Advierte la Unesco sobre educación de las niñas en Afganistán

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) afirmó hoy que el 75 por ciento de las niñas en Afganistán se ven privadas de educación.

La representación de la Unesco en Kabul publicó el informe del organismo que refleja que la nación centro asiática se encuentra entre los diez países donde la mayoría de las féminas no tiene acceso a escuelas ni universidades.

Estos diez países, nueve de África y Afganistán, tienen la tasa más alta de falta de acceso de las niñas a la escuela. Afganistán ocupa el décimo lugar en esta lista. Al menos el 50 por ciento de las niñas no pueden ir a la escuela, y esa cifra puede llegar al 75 por ciento, revela el documento.

A pesar de que han pasado más de novecientos días desde el cierre de las escuelas para niñas de sexto grado, y cuando faltan menos de diez días para el inicio del nuevo año educativo, el gobierno en funciones no ha dicho nada sobre la reapertura de las escuelas para el sector femenino.

mem/nvo

Advierte la Unesco sobre educación de las niñas en Afganistán

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Los miembros de las comunidades unidos en favor del derecho a la educación de las niñas en Tanzania

África/Tanzania/04 Julio 2019/Fuente: UNESCO

“Me di cuenta de lo importante que es invertir en la educación de las niñas”, expresó Adinadi Omary Hiza, un influyente líder comunitario de la aldea de Kalumere, en Lushoto, Tanzania. Gracias al apoyo del Fondo Malala de la UNESCO para el derecho de las niñas a recibir educación, la UNESCO ha ayudado a mejorar la permanencia y el rendimiento de las adolescentes menores de edad en las escuelas secundarias de la República Unida de Tanzania.

La importancia de la comunidad

Los miembros de la comunidad se han colocado a la vanguardia con miras a alentar a las niñas para que permanezcan en la escuela y continúen su educación. Esto no siempre ha sido así en Tanzania, un país en el que las niñas adolescentes deben hacer frente a múltiples obstáculos que les impiden completar su ciclo de enseñanza secundaria. A menudo estas niñas se casan jóvenes y tienden a abandonar la escuela debido a los embarazos precoces, el escaso apoyo de los docentes o los bajos rendimientos. Los miembros de las comunidades, y fundamentalmente los docentes que promueven el derecho de las niñas a la educación y las alientan para que no abandonen la escuela, pueden tener una influencia significativa en la vida de estas niñas, sus familias y el futuro de estas como miembros plenamente empoderados de la comunidad.

Actualmente, en la región de Tanga, toda la comunidad alienta a las niñas para que continúen su educación, en vez de obligarlas a que contraigan matrimonios precoces. Kassim Sengasu, funcionario del distrito de educación de Lushoto, indicó que desde que comenzó la labor de la UNESCO ha habido un cambio significativo en la actitud de la comunidad con respecto a la educación de las niñas, e incluso un impacto notable en la erradicación de la mutilación genital femenina (MGF). El proyecto ha permitido sensibilizar a los miembros de las comunidades en Tanzania sobre las cuestiones vinculadas con la educación de las niñas, así como informarlos acerca de las dificultades que siguen representando un obstáculo para ellas.

Los testimonios de los directores de escuelas, docentes y alumnos de diez escuelas a lo largo de cinco distritos indicaron una reducción del número de niñas que han abandonado la escuela por embarazos no deseados y matrimonios precoces. La cantidad de embarazos de adolescentes, por ejemplo, en la escuela secundaria de Potwe disminuyó de 16 casos en 2015 a 2 en 2018. Las percepciones sobre los matrimonios precoces, la MGF y otras normas comunitarias que dificultan la educación de las niñas han cambiado. Se ha estimulado la escolarización, tanto en el sistema formal tradicional como en las madrasas.

Fomentar mejores entornos de aprendizaje

En el marco de este proyecto, se ha dotado a los docentes de las competencias necesarias que hacen posible una pedagogía y entornos de aprendizaje sensibles a las cuestiones de género, y que más respaldan a las niñas en el medio escolar. Isaac Magele, director de la escuela secundaria de Kalumere, explicó cómo las diferentes formaciones proporcionadas a los docentes gracias al proyecto habían permitido reforzar su voluntad de mejorar el entorno escolar para beneficio de las niñas. Asimismo, destacó que se había sensibilizado a los docentes sobre la importancia de responder de la mejor manera posible a las necesidades de las niñas y cómo alentarlas para que no abandonen la escuela. Además, la implementación de proyectos escolares, tales como la creación de un vivero de árboles de clavo en la escuela secundaria de Shebomeza, así como la tutoría entre homólogos establecida por el proyecto, habían afianzado la sensación de una labor en equipo y de colaboración entre los alumnos, así como entre estos últimos y los docentes.

Niñas empoderadas

No es necesario decirlo. El apoyo de la comunidad y de la escuela han proporcionado a las niñas de Tanzania los medios para continuar sus estudios. “Hoy, las adolescentes menores de edad están motivadas para completar su ciclo de estudios secundarios, pues han tomado conciencia de que la educación es crucial para tener un futuro brillante y una vida mejor”, afirmó Hiza. Sus rendimientos escolares han mejorado, sus relaciones con los docentes también, y las niñas están decididas a permanecer en la escuela y triunfar.

Aunque el proyecto está llegando a su fin, la UNESCO se ha comprometido a movilizar a los miembros de las comunidades, que son los agentes claves en el seno de estas, para ayudar a las niñas a asistir a la escuela y completar su educación. “El proyecto me ayudó a darme cuenta de que, como alumna, debía tener confianza y esforzarme para hacer realidad mi sueño”, afirmó Lydia Michael Mganga, una excelente alumna de la escuela secundaria de Shebomeza. Lydia escogió estudiar asignaturas científicas para convertirse en lo que desea ser más tarde: “Deseo ser médico”.

En el marco del Fondo Malala de la UNESCO para el derecho de las niñas a recibir educación, la UNESCO ha puesto en marcha un proyecto de tres años de duración cuyo objetivo es mejorar la retención de las niñas adolescentes en el nivel de estudios secundarios. Treinta escuelas secundarias, 3 000 alumnos y 2 500 niñas se han beneficiado con este proyecto a lo largo de ocho distritos (Kahama, Korogwe, Lushoto, Muheza, Ngorongoro, Pangani et Shinyanga), en Tanzania.

Imagen tomada de: https://es.unesco.org/sites/default/files/styles/img_688x358/public/malala-tanzania-c-unesco.jpg?itok=qhgWMuzF

Fuente: https://es.unesco.org/news/miembros-comunidades-unidos-favor-del-derecho-educacion-ninas-tanzania

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UNESCO: Cómo una docente logra mejorar el aprendizaje de las niñas de Pakistán

Asia/Pakistán/04 Julio 2019/UNESCO

Les presentamos a Uzma Ilyas, una heroína de los tiempos modernos.

Uzma es docente de una escuela primaria pública para niñas en la parte de la región de Cachemira administrada por Pakistán. Creció en el seno de una familia pobre y luchó para terminar sus estudios. Pero Uzma no se ha rendido. Tuvo la posibilidad de contar con el apoyo de sus padres, quienes estaban convencidos de la importancia que tiene la educación para las niñas. Apasionada por la docencia desde su infancia, Uzma quería ayudar a las niñas de su comunidad para que asistieran a la escuela.

Pudo llevar a cabo su sueño cuando se convirtió en docente de primaria. Hoy en día, como muchos otros docentes que trabajan en el sector público, Uzma tiene que compaginar las diferentes tareas. Enseña diferentes asignaturas a dos o tres clases, se hace cargo de grupos de alumnos con capacidades diferentes, e imparte el programa pedagógico previsto para el curso escolar. Pero la docencia es aún más compleja cuando la formación y los métodos pedagógicos no están adaptados, cuando los recursos disponibles en las escuelas son limitados y los programas de clases cargados.

A inicios de este año, Uzma oyó hablar de una formación organizada en su comunidad por la UNESCO en Pakistán. Se inscribió y tuvo la posibilidad de mejorar las perspectivas de su carrera como docente. Así pudo informarse acerca del aprendizaje basado en las actividades y sobre la enseñanza en las clases en diferentes niveles. La formación también le proporcionó, tanto a ella como a otros docentes como ella, numerosos consejos en materia de estrategias para la gestión y planificación de las clases.

“La docencia ya no es un trabajo rutinario para mí, sino que intento hacer cosas diferentes cada día, y los alumnos manifiestan gran interés en las actividades en el aula”, afirmó Uzma. “Aprendí a elaborar un plan de unidad por asignaturas y niveles diferentes, a preparar la ayuda para el aprendizaje a bajo costo, a crear grupos con capacidades diferentes y a utilizar de manera más eficaz mi tiempo y mis recursos.”

Uzma se esfuerza en construir una comunidad de alumnas felices y hace que estas participen en el proceso de aprendizaje. “La participación en la formación de la UNESCO no solo me ayudó a mejorar mis conocimientos y competencias como docente, sino que modificó también mi visión de la docencia y el aprendizaje”, afirmó. La formación la estimuló para convertirse en la mejor docente posible para las niñas que asisten a sus clases.

Desde que Uzma recibió la formación, ha comenzado a utilizar las nuevas técnicas que aprendió con miras a favorizar el entorno de aprendizaje interactivo de sus alumnos. Esto la ha ayudado a hacer que los alumnos se impliquen más en las actividades de aprendizaje y a aumentar el interés de los padres por los estudios y la escolaridad. Y espera continuar esta aventura para llegar a todos los miembros de la comunidad.

La formación de la UNESCO tuvo lugar durante cuatro días en Muzaffarabad, en la región de Cachemira administrada por Pakistán. Esta formación tenía como objetivo dotar a 46 docentes de primarias con las competencias necesarias en el marco del Programa para el derecho de las niñas a recibir educación. El programa ha sido implementado por la Oficina Regional de la UNESCO en Islamabad durante el periodo 2014-2019, tras un acuerdo del Fondo Malala, firmado entre el Gobierno de Pakistán y la UNESCO con el objetivo de “apoyar el reforzamiento de las capacidades nacionales para alcanzar el derecho a la educación de las niñas en Pakistán”.

La contribución inicial importante por parte del Gobierno de Pakistán permitió la creación del Fondo Malala de la UNESCO para el derecho de las niñas a recibir educación, que ayuda a ampliar el acceso de las niñas marginadas a una educación de buena calidad en África, Asia y América Latina, con contribuciones suplementarias de otros donantes.

Imagen tomada de: https://es.unesco.org/sites/default/files/styles/img_688x358/public/teacher-enhancing-girls-learning-pakistan.jpg?itok=vueXRMrZ

Fuente: https://es.unesco.org/news/como-docente-logra-mejorar-aprendizaje-ninas-pakistan

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Acnur alerta sobre brecha de género en la educación de refugiados

08 Marzo 2018/ONU
La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) advirtió hoy sobre las brechas de género que existen en el acceso a la educación entre niñas y niños refugiados.
Para las niñas es más difícil encontrar un lugar en el aula y mantenerlo, indicó un reporte de ese organismo de la ONU.

Según el informe titulado ‘El turno de ellas’, las niñas de nivel secundario de enseñanza tienen la mitad de posibilidades de matricular que sus compañeros varones.

A medida que crecen, las niñas refugiadas también enfrentan una mayor marginación y la brecha de género en las escuelas secundarias se hace más amplia, recalcó la Acnur.

Las niñas representan la mitad de la población refugiada en edad escolar y urge tomar cuanto antes medidas dirigidas a garantizar su acceso a la educación.

De acuerdo con Acnur, la permanencia de las niñas en las escuelas también reduce la vulnerabilidad a la explotación, la violencia sexual y de género, el embarazo adolescente y el matrimonio infantil.

Este informe es un llamado de atención para que la comunidad internacional proteja a las niñas refugiadas, añadió la agencia.

Si continuamos descuidando la educación de las niñas refugiadas, es evidente que las consecuencias se dejarán sentir durante generaciones, alertó el alto comisionado de la Acnur, Filippo Grandi.

Es hora de que la comunidad internacional reconozca la injusticia de negarles educación a las niñas y mujeres refugiadas, y hacer de su acceso a los estudios una prioridad, subrayó.

Según el reporte de la Acnur, las convenciones sociales y culturales a menudo resultan en la priorización de los niños sobre las niñas para asistir a la escuela y otras actividades.

Otros factores en contra resultan las condiciones de inseguridad para llegar a los centros de enseñanza, las instalaciones deficientes, la falta de baños apropiados y el alto costo de libros, uniformes y otros útiles.

Fuente: http://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=158235&SEO=acnur-alerta-sobre-brecha-de-genero-en-la-educacion-de-refugiados
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UNICEF: Aprendizaje para las niñas afganas

UNICEF/ 16 de enero de 2018/Por Toby Fricker/Fuente: https://blogs.unicef.org

Belqees siempre soñó con ir a la escuela. “Mis amigos regresaban al pueblo hablando de la escuela, contando lo que habían hecho”, dice la joven de 16 años. “Yo pensaba: son mis amigos, ¿por qué yo voy más atrasada que ellos?”

En su hogar, en un pueblo remoto de Daykundi, una provincia de la zona montañosa del centro de Afganistán, Belqees explica que no puede ir a la escuela porque está demasiado lejos. Sus padres no tienen motocicleta ni dinero suficiente para el transporte, aunque sí son conscientes de la importancia de la educación.

Gracias a eso, Belqees consiguió que la clase fuera a su casa.

Educación en la comunidad: una puerta al aprendizaje para las niñas

En una habitación de la casa de Belqees las paredes están empapeladas con el alfabeto persa y unos coloridos dibujos. En el suelo hay 15 niños sentados que miran atentos al profesor, que está escribiendo una palabra en la pizarra.

“Me quejé a mis padres, ¿qué esperanza nos queda si no podemos aprender?”, explica Belqees. “Así que lo convencí [a Hassan, su padre] para que ofreciera un espacio”.

Ahora, este es uno de los más de 4.300 espacios educativos basados en la comunidad que hay en Afganistán. Con la ayuda de UNICEF, estas clases ayudan a unas 81.000 niñas a aprender y, en la medida de lo posible, facilitan la transición a la escuela formal.

“Tienes que empezar en tu propia casa para demostrar a los demás que crees en la educación”, afirma Fátima, la madre de Belqees. “Después, los demás te seguirán”, añade.

A Fátima le habría gustado tener la oportunidad de ir a la escuela, y por eso ahora anima a Belqees, a sus hermanas y a sus compañeras a seguir estudiando. “Mi abuela, mi madre y yo no recibimos una educación y, como consecuencia, tampoco tuvimos oportunidades para hacer otras cosas en la vida”, asegura.

En un país en el que las niñas representan más del 75% de los 3,5 millones de niños que no van a la escuela, la educación basada en la comunidad brinda esperanza a las niñas que verdaderamente quieren estudiar.

A group of children sit on the floor with their backs to the camera as a teacher teaches.
UNICEF/FrickerSadiq, de 21 años, enseña en una clase de educación basada en la comunidad en la provincia de Daykundi, en la zona montañosa del centro de Afganistán.

La educación de las niñas nos concierne a todos

Atravesando el desértico valle, al otro lado de Nili, la ciudad más grande de la zona, conocemos a Sadiq, de 21 años. Él trabaja en otro espacio educativo basado en la comunidad que ofrece clases en una habitación del edificio del consejo local.

Sadiq se vino aquí desde la vecina provincia de Bamiyán, a 12 horas por carretera, para vivir y trabajar. “Me di cuenta de que la enseñanza es muy importante para la comunidad, pues proporciona a los niños una base sólida para la vida”, asegura.

“Lo bueno es que aquí vienen muchas niñas a clase, más que niños. Los padres no diferencian entre niños y niñas”.

Sin embargo, las estadísticas revelan que no siempre es tan fácil. El acceso a instalaciones educativas de calidad, la capacidad de permanecer en la escuela, la nutrición precaria, los padres y el conjunto de la sociedad pueden restringir el derecho de las niñas a recibir una educación y su capacidad para aprender. En la actualidad, la inseguridad es otro factor. Mientras que esta parte de la zona montañosa del centro del país es relativamente tranquila y segura, a solo 60 kilómetros al norte y al sur, la frecuente violencia atormenta las vidas de las familias y ocasiona flujos constantes de desplazamientos. Cuando esto ocurre, las niñas suelen ser las primeras que dejan de ir a la escuela, ya que los progenitores consideran que su seguridad está por encima de su deseo de aprender.

Tres niñas de la clase de Belqees no son del pueblo. Llegaron hace unos meses tras escapar de la inseguridad de las zonas cercanas a sus hogares. Asistir de nuevo a clase devuelve a sus vidas un cierto sentido de la normalidad, y las ayuda a integrarse en sus nuevos entornos.

Al abrir su hogar, Hassan y Fátima están haciendo mucho más que brindarle a su hija la oportunidad de aprender. Del mismo modo, el sacrificio personal de Sadiq, que empezó una vida nueva lejos de su hogar, está beneficiando las vidas y los futuros de todos los niños que van a su clase.

Las niñas de Afganistán están listas para aprender, pero necesitan apoyo y oportunidades suficientes para lograrlo. Tal y como muestran las historias de estos campeones de la educación de las niñas, existen muchas posibilidades para hacer más accesible el aprendizaje de las niñas y lograr un cambio real en sus vidas, por el bien inmediato y a largo plazo de la sociedad.

Toby Fricker es Especialista en Comunicación y forma parte del Equipo de Respuesta ante Emergencias, donde proporciona ayuda en materia de comunicación y defiende la preparación y la respuesta humanitarias.

Fuente de la Noticia:

Aprendizaje para las niñas afganas

 

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