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Sierra Leona: El gobierno refuerza la política discriminatoria de excluir de la escuela a las niñas embarazadas, lo que amenaza el derecho de cientos de ellas a la educación

En respuesta a la noticia de que las autoridades de Sierra Leona están reforzando su postura de que las niñas embarazadas no pueden asistir a la escuela antes de dar a luz, Marta Colomer, encargada de campañas sénior de Amnistía Internacional para África Occidental, ha declarado:

“Sierra Leona es un país con un elevado índice de embarazo adolescente. Sin embargo, en lugar de dar una educación sexual clara en las escuelas y erradicar de manera efectiva la violencia contra las mujeres y las niñas, las autoridades sierraleonenses están castigando a centenares de niñas embarazadas negándoles la educación”.

«La reiterada negativa del gobierno a dejar que las niñas embarazadas asistan a la escuela afianza la desigualdad de género y la discriminación. En lugar de empoderar a estas niñas, la política gubernamental amenaza con avergonzarlas y culparlas»

“Las autoridades deben levantar de inmediato esta prohibición, de acuerdo con las obligaciones en materia de derechos humanos contraídas por Sierra Leona, y deben permitir que las niñas embarazadas disfruten plenamente de su derecho a la educación.”

Información complementaria

Ayer, el Ministerio de Educación Básica y Secundaria emitió una declaración en la que aclaraba la asistencia de las niñas embarazadas a la escuela. Según la declaración, ahora las niñas embarazadas pueden presentarse a exámenes pero siguen sin poder asistir a la escuela.

Al mantener esta retrógrada postura, el gobierno utilizó un lenguaje sumamente peyorativo y estereotipado, y declaró que las niñas embarazadas debían “permanecer apartadas de la escolarización durante el embarazo debido a su incapacidad de aprender de manera efectiva […]” y que “se consideraba de forma generalizada que las niñas embarazadas tienen el potencial de influir negativamente en sus compañeras para que sean sexualmente activas y se queden embarazadas”. Sin embargo, el gobierno no ofreció datos concretos que respaldaran estas acusaciones engañosas y nocivas.

En Junio de 2019, Amnistía Internacional se unió a una causa judicial entablada por dos organizaciones no gubernamentales -Igualdad Ya y WAVES- para rebatir la prohibición impuesta por el gobierno de Sierra Leona de que las niñas embarazadas asistan  a las escuelas públicas y se presenten a exámenes. La causa está pendiente ante el Tribunal de Justicia de la CEDEAO.

Fuente de la Información: https://www.amnesty.org/es/latest/news/2019/10/sierra-leone-government-reinforces-discriminatory-policy-of-excluding-pregnant-girls/

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España: Las científicas sienten más la brecha de género que sus compañeros

Europa/España/29-09-2019/Autor: Nuño Domínguez/Fuente: elpais.com

Por: Nuño Domínguez

Una encuesta entre 1.200 investigadores de 63 instituciones muestra la diferente percepción de las desigualdades entre sexos.

En España existe desigualdad de género en el ámbito científico, especialmente en el reparto de los cargos más altos, pero hasta ahora casi no se había explorado cómo perciben ese problema los miembros de la comunidad científica.

Hoy se han publicado los datos de una encuesta que explora este asunto entre 1.295 científicos de 63 centros de investigación y universidades públicas y privadas de España. El 64% de los encuestados eran mujeres y el 36% hombres. En la encuesta participaron miembros de la mayoría de escalas académicas.

La conclusión general es que las científicas sienten una mayor desigualdad entre sexos en su ambiente de trabajo que los científicos. Por ejemplo, el 46% de las encuestadas afirma que ser mujer las perjudica en su carrera, mientras solo el 10% de los hombres piensa igual. El 79% de los hombres piensa que hay igualdad de trato entre sexos en sus departamentos, mientras que entre mujeres la proporción es menor (55%). El 70% de las féminas cree que las mujeres no ocupan suficientes puestos de liderazgo en España, mientras que entre los hombres el porcentaje es del 53%. Esa percepción se reduce al 47% de las mujeres y el 35% de hombres cuando se les pregunta por su propio departamento.

Más de la mitad de los encuestados cree que sus departamentos no están comprometidos con la igualdad de género.

En las universidades españolas, solo el 21% de los puestos de mayor responsabilidad científica los ocupan mujeres, según el último informe Científicas en cifras publicados por el Ministerio de Ciencia e Innovación.

«No existe a día de hoy ninguna encuesta sobre cómo mujeres y hombre perciben el problema de la igualdad», ha resaltado María Jiménez, coordinadora del estudio, que se ha presentado esta mañana en Madrid. El trabajo lo ha realizado la Sociedad de Científicos Españoles en el Reino Unido (CERU) con la colaboración de la Fundación Cotec para la innovación. La iniciativa se inspira en una similar que se realiza en Reino Unido impulsado por la Royal Society y otras sociedades científicas.

La encuesta muestra que solo el 26% de las mujeres creen que los hombres vean a las mujeres como buenas líderes en investigación, mientras es el 61% de los varones el que lo piensa. No todas las cifras del informe son negativas. Por ejemplo, la mayoría de mujeres (61%) no percibe un trato desfavorable por su sexo, pero esa proporción es menor que la de hombres que sienten lo mismo (83%). Seis de cada 10 mujeres creen que las tareas que se asocian a un mayor prestigio profesional se reparten de la misma manera entre mujeres y hombres. Los hombres que piensan igual son más: ocho de cada 10. Más de la mitad de los encuestados de ambos sexos cree que los departamentos no están tomando medidas suficientes para combatir la desigualdad de género.

Según el estudio, las bajas por maternidad son un «claro medidor de desigualdad entre mujeres y hombres en el sector de la investigación». El 52% de las encuestadas tuvo una baja por maternidad, mientras solo el 27% de los varones la disfrutó de paternidad. El 60% de las féminas cree que irse de baja maternal tiene efectos negativos en su carrera. El 33% de los hombres piensa lo mismo.

La semana pasada, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), el mayor organismo público de investigación del país, inició una encuesta entre sus 11.000 empleados sobre otro asunto, el acoso sexual. El Gobierno está diseñando además una encuesta y un estudio sobre las condiciones de igualdad de género y la inclusión del colectivo LGTBI en todos los Organismos Públicos de Investigación, según ha informado a este diario un portavoz del Ministerio de Ciencia. El estudio se publicará en el primer trimestre de 2020. Este departamento anunció la semana pasada que el recientemente creado Observatorio Mujeres, Ciencia e Innovación para la igualdad de género en el Sistema Español de Ciencia está preparando otro informe sobre desigualdad de género en innovación y emprendimiento.
Fuente e imagen: https://elpais.com/elpais/2019/09/20/ciencia/1568995364_875166.html
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La cuota y la crítica: sobre la mirada masculina en el mundo literario

Por: Mario Granda Rangel

El medio literario latinoamericano aún no reconoce a las escritoras por aquello que deben ser realmente reconocidas, esto es, la literatura.

En una reciente columna publicada en el diario español El País, la escritora nicaragüense Gioconda Belli expresó su desacuerdo con la tan extendida idea de las cuotas para mujeres. Su posición surgió a partir del debate que desató la mesa inaugural de la última Feria Internacional del Libro de Lima, que solo estuvo compuesta por hombres. Como se recuerda, muchas escritoras e intelectuales reclamaron la falta de representación femenina en el evento literario más importante de la ciudad. Para Belli, sin embargo, es un error que el feminismo concentre sus críticas en este aspecto: “Me opongo a la idea de cuotas. Me parecen un precedente funesto que nos dejarán para siempre en el limbo de no saber por qué se nos toma en cuenta”. 

Me parece importante detenernos en esta última observación, pues advierte el peligro que significa convertir una acción en un mero gesto protocolar. Con el paso del tiempo, las organizaciones aprenderán a “resolver” la situación de la desigualdad de género (esto es, cumpliendo con la cuota requerida) y no colaborarán con el verdadero cambio. En este sentido, las declaraciones de la autora tienen como primer destinatario a las propias feministas. Lo que quiere decir, en otras palabras, es que hay que apuntar hacia otra dirección. La igualdad de género no se reduce a pretender que en un panel de expositores o en un gabinete ministerial haya un mismo número de hombres y mujeres. Estos “espacios seguros” que garantizan la presencia de las mujeres son en realidad engañosos, pues en vez de visibilizar el problema, lo ocultan.

En realidad, la columna de Belli, titulada “La pluma femenina reclama su importancia”, está dirigida a ese mundo literario que aún se encuentra dominado por la mirada masculina y no reconoce a las mujeres por aquello que deben ser realmente reconocidas, esto es, la literatura. En este mundo, señala, las mujeres suelen ser relevantes cuando son populares, jóvenes y bonitas, o porque han ganado un lugar como columnistas o editoras. La máxima expresión de esta actitud se encuentra también en lo exigentes que se vuelven los escritores cuando se trata de juzgar literariamente una obra escrita por una mujer. Un pedido que, por supuesto, no se observa cuando se juzga una obra de un hombre: “Cantidad de hombres celebrados actualmente escriben literatura light, novelas románticas, eróticas o pueblerinas, narco novelas intrascendentes o tomos impenetrables, sin que les haga mella”. A las mujeres, en cambio, se les somete a los más rigurosos exámenes de una “calidad literaria” que nunca ha sido explicada con claridad. “El ojo crítico leve que usan para sus congéneres se transforma en implacable cuando se trata de la obra de una mujer”.

La advertencia de Gioconda Belli (una reconocida feminista a nivel latinoamericano que participó en esta última FIL) es una seria llamada de atención al juicio crítico de la hegemonía masculina. En estos nuevos escenarios, es necesaria una crítica literaria libre de los prejuicios mencionados y, sobre todo, mucho más creativa. Esto es lo que nos llevará a una paridad de género auténtica y, por lo tanto, a una imaginación literaria más arriesgada y más potente. 

Fuente: https://rpp.pe/columnistas/mariocarlosgrandarangel/la-cuota-y-la-critica-sobre-la-mirada-masculina-en-el-mundo-literario-noticia-1213578

 

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No tenemos más remedio

Por: Elena Simón

La cultura de la violación no apela al deseo sexual masculino irresistible, sino que engarza con las relaciones desiguales de poder entre los sexos. Y ello no está erradicado, ni mucho menos.

Estamos en verano y eso significa sobre todo y en España FIESTA: fiestas locales y patronales, playeras, discotequeras, conmemorativas, conciertos, concentraciones humanas en las calles, etc. Fiestas de cuerpo, de música, de pérdida de mesura y de conciencia, a veces.

Nos acabamos de dar cuenta de que la cultura de la violación como fiesta masculina está instalada con «normalidad» en todas partes y es posible que algunos chicos extranjeros vengan aquí de vacaciones atraídos por estas fiestas veraniegas que, además de ser muy divertidas, son también permisivas respecto a los actos de violación contra las que viven y hacen fiesta aquí, en cualquier pueblo o ciudad, en cualquier calle o plaza.

Estamos en julio y recordamos qué pasó en Sanfermines hace tres años, pero no debemos olvidar que después de tres años de injusticia, por fin tenemos una sentencia que califica de horrendo el acto de violación colectiva intencionada, no de banal, divertido o inconsciente.

Como vivimos desde siempre en una cultura de la violación, donde los hombres se pueden permitir sentir deseo indiscriminado por cualquier cuerpo sexuado de cualquier mujer y ejecutarlo en solitario o en grupo, con o sin testigos presenciales; los hombres, hasta ahora, creían que eso era un simple ataque contra el honor (de las mujeres siempre estuvo en entredicho) y no un atentado contra las personas y su libertad sexual. Como los chicos siguen creciendo y viendo escenas sexuales violentas normalizadas, lo que quieren es repetirlas, pensando que las víctimas de su crimen no sienten ni sufren ni padecen, no sólo asco y dolor físico, sino consecuencias psicológicas y confusión mental, que arrastran durante buena parte de sus vidas, ante la permanente duda de si, en último extremo, consintieron.

El asunto de la violación es cosa de hombres y son ellos los que han de posicionarse claramente en contra, colectivamente y con toda clase de instrumentos a su alcance: manifiestos, libros, artículos, audiovisuales, publicidad, acciones colectivas visibles y hasta simples conversaciones entre amigos, conocidos o familiares.

Es cierto que muchos hoy día no son sujetos activos de violaciones, pero muchos más son sujetos pasivos y cómplices: no se pronuncian, no reaccionan, no hacen ni dicen, miran para otro lado o, incluso, sospechan de la palabra denunciante de las mujeres víctimas.

La verdad es que hay que romper drásticamante una acción patriarcal que tenía patente de corso: en las familias, en el vecindario, en los entornos ciudadanos o familiares y profesionales, en los gimnasios, en las playas.

Que las mujeres hayan adoptado formas de estar, vestirse y presentarse atrevidas y, en otros tiempos llamadas “descaradas”, no quiere decir en absoluto que vayan anunciando jornada de puertas abiertas por doquier. La mayoría de las jóvenes adoptan una estética de desnudez que, al ser tan generalizada, no habla de ninguna actitud sexualmente provocadora, sino de una moda para el verano.

Y otra cosa es que tenemos que conseguir desterrar esa idea masculina y aceptada socialmente de que el sexo “un poquito” forzado tiene más gracia y procura más placer. Las adolescentes y las jóvenes son objeto de deseo masculino, sin discusión, pero también lo son mujeres de otras edades, por el mero hecho de ser mujeres. Y, por ello, los chicos y los niños tienen que aprender que sus iguales, las chicas y las niñas, tienen unos genitales penetrables por los genitales penetradores, que son gobernados por ellas mismas.

La cultura de la violación no apela al deseo sexual masculino irresistible, sino que engarza con las relaciones desiguales de poder entre los sexos. Y ello no está erradicado, ni mucho menos.

Mientras tanto, vamos poniendo parches, inundando nuestras fiestas de puntos violeta y whatsapps de ayuda, poniendo carteles y logos y apelando a la solidaridad ciudadana para parar estos actos criminales, para crear conciencia.

¿Podemos hacer algo más al respecto?

Ir arrinconando, denunciando y condenando la frivolización de las violaciones, aislar a los sujetos, afear esas conductas, contrarrestar la única visión pornográfica que se divulga: mujeres sometidas a todo tipo de penetraciones y vejaciones, fingiendo deseo y placer.

Es verano, hay muchas fiestas, la gente sale y entra, se mueve por lugares sin normas y -yo diría- sin derechos, todo vale.

NO TENEMOS MÁS REMEDIO que empezar a actuar desde la justicia y el buen trato. Los hombres no tienen una condición humana superior que los convierta en impunes.

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/blog/2019/07/15/no-tenemos-mas-remedio/

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Desigualdad de género en la educación: ¿Cuánto ha avanzado Perú y México en reducir la brecha?

Por: rpp.pe.

 

Silvia Giorguli, presidenta de El Colegio de México(Colmex), informó que en las últimas décadas se han evidenciado cambios positivos para reducir la desigualdad entre hombres y mujeres en la educación, pero pese a ello sigue siendo un campo en construcción.

“Hace 20 o 30 años el acceso a la educación universitaria en México era mayoritariamente masculino, ahora no solamente es paritario, sino que las mujeres están accediendo un poco más, están terminando los posgrados; eso es una buena noticia”, dijo en RPP Noticias.

No obstante, lamentó que haya poca presencia femenina en otros ámbitos como en el mercado laboral, la docencia universitaria, altos cargos en las universidades, en los campos de ingeniería y ciencias naturales.  En el caso de ciencias sociales y humanidades, la presencia de hombres y mujeres es muy similar, pero la lógica de vida universitaria está generando esta segregación, agregó.

Silvia Giorguli identificó dos razones por las cuales ocurre este fenómeno en el ámbito académico: la normalización y el argumento de la meritocracia. A su juicio, no todos los que ocupan altas posiciones es por mérito, pues hay mujeres con igual trayectoria académica que el de los hombres, que no llegan a cargos de dirección.

Ante ello, sugiere visibilizar el problema, seguir investigándolo y fomentar la corresponsabilidad o conciliación familia – trabajo. Esto último consiste en que los hombres se incorporen a más actividades de cuidado y modificar las formas y evaluación de estructura académica para cuando las mujeres estén en etapas de alta demanda de cuidados, sobre todo cuando los hijos son pequeños.

La también socióloga dijo que durante su experiencia como docente descubrió que el lenguaje ha contribuido a normalizar muchas formas de desigualdad y que es importante introducir cambios para que sea más inclusivo.

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Argentina: Entrevista: Luciana Peker: «El verdadero enemigo del feminismo es el fascismo»

En “La revolución de las hijas” Luciana Peker compone una radiografía generacional que puede leerse como marca de época, porque repasa el impacto político y masivo del feminismo en la Argentina desde la fuerza pujante de las más jóvenes y enlaza históricamente el presente para hablar de lo que creció entre ellas (autonomía, interpelación, sororidad) sin olvidar los peligros de un machismo que recrudece.
Cuando pronunció la frase “la revolución de las hijas”, durante las reuniones por la interrupción voluntaria del embarazo en 2018, Peker, periodista especializada en género, puso nombre a lo que ocurre en las casas y en las calles: adolescentes, preadolescentes y jóvenes que en el feminismo encuentran una potencia política transformadora para interpelar a su alrededor.
En “La revolución de las hijas” (Paidós), la autora de “Putita golosa” parte del disparador que fueron las jóvenes en las calles durante el reclamo por el aborto legal, y desde allí traza un panorama sobre la desigualdad de género laboral o la violencia.

Este libro puede leerse en diálogo con otro trabajo tuyo, “La revolución de las mujeres”

Es una continuidad, en el sentido de que “La revolución de las mujeres” cuenta la historia reciente de las mujeres en la democracia. Y en ese contexto, “la revolución de las hijas” sorprende. Por supuesto que está enlazado con la historia, desde las Abuelas y Madres de Plaza de Mayo, los Encuentros de Mujeres, los “Ni Una Menos”, las pioneras del feminismo hasta la ley de educación sexual integral. Así como hay diferencias de clase, etnia, territorio, hay diferencias de edad y me interesaba contarlo, porque es un fenómeno único el de las hijas. Sin embargo no es un libro que idealiza a las jóvenes: las chicas son las jóvenes, pero el feminismo no es adolescente ni tiene que serlo.

¿Cómo apareció esta idea?
El periodismo feminista no es una moda, quienes lo ejercemos tenemos muchos años de contar historias, pero sobre todo de escuchar y mirar. Yo lo llamo el “singlazo” feminista: así como los grupos de cumbia recorren el país, nosotras también. Nuestro trabajo tiene mucho que ver con el abrazo, con ir a escuelas, capacitaciones, charlas. Tenemos la mirada curiosa del periodismo y de la narrativa, pero también la trascendemos para pasar a ver. Cuando me preguntan por qué no la revolución de las pibas, como si hablar de hijas fuera minimizarlas como sujetos políticos, yo reivindico el lugar político de hija. No todas vamos a ser madres pero sí todas somos hijas. Me gusta algo que dice Remo Carlotto: que Laura Carlotto parió a Estela. Quiero decir, hay un fenómeno de las hijas que trasciende su propia existencia como lazo. Contrario a ese prejuicio futbolero de “hijos nuestros”.

¿Qué diferencia a estas hijas de sus madres?
Desde el punto de vista clásico, la maternidad es vista como un lazo conservador, autoritario y competitivo. El feminismo viene a revertir eso: las hijas tienen una revalorización de las tareas de sus madres, entendieron que no era amor, era trabajo. Ahora hay una idea de la maternidad menos opresiva y más libertaria, que las quiere gozosas, libres, que acompaña a sus hijas a las marchas. Y de padres capaces de escuchar a sus hijas mucho más que a otras mujeres como sujetos sociales.

Algo que destacás mucho es que el feminismo crece desde abajo y por eso es popular y revolucionario
En el sentido contrario a lo que en los 90 se llamó “los hijos del poder”, hago una cronología entre las marchas del silencio, que fueron muy estratégicas cuando todavía no existía la palabra ni el delito tipificado como femicidio, con el “ahora que sí nos ven”. Pasamos del silencio al glitter, de formas de lucha opresivas, ligadas con el duelo, a formas festivas pero no por frívolas, sino que tienen que ver con el goce y el deseo como estrategia y lucha. Hay una diferencia entre los hijos del poder y las hijas al poder: la decisión de interpelación generacional. Antes había un feminismo más de la casa para afuera, ahora las hijas cuestionan a sus padres en las mesas, en las reuniones familiares, en las fiestas. La masividad genera un cimbronazo en la política nacional.

Así como te referís a la conquistas, también te referís al ataque y a la avanzada de los sectores antiderechos sobre las mujeres. ¿Esto qué implica?
En muchos lugares de América Latina es una avanzada fascista que comete femicidios, amenazas y debe ser tenida en cuenta. Con su diferencias y pluralidades el feminismo debe estar unido, porque el verdadero enemigo es el fascismo. No se deben minimizar esos peligros, sino que tiene que haber redes de cuidado, lo que no significa dejar de movilizar, pero sí tener estrategias para proteger a quienes se exponen, denuncian, luchan.

Fuente de la Información: https://www.eltribuno.com/salta/nota/2019-6-24-15-39-0-luciana-peker-el-verdadero-enemigo-del-feminismo-es-el-fascismo

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Equidad de género: 24 planteles de educación superior firman compromiso y definen políticas

Por: Carlos Said.

Las entidades apuntarán a que al menos 40% de las integrantes de los órganos superiores sean académicas. De acuerdo a un balance, hoy en 47% de las universidades tradicionales, las mujeres han aumentado su participación en la toma de decisiones.

Las movilizaciones feministas pusieron sobre el debate la desigualdad de género en la educación superior, lo que hizo que autoridades e instituciones reforzaran su trabajo para fomentar la inclusión de mujeres. Una de esas acciones la lideró el Ministerio de Educación (Mineduc), que en marzo propuso a los rectores firmar un compromiso para avanzar en equidad de género.

Y ese llamado tuvo frutos, pues ya son 24 las instituciones de educación superior que firmaron el pacto, entre ellas nueve universidades, como la U. Católica, U. de La Frontera y U. de Tarapacá. Se unen 15 centros de formación técnica e institutos profesionales, como el IP Arcos, IP La Araucana y el CFT Estatal de Valparaíso.

El compromiso exige a estos planteles construir políticas de equidad, con metas y acciones. Entre las medidas que deberán cumplir está que al menos 40% de los integrantes de los órganos superiores sean mujeres. Al mismo tiempo, apuntan a que en las elecciones de rectores compita al menos una mujer. Otro punto es favorecer el ingreso de investigadoras al claustro académico.

Además, se exige que la carrera académica contemple plazos especiales de ascenso en la jerarquía para las profesoras que sean madres. Del mismo modo, los foros o seminarios deberán contar con expositoras mujeres cuando participen cuatro o más expertos. Las instituciones tendrán entre dos y tres años para cumplir con todo esto.

Diferencias enormes

La ministra de Educación, Marcela Cubillos, explica que el país “necesita más mujeres en los órganos directivos de las instituciones de educación superior, y valoramos este compromiso que están asumiendo universidades, institutos profesionales y centros de formación técnica, porque es un primer paso hacia ese objetivo”.

Por su parte, el Mineduc se compromete a seguir y visibilizar el nivel de cumplimiento a través de la creación de un Observatorio de Equidad de Género, lanzado hace unos días.

Actualmente, la presencia de mujeres en cargos de toma de decisión de los planteleses ínfimo: según el observatorio, hay solo 30 mujeres dirigiendo universidades, CFT e IP, mientras que 120 hombres figuran en esos mismos cargos. Hay 46 instituciones que no tienen ninguna vicerrectora, 33 tienen solo una vicerrectora, 12 tienen dos de estas autoridades cada una y solo cinco planteles tienen tres vicerrectoras cada uno. Y a nivel académico, hay 55 instituciones donde menos del 40% de la planta de profesores está compuesta por mujeres.

Sesión de rectores

El Consejo de Rectores (Cruch) también está avanzando en el tema. De hecho, en la sesión que tendrán los rectores hoy en Talca, la Comisión de Igualdad de Género de ese organismo evaluará las medidas que se han tomado en las 29 universidades que lo integran, y que suman 350 mil estudiantes.

Según los datos de la comisión, a los que tuvo acceso La Tercera, 39% de los planteles ha hecho diagnósticos sobre la desigualdad en sus instituciones, el 28% está en proceso de hacerlo, 11% lo está diseñando y 22% no ha iniciado esa revisión.

Además, el 61% de las universidades ya tiene unidades o direcciones de equidad de género. El 72% cuenta con protocolos para atender situaciones de violencia; más de la mitad tiene información estadística desagregada por sexo y  47% registra un aumento en la participación de las mujeres en la toma de decisiones.

Antonia Santos, presidenta de esa comisión y académica de la U. Arturo Prat, valora el avance que muestra el Cruch, pero destacó que se han observado dificultades a la hora de aplicar los protocolos. “Nos hemos dado cuenta de que existe una diversidad muy grande, por lo que se decidió realizar una sesión con las personas que están recibiendo las denuncias, para tener una visión unánime sobre cómo deben ser los procedimientos, pues no son tan eficaces como nosotros pensábamos: hay problemas de procesos que son muy largos, sanciones que no llegan o investigaciones que no culminan”, describe.

Fuente del artículo: https://www.latercera.com/nacional/noticia/equidad-genero-24-planteles-educacion-superior-firman-compromiso-la-inclusion/629199/

 

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