Redacción: Opinión
La violencia de género, que muchas veces termina en feminicidio, es un fenómeno social que debe ser abordado desde la educación, además de las sanciones legales y punitivas en contra del o los responsables. El índice de feminicidios, a nivel mundial, es alarmante.
Los datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) muestran que en 2019 —al menos— unas 3.500 mujeres fueron asesinadas por cuestiones de género en 25 países de Latinoamérica y el Caribe; aunque la cantidad podría ser mayor, dado que en algunos lugares solo se contabiliza este delito, cuando es cometido por la pareja o expareja de las víctimas.
Según este organismo, en varios países de Centroamérica y Bolivia se registran las tasas más altas de feminicidios de la región. Y, los datos lo confirman. En nuestro país, los primeros 15 días del 2020 ya se registraron 13 casos, casi uno por día.
Ante este panorama desolador, la presidenta de transición, Jeanine Áñez, declaró a esta gestión como el Año de la Lucha Contra el Feminicidio e Infanticidio, y anunció nueve tareas para combatir la violencia hacia las mujeres y los niños.
Una de ellas, enfocada en la educación para la prevención. Este año se incluirá esta temática en la directriz de los contenidos de enseñanza en los niveles primario y secundaria del sistema educativo, dentro el marco del Programa Socio Comunitario Productivo, reconocido en la ley 070 de Educación Avelino Siñani-Elizardo Pérez.
Apuntar a desarticular la cultura machista desde la escuela, no es una tarea sencilla pero sí necesaria, dado su rol formador y transformador para las nuevas generaciones.
Se tiene que abordar la problemática desde diferentes perspectivas, con la par- ticipación de toda la comunidad educativa para construir nuevas relaciones basadas en el respeto y no en la violencia.
Dada la urgencia que existe, el abordaje del tema en la materia Valores, Espiritualidad y Religiones, tal como se anunció, debe ser casi de inmediato, vale decir, a inicio del año escolar, previsto para el 3 de febrero.
En ese sentido, se espera que los maestros del área reciban la capacitación suficiente para que compartan con los estudiantes de los distintos niveles.
Las tareas de prevención contra la violencia de género no deben esperar, así como tampoco la apertura que los padres de familia deben tener para que sus hijos reciban información útil y necesaria.
Fuente: https://www.opinion.com.bo/opinion/editorial/educar-prevenir-feminicidio/20200115232108746199.html