Los activistas exigen al Gobierno británico tomar mayores medidas políticas contra la crisis climática que pone en riesgo la vida humana y animal.
Con la consigna Actuad Ahora (Act Now), activistas ambientales protestaron este lunes en cinco ciudades de Reino Unido para exigir políticas en defensa del ambiente y la liberación de dirigentes detenidos por su labor en contra de la crisis climática.
La jornada fue liderada por el grupo Extinction Rebellion y contó con la solidaridad de diversos movimientos sociales en las ciudades de Bristol, Cardiff, Leeds, Glasglow y Londres (capital), quienes pidieron al unísono la implementación de políticas conducentes a la conservación de los recursos naturales.
«Aproximadamente 3.000 personas han participado de las marchas, hemos realizado una serie de actos creativos expresando desobediencia civil (…) La gente está muriendo ahora mismo por el caos climáticos, en lugares como la India la situación será peor», recalcó el activista Stephen Lindgwood.
Asimismo, frente al Tribunal Superior de Londres reclamaron la libertad de activistas apresados en las protestas de abril pasado, en las que marcharon centenares de ciudadanos en rechazo a la negligencia ambiental del Estado.
En la manifestación realizada hace tres meses, con una amplia convocatoria, salieron a las calles para exigir sus derechos ambientales, pero más de 400 personas terminaron apresadas por la fuerza policial.
Lindgwood recalcó que ante la sexta extinción masiva de árboles y genocidio climático, la inacción del Gobierno es criminal e irresponsable porque arriesga la vida de la especie humana y animal.
Oceanía/Australia/Mayo del 2017/Noticias/https://theconversation.com/
What does climate change look like in Australia? Are we already seeing our landscapes shift before our eyes without even realising it?
Perhaps thought-provoking art can help us come to terms with our changing world, by finding new ways to engage, inform and hopefully inspire action. For hasn’t art always been the bridge between the head and the heart?
With that aim, the ART+CLIMATE=CHANGE 2017 festival, organised by CLIMARTE, features 30 specially curated exhibitions running from April 19 to May 14 in galleries across Melbourne and regional Victoria, following on from their previous award-winning festival in 2015.
Changing landscapes
One of the festival’s exhibitions is Land, Rain and Sun, featuring more than 100 landscapes dating from the 19th century to today, curated by gallery owner Charles Nodrum and captioned by us to offer a climate scientist’s perspective on the works. We also collaborated with CLIMARTE directors Guy Abrahams and Bronwyn Johnson to bring the idea to life.
The exhibition, featuring Australian artists including Sidney Nolan, James Gleeson, Eugene Von Guerard, Louis Buvelot, Russell Drysdale, Fred Williams, Michael Shannon and Ray Crooke, is designed to help start a conversation about what climate change might look like in Australia.
Curating an exhibition of artworks as seen through the eyes of a climate scientist poses a challenge: how can we help make the invisible visible, and the unimaginable real?
As we sifted through scores of artistic treasures, there were a few works that confronted us in unexpected ways. The first was Cross Country Skiers, painted in 1939 by renowned South Australian artist John S. Loxton. It depicts the Victorian High Country heavily blanketed in snow, as two skiers make their way through the beautiful wintery landscape.
When we saw this image, we realised that in decades to come this work might be considered a historical record, serving as a terrible reminder of a landscape that vanished before our eyes.
The Australian ski season could shorten by up to 80 days a year by 2050 under worst-case predictions, with the biggest impacts likely to be felt at lower-elevation sites such as Mt Baw Baw and Lake Mountain in Victoria.
As temperatures continue to rise, our alpine plants and animal communities are in real danger of being pushed off mountain tops, having nowhere to migrate to and no way of moving from or between alpine “islands”.
James Gleeson’s surreal apocalyptic painting Delenda est Carthago is a provocative work that got us thinking about a future marred by unmitigated climate change. The title refers to Rome’s annihilation of Carthage in 149 BC. According to the ancient historian Polybius, the conquering Roman general, Scipio Aemilianus, famously wept as he likened the event to the mythical destruction of Troy and to the eventual end he could foresee for Rome.
As climate scientists, we are disturbingly aware of the threats to society not only here in Australia, but all over the world. Unmitigated human-induced climate change could potentially see the planet warm by more than 4℃ by the end of the century.
In Australia, inland regions of the country could warm by more than 5℃ on average by 2090. In Melbourne, the number of days over 40℃ could quadruple by the end of the century, causing extreme heat stress to humans, wildlife, plants and infrastructure, especially in urban areas.
Warming of this rate and magnitude is a genuine threat to our civilisation. Gleeson’s artwork made us consider that the unimaginable may happen, as it has in the past.
On a more optimistic note, Imants Tillers’ work New Litany highlights the importance of communities taking a stand for environmental protection. Over our history Australians have fought against logging of native forests, nuclear power, whaling, and for the restoration of dammed river systems like the Snowy.
The recent March for Science is a reminder that the stakes are now higher than ever before, and that many people really do care about the future.
The science is telling us that our climate is changing, often faster than we imagined. The range of CSIRO’s latest climate change projections reminds us that the future is still in our hands. We can avoid the worst aspects of climate change by reducing our greenhouse gas emissions, but we need to act now.
Art has always been a powerful portal to understanding how we feel about our world. Let’s hope it helps safeguard our climatic future.
La ONG internacional Global Witnesss denuncia 123 homicidios de defensores del medio ambiente en el país centroamericano.
Global Witness, la ONG internacional que documenta los crímenes contra los ecologistas en el mundo, publicó este martes un informe en el que denuncia la implicación de altos representantes políticos y miembros de la élite empresarial de Honduras en actos de represión hacia activistas ecológicos en el país.
Desde el año 2010 han asesinado a 123 ecologistas en el país, de acuerdo al informe. En consecuencia, Honduras es el país más peligroso para ser defensor del medio ambiente.
Esta nación pasa a formar parte del grupo de países más peligrosos para los defensores del activismo ambiental, junto a Brasil y Colombia.
El texto presentado informa que “los conflictos por la minería, las presas hidroeléctricas y la agroindustria son las principales causas de estas muertes y la mayoría de las víctimas pertenece a grupos indígenas y comunidades rurales”.
“Global Witness ha descubierto nuevas evidencias de los acuerdos de la puerta trasera, sobornos y violaciones de la ley que se utilizan para imponer estos proyectos y silenciar cualquier oposición”, asegura el informe.
Asimismo, el jefe de campañas de Global Witness, Billy Kyte, afirmó que sus “investigaciones demuestran que las élites políticas y empresariales hondureñas están usando medios corruptos y delictivos para sacar provecho de la riqueza natural del país y están consiguiendo el apoyo de las fuerzas estatales para asesinar y aterrorizar a las comunidades que se atreven a interponerse en su camino”.
Berta Cáceres, un crimen que sacudió el panorama internacional
Entre los homicidios destaca el de la activista indígena Berta Cáceres (2016) que fue el primero en provocar un escándalo internacional. Pese a las amenazas a su vida, Cáceres lideró un movimiento contra la construcción de una planta hidroeléctrica en el occidente de Honduras por su impacto ambiental en tierras históricamente habitadas por indígenas.
Feminista, defensora indígena, activista de derechos humanos, ambientalista y líder del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras, Cáceres murió a balazos el 3 de marzo de 2016 en su casa del departamento de Intibucá.
En su asesinato, como autores intelectuales y materiales figuran al menos siete personas, seis militares (activos y en retiro) y un empresario.
Conociendo los daños que producen las bolsas de polietileno y todo otro material plástico convencional al ambiente, en 2015 se sancionó la Ordenanza N° 11.956, estableciéndose como fecha de cambio el 1º de junio del corriente año, apuntando a sustituir las bolsas de polietileno tipo camiseta y de tamaño pequeño por otras biodegradables, inclusive volviendo a rescatar el uso de las bolsas reciclables y los carritos de compras.
“Les recordamos a los comerciantes que solamente pueden entregar bolsas con dimensiones mínimas de 50 cm de ancho y 60 cm de largo, de material oxidegradables/biodegradables y de densidad entre 20 y 3º micrones”, explicó Susana Villamonte, directora de Ambiente.
Desde el municipio se viene trabajando en campañas de concientización al respecto en el marco del Programa de Educación Ambiental, dirigidas a chicos y grandes, siendo necesario el acompañamiento de toda la comunidad.
Quedan exceptuados de la prohibición mencionada las bolsas destinadas exclusivamente a contener alimentos húmedos, frutas y verduras, carne y sus derivados, por cuestiones de salubridad y seguridad.
América del Sur/Ecuador/Octubre 2016/Noticias/http://www.larepublica.ec/
El encuentro “Resistencia a Habitat III” que se desarrolla en Quito de forma paralela a la Conferencia sobre Desarrollo Urbano Sostenible de Naciones Unidas, también busca elaborar una “agenda urbana sostenible” con la participación de todos los sectores de la sociedad.
Así lo aseguró hoy a Efe Ricardo Buitrón, portavoz del “foro alternativo” o “Comité Popular frente a nuestros territorios”, que tiene lugar en Quito, sede también de Habitat III de la ONU.
“Vamos a construir una agenda urbana alternativa con todos los actores sociales y delegados que van a asistir al encuentro”, señaló Buitrón al precisar que cuando termine esta cita, el próximo miércoles, presentarán su “agenda urbana alternativa”.
Ese documento, que recogerá las inquietudes y demandas de colectivos sociales de varios países del mundo, “no es similar a la agenda de Habitat, donde ya están casi definidas las políticas a nivel global”, añadió.
“Queremos construir esas políticas con la participación de la gente y dar a conocer nuestras demandas a las instituciones públicas y a los gobiernos nacionales y locales”, agregó el activista.
Dijo que en los próximos tres días, el foro de “resistencia” debatirá sobre “los problemas de desalojos, expropiaciones por políticas, violencia de género, transporte público alternativo, medio ambiente, migraciones por el cambio climático y la relación de las ciudades con las zonas rurales”, entre otros temas.
El documento final de este foro, al que asistirán delegados de África, Asia, América y Europa, se presentará a Habitat III con el ánimo de que se lo acoja, ya que “el espacio oficial no recoge todas las voces” involucradas, manifestó Buitrón.
Para él, “otra ciudad es posible”, urbes “con un rostro más humano, ecológicas, donde la gente pueda decidir sobre políticas urbanas y en las que los sectores más vulnerables puedan tener acceso a una vida con dignidad”.
Por ello, remarcó Buitrón, el encuentro paralelo a Habitat III “está totalmente abierto a la sociedad” y, además de debates, conferencias y discusiones, se presentarán festivales artísticos, proyecciones fílmicas sobre la materia y otras demostraciones culturales.
Este encuentro se desarrollará en las instalaciones de la Universidad Central (Estatal) de Quito, ubicado en el centro-oeste de la capital, no muy lejos de la Casa de la Cultura Ecuatoriana (centro-este de la ciudad), donde tendrá lugar la Conferencia Habitat III de la ONU, que se realizara hasta el próximo jueves.
La Conferencia sobre Desarrollo Urbano Sostenible de Naciones Unidas discutirá sobre una“Nueva agenda urbana” para los próximos veinte años.
La inauguración de Habitat III se desarrollará este lunes y contará con la participación del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, quien ya se encuentra en la capital ecuatoriana. EFE
El Cambio climático es un fenómeno del que mucha gente ha oído hablar pero pocas personas podrían explicar en qué consiste, cómo evitarlo o cómo les influye. Los científicos no dudan en calificarlo como el problema más amplio y grave al que se enfrenta la humanidad, por lo que se hace muy necesario un conocimiento del mismo lo más profundo posible.
Las zonas más vulnerables al Cambio climático, por la incidencia de los impactos y por la cantidad de personas que viven en ellas, son las zonas costeras. Por ejemplo, en los 3.900 kilómetros del maltratado litoral de nuestro país, un lugar especialmente sensible por su localización, vive casi la mitad de la población, existen ecosistemas esenciales para la vida, y actividades tan importantes como el turismo y la pesca.
Centro América/Panamá/13 de septiembre de 2016/Fuente: telesur
10 años después del inicio de su construcción, siguen las protestas de indígenas contra la hidroeléctrica Barro Blanco.
Indígenas de la comarca Ngäbe Buglé, en Panamá, continúan en resistencia ante el proyecto hidroeléctrico Barro Blanco, pues lo señalan como agente de contaminación ambiental.
Miembros de la comarca, entrevistados por el corresponsal de teleSUR Hugo Vera, aseguraron que la cacique Silvia Carrera está en complicidad con el Gobierno, tras firmar un acuerdo que establece la continuidad del proyecto y la exclusión de la Generadora del Istmo S.A. (Genisa), en su lugar, la obra sería operada por un tercero independiente.
Paralizado y reanudado, una y otra vez, el proyecto de 130 millones de dólares ha estado enmarcado por la polémica desde su inicio en 2006, durante la gestión del expresidente Martín Torrijos.
Los detractores de Barro Blanco indican que diariamente unos 5 mil mineros padecen los estragos de las obras. Por otra parte, las protestas contra el proyecto han generado varios episodios de violencia policial.
Otro de los escándalos, a inicios de este año, fue la muerte de un bebé de 10 meses por el presunto consumo de agua contaminada del río Tabasará, donde se levanta la hidroeléctrica. Asesores del ministerio de Gobierno aseguraron que no hay contaminación en el río y que el niño murió a causa de una «neuroinfección por tuberculosis».
En 2007, la empresa Genisa obtuvo la concesión y en 2011 comenzó la construcción de Barro Blanco, que generaría 28,56 megavatios, cerca de 2 por ciento de la capacidad total del país.
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