Por: Daniel Charaf.
Los adolescentes en Panamá inician, en promedio, su vida sexual a los 13 años. Hasta julio del 2019 han ingresado 6 mil 524 menores de edad embarazadas a la Caja de Seguro Social. Datos del Ministerio Público indican que este año llevamos 3 mil 847 delitos contra la libertad e integridad sexual y estadísticas del Ministerio de Salud de 2018 cifraron en 29 mil 764 los infectados por VIH, diagnosticados en nuestro país. Numerosos estudios han demostrado la eficacia de la educación sexual para prevenir estas situaciones que son un problema social, económico y de salud pública.
“¡Con mis hijos no te metas!” y “¡a mis hijos los educo yo!” son las consignas de algunos que se oponen a la ley para la educación sexual. ¿La realidad? En Panamá, 6 de cada 10 familias son disfuncionales, en el censo de la última década, el 5.5% de nuestra población era analfabeta y solo un 15% de quienes finalizaron estudios básicos tuvo la oportunidad de ir a la universidad. Y a los hijos de estas personas, que no reciben educación en sus casas ni en la escuela, ¿quién los educa?
La Universidad de Columbia, liderada por el pediatra John Santelli, reportó que la educación sexual tiene un efecto de protección ante los abusos sexuales. El estudio encontró que los estudiantes que recibieron educación sexual antes de los 18 años tuvieron menos riesgo de experimentar abuso sexual en el resto de sus vidas. Estudios de la OMS, Onusida y Unfpa demuestran que el uso sistemático y correcto del preservativo reduce el riesgo de contraer enfermedades de transmisión sexual, incluidas las verrugas genitales y el cáncer de cuello de útero, con una eficacia del 98% utilizado de manera sistemática y correcta, además de su eficacia comprobada para la prevención de embarazos no deseados.
Los hijos de Panamá somos todos, cada uno con una realidad económica, social y cultural muy diferente del resto. El privilegio y las influencias religiosas de algunos grupos tienden a querer cegar al resto de la población de las distintas realidades que nuestro país tiene, en donde no todos han tenido la oportunidad de tener un “buen ejemplo” en casa o una educación correcta de parte de su familia. Vivimos en un círculo vicioso de mentiras, falta de educación, embarazos no deseados, violaciones y enfermedades de transmisión sexual, que están acabando con el futuro de nuestros jóvenes y de nuestro país.
Todos estos hechos son prevenibles con educación sexual. Hoy más que nunca necesitamos luchar por la educación en todos los ámbitos para generar el cambio urgente que nuestro país necesita. Hablemos con nuestros diputados para promover la ley, conversemos con nuestros familiares y sobre todo, cuidemos de nuestros jóvenes, de nuestros hijos y de nuestro futuro.
Fuente de la reseña: https://www.prensa.com/opinion/Educacion-sexual-morbo-necesidad_0_5379212114.html