03 Septiembre 2017/Fuente:elmundo /Autor:José Luis Romo
A Nuria González (Málaga, 1962) muchos la descubrieron como presentadora de El rival más débil. En el programa, lanzaba las preguntas en plan institutriz germana y, ahora, ella es la alumna en El florido pensil. Niñas, una mordaz comedia sobre la educación nacionalcatólica, basada en el popular libro de Andrés Sopeña.
P:Qué te animó a aceptar este proyecto?
R: Para empezar, que era un texto divertidísimo y creo que hay que reírse de según qué desgracias. Además, tengo unas compañeras que van a hacer de este viaje una aventura inolvidable.
P: Se hizo una versión masculina de esta obra con mucho éxito, ¿pudiste verla?
R: No, no la vi pero sí que había leído el libro de Andrés Sopeña en el que se basan ambas funciones. Para una persona que ha tenido 14 años de educación franquista todo me sonaba, pero era muy extraño verlo por escrito y con esa ironía. El montaje parece teatro del absurdo porque todo lo que nos enseñaban no tenía pies ni cabeza… ¡pero es real! Es un teatro del absurdo involuntario, a Mihura le hubiese encantado.
P:¿La educación femenina era muy diferente a la masculina?
R: Bueno, la filosofía era la misma, educarnos en ese miedo a la autoridad, en la imposición y hacernos dóciles con el poder. Yo tuve la suerte o la desgracia, según se mire, de que era una niña muy obediente y disciplinada y nunca me pusieron la mano encima pero alguna vez sí que me cayeron las orejas de burro. Solían regañarme por hablar con una compañera o dibujar al margen de los apuntes. Cuando pasaba lo segundo, te colgaban con un alfiler lo que habías hecho al babi para que todos vieran tu pecado. Era algo muy medieval.
P: ¿Cómo puede ser que tantos años después la educación siga siendo un problema aún sin resolver en nuestro país?
R: La utilización política de la educación debería estar penada por ley. No se puede adoctrinar a los niños. La verdad es que yo no tengo hijos, así que no me ocupo de este tema desde que dejé el instituto pero creo que está muy mal enfocado. Es absurdo que los niños se dediquen a memorizar cosas que luego van a olvidar. Lo importante es que se enseñe a pensar, que se satisfaga la curiosidad… Ahora, el sistema está basado en que los críos pasen ocho horas en clase para aprender a ser esclavos sin rechistar y que luego trabajen 10 horas por dos duros. Los profesores más apasionados acaban con depresión. Es importante separar la religión y el poder de la educación.
P:¿Cómo mejorarías esta situación?
R:Habría que recuperar cosas como la Botánica, que hace que los niños se den cuenta de que somos parte de un planeta que hay que cuidar. También la Literatura y el Latín, las humanidades son importantes porque nos sitúan en el mundo y nos abren la mente.
Fuente de la entrevista: http://www.elmundo.es/metropoli/teatro/2017/08/30/59a5591b468aebaa4d8b45a2.html
Fuente de la imagen:
http://e00-elmundo.uecdn.es/assets/multimedia/imagenes/2017/08/30/15040953142329.jpg