Pistas sobre la educación en el mundo

Por Renato Opertti, especial para El Observador

Entre otros temas relevantes de la formación, educación para la ciudadanía ocupa un lugar destacado.

En el quinto de esta serie de artículos señalábamos que los temas y contenidos que guían los procesos de enseñanza y de aprendizaje son un aspecto medular de los marcos curriculares comunes a la educación básica ampliada (3 a 14) y a la educación de jóvenes (15 a 18). Entre otros temas relevantes de la formación, educación para la ciudadanía ocupa un lugar destacado como el cimiento en la construcción y sustentabilidad de sociedades justas, inclusivas, desarrolladas, pacíficas y cohesivas.

En el ámbito internacional, se constata una creciente preocupación en torno a los temas de ciudadanía. Por ejemplo, la iniciativa “La educación ante todo”, promovida por el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon (2012), define como ámbitos prioritarios “mejorar la calidad del aprendizaje” y “fomentar la conciencia de ser ciudadanos del mundo”. En similar tono de preocupación, Unesco (2012) señala que “el contenido del aprendizaje debe promover la comprensión y el respeto de los derechos humanos, la inclusión, la equidad y la diversidad cultural, e impulsar el deseo y la capacidad de aprender a lo largo de toda la vida y aprender a convivir”.

Identificamos por lo menos cuatro puntos en la discusión actual sobre educación para la ciudadanía. En primer lugar, las sinergias y las tensiones entre educar en una serie de valores y referencias universales que abrigan una visión cosmopolita del mundo, reconocedora de la interdependencia de las sociedades nacionales en forjar estilos de vida sostenibles, con el respeto a las culturas, a los sentidos de pertenencia y a las respuestas locales. Esto es acoger la pluralidad cultural y, a la vez, afirmar valores universales entre culturas y países. No solo lo que importa es la cultura que justifica todo (un multiculturalismo burdo sin vasos comunicantes entre grupos) ni tampoco negar la existencia de culturas asumiendo que hay un solo modo de hacer “correctamente” las cosas (un monoculturalismo asfixiante que no reconoce a los diferentes).

En segundo lugar, se discute crecientemente las maneras de integrar los dos componentes fundamentales de educación para la ciudadanía. Por un lado, la educación cívica, tradicionalmente enfocada en los asuntos de la política, la democracia y en el ejercicio de los derechos y las responsabilidades como ciudadano, y que se ubica principalmente en los años finales de la educación media. Por otro lado, la educación civil, de más reciente desarrollo, centrada en los temas candentes de la sociedad, en aspectos de convivencia y en aprender a vivir con otros, y que se desarrolla desde la educación inicial y básica en adelante. Ambos tipos de formación son esenciales y complementarias, y el descuido relativo de alguno de ellos puede contribuir a erosionar los cimientos de la democracia y de la convivencia.

A título de ilustración, en América Latina el análisis comparado de los programas de estudio de educación cívica/ciudadana de seis países –Chile, Colombia, Guatemala, México, República Dominicana y Paraguay– señala que los temas relativos a la celebración de la diversidad y el pluralismo sociocultural se priorizan por sobre los relativos a la política en su conjunto y al voto ciudadano (Cox et al. 2014).

En tercer lugar, es necesario definir su alcance. Además de integrar educación cívica y civil, educación para la ciudadanía debe comprender las competencias vinculadas a: i) las lenguas –por lo menos nativa, inglés y coding que implica básicamente tener las habilidades requeridas para programar incluyendo la elaboración de software, apps y sitios web–; ii) la alfabetización científico-tecnológica; iii) la comprensión y transformación de la sociedad y del mundo; y iv) la apreciación de las diversas manifestaciones de la cultura.

En cuarto lugar, el debate de cómo efectivizarla remite a dos planos complementarios. Por un lado, su status como una asignatura o como la integración de varias asignaturas o, como es la tendencia más reciente, el reconocimiento de que es un tema transversal a todas las asignaturas que forman parte del currículo. Por ejemplo, es tan importante trabajar hoy los temas de formación ciudadana en las clases de artes y deportes como en las de derecho y ciencias sociales.

Por otro lado, el ejercicio de las competencias ciudadanas requiere cercanía con los desafíos del mundo real, capacidad de articular respuestas donde se integren conocimientos de diversas disciplinas y que se ejercite la capacidad de reflexión crítica y de un actuar propositivo. Nada más alejado de esta visión que hacer al estudiante restituir información en “pruebas objetivas de conocimiento”. Se requiere, en cambio, que el estudiante sepa identificar y usar el conocimiento requerido para responder a desafíos nuevos y que lo haga consciente sobre qué valores y actitudes están en juego.

En resumidas cuentas, educación para la ciudadanía es el pilar de la calidad de vida de una sociedad y termómetro de su democracia. Implica transitar desde creer que es una asignatura que aisladamente forma en aspectos cívicos –esenciales por cierto y necesarios de ser fortalecidos a transformarla en el norte de referencia de todas las asignaturas para justamente armar el rompecabezas de una formación ciudadana que sirva para actuar competentemente en la sociedad. l

Especialista en Educación, OIE-Unesco

Fuente: http://www.elobservador.com.uy/pistas-la-educacion-el-mundo-n971776

Imagen: static.elobservador.com.uy/adjuntos/181/imagenes/012/270/0012270718.jpg

 

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La educación es clave para afrontar desastres como el terremoto en Ecuador

América del Sur/Abril 2016/Fuente y Autor: Sputnik

La propuesta del presidente Rafael Correa de crear una secretaría en América del Sur para coordinar respuestas ante desastres es «excelentísima», pero debe hacer énfasis en la educación de la población, dijo a Sputnik Nóvosti el experto en riesgos naturales Jonathan Gómez Cantero.

«Aunque nos parezca poco relacionado, la educación civil es clave, y se deben fomentar los simulacros, la educación desde edades tempranas; una vez que ocurre un desastre, la respuesta debe ser inmediata», afirmó el geógrafo y climatólogo español.

Gómez Cantero señaló que el primer desafío de la región «es disminuir la vulnerabilidad de las personas al riesgo: realizar una buena ordenación territorial, educar, formar, cumplir y actualizar las normas sismo-resistentes de las construcciones, (así como) tener sistemas de alerta temprana».

Para el experto, a cargo de un espacio en el programa «Aquí la Tierra» de Televisión Española y colaborador del periódico en línea estadounidense The Huffington Post, un organismo de este tipo debería tener «un departamento de investigación y otro para la reducción de la vulnerabilidad, en el que tendría un papel clave la educación».

Asimismo, debería contar con un área de coordinación internacional «que sirviera para dar una respuesta temprana y coordinada a todos los países», señaló.

Gómez Cantero subrayó la importancia de que el organismo esté integrado por geógrafos, ya que son «profesionales de visión amplia que saben relacionar los fenómenos naturales con los impactos en la sociedad, la cartografía, la gestión de las emergencias y la comunicación».

El experto advirtió que América del Sur es una región «enorme», y que «cada país está expuesto a unos determinados tipos de riesgos».

El geógrafo reconoció los esfuerzos de Chile, «que ha sabido adaptarse muy bien a la sismicidad» y «lleva una gran delantera en este tipo de fenómenos, además de tener un amplio grupo de expertos».

Gómez Cantero sostuvo que la creación de una secretaría regional para desastres sería «un avance para toda América del Sur», pero advirtió que «de nada servirá» si no se actualizan y respetan las normas para las edificaciones.

«En este tipo de desastres debemos preguntarnos si el verdadero daño lo hace un terremoto o una mala normativa que no obligue a hacer edificios resistentes», afirmó.

El presidente Correa propuso esta semana la creación de la secretaría regional para responder en forma coordinada acciones ante desastres como el terremoto que azotó la semana pasada la zona costera ecuatoriana, y que dejó casi 600 muertos.

 

Fuente de la noticia: http://mundo.sputniknews.com/americalatina/20160422/1058984862/ecuador-educacion.html

Fuente de la imagen:http://cdn1.img.mundo.sputniknews.com/images/105898/70/1058987022.jpg

 

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