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Carta de Derechos Digitales de los Niños, Niñas y Adolescentes.

Por Aika Educacion

Para promover un entorno digital seguro, la Fundación ANAR ha elaborado la Carta de Derechos Digitales de los Niños, Niñas y Adolescentes. El documento, que consta de diez apartados, pretende poner los derechos de los menores de edad en el centro de cualquier desarrollo digital. A continuación, desglosamos los asuntos que plantea:

1. Sobre el interés superior del menor

En primer lugar, la Carta estipula que el interés superior del menor debe primar en el entorno digital. Los servicios de la sociedad de la información y los dispositivos tecnológicos deben protegerlo y garantizar los derechos fundamentales de los niños y adolescentes.

2. Sobre el derecho a la salud y a la seguridad

El segundo punto defiende la protección de los menores frente a los contenidos y los dispositivos tecnológicos. La Carta establece que los jóvenes tienen derecho a un entorno digital que los proteja frente a cualquier tipo de violencia o abuso realizado a través de la tecnología y ante contenidos que puedan perjudicar el desarrollo físico, mental o moral. Asimismo, el empleo de la tecnología no debe suponer ningún riesgo físico para ellos.

3. Sobre el derecho a la intimidad y a su imagen

Asegurar la privacidad de los menores es otra de las preocupaciones de la Carta. Los niños, niñas y adolescentes tienen derecho al honor, a la intimidad y a la propia imagen. También se incluye el secreto de las comunicaciones digitales.

4. Sobre el derecho a la protección de datos personales y el derecho al olvido en redes sociales

El cuarto punto hace referencia a la protección de los datos personales y al derecho al olvido en búsquedas de Internet y en redes sociales, es decir, que los menores puedan borrar su huella digital cuando lo deseen.

5. Sobre el derecho al acceso a Internet

Los menores tienen derecho a acceder a Internet y a las tecnologías sin ningún tipo de discriminación. El quinto punto establece que este acceso debe estar protegido y tutelado por padres, tutores o representantes legales.

6. Sobre el derecho a la información y a la educación

Este punto vela porque los jóvenes reciban información veraz, plural y responsable, ya que tienen derecho a acceder a la información y a la educación a través de Internet y medios tecnológicos.

7. Sobre el derecho a ser oídos y escuchados

La Carta también contempla Líneas de Ayuda a la Infancia para que los menores puedan ser escuchados y puedan acceder a este recurso siempre que lo necesiten.

8. Sobre el derecho de participación

El octavo punto recoge que los niños, niñas y adolescentes tienen derecho a participar y expresar su opinión en los asuntos que les afecten. Incluye el derecho a la libertad de asociación y de celebrar reuniones con fines pacíficos en el entorno digital.

9. Sobre el derecho a la libertad de expresión

El penúltimo punto protege la libertad de expresión y opinión de los jóvenes en entornos tecnológicos. Este derecho incluye la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión.

10. Sobre el derecho al ocio, al juego y a la cultura

Por último, la Carta promueve el derecho de los menores al esparcimiento, al juego y a las actividades recreativas propias de su edad, también a través de medios tecnológicos, sin olvidar que el juego presencial es necesario para su adecuado desarrollo psicológico

Descargar aqui; Carta-Derechos-Digitales

Fuente: https://www.anar.org/wp-content/uploads/2019/07/Carta-Derechos-Digitales.pdf

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¿Cultura de webbots o artesanos?: reflexiones críticas sobre la cultura libre.

BY DIGITAL RIGHTS LAC ON SEPTEMBER 19, 2013

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Un retuit, reblog, “me gusta” entre otros vienen como bálsamo para la generación de la gratificación inmediata donde un contenido más, sea libre o no, es un elemento para la colección.

Por Luis Fernando Medina*

En el siguiente texto busco explorar de una manera muy intuitiva y breve, y basado en mi experiencia como académico, investigador y activista, algunas consideraciones críticas de los modelos abiertos y la llamada cultura libre. Indudablemente, como ocurre con las iniciativas de este talante, el propósito no será dar una respuesta única y absoluta, sino tal vez procurar lanzar algunas preguntas esperando que estas sean las adecuadas. Sin embargo, tampoco es mi intención acudir a ésta fórmula como pretexto para eludir conclusiones, por lo cual procuraré esbozar alguna recomendación útil, en la medida en que la retórica escapista y relativista de nuestros tiempos lo permita. Para lograr el objetivo, quiero presentar dos componentes que se me hacen claves en la cultura libre y son la cultura del software la fanática. Luego, a partir de una enunciación de algunos puntos problemáticos que observo en la cultura libre, mostraré cómo la cultura libre se ha acercado más al paradigma del software y qué consecuencias trae eso. Finalmente mencionando lo que considero algunas inexactitudes en el discurso imperante de la cultura libre avanzaré al plácido campo de la especulación con, espero, algún fruto minúsculo pero valioso.

Quiero iniciar con una anécdota para ilustrar quizá una contradicción que creo es común. El año pasado participé, en Cali, en la mesa de cultura libre del evento ComunLAB, donde se encontraban varios artistas, activistas, comunicadores, entre otros. Recuerdo que en la discusión, uno de los asistentes con bastante trayectoria en el tema de arte y lo “libre” dijo algo así como que la única manera en que concebía compartir –la única manera verdaderamente libre- era el dominio público. Curiosamente y de manera casi inmediata, otro de los asistentes se levantó y manifestó, con la firmeza de quien no domina un tema por lo que no tiene nada que perder,  que no estaba de acuerdo, porque él quería poder cobrar por sus cosas. Esto alborotó un poco al auditorio, pero es mi percepción que las fuerzas se inclinaban más por la segunda intervención. ¿Qué me recordó esto?

En primer lugar, los dogmatismos que siempre han aquejado a la comunidad del software libre. Por otro lado, que el discurso de la ética hacker – el cual comparto y defiendo – a veces, sacado fuera de contexto, puede llevar a contradecir el sentido común. Y finalmente y de manera categórica; que el dinero, desestimado en ocasiones bajo el discurso de las utopías digitales, es un factor inevitable en una sociedad capitalista.

A partir de esta anécdota puede recordarse la enorme influencia de la cultura del software en la cultura libre. Indudablemente esto no es accidental, si se sigue la línea que observa que las prácticas de compartir código estuvieron siempre vinculadas con el desarrollo de software, desde los inicios de la computación y décadas antes de la invención misma del término software libre.  Algo similar puede decirse de los orígenes de Internet. De manera tragicómica la tendencia fue subvertida por el software comercial el cual surgió – revolución traicionada – de las postrimerías del sueño hippie digitalizado en lo que es conocido como la filosofía californiana: computadores para liberar pero millones en la bolsa. La conexión con el software libre puede notarse también con la misma enunciación de licencias como creative commons, las cuales recuerdan directamente las libertades del software libre. Esto corresponde, como ha sido notado decenas de veces, al intento de transportar un modelo que funciona en el software, a la producción cultural con resultados más bien mixtos.

De otro lado, cabe recordar que en entornos no mediados por el software, la cultura fanática es un referente de las redes de intercambio y de formas de creación en circuitos periféricos. Dejando de lado, por no caer en la disgresión, las conocidas vanguardias artísticas que experimentaron con formas de creación y distribución, la cultura fanática que florecía alrededor de contenidos culturales, se constituía en sí misma en generación de artefactos culturales. Los fanzines, de tradición de ciencia ficción pero de explosión masiva por el fenómeno del punk y la fotocopiadora, el graffiti y sus propuestas artísticas autogestionadas (al menos en sus orígenes) o el recientemente cincuentón benemérito formato del casete, el cual ayudó a crear toda una red de distribución e intercambio para fanáticos y creadores, constituyen ejemplos paradigmáticos.

Es evidente que el compartir no está exclusivamente ligado a las tecnologías digitales y específicamente a la cultura del software ¿por qué entonces esta comparación? Más allá del breve relato histórico considero que si bien la cultura libre está también muy emparentada con la cultura fanática, es su ADN de la época digital la que la lanza al terreno donde confiar en el determinismo tecnológico puede ser un error. El software cuenta con una dualidad: puede ser compartido pero a la vez es un medio para compartir, lo cual genera algo de ruido en el momento de trasponer su paradigma hacia la cultura libre. Esto mezclado con algunos discursos absolutistas de las tecnoutopías digitales arrojan sombras sobre el rumbo del movimiento. Siguiendo con la comparación con la cultura del software libre, éste último lleva 20 años intentando encontrar un modelo de negocio efectivo, el cuál se ha dado en solo unos pocos casos. ¿Podría ocurrir lo mismo con la cultura libre y los licenciamientos abiertos? A continuación menciono aspectos que son utilizados como sustento de la cultura libre y que creo prudente desmitificar:

Lo digital es una economía de la abundancia. Esto es cierto y sirve para explicar que el costo de copiar algo es mínimo. Sin embargo, al parecer, la abundancia de bienes culturales digitales circulando puede tener doble filo. He oído a muchos artistas quejarse en voz baja (hacerlo en público sería el suicidio) de que su video, producto de mucho trabajo, palidezca en visitas en Internet, comparado con, por decir algo, el gorila revolcándose en sus heces. Que no se me malentienda, no se puede volver a los tiempos de acceso privilegiado a los medios, más la abundancia de bienes culturales circulando podría también llevar a una “inflación digital” donde el valor real de cada creación disminuye porque hay mucho de donde escoger, o simplemente la intoxicación de información es tal, que debe acudirse a agregadores, editores, curadores, con lo cual la celebrada horizontalidad del sistema sería un espejismo. Aunque estas inquietudes han sido abordadas por discursos como el de la “cola larga” y los mercados de nicho, aún los casos fehacientes de un modelo de negocio son esquivos, por lo menos a mi memoria. La más bien reciente tendencia de empezar a utilizar licencias de creative commons de “atribución” y “compartir igual” ignorando el antes casi que obvio “no comercial” implica ignorar también, de alguna manera, que los grandes medios no iban a caer como aves de rapiña sobre los contenidos abiertos y que algo estaba fallando en la generación de riqueza a partir de este modelo.

Para finalizar quiero señalar que, en ocasiones, la misma abundancia parece vencer la utopía del creador/consumidor por una cultura del capitalismo simbólico más puro e inmediato: no se trata de qué tanta información se digiera y analice si no cuánta se acumule y se le haga saber a los otros que se tiene. Un retuit, reblog, “me gusta” entre otros vienen como bálsamo para la generación de la gratificación inmediata donde un contenido más, sea libre o no, es un elemento para la colección. La misma configuración de los ISP donde la velocidad de descarga supera la de carga, o la insistencia  de algunos activistas a las descargas libres más que a la educación en medios para crear, acercan a la red a ese televisor de 1000 canales de donde es difícil escoger.

¿Qué hacer? Exactamente no sé, pero considero que mientras encontramos la interfaz más adecuada para una coordinación cada vez mejor de la cultura libre dentro de un modelo capitalista, podemos reivindicar la figura del artesano digital, que se toma el tiempo en generar sus contenidos, que es un fanático que lo hace por amor al arte, dispuesto al intercambio, al trueque y los bancos de tiempo como alternativas de generación de riqueza. Así, y reinvindicando otra metáfora del software libre, aspiraremos más al pequeño bazar donde se armen pequeños círculos de creadores, y no al gran mercado donde la máscara más admirada es la del webbot cultural.

*Luis Fernando Medina Cardona,  es Profesor Asociado de la Universidad Nacional de Colombia y miembro del colectivo Trueque Digital. http://about.me/luscus9

Fuente: https://www.digitalrightslac.net/es/cultura-de-webbots-o-artesanos-reflexiones-criticas-sobre-la-cultura-libre/

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HRC38: Experto de la ONU pide «derechos humanos por defecto» en la regulación del contenido en línea

Prensa ONU

El informe del Relator Especial de las Naciones Unidas sobre la libertad de expresión al Consejo de Derechos Humanos (CDH), que hace un llamamiento para que los Estados y las empresas de medios sociales garanticen y respeten la libertad de expresión al regular el contenido en línea. Esto debe reflejarse en los compromisos de los Estados están haciendo en las resoluciones objeto de examen en la 38 ª Sesión de la CDH , en particular sobre los derechos humanos y de Internet.

El informe de los expertos de la ONU coincide con el lanzamiento de una nueva política de ARTICLE 19 «Derechos de paso lateral» , que establece recomendaciones para rechazar la censura privatizada, incluidas las demandas impulsadas por el Estado para la eliminación de contenido.

» Cuando los Estados buscan la eliminación de Internet del contenido generado por los usuarios, ya sea mediante presión legal o extralegal en plataformas en línea como Facebook, Twitter o Google, es censura «, dijo Thomas Hughes, Director Ejecutivo de ARTICLE 19. » Estados no puede eludir sus obligaciones en materia de derechos humanos, incluida la libertad de expresión, al delegar la censura de manera opaca o inexplicable a las empresas «.

» Las empresas también deben hacer más para respetar los derechos en el desarrollo y la aplicación de sus términos y condiciones para maximizar las protecciones de la libertad de expresión y rechazar las solicitudes del Estado cuando no cumplen con los derechos «, agregó Hughes.

Incluso en la era digital, el uso por parte de los Estados de leyes arcaicas, incluidas las relativas a la blasfemia, la sedición y la difamación penal, siguen formando la base de los esfuerzos de muchos gobiernos por controlar lo que se dice y se ve en línea. Las nuevas formas de restricción, relacionadas con «contenido terrorista», «incitación» y «extremismo», con demasiada frecuencia se dirigen ilegítimamente a la disidencia y deben derogarse.

ARTICLE 19 comparte las preocupaciones del Relator Especial en un número cada vez mayor de Estados que persiguen medidas para obligar a las empresas de medios sociales a eliminar rápida y automáticamente contenido generado por los usuarios, ya sea sobre la base de su ilegalidad o supuesto «daño». Las empresas de medios sociales no son tribunales, y los Estados no deben eludir el debido proceso y la protección de los derechos que brindan los órganos judiciales a través de estas formas de coacción. Estos acuerdos a menudo son opacos y sin remedio: la expresión de los usuarios puede ser censurada por orden del gobierno sin previo aviso de los motivos o la oportunidad de impugnar la decisión.

Las compañías de medios sociales también son actores poderosos. El Relator Especial identifica que, a pesar de algunos anuncios de reforma recientes, » siguen siendo enigmáticos reguladores, estableciendo una especie de» ley de plataforma «en la que la claridad, la coherencia, la responsabilidad y el remedio son difíciles de alcanzar». Pueden hacer mucho más.

Las recomendaciones del Relator Especial, basadas en los Principios Ruggie , instan a un enfoque de «derechos humanos por defecto», estableciendo un marco para que las empresas implementen sus responsabilidades. Estos encuentran apoyo en la política de «DERECHO DE ESCALA ADICIONAL» de ARTICLE 19.

Cuando los términos del servicio reflejen de manera más precisa las normas internacionales de derechos humanos, respetando los derechos de los usuarios al anonimato y el debido proceso, las empresas comerciales pueden resistir de manera más consistente las solicitudes del gobierno que incumplan esos estándares. Esto requiere, en muchos casos, condiciones de servicio más estrictas, incluidos los requisitos de registro de nombres reales, así como restricciones al «contenido de terrorismo» y al «discurso de odio». La evidencia sugiere que estas normas se aplican con frecuencia arbitrariamente, y en detrimento de grupos minoritarios y disidentes

Para los usuarios con quejas sobre la eliminación de contenido y quejas sobre la expresión de otros usuarios, el Relator Especial identifica que los sistemas actuales instituidos por las compañías de redes sociales son inadecuados. Ellos hacen poco para proteger la libertad de expresión. La cantidad de información brindada a los usuarios que presentan quejas, o cuya expresión se queja, es insuficiente, en particular cuando el iniciador de una queja es un gobierno. Los algoritmos para «promover» o «suprimir» el contenido, en particular en relación con «narrativas opuestas» al extremismo o «desinformación», también pueden suscitar preocupación.

El aumento de la resiliencia basada en los derechos de las compañías de redes sociales a las demandas de censura ilegítimas es fundamental para la nueva política de ARTICLE 19. Para lograr esto, estamos de acuerdo con el Relator Especial en que debe producirse un cambio significativo del secreto corporativo a la transparencia y la rendición de cuentas, no solo en la aplicación de las normas, sino también en su formulación.

ARTICLE 19 particularmente celebra que el Relator Especial haya aceptado nuestra recomendación de que los consejos de redes sociales, siguiendo el modelo de los consejos de prensa autorreguladores, sean examinados como una respuesta de la industria a las inquietudes con respecto a la moderación del contenido en línea. En nuestra opinión, este enfoque brindará la oportunidad de aumentar la claridad, la coherencia, la responsabilidad y el remedio, al tiempo que protege el derecho a la libertad de expresión.

En la 38 ª sesión del CDH, varias resoluciones están siendo negociados que proporcionan a los Estados la oportunidad de comprometerse a actuar sobre las recomendaciones del Relator Especial. Esto incluye, en particular, la resolución sobre «la promoción, protección y disfrute de los derechos humanos en Internet», liderada por Suecia, con Brasil, Nigeria y Túnez. Los Estados Unidos y Turquía, ambos ex miembros del grupo central, ya no están asociados con la resolución.

Para descargar el informe: https://www.apc.org/sites/default/files/IllustratedSummary_SRFoEContentModerationWeb_20182106_v10_0.pdf

Fuente: https://www.article19.org/resources/hrc38un-expert-calls-for-human-rights-by-default-in-regulation-of-online-content/

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La bandera del anonimato: de las mujeres zapatistas a la lucha por las libertades en internet

Un evento organizado por las mujeres del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) a principios de este año, en el que participaron 7.000 mujeres de todo el mundo, sirvió como resorte para reavivar el debate sobre la privacidad en el presente y la necesidad de seguir levantando la bandera del anonimato.

América del Norte/Mexico/elsaltodiario.com

La lucha zapatista, al cubrir su rostro con un pasamontañas, construyó nuevas preguntas sobre la importancia de nuestros rostros y nombres reales. El pasamontañas pasó de ser una prenda de vestir para cubrirse del frío a tornarse un acto político para denunciar el desprecio hacia las fisonomías indígenas. “Al cubrir su rostro los zapatistas desviaron la mirada de la sociedad y los medios de comunicación, y quienes antes solo pasaban una mirada superficial sobre su cara y su cuerpo entero, ahora no paraban de hacerles fotografías como si de alguien importante se tratase, sí, ahora sí eran importantes”, señala el investigador Daniel Fajardo Montaño.

Son escasas las agrupaciones políticas o movimientos sociales que actualmente se abocan a rescatar el valor del anonimato. Conocemos Anonymousgrupos piratas y colectivos trans-hacker-feministas que ponen este valor por delante en la mayoría de sus acciones. Pero ¿qué pasa con el valor de la anonimato en la actualidad?

Uno de los síntomas de nuestra época es el hecho de que estamos siendo observados todo el tiempo. “El Estado ha refinado sus instrumentos de vigilancia, y quien quiera huir hacia lo oscuro se enfrentará con artillería iluminadora en su fuga”, señalaba el teórico marxista francés Guy Debord en los 60. Hoy, sin embargo, a muchas personas les resulta agradable y hasta excitante abrir las puertas de lo más íntimo en redes sociales digitales comerciales.

El flujo de informaciones que circula en internet es un núcleo privilegiado de monitoreo de la ciudadanía global para diferentes sectores públicos y privados con diferentes propósitos. Los fines: comerciales, publicitarios, administrativos, securitarios, afectivos… Es innegable que nuestras acciones cotidianas se tornan cada vez más sujetas a registro, análisis y clasificación.

Empresas como Google, Facebook, Microsoft, Skype, Youtube, Apple, entre otras, entregan la información de sus usuarios al Gobierno de Estados Unidos

En junio de 2013, gracias a las filtraciones de Edward Snowden, se hicieron públicos una enorme cantidad de documentos secretos de la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos (NSA). Estos documentos demuestran que, de manera voluntaria o no, empresas como Google, Facebook, Microsoft, Skype, Youtube, Apple, entre otras, entregan la información de sus usuarios al Gobierno de Estados Unidos. “Los únicos que tienen alguna protección legal son los ciudadanos de Estados Unidos. El resto de nosotros no tiene garantía alguna de que nuestra información no esté siendo, de hecho, espiada”, señala Rafael Bonifaz, activista ecuatoriano del software libre y experto en seguridad informática.

Para Bonifaz las revelaciones de Snowden o las de Cambridge Analytica actuaron como cimbronazos, pero el olvido funciona más rápido que la lección a aprender a partir de las llamadas de atención sobre cuestiones tan caras como nuestra intimidad y la propiedad de nuestros datos personales. “Los temas son tan complejos que es difícil ir aterrizando todo esto”, reflexiona y explica que no es la NSA y las grandes empresas de internet las que hacen extractivismo de datos en internet. El juego ha cambiado. “Entregamos voluntariamente nuestra información privada en redes como Facebook a cambio de estímulos sociales como likes u otros”, describe Bonifaz. Este especialista en privacidad cuenta que cuando anotó a sus hijas en una escuela, y lo obligaron a participar de el famoso grupo de Whatsapp de “mamis y papis”, se vio en la urgencia de escribir una entrada en su blog explicando con detalle los nuevos, sútiles y escondidos, riesgos para nuestra privacidad.

SABIDURÍAS ANCESTRALES PARA DESENMASCARAR

La capucha, el pasamontañas, la máscara, la careta o simplemente el cubrirse el rostro con un pañuelo son técnicas antiguas de camuflaje utilizadas por la mayor parte de las culturas del mundo. Con motivo de ceremonias rituales, de carnavales o escenificaciones teatrales, el recurso del anonimato se ha utilizado como forma de protección ante un sistema estructurado desde la vigilancia permanente. La máscara y el anonimato son estrategias actuales de autodefensa y debemos pensarlas tanto en las redes de bits como en las calles.

“[Usamos el pasamontañas] por seguridad y es nuestro signo político. Si nunca nos miraron, si ni sabían que existíamos, ¿por qué ahora tantas ganas de vernos las caras?”

“Cuando pensamos en una mujer o un joven que cubre su rostro al asistir a una manifestación pública, pensemos que esta gente en primer lugar está cuidando el secuestro de su imagen, vivimos en un Estado represor, que hasta la fecha lleva aproximadamente 30.000 personas desaparecidas. Como en otras dictaduras, la nuestra tiene a su cargo nutridos equipos de ‘inteligencia’ que se dedican a monitorear a toda persona que piensa o actúa de manera diferente al gran poder ideológico, si además esta persona deja de manifiesto su descontento en un espacio público y se dedica comunicar su forma disidente de pensar o actuar en colectivo, entonces está en peligro latente”, reflexionan integrantes de Engendro Colectivo desde algún lugar de México.

La periodista argentina Marta Dillon en el I° Encuentro Internacional Político, Artístico, Deportivo y Cultural de Mujeres se refirió directamente al asunto en una entrevista a una de las mujeres zapatistas.

—Everilda, ¿puedo preguntarle por qué siguen usando el pasamontañas?
—Es por seguridad y es nuestro signo político. Si nunca nos miraron, si ni sabían que existíamos, ¿por qué ahora tantas ganas de vernos las caras? —cerró la joven dirigenta.

Aquello que para las zapatistas es tan necesario como el oxígeno para sobrevivir para la masa crítica conectada muchas veces parece una medida extraña, cansina o exagerada.

“Es algo que no se siente. La mayoría de la gente cierra la puerta de su casa, las cortinas, cuando se va a dormir. En el mundo físico se siente mucho más la necesidad de privacidad que en la vida digital. Cuando envío un correo es difícil entender las consecuencias de que alguien lo esté leyendo, pero esta posibilidad existe de hecho. Cada vez más tenemos conocimiento de que, cuando no estoy ocultado mi actividad en línea, voy dejando una huella y eso podría afectarme en el futuro”, explica Bonifaz.

“La mayoría de la gente cierra la puerta de su casa, las cortinas, cuando se va a dormir. En el mundo físico se siente mucho más la necesidad de privacidad que en la vida digital”

El ejercicio de la máquina del tiempo es útil: imaginar qué pasará con nuestras informaciones en un futuro de gobiernos totalitarios. “Es llamativo mirar hacia atrás y pensar que en América Latina durante los años 70 todo el mundo se hubiese cuidado de publicar toda esta información. Si pensamos en el futuro, en los gobiernos que llegarán ya tendrán montados sus aparatos represivos para la persecución con todos nuestros datos a la mano”, relata el investigador en seguridad digital. Como parte del ejercicio de educar, enseñar y orientar sobre estas cuestiones, iniciativas como Privacidad Global ofrecen foros y espacios de formación para defender nuestras vidas digitales a través del software libre.

EL ANONIMATO ES CRÍTICO PARA LAS MUJERES Y PERSONAS LGBTI

En un contexto de lucha entre gobiernos y usuarias, por un lado, y organizaciones por el otro, mujeres y personas no binarias, con diversidad funcional, activistas políticas y defensoras de derechos humanos reclaman el anonimato. Narrar la propia vida en internet para quien se enfrenta contra el racismo, el sexismo o el bullying en los espacios de trabajo, y se sabe vigilado, equivale a someterse a la auto-censura o arriesgar la fuente de trabajo o correr el riesgo de ser atacados en sus propias casas.Estas son algunas de las razones por las cuales (aún) las personas usan seudónimos en internet, pese a la ideología Facebook que ha impuesto la ideología de uso del “nombre real”, puesta en cuestión gracias a la acción de internautas y organizaciones de la sociedad civil. “Cualquiera que haya trabajado con mujeres sobrevivientes de violencia sabe que el anonimato es crítico para su curación y supervivencia. La privacidad le permite a las supervivientes vivir sin temer constantemente que el abusador esté mirando a cada paso. Les permite buscar ayuda y acceder a la justicia para reconstruir sus vidas”, señala Anna desde el blog FWD.

Para las personas que por su género, raza o sexualidad no encuadran en los patrones normativos, el derecho al anonimato y la protección de sus datos es un pilar

La ubicuidad de la tecnología hizo de la privacidad un derecho clave. Para las personas que por su género, raza o sexualidad no encuadran en los patrones normativos y que, de hecho, son supervivientes de violencia en línea y fuera de línea, el derecho al anonimato y la protección de sus datos es un pilar. “Ejercen su libertad de expresión en contextos en los que el Estado o la sociedad son hostiles, sobre todo cuando se trata de cuestiones relacionadas con los derechos sexuales y reproductivos, como el aborto, el cambio de denominación social u otras causas de disidencia política. Es decir, medidas contra el anonimato o a favor de una mayor recolección y conservación de los datos personales en internet terminarían dándole más poder al Estado y las empresas, ya que ampliarían su capacidad de identificar voces disidentes y, posiblemente, censurar el contenido y el comportamiento en función de sus propios intereses”, apuntan desde el colectivo Antivigilancia.

El anonimato no es la estrategia ideal para todo el mundo: existen diferentes tácticas que permiten camuflarse en internet. Pero este derecho debería estar disponible para quien lo demande. Tal como señalan las organizaciones que luchan por las libertades en la red, sin privacidad, no hay autonomía, y en internet el anonimato abre los caminos que llevan hacia la autonomía.

“En un ecosistema opaco, hecho para succionar datos indiscriminadamente y hacer perfiles antojadizos de las personas, muchas veces sin su consentimiento informado, no es nada difícil que empresas como Cambridge Analytica exploten también esos datos, esta vez, para fines electorales”, remarca la investigadora chilena Paz Peña en un informe especial sobre datos en contextos electorales.

Sin embargo, millones de usuarias de redes sociales y de motores de búsqueda consideran una tarea engorrosa corregir y reapropiarse de su privacidad en internet, ven de lejos la noción de que las expresiones anónimas enriquecen nuestras aspiraciones democráticas. Cada día más organizaciones que luchan por los derechos digitales se abocan a facilitar la tarea cotidiana de valorar los datos privados de las personas.

La lucha zapatista tiene en su haber el uso rebelde y más osado del pasamontañas. Hoy más que nunca se actualiza su importancia metafórica y concreta. “La lucha zapatista se cubre el rostro y convierte el pasamontañas en un símbolo, como lo hicieron las Madres de Plaza de Mayo con su pañuelo blanco, a partir de este momento como tiempo después lo hiciera la máscara de Guy Fawkes, el rostro zapatista no es uno, es todos los rostros, es la multitud indígena, es miles de personas originarias de diferentes lenguas, diferentes creencias, diferentes ideas, diferentes vidas, pero desde ese momento un mismo rostro rebelde”, propone Fajardo Montaño.

Más información

https://www.derechosdigitales.org/
https://www.apc.org/es
http://privacyinternational.org
https://tacticaltech.org/
http://enlacezapatista.ezln.org.mx/
https://ciberseguras.org/
https://securityinabox.org/es/
https://www.takebackthetech.net/es/be-safe/herramientas-de-seguridad

Fuente: https://www.elsaltodiario.com/tecnologia/el-derecho-al-anonimato-desde-el-ezln-hasta-la-red
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España: Dibujos que hablan

Europa/España/17 Julio 2016/Fuente:aragondigital /Autor:Verónica de Castro Alonso

Algo tan habitual como hablar es, para muchos, una utopía. Un reto diario al que quiere ganar la batalla el Portal Aragonés de la Comunicación Aumentativa y Alternativa. Llevan desde 2007 creando pictogramas para ayudar a personas con problemas a comunicarse. En su web ya cuentan con más de 16.000 dibujos que han cruzado fronteras.

Imagina que estás sentado en una silla de ruedas y casi no puedes moverte. Tienes mucha sed, pero no puedes pedir agua porque no puedes hablar. Necesitas que alguien te acerque una manta porque tienes frío, pero tampoco puedes decirlo. Estas agobiantes situaciones las viven diariamente cientos de personas.

Por eso para ellos un simple monigote lo es todo. El dibujo de un monigote con un termómetro, otro durmiendo, otro sudando… Son imágenes simples y sencillas que consiguen que muchas personas puedan decir, tras señalarlos, que están enfermos, que quieren dormir o que tienen calor.

Un traumatismo craneoencefálico o un ictus pueden hacer que una persona pierda su capacidad de comunicación. Pero también se encuentran en esta situación discapacitados intelectuales y personas mayores. Para todos ellos se ha creado la comunicación aumentativa, esos pictogramas y pequeños monigotes que permiten a los que no pueden hablar dar a conocer sus deseos y necesidades.

Los dibujos representan todo tipo de objetos, acciones, relaciones personales y profesionales. Al igual que la lengua de signos o la escritura, los pictogramas ofrecen todo lo necesario para construir un lenguaje gráfico.

“Hay gente que necesita que le pictografiemos su vida porque tiene que comunicarse de alguna forma, tiene que expresar sus deseos, necesidades y sentimientos”, señala José Manuel Marcos, uno de los coordinadores del Portal Aragonés de la Comunicación Aumentativa y Alternativa (Arasaac).

Marcos, también logopeda del Colegio Público de Educación Especial Alborada de Zaragoza, señala que empezaron a trabajar con pictogramas en el año 2007. Nacieron como una serie de dibujos para varias aplicaciones que se estaban desarrollando en la Escuela de Ingeniería y Arquitectura de la Universidad de Zaragoza (EINA).

Al principio “era solo un repertorio de dibujos, no un sistema de comunicación” pero se publicaron los dibujos en una web y tuvieron tanto éxito que se empezó a trabajar en un mayor repertorio. Hoy en día, Arasaac cuenta con más de 16.000 pictogramas tanto en blanco y negro como en color.

“Del vocabulario básico hemos pasado a desarrollar conceptos más concretos como, por ejemplo, un dibujo de un análisis de sangre. Queremos llegar a todos los ámbitos y el número de pictogramas está creciendo en función de las demandas y necesidades de los usuarios”, ha detallado Marcos.

Por ejemplo, la Policía o varios hospitales y centros de salud ya han contactado con Arasaac para poder desarrollar dibujos concretos que les permitan comunicarse con personas con dificultades. Es más, algunas administraciones ya han colocado pictogramas en los edificios públicos para facilitar todo tipo de información a aquellos que lo necesiten.

Pero, según Marcos, “la señalética es un tema que no nos preocupa tanto. Sí que nos preocupa que una persona con dificultades pueda llevar consigo un dispositivo o tablero de comunicación que le permita comunicarse de forma normal”.

En 2010, Málaga recibió un premio de accesibilidad tras señalizar con pictogramas diferentes espacios. “Dibujos que llegaron desde Arasaac”, recuerda Marcos. También han surgido iniciativas en otras comunidades como Aragón, Galicia o Navarra. “La comunicación aumentativa está ahora en plena expansión. A nivel de señales no está tan extendida pero sí como sistema de comunicación. Ya ha llegado, por ejemplo, a Sudamérica o Finlandia”, añade el logopeda.

Es más, los museos de Finlandia están señalizados con tableros de comunicación de Arasaac gracias a un proyecto que fue financiado por el propio Ministerio de Cultura finlandés.

Adaptaciones por países

Una de las ventajas de Arasaac es que la web y los pictogramas que en ella se ofrecen no tienen ningún coste. “Cualquier persona e institución puede utilizarlos en documentos, aplicaciones, etc. siempre que no usen con fines lucrativos”, remarca Marcos, que detalla además que aunque gran parte de los dibujos son universales, también hay otros que pueden adaptarse a la cultura y a las características y capacidades de cada usuario.

Precisamente, una de las situaciones más curiosas y divertidas con las que se encuentran en Arasaac es la de adaptar los pictogramas a países o culturas porque hasta Aragón “llegan peticiones de todo el mundo”.

Marcos contaba que hace poco les contactó una ONG de Senegal. Les decían que estaban utilizando sus pictogramas con niños, pero que éstos se reían mucho porque los dibujos eran blancos y, por lo tanto, para ellos no reflejaban situaciones “reales”. Así que la ONG utilizó un programa para hacer que los pictogramas tuviesen la piel de color.

En otros países, sobre todo en los árabes, también han adaptado los dibujos a su cultura. E incluso hasta Arasaac ha llegado una comunicación de una ONG francesa que les cuenta que en una aldea de Birmania hay una persona que utiliza los tableros de comunicación del Portal aragonés. “Este hombre sufrió un ictus y con nuestros dibujos ahora puede comunicarse”, añade Marcos.

El servidor de Arasaac registra entre 1,5 y 2 millones de páginas vistas al mes. Además, la web incorpora varias herramientas online, con sus correspondientes manuales, como son el creador de animaciones, de símbolos, de frases, de tableros de comunicación, de calendarios y de horarios. Facilitan así la elaboración de diversos materiales a los profesionales y a las familias.

El proyecto es propiedad del Gobierno de Aragón y depende directamente de la Dirección General de Innovación, Equidad y Participación del Departamento de Educación, Cultura y Deporte. Junto con Marcos también trabajan David Romero (coordinador del portal) y Sergio Palao (diseñador y dibujante de los pictogramas).

 

Fuente de la noticia:http://www.aragondigital.es/noticia.asp?notid=146766

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Racismo y discurso de odio en internet

Entre los días 27 y 29 de abril, en Río de Janeiro, tuvo lugar la conferencia “Racismo y discurso de odio en internet: narraciones y contranarraciones”. El evento fue promovido por el Centro Berkman, de la Universidad de Harvard, en conjunto con la Plataforma Vojo Brasil, vinculada al Instituto Mídia Étnica. El encuentro reunió especialistas que estudian este asunto en Brasil, Colombia y Estados Unidos.

Según uno de los organizadores del evento, ésta fue la primera vez que ocurrió en Brasil un evento que levantó cuestiones relacionadas al aumento exponencial de los casos de racismo en las plataformas digitales.

Niousha Roshani, antropóloga y consultora en el área de derechos humanos, especializada en infancia y juventud en regiones afectadas por conflictos, y también miembro del Centro Berkman, aportó algunos datos interesantes para que entendamos las semejanzas existentes entre Brasil y Colombia. Brasil es el país con la mayor cantidad de población negra en términos absolutos fuera del continente africano, quedando en segundo lugar luego de Nigeria. El segundo país con mayor población negra es Colombia. Son cerca de 120 millones de negros en América Latina.

A pesar de que Estados Unidos tiene una mayor articulación de la comunidad negra, los negros estadounidenses corresponden al 13% de la población. Esta cantidad equivale a la del estado de Río Grande del Sur, en Brasil.

Thiago Tavares, director de la ONG SaferNet Brasil, divulgó algunos indicadores. En 9 años, SaferNet Brasil recibió y procesó más de 400 mil denuncias anónimas de racismo, conteniendo cerca de 68 mil páginas distintas (de las cuales 14.785 fueron removidas, escritas en 7 idiomas y hospedadas en más de 8 mil lugares diferentes, en 54 países de los 5 continentes).

Renato Meirelles, publicitario y director del Instituto Data Popular, aportó datos sobre el desarrollo económico en Brasil. En la última década, mientras el ingreso familiar del 25% más rico de Brasil creció un 30%, el ingreso del 25% más pobre creció un 81%. El 75% de las personas que salieron de la clase D y pasaron para la clase C son negras. Eso no significa que las cosas cambiaron. El aumento del poder de consumo de los negros y la democratización de internet no erradicaron la jerarquía racial brasileña.

En la clase A, el 71% de los ingresos proviene de los blancos y el 29% proviene de los negros. En la clase D y E, el 72% de los ingresos proviene de los negros y el 29% proviene de los blancos. Esto significa que 3/4 de las clases A y B son blancos y 3/4 de las clases D y E son negros.

Con las transformaciones económicas, la población negra movió 1.573 billones de reales en el mercado brasileño. Frente a esto, Meirelles destacó que el aumento del racismo y del discurso de odio en internet está relacionado a la reducción de la desigualdad económica en Brasil y a la democratización de internet.

 “El ambiente que solía ser exclusivo para una porción rica y blanca de la población pasó a ser ocupado por una población negra. Y eso molesta”, dijo Renato Meirelles.

A pesar de las narraciones racistas y del discurso de odio en internet, durante el evento se presentaron iniciativas de contranarraciones.

#QuedaElConsejo

1. Olabi Makerspace: empresa social enfocada en estimular el aprendizaje de nuevas tecnologías y la innovación social en el país. Tiene un espacio para la experimentación, en el cual las personas comparten herramientas, máquinas y conocimientos.

2. Plataforma En Brasil: plataforma de investigación y experimentos curaduriales que conecta a las personas que están transformando la cultura del país de forma creativa.

2. Aplicación Kilombu: aplicación que busca reunir anuncios de negocios y servicios de emprendedores negros.

Para seguir ampliando el diálogo sobre los derechos en internet, el 12 y 13 de mayo tendrá lugar el simposio Conectados al Sur, una versión regional de la red global Digitally Connected, que aborda las oportunidades y desafíos de niños y adolescentes en el contexto digital de América Latina y el Caribe. El simposio está organizado por el Instituto de la Comunicación e Imagen de la Universidad de Chile, en conjunto con el Berkman Center for Internet & Society de la Universidad de Harvard y con UNICEF.

Fuente: http://www.asuntosdelsur.org/blog/2016/05/09/11796/

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