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España: El Gobierno descarta la vuelta a las aulas antes de septiembre

Europa/España/03-05-2020/Autor(a) y Fuente: eldiariodelaeducacion.com

Por: Diario de la Educación

El presidente del Gobierno anuncia las fases de la desescalada del confinamiento referentes al sistema educativo. De momento, es seguro que el curso no se reanudará de manera presencial antes de septiembre. Los cursos finales de etapa (desde la ESO), de manera voluntaria y con reducción de ratio, podrán volver. Prin

Cuatro son las fases de las que ha hablado Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, a la hora de llevar a cabo la desescalada: fase 0, 1, 2 y 3. La primera de ellas comenzará el próximo lunes 4 de mayo. Algunas comunidades autónomas, como las insulares, ya comenzarán en la fase 1.

En lo relativo a la educación, queda descartada la posibilidad de una vuelta a las aulas aunque sea dos semanas para finalizar el curso. Se seguirá trabajando de manera virtual en los próximos meses.

Ya en la fase 1, el gobierno tiene previsto que los centros educativos abran sus puertas para ser desinfectados. Además, se prepararán para poder acoger el trabajo administrativo y preparatorio habitual de los docentes a final de curso, así como del personal auxiliar. De igual manera ocurrirá con las universidades, que también abrirán sus laboratorios.

En la fase 2 podrán volver a las aulas las niñas y niños de 0-6 años de las familias que acrediten que sus miembros han de trabajar fuera del domicilio y sin posibilidad de flexibilización. Siempre con limitación del aforo en los centros, informan desde el Ministerio de Educación.

También será el turno para el alumnado de los cursos terminales: 4º de ESO, 2º de Bachillerato, 2º de FP de grado Medio y Superior y último año de Enseñanzas de régimen especial. Podrán acudir al centro, pero siempre con ratios bajas. En el caso de que los grupos tengan más de 15 personas, podrán acudir el 50% de chicas y chicos. La asistencia, confirman desde el Departamento, será «alterna o en semigrupos paralelos». La organización de esos grupos queda ahora en el tejado de los centros educativos.

El alumnado de primaria, en principio, solo volverá a las aulas a partir de septiembre. Eso sí, en esta segunda fase, podrán acudir niñas y niños que hayan estado desconectados durante el confinamiento, así como el que tenga especiales dificultades.

El objetivo de esta vuelta voluntaria a las aulas es el de organizar actividades de repaso para todo el alumnado que pueda y quiera acudir.

Los centros de educación especial también podrán abrir en esta fase y la asistencia de su alumnado tendrá carácter voluntario.

Para el resto del alumnado, informan desde el Gobierno, «los centros educativos prepararán programas de refuerzo educativo a desarrollar en el centro»

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/2020/04/28/el-gobierno-descarta-la-vuelta-a-las-aulas-antes-de-septiembre/

 

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OVE Entrevista a Fernando Abrego: No podemos hacerle el juego al MEDUCA repitiendo capacitaciones que reproducen la educación bancaria

Luz Palomino y Luis Bonilla-Molina entrevistan a Fernando Abrego

 

Conocimos a Fernando Abrego en el marco de la gira internacional 2017 que realizamos para denunciar el Apagón Pedagógico Global, que ya se nos venía encima y que ahora se expresa en el modelo de “educación en casa”. En ese momento era uno de los dirigentes más destacados de ASOPROF, hoy es el secretario general de ese combativo gremio panameño.

Fernando es un militante a toda prueba de la causa de la transformación radical de la educación y de la justicia social. Es de esos hombres que parecen herméticos, pero que poco a poco se van abriendo para mostrar su cálida humanidad. Firme en sus posiciones ante la burocracia educativa, disciplinado en su trabajo de organización gremial, siempre está preocupado por el estudio, promoviendo el análisis crítico entre sus compañeros. Nos recibió en su despacho de la Asociación de Profesores de la República de Panamá con una sonrisa e iniciamos el diálogo que hoy compartimos con los lectores y colaboradores de OVE

 

Fernando, cuéntanos un poco tu historia de vida, ¿cómo llegaste a la educación crítica y contestataria, a la lucha gremial?

 Soy hijo de una Trabajadora manual y un Carpintero Albañil, ambos jubilados y nacidos en la Provincia de Veraguas, República de Panamá, Distrito de Las Palmas, Corregimiento de Pixvae, pueblito ubicado en la costa Pacífico, bañado por agua dulce y salada, donde sólo había una Escuela Primaria a la que se llegaba caminando por la playa, pero de la que tengo entrañables recuerdos de juegos, regaños, consejos y gimnasia, pero sobre todo la imposibilidad del ausentismo, pues los maestros iban a la casa y preguntaban a nuestros padres porque no había ido la escuela.

Posteriormente, ingresé al Primer Ciclo Tocumen, en la ciudad capital, cursé primero, segundo y tercer año hasta 1989, fecha en la que no hubo Acto de Graduación porque el 20 de diciembre del mismo año se dio la invasión norteamericana en nuestro país. Los últimos tres años de bachiller los estudié en el colegio donde actualmente laboro, Col. José Antonio Remón Cantera, ubicado en la ciudad de Panamá centro.

Cursé estudios superiores en la Universidad Nacional de Panamá desde 1993 hasta el 2002, primero en la Facultad de Humanidades, donde obtuve la Licenciatura en Humanidades con Especialización en español, luego en la Facultad de Educación cursé la Docencia Media Diversificada.

Seguidamente, terminé la Licenciatura en Derecho y Ciencias Políticas, y luego un Postgrado en Métodos Alternos de Resolución de Conflictos. Tengo 20 años en el ejercicio de la docencia, dos años en colegio particular y dieciocho años en el sistema oficial como Profesor de Español.

De manera simultánea, mientras estudiaba en la Facultad de Humanidades, ingresé al movimiento estudiantil universitario (Pensamiento y Acción Transformadora-PAT), siendo uno de los miembros responsable del movimiento estudiantil en la facultad y miembro de la directiva de la Asociación de Estudiantes de la Escuela de Español.

De igual manera, fui miembro fundador de otro movimiento estudiantil, el Bloque Popular Universitario (BPU). En aquellos años, además de la militancia política, se participó de manera activa en un círculo de lectura; por nuestras manos pasaron libros de choque de conciencia, recuerdo: Educación y Lucha de Clases de Aníbal Ponce; Ideologías y Aparatos Ideológicos de Estado de Louis Althusser; El Miedo a la Libertad de Erich Fromm; El Valor de Educar de Fernando Savater; El Origen de la Familia, la Propiedad Privada y el Estado, entre otros, además de aquellos propios de las licenciaturas anteriormente mencionadas.

Hemos tenido, igualmente, acercamiento, tanto en cursos formales como en la informalidad, con compañeras y compañeros de la Red Mesoamericana de Educación Popular Alforja, donde hemos podido problematizar y compartir aspectos fundamentales sobre la educación humanista, transformadora, emancipadora, pero también fomentadora de conciencia crítica del nunca olvidado Paulo Freire. Recientemente nos incorporamos a la Campaña Latinoamericana por el derecho a la Educación (CLADE) desde la Coalición Panameña por el derecho a la educación.

Actualmente, ocupo el cargo de Secretario General de la Asociación de Profesores de la República de Panamá, organización docente que el 30 de junio de este año cumplirá 75 años de existencia y proyección nacional, no sólo en el aspecto educativo, sino social, político, ecológico y cultural.

Asoprof cuenta con más de seis (6) mil miembros en todo el país, organizados en cada colegio por Capítulos, dirigida por una Junta Directiva y sus representantes de Capítulo que participan de las reuniones de Junta Directiva Nacional, convocada una vez al mes donde se toman las decisiones sobre todos los aspectos de interés nacional y educativo. Esta Junta Directiva Nacional está dirigida por el Comité Ejecutivo, presidida por el Secretario General.

¿Cuáles son los elementos relevantes de la crisis del sistema educativo panameño?

En el sistema educativo panameño existen muchos elementos que lo mantienen en una crisis estructural permanente, y no se resolverá, mientras no haya voluntad política, a pesar de las presiones permanente del Magisterio y de la misma sociedad panameña.

Por eso la falta de modernización de todo el sistema ha sido una constante, mientras se suceden gobierno tras gobierno. Aunque esta situación fue planteada en la Estrategia Decenal de Modernización de la Educación Panameña (1997-2006), que tuvo como base de análisis, la Ley 34 de 1995, sobre la descentralización del sistema educativo que incluyó entre otras cosas, la gratuidad y obligatoriedad de 11 grados (Básica General), muy poco se ha avanzado al respecto.

Otro elemento opaco es la precaria responsabilidad del Estado al no aportar al Presupuesto del Ministerio de Educación el 6% del PIB; en el caso de los Municipios no terminan de aportar el 20% de su presupuesto para financiar la Educación Básica General (Art. 124 y 127, de la Ley 34, respectivamente), actualmente artículos 266 y 270, de la Ley 47 de 1946, Orgánica de Educación. Menciono estas normas legales porque alguna de ellas fueron producto del trabajo y exigencias del movimiento magisterial en su momento, pero que con el transcurso del tiempo se quedaron en la normativa, vigente todavía.

Los cambios que se plantea el Ministerio de Educación deben trascender lo que actualmente garantiza la Constitución y la Ley, es decir, que la educación sea gratuita en todos los niveles, pero sólo obligatoria hasta la educación básica general (Primaria y Premedia-Art. 95 de la CN). Ello basado en principios orientados a la justicia social, principios universales, humanísticos, éticos, morales, democráticos, científicos y tecnológicos, todos ellos enmarcados en la idiosincrasia de nuestras provincias, comunidades y en la cultura nacional.

Sin embargo, la situación económica del país demanda un mayor compromiso por parte del Estado con la educación. A nosotros nos exige una lucha cada vez más firme por la defensa de obligatoriedad en todos los niveles de enseñanza (Básica General, Secundaria y Universitaria) y no sólo en el primer nivel de enseñanza.

Esta conquista sólo será posible alcanzarla a través de una Constituyente y no por reformas constitucionales. Cabe destacar que en Panamá se generó un movimiento a finales de 2019 por una Constituyente, pero esta iniciativa en estos momentos está siendo objeto de estudio (PNUD), y permanece paralizada por la Pandemia del Coronavirus o Covid-19.

Igualmente, estos cambios deben sustentarse sobre la base de una verdadera data o insumos reales y pertinentes de los cuales carece el Ministerio de Educación. Solo con datos confiables y verificables podemos tomar decisiones para un progresivo mejoramiento sostenido de la educación, que además sea coherente en todo el sistema escolar y educativo. Se requiere una transformación sostenida y coherente en todos los aspectos que involucra el proceso de enseñanza-aprendizaje.

Esto lo mencionamos porque no existe una estrategia educativa que responda a una visión del Estado, producto de la partidización del Ministerio de Educación, pero también como resultado de las pugnas de intereses entre los partidos políticos que han dirigido la educación en el país.

En Panamá se ha hecho costumbre que en la agenda educativa imperen los Programas de cada gobierno. Pero ninguno termina de funcionar porque son solo para cinco años, el período que dura cada gobierno. La mitad del tiempo la pierden en lo que se llama la parte negativa de la curva de aprendizaje.

Además, todas las transformaciones curriculares que se han hecho responden única y exclusivamente a la oferta y la demanda del mercado, ambas determinadas por la estructura económica de nuestros países. Pero la orientación de la educación no puede ser sólo monetaria, las escuelas y colegios no pueden convertirse en fábricas de futuros trabajadores, perdiendo de vista otros aspectos fundamentales, como fortalecer la ciudadanía democrática, el pensamiento crítico, entre otros.

Un elemento relevante y que puede significar un cambio en el rumbo de la crisis educativa, que incluso abra la posibilidad de un verdadero desarrollo económico en nuestro país, es colocar en la Constitución Nacional la educación como el primer tema de Estado. Ello sólo es posible lograrlo a través de una Constituyente, donde el pueblo panameño y las fuerzas vivas del movimiento popular así lo plasmen.

Todas estas transformaciones sólo serán posibles, si se eleva el tema educativo a un tema de Estado, si se descentraliza, despartidiza y desburocratiza el sistema educativo, pero también si se elabora una estrategia clara, que involucre no sólo a los técnicos y los burócratas en la formulación de las Políticas Educativas que necesita el sistema en un corto, mediano y largo plazo, sino que sean elaboradas con la participación de quienes permanecemos en el aula de clases, gobiernos tras gobiernos.

Por ello, una transformación del sistema educativo sin la participación del educador panameño, no tendrá final feliz. El docente no sólo es administrador del currículo o fiscalizador de las infraestructura de los centros educativos y de los recursos del Fondo de Equidad y Calidad Educativa (FECE), sino que fundamentalmente es el corazón de la construcción y transformación de la conciencia y personalidad de nuestros estudiantes, así como el generador de pensamientos y creatividad en el proceso enseñanza-aprendizaje.

Por ello, es necesario empoderarlos de los cambios y esto se logra haciendo partícipe al docente y sus gremios magisteriales en las discusiones que originan las propuestas de esos cambios. El docente no puede seguir siendo el mero espectador y ejecutor de dichas políticas.

 

Fernando ¿La relación entre el gobierno y los gremios en Panamá es fluida? ¿Por qué?

En Panamá existen 17 gremios magisteriales, dos asociaciones de supervisores y dos de directivos de centros educativos. Este fenómeno ocurre en un país con algo más de 4 millones de habitantes y con una planilla de 47 mil educadores, a nivel nacional y aproximadamente 3,200 centros educativos en todo el país.

Desde hace tres administraciones de gobierno, los gremios hemos logrado establecer, producto de varias huelgas, una Mesa Bilateral con las autoridades del Ministerio de Educación, presidida por el Ministro o Ministra, donde se tocan aspectos relacionados al quehacer educativo e impulsan algunos consensos. Esto es posible gracias a normas legales como el Decreto Ejecutivo No.878 de 27 de septiembre de 2016, que crea el Sistema Integral de Mejoramiento de la Calidad de la Educación (SIMECE) y su componente de evaluación institucional denominado Programa Integral de Mejoramiento del Centro Educativo (PIMCE), consistente en una evaluación de los aprendizajes, evaluación institucional y la evaluación de todos los actores (docentes, supervisores, directores).

Los procesos inherentes a estas normas se iniciaron desde los años 2016 y 2017, cuando cada centro educativo después de las evaluaciones, entregó su Plan de Mejora. Este proceso que no se ha culminado porque falta el informe del Ministerio de Educación, que valide o no, el trabajo que se hizo. Mientras no se tenga un informe científico y objetivo de esos procesos no se puede avanzar.

Igualmente, producto de una huelga en el 2016 (Gobierno Arnulfista) se impulsó la creación del Decreto 879, del 27 de septiembre de 2016, el cuál ordena un aumento al sueldo base de los Educadores del Ministerio de Educación, del Instituto Panameño de Habilitación Especial (IPHE) y del Instituto Nacional de Cultura.

Este decreto establece el pago de un aumento de 300 dólares a partir de 1 de julio de 2017, y 300 dólares en el 2020. Este último aumento el gobierno nacional (PRD) lo estaba considerando para la misma fecha que el pago anterior, sin embargo, el mencionado Decreto no habla de mes, sólo de año. Razón por la cual, en la Mesa Bilateral, pudimos lograr el pago de este aumento a partir de la segunda quincena del mes de abril de 2020, con el retroactivo del mes de marzo y la primera de abril del año en curso.

A lo anterior debemos añadir que en el 2014, producto de presiones de fuerza en la calle, acompañado de una paralización de labores (Gobierno del Partido Cambio Democrático), habíamos conseguido un aumento salarial de 300 dólares, mediante el Decreto Ejecutivo 155, de 27 de marzo de 2014, como parte de los Acuerdos de Terminación de Huelga de ese año.

Vale mencionar que este último Decreto contemplaba el aumento de 900 dólares en seis (6) años, que inicialmente habían sido contemplados sólo como una bonificación, pero que producto de la lucha en las calles y paralizaciones a nivel nacional se logró que fueran considerados aumentos al salario base del educador panameño. Estas negociaciones se han desarrollado con tres gobiernos diferentes.

Es decir, las relaciones entre el Ministerio de Educación con los distintos gobiernos, ha tenido confrontación, pero también procesos de negociación y entendimiento. Sin embargo, lo narrado ha sido sólo un aspecto de la lucha, toda vez no hemos podido hasta el momento, a pesar que está en la Ley, la implementación del artículo 266, de la Ley 47 de 1946, Orgánica de Educación, la asignación del 6% del PIB, para Educación.

Estamos en ese proceso como tema relevante, ya que a partir de ahí se pueden solucionar muchos aspectos que hoy son críticos, sólo por mencionar algunos aspectos, la eliminación de las escuelas ranchos, construcción de nuevos centros educativos, equipamiento de inmobiliario y tecnología en los centros educativos, la creación de internados para los estudiantes de áreas apartadas donde no existe la continuidad de estudios secundarios o bachiller, entre otros aspectos importantes.

 

¿Consideras que la formación de los y las futuras maestras(os) se corresponde a las necesidades del país y los desafíos pedagógicos del siglo XXI?

La formación de los maestros se circunscribe en dos instituciones, primero, la Escuela Normal de Santiago como se le conoció inicialmente, luego Escuela Normal Juan Demóstenes Arosemena, formadora histórica de maestros desde la década de los 40; cuyo trabajo se caracteriza por una formación pedagógicabancaria, humanística, científica y tecnológica.

La Normal de Santiago,  trabaja desde la perspectiva del sistema económico y político, aunque identificada, ciertamente con nuestra cultura nacional, fundamentados en los valores cristianos, la participación democrática y el trabajo productivo que promueva el mejoramiento de la calidad de vida; también aborda la práctica efectiva de los principios democráticos representativos, con el objetivo de lograr competencias básicas que le permitan a los futuros maestros y a los están, desempeñarse como docentes administradores de un currículo que responde a la visión y misión del modelo económico, más no emancipador desde todos los puntos de vista.

Una vez terminado el Bachiller de Maestro, el docente tiene la opción de cursar estudios en el Instituto Pedagógico Superior Juan Demóstenes Arosemena, donde se profundiza los métodos de enseñanza, didáctica y currículo por competencia; allí se ofrece el título de Licenciatura en Primaria.

Por otro lado, tenemos a la Universidad de Panamá, formadora de Licenciados en Preescolar y Licenciados en Primaria, a través de la Facultad de Ciencias de la Educación, con una visión y misión de formación bancaria, reproductora de todas las corrientes y modelos pedagógicos que respondieron a la primera, segunda, tercera y actualmente a la cuarta revolución industrial, es decir, sólo a la lógica del mercado.

Esta situación se reproduce en el sistema educativo panameño, de manera cíclica, en los tres niveles de enseñanza (Primaria, secundaria y Universitaria), aunado al reforzamiento que hace el propio Ministerio de Educación con capacitaciones didácticas estandarizadas, donde hay compañeros docentes cuyo planeamiento es conductista, otros constructivista, la mayoría por competencias y algunos que otro, la mezcla de los tres anteriores; ello ocurre a pesar que en las políticas educativas que emanan del Despacho Superior, ni siquiera existe un mecanismo de evaluación sostenida y coherente sobre estos aspectos.

Dicho sea de paso, el Magisterio tampoco ha podido incidir para generar un cambio, no sólo en la falta de coherencia, sino fundamentalmente en lo que estamos enseñando y cómo lo estamos enseñando. Quizás sea una de las tareas más difíciles, pero no imposible, pero que tienen que ir de la mano con la lucha de mayor inversión en educación para la innovación y la investigación sobre los aspectos mencionados.

 

 

¿Qué ha significado el Coronavirus en lo educativo? ¿Consideras que las medidas educativas tomadas en el marco de la pandemia afectan al derecho a la educación?

El Coronavirus ha significado una experiencia para nunca olvidar y exige de nuestra parte repensar lo educativo, no sólo desde la perspectiva del aula de clases, sino la educación desde el hogar, desde la comunidad.  Lo tecnológico, en el contexto de la Cuarta Revolución Industrial, ha mostrado como puede permitirnos impulsar aprendizajes significativos en todas las asignaturas y en todos los niveles de enseñanza. Sin embargo, ello implica una dosificación del currículo, no sólo en el contenido, sino en lo evaluativo, lo cognitivo, incluso lo afectivo.

Lo anterior plantea la urgente necesidad de un giro de ciento ochenta grados en lo que estamos enseñando y cómo lo estamos enseñando, incluyendo el uso de las tecnologías. Realidad que para ser revertida se necesita más que ideas, demanda organización y unidad del Magisterio; no podemos seguir siendo administradores de currículo. Debemos superar la idea que es suficiente que en nuestras aulas le facilitemos a los muchachos contenidos a los muchachos, se requiere un renovado enfoque de generación de pensamiento crítico.

Mientras no haya una estrategia transformadora de todo lo que implique lo pedagógico, con organización e innovación en los planteamientos educativos, sólo nos quedará la posición contestataria respecto a lo que impulse el Ministerio; que no siempre puede estar mal, pero que tenemos que desarrollar capacidades para analizar y formular alternativas.

Las prácticas educativas en el contexto del Coronavirus han significado una extensión de la educación bancaria, ahora de manera virtual. Es decir, el desarrollo de las ciencias y la tecnología seguirán creciendo y buscando soluciones a situaciones como la que se nos presenta actualmente, pero desde la perspectiva y la lógica del mercado.

Las respuestas asociadas a la prevención del contagio al Coronavirus o Covid-19, parecieran estar orientadas a solucionar el desafío del capital de hacernos más productivo desde el hogar, en lo laboral y lo educativo. O es que ya olvidamos que desde hace tiempo, muchas cosas se hacen desde la casa, como pagar los servicios en línea desde nuestros dispositivos, ver en el tv juegos deportivos en vivo, mandar trabajos de investigación desde nuestros correos electrónicos así como el uso cada día más frecuente de “delivery”, la entrega de servicios y bienes al cliente.

Es decir, la superestructura jurídico-política del sistema económico mundial y de nuestros países está comenzando a hacer los ajustes en base a las exigencias del mercado, para que nuestras sociedades cada vez más se preparen para la reorganización del mercado mundial. Esto sólo sirve como antecedente para abordar otra cuarentena si se diera un repunte del virus o surgen nuevas pandemias, sino que se conforma como el protocolo ante para guerras biológicas, nucleares o desastres naturales por efecto de la creciente contaminación del planeta.

Ante estas circunstancias, el derecho a la educación tal cual como lo concebimos sufre la presión del capital para irla desapareciendo tan rápido como llegó el Covid-19, de sorpresa y frente a nuestras narices. Las medidas tomadas actualmente sí han afectado el derecho a la educación, debido a la brecha tecnológica existente entre los estudiantes, docentes y padres de familia. No puede haber calidad ni inclusión si no hay equidad en el sistema educativo, aunado a las condiciones materiales de vida de nuestros estudiantes, que no es la misma por región geográfica, incluso en las áreas urbanas, los estudiantes no cuentan con acceso a un dispositivo electrónico y si lo tienen, o no hay wifi o simplemente no tienen señal.

Esta situación es de vieja data y forma parte de las grandes desigualdades económicas, donde un pequeño puñado de familias controlan el 80% de las riquezas y el resto de la población tiene que repartirse el 20% restante. Esto genera una brecha social que lógicamente tiene su impacto en lo educativo, incluso en las instituciones educativas privadas donde la mayoría ni siquiera tiene una plataforma para desarrollar las clases virtuales.

La mayoría de los estudiantes no están recibiendo la “educación formal”, y los que sí, de manera virtual, ha representado en la mayoría de los casos, el repudio de los padres de familia, porque lo que se ha hecho es escolarizar a los estudiantes, pero no educar.

Los pocos centros educativos, tanto oficial como privados que anunciaron clases virtuales saturaban a los estudiantes de contenidos; sólo se calificaban resultados, y en las asignaturas que exigen pensamiento lógico-matemático.  Prácticamente son los padres de familia, con el poco o nada conocimiento que tienen del tema, quienes se convierten en los tutores de sus hijos.

En Panamá algunos estudiantes estaban sentados frente a un monitor, la misma cantidad de horas del período de clases, mientras que otros, sólo reciben quince minutos de explicación de los temas.

 

¿Cuáles consideras que son las propuestas más importantes para iniciar un proceso de transformación radical del sistema educativo?

Elaborar por el Magisterio una estrategia propositiva a corto, mediano y largo plazo con el objetivo de transformar los sistemas educativos de nuestros países. Este debe ser un proceso lógico, guardando las características e idiosincrasia de nuestros pueblos. Podemos iniciar un movimiento por etapas, por ejemplo, elevar el tema educativo a un tema de Estado; para ello es necesario generar movimientos bien organizados que impliquen incidencia en este tema difícil, pero no imposible. Para todo ello es necesaria la unidad del magisterio.

En el caso panameño hemos propuesto a las autoridades, ahora más que nunca ya que ha quedado evidenciada su necesidad, la asignación del 6% del PIB, para el sistema Educativo (Infraestructura física, equipamiento y tecnológica). Necesitamos modernizar la educación panameña y para eso vamos a necesitar recursos (Escuelas dignas y equipadas).

En Panamá, la unidad del magisterio se ha logrado, con sus contradicciones, pero hemos podido sumar a las bases a los procesos de luchas con objetivos claros. Esto no ha sido fácil, sin embargo, ha permitido poner sobre la mesa temas de mejoramiento del sistema educativo junto con reivindicaciones laborales, haciendo de estas peticiones un proceso integrado.

Otra etapa de lucha necesaria consiste en descentralizar, despartidizar y desburocratizar el sistema educativo, en un corto, mediano y largo plazo. Quizás en algunos países latinoamericanos este proceso ha sido medianamente resuelto, pero no es efectivo porque no se da con la participación de quienes permanecemos en el aula de clases, gobierno tras gobiernos: los docentes.

Debemos exigir la conformación de espacios compartidos de toma de decisiones en los aspectos importantes, no solo en lo adjetivo sino también en lo sustantivo. En las comunidades educativas regionales, se le debe dar el valor y protagonismo que se requiere a sus integrantes, para desde allí hacer las propuestas que se requieren. Ello pasa por empoderar a las bases magisteriales de la importancia que significa salir de las aulas de clases y ver el tema educativo de manera global y regional.

La transformación del sistema educativo sin la participación del educador no tendrá final feliz. Los cambios requieren de maestras y profesores para llevarlos adelante, porque el docente no sólo es administrador de currículo, sino que también cumple funciones de fiscalizador de las infraestructuras de los centros educativos y de los recursos de cada centro escolar.

El sistema educativo construye condiciones de posibilidad para mejorar el ejercicio de la democracia.  El docente está en el centro de cualquier estrategia democratizadora de la sociedad. Más aún, si entendemos que los profesores somos parte fundamental de transformación de la personalidad de nuestros estudiantes, de la generación de pensamientos y creatividad en el proceso enseñanza-aprendizaje.

Los y las maestras y profesores debemos empoderarnos de los cambios y eso sólo se logra haciendo partícipe a los compañeros de base en ellos, para que discutan los temas, la logística de la transformación.

Es necesario plantearnos el acercamiento a nuestros aliados naturales, estudiantes y padres de familia, que vean que el tema educativo no es un asunto de gobierno o la clase en el poder, sino de una sociedad que debe definir lo que quiere en educación.

Es necesario exigir cambios al Ministerio sobre las capacitaciones estandarizadas y descontextualizadas que ofrecen a los docentes, pero también desde nuestras organizaciones gremiales es necesario capacitar a nuestros compañeros sobre la base del pensamiento crítico. No podemos hacerle el juego al Ministerio de Educación repitiendo capacitaciones que reproducen los conceptos, principios y la filosofía de la educación bancaria que tanto hemos criticado. Por eso hemos dicho que debemos ser creativos e innovadores en la formación de las bases magisteriales.

En el caso de Panamá, hemos luchado, no sólo contra la eliminación de asignaturas, sino oponiéndonos a la reducción de carga horaria de materias humanísticas. Todas las asignaturas tienen igual importancia, no sólo las “socialmente relevantes”, que considera el mercado que deben prevalecer.

Las asignaturas que legalmente imparte el sistema educativo y son conquistas sociales debemos defenderlas, para que nuestros estudiantes sepan afrontar situaciones como la que estamos viviendo, que tenga inteligencia emocional, que sea capaz de convivir en familia y socialmente, que tenga sentido de ciudadanía, que sean empáticos y sobre todo, solidarios en un mundo donde la mezquindad y el egoísmo parecen agarrar fuerza. Así lo estamos viendo en esta coyuntura de la Pandemia por Coronavirus.

El Estado está obligado a invertir en educación, y debemos recordárselo más que con comunicados, a través de campañas y de lucha en las calles. Pero se requiere que se puedan canalizar los resultados de la lucha. Ello demanda establecer con claridad los objetivos que queremos alcanzar y porqué lo hacemos. Requerimos la unidad de los educadores, estudiantes, padres de familias y otros sectores del movimiento popular, sólo así es posible pasar de las ideas a lo tangible.

Finalmente quiero agradecer a la compañera Luz Palomino y Luis Bonilla-Molina, y a todos los colaboradores del portal “Otras Voces en Educación” la oportunidad de compartir opinión sobre el sistema educativo panameño, pero también aspectos relacionados a la formación docente, la transformación del sistema educativo latinoamericano, el derecho a la educación y los desafíos pedagógicos del siglo XXI. Un saludo fraterno a todos sus lectores.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Mi reino por un niño feliz

Por: Sergio Martínez Dunstan

Los festejos del Día del Niño, Día de la Madre, Día del Maestro serán muy distintas a las anteriores. Serán de otra manera si acaso se llevaran a cabo este año. Al menos serían virtuales porque las escuelas se encuentran cerradas. Sería cuestionable que pasaran desapercibidas. No he visto en los medios de comunicación las campañas como en años anteriores. El Gobierno de la República a través de la Secretaría de Educación Pública han estado más preocupados en la instalación del sistema de educación a distancia para salvar el ciclo escolar ante la posibilidad real de extender el periodo de confinamiento para la mitigación de los efectos de la pandemia. Por muy necesario que así sea es conveniente procurar la interacción humana. Somos seres sociales por naturaleza. En los hechos, se deja de lado, lo fundamental.

Como sabemos, la comunidad escolar (directivos, maestros, padres y madres de familia) le hacían fiesta a los alumnos. Echaban la casa por la ventana. ¿Cómo nos imaginamos, ustedes y yo estimados lectores, un festejo virtual bajo estas circunstancias? Igualmente, los directivos, maestros, padres de familia (al menos con su respectivo apoyo económico) y hasta lo alumnos agasajaban a las reinas del hogar. Y ahora, ¿cómo se conmemorará el diez de mayo? A los profesores los homenajeaban sus alumnos en cada salón de clases de manera particular y en todas las escuelas de manera general con el respaldo de los padres de familia (mamá y papá por supuesto), las autoridades escolares, municipales, locales y federales, la organización gremial e incluso entre ellos mismos. ¿Cómo será ahora este quince de mayo? En todas ellas, danzas autóctonas, bailables regionales, bailes modernos, cantos, juegos organizados, poesías individuales y corales, rifas, tómbolas, discursos de oratoria, declamaciones, regalos, comidas y bebidas, salían a relucir. En esta ocasión. tal vez sean para el próximo año. Muchos hallaron el gusto por algunas de esas manifestaciones culturales tanto que se convirtieron en su vocación. Para otros, tomaron conciencia que ese no era su interés primordial y encauzaron sus esfuerzos hacia su desarrollo profesional. De una u otra manera, fue el pretexto perfecto para ensanchar las oportunidades de los encuentros y se estrecharon las relaciones humanas.

Definitivamente, esta circunstancia por la cual estamos atravesando alteró la vida cotidiana. Afectó también el ámbito social además del financiero, laboral y hasta político a diferencia de hechos similares anteriores. Es un parteaguas. Creo que, al menos en el ámbito educativo, nos referiremos como el antes y el después. Muchas situaciones llegaron para quedarse como por ejemplo las plataformas tecnológicas como soporte de la enseñanza y el aprendizaje y como dispositivo alterno listo para implementarse ante cualquier contingencia como ésta. Pero lo que es recomendable fortalecer, sin lugar a dudas, es el vínculo sociedad, familia, escuela. Probablemente nos encontremos frente al umbral de una nueva configuración, de una reconfiguración.

Cuando volvamos a la normalidad a lo mejor ya no será tan igual en vínculo afectivo entre los paterfamilias, los docentes y los estudiantes. Quizás si, quizás no. Desearía que no se desdibujara, que se tomara conciencia del rol de cada uno. Cuando volvamos a la normalidad quisiera que fuera una mejor relación. Sería imperdonable desaprovechar la oportunidad de convertirnos en mejores seres humanos. Espero que de la emergencia brote como fuente de agua natural la hermandad. Deseo que no todo esté perdido.

Mientras tanto, sigamos disfrutando de la ingenuidad, espontaneidad, y alegría infantil. Que las risas y los gritos de los chamacos vuelvan a retumbar en las escuelas. Que corran, salten, brinquen, jueguen. Que sean felices. Que nos den la esperanza de un mañana y continúen siendo nuestra razón de ser, estar y existir. Mi reino por un niño feliz. ¡Feliz Día del Niño!

Fuente: http://www.educacionfutura.org/mi-reino-por-un-nino-feliz/

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OVE entrevista a Julia McRae: La escuela actual, el edificio, y la gente adentro, hace mucho por igualar las oportunidades

Luz Palomino y Luis Bonilla-Molina entrevistan en exclusiva para OVE

 

Hace unos años preguntamos a compañeros del movimiento social sobre una referencia del trabajo sindical de los maestros en Canadá y al unísono nos indicaron que la persona indicada era Julia McRae. Hicimos intentos por obtener sus coordenadas, pero las agendas se cruzaban y nos resultó imposible conversar con ella.  Los compañeros de la CNTE de México estaban ayudando a localizarla cuando la colega Mercedes Martínez de la Federación de Maestros de Puerto Rico nos puso en contacto con ella.

Julia MacRae es maestra de secundaria en Surrey, que es un suburbio de Vancouver en Columbia Británica, al oeste de Canadá. Es vice-presidenta del sindicato de maestros de Surrey, que cuenta con casi 6000 miembros.  Está involucrada en aspectos del trabajo del sindicato a nivel provincial, particularmente en el comité de solidaridad internacional de la BCTF. El sindicato al cual pertenece cuenta con una larga tradición de cooperación internacional con otros sindicatos, y movimientos de maestros, especialmente en Centro América y también con México, Cuba, Perú, Colombia, Puerto Rico, Ecuador. También es parte de un comité sobre la diversidad y justicia social a nivel nacional en la CTF. Cumplió un MA en UBC, en estudios curriculares, y el tópico para la tesis fue “Los y las maestras activistas sociales y como teorizan sus roles en la educación pública.”

Como nos habían dicho Julia es abierta, alegre, emprendedora, siempre con ideas y proyectos en construcción. La dialéctica de la lucha social nos llevó a compartir espacios en el Grupo de Contacto Internacional que impulsamos desde el Observatorio Internacional de Reformas educativas y Políticas Docentes (OIREPOD). Trabajar con Julia es una hermosa experiencia y por ello consideramos importante que los lectores y colaboradores del portal “Otras Voces en educación” la conocieran más de cerca.

 

Julia, cuéntanos un poco tu historia de vida, ¿Como llegaste a la educación popular?

Mi padre fue sacerdote en la iglesia anglicana y vivió su vocación en busca de justicia social. Empecé a estudiar español en 1986 cuando entré en la universidad y como joven me fascinaban las y los Sandinistas, aunque el castellano no estaba disponible como materia en mi escuela secundaria !.

En 1990 viví en México, trabajando durante 6 meses como voluntaria en un centro religioso de “dialogo intercultural”, y esa experiencia me formó mucho, en especial pensar en la relación entre teología de la liberación y la educación.

Regresé a Canadá y terminé la educación universitaria hasta llegar a ser maestra de secundaria. Ahora tengo 27 años en el aula. Desde allí continué con mis enlaces internacionales, y trabajé dentro mi sindicato en ello como, por ejemplo, en proyectos que hicimos en Cuba y Perú para fortalecer los sindicatos de maestros y maestras.

También fui Directora de Codesarrollo Canada, una organización no-gubernamental que facilita enlaces entre sindicatos en el norte y el sur. Los proyectos en Codev mayormente son con sindicatos de docentes, y otras organizaciones feministas y con trabajadores.

Hace 2 años, salí del aula y ahora mis colegas me han elegido vicepresidenta de mi sindicato local, donde contamos con casi 6000 miembros, maestros de kínder a secundaria. Ahora entreno a nuestros representantes en las escuelas y sedes de trabajo para que el sindicato represente y apoye a las y los miembros.

Aquí en Columbia Británica (provincia al oeste de Canadá) anoto que los maestros tienen un alto nivel de profesionalismo, de autonomía y de educación. También nos pagan bien, (aunque un poco menos que otros maestros en Canadá,) como resultado de décadas de lucha para la dignidad de nuestra profesión.

Tenemos un sindicato provincial fuerte, con un carácter democrático y progresista. Para mí ha sido una historia en dos direcciones complementarias, una de enseñar, y otra la de ser activista por la justicia social, siempre un camino junto al otro. Estas dos actividades de mi vida se entrelazan cada vez más, y en el sindicato puedo desarrollarlas diariamente.

 

¿Cuáles consideras que son los elementos resaltantes de la crisis educativa en Canada?

No puedo comentar de la situación en todo el país porque varía mucho la realidad entre las provincias, pero en Vancouver la conversión rápida a “teletrabajo” durante la cuarentena ha sido una mezcla.

Confirme las diferencias y inequidades económicas entre familias y barrios. Donde los niños y niñas tienen acceso al internet y con varias computadoras en casa, el maestro puede seguir ofreciendo contenido de su materia. Donde no hay, están llamando por teléfono para contactar, pero seguir con el contenido es difícil.

Lo bueno es que los maestros son muy creativos, y están convirtiendo sus cursos en lo más básico e interesante. Si es clase de arte, los alumnos pueden expresar con arte su experiencia de la cuarentena. Para matemáticas al nivel básico, los alumnos pueden cocinar, observar la naturaleza y en esto hay matemáticas.

He observado que las clases de poesía, música, y otras artes son importantes para que los niños expresen sus experiencias con creatividad, y allí vive la esperanza. Los maestros estamos ahora aislados en nuestras casas y tratando de proveer el programa. Estamos en los últimos 3 meses del año escolar y por eso la mayoría del currículo está completo. Conocemos a los alumnos y a los padres y madres de familia lo cual ayuda porque si esto hubiese ocurrido al inicio del año escolar, todo sería mucho más difícil.

Por ahora todos los maestros y maestras de contrato están recibiendo su salario. El gobierno aquí prometió ofrecer escuela a los niños de médicos, enfermeros, y trabajadores en los hospitales, y por eso algunos maestros están trabajando en las escuelas, con grupos muy pequeños y con protocolos fuertes para preservar la salud.

Lo bueno de la situación en breve es que los maestros son profesionales, y el gobierno y el ministro dejan A LOS MAESTROS la responsabilidad de decidir como van a ofrecer oportunidades para aprender, y que, si un niño no tiene acceso al internet, o por razones de pobreza (u otra razón) no puede aprender bien en la casa, no va a perder su año escolar.

 

¿Responde la formación de los futuros maestros y maestras a los retos educativos del siglo XXI? ¿Cuál es tu valoración crítica al respecto?

Generalmente, sí. En las universidades aquí donde preparan los futuros maestros tienen a maestros de aula allí, trabajando en la universidad a horas parciales o por un par de años, y por eso tenemos las voces de maestros en su preparación.

Mi critica de los “retos del siglo XXI” son así. Vemos qué, aunque parece bueno que la educación sea mas individualizada, y que las y los jóvenes necesiten aprender como aprender y como ser creativos en vez de aprender/memorizar hechos en forma tradicional, también con la ‘individualización’ hay una pérdida de conciencia comunitaria.

Podemos tomar lo bueno de los retos y rechazar o criticar lo malo. Si la respuesta al reto responde a metas neoliberales, con mayor modificación del aprendizaje, con pensar en el individuo y menos en lo que necesita la comunidad, entonces debemos confrontarlo. Si la individualización del currículo mejora las condiciones para la creatividad, la libertad de pensar y la libertad de cátedra, podemos utilizarlo en el proceso progresista.

 

¿Cuál ha sido el impacto del Coronavirus? ¿Considera que las medidas que se adoptaron en materia educativa afectan al derecho a la educación?

Nosotros como maestros y sindicalistas con los distritos escolares y el gobierno y el ministro de educación provincial, pensamos que es una situación no-anticipada, y es una emergencia en que todos vamos a hacer lo que podemos para continuar el apoyo a las y los estudiantes; ello implica tratar de proveer las materias para que puedan seguir estudiando y aprendiendo.

A la vez vemos que algunos no pueden contar con una computadora en casa para continuar, por razones de acceso, de idioma, de pobreza. Es obvio que es muy importante el contacto humano con ellos cada día. No es nada fácil aprender a la distancia. Las escuelas aquí han dado a miles de familias aparatos para que los niños pueden conectarse, y en algunos casos han pagado para que haya internet en la casa. De todos modos, no todos pueden participar. La escuela actual, el edificio, y la gente adentro, hace mucho por igualar las oportunidades.

Enseñar y aprender a la distancia no es igual, y eso afecta el derecho a la educación. Es mi esperanza que este episodio no vaya a durar mucho más que 2-4 meses, y que podamos regresar a las escuelas para seguir con nuestros trabajos allí.

 

 

Pensando en respuestas desde lo político pedagógico ¿Cuáles serían las alternativas para salir de la actual crisis educativa?

Para mi lo mas importante es defender la libertad de cátedra de las y los maestros para que puedan pensar en sus proprios estudiantes y con su profesionalismo, decidir la mejor pedagogía que necesitan.

Vemos aquí que, con la sorpresa de la crisis, el gobierno y los distritos escolares no tenían otra idea más que dejar a las y los maestros el trabajo que solo nosotros sabemos hacer. Por muchos años hemos insistido en la autonomía profesional, y ahora vemos que es la cosa más importante.

En nuestro caso también tenemos actualmente un gobierno provincial izquierdista, y no han aprovechado el momento para privatizar algo, como es posible ocurrir en otras jurisdicciones. De todos modos, vamos a seguir defendiendo los derechos del magisterio sindicalizado, y demandando mas fondos para la educación publica.

 

 

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Colombia: ¿Qué han aprendido los docentes de la crisis por el coronavirus?

América del sur/Colombia/30 Abril 2020/semana.com

Varios profesores destacan la flexibilidad que han mostrado las instituciones y las familias para dar continuidad a las clases en la cuarentena.

El coronavirus tomó fuera de base a distintos sectores, entre ellos el educativo, que con un panorama de aislamiento obligatorio debió acelerar la migración hacia la educación virtual. Este es el momento donde rectores y docentes sacan a flote su capacidad de adaptarse a las circunstancias, creando estrategias que les permitan sortear las dificultades y aprender de ellas. 

Varios profesores hablaron acerca de sus aprendizajes durante el tiempo de cuarentena, destacando la flexibilidad que han mostrado tanto instituciones como familias para seguir dando continuidad a las clases.

«El mejor aprendizaje en la crisis ha sido la intención de mis estudiantes por querer continuar con sus aprendizajes. Pues me han demostrado que, a pesar de las dificultades económicas y sociales que ellos presentan, han querido continuar con su educación”, cuenta Harrison Espitia, docente de la institución educativa Santa Teresa de Pachaquiaro, en Puerto López, Meta.

Por su parte, Richard Maldonado, rector del Instituto Educativo El Libertador, afirma que en una situación como esta se requiere transformar lo que entendemos como ‘aprendizaje’ y el acompañamiento en el aula.

«Mis maestros han entendido que hay algunas habilidades y aprendizajes que trascienden cualquier situación. Hemos aprendido a trabajar la comunicación, la atención y todo el proceso lecto-escritor, así como el manejo de las nuevas tecnologías de comunicación. Esto nos ha enseñado a que se piense diferente el rol como docente», dice

Dentro de las lecciones también hay espacio para la autocrítica. Olga Suárez, docente de Santa Teresa de Pachaquiaro, señala que esta situación evidenció que debe aprender nuevas herramientas tecnológicas para enseñar: «Debo actualizarme en la parte del uso de las herramientas tecnológicas como el blog, que me permiten mejorar mi diario, para que los niños asimilen con más facilidad las diferentes formas de aprendizaje que hay».

Durante la crisis, algunos profesores han reconsiderado sus métodos de hacer las cosas en el salón de clases. “Mi mejor aprendizaje fue aprender a replantear mi forma de trabajar y cambiar mi estilo de vida a estar más en contacto con la comunidad educativa, resolviendo dudas e inquietudes”, afirma Luz Molina, docente de la misma institución.

No obstante, señalan que de esta situación, la educación virtual no será la única fortalecida, ya que ahora se le dará más valor a una clase magistral con presencia del docente. “Hemos aprendido a valorar cada vez más la importancia del ser humano en todas sus dimensiones y a reconocer la escuela como ‘centro de reunión de la sociedad», concluye Carlos Alberto León, rector de la Santa Teresa de Pachaquiaro.

Fuente: https://www.semana.com/educacion/articulo/que-han-aprendido-los-docentes-de-la-crisis-por-el-coronavirus/666477

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Transformar las dificultades en posibilidades ¿Será posible después de todo esto?

Por: Francesc Imbernon

Estos días de confinamiento ando cansado de estar delante del ordenador, de recibir mensajes, de videos, de WhatsApp… con mensajes o imágenes divertidas, canciones, chistes, ocurrencias, artículos, aportaciones de todo tipo y, publicidad encubierta o descarada. Muchos mensajes son sobre educación en casa. Algunos interesantes, otros  repetitivos; los hay que la fibra sensible, que dan herramientas virtuales, de elogio al profesorado, de crítica a los recortes anteriores (esto está un poco más olvidado, pero también aparece). Y, por supuesto, muchos de salud, como se merecen sus profesionales.

Hay un criterio común de hablar mucho de crisis (y de guerra, pero eso ya lo dejo de lado) y, si una crisis, como dicen los cronistas, es una ruptura de una situación y que siempre ha de originar un cambio, ¿Provocará esta consecuencias importantes en el mundo de la educación?

Cuando uno escucha a los gobiernos, a los tertulianos o a las noticias, constata que la crisis divide a las personas y las confronta según sus opiniones sobre salud y política. También, claro, la crisis beneficia a unos pocos, mientras que perjudica a muchos miles que ya antes estaban desamparados. Su situación ahora se agrava

Entre quienes hablan de educación, los hay que se decantan por las evaluaciones, las tareas, los deberes, el aprovechamiento del curso, las más variadas propuestas, etc. Otros lo hacen más del lado del bienestar y el desarrollo del alumnado con formas alternativas que no sean las estrictamente escolares.

Estos días he pensado en Paolo Freire, cuando decía que la cuestión está en cómo transformar las dificultades en posibilidades. ¿Podremos desde la educación transformar las dificultades actuales en las posibilidades de futuro? Ese es el reto.

Y no estoy hablando de la tecnología que ahora se tiene que utilizar. Estoy convencido de que el contacto con el alumnado es mejor que la virtualidad, sobre todo, para ciertos estudiantes que tienen más problemas que otros por diversas circunstancias. No entro en el tema, sobre el que se ha hablado y escrito mucho, de la falta de acceso a internet de algunas familias y que señala directamente a la equidad y a la inclusión educativas que tanto se comentan. Pero ahora no hay más remedio que utilizar herramientas virtuales y el reto está en posibilitar que llegue a todo alumnado. El profesorado lo va consiguiendo.

A todo esto se suma que el virus ha llegado cuando se empezaba a discutir la nueva ley de Educación, la LOMLOE. Espero que todo esto que está pasando suponga que esta ley sea mucho mejor para la mayoría de la población y no un buen preámbulo, cuatro añadidos y algunos cambios de artículos para quedar bien. Recuerdo a la ministra decir que la nueva ley pretendía no dejar a ningún alumno atrás. Pues ahora es el momento de poner remedio a esto de verdad y sacar las barbaridades conservadoras de la anterior ley.

El virus también llega en un momento en el que se habla de la educación 360, de la educación expandida, de la ecología del aprendizaje, de la educación tiempo completo… Continúa el problema endémico de no ponernos de acuerdo en las denominaciones, aunque todos estos conceptos vengan a resaltar la importancia de la educación fuera de la escuela. Ahora más que nunca.

Esta pandemia nos ha llevado a muchas reflexiones. Entre las importantes están que la educación es algo que afecta a todos, no sólo en la escuela, en las aulas y a los docentes; que a puesto a prueba cómo se ama a los hijos e hijas; que la educación no es sinónimo de escolarización, o que esta educación fuera de la escuela impacta en muchos hábitos, comportamientos, formas de ver la realidad y el tiempo de ocio. Es un buen momento para repensar todo esto y ver la implicación externa a la escuela.

Hannah Arendt escribió hace tiempo que la educación es el punto en el que decidimos amar el mundo lo suficiente como para tomar responsabilidad por él. Y también decía que muchos adultos se niegan a asumir la responsabilidad sobre el mundo que han dejado a sus hijos. Ahora sí que es un buen momento para desarrollar este aprecio y repensar la realidad que queremos para los niños y adolescentes. Esto lo podemos hacer si somos capaces de utilizar la educación, dentro y fuera, para mejorar a las personas. Pero conlleva una nueva manera de hacer las cosas por parte de los políticos, del sistema educativo y la comunidad. Es posible que todo esto suponga inventar una nueva manera de hacer e invertir en educación.

A ver si tanta información sobre los problemas educativos (currículum, evaluaciones, nuevos valores, relaciones, tiempo, espacios, participación, medio ambiente…) ayudan a establecer mecanismos de consenso y a crear una educación alternativa para una mejor sociedad.

Después de los grandes recortes de la sanidad y de la educación que se hicieron, hay que volver a pensarlas como una gran prioridad. No como un gasto y en beneficio de algunos. Que cuando pase todo esto no se olviden de lo que han visto y oído, ya que muchos responsables tienen la memoria muy débil cuando les interesa.

Todo el mundo dice que espera que nada vuelva a ser como antes. Yo también. Ni en la escuela ni fuera de ella. Pero no lo digo por la enseñanza online, sino por la mejora de la educación (y de la sanidad) que nos merecemos. La educación sólo se mejora renovándose constantemente. Es el reto más grande que tenemos después de quitarnos el virus de encima. Ya veremos.

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/2020/04/27/transformar-las-dificultades-en-posibilidades-sera-posible-despues-de-todo-esto/

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