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En un solo sitio, las mejores experiencias de educación en casa

Latinoamérica/14 Mayo 2020/semana.com

En Comunidad Atenea, plataforma gratuita de la Fundación Varkey, más de 5.000 docentes de Latinoamérica comparten sus mejores prácticas, en medio de la cuarentena.

Debido a la cuarentena decretada en diversos países para evitar la propagación del nuevo coronavirus, más de 1.200 millones es estudiantes no están teniendo clases presenciales, razón por la cual la educación virtual se ha tornado en una necesidad para instituciones y profesores.

Motivada por esto, la Fundación Varkey, creadora del Global Teacher Prize (premio al mejor maestro del mundo), decidió lanzar para todos los docentes la Comunidad Atenea, la primera comunidad de aprendizaje colaborativo en línea para maestros en toda Latinoamérica.

La plataforma gratuita, que ya cuenta con más de 6.000 miembros y a la que se unen 100 maestros cada día, les permite compartir las mejores prácticas, celebrar su trabajo y discutir cómo mejorar la educación de sus estudiantes.

De acuerdo con Agustín Porres, director para Latinoamérica de Fundación Varkey, los maestros están encontrándose a través de la plataforma para debatir la mejor manera de mantener a los alumnos aprendiendo ahora que ya no pueden acceder al aula.

Cualquier docente puede acceder a través de cualquier dispositivo, en el siguiente enlace: https://www.comunidadatenea.org. En el sitio web podrán cargar actividades educativas para ayudar a sus colegas en su desarrollo profesional.

La plataforma también funciona como una red social, ya que permite a los docentes subir sus perfiles, publicar contenidos y comunicarse con sus colegas, pero está moderada para garantizar que todas las publicaciones se centren en la educación.

Asimismo, la plataforma también actúa como una sala virtual de maestros que los reúne más allá de las fronteras a través de videoconferencias.

“Es fundamental apoyar a los docentes mientras continúan trabajando e inspirando a sus estudiantes. Más aún en tiempos de gran incertidumbre», concluyó Porres.

Fuente e imagen tomadas de: https://www.semana.com/educacion/articulo/las-mejores-experiencias-de-educacion-en-casa-en-la-pandemia-en-un-solo-sitio/669940

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7 mensajes virales sobre la educación en tiempos de confinamiento

Por: Jordy Jubany

Hemos recogido 7 memes, estos mensajes virales con cargas culturales, que hoy en día se mueven en Internet. Nos han llegado a través de sistemas de mensajería o los han compartidas en las redes sociales personas que tienen relación con el mundo educativo.

Los memes ya forman parte de nuestra cultura digital. Muestran inquietudes, malestar y reivindicaciones con un tono humorístico, irónico o crítico basados en hechos reales que dan para participar en un buen debate. Son muchas las dificultades y preguntas pendientes de resolver sobre la situación de la educación en el tiempo de confinamiento en el que nos encontramos actualmente. Y las que saldrán.

1 / El Titanic se hunde, pero sus músicos siguen tocando. La imagen compara la situación actual por la dificultad de mantener las funciones del sistema educativo cuando la sociedad está en una estado de emergencia. Los docentes, de todos modos, intentan hacer su trabajo en condiciones adversas.

2 / Los dispositivos móviles han pasado de estar prohibidos en muchos centros educativos a ser herramientas indispensables para la comunicación que deben ayudar al aprendizaje a distancia. El meme muestra gráficamente el cambio de mirada de muchas personas hacia las tecnologías actuales.

3 / Las dificultades del teletrabajo son enormes cuando hay que interactuar con muchas personas y resolver varias tareas a la vez. Seguramente tenemos que aprender a gestionarlo de otra manera para optimizar el tiempo y los recursos que todos dedicamos.

4 / Sin haberlo previsto, la evolución de la carrera docente entra en una dimensión desconocida: las clases virtuales. La composición nos muestra una metáfora en la evolución de los personajes interpretados por el actor Jack Nicholson y como cada situación los afecta a lo largo del tiempo.

5 / La metodología mostrada en ciertos programas de televisión educativos actuales es la misma que se utilizaba mucho tiempo atrás. Parece que no han incorporado las metodologías activas ni lo que se ha llamado la escuela avanzada ante la situación actual.

6 / Todo ello nos ayuda a comprender que, aunque la educación con pantallas nos puede ayudar, no puede sustituir la escuela en todas sus dimensiones. La imagen es una adaptación del cuadro «Ceci n’est pas une pipe», «Esto no es una pipa» de René Magritte, cambiando la pipa original para un ordenador portátil.

7 / Con esta imagen cinematográfica épica nos adentramos en un terreno de incertidumbre como es el tercer trimestre y la dificultad de su evaluación. Toda la comunidad ante esta aventura desafiante. Estando unos al lado de otros esperamos salir adelante.

Nos están cambiando las preguntas a medida que damos las mejores respuestas que sabemos. Pero quedan muchos interrogantes por delante: ¿cuándo será la vuelta a la escuela? ¿Cómo haremos compatible el acompañamiento emocional con el distanciamiento social? ¿Tendremos que combinar las aulas presenciales y las telemáticas? Seguro que nos llegarán nuevos memes que nos darán motivos para pensarlo. Abrazos virtuales.

(La autoría de la mayoría de estas imágenes, que se han convertido en virales en la red, es desconocida. Si algún lector conoce los autores, nos puede escribir a redaccion@eldiariodelaeducacion.com y las atribuiremos).

Fuente e imagen tomadas de: https://eldiariodelaeducacion.com/2020/05/08/7-mensajes-virales-sobre-la-educacion-en-tiempos-de-confinamiento/

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España: Evaluar en tiempos de pandemia: la visión de una alumna de 4º de ESO

Europa/España/14 Mayo 2020/eldiariolaeducacion.com

Recogemos un texto escrito por Ángela Valverde, estudiante de 4º de educación secundaria en un IES de la Comunidad de Madrid. En él habla de este final de curso y la evaluación que se llevará a cabo en este último trimestre. Ella forma parte del alumnado que, voluntariamente, podría volver a las aulas en la fase 1 de la desescalada en el confinamiento.

Hace más o menos un mes y medio decretaron el estado de alarma debido al Covid-19, un virus que tuvo origen en China y que tiene una gran capacidad de transmisión, tanta que posteriormente ha desembocado en una grave pandemia. A todos nos parecía algo surrealista, algo impensable que sucediera en nuestras vidas, algo que nos ha “roto (literalmente) los esquemas”. A pesar de que al principio me alegré de descansar un poco con el no parar de la rutina de cada día, me he dado cuenta de que ir a clase es un privilegio.

Desde mi punto de vista, como estudiante de cuarto de la ESO, considero que esta situación nos ha afectado enormemente. El Ministerio de Educación y la Consejería de cada Comunidad han intentado poner en común ciertas medidas para el desarrollo del curso. Estas medidas han llegado un poco tarde, creando cierta incertidumbre a los estudiantes y profesores. En líneas generales estoy en desacuerdo con algunas de las pautas globales que se han establecido y pienso que ha habido una gran falta de organización. A continuación, me gustaría desarrollar varias ideas en relación a este tema en esta nueva situación.

En primer lugar, si nos centramos en los criterios de calificación que se podrían seguir para evaluarnos en este último trimestre, creo que deberían puntuarnos mediante trabajos, avanzando materia poco a poco, sin saturarnos. Aunque estemos dando clases virtualmente, tienen que entender que a veces nos pueda costar más asimilar el nuevo temario. En ocasiones algunos alumnos como yo tienen dificultades técnicas de acceso a la plataforma digital y no pueden dar las clases de ciertas asignaturas, aparte de que considero que hay una gran diferencia con respecto a dar las clases presencialmente. Esta evaluación siempre tiene más peso que las anteriores (50%) por lo que debido a estas circunstancias excepcionales yo lo repartiría también con lo que hemos hecho los dos trimestres pasados. Si en algunas asignaturas consideran necesaria la realización de exámenes, creo que deberían quitarle peso en la nota y alternarlo con otro tipo de tareas (trabajos, ejercicios, actividades de entretenimiento…) para así poder hacer la cuarentena más llevadera.

En segundo lugar, para mantener la misma igualdad de condiciones en los alumnos a nivel nacional, opino que todas las comunidades autónomas deberían aplicar las mismas medidas. De esta manera todos iríamos igual de preparados y con los mismos conocimientos el curso que viene. Si bien, aunque las pautas generales las marquen las Administraciones educativas, pienso que los profesores son los más cercanos a los alumnos y, por lo tanto, los que mejor los conocen, los que más saben acerca de sus necesidades y los que están al tanto de ciertos problemas personales. Por ello son los que tendrían que tener la última palabra a la hora de decidir si un alumno necesita otros recursos o ciertas actividades específicas.

El aprobado general no lo consideraría una opción. Sería injusto que a personas que no han trabajado se les aprueben las asignaturas

En tercer lugar, en cuanto al programa de cada asignatura en concreto, hay ocasiones en las que resulta un poco imposible llevar a rajatabla el currículo de las materias, y sin duda, considero que Lengua es una de ellas. Normalmente, el currículo es ya muy extenso de por sí, por lo que ahora es más complicado cumplir con él. Veo necesario intentar adaptar los contenidos, como he dicho anteriormente, utilizando otro tipo de actividades evaluables más llevaderas. Con esto, quiero decir que continuemos con los temarios de forma adaptada a esta situación y aunque algunos contenidos no se vean en profundidad, al menos tener una ligera idea de ellos, de forma que en el próximo curso, en el que supongo que se repasarán, podamos desarrollarlos más a fondo.

Por último, acerca del aprobado general, que diría que es lo que más polémica ha causado, no lo consideraría una opción. Sería injusto que a personas que no han trabajado durante todo el año se les aprueben las asignaturas y pasen de curso. Esto supondría una gran dificultad para ellos el curso siguiente, ya que no han adquirido los conocimientos necesarios para continuar avanzando y no podrían alcanzar el nivel exigido. Esto les puede crear frustración y desmotivación, ya que no tienen el nivel. Además, en muchas ocasiones perjudicarían a la clase haciendo que fuese más retrasada.

Por otro lado, están los cursos como cuarto de la ESO, que es un año en el que titulamos. En este caso, habría gente que recibiría el título sin merecérselo y sin haber adquirido los conocimientos básicos. Por el contrario, estoy de acuerdo en que a estudiantes de bachillerato que se supone que quieren seguir estudiando se les dé un empujón, especialmente a los de segundo, año que les resulta decisivo para su futuro. En este caso, a aquellos que tengan más dificultades con el temario, si el profesor considera que han trabajado, pero aún así no es suficiente, deberían ser un poco más flexibles con ellos y valorar también todo su esfuerzo.

En conclusión, esta situación requiere un esfuerzo especial por parte de las administraciones, el profesorado y los alumnos, quienes tienen que intentar aportar el máximo para llevar con la mayor normalidad posible esta situación, de forma que sea justa para todos. Esto no quiere decir que los que no trabajan se vean perjudicados, ni que los que sí trabajan salgan beneficiados. Simplemente pido una igualdad justa de condiciones con trabajos asequibles a la situación, ya que aunque no lo veamos así, una simple nota lo cambia todo.

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/2020/05/08/evaluar-en-tiempos-de-pandemia-la-vision-de-una-alumna-de-4o-de-eso/

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Entrevista a Carlos Skliar: «Un mundo en estado de excepción no puede pedirle a la educación normalidad»

Entrevista/14 Mayo 2020/Autor: Pablo Gutiérrez del Álamo/eldiariolaeducacion.com

El escritor y pedagogo Carlos Skliar se muestra algo excéptico sobre los aprendizajes que puedan sacarse de esta crisis del Covid-19 que vivimos. El sistema de mercado, dice, es capaz de reponerse de las crisis y la sociedad, en muchos casos, se muestra acrítica con lo que ocurre. Un ejemplo puede ser el modo en el que los sistemas educativos siguen queriendo funcionar con «normalidad» en donde ya no queda nada «normal».

Carlos Skliar es muchas cosas: escritor, pensador, investigador y pedagogo. También es investigador principal del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de la Argentina, CONICET, e investigador del Área de Educación de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, FLACSO-Argentina. Desde hace años tiene la vista puesta en la infancia y en las diferencias. Ha desarrollado lo que ha dado en llamar pedagogía de las diferencias, de hecho, y reflexiona sobre el papel que estas tienen en el mundo. Hablamos con él para saber cómo está viviendo estas semanas y para reflexionar sobre la educación en estos momentos de pandemia.

La contraposición habitual entre contenidos y competencias la evita para hablar de la necesidad de otros contenidos y formas de hacer, no solo ahora sino en general en la educación. Dar cabida a temas que implican una conversación sobre la vida y la realidad, dejando a un lado aquellos que parecen sacados de «los informativos de la televisión o a las formas superfluas de opinión de influencers y coachings en las pantallas».

¿Cómo está pasando este tiempo en Buenos Aires? ¿Cómo está siendo allí la pandemia, el confinamiento?

En Buenos Aires en particular, y en Argentina en general, hemos tenido la suerte de un Estado presente desde el comienzo, atento a la experiencia dramática de otras partes del mundo y, aun viviendo una situación de pauperización que se venía arrastrando desde hace un tiempo, consciente de que la dicotomía entre salud y mercado es falsa. El confinamiento sigue siendo estricto desde hace más de un mes, en general se lo ha respetado, pero suenan algunas alarmas a propósito de las violencias de género, las violencias hacia niñas y niños, y las difíciles condiciones económicas de quienes no pueden buscar su sustento diariamente,

En España, después de casi dos meses de encierro, niñas y niñas han salido a la calle ¿Cómo está siendo en la Argentina?

Todavía hoy, a fines de abril, las niñas y niños no han podido salir a la calle y ya hay una serie de medidas que indican que pronto lo harán. Se percibe ese aire enrarecido en las calles cuando, al salir por un trámite o una compra o para ayudar en algún centro educativo u hospitalario, no se ven ni niñas, ni niños, ni ancianos. El extrañamiento, para mí, es mayúsculo: el paisaje ciudadano está despojado de sus edades más frágiles, más esenciales.

Durante estas semanas de confinamiento, y las que quedan, aquí se intenta que el curso siga con cierta normalidad. Parece que darlo por terminado (quedan dos meses por delante) es excesivo, injusto. ¿Cómo lo ve usted?

Tengo una opinión desde los márgenes al respecto. Un mundo en estado de excepción, una vida puertas adentro, una sociedad amenazada y el distanciamiento social no pueden pedirle a la educación ni “normalidad”ni “habitualidad”. Por un lado creo que lo que nos salva es cierta ritualidad, sí, pero no una determinada repetición. Me da la sensación que dada la contingencia inesperada es hora que la educación revierta su tendencia dócil y adaptativa a las exigencias de la época anterior (el conocimiento lucrativo, la aceleración del tiempo, la híper-tecnología, el vínculo utilitario entre competencias y mercado, etc.) y pueda concentrarse en dos dimensiones poco reconocidas o bien abandonadas: por un lado la conversación a propósito de qué hacer con el mundo y qué hacer con nuestras vidas, justamente ahora que el mundo vuelve a estar en riesgo y que las vidas se han visto confinadas; por otro lado, el hacer cosas juntos que nos devuelvan el tiempo liberado: la narración, el arte, la lectura, el juego, la filosofía.

¿Cree que en este tiempo se está mirando correctamente a la infancia? ¿Hay margen para un cambio de perspectiva, más cercana a la de sus derechos?

Desde hace un tiempo vengo pensando que la época anterior a la pandemia había ya producido una separación dolorosa entre niñez e infancia, es decir, que la mayoría de los niños habían perdido la posibilidad de una experiencia de tiempo de intensidad, no sometida a la lógica de las finalidades, las utilidades, a la exigencia de rendimiento. No solo la niñez habría perdido su infancia sino la humanidad en general. La solución por los derechos me parece una parte del problema, quizá su carácter más enunciativo, pero creo que hay algo más: insisto en que buena parte de la actividad pre-escolar y escolar debería tener como condimento esencial el “devolver” infancia la niñez, esto es para mí lo más formativo, lo que se recordará con el paso tiempo, lo que hará que una nueva generación no se “adultice” tan rápida y dolorosamente.

En su pensamiento está presente la dicotomía entre vida y mercado, entre lo que es la educación y lo que debería ser. La situación actual, el interés de los gobiernos porque los contenidos curriculares sigan, a pesar de las carencias y dificultades de muchas familias y niñas y niños, ¿qué le parece?

Si entendiéramos por contenidos aquellas preguntas, cuestiones, problemas, encrucijadas que a cada momento pone sobre la mesa educativa, si pudiésemos comprender que esos contenidos no pueden solo parecerse a los informativos de la televisión o a las formas superfluas de opinión de influencers y coachings en las pantallas, si creyéramos de verdad que los contenidos configuran en realidad una conversación serísima sobre el mundo y sobre la vida, sean o no curriculares, dar continuidad tiene un aspecto de ritual que a mi modo de ver debe sostenerse. Pero quizá este procedimiento se ha vuelto obsesivo y poco interesante, reduciéndolo todo a sus formas más banales: dar tareas, exigir su cumplimiento, evaluar, y todo a través de mecanismos virtuales. Entiendo la situación de emergencia y la desorientación que nos provoca. Pero: ¿a esto queda reducida la forma –siempre informe, siempre por hacerse- de la escuela? ¿Y la conversación que debería acontecer, por ejemplo, durante y después de una lectura, de un juego, de una información determinada? ¿Y la compañía de los educadores y de pares? El mercado siempre parece encontrar respuestas a sus crisis, pero la educación no puede someterse a esa lógica ni hacer de cuenta que todo sigue tal cual era. Por el contrario, si hubiera alguna oportunidad en este tiempo, es aquella de mostrar esa “anormalidad”y las causas que la produjeron.

Hace unos días leía una entrevista que le hacían en Página 12. Decía en ella: “Dado el agobio de lo real, ¿qué espacio de libertad se puede crear?”. Hoy, dado el agobio generalizado, ¿qué se respondería a usted mismo?

Los espacios de libertad son siempre condicionales o condicionados, y quizá la palabra libertad hoy suene absurda o esté pisoteada. Cuando pienso en la experiencia de libertad lo relaciono con cierta imagen de apartarse, de refugiarse, de cuidarse de ciertos hechos horrorosos que el mundo viene provocando en las vidas; pero no lo hago en términos individuales, auto-referenciales, solo para quienes pueden ejercer una práctica libertaria personal. En educación esta palabra, como también igualdad o solidaridad, no puede ser sino una idea colectiva, y se refiere a la posibilidad de encontrar en las instituciones esos espacios liberados del trabajo y del peso que supone ser adulto en este mundo. En términos más acotados me parece que se puede oponer esa imagen de experiencia de libertad con la exigencia de rendimiento. Una actividad, que en sus orígenes es ofrecida como experiencia de libertad común y enseguida pasa a tener un aire a exigencia de rendimiento, pierde su sentido de presente y de trascendencia.

¿Cree que en estas semanas se ha revalorizado la relación entre maestros y alumnado o que puede afianzarse la idea de que la educación es posible sin docentes?

Había leído tiempo atrás que en cierta literatura especializada ya se anunciaba la educación sin educadores, y me resultaba curiosa la idea, por no decir absurda. La vida en general, no solo la vida escolar, sería impensable sin maestros, sin aquellos con quienes hacernos preguntas, sin aquellos con quienes pensar en voz alta, sin poder escuchar la narración de lo ancestral y no solo de las novedades, sin tener otras referencias adultas fuera de los padres, sin reunirse alrededor de lo público, sin aprender los modos artesanales en que se construyen los saberes, sin ser cuidados y sin la experiencia de la igualdad. Esto define no solo la necesidad de una figura sino también la necesidad de un espacio como las escuelas. Ahora bien: en esta contingencia los educadores están agotados, están trabajando mucho más que antes, deben preparar incluso lo que no puede prepararse de antemano, sin olvidar que en este lado del mundo las condiciones de esa labor siguen siendo precarias, tanto material como simbólicamente.

Tengo la sensación que durante la pandemia de lo que se trata en educación es solo de hacer hacer, de mantener ocupados a los niños y los jóvenes

¿Cuál puede ser el papel de maestras y maestros estos días?

Los partidarios del vínculo unívoco y absoluto entre educación y nuevas tecnologías, como única forma válida de transmisión en el reinado de las sociedades del aprendizaje, están de parabién.

Las escuelas, los colegios y las universidades están vaciadas –y llenas de fantasmas– en sus espacios pero no en sus dictados: todo se hace a distancia, como era de prever, sin olvidar que antes de la cuarentena buena parte de los sistemas educativos tendían a ello o deseaban hacerlo de una buena vez. La tecno-educación ya había invadido las aulas en buena parte de las prácticas y el mercado había apostado decididamente por la creación de una posibilidad cierta de hacer de las instituciones de formación salas virtuales, salvo bellas y contadas excepciones.

Cuánto de lo humano ya era en sí tecnología es algo que puede y debe discutirse, pero la invasión en estos tiempos críticos de recursos, formas, estrategias, diseños, herramientas, buenas prácticas, todos ellos afiliados a la idea de virtualidad es una preocupación que me resulta insoslayable. ¿Qué queda del educador que toma la palabra y la democratiza a través de los sinuosos caminos de las miradas y las palabras de los estudiantes? ¿Qué queda de las formas conjuntas de hacer arte y artesanía, de tocar la tierra, de jugar, bajo la forma tiránica de la pantalla siempre-encendida?

Tengo la sensación que durante la pandemia de lo que se trata en educación es solo de hacer hacer, de mantener ocupados a los niños y los jóvenes, de replicar horarios y rutinas. Como si pudiéramos reconcentrarnos en un mundo que está en aislamiento y olvidarnos de lo que nos angustia y conmueve. Así vistas las cosas, así condensadas, es factible que la imagen del educador quede completamente desdibujada, sea una suerte de parodia de sí misma, o bien ofrezca a algunos desapasionados por la formación la salida tan buscada a su propio hartazgo. Hay una confusión, deliberada o no, de medios y metas, de lo cerrado y lo abierto, del ejercicio y su posible trascendencia, de la tarea y del arte, del aprender por medio de, a aprender con alguien qué, de la conectividad y del contacto.
Hoy, ahora mismo, si hubiera una potencia en el educador ella es la del cuidado, la compañía, la conversación a propósito del mundo y de la vida, y la hospitalidad. No se trata de contenidos sino de continentes, no es una cuestión de formato sino de urgente presencia. Y no es un problema de estar-ocupados sino de estar-juntos.

Han quedado al descubierto las enormes diferencias en las condiciones de acceso a la educación de la infancia… ¿cree que aumentará la preocupación de los gobiernos una vez que termine el confinamiento?

Casi toda la infancia ha sido ahora dividida entre quienes acceden a internet desde sus casas y quienes no lo hacen y, de aquí, ya se ha vislumbrado una relación con el aprendizaje porvenir. Los gobiernos tienen y tendrán por delante una difícil tarea que es la reconstrucción desde las cenizas. Sin olvidar que los sistemas públicos de salud, de educación, de cultura, ya estaban comprometidos o desahuciados en buena parte del mundo, en estas latitudes habrá una niñez literalmente mucho más empobrecida que antes y habrá que imaginar y reinventar políticas de urgencia.

¿Qué habremos de aprender para salir de esta crisis con sociedades más fortalecidas?

Soy algo escéptico al respecto, porque podría ser que el sistema económico actual se haya visto herido en esta pandemia, y acelere sus procesos de desigualdad para compensar las pérdidas. También es cierto que se escucha por todas partes la idea de que estamos frente a una oportunidad. Que todo esto, cuando acabe, si es que acaba, nos hará mejores. Puede ser, ojalá, incluso me gustaría contribuir y participar en ello. Pero en este momento uno debería ser mucho más cauto o evitar, al menos, ser negligente: hay gente que se ha muerto y otra que se morirá, sobre todo ancianos, y no parece que morirse sea una oportunidad. En todo caso espero que la experiencia de pérdida de confort y seguridad, que la experiencia del hilo tenue que separa la vida de la muerte, que la experiencia de tantas y tantos que han hecho de este tiempo doloroso un tiempo de solidaridad, generosidad y responsabilidad, se imponga por sobre la mezquindad deshumanizante del mercado.

Fuente e imagen tomadas de: https://eldiariodelaeducacion.com/2020/05/11/un-mundo-en-estado-de-excepcion-no-puede-pedirle-a-la-educacion-normalidad/

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Argentina: 50 días de cuarentena. Balances y miradas hacia adelante en torno a las actividades docentes en la UNR

América del Sur/Argentina/13-05-2020/Autor(a) y fuente: COaD

A pesar de la extraordinaria situación que atravesamos la Universidad no se ha paralizado. Hoy  toda  la  comunidad  educativa  se encuentra realizando enormes esfuerzos, dándose diversas formas de continuidad que son fruto de una constante búsqueda por salvar las dificultades que se nos imponen; una meritoria labor de la cual lxs docentes somos protagonistas  a  través  del  teletrabajo  que  realizamos  a  base de pura voluntad con los limitados medios y en las particulares condiciones de que disponemos en nuestros hogares.

Nuestro trabajo como docentes se suma al de todo nuestro pueblo, que ha asumido la responsabilidad  de  garantizar  la  cuarentena  y  las  actividades  esenciales  que  le  son inherentes para defender la salud de todxs y reducir los inevitables efectos de la pandemia. No podemos sino rescatar y reconocer el esfuerzo del personal de la salud que nos cuida diariamente; el de las organizaciones sociales que trabajan para mitigar el hambre de millones de compatriotas; el de lxs trabajadorxs que sostienen los servicios imprescindibles; el de las instancias gubernamentales que con su labor posibilitan la vida en cuarentena; el de las pymes que día a día dan la pelea para continuar subsistiendo. Todas tareas de una gran valía, que se realizan cotidianamente pese a los abusos especulativos que aumentaron precios de mercaderías esenciales, pese a los despidos de grandes empresas y, también, pese a la resistencia de las grandes fortunas para preservar sus privilegios.

En el caso de la docencia universitaria, como mencionamos anteriormente, el esfuerzo y el aporte se da a través de lo que se ha dado en llamar “enseñanza virtual” (para nosotros trabajo remoto o teletrabajo). El objetivo es reducir la discontinuidad y exclusión de lxs estudiantes de la Universidad Pública y preparar las mejores condiciones para cuando podamos retomar las actividades normales, buscando paliar hasta donde sea posible los efectos no deseados de la actual situación. La mirada de todxs está puesta en defender la Universidad Pública.

En este contexto, la comunicación de lxs miembrxs del Consejo Directivo de la facultad de Medicina, el acuerdo de consejerxs de Ciencias Agrarias, la resolución del decanato de la facultad de Psicología y las resoluciones de lxs Directorxs del Politécnico y el Superior de Comercio son expresiones de sensatez por parte de funcionarixs y consejerxs directivxs que nos alientan a perseverar en el esfuerzo. Esfuerzo que debe ser motivo de satisfacción y orgullo, y no causa de cansancio y frustración.

Es evidente que lxs docentes estamos expuestxs a situaciones problemáticas fruto del contexto extraordinario en que nos encontramos. En la medida en que nuestra actividad se realiza hoy ajena a condiciones normales de trabajo se produce una notoria recarga de horas de trabajo, el que a su vez se desarrolla en peores condiciones. Un problema que se suma a otras tantas consecuencias inevitables, como por ejemplo la pérdida de continuidad de un importante número de estudiantes y el deterioro general de la calidad académica.

Pero existen, también, un conjunto de problemas que son evitables, y que hoy se producen por el arraigo de ideas erróneas, sobre todo en algunos funcionarios, que pretenden exigirnos a lxs docentes (fuera de todo fundamento científico y pedagógico) el reemplazo de la labor académica, en cualquier caso y en cualquier materia, por una especie de “servicio alternativo”, ignorando los fundamentos de la enseñanza y las limitaciones materiales que padecemos, y menospreciando el esfuerzo que estamos realizando. Sabemos de casos en que se ejerce presión en ese sentido. De prosperar este tipo de demandas, el monumental esfuerzo de enseñanza a distancia corre el riesgo de verse frustrado.

Es por esto que desde COAD nos vemos obligadxs a poner claridad en cuanto a las características de la relación laboral en la cuarentena. Todxs sabemos que las condiciones y medios de trabajo normales (que obviamente son los establecidos en el Convenio Colectivo de Trabajo) no se están cumpliendo en la actualidad. A mero título ilustrativo citamos tan sólo dos artículos del Convenio:

 

Artículo 20.- Provisión de medios para la realización de sus funciones

Las  Instituciones  Universitarias  Nacionales  se  obligan  a  proveer  los  medios  adecuados  a sus docentes para que estos desarrollen sus tareas

Artículo 43.- Condiciones funcionales

La Universidad garantizará a sus docentes, las adecuadas condiciones funcionales que posibiliten el normal  desarrollo  de  la  labor  académica;  las  mismas  deberán  abarcar al menos los siguientes aspectos:

  1. c) Definición de La función docente se realiza en la modalidad “frente a alumnos” y mediante actividades que se realizan en ausencia de estos

A lo dispuesto por estos artículos no está de más contrastarlo con lo que todxs lxs docentes sabemos por nuestra experiencia cotidiana: los medios y las condiciones funcionales con que contamos actualmente son solo nuestro hogar y nuestro equipamiento.

En  este  sentido  es  fundamental  remarcar  una  vez  más  que,  en  tanto  persistan  las condiciones impuestas por la cuarentena, la prestación laboral de la docencia universitaria es de carácter voluntario y por tanto sujeta a los límites que cada docente, en consenso con sus compañerxs de trabajo, considere adecuados (ya sea por razones de practicidad, de salud, de posibilidad personal y/o de sensatez, responsabilidad y calidad académica). Reafirmar esto es una manera de alentar y potenciar aún más la labor que venimos realizando, así como también es un resguardo y una protección ante actitudes y posturas que requieren exigencias inadecuadas.

Descargar el texto original: 50dias

Fuente:  COaD

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Colombia: Educación inclusiva en tiempos de pandemia

América del Sur/ Colombia/ 12.05.2020/ Fuente: www.laopinion.com.co.

No es un secreto que la educación inclusiva no ha sido de fácil acceso, incluso antes del aislamiento social. Sin embargo, las necesidades de educación para jóvenes y niños migrantes, etnias indígenas o con alguna discapacidad física, deben ser atendidas.

Por lo anterior, la Secretaría de Educación de Norte de Santander y Cúcuta trabajan para hacerle frente a las necesidades educativas de todas las poblaciones en estos tiempos. Desde la dependencia departamental, se aseguró que en el momento existen 15 maestros que están a cargo de la orientación a niños con condiciones especiales.

El objetivo hasta el momento es que no se haga de manera virtual sino que sea una capacitación personal con los padres de familia. 

A cargo del departamento también está el poder escolarizar la población indígena de la región. La Secretaría de Educación señaló que ya se adelantan trabajos con estudiantes de la tribu Barí,  que está atendiendo con  material impreso. “Con ellos el mayor inconveniente es conseguirles  a tiempo el material, pero estamos buscando la manera de que esta semana se instale una impresora para que el proceso sea más sencillo”, precisaron voceros de la dependencia.

Respecto a los U’wa, comentaron que aún no han podido conciliar para que los niños continúen con la educación en esta situación, pero están en conversación para que llegue la educación a esta población.

Cúcuta ampliará su atención con más docentes

Por otra parte, el secretario de Educación municipal, Arturo Charria, explicó que con la educación inclusiva se está manejando distintos niveles.

“Por un lado están los estudiantes que son migrantes, a ellos les estamos pasando material impreso pedagógico. A los estudiantes que se encuentran en Ureña, ahí puntualmente lo estamos haciendo con el colegio Misael Pastrana, donde la tercera parte de la población estudiantil vive en Ureña y vamos a hacerlo al final de esta semana con los otros colegios”, precisó Charria.

Respecto a las necesidades educativas especiales, el secretario explicó que los docentes de apoyo con los que cuenta el municipio, han mantenido el diálogo con los estudiantes y están adaptando los procesos educativos para que puedan llegarles la información y el acompañamiento.

“Vamos a suscribir esta semana un contrato con docentes de apoyo principalmente fisiólogos e intérpretes en lenguaje de señas colombianas para trabajar con comunidad que tiene discapacidad visual y auditiva”, explicó el funcionario.

Son al menos 127 niños con discapacidad auditiva los que iniciarían clases en los próximos días. Además, la administración municipal señaló que también se está implementando un modelo de educación inclusiva con los jóvenes que hacen parte del sistema de responsabilidad penal adolescente, en donde los estudiantes que se encuentran en reclusión intramural siguen recibiendo educación virtual con docentes de apoyo.

Fuente de la noticia: https://www.laopinion.com.co/cucuta/educacion-inclusiva-en-tiempos-de-pandemia-195373#OP

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OVE entrevista a Mercedes Martínez “Urge realizar un Congreso Pedagógico por país y luego del continente”

Luz Palomino y Luis Bonilla-Molina entrevistan en exclusiva para el portal Otras Voces en Educación

 

El eco de la resistencia magisterial y ciudadana de la Federación de Maestros de Puerto Rico recorre todo el continente nuestro americano. Teníamos especial interés en conocer a Mercedes Martínez, una de las dirigentes más combativas de ese gremio y ello fue posible gracias a la creación del Grupo de Contacto Internacional (GCI) conformado por dirigentes gremiales y sindicales del magisterio en lucha, así como por educadores populares y pedagogos críticos de la región. Estuvimos felices cuando los compañeros chilenos Anibal Navarrete y Silvana Saez nos facilitaron sus datos de contacto.

Mercedes Martínez es de esas compañeras que después de un par de días trabajando juntos, uno(a) tiene la sensación que le conoce de toda la vida. Solidaria, vertical, con una increíble sensibilidad por lo social más allá de los muros escolares. La independencia de su amada Puerto Rico la lleva en las venas, militante como es de la unidad de quienes luchan.

Mercedes Martínez Padilla es nacida en San Juan, Puerto Rico. Posee un bachillerato en Artes de la Facultad de Ciencias Sociales, otro en Educación en Inglés Nivel Elemental y actualmente cursa su maestría en Inglés Elemental.

Milita en la Federación de Maestros de Puerto Rico desde su ingreso al magisterio en el año 2006. Participó activamente en la Huelga magisterial del 2008 y en todos los paros y actividades de militancia de la organización en defensa de la escuela pública, los estudiantes y maestros. Ha ocupado diferentes cargos en el gremio, desde contacto de escuela, presidenta de Unión Local, Representante de ÁreaI y desde verano 2015 es la presidenta del sindicato.

Por todos los rincones y escenarios del magisterio resuena la voz y conciencia de Mercedes. Ha participado en múltiples foros, vistas públicas y actividades socio-culturales en representación de la FMPR, entre ellos, el foro en Nueva York organizado por el colectivo A Call to Action in PR, así como en las Conferencias de Teachers for Social Justice en Chicago, en Asambleas de Delegados de la United Teachers of Los Angeles y Foros de la British Columbia Teachers Federation en Canada. Participó de las vistas de descolonización de la ONU en el 2017, la Conferencia de Labor Notes en el 2018, la Conferencia Trinacional en Méjico junto a compañeros de la CNTE, entre otros foros. Consideramos importante para los y las lectoras y colaboradores de Otras Voces en educación conocer un poco más de cerca a esta dirigente del magisterio puertorriqueño y nuestro americano.

 

Mercedes, cuéntanos un poco tu historia de vida en el gremialismo, en el sindicalismo magisterial.

Mi activismo en el gremialismo magisterial inició gracias a mi madre, quien era trabajadora social escolar al momento de yo iniciar mi trabajo como maestra de inglés, hace 14 años atrás. Ella siempre ha sido activista por la justicia social, gremialista y me orientó sobre la importancia de la organización de las y los trabajadores en sus centros de trabajo.  Fue ella mi mayor ejemplo en el sindicalismo y quien me reclutó para formar parte de la Federación de Maestros de Puerto Rico.

Inicié como contacto de la unión en la primera escuela que laboré, luego fui representante regional 6 años y finalmente desde el año 2015 fui electa presidenta del sindicato, puesto que ocupo al momento.

He participado de cientos de manifestaciones en defensa de la educación pública, los derechos del magisterio y el estudiantado.  Entre ellos, la Federación de Maestros luchó codo a codo junto a las comunidades escolares contra los cierres masivos de escuelas, iniciados de 2014 al 2018.  De no ser por el trabajo organizativo en alianza con las comunidades escolares, hoy fueran cientos de escuelas las cerradas por el gobierno.

Participé de la huelga magisterial convocada por la Federación de Maestros en el 2008, la cual duró 10 días.  En la misma reclamamos garantías de cero privatización del sistema público de enseñanza y ganamos esa batalla.

En Puerto Rico las huelgas del magisterio son consideradas ilegales por el gobierno, por lo que la unión fue descertificada como representante exclusivo del magisterio (representábamos a más de 45,000 educadores).

Sin embargo, ello no nos detuvo y hoy en día nos mantenemos como un sindicato clasista, que agrupa de manera voluntaria a educadores en nuestro país.  Junto a mis compañeras y compañeros de la FMPR hemos participado de conversatorios, asambleas, protestas, paros, huelga, caravanas, marchas y cientos de actividades gremiales siempre en defensa de la educación pública.

Nuestro trabajo en el sindicato trasciende lo gremial a los asuntos sociales que aquejan a nuestro pueblo.  Por ello, las alianzas entre sectores sindicales, organizaciones comunitarias y de justicia social han sido la orden del día para trazarnos proyectos de país a corto, mediano y largo plazo.

 

Precisamente, esa sensibilidad por los asuntos sociales y pedagógicos, nos permite preguntarte ¿Cuáles consideras que son los elementos más significativos de la crisis educativa en Puerto Rico?

Los elementos más significativos que generan la crisis educativa en nuestro país han sido el intento del gobierno de estandarizar la educación, para que responda a los intereses del mercado y no a las necesidades de nuestro estudiantado.

Los recortes millonarios en el presupuesto de la agencia han agravado las condiciones materiales en la que los educadores laboran y los niños, niñas y jóvenes, estudian.

Se han eliminado cientos de plazas de maestras de Bellas Artes, Educación Física, Salud, cursos ocupacionales y vocacionales.  Adicional a ello, la falta de equipos y recursos para los educadores y estudiantes.

El cierre masivo de escuelas ha generado hacinamiento en la sala de clases.  Finalmente, los intentos de privatizar el sistema público de enseñanza siempre están latente y es una lucha constante para evitarlo.

 

 

Mercedes, ¿consideras que la formación docente se corresponde a los actuales retos que enfrentan los y las docentes? ¿Cuáles deberían ser las reelaboraciones en materia de formación inicial y continua de les educadores?

 

La Universidad de Puerto Rico, universidad pública de nuestro país, goza de excelentes profesores y currículo en la Facultad de Pedagogía.  Sin embargo, muchas de las universidades privadas, no tienen la misma rigurosidad en la formación.

La teoría, las filosofías educativas son esenciales e importantes para apoderarnos de la autonomía docente a la hora de impartir clases pertinentes a nuestros estudiantes.  Todo ello lo enseñan las universidades.

Ahora, no hay cursos de sindicalismo, en el bachiller.  No se habla de la necesidad de estar sindicalizado para defender la educación pública que merecemos.  Por ello, la importancia de establecer Capítulos de Estudiantes en las facultades de pedagogía para ofrecer talleres y clases de sindicalismo, sobre la necesidad de estar organizado laboralmente para defender sus derechos, los de los estudiantes y la escuela pública.

 

 

¿Qué ha significado la crisis del COVID-19 para el magisterio puertorriqueño? ¿Considera que el COVID-19 y las medidas que se adoptaron en materia educativa afectan al derecho a la educación

 

El COVID 19 ha exacerbado la crisis que ya vivía el sistema educativo en Puerto Rico.  Las grandes inequidades sociales y económicas salieron a relucir, ante un panorama donde la falta de acceso a equipos tecnológicos e internet eran la orden del día.

Esto dificultó el proceso de enseñanza-aprendizaje y dejó atrás a más de 100,000 estudiantes que no contaban con equipos ni recursos para acceder a plataformas en línea.  El proceso fue atropellado e improvisado.

Los docentes no habían sido preparados, ni adiestrados sobre el proceso, ni plataformas de educación a distancia, por lo que fue sumamente duro para el sector magisterial.  El Departamento de Educación proveyó módulos bancarios para tratar de aparentar falsamente, que se educaba.

Sin embargo y a pesar de lo antes expuesto, hay que reconocer la labor encomiable que realizó el magisterio en Puerto Rico, trabajando largas horas diarias para llegar a sus estudiantes, uno a uno en muchas ocasiones, proveyendo recursos a quienes no contaban con los mismos, siendo empáticos y solidarios con las necesidades de los estudiantes.

El 16 de marzo dio inicio el proceso de educación en línea y el 8 de mayo culminó el proceso académico.  Del 11 al 15 de mayo, los educadores estarán ingresando las notas de los estudiantes al sistema.

A raíz de una ardua batalla de múltiples sectores, finalmente nuestro estudiantado y profesorado recibirá equipos tecnológicos en verano, para proveerle herramientas complementarias a la educación.

La Federación de Maestros reclama, que la entrega de este equipo venga acompañada de internet banda ancha gratuita para toda la población, como derecho humano en momentos de la pandemia.

Esta pandemia nos deja ver al desnudo las características nefastas del sistema capitalista, donde permea una visión mercantilista de la educación, con el fin de mantener el control ideológico de las comunidades a través del sistema educativo.

Sin embargo, siendo la educación la mayor herramienta para nuestra liberación, en la Federación apostamos al magisterio, al estudiantado y a ese despertar de conciencia de clase, tan necesario para denunciar las fallas del sistema y las propuestas y alternativas para erradicarlo.

 

 

A partir de su experiencia docente y gremial cuales serían algunas de las propuestas alternativas en la actual coyuntura del magisterio americano

Entiendo que urge realizar un Congreso Pedagógico por país y luego del continente para unir lazos de solidaridad, fortalecer vínculos entre educadores y presentar propuestas conjuntas como respuesta a la crisis educativa que vivimos en América.

Es menester repensar en estos momentos la escuela pública que queremos y merecemos y trabajar sobre cómo lo lograremos.  Imprescindible que al hablar del sistema educativo incorporemos las propuestas de nuestros estudiantes y todos los componentes de la comunidad escolar.

La filosofía emancipadora, necesaria en nuestras aulas, debe ser un compromiso de todo docente del continente.  Una pedagogía que nos libere de las opresiones y nos eduque para la libertad.

El magisterio, es la zapata del sistema educativo.  Asumir nuestro rol equivale a presentar propuestas educativas a las secretarías de educación que incluyan las condiciones materiales en las que laboramos y estudian nuestros alumnos.

Debemos hablar de topes de estudiantes por salón de 10 a 12, garantías de salud y seguridad para todos en nuestras escuelas, reabrir escuelas cerradas, otorgar permanencias a educadores, eliminar las pruebas estandarizadas, incorporar programas de Bellas Artes, Salud, entre otros, en nuestros currículos.

El momento de cambiar las condiciones materiales en las que laboramos y estudiamos llegó.

El momento para hablar de verdaderas reformas educativas emancipadoras es ahora.  Aprovechemos el distanciamiento, el cierre físico de planteles para pensar sobre la escuela que queremos y merecemos.  En unidad de acción y propósito, lo lograremos.

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