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Camerún: Alimentos para la educación

Camerún/11 septiembre 2017/Fuente: El País

Una campaña con imágenes de desayunos procura concienciar a la sociedad para reducir la malnutrición entre los menores pigmeos del sur de Camerún.

“Teníamos un problema de malnutrición entre los menores de los campamentos y cuando comenzó el proyecto de la bouillie (papilla) la situación cambió. Los menores volvían a estar sanos y con ganas de ir al colegio. Se redujeron mucho los casos de enfermedad y todos los pueblos estaban motivados para enviar a sus niños a la escuela. Hace dos años, este proyecto se paró con todas sus consecuencias: las enfermedades han vuelto a los pueblos y los alumnos vuelven a tener malnutrición”. Quien habla es Theopold Essono, coordinador de los Centros preescolares comunitarios de Educación de Base No Formal (CEBNF) de Djoum y Mintom, en Camerún.

Hasta hace dos años, los menores de los 22 centros, de entre tres y seis años, mejoraron su alimentación gracias al programa de bouillie por el que cada mañana recibían una taza de papilla con ingredientes que son difíciles de encontrar en el sur de Camerún y que contienen un importante aporte nutritivo a la dieta tradicional. Entre sus componentes se encuentran leche, cereales, trigo, soja y aceite. Sin embargo, la falta de fondos económicos ha provocado la suspensión del programa en todos los centros educativos. Una medida que ha tenido como consecuencia la reaparición de los casos de malnutrición entre los menores de los pueblos pigmeos baka.

El 26,6% de los menores pigmeos baka está en riesgo de malnutrición aguda y la mitad de ellos sufren de malnutrición crónica lo que causa retraso en el crecimiento, según un estudio de que la ONG Zerca y Lejos realizó en 2016 sobre 580 alumnos repartidos entre 22 centros de Educación preescolar del sur de Camerún. Con el objetivo de disminuir la malnutrición entre los menores pigmeos del sur de Camerún, esta ONG ha lanzado una campaña de sensibilización y recaudación de fondos para reactivar los desayunos en los 22 centros de Educación preescolar, por lo que anima a compartir el desayuno en redes sociales junto con la etiqueta #AlimentaLaEducación. Una iniciativa apoyada por referentes en el mundo de la alta cocina como Martín Berasategui.

“Con la bouillie los niños estaban sanos. Ahora, hay muchos que han caído en la malnutrición y han perdido peso”, comenta Desiré Mobeka que es padre de uno de los 25 alumnos que cada día asisten a la escuela en el pueblo de Odomou. “Todo lo que hacemos es insuficiente para dar de comer a nuestros hijos”, explica Bombi Anne, mujer de Desiré. Ella trabaja los campos de los bantúes por menos de un euro al día. De sus 10 hijos, cuatro tienen malnutrición. Una situación a la que han llegado debido a la falta de medios económicos y de acceso a una alimentación adecuada.

“La bouillie mejora el rendimiento de los alumnos”, afirma Pauh Ebo Niyam, profesor de CEBNF de Odomou. Tanto él como las familias del pueblo han comprobado cómo han aumentado los casos de malnutrición entre los alumnos causados por la falta de alimento tras cortarse el programa por falta de fondos. Odomou es un pueblo que carece de letrinas y fuente de agua potable, por eso, cada día, los vecinos caminan 20 minutos hasta llegar a una laguna para recoger agua; igualmente, dos agujeros sirven como aseo.

Los niños esperan impacientes a que se cocine la papilla.

Los niños esperan impacientes a que se cocine la papilla. MARÍA MARTÍN
Juliénne Meyinna, auxiliar de salud, visita cada día unos nueve pueblos de la región de Djoum y Mintom y ha sido testigo del aumento de los casos de malnutrición en los menores en la zona tras el cese del programa de alimentación en las escuelas. “Antes se daba el tratamiento alimentario y estaban mejor pero ahora la situación está peor en los colegios debido a la falta de financiación”. Cada día, Juliénne encuentra enfermedades producidas por la diarrea y la malnutrición. Esta última, causada por la falta de alimentos y las malas condiciones higiénicas presentes en muchos pueblos baka.

El pueblo de Bemba II es otro ejemplo de la consecuencia de la falta del suplemento alimenticio entre los menores. De 21 niños escolarizados, tres de ellos sufrieron malnutrición el pasado año, lo que provocó la muerte de uno de ellos. “Los casos de malnutrición habían desaparecido en la zona, pero ahora se han vuelto a reproducir. Los padres están sensibilizados, pero al no tener acceso a los alimentos, la malnutrición vuelve a reproducirse entre los menores del pueblo”, explica Blaise Amgo Ze, coordinador de CEBNF y supervisor de los proyectos de agricultura, salud y educación de la región de Mintom.

Los casos de malnutrición habían desaparecido en la zona, pero se han vuelto a reproducir

La malnutrición en esta zona es una problemática difícil de detectar debido a la tradición nómada de la población baka, debido a la cual muchos casos salen a la luz solo cuando las familias regresan de pasar largas temporadas de caza adentradas en la selva. “Para poder hacer una comparativa sobre el aumento o disminución de la malnutrición entre los menores necesitaremos realizar un seguimiento durante varios años, siempre con los mismos pueblos con los que trabajamos”, dice Belén Palomo, coordinadora del plan de salud de Zerca y Lejos.

La bouillie supone un complemento alimenticio para los menores de los 22 CEBNF del sur de Camerún cuya dieta tradicional se basa en un par de alimentos como son la yuca y el plátano macho a los que se añade carne o pescado, dependiendo de la temporada. De ahí, la importancia del complemento alimenticio, al que también se recurre cuando se detectan casos de malnutrición.

Los pigmeos baka encuentran cada vez mayores dificultades para sobrevivir como pueblo

“Esperamos poder volver a recomenzar el proyecto, no solo por la salud de los menores, sino también para que vuelvan al colegio y puedan tener un futuro mejor”, explica Theopold. Y es que la papilla sirve no solo para salvar vidas, sino que igualmente constituye un reclamo para que los alumnos acudan a la escuela cada día.

Niño pigmeo con malnutrición.
Niño pigmeo con malnutrición. MARÍA MARTÍN
 Este proyecto suple la falta de acceso a los alimentos que es un derecho no reconocido por la Constitución de la República de Camerún, según la Organización para la Alimentación y la Agricultura de las Naciones Unidas (FAO), en un país donde el 7,97% de la población está subalimentada. Una cifra que cada año disminuye entre la mayoría de la población, pero que, sin embargo, pende de un hilo entre la población pigmea baka, que cada vez se encuentra mayores dificultades para poder sobrevivir como pueblo, empezando por sus niños

El blog África No es Un País no se hace responsable ni comparte siempre las opiniones de los autores.


 Fuente: https://elpais.com/elpais/2017/09/09/africa_no_es_un_pais/1504949294_040193.html
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Cierran escuelas en Sudán del Sur por hambruna; familias huyen en busca de comida

Sudán del Sur/08 junio 2017/Fuente: La Revista

Varios centros educativos han cerrado en el estado sursudanés de Imatong (este) por la situación económica de las familias, que les obliga a huir del país para luchar contra la hambruna declarada en la zona, declaró hoy el gobernador del estado, Tulio Abelio Oromo.

«Las escuelas en la ciudad de Torit y otras cercanas cerraron por la situación económica, que está provocando la hambruna, porque los estudiantes se han ido con sus familias a campamentos de la ONU en Kenia y Uganda», aseguró.

Aseveró que el Programa Mundial de Alimentos (PMA) intentó ofrecer apoyo alimentario a algunas escuelas en el estado con el objetivo de que pudiesen seguir con las actividades educativas.

«El empeoramiento de la situación económica llevó a que las familias se lleven a sus hijos a los campamentos de refugiados en el extranjero», señaló.

Según un informe publicado por el gobierno sursudanés, la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Fondo de la ONU para la Infancia (Unicef), el 40 % de la población de Sudán del Sur está en peligro de una hambruna.

El país africano es escenario de un conflicto que estalló en diciembre de 2013 entre fuerzas leales al presidente, Salva Kiir, de la etnia dinka, y al exvicepresidente Riek Machar, de la tribu nuer.

A pesar de que ambas partes firmaron un acuerdo de paz en agosto de 2015, el conflicto se reanudó en julio de 2016, causando miles de muertos y millones de desplazados.

Fuente: http://www.larevista.com.mx/internacional/cierran-escuelas-en-sudan-del-sur-por-hambruna-familias-huyen-en-busca-de-comida-13363

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Trabajo infantil, violaciones y palizas a los niños, la otra cara del hambre en Somalia

Somalia/05 junio 2017/Fuente: eldiario.es

  • El desplazamiento de la población azotada por la sequía ha elevado los niveles de violencia contra los menores, según denuncia Save The Children
  • Al abandonar el hogar, las familias pierden el entorno seguro para los niños cuando salen a buscar agua o a recoger leña, explica la ONG
  • La apatía y los problemas cognitivos y de autoestima son las otras secuelas que deja el hambre en los más pequeños, según una experta de MSF.

En Somalia, las miradas se dirigen al cielo. Las lluvias no llegan y, cuando llegan, no son suficientes. Los cadáveres del ganado salpican el seco paisaje. La sequía ha traído consigo una grave escasez de alimentos que empuja a su población a abandonar sus hogares. Este desplazamiento en busca de alimentos ha expuesto a «más de un millón de niños» a «altos niveles de violencia», como el trabajo forzoso o los abusos sexuales, según ha detectado en las últimas semanas Save the children.

Los trabajadores de la ONG denuncian un aumento de los casos de «violaciones y palizas» a niños y niñas cuando van a recoger leña, a buscar agua o a cuidar el rebaño. «Los que se han visto obligados a trabajar, o habían aumentado considerablemente sus tareas domésticas, están también en un alarmante riesgo de explotación», asegura Hassan Saadi Noor, director de Save the Children en el país.

Un estudio de la organización ha constatado que, desde que comenzó la sequía, la violencia contra los niños ha crecido casi dos tercios. El 30% de las personas encuestadas sostiene que los menores están en mayor riesgo de violencia sexual.

Las causas, dicen, hay que buscarlas en el desplazamiento. Y las causas del desplazamiento, en el hambre. Dos temporadas consecutivas de lluvias escasas han diezmado las cosechas, han disparado los precios de los alimentos y han matado al 70% de los animales. Los pueblos y las ciudades se están superpoblando por miles de familias que se dedican al pastoreo y, tras perder parte de su cabaña, se han desplazado lejos de su hogar en busca de agua y comida, sin medios para regresar.

«Se pierde el ambiente seguro de estar en comunidades donde cada uno se conoce. Las familias están separadas unas de otras. A menudo viven cerca de extraños. Los baños también pueden estar en áreas abiertas donde las niñas pueden sufrir abusos», explica Devendra Tak, portavoz de Save the children en Hargeisa –en la región autónoma de Somalilandia–, durante una entrevista con eldiario.es.

En busca de la lluvia que salve a Somalia
Un rebaño de ovejas bebe agua que ha sido transportada por camiones para los pastores de Bandar Beyla (Somalia). EFE

La ONG también asegura que los niños están sufriendo «altos niveles de angustia psicológica con síntomas inusuales como lloros y gritos constantes» y ha identificado cambios en su comportamiento. Más de la mitad, detallan, se han vuelto «más agresivos». «Muchas familias se encuentran en campamentos para recibir la ayuda de las agencias humanitarias y el Gobierno. Allí los niños tienen mucho miedo por estar con extraños y en la noche quedan expuestos a animales salvajes como las hienas, cuyas llamadas escuchan», puntualiza Tak.

Por otro lado, existe el riesgo de que abandonen el colegio, «el lugar más seguro para ellos», apunta la organización. Más del 80% de las personas, según la investigación, dijo que los niños «asistían a la escuela con menos frecuencia» desde el inicio de la sequía.

«Algunas escuelas pueden estar cerradas, en muchas de ellas no hay agua disponible. Además, algunas familias quieren ahorrar la pequeña cantidad de dinero de las tasas de la educación secundaria», precisa la portavoz de la ONG. Muchos menores, sostiene la entidad, «han sido separados de sus padres y están siendo presionados para mantener a sus familias con el trabajo infantil».  

El hambre oculta: problemas para aprender y apatía

Asha Abdi (nombre fiticio) viajó 120 kilómetros junto a su marido y sus ocho hijos a un pueblo a las afueras de Burao (Somalilandia) en busca de otro pasto para sus animales, que comenzaron a morir en agosto de 2016. De las 400 cabras que tuvieron una vez, solo les quedan 20. «No quiero quedarme aquí, pero no sé a dónde podemos ir. Este no es mi pueblo y no conozco a nadie», relata en un testimonio recopilado por Save the children.

«No le doy a mis hijos de comer durante el día porque no podemos pagarlo. Si recibimos arroz de parientes u otros miembros de la comunidad, se lo damos por la noche, pero de lo contrario no comemos», añade.

Somalia aún no se ha recuperado de la hambruna que, según datos de Naciones Unidas, dejó más de 250.000 muertos hace seis años, cuando el hambre ha vuelto a convertirse en una seria amenaza para la población. «El riesgo de hambruna es muy fuerte», lamenta Tak.

Cerca de 6,2 millones de personas se han visto afectadas por la escasez de lluvias y 360.000 niños sufren desnutrición aguda. En zonas devastadas por la hambruna de 2011, como Hudur, se han detectado tasas «excepcionalmente altas» de menores con retraso en su desarrollo, alerta Save The Children.

La falta de alimentos, señalan, genera incertidumbre y «niveles abrumadores de estrés» en las comunidades. «El hambre conduce a la ira, a las peleas y a los malentendidos. Tampoco está claro cuándo volverá la situación a la normalidad y eso crea una sensación de temor que incluso les hace perder la esperanza», detalla la portavoz de la ONG, quien explica que también se ha producido un repunte de los casos de cólera y diarrea aguda en el país.

Asha (nombre ficticio), de 4 años, con su abuela Sulekha en el centro de tratamiento del cólera del hospital Bayhaw en Baidoa (Somalia). Sulekha está cuidando a su nieto mientras su hija está con los otros niños en un campamento fuera de Baidoa.
Asha (nombre ficticio), de 4 años, con su abuela Sulekha en el centro de tratamiento del cólera del hospital Bayhaw en Baidoa (Somalia). Sulekha está cuidando a su nieto mientras su hija está con los otros niños en un campamento fuera de Baidoa. Mustafa Saeed/Save the Children

Pero la carencia de nutrientes no solo produce una considerable bajada de defensas en un grupo en pleno crecimiento como son los niños. También afecta a su desarrollo mental y cognitivo, así como a su socialización. Les deja secuelas de por vida.

«Los pequeños se vuelven más apáticos y retraídos, menos curiosos. Dejan de explorar el mundo», comenta Liliana Palacios, médica y responsable de las operaciones de Médicos Sin Fronteras en República Centroafricana, Sierra Leona, Angola y República Democrática del Congo. En este último país, la organización humanitaria ha detectado también niveles de malnutrición alta en zonas afectadas por la violencia donde las personas «no tienen acceso a su cosecha», asegura Palacios en una conversación con eldiario.es.

«Piensa en un niño sano. Corre, juega, tiene una energía plena. Los menores que sufren desnutrición cambian su actitud hacia el juego. No tienen ganas, les faltan nutrientes», recalca. «Estar ingresados también les afecta al vínculo con su familia. Por eso hay que trabajar mucho la relación con los cuidadores», añade.

A diferencia de la desnutrición aguda, «que si no se ataja a tiempo [la pérdida de peso] produce una mortalidad alta», el hambre crónica –aquella prolongada en el tiempo y «menos notoria»– conlleva «problemas de memoria» y afecta al autoestima, también a largo plazo, en la vida adulta, según resume la experta de MSF.

Una de las secuelas más dañinas de sufrir hambre durante la infancia se da en el aprendizaje, debido tanto a circunstancias sociales tan básicas como no acudir a la escuela, como al propio desarrollo del cerebro, y con él, la capacidad intelectual. Por ejemplo, se estima que la carencia de micronutrientes como el yodo puede traducirse en un coeficiente de inteligencia menor, según explica el Programa Mundial de Alimentos en su informe sobre el hambre y el aprendizaje.

Un mundo con cuatro emergencias alimentarias

Las alarmas se disparan en Somalia cuando se han cumplido dos meses desde la declaración oficial de hambruna en Sudán del Sur, sumido en una guerra civil desde 2013 que ha dejado más de 1,8 millones de refugiados, de los cuales un millón son niños, según UNICEF.

Las ONG también advierten de la situación de la cuenca del Lago Chad, azotada por la guerra contra Boko Haram, donde el hambre afecta a más de siete millones de personas en Nigeria, Níger, Chad y Camerún. En Yemen, dos años de guerra han desatado «la peor crisis humanitaria en el mundo». Según el Programa Mundial de Alimentos, en este país árabes ya hay casi 2,2 millones de niños desnutridos, 500.000 de ellos sufren desnutrición grave.

Se trata de una carrera contrarreloj. La respuesta humanitaria, según las organizaciones que trabajan en estos países y la ONU, debe llegar antes de que sea demasiado tarde. Pero, si en algo insisten ONG especializadas como Acción contra el Hambre, es que «estas graves crisis alimentarias son causadas por el hombre y no producto de una fatalidad».

Fuente: http://www.eldiario.es/desalambre/Trabajo-infantil-violaciones-palizas-Somalia_0_642535966.html

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La maldición de parir gemelos en África

Àfrica/05 junio 2017/Fuente: El Mundo

Que los sistemas sanitarios en la mayor parte de los países del África Subsahariana son deficitarios no es ninguna novedad. Si bien las capitales suelen contar con mejores instalaciones y profesional más cualificado, no son accesibles para todos. Al abandonar las capitales los hospitales de varias plantas se convierten en pequeñas clínicas multifunción, donde se trata de dar cobertura a cualquier dolencia o enfermedad con equipamientos poco especializados.

La mortalidad infantil sigue siendo una de las mayores preocupaciones en África. Un estudio publicado ayer por The Lancet Global Health recoge los avances de las últimas dos décadas: entre 1995 y 2014 las tasas de mortalidad infantil de niños menores de cinco años se han reducido en un 51% (de 128,6 a 63,5 muertes por cada 1.000 nacidos vivos).

Pero la investigación ha ido más allá y ha analizado también las cifras de mortalidad infantil cuando se trata de bebés gemelos, concluyendo que en su caso el descenso ha sido de un 35% (de 327,7 a 213,0 por cada 1.000). Lo que supone que en los últimos 20 años, uno de cada cinco niños nacidos como gemelos en el África Subsahariana ha muerto antes de cumplir cinco años.

La investigación ha utilizado datos de 1,69 millones de niños nacidos en una treintena de países africanos entre los años 1995 y 2014, de los cuales 56.597 eran gemelos. El balance total de menores que murieron antes de los cinco años fue de 190.642, de los cuales 16.399 eran gemelos. Por otro lado, entre 2009 y 2014 casi dos tercios (64%) de las muertes de bebés gemelos ocurrieron en el primer mes de vida. En el caso de los partos únicos, las muertes durante el primer mes son menos de la mitad (43%).

El estudio fue llevado a cabo por el Dr. Jeroen Smits, de la Universidad Radboud de Nijmegen en los Países Bajos, y el profesor Christiaan Monden de la Universidad de Oxford.

¿Por qué son más propensos a morir?

Dar a luz a los gemelos siempre es más arriesgado que un parto de un único bebé, en África y en cualquier otro lugar del mundo, y así lo sostienen Smits y Monden en su estudio: «A nivel mundial, los gemelos son de dos a cinco veces más propensos a morir antes de los cinco años», refleja el informe. En el África Subsahariana, además, el riesgo es mayor al tener mayores índices de natalidad y una pobre atención materna y neonatal.

El director de los programas de Reproducción, Maternidad y Salud Infantil de Amref Salud África en Uganda, el Dr. Tonny Kapsandui, explicó a EL MUNDO que «la mayoría de los gemelos nacen prematuros y esto requiere un cuidado especializado delicado que no es común en Uganda y el África Subsahariana. Los gemelos se vuelven susceptibles a complicaciones incluyendo hipotermia, infecciones y desnutrición».

Otros factores que hacen peligrar su vida son el bajo peso al nacer y el destete temprano. «Esto se puede deber a la baja producción de leche por una madre estresada o porque la pobreza no proporciona las mejores opciones para la alimentación suplementaria«, señala Kapsandui. Para concluir, añade que algunas creencias tradicionales también han jugado en contra de la salud de los gemelos. «Algunas comunidades exponen a los recién nacidos al frío durante un tiempo y esto es peligroso para los gemelos, que generalmente tienen bajo peso al nacer».

El Dr. Jeroen Smits remarcó tras la publicación de la investigación que «sin una atención especial a este grupo vulnerable será muy difícil alcanzar el objetivo de desarrollo sostenible de las Naciones Unidas de menos de 12 por 1.000 muertes neonatales y menos de 25 por 1.000 menores de cinco muertes para el 2030″. Las estadísticas de población de la ONU indican que el número de niños menores de 5 años en la región crecerá un 20% en el año 2030, con lo que se debe trabajar para reducir aún más las tasas de mortalidad infantil.

¿Cómo se pueden evitar las muertes?

Por su parte, el profesor Christiaan Monden cree que las tres claves para reducir el número de muertes de los neonatos pasan por «detectar más temprano los embarazos de gemelos, realizar los partos en los hospitales con personal entrenado en este tipo de alumbramientos, y llevar acabo un monitoreo continuado en los primeros días e incluso meses de sus vidas».

Pero lo que parecen recomendaciones obvias, no son tan sencillas de llevar a la práctica. De nuevo, el acceso a los hospitales suele ser un gran problema para las familias pobres que no disponen de recursos y que han de hacer grandes desplazamientos a hospitales especializados. La mayoría de ellos no se pueden permitir pagar el transporte ni los cuidados en el área de maternidad, con lo que no acuden a las revisiones médicas y dan a luz en sus viviendas. Muchas de las madres desconocen que están embarazadas de gemelos hasta el momento del parto.

«Teniendo en cuenta la tasa de mortalidad y la alta tasa de embarazos de gemelos, se esperaba que estos fueran mencionados como un grupo que necesitaba atención especial por parte de la ONU, pero no es así. Asimismo, Naciones Unidas sólo se centra en los embarazos únicos para la estimación de la mortalidad infantil», matizó Monden a este diario. Sin embargo, la Responsable de los Programas de UNICEF en España, Blanca Carazo, aseguró en conversación telefónica que aunque no hay ninguna estrategia global específica, UNICEF sí que considera a los gemelos un colectivo vulnerable.

«Prestamos atención especial a los embarazos de mayor riesgo en los que se incluyen los partos prematuros, algo que se da mucho más en los embarazos gemelares». En este sentido, resalta que están haciendo un gran labor reforzando los sistemas de salud prenatal, fomentando los partos con personal cualificado y en la sensibilización hacia las comunidades para que las embarazadas se hagan revisiones médicas. No obstante, Carazo reconoció a EL MUNDO que son conscientes de las deficiencias en salud que hay en el continente y en la necesidad de promover los partos seguros. «La mitad de las mujeres sudafricanas que dieron a luz en 2016 lo hicieron sin estar acompañadas de ningún tipo de personal sanitario». Esto supone que 40 millones de niños nacieron sin atención médica en 2016.

Por otro lado, los investigadores han apreciado que África Subsahariana es la región del mundo donde son más habituales los embarazos de gemelos: de cada 1.000 mujeres embarazadas, 18 de ellas lo están de dos bebés. Por el contrario, Asia Oriental y América Latina son los lugares del mundo donde los nacimientos de gemelos son menos habituales: de cada 1.000 embarazos, únicamente hay entre 6 y 9 casos de gemelos. En el medio se encuentran las regiones de Europa, América del Norte y Oriente Medio, donde de cada 1.000 embarazos, entre 8 y a 16 serán dobles.

Fuente: http://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/salud/2017/06/02/59317f13468aeb5e718b4683.html

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FAO Escuelas: El principio del fin de la malnutrición

Enero de 2017/Fuente: FAO

Las escuelas son un escenario ideal para enseñar habilidades básicas en alimentación, nutrición y salud. En muchas comunidades, pueden ser el único lugar donde los niños adquieren estas importantes habilidades para la vida. Las escuelas primarias, en particular, son vehículos adecuados para la educación nutricional. No sólo influyen en los niños, sino también en las niñas de destino, que tienden a abandonar las escuelas más temprano. Las lecciones de nutrición pueden ser sencillas, interesantes, coloridas y fácilmente aprendidas mediante demostración, ilustración, ejemplo y acción práctica, enfoques que son naturales para la educación primaria.

He aquí siete formas en que las escuelas pueden desempeñar un papel crucial en la lucha contra la malnutrición, mejorando las dietas y desarrollando buenos hábitos alimenticios saludables para toda la vida:

1. Los niños empiezan la escuela a una edad en que se están formando sus hábitos alimentarios, cuando están abiertos a nuevas ideas y aprenden sin esfuerzo buenas prácticas y nuevas habilidades.

2. Los huertos escolares son una plataforma de aprendizaje para promover una mejor nutrición, desarrollar habilidades para la vida y aumentar la conciencia ambiental. El cultivo y la preparación de alimentos para el huerto en la escuela, junto con la educación nutricional, aumenta las preferencias de los niños por las frutas y verduras.

3. Las escuelas pueden establecer y hacer cumplir políticas y prácticas como por ejemplo reglas sobre el lavado de manos, que pueden mejorar la salud y la nutrición.

4. Las comidas y meriendas saludables en las escuelas mejoran la salud y el bienestar nutricional de los niños, permitiéndoles crecer bien y aprender bien. Cuando se combina con la educación nutricional, la alimentación escolar puede mejorar directamente la salud y la nutrición de los estudiantes al tiempo que los ayudan a desarrollar buenos hábitos alimenticios.

5. Personal cualificado puede enseñar y guiar a los niños, vinculando la educación alimentaria y nutricional con otras materias (por ejemplo, ciencias) y actividades divertidas. Las actividades de aprendizaje pueden incluir juegos, dramatizaciones, experimentos, charlas, presentaciones, etc.

6. Involucrar a las familias en la educación nutricional de sus hijos y estimular la participación comunitaria, por ejemplo a través de proyectos de huerto escolar o comedores escolares, puede tener efecto dominó, beneficiando a una amplia gama de personas.

7. Los programas de alimentación de las escuelas pueden proporcionar intervenciones nutricionales rentables, así como oportunidades para practicar hábitos alimenticios saludables y seguridad alimentaria. En las comunidades con inseguridad alimentaria, estos programas ayudan a combatir la malnutrición y a ayudar a mantener a los niños en la escuela. También pueden mejorar los ingresos y la seguridad alimentaria de las comunidades locales cuando los alimentos producidos localmente se suministran a la escuela.

Una buena educación nutricional ayuda a los niños a estar «alfabetizados en nutrición». ¡Se les informa sobre el valor de los alimentos nutritivos, cómo se pueden preparar y hacerlos más apetitosos!

Hoy en día casi 800 millones de personas padecen hambre crónica, lo que significa que regularmente son incapaces de consumir el nivel mínimo de energía alimentaria necesaria para mantener un estilo de vida activo. Pero la desnutrición es más que el hambre calórica y la delgadez; incluye deficiencias de micronutrientes y sobrepeso y obesidad. Las dietas deficientes están relacionadas con una serie de problemas de salud y pueden perpetuar la pobreza y obstaculizar el desarrollo económico. Queda mucho por hacer para poner fin a la desnutrición y lograr un mundo sin hambre. Por lo tanto, ¿por qué no hacerlo de una manera divertida y efectiva, educando a los niños y llegando también a los adultos?

Fuente: http://www.fao.org/zhc/detail-events/es/c/462573/

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El futuro de los niños nigerianos

Por: Jean Gough

Ajija no puede estar más frágil. Esta niña de cuatro años debería estar jugando alegremente con sus amigos, pero apenas puede mantenerse de pie. No es de sorprender que, después de que un profesional de la salud evaluara su estado, decidieran ingresarla por estar gravemente malnutrida. “Me siento inútil por no poder hacer nada. Los dos últimos años han sido muy duros, hay poca comida y muchas enfermedades”, me dice su madre, Halima, desesperada.

Estamos en Gwoza, una zona remota del estado de Borno, en la frontera del noreste de Nigeria con Camerún. Esta clínica médica provisional está abarrotada de madres que traen a sus bebés y niños pequeños para que les hagan pruebas o les traten la malnutrición.

Desgraciadamente, Ajija no está sola. Al tiempo que se recupera el acceso de la asistencia humanitaria a cada vez más zonas del noreste de Nigeria, se pone de manifiesto el verdadero impacto de esta crisis. En la actualidad, casi un cuarto de millón de niños de Borno padecen malnutrición aguda grave como resultado de más de tres años de violencia que han destrozado la zona.

Dado el peligro que conlleva labrar la tierra, acceder a los mercados e incluso obtener agua segura, las familias y en especial los niños pequeños han dejado de recibir algunos elementos esenciales para la vida. Ante la imposibilidad de atender a casi un millón de niños, lo único que podemos hacer es imaginar qué les deparará el futuro.

Esta tragedia para los niños nigerianos se proyectó en el mapa del mundo por primera vez en abril de 2014, cuando Boko Haram abdujo a más de 270 niñas de una escuela de Chibok. Y ellas tampoco estaban solas. Desde 2009 se ha abducido a, al menos, 4.000 mujeres jóvenes (de entre 18 y 24 años), niñas y niños de los estados afectados del norte de Nigeria, y 7.000 mujeres y niñas han denunciado haber sufrido violencia sexual.

Los niños de Borno vuelven a estar en el punto de mira, esta vez afectados por una crisis de malnutrición y comida sin precedentes. Sin embargo, no conseguiremos la ayuda que necesitamos si damos importancia a estos asuntos únicamente cuando se convierten en el centro de atención. No podemos esperar a que ocurra otra tragedia: debemos seguir trabajando con los medios que vamos teniendo a nuestra disposición, incluso después de un ataque a un convoy humanitario.

Antes de nada, se trata de salvar la vida de los niños a los que podamos atender, a muchos de los cuales se les ha obligado a dejar sus casas. Con solo proporcionarles un suministro de alimentos terapéuticos listos para el consumo para ocho semanas, podremos ayudarlos a recuperarse de la malnutrición aguda grave. Pero esto solo funciona si cuentan con el acceso a un centro de salud primaria y a agua y saneamiento seguros que contribuyan a evitar enfermedades infantiles prevenibles y tratables que pueden ser cuestión de vida o muerte para niños ya débiles.

Para lograrlo, debemos seguir ayudando a rehabilitar y mejorar las clínicas de salud locales de todo el estado de Borno, un 60% de las cuales han quedado parcial y totalmente destruidas. Además, tenemos que seguir formando a los trabajadores de la salud y ofrecer una fuente sostenible de suministros médicos tales como los alimentos terapéuticos, esenciales para salvar vidas. Al mismo tiempo y mediante la red de voluntarios de la comunidad, los contactos y los conocimientos de la zona, debemos identificar y gestionar rápidamente casos de malnutrición infantil.

No obstante, también hay algunos avances. Este año, unos 75.000 niños han recibido tratamiento para la malnutrición aguda grave. Desde abril se ha duplicado el número de revisiones de malnutrición (de 288.000 a unas 500.000), lo que significa que se están haciendo pruebas y dando tratamientos a algunos niños de forma habitual. Aun así, nadie esperaba la verdadera escala de la crisis.

Mientras nosotros luchamos por salvar vidas, necesitamos también ayudar a que los niños se recuperen mentalmente de los horrores que han presenciado. Proporcionarles cierta sensación de normalidad con juegos, oportunidades seguras de aprendizaje y ayuda psicológica cuando lo necesiten puede contribuir a devolverles sus infancias.

Las familias y los niños piden muy poco. Solo quieren tener acceso a instalaciones médicas, disponer de medicinas y contar con trabajadores de la salud. Quieren ir a la escuela y encontrar allí profesores, pupitres, libros y bolígrafos. Quieren bombas manuales que les proporcionen agua segura.

Desde Gwoza hasta Maiduguri y desde Port Harcourt hasta Lagos, el recurso más preciado de Nigeria son sus niños. Para salvar, proteger y sacar partido a ese recurso necesitamos contar con una ayuda comprometida y sostenida. Solo entonces podremos ofrecer los servicios esenciales y la normalidad que los niños y sus familias necesitan para reconstruir sus vidas.

Fuente: http://www.unicef.org/spanish/infobycountry/nigeria_92798.html

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26,5 millones de niños en África oriental y meridional, en peligro por los efectos de El Niño

Africa/28 julio 2016/Fuente: Iagua

Como resultado del fenómeno El Niño, uno de los más fuertes y destructivos jamás registrados, las vidas de 26,5 millones de niños se encuentran en riesgo de sufrir altos niveles de desnutrición, enfermedades y grave escasez de agua en varios países de África oriental y meridional.

“Pese a que la fuerza de El Niño comienza a disminuir, sus efectos se sentirán en los próximos meses. Las cosechas seguirán afectadas, las familias se quedarán sin lo más básico si sus medios de subsistencia se ven afectados, y los niños se verán forzados a abandonar sus hogares dejando su seguridad y a sus seres queridos atrás y poniendo en riesgo su salud”, advierte David Wright, director regional de Save the Children en África oriental y meridional.

La Comunidad para el Desarrollo del África Meridional (SADC) ha puesto en marcha una petición urgente de fondos para millones de personas que se han visto afectadas por las sequías y las condiciones climáticas extremas. Este llamamiento coincide con el plan de respuesta para El Niño del Comité Permanente de Organismos Interregionales (RIASCO) que se ocupa de las necesidades humanitarias inmediatas, así como de capacitar a largo plazo a las comunidades afectadas para que puedan gestionar futuros desastres climáticos.

Los gobiernos de África meridional han respondido de forma proactiva al fenómeno de El Niño desde 2015, pero ahora es evidente que la magnitud de la crisis es superior a la capacidad de respuesta de las comunidades y a los recursos de los gobiernos, poniendo en riesgo décadas de progresos”, explica Wright.

Existe una alta probabilidad de que el fenómeno climático La Niña llegue a finales de 2016, que por lo general se caracteriza por sus fuertes e impredecibles lluvias y un clima más frío. Probablemente traerá condiciones climáticas más extremas con consecuencias potencialmente desastrosas, incluyendo cosechas parcial o totalmente destruidas, brotes de enfermedades, e inundaciones.

El inicio de La Niña podría agravar los efectos negativos de El Niño y llevar a las comunidades afectadas al límite. Es necesario poner en marcha medidas proactivas para preparar y proteger a las comunidades y responder a la necesidad urgente de ayuda humanitaria”.

La escasez de agua sigue siendo una preocupación fundamental. Muchos centros de salud y escuelas necesitan de forma urgente mejorar las instalaciones de abastecimiento de agua y saneamiento para permitir la continuidad de los servicios. Los niños corren peligro cuando las familias y las comunidades se desplazan en busca de trabajo, alimentos, agua y pastos para los animales. Los niños también tienen dificultades para seguir en la escuela, debido al hambre y a la falta de agua”, añade Wright.

Save the Children hace un llamamiento urgente a los donantes y a los gobiernos de África meridional para que respondan con rapidez, de forma colaborativa y generosa a la petición de ayuda del SADC para enfrentarse a la crisis, que probablemente continúe en 2017, y para garantizar que las personas más vulnerables puedan tener acceso a la ayuda.

“Es vital que los donantes, los gobiernos nacionales y las organizaciones humanitarias trabajen juntos para cubrir las necesidades urgentes de los niños y las mujeres y asegurar que los progresos logrados para los niños en las últimas décadas no se vean dañados por los efectos de El Niño”, concluye Wrigth.

Fuente: http://www.iagua.es/noticias/save-the-children/16/07/27/265-millones-ninos-africa-oriental-y-meridional-peligro-efectos

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