Discalculia: causas, síntomas y tratamientos posibles

Mercedes Leal González

La discalculia, en términos generales, es una discapacidad de aprendizaje de por vida relacionada con los números y las habilidades aritméticas. A veces, se confunde con la ansiedad matemática, que tiene una patología diferente, pero que a menudo se presenta de manera similar.

Este artículo trata principalmente de la “discalculia del desarrollo“, que se distingue de la “discalculia adquirida“, ya que esta última es el resultado de un accidente cerebrovascular o lesión cerebral.

Definición de discalculia

Los diagnósticos y las definiciones completas de la discalculia son todavía algo confusos. Aparentemente, el término se usó por primera vez en un anuncio publicado en el New York Times en 1968, pero al investigador checo, Kosc, generalmente se le atribuye haber acuñado “discalculia del desarrollo” en 1974. Lo señaló como “… claramente (distinguible) de otras formas de habilidades matemáticas perturbadas “.

La discalculia se define como la dificultad para adquirir habilidades aritméticas básicas, lo cual no es debido a la falta de inteligencia del paciente o por una enseñanza deficiente. Aproximadamente un 5% de los niños en las escuelas primarias se ven afectados por esta afección en el aprendizaje. La discalculia no mejora sin tratamiento.

Algunas veces llamada ‘dislexia matemática‘, la Asociación Británica de Dislexia caracteriza a la discalculia como la ‘incapacidad para aprender hechos aritméticos básicos, procesar la magnitud numérica y realizar cálculos precisos y fluidos’. La ‘magnitud numérica’ de un objeto es su representación numérica no verbal. La suciedad, por ejemplo, no tiene una magnitud numérica, ya que uno no puede cuantificar “dos polvos”.

Según Schulte-Körne, se clasifica a la discalculia como un “trastorno matemático” o un trastorno del aprendizaje, con deficiencias en cuatro habilidades secundarias: sentido numérico, memorización de hechos aritméticos, cálculo preciso o fluido y razonamiento matemático exacto.

La discalculia no suele asociarse con poca inteligencia. Esto significa que un individuo (niño o adulto) que es inteligente o competente en otras áreas de aprendizaje, realmente lucha con los números, las matemáticas y la aritmética. Además, parece haber una gran superposición con otras discapacidades o deficiencias de aprendizaje, lo que hace que la discalculia sea un trastorno difícil de diagnosticar.

Cómo se clasifican los síntomas de la discalculia

Kosc identificó seis clasificaciones diferentes para el trastorno, donde los estudiantes presentan problemas y dificultades en las siguientes áreas:

  • Discalculia verbal: nombrando cantidades específicas, por ejemplo, ‘tres naranjas’. Las investigaciones posteriores lo llaman falta de sentido numérico o dificultad para comprender la cantidad.
  • Discalculiapractognostica: manipular objetos matemáticamente, por ejemplo, hacer comparaciones para determinar cuál es más pequeño o más grande, más o menos, etc.
  • Discalculia ideológica: comprensión de conceptos matemáticos y aritméticos y relaciones.
  • Discalculialéxica: lectura de símbolos matemáticos, como signos operativos (+, -, <,> etc.) y números.
  • Discalculia gráfica: escritura de símbolos matemáticos como signos operativos (+, -, <,> etc.) y números.
  • Discalculia operacional: realizando cálculos aritméticos y matemáticos.

Aunque estos hallazgos no se verificaron de forma independiente, las clasificaciones de Kosc ofrecen una buena base para comprender los síntomas generales de la discalculia.

Para una mayor aclaración, a continuación se presenta una lista de síntomas y manifestaciones generales o fácilmente observables del trastorno.

Otros síntomas asociados

Según la Asociación Británica de Dislexia (BDA, por sus siglas en inglés), los niños y adultos con discalculia también pueden presentar: [¹]

  • Dificultad para contar hacia atrás;
  • Dificultad para recordar datos matemáticos básicos, incluso después de muchas horas de práctica y / o aprendizaje de memoria;
  • Dificultad para comprender el valor relativo y el papel del cero en el sistema numérico árabe / hindú;
  • Dificultad para determinar si las respuestas son correctas o casi correctas;
  • Lento para realizar cálculos;
  • Dificultad para imaginar una recta numérica mental;
  • Dificultad particular con la resta, con la suma a menudo como la operación por defecto;
  • Gran ansiedad al tratar con las matemáticas;
  • Dificultad para leer o dislexia;
  • Dificultades de atención;
  • Problemas con el dibujo, la visualización y el recuerdo, la comprensión del tiempo y la dirección;
  • Mala coordinación del movimiento (dispraxia).

Es importante tener en cuenta que revertir números no es un síntoma de discalculia. Por lo general, es una etapa de desarrollo normal para los niños, y no es motivo de alarma. Lo mismo ocurre con recordar nombres: ninguna evidencia sugiere que la discalculia esté relacionada con la memoria verbal a largo plazo.

Cuáles son sus causas

La teoría predominante es que la discalculia es un trastorno neurológico. Sin embargo, según la investigadora de discalculia y cognición matemática con sede en Nueva Zelanda, la Dra Anna Wilson, la investigación sobre las causas neurológicas de la discalculia está “apenas en su primera fase“.

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Ella afirma que la mayoría de las investigaciones sobre la discalculia hasta la fecha se han hecho en demografías especiales como personas con síndrome de Turner, síndrome alcohólico fetal, o aquellos nacidos con un bajo peso al nacer.

Todos estos niños presentan algún tipo de afección cerebral. Algunas evidencias sugieren que los niños con discalculia, aunque no presentan ningún otro trastorno, muestran la misma actividad cerebral limitada en las áreas frontal y parietal del cerebro.

Estas áreas están generalmente asociadas con la cognición matemática. Wilson sostiene que tanto los factores genéticos como los ambientales, y una interacción de los dos, son posibles causas fundamentales. Ella dice: “La causa para un individuo puede no ser la misma que para otro, y en muchos casos puede no ser obvia“. Claramente, se necesita más investigación.

Nuevas investigaciones

Las investigaciones no son muy completas aún, sin embargo, en la Conferencia Internacional sobre Investigación en Educación Matemática de 2010, se presentaron pruebas que demostraron que la prevalencia de discalculia es de 2% en la población general.

Esto se debe a que las cifras anteriores generalmente incluían “una proporción significativa de alumnos que tienen lo que se conoce mejor como ‘dificultad de aprendizaje“, según el autor. Se necesita una investigación adicional y actualizada.

Cómo tratar la discalculia

No hay tratamiento médico para la discalculia, ni ningún método comprobado con 100% de eficacia. Sin embargo, eso no quiere decir que no se pueda hacer nada para ayudar.

La Dra. Wilson sugiere que, idealmente, los niños con discalculia deben recibir asistencia correctiva o especializada tan pronto como sea posible en su formación escolar. También alienta a los padres y maestros a no dejar de intentar de dar apoyo al niño, incluso ante el aparente fracaso.

“Lo importante es que ni los padres ni los niños se den por vencidos. Los problemas se pueden superar, y vale la pena. Sigue evaluando si crees que el enfoque actual es bueno, y no dudes en probar con otra persona o pedir una segunda opinión “. Como se mencionó anteriormente, todavía no hay un tratamiento seguro.

Organizaciones de apoyo

Understood, una organización con sede en los EE. UU. cuya misión es ayudar a los padres con niños con dificultades de aprendizaje, sugiere técnicas multisensoriales para enseñar matemáticas, usar la vista, la audición, el tacto y el movimiento para comprender mejor qué representan los números y los símbolos. En su sitio, también hacen recomendaciones para el apoyo en clase de los maestros. [²]

La tecnología de asistencia también es popular en las escuelas, con una amplia gama de opciones para elegir. “Understood” ofrece una buena lista de opciones para asistencia con las matemáticas, muchas de ellas no son costosas. Las aplicaciones de enseñanza para dispositivos abundan, pero lo mejor sería una investigación exhaustiva y cautela al adquirirlas. Wilson enumera las siguientes cosas a tener en cuenta al considerar una aplicación de software:

  • No hay milagro ni cura instantánea para la discalculia. No creas en un anuncio que prometa eso.
  • Sospecha de los precios muy altos. No te dejes engañar por la idea de que ‘Caro’ es necesariamente igual a ‘Efectivo’.
  • Sospecha de los “métodos especiales” que parecen tener poco que ver con las matemáticas. “Es un principio psicológico fundamental que cuanto menos específico es el entrenamiento, menos funciona”, dice Wilson.
  • Investiga si el anunciante afirma que la aplicación está ‘basada en investigaciones’ o ‘probada por investigaciones’. Si una base de investigación sólida para estas reclamaciones no está disponible o no se puede encontrar, no lo compres.
  • Sospecha cuando se requiere una gran inversión sin la posibilidad de cancelar o retirarse de la transacción.

La discalculia es un trastorno que afecta gravemente, pero no tiene por qué ser una sentencia de por vida para ninguna persona. La famosa cantante Cher sufre de discalculia, y mira a dónde ha llegado.

Fuente: https://www.menteasombrosa.com/discalculia/
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España: El reto de estudiar en la universidad teniendo diversidad funcional

Europa/España/15 Mayo 2019/Fuente: El diario la educación

Desde 2014 el número de estudiantes con diversidad en la universidad está estancado y disminuye cuanto más ‘alto’ se llega en los estudios.

En el curso 2017-2018 la proporción de estudiantes con diversidad funcional en las universidades españolas era del 1.8% en los estudios de grado. Del 1,2% en el postgrado y el máster y del 0.7% en el doctorado. Muy similar a las cifras del curso anterior.

Un dato que contrasta con otro. Mientras, como explicaba Sonia Viñas, responsable de Fundación Universia en la presentación del informe, el porcentaje de personas con diversidad matriculadas en la universidad sobre el total de personas con diversidad está, aproximadamente, en el 42%, la proporción de alumnado universitario frente al total de la población general, está algo por debajo, sobre el 40%. Sería un dato positivo, en principio, aunque bien es cierto, que la población con diversidad supone el 10% de toda la población. El hecho de que menos de que tengan un peso menor al 2% en los campus españoles es mejorable.

Es uno de los datos registrados en el IV Estudio sobre el grado de inclusión del sistema universitario español respecto de la realidad de la discapacidad elaborado por la Fundación Universia en colaboración con la Fundación ONCE, Cermi y el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social.

El informe se ha elaborado recogiendo información de 72 universidades públicas y privadas de todo el Estado (la mayor muestra desde que comenzaron a hacerlo) y con entrevistas online a 1.72o estudiantes con diversidad funcional.

Retos

Además de recoger una gran cantidad de información sobre la situación de la diversidad en las universidades, cuántas personas con diversidad funcional trabajan o estudian en los campues españoles, el informe también se detiene en información sobre la percepción que tiene el estudiantado sobre su paso por las facultades.

Entre los retos que señalan se encuentra una mayor normalización de su presencia en las aulas, pero no solo. Además de reclamar una mayor y mejor información y formación de los docentes sobre su alumnado con diversidad, chicas y chicos también señalan la necesidad de que el resto de compañeras y compañeros les trate como iguales. El informe recoge algunos testimonios de personas que han pasado o están ahora mismo en los campus: “Más empatía por parte de las personas”; “Concienciar a los profesores de la universidad de que no todas las discapacidades tienen que notarse a primera vista. Y que si una persona tiene reconocida una discapacidad es porque su historial ha pasado por una seria de evaluaciones por parte de organismos correspondientes”. “Que consideraran que la carga de trabajo para mí no puede ser igual que para el resto de mis compañeros, pero les da igual tanto a profesores como rectorado como administración”.

“Es preocupante, decía Pilar Villarino, directora técnica de CERMI, esta percepción que tienen los estudiantes sobre el estigma social, que son ciudadanos de segunda. Reclamamos una toma de conciencia real”.

A esto se suma otro reto de la inclusión más allá de los estudios y que tiene que ver con la participación de las personas con diversidad en la vida de los centros de estudios. Algo que va desde su presencia en los órganos de gobierno de las universidades hasta la posibilidad de acudir a actividades de ocio y deporte adaptadas dentro del campus.

Aunque las universidades han trabajado mucho para mejorar la accesibilidad, al menos en cuanto a barreras físicas, todavía quedan elementos que dificultan el paso y evolución de las personas con diversidad por las aulas. Desde más y mejores adaptaciones tanto de materiales como de evaluaciones, como más becas y ayudas hasta más apoyo para la inserción laboral.

El sesgo de género también apunta. Mientras que entre la población ‘general’, las alumnas suponen aproximadamente el 60% de las estudiantes universitarias, en el caso de las compañeras con discapacidad, ellas son algo menos de la mitad. Entre las causas, según apuntaba en la presentación Pilar Villarino, se encuentra un mayor nivel de abandono escolar en la secundaria de las chicas frente a los chicos.

Para Isabel Martínez Lozano, de Fundación ONCE, efectivamente es necesario mejorar el acceso a la universidad  dado que hay una mayoría estudiantil que no pasa de la secundaria. Es necesario apostar por la educación inclusiva; “debe mejorar en primaria, en ESO y secundaria”

La experta señaló que la nueva legislatura es buen momento para acometer mejoras en la inclusión del alumnado con diversidad en la universidad dado el anuncio del presidente Pedro Sánchez de su intención de redactar una nueva ley de univeridades. Según Martínez Lozano, con la nueva ley “deben darse pasos más ambiciosos”.

Fuente e imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/blog/2019/05/10/el-reto-de-estudiar-en-la-universidad-teniendo-diversidad-funcional/

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