Redacción: Prensa Latina
En el corazón de las protestas hay un problema mundial: el costo de la educación superior, que pone de relieve el debate sobre si la educación es un derecho o un privilegio.
Para los jóvenes estudiantes de la India es importante que se reduzca el costo de la educación para que los pobres y los marginados de la segunda nación más poblada de la Tierra puedan tener acceso a ella.
Hasta hace poco, la Universidad Jawaharlal Nehru en Nueva Delhi era una de las pocas instituciones en la India donde los hijos de muchos pobres podían permitirse acceder una excelente educación universitaria.
Sin embargo, las últimas medidas del vicecanciller de esa Alma Máter nombrado por el Gobierno del primer ministro, Narendra Modi, significan el cierre de las puertas de ese campus universitario para los más humildes.
Los estudiantes salieron a las calles este mes de noviembre portando pancartas y cantando eslóganes como ‘salvar la educación pública’, ‘las tarifas deben bajar’ y ‘asegurar albergues asequibles para todos’.
Marcharon hacia el Parlamento para protestar contra la subida de las tarifas de albergue, que para ellos significa una mayor exclusión.
Alegaron que se trata de una privatización encubierta de las instituciones educativas públicas en las que los estudiantes tienen que asumir el coste de su educación y el Gobierno elude su responsabilidad al no asignar los fondos necesarios, según apuntó el portal News Click.
El aumento de los alquileres de las habitaciones de los albergues y la comercialización de las instalaciones obligan a los estudiantes a pagar elevados gastos por ese servicio y por facturas de agua y electricidad.
Las altas tarifas harán imposible que los estudiantes de la clase trabajadora y de familias pobres puedan acceder a la Educación Superior, apuntó entre tanto un artículo del periódico Ganashakti.
Gracias a las políticas de admisión de larga data de la Universidad Jawaharlal Nehru, el 40 por ciento de los estudiantes proceden de hogares de bajos ingresos familiares.
Pero a partir de ahora, los aumentos de las tarifas y los cargos por servicios requerirán que estas familias gasten una gran porción de sus ingresos mensuales para poder mantener a su hijo o hija en las aulas.
Por otro lado, gracias a las anteriores políticas de admisión de esa casa de altos estudios, más de la mitad de los estudiantes son mujeres, que a partir de ahora la comercialización las expulsará de los institutos en alto número.
Los estudiantes de la Universidad Jawaharlal Nehru no son los únicos afectados, pues si los albergues se comercializan con éxito en ese centro docente, donde el movimiento estudiantil es poderoso, otros colegios y universidades con tarifas bajas pronto correrán la misma suerte.
El movimiento universitario se está extendiendo rápidamente a otros campus estudiantiles de todo el país surasiático.
Recientemente, cientos de personas, trabajadores y estudiantes de otras universidades de Nueva Delhi marcharon por las calles de la capital india en solidaridad con los jóvenes de la Universidad Jawaharlal Nehru y para protestar también contra el alza de tarifas y la privatización de la Educación Superior.
Los manifestantes, incluidos miembros de la sociedad civil, estudiantes y exalumnos, exigieron el retroceso del aumento de las tasas de albergue y comedor, y demandaron al gobierno una educación asequible para todos.
Tras ser reprimidos por la policía, el Partido Comunista de la India (Marxista) condenó enérgicamente la bárbara acción policial contra la marcha estudiantil.