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Aproximaciones al paradigma del protagonismo de la niñez

Por: Giovana Bendezú y Sebastian Soto-Lafoy 

En el contexto actual de la cuarentena nacional obligatoria producto de la pandemia
mundial del COVID-19, queremos aprovechar el uso masivo y preponderante de las redes sociales en la cotidianeidad, para visibilizar una temática que, dentro del campo de los movimientos y organizaciones sociales y populares, suele ser un tanto marginal, olvidada, o abarcada superficialmente. Esta es, el protagonismo de la niñez.

Aclaramos desde un principio que a través del presente escrito pretendemos realizar una mera aproximación introductoria al paradigma del protagonismo de la niñez, abarcándolo desde la propia experiencia militante desde la niñez de la autora de este escrito. A lo largo del texto se irán mencionando y/o esbozando algunos conceptos o temas relacionados a éste, pero que por razones de extensión no lo desarrollaremos aquí. Pretendemos hacerlo con mayor profundidad en otros escritos.

A grandes rasgos, el protagonismo de la niñez es un paradigma social y político el cual sostiene que los niños, niñas y adolescentes son sujetos sociales y políticos con derechos sociales, civiles y políticos de, entre otros, participar activamente en los distintos ámbitos de su vida cotidiana que les concierne (escuela, barrio, familia, trabajo) y transformar la realidad que lxs discrimina y oprime, en pos de una sociedad basada en el buen vivir. Este enfoque apunta a los derechos del niño y la niña, practicados por ellxs mismxs, dando cuenta de su capacidad real y concreta de  acción y organización colectiva en los espacios sociales y comunitarios. Han sido los movimientos de niños, niñas y adolescentes trabajadorxs en Latinoamérica quienes han tomado como referente la promoción del protagonismo como una suerte de contra-discurso a la historia oficial de la niñez, que la ha comprendido desde la protección y control de parte del mundo adulto 1 .

Asimismo, cuestionan profundamente las representaciones adultocéntricas que lxs ubican en tanto “menores de edad”, como sujetos pasivos, inocentes, a-críticos e incapaces, retirandolxs de la vida pública y política, relegándolxs a la esfera privada-familiar. Esa concepción de la niñez corresponde a una idea hegemónica de concebirla. Es decir, “se trata de una cierta globalización de la imagen occidental y colonialista (eurocéntrica) de lxs niñxs, que supone que éstos son sujetos inocentes, frágiles, que deben realizar algunas acciones (jugar, ir a la escuela, no trabajar, estar exentos de preocupaciones), que se trasladan a todx niñx en tanto marco normativo prescriptivo que se impone, más allá de toda condición contextual. Una niñez universal, que no reconoce contradicciones con la realidad cotidiana de muchxs niñxs, especialmente de nuestra América Latina, que efectivamente deben trabajar, que juegan pero también tienen preocupaciones, que no siempre pueden ir a la escuela, entre otros” (Morales, y Magistris, 2018 , pág. 38).

El protagonismo de la niñez, en tanto teoría-praxis social y política, formulada y
sistematizada, tiene sus orígenes en América Latina hace unos 50 años aproximadamente. Es decir, es bastante incipiente si se compara por ejemplo con el feminismo o el sindicalismo.

Durante el siglo pasado en la década de los 60-70´ se multiplicaron las luchas sociales y políticas –feminista, antirracista, diversidad sexual, ecologista, pacifista-contra el modelo capitalista, patriarcal y colonialista, ampliando la consciencia anticapitalista llevada a cabo históricamente por el movimiento de lxs trabajadorxs , visibilizando los distintos sistemas de opresión que se articulan con el capitalismo. En ese contexto, en América Latina surge lo que se conoce como la educación popular, una corriente política-pedagógica influenciada fuertemente tanto por experiencias políticas revolucionarias como la Revolución Cubana (1959), como por la Teología de la Liberación, la comunicación popular y la investigación- acción. Si bien la educación popular en tanto concepto ya tenía antecedentes políticos y pedagógicos desde diversos personajes como Simón Rodríguez, Che Guevara, José Carlos Mariátegui, quien es reconocido como el padre de la educación popular por sus planteamientos y acción pedagógica, es el pedagogo brasileño Paulo Freire.

En términos generales, Freire postula que la educación popular se caracteriza por plantearse como una pedagogía crítica que apuesta a la transformación social de la realidad desde la educación, a través de un proceso pedagógico crítico y reflexivo entre el educador y lxs educandxs. La circulación colectiva de la palabra facilita la (re)construcción simbólica de la realidad que los rodea. Todxs saben algo, todxs ignoran algo, es una de las premisas de Freire, con la cual permite sostener la idea de que en el proceso de enseñanza-aprendizaje no solo lxs educandxs aprenden del educador, sino que lxs educandxs pueden aprender de ellxs mismxs, y también el educador puede aprender de lxs educandxs. Se plantea de esta manera que el proceso pedagógico es siempre horizontal, mutuo, multidireccional y grupal.
En esa línea, tal como lo plantea en su libro Pedagogía del Oprimido, en la educación bancaria el educador seria el poseedor absoluto del conocimiento, el cual lo transmite de manera unidireccional y lineal, mientras que lxs educandos serian ubicadxs como sujetos pasivxs receptorxs del conocimiento, el cual deben memorizar mecánicamente y replicarlotal cual como lo enseñó el educador o educadora. Desde esta lógica pedagógica, según Freire, se genera un proceso de alienación, convirtiendo a lxs educandxs en sujetos pasivos, a-críticos, dóciles. Oprimidos. Por tanto, plantea como alternativa la educación como práctica de libertad, en la que a través de una praxis política-pedagógica (en la que se
combinan acción y reflexión), lxs oprimidxs puedan concientizar de su posición de
oprimidxs, y concretar una acción liberadora colectiva que les permita creer en sí mismxs, superando su complicidad con el régimen opresor, lo cual a su vez permita superar la contradicción de opresorxs-oprimidxs.

Anclados a los postulados de la educación popular, durante la década los 70-80´ aparece, por un lado, el primer referente intelectual del protagonismo de la niñez, el peruano Alejandro Cussianovich, y por otro lado, las primeras experiencias colectivas de niñeces protagónicas, de mano de las organizaciones de niños, niñas y adolescentes trabajadorxs en la región latinoamericana. Entre ellas encontramos: En Perú, El Movimiento de Adolescentes y Niños  Trabajadores Hijos de Obreros Cristianos (MANTHOC), Movimiento Nacional de Niños, Niñas y Adolescentes Trabajadores Organizados del Perú (MNNATSOP); en Bolivia, Unión de Niños y Adolescentes Trabajadores de Bolivia (UNATSBO); en Paraguay, Coordinación Nacional de Niñas, Niños y Adolescentes Trabajadores (CONNATS); en Venezuela, Coordinación Regional de Niños, Niñas y Adolescentes Trabajadores (CORENATS) ,entre otras, estas organizaciones mencionadas tienen una instancia de coordinación con una identidad regional, denominada Movimiento Latinoamericano y del Caribe de Niños, Niñas y Adolescentes Trabajadores (MOLACNATS). En esta oportunidad pondremos como ejemplo la dinámica de la participación protagónica de lxs niños en el MANTHOC 2 , basada en la propia experiencia de la autora de este escrito.

Esta es una organización nacional con una trayectoria de 44 años en el Perú. Integra
alrededor de 2.500 niños, niñas y adolescentes trabajadores (NNATs) en 10 regiones, con la finalidad de contribuir al protagonismo organizado de la niñez  para ejercer  sus derechos  y  así mejorar  su calidad de vida. Realiza acciones educativas y organizativas para desarrollar y potencializar sus capacidades, para lo cual se organizan en pequeños grupos con el acompañamiento de un adultx (al que se le suele llamar colaborador/a) y suelen elegir a un represente en cada grupo de niñxs al que se lo llama delegadx. Los veranos de cada año el MANTHOC realiza una Asamblea Nacional donde se juntan lxs delegadxs de cada región para charlar, fraternizar, jugar, bailar y también hacer un balance de las acciones que desarrollaron durante el año anterior .En esta asamblea se desarrolla una agenda nacional para los NNATs con temas ambientales, incidencia política, DD.HH. en
especial de la infancia, entre otros. Se elige la Coordinación Nacional integrado por
delegadxs y un colaborador que han sido elegidos mediante un proceso de elección con los criterios puestos por los propios NNATs.

Frente a los derechos del trabajo y la participación, los NNATs desarrollan los siguientes enfoques:

1. Valoración Crítica del Trabajo de los Niños, Niñas y Adolescentes

Partimos de la definición del trabajo de lxs niñxs, como la actividad realizada por los niños, niñas y adolescentes, a través de la cual contribuyen a la satisfacción de las necesidades propias y de las familias. El trabajo forma parte del aprendizaje, socialización y el vínculo con la cultura.

Se apuesta porque estas labores sean asumidas acorde con el desarrollo físico, biológico y psicológico de los NNATs, y relacionadas a la realización y desarrollo personal – colectivo como es el ejemplo de lxs niñxs actores y actrices. Así también consideramos el trabajo como un derecho humano, parte de nuestra cultura andina, que ejercida en condiciones adecuadas permite desarrollar capacidades, habilidades que forman parte del proceso de socialización y realización personal, de la misma forma se critica y denuncia las condiciones dañinas de explotación y abuso a otras actividades remunerativas que no son trabajo sino explotación y delito: trabajo en minerías, explotación sexual, trata de niñxs, comercialización de drogas. Frente a ello el MANTHOC propone alternativas de trabajo en condiciones dignas.

Se valora los aspectos positivos del trabajo en la vida de lxs NNATs, se apuesta por el reconocimiento y valoración de las capacidades organizativas y propositivas que lxs NNATs presentan en búsqueda de un trabajo digno, sin explotación, con horarios adecuados, esfuerzo físico de acuerdo a la edad, habilidades y destrezas que contribuyan a su desarrollo integral.

Desde esta postura se asume el trabajo como un derecho humano, cuestionando
profundamente las políticas y discursos de organismos internacionales como Unicef y la OIT, los cuales, desde una posición adultista, reniegan las propias voces de los niños, niñas y adolescentes trabajadorxs, quienes denuncian que el problema de fondo no es el hecho de trabajar, sino que como el sistema capitalista y las políticas neoliberales precarizan las condiciones laborales de la clase trabajadora. Esto sumado a que la realidad social y cultural de las niñeces latinoamericanas es distinta a la de las niñeces europeas, ya que las primeras muchas veces se ven en la necesidad de trabajar para aportar a la economía familiar, producto de los bajos salarios de sus padres, madres o cuidadorxs.

Protagonismo Organizado de lxs NNATs

El protagonismo infantil es el grado de autonomía, iniciativa y presencia organizada de los NNATs en la sociedad, como sujetos sociales con plenos derechos y capacidades para actuar y tomar decisiones, elaborando propuestas frente a las problemáticas sociales, políticas y económicas que viven día a día.

Los movimientos de NNATs en América Latina desafían el sistema adultocéntrico de la sociedad, el cual concibe que lxs niñxs no son capaces de formar un pensamiento crítico, cuestionar el sentido común y hacer propuestas frente a la problemática que los aqueja. Cuando nos referimos al sistema adultocéntrico no solo hablamos del adultx padre/madre de familia, sino también a los gobiernos en sus distintos niveles, programas/planes/leyes del gobierno, sistema de justicia penal de “menores”, sistema educativo e incluso el Sistema del Derecho Internacional de los Derechos Humanos.

El protagonismo infantil es una de las respuestas frente al mundo adulto, donde se toma en cuenta el grado de autonomía, iniciativa, presencia individual y colectiva de lxs niñxs en la sociedad, como sujetos sociales con plenos derechos y capacidades para actuar y tomar decisiones, elaborando propuestas frente a su realidad y no solo ser receptores de programas asistencialistas.

Los movimientos de NNATs a lo largo de su trayectoria han logrado conquistar espacios de participación en algunas municipalidades, que en algunas instancias aún son simbólicas, es un largo camino por recorrer, existe una frase que resume esto “No somos el problema, somos parte de la solución” es una de las tantas frases que lxs NNATs organizados dicen en sus marchas.

La que relata estos últimos párrafos fue una NNATs en su infancia y adolescencia que comenzó a trabajar a la edad de los ochos años junto con su madre en un negocio familiar en la ciudad de Lima, durante esos años conoció al MANTHOC al cual se incorporó hasta cumplir la mayoría de edad, asumió diversos cargos entre ellos el ser Delegada Nacional del MANTHOC cumpliendo su rol de llevar la diversidad de voces y propuestas de sus demás compañerxs en instancias de poder como el Congreso del Perú, foros y eventos relacionados a la infancia en Latinoamérica y Europa.

Es importante resaltar el rol de lxs adultx en los movimientos sociales de la niñez
trabajadora, el adultx, al que llamaremos “colaborador”, son voluntarixs con un profundo compromiso social que apuestan por la participación protagónica infantil. Para ello tienen instancias de formación e intercambio donde pueden debatir diferentes temáticas de la niñez, ellxs acompañan a pequeños grupos de NNATs en las regiones donde viven. Una de sus principales funciones es acompañar el proceso de participación de lxs niñxs sin influir en las decisiones ni tergiversar las conclusiones finales. Este acompañamiento es un proceso pedagógico de escucha y orientación. También cumplen otras funciones que es dar acompañamiento en las gestiones legales y burocráticas de los gobiernos regionales y de la
nación. El acompañamiento atraviesa también otros sectores de la vida de lxs NNATs, como las familias haciendo visitas temporales entablando una relación amena y respetuosa con el círculo familiar del niñx, en las escuelas con visitas a los docentes y hacer el acompañamiento del rendimiento académico de lxs niñxs y las visitas al médico 3 .

Cabe destacar que esta figura del ´adultx colaborador´ es original de los movimientos de NNATs. Quien cumpla ese rol no puede representar ni decidir por lxs niñxs y adolescentes. En ese sentido, además de novedoso, dista bastante del rol clásico que asumen lxs adultxs en otras organizaciones sociales que trabajan con niñeces, en las que predominan lógicas paternalistas de hablar en nombre de y representar a lxs niñxs, y que más allá de las buenas intenciones, se continúan perpetuando de esa manera prácticas adultistas de subordinación intergeneracional.

Nos parece fundamental visibilizar el paradigma del protagonismo de la niñez en la medida que: 1) posibilita el cuestionamiento al modelo adultocéntrico, como causa originaria de la violencia estructural y sistémica hacia las niñeces y adolescencias, 2) da cuenta de las luchas colectivas de niñeces protagónicas organizadas en la región latinoamericana (en tanto experiencias políticas concretas), 3) replantea el lugar en la sociedad de los niños, niñas y adolescentes como sujetos sociales y políticos con el derecho a organizarse, protestar y luchar por sus derechos, sin que el mundo adulto los dirija ni imponga formas de organizarse (se autorepresentan); problematizando la configuración social de las relaciones intergeneracionales basadas en la subordinación, violencia y opresión.

Notas:

1 Cussiánovich, A (2010), Aprender la condición humana. Ensayos sobre pedagogía de la ternura. IFEJANT, Lima, 2da edición.

2 Para mayor información de esta organización, buscar en su página web: www.manthoc.org.pe

3 Bazán, Enrique Juan y Gonzales, Ángel. Ser colaborador, Save the Children, enero 2016.

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Docentes de la Universidad de Panamá denuncian recorte en el presupuesto

Centroamérica/Panamá/14 Mayo 2020/eldigitalpanama.com

La Asociación de Profesores de la Universidad de Panamá (Apudep), denunció la tarde de este miércoles 13 de mayo, que la Universidad de Panamá sufrió el recorte presupuestario por varios millones de dólares.

El profesor José Álvaro, dirigente de la Apudep explicó que se trata de 25 millones de dólares menos, en concepto de inversión y funcionamiento.

Audio:

Álvaro agregó que entre el 2019 y el 2020 la casa de estudios sufrió un recorte de 34 millones de dólares.

La Universidad de Panamá fue fundada en 1935 y tiene una población estudiantil de 73 mil 203 alumnos.

Un cuerpo docente de más de 4 mil 756 docentes y tres mil administrativos y cuenta con de 311 carreras.

Fuente e imagen tomadas de: https://eldigitalpanama.com/docentes-de-la-universidad-de-panama-denuncian-recorte-en-el-presupuesto/

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Conversación con el profesor investigador, Dr. Miguel Ángel Santos Guerra. Rutas ante los escenarios de coronavirus y quédate en casa

Entrevista/14 Mayo 2020/Por: Lourdes González para Otras Voces en Educación

El profesor investigador, Miguel Ángel Santos Guerra, (enlace) con trayectoria ejemplar, con la extraordinaria virtud de conectar con una inmensa mayoría, siempre envuelto en el afecto de colegas, discípulos y académicos y con una gran producción intelectual sobre el sistema escolar, las prácticas docentes, la evaluación educativa, accedió amablemente a contestar unas preguntas y a enviar unas líneas al respecto.

Hoy en día, ante las medidas de sana distancia y ¡Quédate en casa! implementadas en México para evitar la propagación de COVID-19 y para mantener una buena salud se modificó la modalidad de prestación de los servicios educativos de presencial a distancia. El profesorado y los investigadores de la educación con los medios disponibles desde sus hogares se conectan con las y los estudiantes para ofrecer el acompañamiento, la preparación académica y con ello existen ciertas preocupaciones que resultan en el proceso ¿Qué compartiría con los profesionales de la educación por los escenarios teniendo en cuenta que la educación a distancia difiere mucho de unas comunidades a otras?

El Dr. Miguel Ángel Santos Guerra, saluda y precisa que le hubiera gustado disponer de más tiempo para hacer más extensas las contestaciones.

– Por la situación que estamos viviendo jamás se había tenido que impartir la docencia desde las casas, jamás se había realizado la evaluación de todo el sistema educativo a distancia. Jamás se había desarrollado el currículum desde una institución virtual diseminada en el espacio y en el tiempo.

Este hecho ha obligado a los docentes a dar respuestas de forma rápida, creativa e improvisada a unas demandas para las que, salvo excepciones, no estaban preparados.

Han tenido que trabajar más, han tenido que adaptar el trabajo a la nueva situación y han tenido que responder a las exigencias de los alumnos y de las alumnas que no disponen de los medios necesarios para realizar el aprendizaje. No olvidemos que la brecha digital es muy grande y que tendremos familias sin cobertura, sin computadoras o con una sola para varios hijos e hijas y sin los conocimientos necesarios para su uso.

Este hecho es muy importante porque va a incrementar las diferencias que ya existían en la enseñanza presencial y habrá que corregirlas de manera urgente y eficaz.

En las obras, “Cadenas y sueños” y “Entre bastidores”, Usted menciona la escuela está cargada de significados, ¿Qué dificultades encierra el traslado a la casa y cómo recomienda resolverlo?

– He trabajado durante muchos años, dedicado a la investigación, escribiendo varios libros e impartiendo clases sobre la importancia de la organización escolar como institución que acoge la planificación, el desarrollo, la innovación y la evaluación del currículum.  Pero ahora por los escenarios, la organización escolar es solo virtual, no es física. Partiendo de un ordenador o de un teléfono inteligente compartimos el aprendizaje y la convivencia.

¿Qué hacer? Ahora conviene trabajar y potenciar las dimensiones virtuales de esa comunidad de aprendizaje que es una escuela. El Proyecto Educativo sigue existiendo. La comunidad educativa, aunque diseminada, es real y debe fortalecerse. La participación se realiza de otras formas y las relaciones adquieren unas nuevas dimensiones.

La escuela sigue existiendo, sus propósitos, sus integrantes, sus cometidos, su currículum, sus estrategias y sus evaluaciones, siguen ahí, menos visibles físicamente, pero no menos reales.

He escuchado a profesores que me dicen que en esta etapa se han sentido acompañados, apoyados y sostenidos por la comunidad.

– ¿Cómo hacer para que las experiencias sean más formativas para todos los protagonistas?

La finalidad esencial de la escuela es alcanzar la formación integral de las y los estudiantes. No basta llenar la cabeza de conocimientos. Y, menos aun, de datos estériles. Si todo el conocimiento que se adquiere en las escuelas sirviera para dominar, engañar y explotar mejor al prójimo, más nos valdría cerrarlas.

Por eso es muy importante que las experiencias de aprendizaje que se desarrollan a distancia sean ricas y formativas. 

En cada escuela deberíamos tener este lema como orientación prioritaria de la acción: tenemos que formar no a los mejores del mundo, sino a los mejores para el mundo.

– ¿Cómo hacer para que los productos se relacionen más con aprendizajes esperados, o se cumplan y no se vuelvan un procedimiento administrativo?

El quehacer esencial de la escuela tiene que ver con la formación de la mente y el corazón de los alumnos. Multiplicar las actividades burocráticas o pobres intelectualmente es empobrecer, la esencia del trabajo docente.

No hay nada más absurdo que lanzarse con la mayor eficacia en la dirección equivocada. Es esencial es aprender a pensar y aprender a convivir. No hay que ocupar a los niños y a las niñas en actividades meramente administrativas.

Y no se puede olvidar la dimensión afectiva, tan decisiva en la educación. Los alumnos aprenden bien de aquellos docentes a los que aman. Mi último libro, de este mes de mayo de 2020, se titula “Educar el corazón. Los sentimientos en la escuela” (Editorial Homo Sapiens).

En el caso del profesorado con estudiantes que necesitan el acompañamiento de las madres, los padres o algún adulto para realizar los deberes escolares ¿Cómo hacer para aprovechar la experiencia, para conectar más las y los progenitores y lograr que se sumen a colaborar?

La participación de los padres y las madres es fundamental en la enseñanza presencial. También sobre este tema he escrito varios libros. Y es más importante en esta modalidad virtual de enseñanza porque los alumnos y las alumnas realizan su tarea en el ámbito doméstico. Los padres y las madres deben:

– Valorar el trabajo que realiza la escuela y que llevan a cabo los docentes.

– Proporcionar a los hijos un espacio adecuado para el trabajo.

– Facilitarles los medios que necesiten para realizarlo.

– No comparar a unos hijos con los otros.

– Darles ejemplos de trabajo.

– Dialogar con los docentes cuando sea necesario.

Todas las piedras que lancen los padres y las madres sobre el tejado de la escuela, caen sobre la cabeza de los alumnos y alumnas.

– ¿Qué dificultades encierra la evaluación?

Sobre evaluación he escrito 12 libros.  El último se titula “Evaluar con el corazón” (Editorial Homo Sapiens). No es posible resumir su contenido en unas líneas.

  1. La evaluación revela, expone sobre el tapete todas las concepciones, actitudes y principios del evaluador. De modo que se podría decir lo siguiente: dime cómo evalúas y te diré qué tipo de profesional eres.
  2. Es importante que no se confunda la evaluación con la calificación.
  3. Tienen que potenciarse las tareas más ricas porque una evaluación de naturaleza pobre favorece un proceso de enseñanza y aprendizaje pobre.
  4. Es preciso utilizar instrumentos variados, sensibles para captar la complejidad y adaptados a los contextos y a las personas.
  5. Hay que potenciar la evaluación continua y no hacerla al final del aprendizaje.
  6. Es muy importante que la evaluación sirva para motivar, aprender, mejorar, dialogar y animar. Y no tanto para controlar, comparar y torturar.
  7. Los alumnos tienen que participar en la evaluación y autoevaluarse.
  8. No se pueden olvidar las dimensiones éticas de la evaluación.

Suelo decir que en la escuela se evalúa mucho y se cambia poco: algo falla.

¿Cuáles son las preguntas qué tendrían que hacerse los académicos, los directivos, los investigadores educativos en este momento por los escenarios que se viven?

Para todos es muy importante poner en tela de juicio las prácticas, hacerse preguntas, cuestionarse. La duda es un estado incómodo, pero la certeza es un estado ridículo. Aconsejo la lectura de mi libro “La escuela que aprende”, no la que enseña, sino la que aprende.

Después, hay que compartir esas preguntas. Y responderlas a través de la investigación para poder comprender y tomar decisiones de mejora.

También considero importante escribir sobre esos procesos y luego difundir esos escritos para que sirvan de ejemplo, de estímulo y de debate.

– ¿Cuáles son los desafíos en las prácticas docentes, directivas y en el fortalecimiento de la evaluación?

En los tres ámbitos (docente, directivo y evaluador) el principal reto es la reflexión rigurosa sobre las prácticas. Es decir, investigar sobre ellas, con el fin de comprenderlas y de mejorarlas en su racionalidad y en su justicia.

– ¿Qué se necesita para mejorar?

Hace falta poner en funcionamientos tres triángulos:

  • El de las estrategias de mejora, que tiene tres vértices:

-Investigación      -perfeccionamiento      -innovación

  • El de los contenidos, con sus tres vértices:

-concepciones      -actitudes       -prácticas:

  • El de los requisitos, que tiene estos tres vértices:

-querer        -saber        -poder

  • El de los ámbitos, con estos tres vértices:

-escuela        -familia       -sociedad

Sin un vértice, no hay triángulo. Es fácil para las y los lectores hacer todas las combinaciones posibles. Por ejemplo, en el triángulo de los requisitos: si quiero y puedo, pero no sé, no funciona. Si quiero y sé, pero no puedo, imposible la realización. Si puedo y sé, pero no quiero, no es posible…

Seguro habrá motivos de preocupación para el regreso presencial a los colegios ¿Qué podría comentar al respecto?

Necesitaremos todavía mucho tiempo más para combatir el virus. Tendrá que haber desinfectantes, jabones, mascarillas y respeto a las decisiones de las autoridades políticas y sanitarias. Tendrá que respetarse la distancia física entre las personas. Tarde o temprano, habrá que ir recuperando la normalidad. Hasta ahora nos hemos escondido del virus, después tendremos que convivir con él.

La responsabilidad de cada escuela, de cada profesor y de cada alumno va a ser decisiva. Ojalá que el paso por esta crisis nos haga mejores. En mi blog, El Adarve, he dedicado varios artículos (nueve hasta el momento) sobre las lecciones que nos está brindando la crisis, a ellos me remito.

Se acerca el día de los y las maestras ¿Qué mensaje les compartiría?

Quiero recordarles que su tarea es la más importante, más hermosa y más difícil  que se le ha encomendado al ser humano en la historia.  Educar no es solo una forma de ganarse la vida; es, sobre todo, una forma de ganar la vida de los otros. Como homenaje en ese día especial, quiero dedicarles esta hermosa y significativa  anécdota.

El gran magistrado Pericles, cuya personalidad marcó todo el siglo V antes de Cristo, hasta el punto de conocerse a éste como Siglo de Pericles, entendió de forma cabal, la misión del maestro como forjador de la personalidad y la conciencia de los pueblos.

En cierta ocasión, mandó reunir a todos los genios y artistas que habían contribuido a engrandecer Atenas. Fueron llegando los arquitectos, los ingenieros, los escultores, los guerreros que defendieron la ciudad, los filósofos que propusieron nuevos sentidos a la vida… Estaban todos allí, desde el matemático que descubría en el número el sentido helénico de la exactitud hasta el astrónomo que se asomaba al universo para contemplar la armonía de las estrellas.

Pericles cayó en la cuenta de una ausencia notable: faltaban los pedagogos, personas muy modestas que se encargaban de llevar a los niños por el camino del aprendizaje.

– ¿Dónde están los pedagogos?, preguntó Pericles. No los veo por ninguna parte. Vayan a buscarlos.

Cuando, por fin, llegaron los pedagogos, habló Pericles:

– Aquí se encontraban los que, con su esfuerzo, embellecen y protegen a la ciudad. Pero faltaban ustedes, que tienen la misión más importante y elevada de todas: la de transformar y embellecer el alma de los atenienses.

¿Se lo podría explicar alguien de forma convincente a nuestros políticos de hoy? No solo lo que Pericles pensaba y sentía de la educación. También su forma de  vivir honestamente. Porque gobernó de forma justa e intachable durante más de un cuarto de siglo. No hay forma más bella y más eficaz de autoridad que el ejemplo.

Santos, M. (2020a, Mayo 8). La cruel pedagogía del virus. El adarve. La opinión de Málaga https://mas.laopiniondemalaga.es/blog/eladarve/2020/05/08/la-cruel-pedagogia-del-virus/

Santos, M. (2020b, Mayo 2). El dentista del cocodrilo. El adarve. La opinión de Málaga https://mas.laopiniondemalaga.es/blog/eladarve/2020/05/02/el-dentista-del-cocodrilo/

Santos, M. (2020c, Abril 25). Aun es posible la alegría. El adarve. La opinión de Málaga https://mas.laopiniondemalaga.es/blog/eladarve/2020/04/25/aun-es-posible-la-alegria/

Santos, M. (2020d, Abril 18). Su suerte es nuestra suerte. El adarve. La opinión de Málaga https://mas.laopiniondemalaga.es/blog/eladarve/2020/04/18/su-suerte-es-nuestra-suerte/

Santos, M. (2020f, Abril 4). Morir en soledad. El adarve. La opinión de Málaga https://mas.laopiniondemalaga.es/blog/eladarve/2020/04/13/morir-en-soledad/

Santos, M. (2020g, Abril 4). Docentes en tiempos de coronavirus. El adarve. La opinión de Málaga https://mas.laopiniondemalaga.es/blog/eladarve/2020/04/04/docentes-en-tiempos-de-coronavirus/

 

Santos, M. (2020h, Marzo 28). A un enfermo de coronavirus. El adarve. La opinión de Málaga https://mas.laopiniondemalaga.es/blog/eladarve/2020/03/28/a-aun-enfermo-de-coronavirus/

 

Santos, M. (2020i, Marzo 21). Aplausos al anochecer. El adarve. La opinión de Málaga https://mas.laopiniondemalaga.es/blog/eladarve/2020/03/21/aplausos-al-anochecer/

Santos, M. (2020j, Marzo 14). Lecciones del coronavirus. El adarve. La opinión de Málaga https://mas.laopiniondemalaga.es/blog/eladarve/2020/03/14/lecciones-del-coronavirus/

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En un solo sitio, las mejores experiencias de educación en casa

Latinoamérica/14 Mayo 2020/semana.com

En Comunidad Atenea, plataforma gratuita de la Fundación Varkey, más de 5.000 docentes de Latinoamérica comparten sus mejores prácticas, en medio de la cuarentena.

Debido a la cuarentena decretada en diversos países para evitar la propagación del nuevo coronavirus, más de 1.200 millones es estudiantes no están teniendo clases presenciales, razón por la cual la educación virtual se ha tornado en una necesidad para instituciones y profesores.

Motivada por esto, la Fundación Varkey, creadora del Global Teacher Prize (premio al mejor maestro del mundo), decidió lanzar para todos los docentes la Comunidad Atenea, la primera comunidad de aprendizaje colaborativo en línea para maestros en toda Latinoamérica.

La plataforma gratuita, que ya cuenta con más de 6.000 miembros y a la que se unen 100 maestros cada día, les permite compartir las mejores prácticas, celebrar su trabajo y discutir cómo mejorar la educación de sus estudiantes.

De acuerdo con Agustín Porres, director para Latinoamérica de Fundación Varkey, los maestros están encontrándose a través de la plataforma para debatir la mejor manera de mantener a los alumnos aprendiendo ahora que ya no pueden acceder al aula.

Cualquier docente puede acceder a través de cualquier dispositivo, en el siguiente enlace: https://www.comunidadatenea.org. En el sitio web podrán cargar actividades educativas para ayudar a sus colegas en su desarrollo profesional.

La plataforma también funciona como una red social, ya que permite a los docentes subir sus perfiles, publicar contenidos y comunicarse con sus colegas, pero está moderada para garantizar que todas las publicaciones se centren en la educación.

Asimismo, la plataforma también actúa como una sala virtual de maestros que los reúne más allá de las fronteras a través de videoconferencias.

“Es fundamental apoyar a los docentes mientras continúan trabajando e inspirando a sus estudiantes. Más aún en tiempos de gran incertidumbre», concluyó Porres.

Fuente e imagen tomadas de: https://www.semana.com/educacion/articulo/las-mejores-experiencias-de-educacion-en-casa-en-la-pandemia-en-un-solo-sitio/669940

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7 mensajes virales sobre la educación en tiempos de confinamiento

Por: Jordy Jubany

Hemos recogido 7 memes, estos mensajes virales con cargas culturales, que hoy en día se mueven en Internet. Nos han llegado a través de sistemas de mensajería o los han compartidas en las redes sociales personas que tienen relación con el mundo educativo.

Los memes ya forman parte de nuestra cultura digital. Muestran inquietudes, malestar y reivindicaciones con un tono humorístico, irónico o crítico basados en hechos reales que dan para participar en un buen debate. Son muchas las dificultades y preguntas pendientes de resolver sobre la situación de la educación en el tiempo de confinamiento en el que nos encontramos actualmente. Y las que saldrán.

1 / El Titanic se hunde, pero sus músicos siguen tocando. La imagen compara la situación actual por la dificultad de mantener las funciones del sistema educativo cuando la sociedad está en una estado de emergencia. Los docentes, de todos modos, intentan hacer su trabajo en condiciones adversas.

2 / Los dispositivos móviles han pasado de estar prohibidos en muchos centros educativos a ser herramientas indispensables para la comunicación que deben ayudar al aprendizaje a distancia. El meme muestra gráficamente el cambio de mirada de muchas personas hacia las tecnologías actuales.

3 / Las dificultades del teletrabajo son enormes cuando hay que interactuar con muchas personas y resolver varias tareas a la vez. Seguramente tenemos que aprender a gestionarlo de otra manera para optimizar el tiempo y los recursos que todos dedicamos.

4 / Sin haberlo previsto, la evolución de la carrera docente entra en una dimensión desconocida: las clases virtuales. La composición nos muestra una metáfora en la evolución de los personajes interpretados por el actor Jack Nicholson y como cada situación los afecta a lo largo del tiempo.

5 / La metodología mostrada en ciertos programas de televisión educativos actuales es la misma que se utilizaba mucho tiempo atrás. Parece que no han incorporado las metodologías activas ni lo que se ha llamado la escuela avanzada ante la situación actual.

6 / Todo ello nos ayuda a comprender que, aunque la educación con pantallas nos puede ayudar, no puede sustituir la escuela en todas sus dimensiones. La imagen es una adaptación del cuadro «Ceci n’est pas une pipe», «Esto no es una pipa» de René Magritte, cambiando la pipa original para un ordenador portátil.

7 / Con esta imagen cinematográfica épica nos adentramos en un terreno de incertidumbre como es el tercer trimestre y la dificultad de su evaluación. Toda la comunidad ante esta aventura desafiante. Estando unos al lado de otros esperamos salir adelante.

Nos están cambiando las preguntas a medida que damos las mejores respuestas que sabemos. Pero quedan muchos interrogantes por delante: ¿cuándo será la vuelta a la escuela? ¿Cómo haremos compatible el acompañamiento emocional con el distanciamiento social? ¿Tendremos que combinar las aulas presenciales y las telemáticas? Seguro que nos llegarán nuevos memes que nos darán motivos para pensarlo. Abrazos virtuales.

(La autoría de la mayoría de estas imágenes, que se han convertido en virales en la red, es desconocida. Si algún lector conoce los autores, nos puede escribir a redaccion@eldiariodelaeducacion.com y las atribuiremos).

Fuente e imagen tomadas de: https://eldiariodelaeducacion.com/2020/05/08/7-mensajes-virales-sobre-la-educacion-en-tiempos-de-confinamiento/

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España: Evaluar en tiempos de pandemia: la visión de una alumna de 4º de ESO

Europa/España/14 Mayo 2020/eldiariolaeducacion.com

Recogemos un texto escrito por Ángela Valverde, estudiante de 4º de educación secundaria en un IES de la Comunidad de Madrid. En él habla de este final de curso y la evaluación que se llevará a cabo en este último trimestre. Ella forma parte del alumnado que, voluntariamente, podría volver a las aulas en la fase 1 de la desescalada en el confinamiento.

Hace más o menos un mes y medio decretaron el estado de alarma debido al Covid-19, un virus que tuvo origen en China y que tiene una gran capacidad de transmisión, tanta que posteriormente ha desembocado en una grave pandemia. A todos nos parecía algo surrealista, algo impensable que sucediera en nuestras vidas, algo que nos ha “roto (literalmente) los esquemas”. A pesar de que al principio me alegré de descansar un poco con el no parar de la rutina de cada día, me he dado cuenta de que ir a clase es un privilegio.

Desde mi punto de vista, como estudiante de cuarto de la ESO, considero que esta situación nos ha afectado enormemente. El Ministerio de Educación y la Consejería de cada Comunidad han intentado poner en común ciertas medidas para el desarrollo del curso. Estas medidas han llegado un poco tarde, creando cierta incertidumbre a los estudiantes y profesores. En líneas generales estoy en desacuerdo con algunas de las pautas globales que se han establecido y pienso que ha habido una gran falta de organización. A continuación, me gustaría desarrollar varias ideas en relación a este tema en esta nueva situación.

En primer lugar, si nos centramos en los criterios de calificación que se podrían seguir para evaluarnos en este último trimestre, creo que deberían puntuarnos mediante trabajos, avanzando materia poco a poco, sin saturarnos. Aunque estemos dando clases virtualmente, tienen que entender que a veces nos pueda costar más asimilar el nuevo temario. En ocasiones algunos alumnos como yo tienen dificultades técnicas de acceso a la plataforma digital y no pueden dar las clases de ciertas asignaturas, aparte de que considero que hay una gran diferencia con respecto a dar las clases presencialmente. Esta evaluación siempre tiene más peso que las anteriores (50%) por lo que debido a estas circunstancias excepcionales yo lo repartiría también con lo que hemos hecho los dos trimestres pasados. Si en algunas asignaturas consideran necesaria la realización de exámenes, creo que deberían quitarle peso en la nota y alternarlo con otro tipo de tareas (trabajos, ejercicios, actividades de entretenimiento…) para así poder hacer la cuarentena más llevadera.

En segundo lugar, para mantener la misma igualdad de condiciones en los alumnos a nivel nacional, opino que todas las comunidades autónomas deberían aplicar las mismas medidas. De esta manera todos iríamos igual de preparados y con los mismos conocimientos el curso que viene. Si bien, aunque las pautas generales las marquen las Administraciones educativas, pienso que los profesores son los más cercanos a los alumnos y, por lo tanto, los que mejor los conocen, los que más saben acerca de sus necesidades y los que están al tanto de ciertos problemas personales. Por ello son los que tendrían que tener la última palabra a la hora de decidir si un alumno necesita otros recursos o ciertas actividades específicas.

El aprobado general no lo consideraría una opción. Sería injusto que a personas que no han trabajado se les aprueben las asignaturas

En tercer lugar, en cuanto al programa de cada asignatura en concreto, hay ocasiones en las que resulta un poco imposible llevar a rajatabla el currículo de las materias, y sin duda, considero que Lengua es una de ellas. Normalmente, el currículo es ya muy extenso de por sí, por lo que ahora es más complicado cumplir con él. Veo necesario intentar adaptar los contenidos, como he dicho anteriormente, utilizando otro tipo de actividades evaluables más llevaderas. Con esto, quiero decir que continuemos con los temarios de forma adaptada a esta situación y aunque algunos contenidos no se vean en profundidad, al menos tener una ligera idea de ellos, de forma que en el próximo curso, en el que supongo que se repasarán, podamos desarrollarlos más a fondo.

Por último, acerca del aprobado general, que diría que es lo que más polémica ha causado, no lo consideraría una opción. Sería injusto que a personas que no han trabajado durante todo el año se les aprueben las asignaturas y pasen de curso. Esto supondría una gran dificultad para ellos el curso siguiente, ya que no han adquirido los conocimientos necesarios para continuar avanzando y no podrían alcanzar el nivel exigido. Esto les puede crear frustración y desmotivación, ya que no tienen el nivel. Además, en muchas ocasiones perjudicarían a la clase haciendo que fuese más retrasada.

Por otro lado, están los cursos como cuarto de la ESO, que es un año en el que titulamos. En este caso, habría gente que recibiría el título sin merecérselo y sin haber adquirido los conocimientos básicos. Por el contrario, estoy de acuerdo en que a estudiantes de bachillerato que se supone que quieren seguir estudiando se les dé un empujón, especialmente a los de segundo, año que les resulta decisivo para su futuro. En este caso, a aquellos que tengan más dificultades con el temario, si el profesor considera que han trabajado, pero aún así no es suficiente, deberían ser un poco más flexibles con ellos y valorar también todo su esfuerzo.

En conclusión, esta situación requiere un esfuerzo especial por parte de las administraciones, el profesorado y los alumnos, quienes tienen que intentar aportar el máximo para llevar con la mayor normalidad posible esta situación, de forma que sea justa para todos. Esto no quiere decir que los que no trabajan se vean perjudicados, ni que los que sí trabajan salgan beneficiados. Simplemente pido una igualdad justa de condiciones con trabajos asequibles a la situación, ya que aunque no lo veamos así, una simple nota lo cambia todo.

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/2020/05/08/evaluar-en-tiempos-de-pandemia-la-vision-de-una-alumna-de-4o-de-eso/

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Entrevista a Carlos Skliar: «Un mundo en estado de excepción no puede pedirle a la educación normalidad»

Entrevista/14 Mayo 2020/Autor: Pablo Gutiérrez del Álamo/eldiariolaeducacion.com

El escritor y pedagogo Carlos Skliar se muestra algo excéptico sobre los aprendizajes que puedan sacarse de esta crisis del Covid-19 que vivimos. El sistema de mercado, dice, es capaz de reponerse de las crisis y la sociedad, en muchos casos, se muestra acrítica con lo que ocurre. Un ejemplo puede ser el modo en el que los sistemas educativos siguen queriendo funcionar con «normalidad» en donde ya no queda nada «normal».

Carlos Skliar es muchas cosas: escritor, pensador, investigador y pedagogo. También es investigador principal del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de la Argentina, CONICET, e investigador del Área de Educación de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, FLACSO-Argentina. Desde hace años tiene la vista puesta en la infancia y en las diferencias. Ha desarrollado lo que ha dado en llamar pedagogía de las diferencias, de hecho, y reflexiona sobre el papel que estas tienen en el mundo. Hablamos con él para saber cómo está viviendo estas semanas y para reflexionar sobre la educación en estos momentos de pandemia.

La contraposición habitual entre contenidos y competencias la evita para hablar de la necesidad de otros contenidos y formas de hacer, no solo ahora sino en general en la educación. Dar cabida a temas que implican una conversación sobre la vida y la realidad, dejando a un lado aquellos que parecen sacados de «los informativos de la televisión o a las formas superfluas de opinión de influencers y coachings en las pantallas».

¿Cómo está pasando este tiempo en Buenos Aires? ¿Cómo está siendo allí la pandemia, el confinamiento?

En Buenos Aires en particular, y en Argentina en general, hemos tenido la suerte de un Estado presente desde el comienzo, atento a la experiencia dramática de otras partes del mundo y, aun viviendo una situación de pauperización que se venía arrastrando desde hace un tiempo, consciente de que la dicotomía entre salud y mercado es falsa. El confinamiento sigue siendo estricto desde hace más de un mes, en general se lo ha respetado, pero suenan algunas alarmas a propósito de las violencias de género, las violencias hacia niñas y niños, y las difíciles condiciones económicas de quienes no pueden buscar su sustento diariamente,

En España, después de casi dos meses de encierro, niñas y niñas han salido a la calle ¿Cómo está siendo en la Argentina?

Todavía hoy, a fines de abril, las niñas y niños no han podido salir a la calle y ya hay una serie de medidas que indican que pronto lo harán. Se percibe ese aire enrarecido en las calles cuando, al salir por un trámite o una compra o para ayudar en algún centro educativo u hospitalario, no se ven ni niñas, ni niños, ni ancianos. El extrañamiento, para mí, es mayúsculo: el paisaje ciudadano está despojado de sus edades más frágiles, más esenciales.

Durante estas semanas de confinamiento, y las que quedan, aquí se intenta que el curso siga con cierta normalidad. Parece que darlo por terminado (quedan dos meses por delante) es excesivo, injusto. ¿Cómo lo ve usted?

Tengo una opinión desde los márgenes al respecto. Un mundo en estado de excepción, una vida puertas adentro, una sociedad amenazada y el distanciamiento social no pueden pedirle a la educación ni “normalidad”ni “habitualidad”. Por un lado creo que lo que nos salva es cierta ritualidad, sí, pero no una determinada repetición. Me da la sensación que dada la contingencia inesperada es hora que la educación revierta su tendencia dócil y adaptativa a las exigencias de la época anterior (el conocimiento lucrativo, la aceleración del tiempo, la híper-tecnología, el vínculo utilitario entre competencias y mercado, etc.) y pueda concentrarse en dos dimensiones poco reconocidas o bien abandonadas: por un lado la conversación a propósito de qué hacer con el mundo y qué hacer con nuestras vidas, justamente ahora que el mundo vuelve a estar en riesgo y que las vidas se han visto confinadas; por otro lado, el hacer cosas juntos que nos devuelvan el tiempo liberado: la narración, el arte, la lectura, el juego, la filosofía.

¿Cree que en este tiempo se está mirando correctamente a la infancia? ¿Hay margen para un cambio de perspectiva, más cercana a la de sus derechos?

Desde hace un tiempo vengo pensando que la época anterior a la pandemia había ya producido una separación dolorosa entre niñez e infancia, es decir, que la mayoría de los niños habían perdido la posibilidad de una experiencia de tiempo de intensidad, no sometida a la lógica de las finalidades, las utilidades, a la exigencia de rendimiento. No solo la niñez habría perdido su infancia sino la humanidad en general. La solución por los derechos me parece una parte del problema, quizá su carácter más enunciativo, pero creo que hay algo más: insisto en que buena parte de la actividad pre-escolar y escolar debería tener como condimento esencial el “devolver” infancia la niñez, esto es para mí lo más formativo, lo que se recordará con el paso tiempo, lo que hará que una nueva generación no se “adultice” tan rápida y dolorosamente.

En su pensamiento está presente la dicotomía entre vida y mercado, entre lo que es la educación y lo que debería ser. La situación actual, el interés de los gobiernos porque los contenidos curriculares sigan, a pesar de las carencias y dificultades de muchas familias y niñas y niños, ¿qué le parece?

Si entendiéramos por contenidos aquellas preguntas, cuestiones, problemas, encrucijadas que a cada momento pone sobre la mesa educativa, si pudiésemos comprender que esos contenidos no pueden solo parecerse a los informativos de la televisión o a las formas superfluas de opinión de influencers y coachings en las pantallas, si creyéramos de verdad que los contenidos configuran en realidad una conversación serísima sobre el mundo y sobre la vida, sean o no curriculares, dar continuidad tiene un aspecto de ritual que a mi modo de ver debe sostenerse. Pero quizá este procedimiento se ha vuelto obsesivo y poco interesante, reduciéndolo todo a sus formas más banales: dar tareas, exigir su cumplimiento, evaluar, y todo a través de mecanismos virtuales. Entiendo la situación de emergencia y la desorientación que nos provoca. Pero: ¿a esto queda reducida la forma –siempre informe, siempre por hacerse- de la escuela? ¿Y la conversación que debería acontecer, por ejemplo, durante y después de una lectura, de un juego, de una información determinada? ¿Y la compañía de los educadores y de pares? El mercado siempre parece encontrar respuestas a sus crisis, pero la educación no puede someterse a esa lógica ni hacer de cuenta que todo sigue tal cual era. Por el contrario, si hubiera alguna oportunidad en este tiempo, es aquella de mostrar esa “anormalidad”y las causas que la produjeron.

Hace unos días leía una entrevista que le hacían en Página 12. Decía en ella: “Dado el agobio de lo real, ¿qué espacio de libertad se puede crear?”. Hoy, dado el agobio generalizado, ¿qué se respondería a usted mismo?

Los espacios de libertad son siempre condicionales o condicionados, y quizá la palabra libertad hoy suene absurda o esté pisoteada. Cuando pienso en la experiencia de libertad lo relaciono con cierta imagen de apartarse, de refugiarse, de cuidarse de ciertos hechos horrorosos que el mundo viene provocando en las vidas; pero no lo hago en términos individuales, auto-referenciales, solo para quienes pueden ejercer una práctica libertaria personal. En educación esta palabra, como también igualdad o solidaridad, no puede ser sino una idea colectiva, y se refiere a la posibilidad de encontrar en las instituciones esos espacios liberados del trabajo y del peso que supone ser adulto en este mundo. En términos más acotados me parece que se puede oponer esa imagen de experiencia de libertad con la exigencia de rendimiento. Una actividad, que en sus orígenes es ofrecida como experiencia de libertad común y enseguida pasa a tener un aire a exigencia de rendimiento, pierde su sentido de presente y de trascendencia.

¿Cree que en estas semanas se ha revalorizado la relación entre maestros y alumnado o que puede afianzarse la idea de que la educación es posible sin docentes?

Había leído tiempo atrás que en cierta literatura especializada ya se anunciaba la educación sin educadores, y me resultaba curiosa la idea, por no decir absurda. La vida en general, no solo la vida escolar, sería impensable sin maestros, sin aquellos con quienes hacernos preguntas, sin aquellos con quienes pensar en voz alta, sin poder escuchar la narración de lo ancestral y no solo de las novedades, sin tener otras referencias adultas fuera de los padres, sin reunirse alrededor de lo público, sin aprender los modos artesanales en que se construyen los saberes, sin ser cuidados y sin la experiencia de la igualdad. Esto define no solo la necesidad de una figura sino también la necesidad de un espacio como las escuelas. Ahora bien: en esta contingencia los educadores están agotados, están trabajando mucho más que antes, deben preparar incluso lo que no puede prepararse de antemano, sin olvidar que en este lado del mundo las condiciones de esa labor siguen siendo precarias, tanto material como simbólicamente.

Tengo la sensación que durante la pandemia de lo que se trata en educación es solo de hacer hacer, de mantener ocupados a los niños y los jóvenes

¿Cuál puede ser el papel de maestras y maestros estos días?

Los partidarios del vínculo unívoco y absoluto entre educación y nuevas tecnologías, como única forma válida de transmisión en el reinado de las sociedades del aprendizaje, están de parabién.

Las escuelas, los colegios y las universidades están vaciadas –y llenas de fantasmas– en sus espacios pero no en sus dictados: todo se hace a distancia, como era de prever, sin olvidar que antes de la cuarentena buena parte de los sistemas educativos tendían a ello o deseaban hacerlo de una buena vez. La tecno-educación ya había invadido las aulas en buena parte de las prácticas y el mercado había apostado decididamente por la creación de una posibilidad cierta de hacer de las instituciones de formación salas virtuales, salvo bellas y contadas excepciones.

Cuánto de lo humano ya era en sí tecnología es algo que puede y debe discutirse, pero la invasión en estos tiempos críticos de recursos, formas, estrategias, diseños, herramientas, buenas prácticas, todos ellos afiliados a la idea de virtualidad es una preocupación que me resulta insoslayable. ¿Qué queda del educador que toma la palabra y la democratiza a través de los sinuosos caminos de las miradas y las palabras de los estudiantes? ¿Qué queda de las formas conjuntas de hacer arte y artesanía, de tocar la tierra, de jugar, bajo la forma tiránica de la pantalla siempre-encendida?

Tengo la sensación que durante la pandemia de lo que se trata en educación es solo de hacer hacer, de mantener ocupados a los niños y los jóvenes, de replicar horarios y rutinas. Como si pudiéramos reconcentrarnos en un mundo que está en aislamiento y olvidarnos de lo que nos angustia y conmueve. Así vistas las cosas, así condensadas, es factible que la imagen del educador quede completamente desdibujada, sea una suerte de parodia de sí misma, o bien ofrezca a algunos desapasionados por la formación la salida tan buscada a su propio hartazgo. Hay una confusión, deliberada o no, de medios y metas, de lo cerrado y lo abierto, del ejercicio y su posible trascendencia, de la tarea y del arte, del aprender por medio de, a aprender con alguien qué, de la conectividad y del contacto.
Hoy, ahora mismo, si hubiera una potencia en el educador ella es la del cuidado, la compañía, la conversación a propósito del mundo y de la vida, y la hospitalidad. No se trata de contenidos sino de continentes, no es una cuestión de formato sino de urgente presencia. Y no es un problema de estar-ocupados sino de estar-juntos.

Han quedado al descubierto las enormes diferencias en las condiciones de acceso a la educación de la infancia… ¿cree que aumentará la preocupación de los gobiernos una vez que termine el confinamiento?

Casi toda la infancia ha sido ahora dividida entre quienes acceden a internet desde sus casas y quienes no lo hacen y, de aquí, ya se ha vislumbrado una relación con el aprendizaje porvenir. Los gobiernos tienen y tendrán por delante una difícil tarea que es la reconstrucción desde las cenizas. Sin olvidar que los sistemas públicos de salud, de educación, de cultura, ya estaban comprometidos o desahuciados en buena parte del mundo, en estas latitudes habrá una niñez literalmente mucho más empobrecida que antes y habrá que imaginar y reinventar políticas de urgencia.

¿Qué habremos de aprender para salir de esta crisis con sociedades más fortalecidas?

Soy algo escéptico al respecto, porque podría ser que el sistema económico actual se haya visto herido en esta pandemia, y acelere sus procesos de desigualdad para compensar las pérdidas. También es cierto que se escucha por todas partes la idea de que estamos frente a una oportunidad. Que todo esto, cuando acabe, si es que acaba, nos hará mejores. Puede ser, ojalá, incluso me gustaría contribuir y participar en ello. Pero en este momento uno debería ser mucho más cauto o evitar, al menos, ser negligente: hay gente que se ha muerto y otra que se morirá, sobre todo ancianos, y no parece que morirse sea una oportunidad. En todo caso espero que la experiencia de pérdida de confort y seguridad, que la experiencia del hilo tenue que separa la vida de la muerte, que la experiencia de tantas y tantos que han hecho de este tiempo doloroso un tiempo de solidaridad, generosidad y responsabilidad, se imponga por sobre la mezquindad deshumanizante del mercado.

Fuente e imagen tomadas de: https://eldiariodelaeducacion.com/2020/05/11/un-mundo-en-estado-de-excepcion-no-puede-pedirle-a-la-educacion-normalidad/

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