Por: Aurora Lacueva
De manera dramática se impone más y más cada día la necesidad de alcanzar la estabilidad política para poder avanzar en nuestro desarrollo como sociedad. El área educativa, donde me desenvuelvo, no escapa a ello. Desde luego, se está trabajando: hace poco terminó el año escolar y se graduaron 363 mil bachilleres. También 28 mil adultos lograron culminar su educación media con la Misión Ribas y 66 mil su primaria con la Robinson, sin olvidar a 6 mil nuevos alfabetizados. Y una excelente noticia es que recibieron su título más de mil cuatrocientos profesoras y profesores, que van a ayudar a cubrir la necesidad de docentes de diversas especialidades en nuestros liceos. Pero resultados como estos son solo una limitada porción de todo lo que se pudiera lograr en un ambiente político ya no digamos óptimo sino, al menos, simplemente “normal”. Hay muchos asuntos pendientes, que exigen tiempo y dedicación intensa de las autoridades: en la formación docente, en la construcción y reparación de planteles, en una dotación que rompa esquemas, en nuevas visiones de la evaluación, en un currículo de avanzada que resulte a la vez aplicable, en el apoyo a la investigación e innovación educativas…
Necesitamos construir una convivencia pacífica, regulada por la Constitución y sus principios de democracia y justicia social, que nos permita destinar muchos más recursos y energía a los grandes problemas de fondo. Es por ello propicia la invitación que lanzó el presidente Maduro el domingo a la oposición, para un nuevo ciclo de diálogo. La casa por cárcel otorgada a Leopoldo López abona en esa misma línea. Lamentablemente la convocatoria presidencial a una Asamblea Constituyente juega en sentido contrario: hacia el enfrentamiento y una mayor inestabilidad. Gobierno-Psuv y oposición-MUD debieran reconocerse mutuamente, cosa que aún no hacen. Debieran aceptar que ambos bandos tienen seguidores y que existe además una mayoría de venezolanos que no se identifica ni con uno ni con otro. La democracia implica coexistencia de diversas corrientes, y su acceso al poder mediante elecciones periódicas por voto universal, directo y secreto. Implica alternancia y respeto a la institucionalidad. El diálogo es crucial en este momento y merece el apoyo de todas y todos.
Fuente: http://www.ultimasnoticias.com.ve/noticias/opinion/aurora-lacueva-estabilidad-avanzar/