11 Abril 2019/Fuente: El país
Un análisis en 18 países con 670.449 africanas nacidas entre 1950 y 1995 concluye que se habrían producido 13 millones menos de nacimientos con mayor acceso a la educación
A principios del siglo XX la gente nacía y moría constantemente. Los avances médicos, mayor higiene y mejores servicios aumentaron la esperanza de vida. Tiempo después, también comenzaron a disminuir los alumbramientos. La población creció de forma espectacular, incluso cuando comenzaron a bajar las tasas de natalidad. Esto sucedió primero en Europa, y Norteamérica, después se extendió a Latinoamérica y Asia. Parecía que le había tocado el turno a África: los índices de natalidad empezaron a disminuir en el continente en los ochenta, pero esta tendencia se frenó e incluso revirtió en los noventa y los dosmil. Volvieron a aumentar los nacimientos, hubo que revisar las proyecciones de población y se empezó a hablar de la bomba demográfica africana. Ante la falta de una explicación concreta a este aumento, algunos expertos hablan de «misterio».
Hoy hay 1.256 millones de africanos; en 2050 se espera que sean el doble, según las previsiones de la ONU. Un grupo de investigadores austriacos publicó recientemente un estudio en el que trata de arrojar luz a esta incógnita demográfica y achaca en gran medida este freno en el descenso de los nacimientos a la irregular inclusión de la mujer en la educación en África subsahariana. Los expertos concluyen que si las niñas hubiesen tenido un mayor acceso a la educación en la región, habrían nacido 13 millones de niños menos entre 1995 y 2010. Las conclusiones se han publicado en la prestigiosa revista científica PNAS.
«Los años posteriores a las independencias (la mayoría en los sesenta) representaron un periodo de gran esperanza en la región porque muchos países ampliaron sus servicios sociales. Sin embargo, el período inicial de felicidad económica y social pronto fue reemplazado por tiempos más duros relacionados con aumentos de los precios del petróleo, los aumentos en las tasas de interés y el incremento de la deuda externa. Esto dio lugar a medidas de austeridad y recortes masivos en los presupuestos gubernamentales, particularmente en los sectores sociales de salud y educación«, detallan los investigadores.
Para llegar a estas conclusiones los investigadores han combinado estadísticas demográficas y sanitarias para crear una base de datos con 670.000 mujeres nacidas entre 1950 y 1995 diferenciadas por su nivel educativo. Los autores del estudio han comparado 18 países con un acceso a la eduación irregular y otros con uno más continuo. «Por supuesto, hay varios estudios que analizan el vínculo entre la fertilidad y la educación. Sin embargo, el nuestro se centró enteramente en explicar el freno en el descenso de fertilidad en África subsahariana», especifica el investigador Endele Kebade, que ha liderado este análisis.
Como señalaba un informe de Unicef de 2015, «la educación femenina está correlacionada con una disminución en las tasas generales de fertilidad. Las mujeres con educación primaria tienen, en promedio, 0,7 partos menos que las mujeres sin educación». Actualmente el 59% de las niñas y el 61% de los niños acaba primaria en África subsahariana, según datos de la Unesco. La desigualdad económica hace que este porcentaje se reduzca hasta el 32% en el caso de los niños más desfavorecidos. «La educación y el acceso a la información permiten a las niñas tomar decisiones sobre su futuro, incluyendo la familia que quieren formar, y esto se traduce habitualmente en un menor número de hijos, y en una mayor tasa de supervivencia de estos», detalla Blanca Carazo, responsable de Programas de Unicef Comité Español.
El enorme aumento de población africana es algo que preocupa en Europa y son muchas las voces que han alertado de que es urgente una mejora de la educación en el continente. El presidente francés Emmanuel Macron lo resumió así en una intervención hace unos meses: «Siempre digo: ‘Preséntame a la mujer que decidió, siendo perfectamente educada, tener siete, ocho o nueve hijos. Por favor, preséntame a la joven que decidió dejar la escuela a los 10 para poder casarse a los 12». Macron expresó esta idea en el evento Goalkeepers que cada año organiza la Fundación Bill y Melinda Gates durante la Asamblea General de las Naciones Unidas. El ministro de exteriores español Josep Borrell también argumentó en una intervención sobre migraciones en el Congreso que “la solución es darles oportunidades en su tierra y controlar el crecimiento de la población para que el desarrollo pueda llegar a todos”.
«Debido a que las generaciones más recientes de mujeres jóvenes vuelven a tener mayor acceso a los estudios, este hallazgo sugiere que en el futuro, podemos esperar una aceleración en la disminución de la fertilidad», especifica la investigación. Esto no indica necesariamente un descenso en la población del continente porque también es previsible que aumente la esperanza de vida. Para los autores del estudio, una de las conclusiones es clara: hay que invertir más en unas políticas educativas bien diseñadas. «Los políticos africanos deben dar prioridad no solo a la expansión de la educación sino también a la calidad», puntualiza el investigador austriaco.
Fuente: https://elpais.com/elpais/2019/03/20/planeta_futuro/1553108159_027793.html