Guinea Ecuatorial / 15 de octubre de 2017 / Autor: José Eugenio Nsue / Fuente: África Fundación Sur
Guinea Ecuatorial es el único país del mundo donde se cumple escrupulosamente lo dicho por Jorge Manrique en las Coplas a la muerte de su padre en todos sus extremos:
“Cuán presto se va el plazer,
cómo, después de lo acordado, da dolor;
cómo, a nuestro parescer,
cualquier tiempo passado fue mejor “.
Se mire por donde se mire, no hay ninguna sola institución en el país que haya conocido una mejora, una evolución, un desarrollo desde nuestro acceso a la independencia.
La semana pasada era la falta de luz en casi todo el territorio nacional; un problema crónico que nadie ha sabido solucionar; la sanidad está hecha unos zorros, abandonada, descuidada; más que solucionar los problemas de salud de los ciudadanos, se ha convertido en un foco de contagio de todas las enfermedades; Las administraciones públicas, putrefactas por el nivel de corrupción y la cleptocracia que se ha instalado en ellas amén de la ineficacia e inoperancia; no hay un sólo sector que puede ser la excepción a la regla impuesta por la saga de los NGUEMA: “cuento más robes, más vales para ocupar mejores puestos en el país “.
La educación es otra de las instituciones que se ha dejado en manos de Dios o del demonio en Guinea Ecuatorial.
Es curioso que en el corto periodo de la autonomía de la que gozó el país antes de la independencia entre 1963 y 1968, cuando por fin se pudo permitir que los indígenas podían estudiar en igualdad de condiciones que los hijos de los colonos; muchísimos padres aprovecharon para mandar a sus hijos e hijas en las escuelas rurales que eran dirigidas por el profesorado nativo (más bien eran maestros auxiliares que, comparándolos con los doctores actuales, fueron más eficaces y eficientes incomparablemente), y en los dos institutos que había en aquel entonces: uno en Santa Isabel (Cardenal Cisneros) y otro en Bata (La Salle); a parte de los seminarios Menor de Nkue – Micomiseng y Mayor en Banapá – Santa Isabel. En ese periodo, los hispano guineanos (Guinea seguía siendo una parte de España, la madre patria) demostraron que querían estudiar, podían estudiar y sabían estudiar. Fruto de ello son los innumerables guineanos mayores de 55 años que obtuvieron títulos universitarios y han sido y son auténticos profesionales en su materia tanto en Guinea aunque muchos han sido asesinados tanto por el anterior dictador como por el actual, y otros que han muerto por disgustos de ver sus esperanzas truncadas (por citar algunos: Dr Rafael María NZE ABUY, Dr Elías MAHO SICACHA, Dr Nicolás ABESO, Saturnino IBONGO, Daniel MBA NDEMESOGO, Constantino OCHA’A NVE, Esteban ESONO, Felipe HINESTROSA IKAKA etc); otros tantos siguen vivos dentro y fuera de Guinea: Donato NDONGO-BIYOGO, Eugenio NCOGO, Francisco ELA ABEME, Dr Justo BOLEKIA, Dr Amalio BUAKI, Severo MOTO NSA, Gabriel MOTO NSA, Celestino OKENVE, Monseñor Juan MATOGO OYANA, P. Luis Maria ONDO MAYÉ, P. Pedro NCOGO EYI, etc. Esa generación habla el español divinamente como su lengua oficial (dato a tener en cuenta). Tras el golpe de Estado de 1979, después de los once terribles años de la primera dictadura de los NGUEMA, donde se habían cerrado las iglesias y las escuelas se convirtieron en la fábrica de analfabetos e individuos embrutecidos que lo único adquirían era cómo chivar a los propios padres, cómo vomitar improperios y demás exabruptos contra el imperialismo español, contra Franco y contra todos los colonos; además de exclamar “Vivas a Macías ” (lo que se llamaba entonces: “proclamar Consignas”, que se hacían en fang; uno de los dialectos nacionales que se impuso al resto de las etnias); también era lugar para aprender artes marciales (la famosa MASIVA).
Las distintas órdenes religiosas (Claretianos, Maristas, Salesianos, Concepcionistas, etc), se involucraron para volver a dar importancia a la enseñanza y la educación en valores en Guinea. Junto con la cooperación española entre 1979 finales y 1992, la calidad de enseñanza en Guinea Ecuatorial volvió a rozar los niveles de la autonomía a pesar de las carencias materiales de todo tipo. Los profesores que llegaron todos de España, religiosos y laicos, fueron todos cualificados; el que menos, era un diplomado universitario de verdad; vinieron con ganas de enseñar y de recuperar el tiempo perdido.
Los que tuvimos la dicha de estudiar en aquel momento podemos dar fe de ello; tanto es así que las revalidas elemental y superior así como las pruebas de madurez o selectividad venían de la Universidad Complutense ya que Guinea pertenecía al distrito universitario de Madrid; y eran controladas, supervisadas y corregidas por los catedráticos de la misma Universidad. Y, a pesar de carecer casi de base de la enseñanza primaria por los años perdidos de la primera dictadura, el número de aprobados en dichas pruebas siempre estaba por encima del 60% de los examinados. Eso hizo que hubiera muchísimos paisanos que, por una beca, por el esfuerzo familiar o por aventura, pudieron salir a estudiar fuera del país en España, Francia, Alemania, Inglaterra o en los EEUU; y una inmensa mayoría de nosotros pudimos sacar nuestras carreras con solvencia y no sin mucho, muchísimo sacrificio (estos son los actuales cuadros académicos, ¿intelectuales? del país de entre 32 y 55 años aunque estemos desparramados por todo el orbe); y seguimos hablando el español como nuestro idioma oficial.
¿Qué ha pasado con la educación y la enseñanza en Guinea Ecuatorial tras la ruptura de la cooperación con España?
En el año 1992 más o menos y como siempre, la banda de los humanoides que malgobierna el país al ver que, a pesar de todos los obstáculos que ponía el régimen a través de sus ministros vulgos de educación de impedir que los jóvenes guineanos no siguieran formándose humana y académicamente para no ser críticos con el sistema dictatorial imperante así como las fechorías que ya se venían cometiendo; querían que la juventud siguiera como antaño; entonces, Obiang y su manada de lobos decidieron expulsar la cooperación española y a quitarles a los religiosos de la FERE (Federación Española de Religiosos de la Enseñanza) las competencias educativas. Desde entonces, la enseñanza y la educación en Guinea Ecuatorial han pasado de guatamala y a guatapeor. No hay una sola escuela pública construida desde hace más de 38 años; tal como lo reitera Andrés ESONO ONDO de CPDS, “Obiang y los suyos no han construido ni un solo Instituto nuevo, ni una sola escuela pública nueva ni en Malabo ni en Bata ni en ningún distrito del territorio nacional en cuarenta años; en cambio han llenado el país de cuarteles y prisiones” como si estuviéramos en Afganistán o Correa del Norte. Los que se llaman ahí “profesores” son, probablemente, los peores pagados y su figura es el hazmerreír de todos los funcionarios de la administración guineoecuatoriana aunque, por otra parte, muchos de ellos no se sabe dónde sacaron los títulos que dicen poseer y en qué universidades habían estudiado. El ridículo es tal que muchos “profesores” que dicen haber estudiado en Ucrania, Rusia, Ghana, China o en Papúa nueva Guinea no saben en qué idioma dar las clases porque no saben hablar ellos mismos el español; los propios alumnos son los que les dicen cómo se llaman las cosas; otros que habiendo estudiado Derecho o Económica o Medicina o Admon y Finanzas, etc en Occidente, al volver al y no encontrar un trabajo se ponen a dar clases como un mal menor sin ningún interés ni ganas de aportar algo sino como un pasatiempo.
Por otra parte, basta por repasar la larga lista de personajes que el rey de Akoakam ha ido nombrando ministros de educación para darse cuenta de que “nemo dat quod non habet” (nadie da lo que no tiene). Me diréis qué se puede esperar de Isidoro EYI MONSUY, Lucas NGUEMA ESONO, Pascual OBAMA ASUE… como ministros de ¡¡¿educación?!! Todos han fracasado absolutamente como en todas las demás políticas de esa banda. Hasta personas con cierta solvencia intelectual como lo fueron Cristóbal MAÑANA, Constantino OCHA’A NVE o Antonio Fernando NVE NGÚ, puestos al servicio de esa manada de analfabetos, también sucumbieron. Nunca Obiang ha querido destinar fondos para la modernización e innovación académica en el país; las aulas de clases, a parte de obsoletas y vetustas, carecen de una mínima comodidad; están masificadas (hay más de 50 alumnos en una aula que en el peor de los casos sólo cabrían 15 ó 20 alumnos; un verdadero disparate); los pocos centros educativos del país no disponen siquiera de sanitarios, ni asientos y mesas suficientes y adecuados, ni pizarras algo decentes y si hablamos de proyectores y pizarras digitales, bibliotecas, canchas deportivas para practicar deportes, un verdadero sueño irrealizable con estos al frente del país.
El caso del actual ministro, el tal José ENGONGA NDONG es el colmo.
Un personaje que está hundiendo aún más la mal llamada Educación y Enseñanza en el país; con él de ministro el país está cosechando los peores resultados académicos jamás vistos en todo el mundo.
Sin ir más lejos, este mismo año en junio los resultados de las pruebas de acceso a la universidad guineana (las notas de esas pruebas no sirven para cursar los estudios universitarios en países serios; por eso los que pueden van hacer la selectividad del Colegio español o en la UNED) fueron un fiasco; más del 90% de suspensos; ahora en septiembre, otra debacle: de los más de 1200 alumnos presentados, el número de los aprobados no llegó a un centenar; o sea, más del 90% de suspensos. A pesar de esa deriva catastrófica y deplorable de la enseñanza en el país, ni al rey de Akoakam le preocupa ni le interesa lo que ocurre con los niños de los pobres aldeanos; nunca le ha interesado la formación de los jóvenes guineanos; sólo grandes sloganes: “vale más un pueblo culto antes que un pueblo rico” ¿Qué hace para que eso sea cierto? ¿Cómo vive él y sus hijos cultamente o riquísimamente? No ha sido capaz de llamar al ministro para pedirle explicaciones o cesarle ipso facto.
Ni el propio ministro tiene la dignidad de dimitir por ineficaz e inoperante y más encima se mete en camisas de once varas ocupándose en asuntos que no son de su incumbencia como el prohibir a las adolescentes embarazadas a poder estudiar como si eso fuera de los fracasos estrepitosos cosechados.
Claro, no les interesa la enseñanza en Guinea porque sus hijos no asisten en los institutos ni en las escuelas públicos del país que dicen querer y dirigir; los mandan estudiar fuera. Esa gente es extraña: dicen haber construido los mejores hospitales públicos del mundo mas, ninguno de ellos va ahí a curarse; cogen aviones para venir a curarse en Europa donde muchos pasan por pobres para así ser tratados como personas sin recursos. Dicen haber construido escuelas, universidades e institutos modernos y sofisticados pero en cambio ni uno de sus hijos asiste en ellos. Y no hay nadie que puede cuestionarlo ni siquiera la televisión y la radio del régimen tienen tiempo para hablar de ello; pasan horas y horas contando a la población el cuento de Alicia en el país de las maravillas. No hay peor ciego que el que no quiere ver.
Así lo pienso y así lo digo; ¿qué os parece?
Fuente del Artículo:
http://www.africafundacion.org/spip.php?article28573