Europa/Enero de 2018/Autora: Ara Rodríguez/Fuente: Hipertextual
Europa se enfrenta al reto de diseñar el futuro de la innovación a partir del Horizonte 2020. El marco comprendido entre 2021-2017 está empezando a mover sus engranajes de la mano de los comisarios europeos encargados a esta tarea. El portugués Carlos Moedas, comisario de innovación, investigación y ciencia sería uno de esos visionarios trabajando en el diseño del futuro cercano de los europeos. Daria Tataj, asesora del comisario, también trabaja en el incremento de los focos de innovación y crecimiento bajo el paraguas del grupo comunitario en los siguientes años.
En un encuentro organizado por COTEC, la fundación para la innovación, Tataj explica precisamente los retos a los que se enfrenta el futuro de la innovación en Europa. Y la realidad es que todo se centra en el mismo concepto: la educación y adaptación de la nueva economía a la economía real. «La economía del futuro será aquella que se fundamenta en el cerebro y, como no podía ser de otra manera, en la propia educación», comentaba Tataj en su introducción. En un conocimiento adquirido y en el análisis de los resultados del mencionado Horizonte 2020.
La realidad es que las tareas que quedan pendientes son enormes; para la asesora de la comisión uno de los principales baches que existen, hasta el momento, es la ausencia del orgullo de pertenencia en los ciudadanos europeos. Similar al que experimenta la población noetamericana con su país. Por otro lado, son las cifras; las cuales hablan por sí mismas. El último informe de Atomico, presentado a finales de 2017, revelaba datos positivos en cuanto a unos aspectos, pero que, sin embargo, dejaban algunos asuntos muy abandonados. Atomico, analizando el estado de la empresa tecnológica en Europa teniendo la referencia de Estados Unidos, llegaba a la conclusión de que existen muchos más ingenieros, más compañías de base tecnológica y, desde luego, más financiación (19.000 millones de dólares en 2017). Y, sin embargo, esta industria sigue sin ser influyente en el PIB europeo de la misma forma que lo hace el sector en Estados Unidos.
Los años de crisis como punto de partida
La crisis de la zona euro se encuadró entre el año 2008 y el 2012. Para España, los años de caída económica continuaron durante algo más de tiempo por una burbuja inmobiliaria añadida a la precaria dinámica mundial. Con este contexto a las espaldas, que sirvió para parar todo el desarrollo económico de Europa, se está planteando el futuro próximo. «¿Cómo desarrollar instituciones europeas igual de influyentes que las de Estados Unidos?», plantea Daria Tataj. Partiendo de la base de la crisis y entendiendo que «nadie sabía qué iba a pasar después de la tremenda crisis mundial que mantenía el sistema económico congelado» era el momento de meditar y debatir, explica la asesora.
La primera cuestión que la comisión se planteó y se sigue planteando es la de qué es la innovación. Basada en la creación de nuevos productos, nuevos retos, nueva economía… pero todo centrado en el aprendizaje. Uno de los mayores retos a los que se enfrenta el grupo es el de «hacer entender las reglas del mercado al nivel educativo», argumenta Tataj. Para la asesora, «la educación está atrasada 10 años y no encuentra vinculación con el sistema educativo universitario vigente».