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El aprendizaje remoto enfrenta otro reto: el profesorado no está preparado para la enseñanza en línea

Por: Paola Estrada Villafuerte

El analfabetismo digital, la falta de planificación y la brecha educativa, son obstáculos para el profesorado en medio de una transición de aprendizaje de emergencia.

Desde mediados de marzo, el sistema educativo en todo el mundo ha tenido que tomar paso, sin alternativa o precedente alguno, hacia el mundo del aprendizaje en línea. La conversación entre organizaciones y autoridades en este rubro se ha abierto, discutiendo si la enseñanza remota de emergencia es la mejor opción para garantizar la continuidad de la educación como la conocemos. Distintas escuelas en nivel básico y superior se han apresurado en las medidas tomadas, dejando como consecuencia al alumnado y profesorado abrumados entretanto se define el rumbo más adecuado durante esta crisis.

La mayoría de las universidades se encontraban preparadas frente a esta transición virtual, con herramientas, sitios y rutas online ya previamente utilizadas durante su ciclo académico regular. Por otro lado, el nivel básico ha sido sorprendido con la desagradable experiencia que ha representado este cambio tan inesperado, siendo este un entorno totalmente desconocido para la mayoría de los docentes, quienes afirman no sentirse preparados para afrontar este desafío. “La injusta distribución de conectividad, así como la poca exploración de los docentes en plataformas digitales, quienes no saben aterrizar contenidos en un aula digital, son algunos de los obstáculos a los que se enfrenta la instrucción de niñas y jóvenes”, así lo plantea David Calderón, director ejecutivo de Mexicanos Primero, para el Sol de México.

Enseñanza online vs. Enseñanza remota de emergencia

En Estados Unidos, una encuesta nacional realizada por ClassTag, plataforma gratuita dedicada a la comunicación para escuelas, revela la preocupación que ha ido creciendo durante los últimos meses alrededor de las clases en línea y el profesorado de nivel básico. «El aprendizaje remoto en la educación temprana es un territorio desconocido», señaló Vlada Lotkina, cofundadora y directora ejecutiva de ClassTag, para Forbes. “Y esta encuesta muestra que los docentes, ahora más que nunca, necesitan el apoyo de la comunidad edtech para pasar por esta transición rápida y exitosamente”.

«El aprendizaje remoto en la educación temprana es un territorio desconocido».

Este reporte fue realizado en línea, y recolectó respuestas de más de 1,274 escuelas públicas y privadas en Estados Unidos. La mayoría de las profesoras y profesores encuestados pertenecían al nivel básico, siendo el 60 % proveniente de educación primaria y un 20 % de preescolar. El dato más alarmante de esta encuesta nos afirma lo que ya muchas sospechábamos: Más de la mitad de las personas encuestadas (56.7 %) afirma que no se sienten preparados para dar clases en línea. Cuando se les preguntó acerca del liderazgo que se ha tomado en esta transición crítica, el 43 % de docentes compartió que son ellos quienes han tomado la decisión de qué plataformas utilizar desde el cierre de escuelas. Esto trae una luz desfavorecedora al visualizar las herramientas más recurridas: el 68.8 % comparte documentos con sus alumnos, sólo uno de cada tres docentes planea utilizar grabaciones de video y menos del 13 % dice hacer uso de live streaming. Al indagar las aplicaciones que las personas encuestadas están manejando, la mayoría mencionó Google Drive y Google Classroom, mientras que ningún otro producto de instrucción remota logró obtener un porcentaje de utilización mayor al 10 %. “Muchos distritos se están apresurando hacia nuevas plataformas y están escaneando hojas de trabajo para que el alumnado los haga en línea, sin construir una educación atractiva y efectiva, lo que implica algo de estrategia”, dijo Richard Culatta, director ejecutivo de ISTE para The Hechinger Report.

Si la mayoría de los docentes en el nivel educativo temprano están principalmente apoyándose en este tipo de recursos, muy probablemente significa que no estamos preparados para lo que requiere un aprendizaje en línea eficiente. Intentar replicar horarios presenciales por este medio puede generar serios problemas en la relación que los estudiantes generen con el concepto de escuela vía online.

«El mayor problema es que no hay suficiente tiempo para realmente hacer la capacitación que un docente necesita para entender cómo enseñar en línea».

A esto podemos agregar que el profesorado encuentra que impartir su material por medio de clases en línea, es un método difícil para evaluar el desarrollo del alumnado. “Nosotros nos guiamos con la observación para dar una evaluación, al no observar a los niños y niñas es difícil hacer esa valoración de qué está ocurriendo con los aprendizajes”, asevera Aissa Reyes, supervisora escolar de preescolar en las región de Donato Guerra, Estado de México.

Entrenamientos sesgados

Expertas afirman que la generación, diseño e implementación de un método educativo en línea de calidad, puede tomar incluso un año. Caralee Adams menciona en The Hechinger Report que el profesorado debería, idealmente, contar con un entrenamiento a profundidad de semanas o incluso meses previo a lanzar un programa de aprendizaje en línea. Esta preparación debería contar con amplias estrategias para crear una enseñanza atractiva y una orientación frente a frente con las tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs) necesarias para la experimentación de primera mano de lo que es ser un estudiante a distancia.

Idealmente, el sistema de educación temprana se habría adherido a los requerimientos necesarios para crear un programa funcional, pero dadas las circunstancias, más de 124,000 escuelas en Estados Unidos han tenido que establecer medidas sobre la marcha. La mayoría de los docentes tuvieron tan solo un acercamiento de unos cuantos días a las herramientas básicas de instrucción remota.  «El mayor problema es que no hay suficiente tiempo para realmente hacer la capacitación que un docente necesita para entender cómo enseñar en línea», dijo Jennifer Mathes, directora ejecutiva interina del Consorcio de Aprendizaje en Línea. “Ha sido mucho de resolverlo por nuestra cuenta», agrega Schloemer, de 49 años, que trabaja en la escuela primaria Riverside.

Apoyo en casa como parte fundamental 

El reporte de Class Tag mencionado anteriormente, expone ciertos puntos cruciales que se deberían implementar a la hora de incluir a las familias dentro del sistema educativo remoto:

  • Habilitar el acceso para todas las personas: ya que muchos hogares quedan sin acceso a computadoras, utilizar medios como mensajes te texto SMS, correo electrónico, aplicaciones o web, son un requisito previo para una transición exitosa.

  • Validar la comunicación con las familias: es fundamental que las familias comiencen a recibir información de inmediato una vez que se agrega su información de contacto.

  • Superar las barreras del idioma: el apoyo de las familias en las que su primer idioma no es el inglés, es una prioridad.

  • Compartir documentos y enlaces: de fácil acceso y múltiples formatos.

  • Iniciar una colaboración bidireccional interactiva: en un entorno remoto, no basta con expulsar información, el profesorado necesita un ciclo de retroalimentación efectivo con la capacidad de las familias para responder a anuncios o actividades.

  • Compartir videos y / o transmisiones

Igualmente, la Secretaría de Educación Pública de México (SEP), dice confiar en que las familias se apoyen en contenidos diseñados para establecer rutinas diarias en el hogar durante el confinamiento. Sin embargo, Germán Pérez, psicopedagogo y catedrático de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN), mencionó que la educación a distancia representa un reto para los padres de familia, pues no sólo deben dedicar un tiempo para la orientación de sus hijos e hijas, sino también en las tareas diarias del hogar y el trabajo.

«Nuestra recomendación es que las escuelas hagan una pausa por un minuto y tomen un par de días para pensar en la experiencia de aprendizaje que desean crear».

Lamentablemente, ni semanas de preparación en materia de educación en línea, ni docentes expertos en TICs, podrán hacer frente a una realidad inevitable: la brecha digital que aísla al alumnado sin acceso a internet. «Me preocupa cuánto va a exacerbar la inequidad que ya existe», explica el profesor Aric Foster de 41 años. Miles de estudiantes provenientes de zonas rurales, se encontrarán totalmente desprovistos de herramientas para su aprendizaje, situación que se encuentra fuera de las manos de nuestros docentes.

Las expectativas no cumplidas en el área de educación temprana nos obligan a cuestionarnos si la continuación ininterrumpida del ciclo escolar es la mejor opción para el sistema educativo global actual. «Nuestra recomendación es que las escuelas hagan una pausa por un minuto y tomen un par de días para pensar en la experiencia de aprendizaje que desean crear», aclara Culatta, quien forma parte del Covid-19 Education Coalition. Por otro lado, es necesario señalar que nuestros profesores y profesoras se encuentran en una situación nunca antes vista, y la colaboración oportuna de todos aquellos que conforman el sistema educativo es necesaria. Eric Hudson, director de aprendizaje y diseño de Global Online Academy, dijo que debería haber una sensibilidad a los desafíos que enfrenta el profesorado y «una expectativa manejable de lo que es posible» a medida que se adaptan a las lecciones en línea mientras mantienen relaciones con sus estudiantes.

Fuente e Imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/profesorado-no-esta-preparado-para-educacion-online

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Francesco Tonucci: “El error es seguir como antes de la crisis: con lecciones y deberes para casa”

Por:  Susana Velasco

“La situación excepcional permite y favorece la experimentación y valoración de los resultados”. Francesco Tonucci, psicopedagogo y firme defensor de los niños, califica de “error” que la escuela siga funcionando como antes de la crisis, continuando con el currículo y mandando deberes que el alumnado debe realizar en su casa.

Ante la situación excepcional que estamos viviendo a causa de la pandemia, el pensador, psicopedagogo y dibujante italiano, Francesco Tonucci aboga por la introducción de cambios profundos en la escuela que estén encaminados a “desarrollar su personalidad (de los niños), sus aptitudes y su capacidad mental y física hasta el máximo de sus posibilidades”, según el artículo 29 de la Convención de los Derechos de la Infancia de 1989.

¿La pandemia que estamos viviendo marcará un antes y un después para la Educación?

Depende de cómo valoren, cada uno de los protagonistas de la educación escolar, su trabajo actual y el funcionamiento de la escuela. Si piensan que la escuela hoy en día funciona bien tal como está propuesta y reúne los objetivos que se propone y que la sociedad espera, yo diría que es razonable no hacer ningún esfuerzo por cambiarla. Bajo este punto de vista, continuarían desarrollando su programa con las lecciones de antes, utilizando los libros de texto y mandando deberes para casa.

Sin embargo, si piensan que la escuela no funcionaba y no conseguía los objetivos previstos por la ley, deberían aprovechar esta paradójica situación para proponer cambios profundos, para experimentarlos y después mantenerlos cuando finalice el estado de alarma. La situación excepcional permite y favorece la experimentación y valoración de los resultados.

Desde mi punto de vista la valoración del estado de salud de la escuela se debería hacer tomando como referencia el artículo 29 de la Convención de los Derechos de la Infancia de 1989 que dice: “Los Estados Partes convienen en que la educación del niño deberá estar encaminada a desarrollar su personalidad, sus aptitudes y su capacidad mental y física hasta el máximo de sus posibilidades”.

Esto significa que la escuela junto con la familia deberían ayudar a cada alumno a descubrir sus capacidades y vocaciones y ofrecerles los instrumentos adecuados para desarrollar sus posibilidades al máximo.

Habrá un antes y un después solamente en la segunda hipótesis.

Francesco Tonucci

El confinamiento ha pillado desprevenidos a docentes y familias. ¿Qué errores se están cometiendo? ¿Qué aprendizajes se pueden extraer de esta situación?

No ha sorprendido solo a docentes y familias sino a todos los ciudadanos y para todos la vida ha cambiado radicalmente. Yo mismo estoy viviendo en total soledad encerrado en casa sin hijos ni nietos. Cada uno de nosotros ha debido cambiar sus propias costumbres profundamente. Desde mi punto de vista y refiriéndome principalmente a la experiencia italiana, el error fundamental de la escuela es el de haber querido demostrarse a sí misma, a las familias y a los alumnos que nada ha cambiado, que se puede proceder como antes con lecciones y deberes para casa, continuando con el programa y utilizando los libros de texto. Lo único que ha cambiado es el medio y el lugar, ya no hay presencia del docente, ni de los compañeros, ni de la escuela y el aula, solo el ordenador e internet. Y naturalmente no funciona.

La escuela debería aprovechar esta paradójica situación para proponer cambios profundos, para experimentarlos y después mantenerlos cuando finalice el estado de alarma

¿Cómo podemos ayudar a los menores a sobrellevar con éxito esta crisis desde el punto de vista escolar y emocional? ¿Qué oportunidades ofrece esta situación?

He pensado que la escuela podría aprovechar esta ocasión para utilizar la casa, el mundo donde los alumnos están obligados a vivir, como laboratorio escolar y que los padres ejerzan de auxiliares de laboratorio. Podría ser una ocasión preciosa para recrear una magnífica colaboración entre la familia y la escuela y proponer a los alumnos, según los diversos niveles de edad, todo tipo de actividades familiares: desde cocinar a la fotografía, de la lectura en alta voz a las actividades artísticas con material que tengamos por casa, de la lectura del periódico al video. Además de fomentar experiencias para estudiar y explorar, según las exigencias de las diversas disciplinas escolares.

¿Qué cambios necesitará hacer la escuela tras la crisis?

Como decía, la escuela debería aceptar que la situación ha cambiado todas las condiciones de vida de los alumnos, debería aceptar la nueva situación y utilizarla para desarrollar sus competencias y propuestas de acuerdo con esta realidad. La esperanza es que si se consigue aprovechar este periodo excepcional correctamente, logrando la participación y satisfacción de las familias, cuando pase esta crisis esta actitud y esta metodología podrán ser aplicadas al mundo real de los alumnos, en su barrio, su ciudad, su mundo y nunca más en los libros de texto.

Poner sus competencias al servicio de sus alumnos para interpretar su mundo de acuerdo con el correcto nivel cultural y ser capaces de promover una colaboración real con la familia.

Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/entrevistas/francesco-tonucci-el-error-es-seguir-como-antes-de-la-crisis-con-lecciones-y-deberes/

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OVE entrevista a Peter Mclaren “la educación es una forma de política”

Luz Palomino y Luis Bonilla-Molina entrevistan en exclusiva para Otras Voces en educación

 

Habíamos leído a Peter McLaren, pero fue hasta comienzos del siglo XXI cuando tuvimos la oportunidad de escucharlo “en vivo” y conversar con él. A donde iba (y va) Peter McLaren era (y es) una especie de espectáculo, con mucha gente alrededor suyo, queriendo sacarse fotos con él y que le firme sus libros.

Peter McLaren es autor de más de 50 libros, traducidos cada a varios idiomas, es Profesor Distinguido en Estudios Críticos, Co-Director The Paulo Freire Democratic Project y deInternational Ambassador for Global Ethics and Social Justice

Es un “rock star” de la pedagogía crítica; en la intimidad una bella persona, un ser humano excepcional y un gran amigo. Es un hombre de tatuajes, con un cierto estilo tejano y contundente pensamiento revolucionario. Su casa es un santuario donde hay trozos de su recorrido por el mundo

Desde el 2004 comenzamos a tener una estrecha relación pedagógica y personal con Peter. Lo llevamos varias veces a Venezuela, a compartir con colectivos pedagógicos, en el Centro Internacional Miranda (CIM) y la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV).

En el 2005 se lo presentamos al comandante Hugo Chávez en un evento en el Palacio de Miraflores donde participaban intelectuales de distintos lugares del mundo.  Luego nos acompañaría en la conformación de la línea de investigación de pedagogías críticas del CIM.

Años después impulsamos una cátedra del pensamiento de Peter McLaren en la UBV, la cual en su momento se aprobó. Luego, el común amigo y compañero de sueños Sergio Quiroz fundó el Instituto McLaren de Pedagogías Críticas, centro de formación e investigación que se ha convertido en un centro de referencia del pensamiento crítico continental.

Antes de la muerte de Sergio Quiroz, teníamos la oportunidad de compartir clases cada dos años en el Instituto ubicado en La Ensenada, Baja California Sur, México. Estoy seguro que seguiremos coincidiendo allí para reivindicar el legado de Sergio.

Peter es considerado uno de los exponentes mas renombrados de las pedagogías críticas en el mundo, por ello nos pareció importante compartir esta entrevista con les lectores de OVE.

 

 

Peter, cuéntanos un poco tu historia personal, como llegaste a las pedagogías críticas?

Primero quiero agradecer a mi hermano Luis Bonilla-Molina y la compañera Luz Palomino por esta oportunidad de comunicarme con los lectores y colaboradores del portal Otras Voces en educación.

Nací después de la Segunda Guerra Mundial, cuando mi padre regresó de luchar contra los nazis en Europa; crecí en mi Canadá natal en la década de 1950. En nuestra familia éramos de clase trabajadora, y mis antepasados ​​vinieron de Escocia e Irlanda. Parece que mi tatarabuelo paterno perteneció a la comunidad de viajeros irlandeses, muchas veces conocidos como gitanos irlandeses.

Mis antepasados ​​se establecieron en Ontario, Canadá y eran granjeros o trabajadores itinerantes. Mi padre formaba parte de la clase trabajadora hasta que los televisores se pusieron de moda y se unió a una empresa holandesa de electrónica que vendía televisores. Entonces pudimos comprar una casa modesta. Fui la primera persona de mi familia en ir a la universidad.

Durante la década de 1960 fui parte del movimiento de la contracultura, y como «hippie» hice varios viajes al sur de la frontera, a San Francisco y Los Ángeles, para explorar los movimientos de protesta estudiantil. Mientras estuve allí, aprendí sobre los movimientos de derechos civiles y el movimiento del poder negro. Comencé a leer sobre Martin Luther King, Malcolm X, las Panteras Negras; tuve la oportunidad de escuchar a los manifestantes que estaban en contra de la invasión norteamericana a Vietnam.

Vivía en habitaciones con otros hippies y veía como el FBI allanaba casas y se llevaba a prisión a jóvenes que se negaban a unirse al ejército y luchar en Vietnam. También conocí al poeta Allen Ginsberg y al Dr. Timothy Leary, el famoso sumo sacerdote del LSD, considerado el hombre más peligroso de Estados Unidos y quien luego sería enviado a prisión.

Llegué a Estados Unidos varios meses después de que Martin Luther King fuera asesinado, y regresé a Canadá poco después de que Bobby Kennedy cayera asesinado. Estaba triste y abatido, sentía que Norteamérica iba a arder en llamas.

Al no estar conectado a ningún grupo radical de izquierda, decidí inscribirme en la universidad. Estaba muy interesado en la literatura y estudié inglés actual e inglés antiguo. Después de graduarme con una licenciatura, fui al Toronto Teachers College durante un año y enseñé en la escuela primaria durante 5 años. Hice una maestría por la noche mientras trabajaba como maestro, y me inscribí en la Universidad de Toronto para hacer un doctorado.

Al mismo tiempo, un diario que escribí sobre mis experiencias docentes se publicó en 1979 y se convirtió en un best-seller canadiense. Cuando escribí mi diario definitivamente estaba en la izquierda políticamente hablando, pero no contaba con las palabras, los conceptos, las teorías que me ayudaran a profundizar mi conciencia política y forjar un compromiso con el socialismo.

Todavía estaba cautivo por la ideología burguesa, y en ese momento estaba aprendiendo mucho de lo que posteriormente jugaría un papel importante en mi pensamiento. Fue entonces cuando descubrí el trabajo de Paulo Freire, y ello fue por casualidad. Una vez que leí a Freire, descubrí a otros maestros norteamericanos que estaban motivados de manera similar por el trabajo de Freire.

Eso me llevó a despertar un interés especial en Trotsky y otros revolucionarios marxistas. Recuerdo que tomé clases con Michel Foucault, quien en ese entonces enseñaba en Toronto. Era un excelente maestro, pero yo estaba más interesado en la tradición marxista. También había auditado una clase con Ernesto Laclau cuando enseñaba en la Universidad de York.

Comencé a leer vorazmente obras de marxismo y estudios culturales, principalmente de la Escuela de Frankfurt y sus exponentes. También estaba interesado en la teología de la liberación latinoamericana.

Crecí desdeñando a los académicos liberales. La política liberal es una política de personas ricas que quieren parecer que se preocupan por la humanidad, sin hacer ningún sacrificio personal para hacer del mundo un lugar mejor. Los liberales unas veces están diez grados a la izquierda del centro, principalmente durante los buenos tiempos y luego, diez grados a la derecha del centro cuando los tiempos económicos se tornan difíciles y los afectan personalmente.

Mi trabajo en pedagogía crítica se profundizó considerablemente después de recibir invitaciones de varios países para unirme a diversas discusiones políticas y comprender el impacto que el capitalismo de austeridad neoliberal que se estaba imponiendo fuera de los Estados Unidos.

Entonces, al reunirme con camaradas en Brasil, Argentina, Croacia, Serbia, Polonia, Grecia, Israel, Palestina, Pakistán, India, China, Venezuela, México, Costa Rica, Taiwán, Colombia, Tailandia, Japón, Hungría, Perú, Alemania, Austria, Malasia, Hong Kong, Cuba, Turquía, el Reino Unido, Suecia y Finlandia y México, ello realmente me abrió los ojos a una perspectiva internacional sobre las políticas educativas.

Cuando uno vive en los Estados Unidos y es de izquierdas se suele tener pocas posibilidades de desarrollo político, pero tuve la suerte y oportunidad de hacer amigos y colegas fuera de los estrechos recintos de los Estados Unidos. Estas oportunidades me ayudaron a profundizar mi reflexión personal y teórica sobre el trabajo de Paulo Freire, el humanismo marxista y la teología de la liberación y me proporcionaron un contexto más amplio, con matices, para explorar el impacto que han tenido Paulo Freire y otros en la educación y su relevancia para las pedagogías críticas a nivel mundial.

 

Precisamente, esa sensibilidad por los asuntos sociales y pedagógicos, nos permite preguntarte ¿Cuáles consideras que son los elementos más significativos de la crisis educativa mundial actual??

El mayor desafío educativo que tenemos hoy es la eliminación de la pobreza (que solo puede ocurrir adecuadamente bajo el socialismo), el fin de la injusticia económica y la eliminación del sistema del capitalismo racial.  Esto se relaciona con otro desafío: construir una sociedad socialista en la que se compartan la tierra, la riqueza y el poder político, y se respete la dignidad de todas las personas.

En los Estados Unidos existe una gran preocupación por los problemas culturales que rodean la identidad y la justicia racial, étnica y de género. Sí, esto es importante, estoy de acuerdo. Pero el principal problema que veo es la desigualdad económica que el capitalismo no puede resolver, especialmente asociadas al «casino global» en el que vivimos.

Millones de seres humanos han sido devastados por la austeridad neoliberal, el empobrecimiento, el empleo precario y han sido declarados excedentes de trabajo. El uno por ciento más rico de la humanidad controla más de la mitad de la riqueza del mundo, mientras que el 80 por ciento de la población tiene que conformarse con solo el 4.5 por ciento de las riquezas.

La clase capitalista transnacional está llevando a cabo un programa de neoliberalismo que consiste en una reforma fiscal regresiva, una desregulación y privatización generalizadas, subsidios ampliados al capital, ruptura de sindicatos y recortes masivos al gasto social.

La actual crisis mundial es de sobreacumulación, donde la absorción rentable de los excedentes resulta imposible por la falta de mercados por la precariedad de los posibles consumidores. El costo de esta crisis de sobreacumulación se está transfiriendo a las clases trabajadoras y populares. La crisis actual es de sobreproducción / bajo consumo, donde es extremadamente difícil para el sistema capitalista descargar los excedentes de manera rentable.

Recuerdo muy bien, a partir de mis experiencias de vida, las recientes crisis sufridas por el capitalismo desde mediados de la década de 1990: la crisis del peso mexicano de 1995, el colapso financiero asiático de 1997-98, la recesión de 2001 y el estallido de la burbuja financiera en 2007- 8.

Estas crisis fueron lo suficientemente malas para los pobres, pero como señala mi compañero William Robinson, luego de los ataques terroristas del 11 de septiembre, Estados Unidos comenzó a militarizar la economía global, desde un énfasis en la informática y la tecnología de la información hasta lo que hoy se llama el «complejo militar y la seguridad petrolera».

Todo es ahora «negociable» y, por lo tanto, una fuente de especulación y acumulación, lo que lleva a la consolidación del capital financiero transnacional depredador, donde los operadores financieros ganan dinero haciendo nada más que especular, a partir de atrapar el dinero en las fluctuaciones del mercado.

La financiación de las escuelas públicas ahora es vulnerable al saqueo y al robo. La privatización de la educación es desenfrenada, ya que los fondos públicos se están desplazando para subsidiar escuelas privadas, y los ejecutivos de empresas están siendo contratados por juntas escolares y universidades para instituir un «modelo de negocios» en la educación, centrado en la obtención de ganancias y las reformas impulsadas por el mercado.

Las escuelas en los EE. UU se están convirtiendo en excluyentes, ya que las oportunidades para los estudiantes de minorías y de clase trabajadora son cada vez más escasas. Existe una disparidad evidente entre las escuelas que atienden a estudiantes negros y latinos/a versus las que acogen estudiantes blancos. Los patrones arraigados de viviendas segregadas, la pobreza creciente y la falta de recursos públicos para la educación han destruido las oportunidades para muchos estudiantes de clase trabajadora que se ven obligados a trabajar en empleos mal remunerados en el sector de servicios, sin seguro médico u otros beneficios.

La educación bilingüe, en su mayor parte, ha desaparecido a medida que los inmigrantes se ven obligados a ir a aulas donde el único idioma de enseñanza es el inglés.

El costo de la educación universitaria hace prohibitivo que muchos estudiantes de los barrios obtengan una educación universitaria.

El sistema educativo, a través de «organizaciones de gestión educativa» está reproduciendo las jerarquías y estratificación de clases existentes en la economía capitalista, generando «esclavos asalariados» para asegurar que el sector corporativo tenga un número suficiente de trabajadores. Para ello se profundiza el modelo educativo que divide el trabajo manual e intelectual.

Los salarios de los docentes no coinciden con el aumento en el costo de vida, y los sindicatos de docentes están bajo asalto constante. La calidad de la escolaridad en los distritos ricos supera con creces el de las escuelas en los distritos de clase trabajadora.

La segregación racial sigue siendo indiscutible, ya que la educación es ahora un escenario de exclusión de clase y racial. Básicamente es un sistema de dos niveles, diseñado para crear graduados universitarios y generar una fuerza laboral no calificada de bajos salarios, ello ocurre incluso ahora que los trabajadores están siendo despedidos como resultado de la pandemia actual.

Las políticas de disciplina en las escuelas tienen un mayor impacto en los estudiantes latinos y afroamericanos. Existe una disparidad racial en las sanciones por varios delitos, especialmente punitivas con los estudiantes afroamericanos y latinos /a quienes son suspendidos o sancionados de manera desproporcionada por los oficiales escolares.

Las tasas de graduación son significativamente más bajas para los estudiantes afroamericanos y latinos. Las pruebas estandarizadas de alto riesgo y las reformas educativas basadas en estándares alineados con las necesidades de capital y la creación de una fuerza laboral productiva que tengan las habilidades y actitudes específicas solicitadas por la comunidad empresarial. Se están cerrando las oportunidades para que los estudiantes pobres y minoritarios tengan éxito en escuela y puedan ingresar a la universidad. Estos estudiantes se convierten en parte de la reproducción intergeneracional de la desigualdad de clase: los pobres se empobrecen y los ricos se enriquecen.

Los trabajadores tienen derecho a acceder al conocimiento científico, técnico, filosófico, económico e histórico. Pero están excluidos de muchas instituciones de educación superior.

Los presupuestos de educación deben basarse en las necesidades de los estudiantes, no en los dictados de corporaciones u organismos financieros internacionales.

La educación sigue al servicio de las grandes corporaciones e instituciones financieras internacionales, es decir, de la clase capitalista transnacional. Las diferencias de clases, ahora además racializadas, afectan las posibilidades de una nutrición sana de los estudiantes y ellos son privados del acceso a los recursos económicos y el capital cultural necesarios para tener éxito en las instituciones burguesas.

La desigualdad de clases racializadas es la mano invisible que pretende conducir e impulsar nuestras actividades como maestros, intentando limitar nuestro trabajo a la reproducción del «consenso o ideología legitimadora», mediante sistemas escolares administrados por la clase dominante, asegurando que las ideas hegemónicas sean las de la clase dominante. A ello nos resistimos desde las pedagogías críticas.

Al obligar a los estudiantes a aceptar la ideología dominante, la escolarización en la sociedad capitalista naturaliza y reproduce sin crítica las relaciones sociales de producción. Mientras que los educadores críticos luchan por la ciudadanía crítica, las escuelas públicas se han creado para forjar la ciudadanía del consumidor, que acepta el trabajo enajenado bajo el capitalismo como un hecho y promueve el cumplimiento de las demandas del capital.

Otro desafío importante es el cambio climático y salvar al planeta del desastre ecocida (que incluye pandemias). El Partido Republicano en los Estados Unidos está lleno de negadores del cambio climático, y ellos deben ser desafiados.

Y otro problema importante es la amenaza de una guerra nuclear. El principal violador de la legalidad internacional y el principal perpetrador de la ilegalización internacional son los Estados Unidos, nación que en este momento está siendo liderada por un loco, Donald Trump.

Solo como un ejemplo, señalo el hecho que se necesitarían 69 paredes del tamaño del monumento de Vietnam para enumerar a todos los vietnamitas que fueron asesinados en la invasión estadounidense de Vietnam.

Gran parte de la barbarie del siglo XX es tanto una consecuencia de la modernidad, como un producto de relaciones sociales capitalistas específicas. Debemos reconocer la difícil situación de los pueblos indígenas que durante los últimos 500 años han estado librando alguna forma de lucha anticolonial: se resisten a la amputación cultural, la eliminación y el genocidio. Crear socialismo es la única posibilidad que tenemos para abordar todos estos serios desafíos a la actual crisis educativa mundial.

 

Peter, ¿consideras que la formación de profesores se corresponde a los actuales retos que enfrentan los y las docentes? ¿Cuáles deberían ser las reelaboraciones en materia de formación inicial y continua de les educadores en la actualidad?

¿De qué sirve la formación docente si su ideología está desenfocada? Los estudiantes están siendo influenciados por la movilización de extrema derecha y neofascista en internet. Al mismo tiempo, los jóvenes están descubriendo plataformas de internet que promueven una crítica del capitalismo global.

No estamos entrenando maestros para luchar contra un mundo de escasez de alimentos, escasez de agua, destrucción ambiental y cambio climático, posible guerra nuclear y la seguridad de que enfrentarán más crisis dentro del sistema capitalista a medida que pase el tiempo. Estamos enseñando a los estudiantes a adaptarse a la sociedad tal como es, en lugar de cambiarla de la manera radical necesaria para sobrevivir y sobrevivir con dignidad.

No quiero que los estudiantes se adapten a un sistema roto. Y no quiero que arreglen un sistema roto porque si está roto, puede que no esté en el camino correcto. Quiero que los estudiantes puedan comprender qué cambios sistémicos deben hacerse y luchar por esos cambios; en resumen, quiero que transformen el sistema de una sobreacumulación capitalista al socialismo.

Lo que necesitamos es construir ciudadanos socialistas, como el Che Guevara a menudo nos lo recordaba. Pero, no nos convertimos de repente en socialistas, sino solamente instituyendo los cambios necesarios en las relaciones sociales de producción. Esto debe ir acompañado de una educación social. Y esto significa que necesitamos formación docente para un futuro socialista. Para mí, la mejor manera de lograr esto es a través de la pedagogía crítica revolucionaria.

Los desafíos que traen el neoliberalismo, el populismo autoritario y el resurgimiento del fascismo, así como las tensiones políticas entre los grupos de poder plantean oportunidades formidables para las pedagogías críticas, para el desarrollo continuo de la visión de la pedagogía crítica de un futuro socialista.

Y aunque no hay garantías de que prevalezca la pedagogía crítica, la lucha por un futuro socialista debe continuar si se quiere lograr el progreso hacia un futuro socialista sostenible.

La realidad objetiva solo tiene sentido para cada uno de nosotros cuando intentamos examinarla. De lo contrario, podemos ignorarla o seleccionar ciertos aspectos que se ajusten a nuestros deseos subjetivos.

La realidad objetiva con demasiada frecuencia se reduce al telón de fondo que contrasta contra nuestros propios conceptos, privados y autoseleccionables. Si bien el mundo más grande de pobreza, dolor y sufrimiento aparentemente a menudo es «irrelevante» para nosotros, esto no significa que no nos influya esa realidad más grande.

Una de las diferencias que impulsa las pedagogías críticas radica en la medida en crear las condiciones de posibilidad para conocer de manera reflexiva el mundo fuera de la burbuja subjetiva que llenamos con amigos, familiares y actividades selectas.

El objetivo manifiesto de la pedagogía crítica es crear una transformación social y personal radical, a partir de la comprensión de las diversas formas de opresión que se entrecruzan entre lo pedagógico y lo político, lo que subraya la verdad de que toda educación es una forma de política.

Pero los educadores críticos no somos un grupo monolítico. Los educadores críticos revolucionarios somos socialistas o nos inclinamos mucho hacia el socialismo. Esta perspectiva no es compartida por todos los educadores críticos, muchos de los cuales se describirían a sí mismos como liberales o de izquierda liberal.

Muchos educadores críticos de inclinación progresista buscan crear reformas dentro de la sociedad capitalista corporativa existente, sin cuestionar los presupuestos económicos básicos sobre los cuales se construyó ese orden social.

A veces, esta exclusión de la visión política se basa en preocupaciones pragmáticas (es decir, no podemos permitirnos esperar a que ocurra la revolución antes de hacer las reformas necesarias), y en otras ocasiones es por razones más pragmáticas, ya que la pedagogía crítica no radical puede ser aceptada por una amplia red política, compuesta por varias representaciones de centro izquierda y liberal de izquierda.

Muchos, si no la mayoría de los educadores críticos, probablemente apoyarían los siguientes temas progresivos asociados con una democracia liberal: la educación es un proceso sociopolítico diseñado para crear pensadores críticos que estarán motivados para usar sus habilidades críticas para crear una sociedad equitativa y diversa; la educación debe estar centrada en el alumno y algunas de las teorías de aprendizaje más importantes incluyen enfoques deweyeanos, freireanos y vygotskyianos que enfatizan la interacción social y la cognición, el diálogo, el razonamiento dialéctico, la experiencia del alumno, la comunicación, la colaboración y la construcción de la comunidad; la educación no puede ser políticamente neutral y debe ponerse del lado de los oprimidos para construir una sociedad socialmente justa que enfatice los derechos humanos y económicos. En su mayor parte, estos temas son importantes y, en cierta medida, desempeñan un papel importante en la formación del profesorado. Pero esto es insuficiente, ya que pueden practicarse hasta cierto punto dentro del ámbito de las sociedades capitalistas, es decir, sin cambiar el sistema.

La formación de profesores(as) debe centrarse en crear un universo social fuera de los imperativos de los intereses capitalistas, fuera del status quo. Y eso significa crear un sistema educativo que pueda trabajar hacia este objetivo. Estamos lejos de lograr esto. El propósito debe ser ir mas allá de la reforma al cambio sistémico.

 

¿Qué ha significado la crisis del COVID-19 para el magisterio mundial? ¿Considera que el COVID-19 y las medidas que se adoptaron en materia educativa afectan al derecho a la educación?

La pandemia ciertamente me ha hecho consciente de cuán interconectados estamos como sociedad humana. Todos somos vulnerables y, por supuesto, algunos de nosotros somos más vulnerables que otros.

La pandemia ha iluminado los diversos grados de vulnerabilidad social. No existe la igualdad cuando hablamos de vulnerabilidad. Dependemos unos de otros, pero ¿cómo han tratado algunos países a seres humanos de manera tan injusta y, a la vez, con una brutalidad inimaginable?

Grandes abismos de desigualdad han sido expuestos de nuevas maneras como resultado de esta pandemia. Y a los Estados Unidos no les está yendo bien con, al momento de darles esta entrevista, más de 60,000 muertes han ocurrido por el COVID-19, más muertes que las que sufrió Estados Unidos durante la invasión de Vietnam.

Hay un viejo dicho: cuando Estados Unidos estornuda, México contrae neumonía. Bueno, eso es literalmente cierto ahora. Lo que EE. UU. exhala, México lo inspira. Pero también ha hecho que EE. UU. sea más vulnerable y ha aumentado su deseo de construir más muros, detener la inmigración y mantener a los refugiados políticos fuera de sus fronteras. Compartimos el aire con otros y, sin embargo, algunos países tienen una mejor calidad del aire. Sin embargo, el nuevo coronavirus puede sobrevivir tanto en aire limpio como en aire contaminado.

El manejo capitalista de esta pandemia también ha exacerbado el racismo contra los asiáticos. Mi esposa es china y hemos sido puestos en cuarentena por lo que no hemos tenido que experimentar eso, pero nuestros amigos sí.

Debido al estado de salud previo de varias personas, estas corren más riesgo de perder la vida por el patógeno que otras. Los grupos más vulnerables en los EE. UU. son pueblos indígenas, afroamericanos y latinos que han sido privados de atención médica adecuada durante toda su vida.

Todos los que luchan por una atención médica adecuada están en mayor riesgo: personas pobres, migrantes, personas encarceladas, personas con discapacidades, personas trans y queer y personas con enfermedades y afecciones médicas duraderas como problemas cardíacos o pulmonares.

La atención médica para estas personas no es accesible ni asequible. ¿Y qué hay de las poblaciones carcelarias con un número desproporcionado de reclusos negros y latinos? ¿Y qué hay de las infraestructuras de salud pública de otros países, países más pobres?

Los que habitan en esos países son los que tienen más probabilidades de ser amontonados en morgues o camiones que esperan ser enterrados.

Todo esto nos muestra al capitalismo salvaje y las diferencias económicas existentes, dentro y entre las poblaciones globales, y como parte de las brechas de ingresos y riqueza que existen.

Muchos de los que sobrevivirán a COVID-19 se encontrarán desempleados después de recuperarse. Entonces, si bien ahora están luchando por sus vidas mañana lo harán por categorizados como prescindibles una vez que sobrevivan, si es que sobreviven.

Se ha puesto en marcha un modelo educativo de contingencia. Los estudiantes asisten a clases que parecen estar muy alejadas de los problemas del día a día y, sienten que están perdiendo el tiempo aprendiendo sobre temas que no los ayudarán a ellos, sus familias o sus comunidades a sobrevivir.  Ahora estos estudiantes tienen mayores posibilidades de reconocer las mentiras y los engaños provenientes de la Casa Blanca de Trump, ya que los cadáveres se acumulan en morgues improvisadas. Están cuestionando los comentarios poco éticos de Trump y su compromiso con la vida humana sobre su propio ego patológico y narcisista.

Estas realidades fueron estudiadas y están impregnadas en los trabajos de pensadores como Marx y Freire. Necesitamos reiniciar nuestras economías, sí, pero debemos hacerlo con la atención médica universal. Y debemos hacerlo con un compromiso con las normas internacionales de distribución de atención médica que exigen que los más necesitados sean los primeros en recibir las vacunas.  La pregunta sería ¿Cómo creamos estándares internacionales que sean vinculantes?

Algunos políticos dicen que la pandemia matará a las personas mayores que agotan los recursos de la sociedad y la pandemia reducirá las cargas sobre el sistema de atención médica y liberará viviendas para las personas más jóvenes. Estos comentarios se hicieron aún más escalofriantes, ya que son formulados de una manera desapasionada, pragmática y profesional. Se hacen eco de Aktion T4, el programa para la eutanasia involuntaria en la Alemania nazi, un proyecto de asesinato en masa que cobró la vida de aproximadamente 300,000 personas entre 1939 y 1945. El programa se basó en la teoría de la eugenesia, la higiene racial y las preocupaciones presupuestarias. Ciertas personas fueron seleccionadas como «Indignos de la vida» o «seres inútiles» y fueron asesinados por inyección letal, gas u otros medios. Que tengamos políticos en los estados Unidos que consideran condenar tan fácilmente a seres humanos como «seres inútiles» a una muerte “inevitable” por la pandemia debería servir como una advertencia de que lo impensable podría volver a ocurrir, y esta vez en un país que se jacta de su preocupación por los derechos humanos.

Los estudiantes están pagando ahora por clases en línea y muchos no podrán terminar de pagar sus clases universitarias como resultado del efecto que la pandemia está teniendo en los empleos y la economía. Y, sin embargo, todavía están cargados con enormes deudas.

La crisis de COVID-19 ha hecho que muchos se den cuenta de cómo las sociedades capitalistas neoliberales no están preparadas de manera grotesca para manejar una crisis de esta magnitud y que todo el sistema es corrupto.

La actual crisis del Coronavirus ha revelado a muchos estudiantes que el sistema por el cual están siendo preparados para ser parte de él, necesita ser reemplazado por un sistema que valore la cooperación y la sostenibilidad, la democracia económica.

Marx nos ha enseñado que el capitalismo es un sistema que produce y reproduce la desigualdad: pobreza en un polo, riqueza en el otro. Este es un buen momento para concentrarse en estudiar esta realidad y las posibilidades de revertir tal situación. Las personas se han vuelto más conscientes de las desigualdades que se manifiestan en la vida cotidiana de los estudiantes fuera de la escuela.

Estamos escuchando en las noticias o experimentamos déficits alimentarios de primera mano, acceso inadecuado a la salud y la salud mental, la brecha de aprendizaje digital, problemas con la estabilidad de la vivienda y acceso a tecnología educativa e internet, niños pertenecientes a familias sin hogar, niños de trabajadores migrantes y niños refugiados que Estados Unidos mantiene en jaulas lejos de sus familias, todo ello solo por nombrar algunos problemas.

Algunos de mis estudiantes están interesados ​​en la idea de reorganizar la sociedad a lo largo de las líneas de cooperativas de trabajadores que buscan construir lugares de trabajo alternativos que puedan pasar de las organizaciones de empleadores/empleados a aquellas en las que los empleados también son empleadores.

Están surgiendo ideas de una democracia de abajo hacia arriba en lugar de una democracia de arriba hacia abajo. Esto es progreso, pero esto no eliminará una sociedad de mercado impulsada por las ganancias. Necesitamos ir más allá de esto e imaginar cómo sería la sociedad sin un aumento de ganancias. Sin ese enfoque, es posible que no sobrevivamos en el futuro. La lección que creo que debe aprenderse es que debemos aprovechar la oportunidad de reconstruir la sociedad sobre la base de los principios socialistas.

 

 

A partir de su experiencia docente y social ¿cuales serían algunas de las propuestas alternativas en la actual coyuntura del magisterio americano?

La pedagogía crítica revolucionaria sigue siendo una alternativa viable en la escolarización de los Estados Unidos, pero ha tenido dificultades para incursionar en el sistema escolar público.

En respuesta a los de la extrema derecha (antiglobalistas, supremacistas blancos, etno-nacionalistas) que temen a la pedagogía crítica como una forma de adoctrinamiento socialista de la juventud estadounidense, quiero subrayar que la pedagogía crítica es una forma de invitación a pensar, no de adoctrinamiento.

Lo que les decimos a los demás es esto: no estamos aquí para ayudarlo. Pero si ves que tu libertad y liberación están unidas y enredadas con las mías, entonces construyamos proyectos juntos. Los educadores críticos no imponemos nuestros puntos de vista e ideologías a los estudiantes, sino que creamos espacios de respeto y comprensión mutuos en los que debatir y debatir cuestiones políticas que siguen siendo controvertidas en el ámbito público más amplio. Tratamos de contribuir a que participemos en definiciones y acciones para que la sociedad avance en dirección de la libertad.

Guiados por la colaboración y no por la competencia, debemos entablar estos debates más allá del conocimiento teórico abstracto, con la intencionalidad de transformar los elementos opresores de nuestra realidad política para crear acciones y alternativas significativas para nuestro universo social, dando nueva vida a nuestra realidad comunitaria a través de una orientación práctica-acción, o praxis reflexiva profunda. Una profunda praxis reflexiva conlleva necesariamente a concretar la solidaridad y la unidad.

El año pasado, en 2019, tuvimos numerosas huelgas de docentes en distritos que tuvieron una gran participación sindical. Estas huelgas incluyeron una paralización de actividades por siete días por parte de la United Teachers Los Angeles y una huelga de tres días por parte de maestros de Denver, fundamentalmente originadas por la reforma salarial.

Los maestros de Virginia Occidental hicieron huelga durante dos días contra la privatización de las escuelas, los maestros y maestros de Oakland en ocho escuelas chárter accionaron contra la privatización y los maestros y empleados escolares de Chicago realizaron una huelga exitosa para poner una enfermera y una bibliotecaria en cada escuela y apoyar a los estudiantes sin hogar.

Los maestros en Little Rock Arkansas realizaron una huelga de un día contra la resegregación racial de las escuelas y en un esfuerzo por proteger su membresía y reconocimiento sindical. Los maestros en Dedham, Massachusetts se declararon en huelga y ganaron exitosamente un aumento en los salarios de los maestros y la implementación de protocolos contra el acoso sexual. En Indiana, Carolina del Sur, Carolina del Norte, Virginia y otros lugares se llevaron a cabo días de acción «Red for Ed» en los capitols estatales que pedían más inversión gubernamental en educación.

Los educadores críticos revolucionarios estamos fuertemente inclinados a valorar la perspectiva del socialismo en los asuntos del control popular de los recursos y la producción, para la distribución equitativa de los recursos, para el multiculturalismo, los derechos de los homosexuales y los derechos de las mujeres. Consideramos que la sociedad debe garantizar los derechos básicos con respecto a la alimentación, la vivienda, la atención médica y los ingresos. Estos derechos básicos deben incorporarse a la constitución.

La educación debe ser gratuita y todas las deudas de los estudiantes deben cancelarse. La contaminación por combustibles fósiles debería terminar y deberían adoptarse sistemas de energía sostenibles. El túnel excluyente de las escuelas de pobres que conducen de la escuela a la prisión debe terminar y, junto con ella, el sistema industrial de la prisión que se beneficia financieramente del encarcelamiento masivo.

La reforma migratoria debe comenzar con la abolición de ICE (Servicio de Inmigración y Control de Aduanas) y los campos de internamiento que el gobierno de los Estados Unidos ha establecido para separar a los niños refugiados de sus familias. La amnistía y un camino viable para la ciudadanía deberían estar disponibles para los inmigrantes indocumentados, muchos de los cuales están actualmente encerrados en estos campos de prisioneros administrados por el gobierno como ejemplos de «humanidad excedente».

¡Estos son problemas sociales que pueden abordarse temáticamente en nuestro sistema educativo hoy! Los educadores críticos ponemos un fuerte énfasis en desafiar la política exterior de EE. UU. y la forma en que dicha política es impulsada por los intereses de los bancos y corporaciones transnacionales.

La pedagogía revolucionaria crítica resuena como una alarma sobre los usos que se le están dando al aprendizaje automático y la inteligencia artificial, a saber, el sistema de guerra electrónica actual y las capacidades militares de nueva generación que están desarrollando los militares estadounidenses.

Los educadores críticos tienen razón en preocuparse de que los avances en la detección acústica y electromagnética de infrarrojos, electroópticos y de radar estén llevando el desarrollo de la inteligencia artificial a las manos hambrientas del estado de vigilancia.

Los educadores críticos apoyamos la soberanía de los grupos indígenas, luchamos por la protección de los derechos reproductivos de las mujeres y por poner fin a la división del trabajo por género. También estamos comprometidos en reconstruir el movimiento laboral y aumentar la afiliación sindical.

¿Por qué los estudiantes deben encontrarse con esta cruda realidad una vez que se gradúen? Estas cuestiones deben abordarse como parte de un plan de estudios socialista. La pedagogía crítica es una filosofía de praxis cuyos profesionales captan el proceso de enseñanza y aprendizaje como un medio para promover la agenda política y moral alternativa dentro del contexto de las poderosas fuerzas económicas y sociopolíticas que existen en la sociedad en general.

Al hacerlo, los educadores críticos hemos desenmascarado las relaciones de producción, economía moral existentes y las premisas epistemológicas que han ayudado a dar forma a los discursos, prácticas y valores educativos dominantes. Hemos logrado esta tarea al desarrollar y apropiarnos críticamente de varios lenguajes o sistemas de inteligibilidad (es decir, la escuela de teoría crítica de Frankfurt, la crítica marxista de la economía política, la teoría feminista, la teoría de la actividad histórico-cultural, la teoría crítica de la raza) que iluminan las explicaciones sobre la vida social y muestran cómo se fabrica la opresión a través de sistemas de mediación (es decir, lenguaje, cultura, discurso, organización institucional, formaciones sociopolíticas, fuerzas y relaciones de producción) y cómo la gente común puede alcanzar un nivel extraordinario de conciencia crítica de su entorno.

Al final se trata de aprender a tomar medidas para transformar su entorno para que sus necesidades físicas, existenciales e intelectuales estén más satisfechas. La pedagogía crítica proporciona diferentes marcos explicativos para explicar las distorsiones ideológicas que a menudo acompañan el conocimiento oficial que se enseña en los planes de estudio federales, estatales o locales. Pero lo más importante, como filosofía de la praxis, es que ayuda a los maestros a descubrir e interpretar lo que ocurre en la vida cotidiana, especialmente en sus dimensiones políticas. Pongamos estas ideas al frente y al centro de nuestros sistemas escolares.

Los educadores críticos somos pequeños en Estados Unidos, pero a medida que el socialismo logra más legitimidad con las continuas crisis del capitalismo, se pueden abrir puertas y lograr victorias. Aquí invocaría el espíritu y la praxis de los zapatistas «preguntando caminamos», o «caminando, hacemos preguntas», el camino del guerrillero / pedagogo. Esto es diferente de «predicando caminamos». Buscamos crear una forma de organización horizontal en lugar de una forma de organización vertical.

Como un ingeniero amigo de Eduardo Galeano le dijo: lo «único que se hace desde arriba son los pozos» (lo único que puedes hacer de arriba a abajo son los agujeros»).

No podemos ser doctrinarios en nuestro enfoque, despreciando a otros que tienen opiniones diferentes. Como socialistas revolucionarios, no iniciamos nuestra lucha continuamos una senda construida colectivamente. Podemos crear las condiciones de posibilidad para un futuro socialista. ¡El desafío depende de nosotros!

 

 

 

 

 

 

 

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OVE Entrevista a René Unda «La defensa de los derechos de la niñez es primordial, dentro del conjunto de causas por las que la humanidad se pronuncia y moviliza»

Luz Palomino y Luis Bonilla-Molina entrevistan en exclusiva para Otras Voces en educación

 

Cuando retomamos los estudios sobre niños, niñas y jóvenes institucionalizados nos encontramos con una abundante producción intelectual de René respecto a cómo pensar las infancias en América Latina, la condición juvenil indígena, las representaciones y expectativas sociales de los jóvenes, la feminización de las migraciones, la socialización escolar y otros importantes tópicos. Tuvimos la oportunidad de escucharlo en un par de oportunidades y nos encontramos con un magnífico comunicador de sus puntos de vista, siempre vinculados a las causas sociales más importantes en la región. Su trabajo trasciende las fronteras del Ecuador y es hoy una de las voces más calificadas del derecho a la educación y la inclusión de los más pobres, los olvidados, los invisibles para el sistema.

René Unda Lara es desde hace 25 años Profesor de Sociología y Teoría Política, Universidad Politécnica Salesiana. Cuenta con un Doctorado en Ciencias Sociales, Niñez y Juventud y un PhD otorgado por la Universidad de Manizales y CINDE. Es licenciado en sociología y ciencias políticas, con especialización en sociología del desarrollo, Máster en Educomunicación, postgrado en educación y nuevas tecnologías. René es el Coordinador del centro de Investigación sobre Niñez, Adolescencia y Juventud (CINAJ) de la Universidad Politécnica Salesiana del Ecuador. Además editor de la Revista Universitas, dedicada a los estudios de Ciencias Sociales y Humanas.  Pertenece al Grupo de Trabajo (GT) Juventudes e Infancias de CLACSO.

En el 2018 tuvimos un encuentro con él para conversar sobre su trabajo y perspectivas. Un encuentro que marcó una agenda común de trabajo por realizar en los temas de niñez. En otras Voces en Educación consideramos que sería de especial valor para nuestres lectores acercarse mucho más a su trabajo y mirada, por ello le hicimos esta entrevista.

 

René, cuéntanos un poco tu historia personal, como llegaste a las pedagogías críticas, a las educaciones populares?

Toda historia personal es, de varios modos, una historia social y ello supone considerar un conjunto de factores tales como la biografía familiar. Mi abuelo materno fue un inquieto profesor de escuela primaria, apasionado por la fotografía, la poesía y por todo lo que signifique archivo histórico.

Mi madre, es una lectora infatigable y melómana muy identificada con expresiones estéticas populares. Y mi padre, sociólogo de la ruralidad que ha trabajado casi toda su vida directamente con población indígena, a través de quien, desde muy chicos, fuimos mirando la sociedad como un espacio de luchas y conflicto en el que la educación ocupa un lugar central en varios sentidos.

Un aspecto esencial en cuanto al carácter crítico con el que crecí desde mi formación temprana en el hogar y en la escuela tiene que ver con el interés por lo que sucedía en nuestro entorno, en sus múltiples ámbitos. El interés por la política, a partir de la implicación directa de mi padre en la dinámica partidista, fue siempre una característica desde la cual se propició un ejercicio crítico acerca de casi todo lo que ocurría en nuestro entorno.

De tal forma que la socialización primaria representa, en mi caso, una primera aproximación a las pedagogías críticas y, posteriormente, a las educaciones populares en tanto proceso con un cierto carácter programático.

En rigor, a las pedagogías críticas accedo durante mi formación como sociólogo a través de las lecturas de Freire, Giroux, Mac Laren y cía, lo cual me devuelve al trabajo que en varias ocasiones vi desarrollar a mi padre en encuentros, reuniones y asambleas con campesinos e indígenas, especialmente en la Provincia de Chimborazo desde mediados de los años setenta en pleno proceso de Reforma Agraria.

Ahí también, creo, se marca el punto de referencia inicial de mi aproximación a las educaciones populares, aún sin poseer un cierto grado de conciencia sobre aquello, debido, sobre todo, a que cursaba aún la escuela primaria.

De las cosas que más me llamaba la atención y que actualmente considero una potente modalidad de educación popular, era la misa del domingo que daba Monseñor Leonidas Proaño en la Catedral de Riobamba, ciudad en la cual, por el trabajo de mi padre, viví entre los 6 y 13 años, mi infancia. Fui pocas ocasiones, por decisión directa de mi madre, pero lo que decía el obispo de los pobres me movilizaba, pues guardaba directa relación con los temas sobre los que se conversaba en la casa paterna, lo cual contribuyó a generar una temprana inquietud por cuestiones como la injusticia, la pobreza, la dominación y la transformación social.

Creo también que en la adolescencia y juventud temprana se desarrollaban múltiples experiencias de educación popular en la calle y en las canchas de futbol con los vecinos y amigos de barrio, siempre que existió relatos acerca de lo que hacíamos y en los que, sin mencionar explícitamente, quedaban planteados, cuestionados o cimentados ciertos principios y valores relacionados con las ideas de equipo, de ganar o perder, de las actitudes y, sobre todo, de un apabullante sentido lúdico de las cosas.

En una perspectiva más programática, planificada y pensada, mi aproximación inicial a las educaciones populares se produce durante los años de formación universitaria al participar en varios proyectos orientados hacia el trabajo con niños y adolescentes inmersos en procesos de callejización.

Pero quizás la experiencia más significativa la viví al conocer y compartir el modelo de educación popular del Movimiento Nacional de Adolescentes, Niños y, Niñas Trabajadores Hijos de Obreros Cristianos, MANTHOC, de Perú, que, a la fecha bordea los 50 años de existencia, impulsado y liderado por el maestro Alejandro Cussianovich y varias cohortes de NNA trabajadores formados en los principios de un modelo de educación popular crítico, contextualizado y que propone la valoración crítica del trabajo y su dignificación.

En la misma línea, pude conocer el enorme trabajo y aporte para la educación popular que también en Perú desarrolla por más de 25 años Casa Generación, cuyo trabajo se enfoca hacia la recuperación de la dignidad y escolarización alternativa de adolescentes y jóvenes que han crecido en la calle.

He tenido el privilegio de compartir experiencias con el movimiento de niños/as trabajadores de Paraguay y Bolivia que, junto al caso peruano, comparten principios de acción pensados desde varios de los ejes estructurantes de la educación popular freiriana pero con especificidades que respondan a sus contextos particulares y a su condición generacional.

En el caso ecuatoriano he tenido la suerte de participar en varias experiencias y proyectos realizados en la línea de las educaciones populares con el Proyecto Salesiano Chicos de la Calle y con el Centro del Muchacho Trabajador (Jesuitas).

Creo, finalmente, que una de las experiencias más significativas, en la dimensión afectiva e investigativa, fue haber sido invitado a conocer y participar en el proyecto con niños/as adolescentes y jóvenes de la Fundación Creciendo Juntos, programa de educación popular que se desarrolla en barrios y veredas de la periferia de la ciudad colombiana de Cúcuta, en la frontera con Venezuela, donde las problemáticas de movilidad, desplazamiento forzado, tráfico de drogas ilícitas, trata de personas y sicariato plantean novedosas maneras de encarar y proponer mecanismos de contención y resiliencia desde la educación popular.

 

 

Has estado muy vinculado a la defensa de los derechos de los niños, niñas y adolescentes. Que nos puede comentar sobre la realidad actual al respecto

En realidad, la defensa de los derechos de NNA es una lucha que viene de lejos y que alcanza mayor visibilización social a partir de la aprobación de la Convención Internacional de Derechos del Niño el 20 de noviembre de 1989.

En el momento actual considero que la defensa y promoción de los derechos de NNA es una lucha primordial, dentro del conjunto de causas por las que la humanidad se pronuncia y se moviliza.

Defender los derechos de los NNA supone la defensa de los derechos de todos/as. En el plano de la acción pública, tanto el Estado como la sociedad tienen la responsabilidad de precautelar y garantizar el interés superior de NNA. Más que declarar y legislar sobre los derechos de NNA, el Estado debe procurar generar las condiciones sociales necesarias para el ejercicio efectivo de derechos.

 

Precisamente, esa sensibilidad por los asuntos sociales y pedagógicos, nos permite preguntarte ¿Cuáles consideras que son los elementos más significativos de la crisis educativa en el Ecuador?

Un primer problema, de carácter estructural y persistente, en la historia republicana del Ecuador es el lugar que ocupa la educación en la escala de prioridades del país. Ni la educación ni la salud constituyen ejes alrededor de los cuales se piense un modelo de país o, incluso, un modelo de desarrollo.

Considero que el conjunto de elementos que configuran la crisis educativa deriva de este problema matriz. Si la educación no es el eje central de un modelo de desarrollo estará siempre en una posición subordinada con respecto a otras dimensiones de la dinámica social.

Colocar a la educación en un lugar secundario dentro de la organización de la sociedad, expresa no solo una especie de miopía social, sino que también una degradación de la escala valórica de un Estado o de un proyecto societal.

La insuficiente o escasa asignación presupuestaria por parte del Estado para el sector educación es una consecuencia, cabalmente, de los modos de pensar la educación. De igual forma, pensar la educación como una plataforma para la movilidad social significa reducirla a su condición más instrumental y despojarla de su sentido esencial como potencia transformadora de realidad, así como de su sentido lúdico y creativo, finalmente emancipador. En esta dirección, otro de los elementos significativos que convergen en la actual crisis educativa del Ecuador y que, sorprendentemente, atraviesa a buena parte del profesorado es suponer que la educación no es un campo configurado por lo político, ni que deba pensarse políticamente.

Y de manera evidente, un grave problema en la actual crisis educativa del Ecuador es la lamentable conducción y gestión gubernamental del Estado cuyos principales responsables son los funcionarios ubicados en la esfera decisional y en la estructura de autoridad, quienes no solo han subordinado lo público a intereses particulares, sino que lo público ha sido objeto ha estado siendo devastado.

 

René , ¿consideras que la formación docente se corresponde a los actuales retos que enfrentan los y las docentes? ¿Cuáles deberían ser las reelaboraciones en materia de formación inicial y continua de les educadores en la actualidad?

Si bien se ha dado pasos que pueden resultar interesantes en la formación docente, sobre todo en cuanto a lo pedagógico, didáctico e, incluso, al uso de recursos tecnológicos en ciertos contextos, considero que entre las cuestiones fundamentales y prioritarias a trabajar radica en la comprensión de que la formación docente en todos sus niveles tiene como punto de interés central a la persona.

Esta primera consideración comporta la responsabilidad de comprender la persona en su contexto, como producto de unas determinadas condiciones históricas. Pero de modo previo, la formación inicial debe incluir en su trayecto formativo el reconocimiento histórico de la sociedad y de las condiciones que han hecho posible el tipo de relaciones sociales que vivimos.

Solo así se reconocerá el conjunto de problemas que configuran la sociedad ecuatoriana. En un nivel formativo intermedio, se requiere ciertas claridades con respecto a las especificidades de cada etapa del proceso educativo, lo cual significa comprender las finalidades de cada etapa, sus características y procesos, además del sujeto con el que trabajará.

La formación continua, en la medida que responde a la necesidad de reciclajes o reforzamientos cognitivos, deberá pensarse y plantearse de acuerdo con las necesidades y demandas contextualizadas de los/as docentes

 

¿Qué ha significado la crisis del COVID-19 para el magisterio ecuatoriano? ¿Considera que el COVID-19 y las medidas que se adoptaron en materia educativa afectan al derecho a la educación?

No podría señalar con un alto nivel de precisión que ha significado el COVID-19 para el magisterio ecuatoriano, pero desde la información que ha sido difundida, el magisterio ha debido enfrentar el peso y consecuencias de una crisis que ya estaba instalada antes de la emergencia sanitaria como resultado de una serie de medidas gubernamentales.

A ello, debe agregarse las afectaciones producidas por el COVID-19 en sus distintos aspectos y ámbitos, una de los cuales representó un flagrante y brutal ataque a sus derechos y que fue el despido de 1500 maestros.

Y, en este ya de por sí catastrófico escenario, la necesidad imperiosa de adaptarse abruptamente a las condiciones que impone la crisis en cuanto a una particular modalidad de estudios que, en rigor, no es presencial ni virtual pero que exige la combinación de estas dos modalidades, a lo cual se suma el agravante de que sus ingresos serán mermados por las medidas propuestas por el gobierno en pleno desarrollo de la emergencia.

Lo que ha significado todo este cúmulo de problemáticas para el magisterio, supongo que requiere un procesamiento ritmos algo más pausados que el vértigo de los hechos desencadenados con la crisis del COVID-19.

Y, por supuesto, casi todas las medidas adoptadas en materia educativa significan afectación al derecho a la educación; recortes presupuestarios, decisiones que no consideran las condiciones materiales de acceso al proceso educativo virtual (conectividad, infraestructura, equipamiento, aspectos pedagógicos y didácticos).

Quizás la única medida acertada, más por las características de la pandemia que por mérito de las decisiones gubernamentales, ha sido la de disponer que estudiantes y profesores trabajen desde su casa.

 

 

A partir de su experiencia docente y social ¿cuales serían algunas de las propuestas alternativas en la actual coyuntura del magisterio ecuatoriano?

Más que para el magisterio ecuatoriano, serían propuestas para el sector de la educación superior que es el espacio en el trabajo. En el ejercicio docente una propuesta alternativa pasa por un replanteamiento del tratamiento analítico de los contenidos curriculares no necesariamente para modificarlos sino para ponerlos en relación con la crisis, con sus múltiples aspectos y los escenarios futuros.

La función docente debe, necesariamente, adoptar una actitud alternativa en el contexto de la pandemia y vincular en su proceso de relación con la ciencia las condiciones contextuales y problemáticas relativas a la crisis y emergencia sanitaria.

Se impone, por lo tanto, la activación o fortalecimiento de una comunidad académica que debate y propone la adecuación de contenidos de cara a la circunstancia actual y a lo que se viene.

Los proyectos y programas de investigación, me parece que tienen un prometedor campo de posibilidades para producir conocimiento pertinente, actual y útil en un sentido bien distinto de aquello que sitúa a lo útil como sinónimo de económicamente rentable.

Dotar de significados distintos a significantes cuya lectura e interpretación han funcionado de una cierta manera en la universidad de las tres últimas décadas, será un desafío interesante en la medida en que se abren posibilidades de pensarle al mundo de manera diferente a como lo ha venido haciendo una matriz discursiva hegemónica que ha propiciado una marcada instrumentalización de la educación superior.

Y en cuanto a la vinculación de la universidad con la sociedad, el establecimiento de redes de apoyo mutuo sobre recursos estratégicos desde la perspectiva de sectores populares deviene, a mi juicio, inevitable.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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España: La universidad toma un nuevo impulso ante la crisis

Europa/España/07 Mayo 2020/elpais.com 

Banco Santander ha movilizado más de 20 millones de euros para colaborar con las universidades españolas y el CSIC en la investigación contra el virus y reforzar la enseñanza superior ‘online’, con más de 20.000 Becas Santander #YoMeQuedoEnCasa. El portal Contectad@os, del Ministerio de Universidades y la CRUE, trabaja a su vez para mejorar los campus digitales

mitad de la crisis del coronavirus, las universidades se enfrentan al desafío de la migración digital, pero también al reto de desarrollar con urgencia estrategias científicas para hacer frente al virus. Por este motivo, Banco Santander ha movilizado, a través de Santander Universidades, 20 millones de euros para contribuir a resolver los problemas sanitarios y educativos derivados de la Covid-19. En concreto, destinará esta aportación a apoyar proyectos liderados por las universidades españolas y el CSIC, como investigaciones enfocadas a obtener vacunas, fármacos y diagnósticos.

Estas instituciones canalizarán la financiación de la entidad para fabricar material sanitario y dotar a de equipos a los hospitales, coordinar acciones de respuesta con las administraciones públicas o reforzar el sistema de enseñanza superior en su migración digital. Además, la partida económica servirá para que alumnos en situaciones desfavorecidas puedan continuar el curso académico o para estimular estudios y análisis capaces de diseñar puertas de salida para la crisis de la Covid-19.

A esta contribución se suman otros 10 millones de euros adicionales para impulsar proyectos de carácter social, médico y educativo en los países en los que Santander está presente. en colaboración con su red global de universidades.

Con este gesto, la entidad financiera quiere reforzar su apoyo a la educación superior y a las universidades españolas, que están colaborando de forma estrecha con todo tipo de instituciones en España para detener la pandemia. Las universidades no solo han cedido equipos o materiales para las áreas de salud de los gobiernos locales y regionales. También han trabajado para adaptar residencias y espacios académicos para la atención de personas contagiadas o puesto a disposición del país sus laboratorios para avanzar en la capacidad de realizar diagnósticos.

Las exigencias de la migración digital

En paralelo, la enseñanza superior española también ha visto alterada su normalidad por el estado de alarma decretado el pasado 14 de marzo. Al igual que colegios e institutos, las facultades han tenido que interrumpir sus clases presenciales e impartir los contenidos a distancia sin apenas margen de reacción. Precisamente para facilitar la migración digital repentina ha surgido Contectad@s: la universidad en casa.

Impulsado por el Ministerio de Universidades y la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE), se trata de un portal de recursos para el aprendizaje no presencial. Diseñado y mantenido por la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) y la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), cuenta con contribuciones de todas las universidades españolas.

Dirigida a profesores, alumnos y a otros miembros de la comunidad universitaria, la plataforma ofrece contenidos útiles para la formación online, como módulos didácticos, orientación metodológica o información sobre software y herramientas tecnológicas. El objetivo, en definitiva, consiste en ayudar a quienes se enfrentan al teletrabajo desde las facultades o, en este caso, a la tele enseñanza, mientras dura la situación de excepcionalidad.

Los docentes que consulten el portal podrán acceder a materiales que les ayuden a planificar el curso en la distancia, así como a elaborar y presentar los contenidos de su asignatura a la clase, comunicarlos, organizar actividades, establecer webconferencias o llevar a cabo las evaluaciones. Asimismo, los alumnos universitarios –que en España suman 1,5 millones– encontrarán pistas para conectarse, mantener el ritmo sin descolgarse o monitorizar sus progresos, además de recomendaciones para cuidar su bienestar físico y emocional durante el confinamiento.

Saber trabajar a distancia, clave para buscar empleo

También a los estudiantes universitarios, además de a graduados y profesores, van dirigidas las más de 20.000 becas y ayudas de formación online que Banco Santander ha lanzado para contribuir a mejorar la situación provocada por el coronavirus. La convocatoria #Yomequedoencasa, que tiene como objetivo mejorar la empleabilidad de los jóvenes en el futuro, ofrecerá formación en competencias digitales, idiomas y soft skills o competencias blandas, que se refieren a habilidades como la comunicación, la negociación, el liderazgo o la gestión de los conflictos, el estrés y el tiempo, entre otras.

En concreto, la entidad financiera ofrecerá, en colaboración con la Fundación IE, de IE University, 15.000 becas para mejorar las habilidades de estudiantes y profesores en entornos digitales. Por otro lado, y mediante un acuerdo con British Council, contribuirá a que puedan certificar su nivel de idiomas, mientras que las ayudas para mejorar las competencias blandas se incorporarán al programa en las próximas semanas.

Se trata de una forma de adaptar el apoyo que el Santander lleva más de 20 años ofreciendo a la educación superior. Como reconoce Javier Roglá, director global de Santander Universidades, esta situación “nos exige una adaptación a unas circunstancias que ninguno de nosotros había vivido anteriormente, ofreciendo a nuestros jóvenes y graduados universitarios una completa oferta formativa online para que estén mejor preparados para el futuro profesional que se encuentren después de la Covid-19”.

Fuente e imagen tomadas de: https://elpais.com/economia/2020/05/07/actualidad/1588845913_016310.html

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Italia estudia que la mitad de los alumnos vaya a clase en septiembre

Europa/Italia/07 Mayo 2020/ultimahora.es

La ministra de Educación de Italia, Lucia Azzolina, ha propuesto que las clases que se reanuden en septiembre lo hagan con la mitad de alumnos, mientras que la otra mitad seguirá las lecciones ‘online’ para evitar aglomeraciones en las escuelas ante la pandemia del coronavirus.

«No es una decisión tomada, es una hipótesis sobre la mesa», dijo hoy la ministra en una comparecencia parlamentaria, ante el revuelo que ha generado su sugerencia entre partidos políticos y sindicatos.

La ministra ha propuesto que cuando se reanude el año escolar en septiembre, Italia opte por una «educación mixta» en la que los estudiantes puedan seguir las clases de forma presencial y en casa por turnos; la mitad iría a la escuela durante parte de la semana y la otra mitad el resto, para que las clases no tengan entre 28 y 30 alumnos al mismo tiempo.

Las lecciones se desarrollarán al mismo tiempo para ambos grupos, para garantizar que todos los estudiantes reciben los mismos aprendizajes, pero unos las seguirán en el colegio y otros de forma telemática desde ordenadores en sus casas.

«En septiembre tenemos que volver a la escuela, los estudiantes tienen derecho a volver (…) La educación no se ha interrumpido en ningún momento, a pesar de la pandemia del coronavirus, y estamos trabajando para permitir que reabran los colegios de manera segura y eficaz», ha dicho la ministra en una entrevista con el canal de televisión privado Sky.

La titular de Educación ha planteado que se establezca un plan con entradas y salidas escalonadas a intervalos regulares de tiempo para evitar reuniones, que se desarrollen las actividades al aire libre siempre y cuando sea posible, que se reduzca el número de alumnos por aula y que se contraten más profesores, si bien no ha dicho a cuántos.

Ya este junio, ha avanzado, los estudiantes podrán realizar el examen de acceso a la universidad de forma presencial, en espacios grandes y con ciertos protocolos de seguridad.

La hipótesis de Azzolina para el próximo septiembre ha generado cierta polémica en el país y no ha gustado al partido Italia Viva, socio en el Gobierno.

El diputado y miembro de esta formación Cosimo Maria Ferri ha considerado que no es una opción para jóvenes y familias, y ha pedido que el Ejecutivo se centre en reorganizar las clases y en contratar a más personal docente.

Los principales sindicatos italianos han opinado que el aprendizaje a distancia ha servido durante la gestión inicial de la emergencia, pero que no puede alargarse en el tiempo, y han defendido más financiación para contratar a más profesores y permitir que todas las clases sean presenciales.

Fuente: https://www.ultimahora.es/noticias/internacional/2020/05/06/1163051/coronavirus-italia-estudia-mitad-alumnos-vaya-clase-septiembre.html

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Ante una ciudad desolada una educación que sirva para acompañar

Por: Miguel Ángel Casillas

Hace unos días tuve que salir por motivos personales al centro de la ciudad, había permanecido en casa según las recomendaciones sanitarias y por exigencias laborales. Recorrí las calles del centro de la ciudad, calles desoladas que semejan a un pueblo fantasma, negocios cerrados, algunas personas que iban o venían con su respectivo cubrebocas.

El centro de la ciudad de Guadalajara es un lugar emblemático, es un punto de referencia en historia y en cultura, esta ciudad en otro tiempo fue una ciudad muy centralista, todo pasaba por el centro de la ciudad desde los productos comestibles, los comercios, hasta los encuentros sociales y el cierre de negocios: bancos, tiendas comerciales, librerías, boticas y farmacias, papelerías, zapaterías, etc., pero con la llegada de los centros o plazas comerciales, vidrieras, escaparates o malls como se les conoce en otro lugares a las plazas comerciales, sirvieron para descentralizar el comercio y para darle un nuevo sesgo cultural a los consumidores. En paralelo las plazas comerciales comenzaron a competir con los tianguis en la distribución de productos. Ante todo, ello hoy debido a la pandemia el centro de Guadalajara es un lugar desolado, triste ausente del bullicio humano.

Me parecen exageradas las medidas de control que se han impuesto, muchos lugares cerrados pudieran abrir con la intención de no asfixiar la economía, total se trata de hacer responsables a los ciudadanos por la circulación y las relaciones que establecen socialmente. Considero que en el fondo sigue siendo el manejo político de la situación lo que está en el trasfondo de estas medidas supuestamente preventivas.

Es lamentable que el centro histórico, político y cultural de la segunda ciudad más importante del país se vea desolado, repito a modo de un pueblo fantasma sin personas, con las cortinas de los establecimientos cerradas hasta nuevo aviso. Si bien la contingencia nos ha exigido tomar medidas de sana distancia, también es cierto que del otro lado los ciudadanos hombres y mujeres estanos exigidos de demostrar el nivel de civilidad que hemos alcanzado a estas alturas del partido.

Las escuelas son otro de los espacios sociales emblemáticos, el bullicio de niños y niñas, el acceso de padres de familia, el personal que labora en cada centro educativo; ahí se justifica un poco más la medida preventiva. Pero también para ello hay estrategias y alternativas que al colocar como prioridad número uno la seguridad y la salud de alumnos, alumnas y docentes, podría pensarse en acercamientos paulatinos a cada centro escolar. Por ejemplo, tener una estrategia de asistencia de una tercera parte de alumnos y de personal cada día, evitar los tumultos y las aglomeraciones y abordar colectivamente el tema. Crear una cima de discusión, de debate y de análisis que coloque en el centro de las intervenciones el trasfondo del coronavirus y las distintas alternativas para abordarlo.

Es importante que los y las educadores piensen en colectivo de qué manera utilizar el dispositivo pedagógico ante momentos de crisis o de emergencia como el que estamos viviendo; hemos optado por la comodidad ante el uso de los entornos virtuales y con ello hemos descartado otras alternativas, como la de encuentros de diálogo con pocos asistentes con sana distancia, que permita vernos cara a cara y platicar acerca de cómo nos ha ido en estos días de aislamiento. Muy pronto tendremos un banco de narrativas en torno a cómo le hemos hechos para salir adelante en este tiempo atípico y cuál ha sido a alternativa pedagógica que hemos utilizado.

El acompañamiento es una de los ejes centrales de la tarea de educar. Educar y acompañar puede decirse que son sinónimos de una tarea, que implica que educar tiene que ver con estar al lado de los otros, de los demás, es por ello que es bueno que ante lugares o entornos desolados le demos oportunidad de vivir y experimentar al vínculo humano.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/ante-una-ciudad-desolada-una-educacion-que-sirva-para-acompanar/

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