-la-educacion-de-hoy-que-es-una-fabrica-de-incultos-10072016

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Los pezones de Rihanna. El coito sin fin del capitalismo

Jon E. Illescas

Comencemos al menos por preguntarnos en voz alta qué hacer o los de siempre, desde sus grandes altavoces, nos seguirán dictando el ritmo y la melodía de nuestras vidas. Y mientras tanto, desde el altar del poder secular de la burguesía,  los pezones de Rihanna o quien la substituya serán el opio de un futuro repleto de cadáveres. Los nuestros, masacrados por lacerantes ritmos de trabajo, por la constante burla política y por el exterminio de toda cultura impregnada de humanismo.

 

 

Jon E. Illescas

 

 

Rihanna es la Reina absoluta del videoclip mainstream. Si analizamos los 500 vídeos musicales más vistos de la primera década de YouTube, en nada menos que en 26 aparece la célebre cantante.1 La barbadense más internacional, apadrinada por el extraficante, rapero y multimillonario ejecutivo estadounidense Jay-Z, supera ampliamente a otras estrellas del pop como Justin Bieber, Katy Perry o Shakira. Sin embargo, la cantante tiene otro hito en su poder. El año pasado apareció por primera vez haciendo topless en su vídeo Bitch Better Have My Money (“Zorra, mejor que tengas mi dinero”). Nunca antes se había producido un topless de una reina del pop en un videoclip dominante. La Madonna negra del siglo XXI superó a la caduca Madonna blanca del XX.2 Desde entonces, Rihanna no ha cesado en su empeño de mostrarnos los senos en cada uno de sus nuevos vídeos. Y ya llevamos tres.3

 

Así es, porque posteriormente al citado siguió con su estrategia de seducción,  tanto en su videoclip Work(“Trabaja”) en compañía del rapero Drake, como en Kiss It Better (“Bésalo mejor”). En todos, la célebre intérprete decidió mostrar sus otrora privadas areolas al conjunto de la juventud mundial. ¿Exagerado? Los tres vídeos suman en pocos meses más de 350 millones de visualizaciones, una población que multiplica por tres la suma de todos los jóvenes de la Unión Europea y Estados Unidos.4 Pero, ¿cuál es la razón de esta aparente obsesión de Rihanna con sus pechos?

 

En realidad no se trata de la voluntad de la cantante, aunque en última instancia, tenga que dar su consentimiento (faltaría más). Se trata del modo de producción que marca la lógica que determina la forma y el contenido de estos videoclips más comerciales: el capitalismo. En este sistema socioeconómico la mayoría de los productos se realizan con la “interacción” de dos clases sociales: los empresarios, que son los dueños de los medios de producción (empresas, medios de trabajo, materias primas, etc.) y los asalariados, que como no tienen aquellos han de trabajar para los primeros a cambio de un salario con el que sobrevivir. El problema es que, pese a las apariencias,  no es un trato justo entre ciudadanos libres porque el salario tiene un valor inferior al trabajo realizado por los “currantes”.5 ¿De lo contrario, de dónde saldría el beneficio? El salario no paga el trabajo de más contenido en las mercancías propiedad del empresario. Por esa razón, una vez vendidas, los empresarios transforman ese plustrabajo/plusvalor en suculentas ganancias.

¿Y qué tiene que ver todo este anticuado “rollo marxista”? ¿No era más adecuado para los explotados obreros de las fábricas de algodón de Mánchester en siglo XIX que para los provocadores videoclips de la musa caribeña en el XXI? En realidad no, porque la explotación capitalista se da en todos los sectores donde interaccionan económicamente estas dos clases sociales que todavía hoy escinden a la humanidad en dos partes enfrentadas. Poco importa si fabrican coches, helados, misiles, videoclips, condones o rosarios del Papa Francisco. El videoclip es así un producto audiovisual que en nuestro sistema adopta la forma social de mercancía capitalista, es decir, se fabrica mediante la inversión de capital de empresarios que contratan a trabajadores para producir un vídeo de su propiedad con el fin de venderlo en el mercado al mejor precio posible.

 

¿Y en qué momento entran en acción los pechos de Rihanna? En la lucha frente a la competencia. Pues resulta que el ojo humano, sea masculino o femenino, observa un 20% más rápido que cualquier otra imagen aquellas que poseen contenido sexual.6 Por esa razón otra famosa estrella del pop, Miley Cyrus, sentenció sabiamente aquello de: “Eres más famosa cuanto más enseñas las tetas”.Por ello en un mercado audiovisual (pongamos YouTube) repleto de videoclips en durísima competencia, es funcional para los empresarios que los financian utilizar el reclamo visual para congregar las atenciones de los espectadores.8 Una vez reunidas serán vendidas como nuevas mercancías a los anunciantes que pagarán por esos videoclips. Es decir, cuando millones de jóvenes queden atrapados/as observando la artísticamente realzada sexualidad de Rihanna o los pectorales de Justin Bieber, los anunciantes de turno tendrán que pagar al canal YouTube y a los propietarios del vídeo (Universal, Vevo, etc.) por haber construido un excelente cebo capaz de transformar esas atenciones en mercancía. De este modo, las empresas anunciantes podrán bombardear a los seguidores de Rihanna y Bieber con esa desarrollada forma de lavado cerebral llamada publicidad. Y todos contentos, ¿verdad?

 

En realidad, hay muchos que salen perdiendo. No sólo los trabajadores que cada vez son más pobres en relación con los empresarios,9 sino también los amantes de la música y el arte del videoclip. Debido a los condicionamientos capitalistas que encorsetan la música dirigida a las mayorías, ésta es cada vez más pobre musical y semánticamente hablando. Paralelamente, los videoclips que la ilustran tienen una forma y un contenido crecientemente homogéneos. La oligarquía mediática que personifica la lógica capitalista y de clase de la industria cultural impide que la música de masas sea más variada y de mayor calidad de lo que es.10

 

Además, con los videoclips mainstream se produce lo que denomino la “estrategia del coito sin fin”.11Ésta basa su poder de atracción en la continua excitación sexual del espectador. Así retiene su mirada en una zozobra interminable que continuamente contiene la promesa del orgasmo que su mismo flujo comunicacional debe negar para que la atención sea constantemente (re) mercantilizada y desviada hacia la oferta mercantil representada en el contenido audiovisual. En el videoclip dominante, la maldición del coito sin fin alcanza su expresión más elevada y sus agotados voyeurs forman su castigado público fiel.

Como la oligarquía mediática que controla/censura la música de masas desde la cima de la industria impide que la música destinada a las mayorías verse sobre  otros temas diferentes al sexo, la riqueza, la competitividad, la agresividad o el amor/desamor, hay decenas de temas importantes para la juventud que enmudecen o directamente desaparecen del flujo del videoclip mainstream. Entre ellos están aquellos que tienen que ver con la crítica al sistema: a las desigualdades sociales, las guerras, el hambre o el cambio climático. Pero tampoco encontraremos otros alejados de la política como la amistad, la solidaridad, la espiritualidad o el amor entendido más allá del unidimensional atractivo físico.   Por eso cada vez veremos más vídeos de Rihanna enseñando sus intimidades y menos de aquellos que no versen sobre el reclamo sexual. Habrá más videoclips como Work y menos como el políticamente comprometido y parcialmente censurado They Don’t Care About Us de Michael Jackson.12 En la actualidad, la libertad artística de los cantantes más populares es de la más bajas que se recuerdan debido a la concentración y centralización del capital que ha permitido que la luz verde sobre los vídeos más comerciales que verán la luz se tome cada vez por menos manos.

 

La existencia de algún grupo crítico como Calle 13 o Rise Against en el flujo audiovisual proporcionado por la gran industria (con sólo tres grandes discográficas controlando la distribución de más del 92% de los videoclips más populares) no cambiará el hecho de que el flujo sea aplastantemente mayoritario en favor de ideologías y valores (o contravalores) funcionales para el empresariado.13 Un par de célebres amigos lo apuntaron hace mucho tiempo: “Las ideas de la clase dominante son las ideas dominantes en cada época […] La clase que tiene a su disposición los medios para la producción material dispone con ello, al mismo tiempo, de los medios para la producción espiritual, lo que hace que se le sometan […] las ideas de quienes carecen de los medios necesarios para producir espiritualmente”.14

 

Quizás en la huida sin fin a la que está abocado el capitalismo (económico, político y cultural) lleguemos a una situación que hoy todavía puede parecernos sorprendente. Así es porque quizás dentro de unos años, en los videoclips dominantes, las estrellas de la canción deberán realizar escenas de sexo explícito para llamar la atención de los espectadores.15 No en vano, no pueden reclamarla de otro modo ajeno a la sexualidad y si ya están mostrando pezones, no se puede disminuir la temperatura de la provocación. No enseñarlos a partir de ahora será un riesgo empresarial de primer orden. Al menos para Rihanna y similares. Y esto que parece una broma de mal gusto en realidad nos ilustra sobre el sinsentido (social) de nuestro sistema.

 

Llegados al final de esta reflexión, tres preguntas me rondan. De lo micro a lo macro: primera, ¿cuántos videoclips interpretará a partir de ahora Rihanna sin mostrar sus pezones? Segunda, ¿cuándo se realizará la primera penetración o felación de una celebridad en un videoclip dominante? Tercera, ¿cuándo la mayoría social se percatará que no hay otro presente cultural posible bajo el capitalismo? Añado una cuarta con ansias constructivas: ¿Cuándo los que deseamos lograr un mundo mejor nos daremos cuenta que con este “alimento cultural” no habrá futuro alternativo posible sin crear una cultura contrahegemónica que seduzca a las mayorías?

 

El tiempo pasa inexorable, se acelera y en manos de otros nos oprime sin que apenas se oigan respuestas. Comencemos al menos por preguntarnos en voz alta qué hacer o los de siempre, desde sus grandes altavoces, nos seguirán dictando el ritmo y la melodía de nuestras vidas. Y mientras tanto, desde el altar del poder secular de la burguesía,  los pezones de Rihanna o quien la substituya serán el opio de un futuro repleto de cadáveres. Los nuestros, masacrados por lacerantes ritmos de trabajo, por la constante burla política y por el exterminio de toda cultura impregnada de humanismo.

 

No es cuestión de censurar el contenido sexual de ningún producto cultural, ni mucho menos, sino de entender que los seres humanos somos algo más que falos y pechos ansiosos de ser consumidos. Algo que, dicho sea de paso, contradice la función que el capitalismo nos tiene asignada. Por eso Rihanna es prisionera de sus propios pezones, convertidos en punta de lanza de las ubres del capitalismo internacional.

 

 

El autor es Doctor en Sociología y Comunicación y Licenciado en Bellas Artes. Recientemente publicó La Dictadura del Videoclip. Industria musical y sueños prefabricados (El Viejo Topo, 2015).

 

El presente artículo fue finalizado el 19 de abril de 2016 y publicado en el Topo Express. Tiene licencia Creative Commons y puede compartirse libre, respetando autoría y formato, sin ánimo de lucro.

 

 

Notas:

 

 

1. ILLESCAS, Jon E. (2015), La dictadura del videoclip. Industria musical y sueños prefabricados. Barcelona: El Viejo Topo, p. 65.

 

2. Madonna mostró un pezón durante unas fracciones de segundo casi imperceptibles de un plano general de su videoclip Papa Don’t Preach (1986), donde ya era una estrella. En concreto en diferentes momentos del metraje  entre el 1:36 y el 1:39.

 

3. Algunas veces sin ninguna prenda por encima (Bitche Better Have My Money) y en otras con alguna transparente (Work).

 

4. EUROPEAN COMISSION (2015), Situation of Young People in the UE, Bruselas: European Comission, p. 7. Datos para Estados Unidos: Indexmundi [Consultado el 19/04/2016].

 

5. MARX, Karl (2010), El Capital (3 tomos). Madrid: Siglo XXI [1872, (segunda edición en alemán con notas de la 3ª y 4ª )].

 

6. ANOKHIN, Andrey P. y otros (2008), «Rapid discrimination of visual scene content in the human brain». En National Institute of Health, [en línea], 4 de junio.

 

7. GÓMEZ, Lourdes (2014), «Miley Cyrus: ‘Eres más famosa cuanto más enseñas las tetas’». En El Mundo, [en línea], 6 de mayo.

 

8. El primero en descubrir la mercantilización del público fue el comunicólogo Dallas W. Smythe. Posteriormente, el que precisó que en realidad no era el público el que se transformaba en mercancía sino sus atenciones fue Tanner Mirrlees.

 

9. FARIZA, Ignacio (2015), «El 1% más rico tiene tanto patrimonio como todo el resto del mundo juntos». En El País, [en línea], 13 de octubre.

 

10. ILLESCAS, Jon E. (2015), La dictadura del videoclip. Industria musical y sueños prefabricados. Barcelona: El Viejo Topo, capítulo

 

11. Ibíd., p. 283.

 

12. Nos referimos a su versión censurada Prision, pero también a la que obtuvo una censura menor y conocen casi todos sus fans, grabada en Brasil. Ibíd., pp. 400-402.

 

13. Ibíd., p. 138.

 

14. MARX, Karl y ENGELS, Friedrich (1846), La ideología alemana. Barcelona: Grijalbo [1972], p.50.

 

15. En los conciertos, varios cantantes de primera fila ya simulan tener sexo con sus seguidores. Véase: ILLESCAS, Jon E. (2015),La dictadura del videoclip. Industria musical y sueños prefabricados. Barcelona: El Viejo Topo, p. 287.

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