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OVE entrevista a Julia McRae: La escuela actual, el edificio, y la gente adentro, hace mucho por igualar las oportunidades

Luz Palomino y Luis Bonilla-Molina entrevistan en exclusiva para OVE

 

Hace unos años preguntamos a compañeros del movimiento social sobre una referencia del trabajo sindical de los maestros en Canadá y al unísono nos indicaron que la persona indicada era Julia McRae. Hicimos intentos por obtener sus coordenadas, pero las agendas se cruzaban y nos resultó imposible conversar con ella.  Los compañeros de la CNTE de México estaban ayudando a localizarla cuando la colega Mercedes Martínez de la Federación de Maestros de Puerto Rico nos puso en contacto con ella.

Julia MacRae es maestra de secundaria en Surrey, que es un suburbio de Vancouver en Columbia Británica, al oeste de Canadá. Es vice-presidenta del sindicato de maestros de Surrey, que cuenta con casi 6000 miembros.  Está involucrada en aspectos del trabajo del sindicato a nivel provincial, particularmente en el comité de solidaridad internacional de la BCTF. El sindicato al cual pertenece cuenta con una larga tradición de cooperación internacional con otros sindicatos, y movimientos de maestros, especialmente en Centro América y también con México, Cuba, Perú, Colombia, Puerto Rico, Ecuador. También es parte de un comité sobre la diversidad y justicia social a nivel nacional en la CTF. Cumplió un MA en UBC, en estudios curriculares, y el tópico para la tesis fue “Los y las maestras activistas sociales y como teorizan sus roles en la educación pública.”

Como nos habían dicho Julia es abierta, alegre, emprendedora, siempre con ideas y proyectos en construcción. La dialéctica de la lucha social nos llevó a compartir espacios en el Grupo de Contacto Internacional que impulsamos desde el Observatorio Internacional de Reformas educativas y Políticas Docentes (OIREPOD). Trabajar con Julia es una hermosa experiencia y por ello consideramos importante que los lectores y colaboradores del portal “Otras Voces en educación” la conocieran más de cerca.

 

Julia, cuéntanos un poco tu historia de vida, ¿Como llegaste a la educación popular?

Mi padre fue sacerdote en la iglesia anglicana y vivió su vocación en busca de justicia social. Empecé a estudiar español en 1986 cuando entré en la universidad y como joven me fascinaban las y los Sandinistas, aunque el castellano no estaba disponible como materia en mi escuela secundaria !.

En 1990 viví en México, trabajando durante 6 meses como voluntaria en un centro religioso de “dialogo intercultural”, y esa experiencia me formó mucho, en especial pensar en la relación entre teología de la liberación y la educación.

Regresé a Canadá y terminé la educación universitaria hasta llegar a ser maestra de secundaria. Ahora tengo 27 años en el aula. Desde allí continué con mis enlaces internacionales, y trabajé dentro mi sindicato en ello como, por ejemplo, en proyectos que hicimos en Cuba y Perú para fortalecer los sindicatos de maestros y maestras.

También fui Directora de Codesarrollo Canada, una organización no-gubernamental que facilita enlaces entre sindicatos en el norte y el sur. Los proyectos en Codev mayormente son con sindicatos de docentes, y otras organizaciones feministas y con trabajadores.

Hace 2 años, salí del aula y ahora mis colegas me han elegido vicepresidenta de mi sindicato local, donde contamos con casi 6000 miembros, maestros de kínder a secundaria. Ahora entreno a nuestros representantes en las escuelas y sedes de trabajo para que el sindicato represente y apoye a las y los miembros.

Aquí en Columbia Británica (provincia al oeste de Canadá) anoto que los maestros tienen un alto nivel de profesionalismo, de autonomía y de educación. También nos pagan bien, (aunque un poco menos que otros maestros en Canadá,) como resultado de décadas de lucha para la dignidad de nuestra profesión.

Tenemos un sindicato provincial fuerte, con un carácter democrático y progresista. Para mí ha sido una historia en dos direcciones complementarias, una de enseñar, y otra la de ser activista por la justicia social, siempre un camino junto al otro. Estas dos actividades de mi vida se entrelazan cada vez más, y en el sindicato puedo desarrollarlas diariamente.

 

¿Cuáles consideras que son los elementos resaltantes de la crisis educativa en Canada?

No puedo comentar de la situación en todo el país porque varía mucho la realidad entre las provincias, pero en Vancouver la conversión rápida a “teletrabajo” durante la cuarentena ha sido una mezcla.

Confirme las diferencias y inequidades económicas entre familias y barrios. Donde los niños y niñas tienen acceso al internet y con varias computadoras en casa, el maestro puede seguir ofreciendo contenido de su materia. Donde no hay, están llamando por teléfono para contactar, pero seguir con el contenido es difícil.

Lo bueno es que los maestros son muy creativos, y están convirtiendo sus cursos en lo más básico e interesante. Si es clase de arte, los alumnos pueden expresar con arte su experiencia de la cuarentena. Para matemáticas al nivel básico, los alumnos pueden cocinar, observar la naturaleza y en esto hay matemáticas.

He observado que las clases de poesía, música, y otras artes son importantes para que los niños expresen sus experiencias con creatividad, y allí vive la esperanza. Los maestros estamos ahora aislados en nuestras casas y tratando de proveer el programa. Estamos en los últimos 3 meses del año escolar y por eso la mayoría del currículo está completo. Conocemos a los alumnos y a los padres y madres de familia lo cual ayuda porque si esto hubiese ocurrido al inicio del año escolar, todo sería mucho más difícil.

Por ahora todos los maestros y maestras de contrato están recibiendo su salario. El gobierno aquí prometió ofrecer escuela a los niños de médicos, enfermeros, y trabajadores en los hospitales, y por eso algunos maestros están trabajando en las escuelas, con grupos muy pequeños y con protocolos fuertes para preservar la salud.

Lo bueno de la situación en breve es que los maestros son profesionales, y el gobierno y el ministro dejan A LOS MAESTROS la responsabilidad de decidir como van a ofrecer oportunidades para aprender, y que, si un niño no tiene acceso al internet, o por razones de pobreza (u otra razón) no puede aprender bien en la casa, no va a perder su año escolar.

 

¿Responde la formación de los futuros maestros y maestras a los retos educativos del siglo XXI? ¿Cuál es tu valoración crítica al respecto?

Generalmente, sí. En las universidades aquí donde preparan los futuros maestros tienen a maestros de aula allí, trabajando en la universidad a horas parciales o por un par de años, y por eso tenemos las voces de maestros en su preparación.

Mi critica de los “retos del siglo XXI” son así. Vemos qué, aunque parece bueno que la educación sea mas individualizada, y que las y los jóvenes necesiten aprender como aprender y como ser creativos en vez de aprender/memorizar hechos en forma tradicional, también con la ‘individualización’ hay una pérdida de conciencia comunitaria.

Podemos tomar lo bueno de los retos y rechazar o criticar lo malo. Si la respuesta al reto responde a metas neoliberales, con mayor modificación del aprendizaje, con pensar en el individuo y menos en lo que necesita la comunidad, entonces debemos confrontarlo. Si la individualización del currículo mejora las condiciones para la creatividad, la libertad de pensar y la libertad de cátedra, podemos utilizarlo en el proceso progresista.

 

¿Cuál ha sido el impacto del Coronavirus? ¿Considera que las medidas que se adoptaron en materia educativa afectan al derecho a la educación?

Nosotros como maestros y sindicalistas con los distritos escolares y el gobierno y el ministro de educación provincial, pensamos que es una situación no-anticipada, y es una emergencia en que todos vamos a hacer lo que podemos para continuar el apoyo a las y los estudiantes; ello implica tratar de proveer las materias para que puedan seguir estudiando y aprendiendo.

A la vez vemos que algunos no pueden contar con una computadora en casa para continuar, por razones de acceso, de idioma, de pobreza. Es obvio que es muy importante el contacto humano con ellos cada día. No es nada fácil aprender a la distancia. Las escuelas aquí han dado a miles de familias aparatos para que los niños pueden conectarse, y en algunos casos han pagado para que haya internet en la casa. De todos modos, no todos pueden participar. La escuela actual, el edificio, y la gente adentro, hace mucho por igualar las oportunidades.

Enseñar y aprender a la distancia no es igual, y eso afecta el derecho a la educación. Es mi esperanza que este episodio no vaya a durar mucho más que 2-4 meses, y que podamos regresar a las escuelas para seguir con nuestros trabajos allí.

 

 

Pensando en respuestas desde lo político pedagógico ¿Cuáles serían las alternativas para salir de la actual crisis educativa?

Para mi lo mas importante es defender la libertad de cátedra de las y los maestros para que puedan pensar en sus proprios estudiantes y con su profesionalismo, decidir la mejor pedagogía que necesitan.

Vemos aquí que, con la sorpresa de la crisis, el gobierno y los distritos escolares no tenían otra idea más que dejar a las y los maestros el trabajo que solo nosotros sabemos hacer. Por muchos años hemos insistido en la autonomía profesional, y ahora vemos que es la cosa más importante.

En nuestro caso también tenemos actualmente un gobierno provincial izquierdista, y no han aprovechado el momento para privatizar algo, como es posible ocurrir en otras jurisdicciones. De todos modos, vamos a seguir defendiendo los derechos del magisterio sindicalizado, y demandando mas fondos para la educación publica.

 

 

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Colombia: ¿Qué han aprendido los docentes de la crisis por el coronavirus?

América del sur/Colombia/30 Abril 2020/semana.com

Varios profesores destacan la flexibilidad que han mostrado las instituciones y las familias para dar continuidad a las clases en la cuarentena.

El coronavirus tomó fuera de base a distintos sectores, entre ellos el educativo, que con un panorama de aislamiento obligatorio debió acelerar la migración hacia la educación virtual. Este es el momento donde rectores y docentes sacan a flote su capacidad de adaptarse a las circunstancias, creando estrategias que les permitan sortear las dificultades y aprender de ellas. 

Varios profesores hablaron acerca de sus aprendizajes durante el tiempo de cuarentena, destacando la flexibilidad que han mostrado tanto instituciones como familias para seguir dando continuidad a las clases.

«El mejor aprendizaje en la crisis ha sido la intención de mis estudiantes por querer continuar con sus aprendizajes. Pues me han demostrado que, a pesar de las dificultades económicas y sociales que ellos presentan, han querido continuar con su educación”, cuenta Harrison Espitia, docente de la institución educativa Santa Teresa de Pachaquiaro, en Puerto López, Meta.

Por su parte, Richard Maldonado, rector del Instituto Educativo El Libertador, afirma que en una situación como esta se requiere transformar lo que entendemos como ‘aprendizaje’ y el acompañamiento en el aula.

«Mis maestros han entendido que hay algunas habilidades y aprendizajes que trascienden cualquier situación. Hemos aprendido a trabajar la comunicación, la atención y todo el proceso lecto-escritor, así como el manejo de las nuevas tecnologías de comunicación. Esto nos ha enseñado a que se piense diferente el rol como docente», dice

Dentro de las lecciones también hay espacio para la autocrítica. Olga Suárez, docente de Santa Teresa de Pachaquiaro, señala que esta situación evidenció que debe aprender nuevas herramientas tecnológicas para enseñar: «Debo actualizarme en la parte del uso de las herramientas tecnológicas como el blog, que me permiten mejorar mi diario, para que los niños asimilen con más facilidad las diferentes formas de aprendizaje que hay».

Durante la crisis, algunos profesores han reconsiderado sus métodos de hacer las cosas en el salón de clases. “Mi mejor aprendizaje fue aprender a replantear mi forma de trabajar y cambiar mi estilo de vida a estar más en contacto con la comunidad educativa, resolviendo dudas e inquietudes”, afirma Luz Molina, docente de la misma institución.

No obstante, señalan que de esta situación, la educación virtual no será la única fortalecida, ya que ahora se le dará más valor a una clase magistral con presencia del docente. “Hemos aprendido a valorar cada vez más la importancia del ser humano en todas sus dimensiones y a reconocer la escuela como ‘centro de reunión de la sociedad», concluye Carlos Alberto León, rector de la Santa Teresa de Pachaquiaro.

Fuente: https://www.semana.com/educacion/articulo/que-han-aprendido-los-docentes-de-la-crisis-por-el-coronavirus/666477

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Transformar las dificultades en posibilidades ¿Será posible después de todo esto?

Por: Francesc Imbernon

Estos días de confinamiento ando cansado de estar delante del ordenador, de recibir mensajes, de videos, de WhatsApp… con mensajes o imágenes divertidas, canciones, chistes, ocurrencias, artículos, aportaciones de todo tipo y, publicidad encubierta o descarada. Muchos mensajes son sobre educación en casa. Algunos interesantes, otros  repetitivos; los hay que la fibra sensible, que dan herramientas virtuales, de elogio al profesorado, de crítica a los recortes anteriores (esto está un poco más olvidado, pero también aparece). Y, por supuesto, muchos de salud, como se merecen sus profesionales.

Hay un criterio común de hablar mucho de crisis (y de guerra, pero eso ya lo dejo de lado) y, si una crisis, como dicen los cronistas, es una ruptura de una situación y que siempre ha de originar un cambio, ¿Provocará esta consecuencias importantes en el mundo de la educación?

Cuando uno escucha a los gobiernos, a los tertulianos o a las noticias, constata que la crisis divide a las personas y las confronta según sus opiniones sobre salud y política. También, claro, la crisis beneficia a unos pocos, mientras que perjudica a muchos miles que ya antes estaban desamparados. Su situación ahora se agrava

Entre quienes hablan de educación, los hay que se decantan por las evaluaciones, las tareas, los deberes, el aprovechamiento del curso, las más variadas propuestas, etc. Otros lo hacen más del lado del bienestar y el desarrollo del alumnado con formas alternativas que no sean las estrictamente escolares.

Estos días he pensado en Paolo Freire, cuando decía que la cuestión está en cómo transformar las dificultades en posibilidades. ¿Podremos desde la educación transformar las dificultades actuales en las posibilidades de futuro? Ese es el reto.

Y no estoy hablando de la tecnología que ahora se tiene que utilizar. Estoy convencido de que el contacto con el alumnado es mejor que la virtualidad, sobre todo, para ciertos estudiantes que tienen más problemas que otros por diversas circunstancias. No entro en el tema, sobre el que se ha hablado y escrito mucho, de la falta de acceso a internet de algunas familias y que señala directamente a la equidad y a la inclusión educativas que tanto se comentan. Pero ahora no hay más remedio que utilizar herramientas virtuales y el reto está en posibilitar que llegue a todo alumnado. El profesorado lo va consiguiendo.

A todo esto se suma que el virus ha llegado cuando se empezaba a discutir la nueva ley de Educación, la LOMLOE. Espero que todo esto que está pasando suponga que esta ley sea mucho mejor para la mayoría de la población y no un buen preámbulo, cuatro añadidos y algunos cambios de artículos para quedar bien. Recuerdo a la ministra decir que la nueva ley pretendía no dejar a ningún alumno atrás. Pues ahora es el momento de poner remedio a esto de verdad y sacar las barbaridades conservadoras de la anterior ley.

El virus también llega en un momento en el que se habla de la educación 360, de la educación expandida, de la ecología del aprendizaje, de la educación tiempo completo… Continúa el problema endémico de no ponernos de acuerdo en las denominaciones, aunque todos estos conceptos vengan a resaltar la importancia de la educación fuera de la escuela. Ahora más que nunca.

Esta pandemia nos ha llevado a muchas reflexiones. Entre las importantes están que la educación es algo que afecta a todos, no sólo en la escuela, en las aulas y a los docentes; que a puesto a prueba cómo se ama a los hijos e hijas; que la educación no es sinónimo de escolarización, o que esta educación fuera de la escuela impacta en muchos hábitos, comportamientos, formas de ver la realidad y el tiempo de ocio. Es un buen momento para repensar todo esto y ver la implicación externa a la escuela.

Hannah Arendt escribió hace tiempo que la educación es el punto en el que decidimos amar el mundo lo suficiente como para tomar responsabilidad por él. Y también decía que muchos adultos se niegan a asumir la responsabilidad sobre el mundo que han dejado a sus hijos. Ahora sí que es un buen momento para desarrollar este aprecio y repensar la realidad que queremos para los niños y adolescentes. Esto lo podemos hacer si somos capaces de utilizar la educación, dentro y fuera, para mejorar a las personas. Pero conlleva una nueva manera de hacer las cosas por parte de los políticos, del sistema educativo y la comunidad. Es posible que todo esto suponga inventar una nueva manera de hacer e invertir en educación.

A ver si tanta información sobre los problemas educativos (currículum, evaluaciones, nuevos valores, relaciones, tiempo, espacios, participación, medio ambiente…) ayudan a establecer mecanismos de consenso y a crear una educación alternativa para una mejor sociedad.

Después de los grandes recortes de la sanidad y de la educación que se hicieron, hay que volver a pensarlas como una gran prioridad. No como un gasto y en beneficio de algunos. Que cuando pase todo esto no se olviden de lo que han visto y oído, ya que muchos responsables tienen la memoria muy débil cuando les interesa.

Todo el mundo dice que espera que nada vuelva a ser como antes. Yo también. Ni en la escuela ni fuera de ella. Pero no lo digo por la enseñanza online, sino por la mejora de la educación (y de la sanidad) que nos merecemos. La educación sólo se mejora renovándose constantemente. Es el reto más grande que tenemos después de quitarnos el virus de encima. Ya veremos.

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/2020/04/27/transformar-las-dificultades-en-posibilidades-sera-posible-despues-de-todo-esto/

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Las nuevas cárceles

Escrito por: Luis Miguel Alvarado Dorry

“La realidad no es así, la realidad está así. Y está así no porque ella quiera, ninguna realidad es dueña de sí misma, esta realidad está así porque de este modo sirve a determinados intereses del poder” (Freire, 2006, pág. 71)

Actualmente las realidades y necesidades de les estudiantes, docentes y familias se enfrentan a la incertidumbre laboral, sea formal e informal y, resguardarse para evitar el contagio del coronavirus COVID-19, aunado a esto, el encierro, la falta de interrelación y socialización, y las exigencias de las autoridades educativas mexicanas en construir y distribuir cuadernillos (virtuales y físicos) con actividades escolares, planeaciones, evidencias, entre otras, con el fin de cubrir lo más posible el currículo para salvar el ciclo escolar, minan los espacios de confinamiento e incrementan los niveles de estrés de les protagonistas educativos.

En este artículo hago unas reflexiones y evidencio otras a partir de pequeños acontecimientos de nuestras neocotidianidades y neoconvivencias que dan cuenta cuán importante son las escuelas como espacios físicos de socialización y con-vivencias.

 

Una breve narrativa

Un sábado de abril, me levanté de la cama luego de despertarme, me dirigí al espejo y me vi la gran melena que tenía, esta, provocada por el tiempo. A casi un mes de confinamiento, evitamos salir lo más posible por el temor al contagio, a su vez, contagiar a nuestra familia y, solo para poder cortarme el cabello no lo vi tan necesario.

Recordé que tenía una máquina para cortar cabello que me había regalado hace tiempo mi madre, en seguida,  coloqué un espejo grande encima de una mesa, con el fin de verme en el reflejo a la hora de cortarme el cabello, conecté una extensión para poder conectar la rasuradora y, dispuse a raparme.

Mi compañera de vida me apoyó con la parte trasera donde mi vista no podía llegar, detallando el corte, no fue hasta que, mi hijo de cuatro años, me dijo que él también quería cortarse el cabello como yo. Era mi primera experiencia en el corte de cabello y, una vez que terminó mi compañera de vida de dar los últimos retoques, me dispuse a cortarle el cabello a mi hijo.

En ese escenario, recordé algunas películas sobre reclusorios, celadores y recluses, en donde les recién llegades a las cárceles para cumplir su condena, les rapan como medida de higiene, disciplina y, una vez homogenizades, para evitar fugas. En ese momento, sentí y me vi en los zapatos de un recluso al observar que, encerrades hace casi un mes a causa de la contingencia sanitaria provocada por el coronavirus COVID-19, el corte de cabello homogenizado con mi hijo por la falta de habilidad al respecto y, solamente movernos hacía la cocina, sala, recámaras, patio y garaje sin poder ver ni salir hacia las calles, con la añoranza de que todo esto transcurra lo más pronto posible para poder visitar a nuestres seres queridos.

Por lo anterior, ¿qué delito cometimos para estar encerrades y, al parecer, todavía no existe sentencia alguna? Nuestros hogares se han convertido en nuestras nuevas cárceles y, no me refiero a no querer estar y permanecer en ella, sino que, el temor, nos obliga a permanecer y evitar el encuentro con nuestras familias, amigues y compañeres de escuela y de trabajo.

Las nuevas cárceles y les nuevos recluses empezamos a sufrir angustias e incertidumbres, principalmente, por el bienestar de nuestras familias y amigues y, por la impotencia de no poder ayudar a las demás personas; nuestras convivencias con les otres se han reducido a una llamada telefónica, escribir mensajes de textos o una videollamada en su caso. Mandar besos, abrazos, caricias y expresar todo tipo de emociones y sentimientos a través de un dispositivo. Esto, se ha convertido hoy en día en los nuevos modos de convivencia, la tan mencionada digitalización-virtualización de nuestra cotidianidad.

Mientras que, les más pequeñes, aun explicándoles sobre el tema y de nuestras condiciones, a diario preguntan ¿hasta cuándo podremos salir a la calle? Cada lunes me preparo para salir de casa a comprar frutas, verduras y agua, con las medidas de seguridad pertinentes; cuando mi hijo me ve, me dice rápidamente “quiero ir contigo” y en mi negativa, observo la tristeza en sus ojos.

Un día me pide subirme a su resbaladilla (deslizadero o rampa) que le compramos hace un par de años, mi respuesta fue “no, porque estoy muy grande y pesado y, al subirme, puedo quebrarla”, empezó a caminar pensando en qué jugar, se vuelve a dirigir a mi preguntándome “¿papá puedes subirte a mi triciclo?, tú te subes al rojo y yo en el azul” volví a responderle lo mismo.

Ante esto, mi hijo empezó a caminar y pensar, su aseveración fue “creo que necesitamos otro niño o niña”, en consecuencia, asevero acerca de la importancia que tiene la escuela como espacio de coexistencia con les otres, de socialización, de con-vivir, es decir, de vivir con otres, a este proceso Rubén Reinoso [1] afirma que “el cerebro, es el único organismo que se termina de desarrollar producto de la interacción social, hay un fenómeno biológico llamado neotenia”. En este sentido, investigaciones del historiador Yuval Noah Harari (2014) menciona que, este hecho, fue causado por la evolución humana de hace aproximadamente 2.5 millones de años, en donde la crianza y educación de les niñes no solo estaba en manos de la madre o el padre, sino que era necesario el apoyo de la familia y otres miembros del grupo, por lo tanto, “la evolución favoreció a los que eran capaces de crear lazos sociales fuertes” (pág. 22), es pues, la escuela, un lugar importante para el desarrollo integral de las capacidades de los seres humanos en presencia física de les otres.

En esta este contexto, el acelerado interés del sistema capitalista neoliberal que aprovecha el confinamiento, espacio otorgado por la pandemia, que denominé en mi artículo anterior como prueba piloto del capitalismo en el advenimiento de la cuarta revolución industrial [2], intenta destruir los imaginarios colectivos de encuentro y con-vivencias cara a cara con el hito de crear sociedades totalmente virtualizadas, individualistas y con ideologías autosuficientes y aisladas. La pandemia evita, en este tiempo, nuestras relaciones sociales físicas confinándonos a nuestras nuevas cárceles, mientras que, el capitalismo tecnológico y cognitivo, pondera la virtualización de las relaciones interpersonales y del acto educativo, con ello fragmentar las cosmovisiones colectivas.

 

La vocación obligada

Por lo que respecta a niñes, jóvenes y adultes, ensayan y construyen, en sus nuevas cárceles devenidas de la contingencia sanitaria, neoconvivencias y neocotidianidades, es decir, pasan mayor tiempo en la digitalización-virtualización, unes por la excesiva carga curricular virtualizada para salvar el ciclo escolar presionades por sus docentes y, estos a su vez, por las autoridades, pero les han preguntado siquiera ¿cómo están emocionalmente?¿disponen de al menos un dispositivo electrónico y conectividad para hacer sus tareas? Y para aquellos que no cuentan ni siquiera con luz eléctrica ¿quiénes les resolverán sus dudas? ¿sus familiares? ¿y si estos no cuentan con los conocimientos adecuados? A las autoridades no les importa, al parecer, solo les interesa salvar el ciclo escolar, pero ¿cómo se evaluarán? O ¿qué evaluarán? ¿aprendizajes, conocimientos o información? ¿dónde queda la evaluación formal e integral? ¿Cómo se evaluarán las subjetividades de les estudiantes? Interrogantes que las organizaciones gremiales del magisterio, docentes de izquierdas, las pedagogías críticas y educaciones populares deben plantearse y entrar al debate para poder protegerse de la peligrosa instrumentalización de la razón en donde, las subjetividades, se reducen a la lectura de instructivos preestablecidos que reducen la libertad del pensamiento, con el hito de la construcción de seres explotados cognitiva-corporalmente y de consumo.

Otres grupos de niñes, jóvenes y adultes, solo se la pasan entretenidos con los dispositivos diversos como la TV, teléfonos inteligentes, computadoras, videojuegos entre otros, pertenecientes al complejo industrial cultural (Bonilla-Molina, 2018), ambos consumen acríticamente informaciones de todo tipo, por lo tanto, quedan expuestos a la alienación de los intereses del neoliberalismo salvaje, les excluides solo se la pasan sobreviviendo y añorando regresar a las aulas.

En este sentido, ¿les estudiantes están más interesados en regresar a la escuela para cubrir el currículo? O quisieran regresar para jugar, para rozarse, abrazarse, contarse todo lo que hicieron en casa y de sus añoranzas que tuvieron. Si las pedagogías, las educaciones y nuestras prácticas docentes están dirigidas con base a los intereses de les estudiantes, por lo tanto, hay que dejarles hacer lo que quieran hacer, cuidando que todo esto, este bajo el marco del respeto, sin embargo, las autoridades educativas distan de estos intereses y, su único hito es, cubrir lo más posible el currículo del programa para poder salvar el ciclo escolar, se observa entonces que, el modelo educativo neoliberal, dista de los intereses de les estudiantes e impone sus propios.

Por lo anterior, las autoridades inmediatas en Chiapas, México han dictado a manera de cascada en la estructura vertical para que, les Asesores o Auxiliares Técnico Pedagógico y docentes frente a grupo, construyan cuadernillos de actividades que emanen de los planes y programas de estudio o bien se apoyen en unos que ellas mismas construyeron para distribuirlos vía digital para los que cuenten con al menos un dispositivo y conectividad, les demás, donde no existe ni siquiera electricidad, mucho menos señal telefónica, se espera e invita a que les docentes por «vocación», a mi perspectiva más por obligación, a distribuir casa por casa o bien escuela por escuela esos cuadernillos.

En este contexto, las autoridades educativas están más preocupados no por salir de la crisis sanitaria, sino por la manera de evaluar los «aprendizajes» y salvar el ciclo escolar, dan instrucciones para distribuir los cuadernillos con el fin de que les estudiantes repasen los contenidos, a mi parecer, estas acciones van en contra de uno de los derechos fundamentales como la salud, de les docentes, familias y estudiantes, por lo tanto, a su derecho de vivir, exponiendo a todes al contagio, sin embargo, les docentes debemos exigir y buscar las maneras de manifestarnos contra este tipo de acciones, pues, cerca de que les estudiantes aprendan, se pondera aún más la instrumentalización de la razón y el contagio.

Contrario a estas acciones en donde, las autoridades educativas de Chiapas, México, llevan a cabo desde el 20 de abril en la reanudación de las clases virtuales y la distribución de cuadernillos en nuestras nuevas cárceles, Vigotsky (1979) asevera que, el aprendizaje y el desarrollo cultural se construyen en presencia e interacción con les otres.

Lo que debemos hacer y exigir primero les docentes, es esperar a salir de la crisis sanitaria, para luego, buscar los caminos no para cubrir los currículos y atiborrar de contenidos y tareas a les estudiantes, sino atiborrarles de juegos, de presencia, de existencia, de con-vivencias, de encuentros, es decir, de otredad.

Para mitigar el encierro obligatorio en nuestras nuevas cárceles varios artículos digitales invitan a establecer rutinas, hora de despertarse, de asearse, de desayunar, comer y cenar, de jugar, de hacer deporte, de charlar con les compañeres de encierro, de descanso, y al otro día lo mismo ¿qué dista de la vida en un reclusorio? O ¿de un “panóptico?  (Foucault, 2008, págs. 88-89), estas megacárceles se han reducido en minicarceles llamados «casa», «hogar» o domicilio y, dentro de ellas, todes nosotres, los recluses.

Si bien es cierto que, en muchos espacios familiares en este confinamiento, se fortalecen los lazos familiares que tanto habíamos anhelado, pero por nuestras vidas apresuradas y falta de tiempo no podíamos construirlas, otros tantos, se ha incrementado las violencias intrafamiliares, exclusiones, acosos, etc. Es decir, para el segundo grupo, el confinamiento, se ha convertido en verdaderas neocárceles.

En los reclusorios, las autoridades penitenciarias imponen tareas a los recluses para su readaptación, mientras que, las autoridades educativas mexicanas en educación básica, imponen cuadernillos de actividades, ver videos de hasta 50 minutos, entre otras actividades virtualizadas, con el fin de “entretener” y “readaptar” los tiempos y modos de les estudiantes y docentes, más no para desarrollar el proceso dialéctico de enseñanza-aprendizaje, porque para esto, se necesita de la presencia física e interacciones cara a cara de todes les actores educativos, en las escuelas.

Por lo anterior, las educaciones populares, pedagogías críticas y el magisterio en resistencia no debemos dar las espaldas a las tecnologías, sino que las tres primeras, debemos repensar en la construcción de una estrecha relación dialéctica con las segundas con el hito de humanizarlas, es decir, las tecnologías humanizadas, las pedagogías críticas, las educaciones populares y el magisterio en resistencia, colaboremos en la construcción de sociedades justas, con respeto a la diversidad y a nuestra Madre Tierra, más humanas y humanizantes.

 

Las bondades, la entrega

El capitalismo cognitivo y tecnológico está tratando por todos los medios de apoderarse de los sistemas educativos en todo el mundo, con el hito de construir, a partir de esta prueba piloto, neosociedades y neoconvivencias, confinados en nuestras nuevas cárceles. Ante esto las grandes corporaciones y emporios digitales-virtuales como Google, Microsoft, Facebook, GSM, Weidong, Zoom, KPMG, Coursera, entre otros no menos importantes, dueñas de un cúmulo sobre contenidos escolares, técnicos educativos, base de datos, inteligencias Artificiales (IA), entre otras innovaciones, ofrecen de manera gratuita espacios educativos virtuales, sin embargo, a mi perspectiva, detrás de esas bondades se oculta las enormes informaciones de transferencia no solo de la base de datos de estudiantes y docentes, sino que también de todo el proceso educativo.

De lo anterior, en esta prueba piloto del capitalismo cognitivo y tecnológico, nosotres les docentes, no le daremos los contenidos a los emporios de innovaviones científicos-tecnológicos y  a sus IA, porque ellos son los dueños de estos, empero, les otorgaremos en cada clase virtual de manera gratuita e inocente, nuestras prácticas, nuestras formas de organizar el grupo, nuestras actividades, el tiempo, las maneras de convivencia y motivación hacia nuestres estudiantes, las formas de relacionarnos, es decir, les daremos toda nuestra subjetividad y nuestra esencia, esto les servirá con el fin de dar los últimos ajustes a las Inteligencias Artificiales para su perfeccionamiento, lo que provocará, en un tiempo no muy lejano, seamos reemplazades [3].

Sin duda, estas aseveraciones no van en contra del uso de las tecnologías en las escuelas, en las aulas y en la vida escolar, pues somos seres tecnológicos, en este sentido, Noah Harari (2014) menciona que “en comparación con otros animales, los humanos nacen prematuramente” (pág. 22) sin garras, grandes colmillos, sin olfato, oído y vista aguda, pero fuimos recompensado con el enorme cerebro, sus diversas funciones y capacidades que nos dotó la evolución. El mismo historiador da cuenta de sus hallazgos en donde se encontraron “utensilios líticos” hace aproximadamente 2.5 millones de años, mientras que hace 300,000 años, el hombre ya había “domesticado” (pág. 26) al fuego, hoy se viaja a la luna, se desarrolla la inteligencia artificial, entre otras innovaciones tecnológicas. Sin embargo, estas innovaciones tecnológicas deben estar bajo las cosmovisiones de la ética, estética y lo más humanamente posible con el fin de beneficiar a todas las poblaciones sin exclusión alguna.

Las sociedades exigen conectividad y dispositivos tecnológicos en todos los territorios, mientras que les docentes exigimos capacitaciones como mero “adiestramiento”, los gobiernos nos lo darán, será el as bajo la manga del sistema capitalista bajo la premisa «construir las necesidades, para luego poner las soluciones a disposición» con el hito de apoderarse de toda las infraestructuras construidas y otorgadas por los gobiernos corruptos, con el fin de llegar hasta lo más recóndito del planeta, no para cerrar las brechas, sino para alienar la mayor cantidad de subjetividades, apoderarse de los territorios, privatizar la educación y, obtener la mayor ganancia posible a costa de la explotación salvaje de nuestra madre tierra y de la vida de las personas, con estas exigencias, aceleraremos nuestras sentencias a una cadena perpetua en nuestras nuevas cárceles.

 

A modo de cierre

Por todo lo anterior, Freire (2006) asevera que “La realidad no es así, la realidad está así. Y está así no porque ella quiera, ninguna realidad es dueña de sí misma, esta realidad está así porque de este modo sirve a determinados intereses del poder” (pág. 71), en este marco, el problema y uno de los grandes retos del magisterio en resistencia es la deconstrucción de nuestras concepciones que tenemos sobre la educación (presencial y virtual) y, de su peligrosa instrumentalización de la razón, esto debido a que docentes, estudiantes y familias estamos alienados a la espera de instrucciones para poder llevar a cabo las actividades escolares en este confinamiento, en donde, cerca de generar aprendizajes, dista mucho de ello y provoca una acumulación de información acrítica que evita el libre pensamiento.

En efecto, mientras no haya instructivos o manuales, les actores educativos nos mantenemos siempre como espectadores, a la espera que otres, desde otros contextos y realidades los construyan bajo sus particulares intereses, ente esto Freire (2005) menciona que “[…] el único modo correcto de pensar, desde el punto de vista de la dominación, es evitar que las masas piensen” (pág. 118), del mismo modo advierte que “el problema radica en que pensar auténticamente es peligroso” (pág. 54) peligroso en el sentido que, las masas, exigiremos dar cuenta de nuestras condiciones miserables en las que nos encontramos.

En este sentido, desde nuestras particularidades y contextos, el magisterio en resistencia tenemos que exigir-nos, con base en la relación dialéctica individual-colectivo y lo presencial-virtual, la construcción de alternativas educativas en las que luchemos juntes  y entre todes,  en palabras de Freire por “una educación que enseñe a pensar y no por una educación que enseñe a obedecer”.

Del mismo modo, el magisterio en resistencia debemos exigir a los gobiernos la construcción de plataformas educativas digitales-virtuales con la participación de nosotres les docentes, nuestres estudiantes y las familias, estas plataformas serían propias de la nación sin ofertarles nuestras subjetividades y base de datos a las grandes corporaciones antes mencionadas que acechan a nuestro sistema educativo nacional con miras a privatizarlo, sino que esta, sea de carácter nacional, pública, gratuita, inclusiva, de calidad y popular.

Una vez construidas, estas, nuestras plataformas, educarnos en ella desde la presencialidad no como meros centros de acopio, sino que nos problematice a nosotres docentes, a les estudiantes y familias, con el hito de construir unas educaciones y escuelas diferentes, unas educaciones y escuelas tecnológicamente humanas y humanizantes, unas educaciones y escuelas glocales.

Termino con algunas aseveraciones y exigencias de mi hijo al preguntarle del por qué le gusta ir a la escuela, su respuesta fue contundente “porque ahí hay niños y niñas y, porque me gusta jugar y aprender, correr, tocarlos y verlos”.

Palabras Claves: Educación, Neoconvivencia, Neocotidianidad, Con-vivir, Niñes, Socialización, Razón Instrumental, Alienación, Virtualización, Nuestras Plataformas, Inteligencias Artificiales, Capitalismo Cognitivo y Tecnológico, Pedagogías Críticas, Educaciones Populares.

Referencias

Bonilla-Molina, L. (2018). Mafaldas o Zombis. El complejo industrial cultural en el siglo XXI. Caracas: Ediciones OVE.

Foucault, M. (2008). Nacimiento de la biopolítica: curso en el Collage de Francia: 1978-1979. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.

Freire, P. (2005). Pedagogía del oprimido. México: Siglo XXI editores S.A. de C.V.

Freire, P. (2006). El grito manso. Buenos Aires, Argentina: Siglo XXI.

Harari, Y. N. (2014). De animales a dioses. Breve historia de la humanidad. Ciudad de México: DEBATE.

Vygotski, L. S. (1979). El desarrollo de los procesos psicológicos superiores. Barcelona: Crítica.

[1] https://www.youtube.com/watch?v=-HHITyfdscM

[2] http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/343543

[3] http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/344408

Fuente: El autor escribe para OVE

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¿Se deberá adaptar el modelo VARK a las clases en línea?

Por: Paulette Delgado

Según el modelo VARK, todo estudiante posee un estilo de aprendizaje propio. ¿Deben los docentes adaptar sus clases para complacer a todos?

Al igual que en un salón de clases tradicional, cada estudiante aprende de manera diferente en línea, por lo que ante la adopción generalizada de la enseñanza remota de emergencia, los educadores deben aprender a equilibrar las necesidades de aquellos estudiantes que prefieren estudiar solos a aquellos que extrañan la socialización en la escuela. Para esto, es importante que el maestro tome en cuenta los distintos estilos de aprendizaje ya que ayudará a los estudiantes a enfrentar los retos de aprender desde su casa.

El modelo VARK (Visual, Aural, Read/Write, Kinesthetic) estudia los cuatro sistemas representacionales básicos de la programación neurolingüística (PNL) que se pueden dividir en cuatro tipos de aprendizaje: Visual,  Auditivo, Lectura / escritura y Cinestésicos. Este modelo ha existido por años, pero no fue hasta 1987 que el maestro Neil Fleming desarrolló un cuestionario que ayudó a los educadores y alumnos a distinguir qué estilo de aprendizaje se ajusta mejor a ellos. Tanto la Universidad Estatal de Carolina del Norte como la organización VARK realizaron pruebas donde identificar qué tipo de estilo de aprendizaje tiene cada alumno.

Estilos de aprendizaje (según el modelo VARK): 

  1. Alumno visual: este alumno es aquel que aprende mejor cuando la información la pueden visualizar y recordarla así después. Son aquellos que prefieren las clases con apoyos visuales como flechas, puntos, videos o cualquier forma que demuestre jerarquía de información. Suelen aprender mejor cuando la presentación se les presenta en cuadros y diagramas en lugar de diapositivas secuenciales. La Universidad de Illinois Springfield (UIS) los describe como alumnos tranquilos que prefieren estudiar solos, por lo que adaptarse al entorno en línea no es difícil, más porque muchas clases tienen todo por escrito, con gráficos y resumido.

  2. Estudiantes auditivos: estos son los alumnos que aprenden mejor escuchando, por lo que muchas veces repiten la información en voz alta para recordarla. También son aquellos que prefieren no tomar nota para prestar más atención a lo que escuchan y concentrarse en eso. Según la UIS, se benefician de hablar con otros ya que escuchan al otro hablar del tema o ellos lo discuten en voz alta.

  3. Alumno de de lectura / escritura: son aquellos que aprenden mejor al leer y escribir, incluyendo leer la información de presentaciones, folletos o sintetizando el contenido, no solo leyendo libros, también son buenos realizando investigaciones en línea. Se acoplan fácilmente al modelo online ya que mucho material de un curso en línea está por escrito

  4. Alumno táctiles / cinestésicos: este tipo de alumno es aquel que prefiere la práctica o ejercicios ya que tienden a involucrar todos su sentidos al aprender. Son aquellos que prefieren las demostraciones o experiencias prácticas o de campo. En el caso de aprendizaje en línea, se benefician de gráficas tridimensionales o experimentos que pueden hacer desde su casa para después comentarlas en los foros virtuales y con sus compañeros.

Lo que Neil Fleming quería lograr al desarrollar esta teoría era un modelo que ayudara a los maestros a acoplar sus clases a distintas maneras de aprendizaje y así enseñar mejor y de manera un poco más personalizada a sus alumnos. Abby Knoll, estudiante de doctorado de la Universidad Central de Michigan, enfocada en estilos de aprendizaje dijo que: “A los maestros les gusta pensar que pueden llegar a todos los estudiantes, incluso a los estudiantes con dificultades, simplemente adaptando su instrucción para que coincida con el formato de aprendizaje preferido de cada estudiante”. Pero esta mentalidad puede resultar en una arma de doble filo ya que algunos alumnos lo han utilizado como excusa para justificar sus malas calificaciones y culpar a sus maestros de que no adaptarse a su manera de aprender.

¿Realmente funciona el modelo VARK?

Aunque la teoría de los estilos de aprendizaje es ampliamente conocida y estudiada, hay muchos que critican este enfoque de  aprendizaje. Un estudio publicado en Anatomical Sciences Education donde alumnos responden el cuestionario VARK,  descubrieron que a pesar de asignarles actividades personalizadas de acuerdo a su estilo de aprendizaje, estos no mejoraron sus resultados académicos. La autora del artículo, Polly R. Husmann, cree que los alumnos ya habían formado sus hábitos de estudio y por más interesados que estuvieran en su estilo de aprendizaje, les costaba mucho romper con sus costumbres.

«Creo que como un ejercicio puramente reflexivo, solo para hacerte pensar en tus hábitos de estudio, [VARK] podría tener un beneficio pero la forma en que hemos estado categorizando estos estilos de aprendizaje no parece sostenerse», señaló la Dra. Husmann. Otro estudio publicado en el British Journal of Psychology, descubrió que los alumnos simplemente preferían palabras o imágenes, pero que esto no significaba que facilitara el  aprendizaje. Esto confirma lo dicho por Husmann, respecto a que los estudiantes se centran en aprender según lo que ellos creen que es su estilo, no porque realmente les ayude a aprender mejor, lo que a la larga les puede perjudicar.

Estilos de aprendizaje vs. Habilidades

Por otro lado, un artículo del Journal of Educational Psychology no encontró relación entre las preferencias de aprendizaje y el desempeño académico. Los autores concluyeron que lo mejor sería que los maestros dejen de orientar sus lecciones según un estilo de aprendizaje particular y enfocarse en fortalecer todas las habilidades. Por ejemplo, dejar de enfocar las clases en alumnos auditivos y ayudarlos a fortalecer sus habilidades visuales.

Aún así, esto no significa que todos los alumnos sean buenos en todas las habilidades posibles. Según Daniel Willingham, psicólogo de la Universidad de Virginia, más que tener estilos de aprendizaje, la gente tiene habilidades diferentes, por eso algunos aprenden mejor leyendo y otros escuchando. También depende de lo que se quiera estudiar, por ejemplo, para aprender otro idioma no se puede visibilizar la pronunciación, se tiene que escuchar y repetirlo para perfeccionarlo.

A pesar de la controversia detrás del tema, tanto Willingham como Husmann concluyen que no es perjudicial creer en los estilos de aprendizaje. El primero dice que lo mejor es ver estos estilos como herramientas y pensar cuál es la que mejor ayuda a los alumnos a aprender, ya que todos pueden pensar en palabras o imágenes. Mientras que Husmann advierte que lo más importante es concentrarse en la lección, más que en cómo aprenderla; por ejemplo, si se aprende un idioma, concentrarse en lo auditivo más que en imágenes o gráficos.

Al final, cada persona tiene una forma distinta de recopilar, analizar y memorizar la información, el reto es saber cómo abordar las diferentes habilidades de los alumnos y adaptarlas al entorno en línea, para que el alumno siga aprendiendo de manera remota, eligiendo qué habilidad o herramienta les funciona mejor.

Fuente: https://observatorio.tec.mx/edu-news/adaptar-el-modelo-vark-a-las-clases-en-linea

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Deberes: «Paciencia, somos conscientes de que cada casa y familia tiene una realidad»

Por: Laura Peraita

Celeste Molinero, directora de ESO y Bachillerato del Colegio Ábaco, reconoce que hay alumnos que se han ido al pueblo con los abuelos y no tienen acceso a internet para hacer las tareas del colegio.

Según Celeste Molinero, directora de ESO y Bachillerato del Colegio Ábaco, sus alumnos están respondiendo muy bien a los deberes online. Apunta que, en general, han observado que se conectan diariamente, preguntan dudas vía classroom, google, hangouts…

¿Cuáles son las principales dificultades que se encuentran?

Aunque los profesores están explicando las sesiones, creando videotutoriales, clases online, audios para las explicaciones de los contenidos. Existen contenidos de algunas materias que son difíciles de cubrir y de dar respuesta individualizada y en tiempo a todos los alumnos

Lo cierto es que no se ha contemplado esta opción. La mayoría de los alumnos tienen un dispositivo personal como parte de nuestro Proyecto Educativo. Es una herramienta más. En estos momentos no tenemos constancia de tener familias con ese problema. Lo único que nos han trasladado son los problemas de los alumnos que se van al pueblo con los abuelos y no tenían acceso a internet.

Y los padres, ¿están haciendo muchas preguntas al centro? ¿De qué tipo?

Durante estos días no han existido muchas dudas. Principalmente se han limitado a poner en valor el trabajo hecho. Las pocas dudas han sido relacionadas con temas de tutoría, seguimiento de alumnos y reuniones pendientes entre colegio y familia.

¿Cómo es el plan de un día para los alumnos? ¿Cuántas horas diarias deben estar con los estudios?

Los alumnos conocen el plan de trabajo diario el día anterior. Deben realizar las tareas que los profesores les indican en un documento compartido con todos los alumnos de cada grupo. Una vez visitan que el documento, desde allí se dirigen a las clases online (la mayoría classroom).

Muchas familias se quejan de las dificultades de teletrabajar, encargarse de los niños y ayudarles en sus deberes. ¿Cuál es el mensaje de los centros para estos padres?

Paciencia. Somos conscientes de que cada casa y familia tiene una realidad. La clave está en una buena organización y en que todos los miembros de la familia la conozcan cada día. Hacer un horario en el que figure el tiempo de trabajo, de ocio, de descanso, de comidas….

Por otro lado, y más importante, es entender que la situación que se ha generado a nivel emocional es muy difícil de gestionar. Los alumnos no se pueden comunicar con sus iguales de la manera que están acostumbrados, deben manejar y gestionar el uso de los móviles, videojuegos, tiempo de internet… Todo esto supone una gran dosis de responsabilidad y autonomía.

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