Costa Rica cierra filas a la violencia contra la mujer

Centroamérica/Costa Rica/Noviembre 2020/prensa-latina.cu

Los convenios del Instituto Nacional de las Mujeres (Inamu) con entidades privadas permiten mejorar el combate al machismo y a la violencia contra las mujeres y las niñas, males en ascenso en Costa Rica.
A propósito de la celebración del Día Nacional e Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, el Inamu suscribió este miércoles tres convenios: con el Colegio de Abogados y Abogadas de Costa Rica, con el Colegio de Médicos y Cirujanos de Costa Rica y con la Municipalidad de Curridabat, en esta capital.

La presidenta ejecutiva y ministra de la Condición de la Mujer, Patricia Mora, expresó que esos acuerdos significan avanzar en temas como acoso sexual callejero para reducir la impunidad y una movilidad libre y segura para las mujeres y niñas, así como la eliminación de estereotipos y prejuicios.

Además, prosiguió, lograr la incorporación de la perspectiva de derechos humanos de las mujeres, de género y de diversidad en el ejercicio profesional de las personas agremiadas a ambos colegios profesionales y del personal de la Municipalidad de Curridabat.

El presidente del Colegio de Médicos y Cirujanos de Costa Rica, Luis Carlos Pastor, aseguró que debemos erradicar el machismo de nuestra sociedad, y agregó que ello implica un trabajo de construcción y sobre todo de educación importante.

‘Adoptar un enfoque inclusivo e integrado que tenga en cuenta las consideraciones de género, aborde las causas profundas y los factores de riesgo, como los estereotipos, el abuso de las relaciones de poder, nos llevará por las sendas correctas’.

Datos oficiales del Inamu, divulgados por la efeméride, reflejan que hasta el 26 de octubre pasado este país contabilizaba 11 femicidios, y sobre la muerte violenta de otras 50 mujeres, las autoridades estudian 41 casos de posible asesinato por su género.

También, apuntan las 234 mujeres con sus hijos menores atendidas este año en los albergues de la entidad salieron de sus casas al estar en peligro de muerte producto de la violencia machista.

Las denuncias por delitos sexuales ingresados al Ministerio Público durante el primer semestre de 2020 sumaron 37 por los delitos de tentativa de abusos contra mayor, tentativa de abusos contra menores de edad, difusión de pornografía y trata de personas, mientras en igual etapa del año anterior fueron 22, señala el Inamu.

Asimismo, al 30 de septiembre el Ministerio Público registraba siete mil 60 denuncias por violencia contra personas menores de edad, de las cuales tres mil 830 eran por delitos sexuales, hechos que en el 99 por ciento de los casos es cometido por hombres, el 96 por ciento de las víctimas son niñas y el 60 por ciento es realizado por un familiar.

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=413839&SEO=costa-rica-cierra-filas-a-la-violencia-contra-la-mujer
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La violencia en las aulas: del acoso al ciberacoso

Por: Fausto Segovia Baus

Desde 2012 al 2016, las autoridades han reportado 343 denuncias por delitos sexuales perpetrados en las aulas o detectados allí, en todo el país. Esta noticia y otras del mismo talante causan incredulidad, sobresalto y desconfianza en ciertos planteles, que tienen la obligación de velar por la integridad de los educandos y por su salud física, social, moral y espiritual. Reflexiones críticas frente al acoso y ciberacoso, y las alternativas de “mínimos morales” ante un fenómeno que está fuera de control.
El problema de la violencia es estructural, dicen los expertos. Pero esta declaración –aunque valedera- no alude a las causas de este fenómeno que se expande en la familia y la escuela, dos instituciones básicas de la sociedad donde se forman y practican valores humanos. ¿Qué está sucediendo con la Ética? ¿Está secuestrada o ‘domesticada’? ¿O hay un vacío ético? ·
Relativismo
La violencia en las aulas es un efecto, y al mismo tiempo una causa de un conflicto global, que delata el síntoma de una enfermedad mayor: el relativismo moral o anarquismo ético, que asuela el mundo por la caída creciente de los referentes que consiste en el ‘decaimiento’ de los valores que antes se consideraban inmutables o inamovibles, y que ahora impactan en los hábitos y comportamientos en todos los escenarios de la vida humana.
Padres, profesores y estudiantes somos partes constitutivas de una misma sociedad, que vemos con preocupación el ascenso vertiginoso de diversos tipos de violencia, en las propias familias y en las aulas escolares. Los casos que atiende el sistema de justicia del Ecuador, en relación a la conflictividad familiar solo son comparables con los del narcotráfico, los cuales revelan la gravedad del problema y la urgencia de políticas públicas y programas específicos, de carácter multidisciplinario, que permitan un cambio radical de la matriz educativa, que ayuden a personas concretas a desarrollar conductas prosociales.
Los dogmas en decadencia
Frente al derrumbe –no de los valores humanos sino de sus prácticas-, caben nuevas visiones de sociedad y de educación, que perfilen una transformación integral del sistema educativo. Porque –en realidad- el tema del acoso escolar –que es una forma sutil de corrupción-, ha rebasado las fronteras del currículo o del marco de la escuela y las familias. O como una cuestión exclusiva de los profesores de psicología o religiosos.
Los malos tratos entre iguales y la exclusión social en las escuelas son inaceptables, desde todo punto de vista, y tienen ahora nuevas fachadas y contenidos diferentes, y a veces divergentes de los cánones o normas instaladas otrora por los dogmas, o por el laicismo difundido en la retórica, pero no en las actitudes y comportamientos.
El caos ético es entonces caldo de cultivo que se incuba en las familias –donde se han descubierto casos de abuso sexual-, y en los espacios escolares centrados en enseñar contenidos y no a pensar, sentir y actuar como iguales, y a respetar la integridad de niños y jóvenes. Causa grima constatar la existencia de ciertos docentes –muy poco decentes- acusados de abusos sexuales en las aulas escolares. Ante lo cual un proceso de depuración –no solo reglamentario- es urgente.
Educación de las emociones
Una carencia enorme en la formación de los seres humanos es la educación emocional. Y esta carencia no se cura con cursos, diplomas o posgrados. Adela Cortina, investigadora española, autora de “La Ética de los Mínimos”, reconoce “la existencia de una dimensión ética en el ser humano, a la que ninguno puede renunciar. Esto es innegable. Pero algunos neuro científicos aseguran que se puede fundamentar una ética universal desde el cerebro. Y eso es lo que está por ver”.
Ella sostiene -junto con Apel y Habermas- “la racionalidad del ámbito práctico, el carácter necesariamente universalista de la ética, la diferenciación entre lo justo y lo bueno, la presentación de un procedimiento legitimador de las normas y la fundamentación de la universalización de las normas correctas mediante el diálogo”.
Mínimos morales
Un punto de partida para sostener una propuesta viable –según Cortina- serían los derechos humanos (el ámbito ético de tales derechos), como marco de la promulgación de los códigos jurídicos vigentes. Al respecto, un criterio válido para promulgar dichas normas sería contemplar la variedad de creencias que se encuentran en las distintas culturas a las que los hombres pertenecen. “Así –dice la escritora- los derechos humanos son un tipo de exigencias cuya satisfacción debe ser obligada legalmente, y por tanto protegida por los organismos correspondientes, y el respeto por estos derechos es la condición de posibilidad para poder hablar de hombres y mujeres con sentido”.
El tema de fondo es ‘que en una sociedad democrática y pluralista tiene sentido no inculcar en los jóvenes la imagen o modelo del hombre ideal, pero tampoco la sociedad debe renunciar a transmitirles actitudes sin las que es imposible la convivencia democrática. De allí la importancia de explicitar los mínimos morales que una sociedad democrática debe transmitir: los principios, valores, actitudes y hábitos a los que no se pueden renunciar, pues hacerlo sería renunciar a la vez a la propia humanidad. Tal vez no responde o no puede responder a todas las aspiraciones que compondría una moral de máximos, pero es el precio que hay que pagar por pretender ser transmitida a todos”, afirma Cortina.
El acoso y el ciberacoso
Las preguntas son, en este contexto, más numerosas que las respuestas. Frente al acoso frecuente –amplificado ahora por las redes sociales y la Internet- no caben recetas ni dogmas, sino “puentes de diálogo tendientes a dilucidar cuál es el bien, ya que es un error pensar a los hombres como individuos capaces de acceder en solitario, a la verdad y al bien. El diálogo permite a la ética situarse a medio camino entre el absolutismo, que defiende unilateralmente una moral determinada y el relativismo que disuelve la moralidad, entre el utopismo, que asegura la llegada inminente de un mundo perfecto y el pragmatismo, que elimina toda utopía perdiéndose en la inmoralidad”.
La disolución del sujeto y la sociedad, en los términos de Zygmunt Bauman, al parecer no es la alternativa práctica, pero si explica razones que el intelectualismo, el utopismo y el pragmatismo, no lo pueden resolver. Por eso, el tema de la violencia –acoso y ciberacoso incluidos- ingresa necesariamente en el territorio de la ética, del mismo ser humano que es esencialmente –nos guste o no- violento.
Y frente a aquello no hay otra alternativa que seguir conociendo a las personas, aprender a manejar sus derechos, comunicarnos más y realizar –si cabe el término- un clic a nuestras conciencias, para compadecer, conmoverse e impresionarse. Y buscar, comunitariamente, salidas originales, con mínimos morales y muchas, muchísimas prácticas sociales, con enfoques más contextuales, más ecológicos y participativos, que insistan en acciones pedagógicas que viabilicen la gestión democrática de la convivencia, la educación de las emociones, los modelos colaborativos, la coeducación, la formación de actitudes y valores, con nuevos supuestos teóricos y nuevas metodologías. La tarea no será fácil.
Fuente de la Noticia:

 https://www.elcomercio.com/blogs/la-silla-vacia/violencia-aulas-acoso-ciberacoso-faustosegovia.html.

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Cada día se registran en España 10 denuncias por abusos sexuales a menores

Europa/España/17/ de enero de 2017/Fuente: lasexta.com

Desde 2011 las denuncias por abusos a menores han crecido un 20%. No quiere decir que el problema haya aumentado, pero por primera vez se visibiliza una lacra que marca a los pequeños para toda la vida. Los psicólogos aseguran que en la edad adulta llegan a la consulta con diferentes patologías y acaban admitiendo los abusos.

Las denuncias por delitos sexuales a menores aumentan: son 10 al día, casi un 20% más que hace cuatro años. Los expertos aseguran que estamos ante la punta del iceberg.

«Se ha denunciado más, pero hay muchos otros casos que no se están denunciando. Es un problema que hay que medir y dar la respuesta adecuada», explica Ana Sastre, directora de Políticas de Infancia en ‘Save The Children’.

Exigen una nueva ley que proteja al menor y cambiar la prescripción de los delitos en el Código Penal. Ahora, a partir de la mayoría de edad, la víctima sólo tiene de cinco a 15 años para denunciar, en función de la gravedad del abuso.

«Pedimos que se alarguen los plazos para darle más tiempo a la víctima a denuncia», afirma Sastre. Los psicólogos forenses advierten de que muchos pacientes tardan años en reconocer las agresiones.

En ocasiones, los menores muchas veces se enfrentan a la incredulidad de las familias. «La estigmatización por sufrir abusos en la familia sigue presente, significa romperla», sostiene Timanfaya Hernández, psicóloga forense y sanitaria. Los expertos recalcan la importancia de no cuestionar nunca al menor.

Fuente: http://www.lasexta.com/noticias/sociedad/cada-dia-se-registran-en-espana-10-denuncias-por-abusos-sexuales-a-menores_20170115587b92750cf290341de5957f.html

Imagen: fotografias.lasexta.com/clipping/cmsimages01//2017/01/15/1477962A-AEB9-4DE7-B2C4-7D5EDC71F8D4/58.jpg

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