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Ecuador: Grupos feministas denuncian complicidad social en violencia de género

América del Sur/ Ecuador/ 28 Noviembre 2016/ Fuente: Ecuavisa.

Grupos feministas y populares de Ecuador efectuaron este sábado 26 de noviembre de 2016 una masiva manifestación en las calles del centro de Quito, con la que denunciaron una aparente complicidad social con la violencia de género y reclamaron acciones decisivas contra el femicidio.

Miles de activistas recorrieron las principales calles de la capital en conmemoración del Día Internacional contra la violencia de género y reivindicaron su anhelo para que «desaparezca el machismo» de la sociedad.

La plataforma «Vivas nos queremos», que aglutina a las grupos feministas y que organizó la marcha, denunció que en Ecuador mueren cada semana cuatro mujeres por violencia de género.

El objetivo del colectivo es «erradicar la violencia de género» y, sobre todo, hacer visible el asesinato de mujeres por el solo hecho de serlo.

También buscan «visibilizar» la responsabilidad del Estado en torno a la prevención y sanción de los delitos relacionados con la violencia machista.

La plataforma, con base en información de la Fiscalía, señaló que entre 2014 y 2015 se registraron 188 muertes violentas de mujeres en Ecuador y afirmó que el año pasado las unidades judiciales del país tramitaron 40 casos de femicidio y 28 casos de tentativa de asesinato por violencia machista.

Entre enero y agosto de este año se abrieron 44 casos de femicidio y 19 de tentativa en las unidades judiciales que dictaron 46 sentencias de condena.

Pese a ciertos avances en la prevención y sanción de los delitos de género, la situación sigue siendo grave, señaló el colectivo que, en un documento, presentó un pliego de demandas.

Los grupos feministas exigen «una sociedad que deje de ser cómplice con todas las formas de violencia» de género, como el acoso, el incesto, la violencia psicológica, patrimonial, física y política.

También reclaman respuestas oportunas del Estado frente a este tipo de violencia y exigen que las instituciones públicas «adquieran un compromiso real y sensible con la situación de las mujeres», para que las víctimas «dejen de ser responsables de las agresiones».

Asimismo, exigen «espacios libres de violencias», modelos de estudio que fomenten «la educación no sexista», medidas para «la eliminación del acoso callejero» y el cumplimiento de los derechos sexuales y reproductivos.

También la «despenalización social y legal del aborto», medidas de «reparación integral para todas las víctimas de violencias machistas» y «justicia real para las víctimas de femicidio».

La plataforma reclama asimismo la creación de un presupuesto estatal que permita llevar adelante «programas de prevención y erradicación de las violencias», entre otras reivindicaciones.

Fuente: http://www.ecuavisa.com/articulo/noticias/actualidad/214406-grupos-feministas-ecuador-denuncian-complicidad-social-violencia

 

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Mutilación genital, uso del hiyab y la supremacía del hombre en Egipto

Por: Nourhán Elshamy

La autora se pregunta ¿hasta cuándo guardaremos el silencio? al relatar las humillaciones a las que son sometidas muchas mujeres egipcias.

En un lejano lugar, donde la gente respira el mal, la tierra crece arenosa en vez de crecer en plantación verde, y cuando miras al cielo se ve extorsión y supresión como si fueran las columnas del cielo. Ahí donde odian la vida, y adoran la muerte, donde hacen todo en la oscuridad, evitan la luz y la claridad, donde quien lee, investiga, piensa es más peligroso que quien lleva arma, y los libros más prohibidos que las drogas.

En ese lugar la palabra ‘derecho’ no tiene concepto en las mentes de la gente, y la palabra ‘respeto’ no existe en los diccionarios, sólo existe y comprenden la palabra ‘injusticia’.

Ahí donde la mujer no tiene derechos, ni sobre su propio su cuerpo, se puede ver a las niñas de 10 años o menos, llevadas a realizarse la barbaridad: la “ablación de clítoris”, llamada también por la Organización Mundial De la Salud (OMS) ‘la Mutilación Genital Femenina’ ,para así eliminar el placer sexual cuando sean mujeres. Con otras palabras: para matar el sentimiento en ellas y que no tengan en el futuro apetencias sexuales. Después vivirán menos que los animales, pero lo peor es cuando mueren estas niñas, y se escucha a sus madres diciendo “gracias a Alá”, uno se asombra al oír algo así de una madre, y si se la pregunta: «¿Por qué dices esto?, ¿estás feliz?», ella responde inmediatamente: «Mi niña muere pero es mejor que el escándalo de vivir sin hacerse la mutilación». Madres felices de ver morir a sus niñas por no llevar a su familia el escándalo pero ¿qué escándalo?, el escándalo de vivir como humana normal, pura y natural. Muchas chicas sufren de hemorragias e infertilidad por culpa de esta espantosa tradición.

A mayores de todo ello hay un gran número de hombres que buscan a las mutiladas para casarse con ellas para que aseguren la fidelidad matrimonial. Y no sólo eso, los hombres que tienen problema con la eyaculación precoz llevan a sus mujeres para ser mutilarlas, no buscan solución a su problema ni les importa que la mujer se puede morir por esta operación inhumana, sólo buscan como satisfacerse. Sumemos más: cuando los hombre descubren que sus esposas no son vírgenes, eso le da el derecho a matarlas con sus propias manos y con el acuerdo de su familia, además la ley le da el derecho a casarse con 4 mujeres a la vez. Son solo ejemplos de lo que les ocurre a las mujeres en Egipto.

Antes de la curación del dolor físico y sentimental que han dejado sus marcas de humillada y maniatada en las almas de esas niñas, vamos por otra manera de reprimir a las mujeres en este mundo. Se les exige a las niñas de 13 años a poner el velo, el hiyab, ahí donde una tela es lo que define quién eres y qué mereces, por una tela decidirán si eres buena o mala persona, y según lo que decidan van a tratar a esas niñas-mujeres, si ellas aceptan sus condiciones, serán para ellos la muchacha bendecida que deben cuidar, pero si eligen abandonar ese rebaño, será considerada una pervertida, y por ende hay que castigarla y disciplinarla mediante el insulto, la violación, los azotes y a veces más allá de nuestra imaginación. La muerte es lo que les espera a las no siguen sus formas de vivir. O estás conmigo o contra mi.

¿Qué es aún peor, si lo hay? Que lavan los cerebros de las mujeres desde niñas y cultivan en sus mentes las ideas rotas de que poner el velo para cubrir su cabeza las hará mejores y de nivel más alto que aquellas que no cubren sus cabezas. Y en esa sociedad se ve a simple vista la brecha entre las mujeres que sienten son las mejores y bendecidas por usar un metro más de la tela y las que no aceptan matar su libertad.

Y para seguir robando y quitando los derechos de las mujeres, hablaré de obligarlas a dejar la educación para servir en la casa de su familia. Exigen que no trabajen las mujeres para que sean siempre dependientes de su familia/marido, no dejan a las mujeres trabajar para que necesiten de ellos. Los hombres, ellos sí independientes tienen el poder y quien tiene el poder tendrá el control: la mujer no puede salir y/o viajar sin permiso, ella tiene que hacer todas las tareas de la casa y educar a sus niños, y si pide a su marido que la ayude, le dirá «soy hombre y esas cosas deben hacerlas las mujeres». Sigamos.  El padre es igual que el alcahuete que vende a sus hijas para casarse con hombres mayores, sólo para obtener el dinero. En Egipto los hombres tienen todos los derechos a usar a las mujeres y castigarlas con todas las maneras de la represión y la supresión para que nunca piensen en cruzar los límites. Pero la pregunta aquí es ¿por qué las mujeres callan? En el modo de educar está la respuestas.

Pero ¿no hay quien lucha por los derechos humanos de las mujeres allí? Sí, hay miles que van gritando y luchando contra las manías de las costumbres rotas y falsas que quitan los derechos humanos de la mujer, pero por desgracia  cada día el numero de los luchadores va encogiendo. Nawal Elsaadawi es escritora, medica y feminista egipcia, todo el mundo la ha honrado por su lucha, menos en su país, ahí la honraron pero con otra forma, la enviaron a la cárcel ¿Por qué? Porque escribe! Sí, escribir es un crimen en Egipto.

Raif Badawi es defensor de los derechos humanos de Arabia Saudita y ese fue su crimen por el que recibió 10 años de prisión y 1000 latigazos. Farag Foda periodista egipcio, lo mataron a tiros en su oficina donde luchó escribiendo contra el terrorismo, y hace pocos días Nahed Hattar, jordano,  lo mataron por un dibujo que expresa la injusticias de los grupos terroristas. ¿Y dónde lo mataron? Frente el tribunal de Jordania.

Como esas personas hay miles que han sido asesinadas y el numero va creciendo. Una hoja de papel y bolígrafo dan mucho miedo y asustan tanto a los terroristas, pero ¿hasta cuándo guardaremos el silencio?

Fuente: http://www.mundiario.com/articulo/politica/mutilacion-genital-uso-hiyab-y-supremacia-hombre-egipto/20161012223015069886.html

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Reforma de un Sename en crisis y educación sexual en Chile

 

América sur/Chile/15 de octubre del 2016/ fuente: 24 horas

El Informante tuvo como temas de su presente edición la crisis del Sename y la educación sexual en Chile.

Respecto al primero, la directora del organismo, Solange Huerta, se refirió al proceso de reforma que se implementará a partir de la inyección de los 2.500 millones de pesos anunciados por el Gobierno.

También comentó el tema de las muertes de los menores, donde recalcó la necesidad de contar con información clara, sobre todo cuando se producen casos en los que se establecen causas de defunción sin hacer mención a patologías asociadas.

Posteriormente, y a propósito del controvertido texto de educación adolescente, se debatió sobre la calidad de la educación sexual en Chile.

La edad para empezar el proceso, la calidad de información disponible y los roles de los padres y las instituciones fueron algunos de los aspectos analizados.

Asimismo, se contrastó nuestra realidad con la de otros países para poder abordar el tema desde un escenario amplio.

fuente:http://www.24horas.cl/programas/elinformante/el-informante-reforma-de-un-sename-en-crisis-y-educacion-sexual-en-chile-2154420

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Educación sexual versus pensamientos retrógrados

Por: Laura Aguirre

A estas alturas nadie pasa por inocente, menos una muchacha de 18 años y con preparación a nivel de tercer año de bachillerato, que se supone que tiene capacidad para razonar, que debió haber respetado a su hermana no acostándose con su marido (…) Menciona este articulo que hay más muchachas embarazadas en ese centro educativo. Si las otras están enfrentándolo, ¿por qué ella no? Respecto al tipo, opino que no habría consecuencias legales para él, debido a que la muchacha es mayor de edad.”

¿Inocente? ¿Niña? Nombre, es una mujer ya. No es tan inocente. Mató una recién nacida. Y con respecto si el hombre la violó, o no, sí ya casi tiene 18… Pues ta bueno que lo metan preso a él por pasmado de meterse con una menor de edad. (…) En este caso particular siento que nadie es inocente o puritano a los 18 años. Y no es que esté en favor del machismo (…) Pero en fin, siempre la moneda tendrá dos lados, yo me quedo con el lado donde seré responsable de mis actos independientemente si tuve o no educación, si tuve o no oportunidades (…) Hasta los animales cuidan sus propias crías. Me quedo con mi pensamiento retrógrado.”

Estos son apenas dos extractos de una serie de comentarios que aparecieron en mi muro de Facebook después de que publiqué el siguiente post: “Hay que tener poco cerebro para seguir pensando que lo que las mujeres necesitan son penas de 30 y 50 años”. Lo escribí junto a un link en referencia al caso de Sandra, la joven que tuvo un parto prematuro en el baño de un centro escolar público.

Lo que hasta ahora se sabe sobre lo ocurrido es lo siguiente: la estudiante de 18 años tenía seis meses de embarazo, nadie sabía que estaba embarazada, intentó ocultar el nacimiento y dejó a la recién nacida en el baño. La criatura murió, la joven tuvo que ser atendida de emergencia en un hospital y quedó ingresada bajo custodia, sospechosa de haber causado la muerte de su hija.

Sin ni siquiera esperar a tener los resultado de la autopsia, la Fiscalía decidió acusar a Sandra de homicidio y ahora ella enfrenta una posible pena de 30 años de cárcel. Más tarde, Medicina Legal informó de que no había indicios de que Sandra se hubiera provocado un aborto; lo que sí encontró fue señales de una infección vaginal importante, un problema obstétrico, causa probable de su parto prematuro. En la autopsia realizada a la recién nacida tampoco se encontró ninguna prueba de que la adolescente la hubiera matado.

Otra vez una mujer embarazada, en este caso una adolescente, que enfrenta un problema obstétrico no atendido a tiempo y que termina acusada de asesinar al recién nacido. Una vez más la presunción de culpabilidad como dominante, no solo en las acciones de la Fiscalía, sino en buena parte de la opinión pública que no esperó para levantar sus dedos acusadores exigiendo, casi con odio, castigo y cárcel para Sandra por no comportarse como creen que una mujer y madre decente tiene que hacerlo.

Esta historia no debería existir. No debería existir porque pudo haberse prevenido. Tuvo que haberse evitado.

Si nuestro estado cumpliera con su obligación primordial de garantizar a todos, hombres y mujeres salvadoreñas, los derechos fundamentales a una vida digna, a la salud, a la educación, la historia de Sandra sería otra. Y sería otra porque esta joven habría recibido en su escuela educación sexual responsable y médicamente correcta desde temprana edad. Y esto significa reconocer la expresión sexual como un componente clave del desarrollo de los adolescentes, impartir información que aliente a posponer el inicio de la vida sexual hasta ser mayores y promover prácticas seguras entre quienes deciden tener una vida sexual activa.

Desde pequeña, Sandra también habría conocido sus derechos sexuales y reproductivos, así como el derecho a una vida libre de violencia. Habría tenido acceso a servicios médicos e instituciones públicas con la confianza de recibir información y apoyo oportuno para lograr una vida sana y sin eventos —como abusos sexuales o embarazos precoces— que truncaran su desarrollo.

Sin embargo en El Salvador sexo sigue siendo una palabra prohibida, el eterno tabú. Cualquier cosa relacionada con ella se resuelve con el silencio, con el castigo o con ideas de castidad. Y cuando sucesos como el de Sandra ocurren, buena parte de la sociedad se convierte en un orgulloso verdugo; mientras los representante del estado se apresuran a limpiarse de responsabilidades en las mujeres y sus familias, como lo hizo el ministro de Educación, o a acusarlas de homicidas, como lo ha hecho la Fiscalía.

La sexualidad no es solo una cuestión privada, es también un asunto público, de derechos y de salud. De nada sirve que exista una política de salud sexual reproductiva en papel, ni que haya programas aislados que intenten abordar el tema, si el patrón que domina en la esfera política, en el sistema de salud y en el de educación es el de no hablar, o el de reducir la supuesta solución a la castidad hasta el matrimonio. Con estas opciones, alejadas de la realidad, hasta ahora lo que hemos conseguido es ser uno de los mayores productores de madres adolescentes en el mundo.

El informe del UNPFA en 2013 ubicó a El Salvador en el puesto 29 de países con 20% o más de mujeres que dieron a luz antes de los 18 años. Según un reporte de 2009 de la Procuraduría para los Derechos Humanos, en nuestro país seis de cada diez adolescentes ha tenido relaciones sexuales antes de los 19. En 2012, el 23.8% de los partos atendidos fueron de adolescentes. Para 2015 la atención a adolescentes representó el 30,2% del total de controles prenatales. Un poco más del 56% de estos embarazos fueron no deseados y la mayoría producto de la violencia sexual, de acuerdo a un estudio del Banco Mundial.

Hasta ahora los grupos conservadores y contrarios a hablar de derechos sexuales y reproductivos han argumentado que impartir educación sexual sería contraproducente porque alentaría a los jóvenes a tener relaciones sexuales precoces y, por lo tanto, también subiría el número de embarazos no deseados y abortos. Pero los números desmienten estos mitos. Solo es necesario ver los ejemplos de Holanda, Alemania y Suecia. Estos tres países tienen desde hace tiempo programas de educación sexual integral incorporados a los currículum escolares desde tempranas edades. Contrario a lo que nos quieren hacer creer, el resultado ha sido una disminución de los embarazos, de las muertes maternas y de los abortos entre adolescentes, pero también del contagio de enfermedades venéreas y de VIH. Por supuesto, ninguno de estos países ha usado como estrategia la mera criminalización del aborto y la imposición de penas casi perpetuas a las mujeres.

La realidad de tantas niñas, adolescentes y mujeres adultas podría ser diferente en El Salvador… ¿Cuántas Sandras más tienen que existir para que nuestros gobernantes asuman su responsabilidad y actúen? ¿Cuántas tragedias necesitamos para tener una política y programas reales de salud sexual y reproductiva? ¿Cuántas niñas y adolescentes más tienen que ser madres forzadas por no estar informadas sobre su sexualidad y sus derechos? ¿Cuántos bebés no deseados tienen que nacer? ¿Hasta cuándo vamos a seguir culpando y encarcelando a las mujeres? ¿Cuántas vidas más tienen que ser destruidas?

Fuente: http://www.elfaro.net/es/201608/opinion/19126/Educaci%C3%B3n-sexual-versus-pensamientos-retr%C3%B3grados.htm

 Fuente de la Imagen: https://www.google.co.ve/search?q=Educacion+Sexual&biw=1024&bih=485&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=0ahUKEwigrPSE4M7OAhVFJiYKHdJLAfIQ_AUIBigB#imgrc=r3vri-3AhzQvBM%3A

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Senegal: Comunidades más unidas para proteger a las mujeres con discapacidad

Senegal/18 agosto 2016/Autoras:  Camille Roch y Tale Longva/Fuente: Amnistía Internacional

Las sesiones de diálogo sobre derechos humanos con las comunidades locales están encontrando soluciones para poner fin a la doble discriminación que sufren las mujeres que viven con discapacidad física en Senegal.

Una decena de mujeres están sentadas frente a la Asociación Nacional de Personas con Discapacidad Motora de Senegal (ANHMS) en Thies, Senegal, después de una sesión de diálogo sobre la discriminación.

“Cada día encontramos dificultades”
, dice Absa Seye, una joven que ha participado en la sesión. “Las mujeres embarazadas que viven con una discapacidad hacen frente al estigma, y muchas dudan antes de salir de casa durante el embarazo.”

En Senegal, las mujeres que viven con discapacidad se enfrentan a menudo a una doble discriminación, por ser mujer y por su discapacidad. Debido a los prejuicios negativos, corren un riesgo especial de ser estigmatizadas y hacen frente a desventajas desproporcionadas en comparación con el resto de la población.

Las dificultades que comporta su condición física hacen que sean especialmente vulnerables a todas las formas de violencia sexual y de género. En 2014, un estudio de HELITE y Handicap International reveló que el 9,3 por ciento de las mujeres senegalesas que viven con discapacidad denunciaron sexo bajo coacción durante su primera experiencia sexual.

Casi nunca se habla de los derechos sexuales y reproductivos de estas mujeres, como sus necesidades específicas durante el embarazo. El acceso a los servicios de atención de la salud es a menudo complicado, y la falta de personal médico cualificado impide que reciban la atención adaptada que por su condición necesitan.

Para responder a estos desafíos, la ANHMS y Amnistía Internacional Senegal están reuniendo a mujeres con discapacidad física para celebrar sesiones de diálogo con el fin de identificar la discriminación y desarrollar soluciones para abordarla.

Basado en debates participativos en los que intervienen miembros de la comunidad local, este enfoque basado en derechos contribuye a reforzar su conocimiento de los derechos sexuales y reproductivos y a impulsar la participación de las autoridades y los centros de salud en la prevención del trato discriminatorio.

“Estas sesiones ayudan a abordar cuestiones relativas a la accesibilidad a la atención de la salud para las mujeres embarazadas, las dificultades que encuentran en su papel de madres, y cuestiones relacionadas con la sexualidad, que para muchas es algo de lo que nunca hablan”, explica Aminata Dieye, coordinadora de educación en derechos humanos de Amnistía Internacional Senegal.

“He aprendido mucho sobre los derechos sexuales y reproductivos. Gracias a la formación, comprendemos la importancia de asistir a los controles de salud, ya que las mujeres con discapacidad tienen necesidades especiales que deben ser vigiladas durante el embarazo. La formación también fue reveladora en el sentido de que ahora puedo imaginar una vida de mujer casada como cualquier otra mujer”, dice Absa.

Doscientas mujeres han participado en las sesiones de diálogo y actúan como defensoras para informar a otras mujeres en el seno de su comunidad.

“Durante la formación sobre los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres con discapacidad aprendimos algunas cosas que no me gustaría explicar aquí delante de hombres”, dice Absa Seye (en primer plano), haciendo reír a la audiencia. Thies, Senegal, marzo de 2015. © Amnistía International

Llegar a comunidades de todo el país

Partiendo de este enfoque para poner en marcha un cambio de actitud, el proyecto se combina con programas de radio interactivos para llegar a una audiencia más amplia más allá de la región de Thies.

En los programas de radio de una hora de duración en Sud FM y Best FM han intervenido expertos médicos y especialistas de organizaciones internacionales para concienciar sobre los derechos de las mujeres que viven con discapacidad.

Las entrevistas con expertos jurídicos sobre la ratificación por Senegal en 2010 de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad se centró también en el marco jurídico que rodea su derecho a denunciar el clima de discriminación que aún prevalece.

“Este proyecto ha fomentado los conocimientos sobre la situación de las personas que viven con discapacidad, desde la sensibilización que hemos llevado a cabo en el seno de nuestras familias hasta la comunidad en general, a la que se ha llegado a través de los programas de radio. Incluso ha habido personas que me han parado en la calle para decirme que han escuchado el programa de radio y que no eran conscientes de todas las dificultades a las que se enfrentan las personas que viven con discapacidad”, dice Diobe Ndiaye, una joven que participó en la sesión de diálogo.

Los mismos derechos para todas las mujeres

Los esfuerzos sostenidos para proteger los derechos de las mujeres con discapacidad han dado lugar a mejoras. Las reuniones con miembros de la comunidad local y la formación del personal médico han resultado eficientes para difundir información, mejorar la accesibilidad a las instalaciones de atención de la salud y abordar las barreras específicas para la discapacidad.

En el centro maternal de Thies, por ejemplo, pequeñas modificaciones están cambiando las cosas, observa Aby Cisse, que trabaja en la ANHMS. Se ha instalado una nueva rampa para mejorar el acceso, y se ha trasladado la sala de obstetricia a la planta baja para que a las mujeres les resulte más fácil la consulta con el personal.

La mayor visibilidad generada por los programas de radio también ha dado lugar a la distribución de muletas por el socio principal de la asociación, a disposición de las personas de la asociación.

El proyecto liderado por la ANHMS y Amnistía Internacional Senegal se hace eco de la implementación de nuevas medidas sociales en todo el país para apoyar a las personas con discapacidad, como la distribución de la tarjeta de igualdad de oportunidades (carte d’égalité des chances), que da derecho a su titular a ventajas económicas, como la contribución total o parcial al costo de la atención médica que necesite.

Pero todavía queda un largo camino por recorrer para que las mujeres con discapacidad disfruten de los mismos derechos que las demás mujeres.

“Se necesitan nuevas medidas como la carte d’égalité des chances para las personas que viven en la pobreza extrema ya que les permite acceder a atención y servicios médicos. Pero aún queda mucho por hacer en todos los ámbitos para que estas medidas sean plenamente efectivas. Por ejemplo, sensibilizar a los centros de salud para que garanticen que las personas titulares de la tarjeta se benefician realmente de las ventajas a las que tienen derecho.”

En Senegal, la formación de mujeres que viven con discapacidad forma parte del programa Educación – Empoderamiento – Justicia (EEJ), que tiene como objetivo reforzar los derechos humanos y contribuir a una mayor justicia a través de la educación en derechos humanos e iniciativas de empoderamiento, con especial atención a la igualdad de género y los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres y las niñas.

Fuente: https://www.es.amnesty.org/en-que-estamos/blog/historia/articulo/estrechar-los-lazos-entre-las-comunidades-para-proteger-los-derechos-de-las-mujeres-con-discapacidad/

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Colombia: Computadores para Educar incluyó la primera aplicación de educación sexual

América del Sur/Colombia/07 Agosto 2016/Fuente y Autor: Caracol

Desde agosto todas las instituciones educativas de todo el país recibirán preinstalada la aplicación que hace el programa.

Se trata de SexAppRetos, una aplicación desarrollada por Bayer que tras nueve meses del lanzamiento obtuvo la aprobación por parte delMinisterio de Educación para que esta sea incluida como contenido educativo del programa Computadores para Educar. El app llegará a 960.000 adolescentes del país.

En Colombia, las altas tasas de embarazo en adolescentes y deembarazo no planeado, siguen siendo motivo de preocupación y requieren intervención, por eso la importancia de que esta aplicación sea dirigida a adolescentes desde los 14 años de edad y a la población que usa hoy en día las herramientas virtuales y dispositivos móviles como fuente de consulta.

Según Silvia Rey directora médica de Salud Femenina de Bayer, en el mundo más de 41% de los 208 millones de embarazos son no planeados y de ellos, casi la mitad acaban en abortos, de ahí la importancia de promover la educación sexual en todos los rincones del país.

SexAppRetos contiene dos ejes temáticos: Tus derechos (sexuales yreproductivos) y Tus opciones (métodos de planificación), permitiendo que los adolescentes aprendan de forma lúdica sobre sexualidad, sus derechos sexuales y reproductivos.

Con esta aplicación, el Gobierno Nacional promueve de los derechos sexuales, reproductivos y de anticoncepción. En una segunda fase, el Gobierno espera que la aplicación llegue a 2 millones de adolescentes del país.

Fuente de la noticia: http://caracol.com.co/radio/2016/08/05/nacional/1470412214_812201.html

Fuente de la imagen: https://andina.bayer.com/static/media/images/news/LogoSexappretosBayerCol2015.jpg

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Senegal: Estrechar los lazos entre las comunidades para proteger los derechos de las mujeres con discapacidad.

www.amnesty.org/03-08-2016/Por:  Camille Roch, Tale Longva

Las sesiones de diálogo sobre derechos humanos con las comunidades locales están encontrando soluciones para poner fin a la doble discriminación que sufren las mujeres que viven con discapacidad física en Senegal.

Una decena de mujeres están sentadas frente a la Asociación Nacional de Personas con Discapacidad Motora de Senegal (ANHMS) en Thies, Senegal, después de una sesión de diálogo sobre la discriminación.

“Cada día encontramos dificultades”, dice Absa Seye, una joven que ha participado en la sesión. “Las mujeres embarazadas que viven con una discapacidad hacen frente al estigma, y muchas dudan antes de salir de casa durante el embarazo.”

En Senegal, las mujeres que viven con discapacidad se enfrentan a menudo a una doble discriminación, por ser mujer y por su discapacidad. Debido a los prejuicios negativos, corren un riesgo especial de ser estigmatizadas y hacen frente a desventajas desproporcionadas en comparación con el resto de la población.

Las dificultades que comporta su condición física hacen que sean especialmente vulnerables a todas las formas de violencia sexual y de género. En 2014, un estudio de HELITE y Handicap International reveló que el 9,3 por ciento de las mujeres senegalesas que viven con discapacidad denunciaron sexo bajo coacción durante su primera experiencia sexual.

Casi nunca se habla de los derechos sexuales y reproductivos de estas mujeres, como sus necesidades específicas durante el embarazo. El acceso a los servicios de atención de la salud es a menudo complicado, y la falta de personal médico cualificado impide que reciban la atención adaptada que por su condición necesitan.

Las mujeres embarazadas que viven con una discapacidad hacen frente al estigma, y muchas dudan antes de salir de casa durante el embarazo.
Absa Seye, que participó en la sesión de diálogo sobre derechos humanos

Para responder a estos desafíos, la ANHMS y Amnistía Internacional Senegal están reuniendo a mujeres con discapacidad física para celebrar sesiones de diálogo con el fin de identificar la discriminación y desarrollar soluciones para abordarla.

Basado en debates participativos en los que intervienen miembros de la comunidad local, este enfoque basado en derechos contribuye a reforzar su conocimiento de los derechos sexuales y reproductivos y a impulsar la participación de las autoridades y los centros de salud en la prevención del trato discriminatorio.

“Estas sesiones ayudan a abordar cuestiones relativas a la accesibilidad a la atención de la salud para las mujeres embarazadas, las dificultades que encuentran en su papel de madres, y cuestiones relacionadas con la sexualidad, que para muchas es algo de lo que nunca hablan”, explica Aminata Dieye, coordinadora de educación en derechos humanos de Amnistía Internacional Senegal.

“He aprendido mucho sobre los derechos sexuales y reproductivos. Gracias a la formación, comprendemos la importancia de asistir a los controles de salud, ya que las mujeres con discapacidad tienen necesidades especiales que deben ser vigiladas durante el embarazo. La formación también fue reveladora en el sentido de que ahora puedo imaginar una vida de mujer casada como cualquier otra mujer”, dice Absa.

Doscientas mujeres han participado en las sesiones de diálogo y actúan como defensoras para informar a otras mujeres en el seno de su comunidad.

“Durante la formación sobre los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres con discapacidad aprendimos algunas cosas que no me gustaría explicar aquí delante de hombres”, dice Absa Seye (en primer plano), haciendo reír a la audiencia. Thies, Senegal, marzo de 2015. © Amnesty International

Llegar a comunidades de todo el país

Partiendo de este enfoque para poner en marcha un cambio de actitud, el proyecto se combina con programas de radio interactivos para llegar a una audiencia más amplia más allá de la región de Thies.

En los programas de radio de una hora de duración en Sud FM y Best FM han intervenido expertos médicos y especialistas de organizaciones internacionales para concienciar sobre los derechos de las mujeres que viven con discapacidad.

Las entrevistas con expertos jurídicos sobre la ratificación por Senegal en 2010 de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad se centró también en el marco jurídico que rodea su derecho a denunciar el clima de discriminación que aún prevalece.

“Este proyecto ha fomentado los conocimientos sobre la situación de las personas que viven con discapacidad, desde la sensibilización que hemos llevado a cabo en el seno de nuestras familias hasta la comunidad en general, a la que se ha llegado a través de los programas de radio. Incluso ha habido personas que me han parado en la calle para decirme que han escuchado el programa de radio y que no eran conscientes de todas las dificultades a las que se enfrentan las personas que viven con discapacidad”, dice Diobe Ndiaye, una joven que participó en la sesión de diálogo.

Los mismos derechos para todas las mujeres

Los esfuerzos sostenidos para proteger los derechos de las mujeres con discapacidad han dado lugar a mejoras. Las reuniones con miembros de la comunidad local y la formación del personal médico han resultado eficientes para difundir información, mejorar la accesibilidad a las instalaciones de atención de la salud y abordar las barreras específicas para la discapacidad.

En el centro maternal de Thies, por ejemplo, pequeñas modificaciones están cambiando las cosas, observa Aby Cisse, que trabaja en la ANHMS. Se ha instalado una nueva rampa para mejorar el acceso, y se ha trasladado la sala de obstetricia a la planta baja para que a las mujeres les resulte más fácil la consulta con el personal.

La mayor visibilidad generada por los programas de radio también ha dado lugar a la distribución de muletas por el socio principal de la asociación, a disposición de las personas de la asociación.

El proyecto liderado por la ANHMS y Amnistía Internacional Senegal se hace eco de la implementación de nuevas medidas sociales en todo el país para apoyar a las personas con discapacidad, como la distribución de la tarjeta de igualdad de oportunidades (carte d’égalité des chances), que da derecho a su titular a ventajas económicas, como la contribución total o parcial al costo de la atención médica que necesite.

Pero todavía queda un largo camino por recorrer para que las mujeres con discapacidad disfruten de los mismos derechos que las demás mujeres.

“Se necesitan nuevas medidas como la carte d’égalité des chances para las personas que viven en la pobreza extrema ya que les permite acceder a atención y servicios médicos. Pero aún queda mucho por hacer en todos los ámbitos para que estas medidas sean plenamente efectivas. Por ejemplo, sensibilizar a los centros de salud para que garanticen que las personas titulares de la tarjeta se benefician realmente de las ventajas a las que tienen derecho.”

“Este proyecto también está creciendo, y es importante hacer participar a personas jóvenes y organizar sesiones de diálogo con asociaciones juveniles, para prevenir la discriminación y cambiar las mentalidades”,dice Aminata Dieye.

En Senegal, la formación de mujeres que viven con discapacidad forma parte del programa Educación – Empoderamiento – Justicia (EEJ), que tiene como objetivo reforzar los derechos humanos y contribuir a una mayor justicia a través de la educación en derechos humanos e iniciativas de empoderamiento, con especial atención a la igualdad de género y los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres y las niñas.

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