Nicaragua: Docentes se gradúan en Curso de Formación Pedagógica y Científica

Docentes se gradúan en Curso de Formación Pedagógica y Científica

Desde el histórico auditorio Fernando Gordillo de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN- Managua), los docentes recibieron certificados que los acredita en competencias en Formación Pedagógica y Científica.

Lilliam Herrera, Ministra de Educación, calificó como una victoria más de los docentes, estudiantes y familias, la graduación de más de 800 educadores, lo que apunta hacia la calidad con el fortalecimiento de las capacidades.

La ministra, afirmó que esta formación permite el desarrollo del ser humano, que es el propósito de la Educación.

Milton Ordoñez, asesor pedagógico de Chinandega, señaló que el curso fue un aprendizaje nuevo para poner en práctica en las aulas de clases y de esta manera fortalecer las capacidades.

Por su parte Ramona Rodríguez, presidenta del Consejo Nacional de Universidades (CNU) y Rectora del UNAN- Managua, explicó este logro se da, porque en Nicaragua se ha venido consolidando el trabajo conjunto entre los subsistemas educativos.

Apuntó, que siempre se busca como fortalecer las competencias docentes y procesos educativos que permitirán una educación de calidad y calidez.

Agregó, que los asesores pedagógicos en los territorios ahora tendrán mejores herramientas para el acompañamiento en las asignaturas de Ciencias Naturales, Sociales, Física y Aprender Emprender y Prosperar.

Fuente de la Información: https://www.mined.gob.ni/docentes-se-graduan-en-curso-de-formacion-pedagogica-y-cientifica/

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Colombia: Jardines infantiles, un sector lleno de informalidad

América del sur/Colombia/10 Mayo 2018/Fuente: Semana

Pese a su importancia, los jardines infantiles cuentan con poca reglamentación nacional, cada secretaría de educación decide cómo debe ser su funcionamiento. Semana Educación y Revista Dinero explican cuál es la realidad que define su funcionamiento.

Jardines infantiles, sin Dios ni ley

Las trasformaciones sociales que ha experimentado Colombia en las últimas décadas, con más mujeres en el mercado laboral, han llevado a nueva valoración de la primera infancia. Esta etapa de la vida se considera hoy uno de los momentos más importantes en el desarrollo del ser humano, lo que a su vez, ha convertido a los jardines infantiles en espacios claves para la sociedad.

Sin embargo, Colombia no cuenta con una legislación que regule formalmente los jardines, aunque el Plan Nacional de Desarrollo lo establece como prioritario.

En el Ministerio de Educación están trabajando en dicha reglamentación, pero esta iniciativa aún no tiene fecha final, lo que hace que no existan herramientas para hacer seguimiento y control de la educación inicial, en particular, de la prestada por el sector privado. La meta es ordenar este sector para asegurar su calidad.

Aprendizaje por años: lo que un niño debería saber/aprender entre 1 y 6 años

0-1 año: caminar, responder a instrucciones, primeras palabras y gestos para poder comunicarse.

2-3 años: desarrollo psicomotriz; construcción de las primeras frases; nociones simples de escritura y matemáticas; interacción con su contexto y el resto de niños; iniciación a la literatura.

4-5 años: entendimiento y desarrollo de valores como la dignidad y la empatía; expresión correcta y con fluidez; capacidad de diferenciar y clasificar objetos, colores y situaciones.

5-6 años: desarrollo comunicativo significativo, lectura comprensiva y dominio de la escritura; establecimiento de relaciones significativas; coordinación y control del movimiento; apreciación de la belleza y la sensibilidad.

Fuente: https://www.semana.com/educacion/articulo/jardines-infantiles-sin-dios-ni-ley/566366

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España Méndez de Vigo: Tenemos que hacer lo posible por desarrollar y descubrir el talento de nuestros estudiantes

España/Noviembre de 2016/Fuente: MECD

El ministro de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo, ha participado esta tarde en el Consejo de Ministros de Educación de la Unión Europea que se ha celebrado en Bruselas.

Durante su intervención, Méndez de Vigo ha resaltado que todos los Ministros de Educación “somos responsables de poner en marcha políticas para descubrir y desarrollar el talento de nuestros estudiantes” y ha puesto como objetivo de esta iniciativa “permitirles alcanzar su pleno desarrollo personal y profesional”.

Méndez de Vigo ha destacado la necesidad de “identificar el talento como primer paso para que los jóvenes puedan desarrollarlo”.

Por ello ha pedido al resto de Ministros de Educación de la Unión Europea que “garanticen que nuestras reformas educativas incluyan medidas que les permitan adquirir y expresar sus diferentes talentos, así como alcanzar su pleno desarrollo personal y profesional”.

Méndez de Vigo ha recordado que “la Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa contiene expresamente un apartado dedicado al talento cuando afirma que “Todos los alumnos y alumnas tienen un sueño, todas las personas jóvenes tienen talento”.

En este sentido, ha recordado que el Ministerio está elaborando un Plan de Mejora de la Educación que incorpora la Neuropsicología en los centros educativos. El Plan establece ocho ámbitos de actuación, a desarrollar en tres años, comenzando por la atención a alumnos con dificultades de aprendizaje; alumnos con Talento y Altas Capacidades; y la aplicación de la neurotecnología para todos (nuevas metodologías y estrategias de aprendizaje basadas en las TIC).

La formación del alumno como prevención de la radicalización

El ministro de Educación, Cultura y Deporte ha vuelto a insistir en la importancia de dar un “enfoque inclusivo a la educación”, de tal manera –ha asegurado- “que podamos afrontar el radicalismo violento a través de la educación”.

Por ello, se ha felicitado porque la Comisión Europea y los Estados miembros hayan acogido la propuesta española de incluir aspectos sobre valores y cultura europeos de manera transversal en los currículos de las asignaturas. Una propuesta que Íñigo Méndez de Vigo hizo en el Consejo de Ministros de Educación de la Unión Europea el pasado mes de noviembre de 2015.

En este sentido, Méndez de Vigo les ha recordado a sus homólogos europeos “la necesidad de incluir refuerzos curriculares en el área de geografía e historia para fomentar los valores y la cultura europeos, haciendo de Europa un espacio común de convivencia y trasladando así un mensaje positivo de integración y tolerancia”.

“En esa formación integral del alumno, es fundamental asegurar la adquisición de competencias sociales, cívicas e interculturales, imprescindibles para prevenir la violencia y el radicalismo desde la infancia”, ha dicho.

Méndez de Vigo ha subrayado que su Departamento ha finalizado la redacción del “Plan Estratégico de Convivencia Escolar”, que ha sido elaborado en colaboración con las Comunidades Autónomas y las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. Para ello, se ha formado un Grupo Técnico en el que también participan otros organismos gubernamentales como el Observatorio del Racismo, la Xenofobia y otras formas de intolerancia (OBERAXE, Ministerio de Empleo y Seguridad Social) y el Instituto de la Mujer y para la Igualdad de Oportunidades (IMIO, Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad).

Tarjeta europea del estudiante

La delegación francesa ha solicitado la creación de una “tarjeta para estudiantes”, un proyecto piloto que está desarrollando con Italia.

Una tarjeta europea de estudiantes permitiría el reconocimiento inmediato de su identidad como tales, de conformidad con los procedimientos específicos de cada país, fortaleciendo el Espacio Europeo de Educación Superior, y facilitando su movilidad en todas sus formas.

Ante esta iniciativa francesa, el ministro de Educación, Cultura y Deporte ha apoyado la idea considerando que, de este modo, “se facilitaría la movilidad de los jóvenes por Europa y trasladaría el mensaje de construcción de un espacio común”.

“Sería una manera de reconocer un conjunto de servicios y derechos de utilidad para los estudiantes provenientes de otros Estados miembros”, ha dicho.

Fuente: http://www.mecd.gob.es/prensa-mecd/actualidad/2016/11/20161121-bruselas.html

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Escuela y entorno

Por: Jose Javier Leon 

¿Alguien interpelado a quemarropa pondría en duda que la escuela prepara a los estudiantes para –comprender- la realidad? No obstante, ¿es lo que verdaderamente ocurre? La escuela devino espacio abstraído de la realidad y en su interior el flujo del entorno se interrumpe. La diversidad del mundo –al interior de la escuela- deja de manifestarse en su totalidad incomprendida. Podemos deducir con alguna certeza: la escuela es una cosa, la realidad otra. En algunos momentos se ofrecerá incluso como un oasis, suerte de isla –valga el pleonasmo- rodeada de realidad por todas partes.

El tiempo escolar tiene un ritmo controlado, mensurable, conocido y manejado por todos los actores. Un tiempo interno. El afuera tiene el suyo y responde a las más variadas y diversas dinámicas. La escuela por cierto, ha uniformado y homologado sus ritmos –los ha racionalizado- sin atender a dicha diversidad. En mi país, como creo ocurre en todos, las escuelas abren y cierran al unísono y es uno solo y unánime el rumor de los libros de texto y los cuadernos.

Se dirá que está bien así porque los padres, mientras los niños están en la escuela, “trabajan”. Hay pues, una división organizada del tiempo según roles y responsabilidades. No obstante, lo que seguro fue en su momento un mecanismo de relojería social, cuando la escuela era un espejo del afuera –si en algún momento lo fue- se encuentra hoy cuestionado: la escuela es un espacio-tiempo abstracto, cuya naturaleza permanece incomunicada con el entorno, sus muros son opacos y en modo alguno transparentes. Se habla dentro un lenguaje desconocido. Aunque la situación más desgarradora es, creo, que desde afuera percibimos que la escuela ya no habla el idioma que hablamos, que se distancia de nosotros como de un mundo a otro.

¿Cuándo comenzó a perturbarnos el desfase? ¿Cuándo la distancia se interpuso y trastocó nuestra manera de seguir siendo docentes? ¿Cuándo las preguntas sobre el entorno se hicieron acuciantes?

En un momento sentimos que nuestros estudiantes, al salir de la escuela (y por extensión de la educación Media y Universitaria) no encuentran cabida en una sociedad transformada, con renovadas exigencias y cuyas claves para su comprensión no las reciben dentro sino precisamente en ese afuera competitivo, duro con los débiles y los excluidos.

De pronto el entorno laboral se encontró distante de la escuela y hacía sus propias exigencias. Proliferaron los cursos, los institutos tecnológicos para los gustos y el regusto del mercado, los estudios de actualización, las prácticas que en semanas incluso días preparan al nuevo trabajador en tareas que una serie de botones programados traducen a un lenguaje opaco pero amable, familiar pero desconocido. Es como si la esfera del trabajo se hubiera deprendido y alejado de la racionalidad de la formación escolar para crear un mundo aparte con sus propios lenguajes.

Esta desconexión llegó a la escuela convertida en desánimo, en descreimiento, en desesperanza. Estudiar dejó en muchos casos de tener sentido, pues ya no los prepara –sienten de manera confusa nuestros estudiantes- para enfrentar los retos de un futuro que perciben cada vez más avasallante. Es como si el mismo futuro ya no se debatiera al interior de la escuela sino como drama disfuncional.

¿Cómo responder a las exigencias que nos reclama esta realidad? ¿Qué sociedad nos impele a actuar y en qué dirección? Pienso que el desfase se corrige con más escuela, que debemos construir lenguajes –en la escuela- que dialoguen con el afuera. Creo que debemos tomar mayor conciencia sobre este afuera y acaso preguntarnos: ¿qué afuera en definitiva, queremos?

Hay una realidad externa a la escuela que acumula datos para su destitución de la organización de la sociedad al menos como la hemos conocido. Que busca desbancarla y le propone a padres y madres un sucedáneo: mero control social por educación. Hago la distinción porque soy de los que cree que la escuela es fundamental para la construcción no sólo de ciudadanía sino de la propia humanidad, vale decir, somos humanos y en la escuela hemos de construir juntos el mundo.

Pero la realidad hoy, insisto, se ha alejado de la escuela en la misma medida en que hay un orden de cosas que niega la humanidad, la vida, la solidaridad, la cooperación. La escuela por tanto, que nos toca rehacer, debe dialogar con el mundo en tanto lugar para la vida. Reivindico entonces el lugar central de la escuela como núcleo para la formación de la realidad emergente.

El desfase que hoy sentimos no podemos corregirlo asistiendo desde la escuela de manera pasiva a un mundo que niega la vida y se autodestruye. Desde la escuela debemos crear las condiciones para el ejercicio –para el hacer- de otro mundo posible. Formar a los ciudadanos para el trabajo que la vida en tanto vida requiere, en el que recuperamos la condición humana: no ciudadanos disminuidos en sus derechos para un mercado recrecido y voraz, sino ciudadanos con plena garantía de sus deberes y derechos y que se encuentran en el mercado recuperado como lugar para el intercambio y el crecimiento en comunidad.

La escuela debe ser un espacio-tiempo donde la realidad de la sociedad pueda ser pensada y discutida, y por tanto que permita y facilite el diálogo con el entorno. Debe ser un lugar para el encuentro de saberes y pareceres. No solución de continuidad sino la continuidad misma. Las palabras que comunican con el afuera deben fluir, de modo que el afuera deje de tener sentido como exterioridad.

Pero el afuera debe tender hacia lo humano, hacia la creación de relaciones económicas, sociales, culturales, que hagan posible la vida digna, y ello sólo será posible –pienso- si permitimos que la escuela tome las riendas del hacer, si convertimos la escuela en un espacio para la construcción de ciudadanía.

En verdad, son dos nociones de escuela las que enfrento. Una que se pliega a los dictados de una realidad que termina negando a la escuela, a sus docentes y finalmente a sus estudiantes; otra, que entiende su centralidad, su importancia a la hora de construir lo verdaderamente humano, la vida en sociedad para la vida y no para la muerte. Una escuela que se ofrece para servir de puente, sin muros y que entremezcla los discursos de la realidad con los aportes nacidos de la reflexión y la acción. La escuela laboratorio de lo real, lugar para experimentar la transformación. La escuela espejo de lo posible. La escuela semilla, cantero y árbol.

Creo en la escuela como posibilidad de lo humano. La escuela debe incidir en su entorno, construirlo con sus propias palabras y no permitir que sea este y su desprecio creciente por el diálogo, el que termine ocupando y de alguna manera aplastando a la escuela, reduciéndola a mero remedo de sus formas deshumanizadoras.

Para decirlo con los redactores del prólogo al libro Sociedad de la información y educación, coordinado por Florentino Blázquez Entonado :

“La clave de la sociedad actual es, de uno u otro modo, la capacidad de procesar la ingente cantidad de información de que disponemos, gracias al desarrollo de las nuevas tecnologías, transformándola en el conocimiento necesario para cambiar nuestro entorno, en la búsqueda de una mayor libertad, igualdad y solidaridad entre los seres humanos, en un mundo que está rompiendo los moldes acuñados en el siglo XX, al haberse mostrado incapaces de resolver el hambre, la guerra, la ignorancia, el racismo, la xenofobia y otros tantos defectos que, en lugar de disminuir con el progreso del ser humano, se acrecientan y hacen más profunda la distancia, a pesar de acercarnos a un mundo sin fronteras.”

Editado por la JUNTA DE EXTREMADURA, Consejería de Educación, Ciencia y Tecnología, Dirección General de Ordenación, Renovación y Centros, Mérida, 2001. Consultado en: http://www.ub.edu/prometheus21/articulos/obsciberprome/blanquez.pdf
Fuente: http://www.oei.es/divulgacioncientifica/?Escuela-y-entorno
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