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Unesco: 63 millones de niñas en el mundo no van a la escuela.

25 marzo 2016/Autor y Fuente: teleSUR – fmf – ACH 

Uno de los factores por los que las niñas y adolescentes de Siria y otros países del mundo dejaron de estudiar fue a raíz de la guerra emprendida por EE.UU., que destruyó sus escuelas y hogares.

Se calcula que en el mundo uno de cada ocho niños y niñas de entre seis y 15 años de edad no recibe educación en la escuela. De esta muestra, 63 millones son niñas, y la cifra va en aumento, alertó la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por su sigla en inglés), publicó La Jornada.

En el estudio determinaron que 52 por ciento de esas niñas están en edad de cursar la primaria y no estudian.

Por su parte, 59 millones de niños y niñas que entran en esa categoría, tampoco entran en el sistema de educación formal. De esta cantidad, 31 millones son niñas.

En ese orden, las investigaciones arrojaron que 10 por ciento de las niñas entre seis y 11 años de edad se les niega el derecho a la educación, en comparación con ocho por ciento de todos los niños.

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Los países en donde las niñas quedan fuera de la educación se encuentran en África subsahariana, los Estados árabes, y en el sur y oeste de Asia.

En el caso de la educación secundaria, la Unesco detectó que en 32 por ciento de los países son los varones engrosan la lista de matriculación, mientras que para las adolescentes es de 21 por ciento, en una de cada cinco naciones.

“Todo lo que quiero es volver a mi escuela en Siria”

La niña Yasmeen Mohammed, de 11 años de edad, extraña la vida que llevaba con su familia en la localidad de Ghouta Oriental, cerca de la capital siria, Damasco. También tuveron que abandonarla por la guerra. “Todo lo que quiero es volver a mi escuela en Siria y ver a mis amigos”, dijo el pasado 16 de marzo.

 

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Rakan Raslan, un niño de 11 años de edad, recordó que cuando vivió en la ciudad de Hama, a 50 kilómetros de Homs, en Siria, iba a la escuela y tenía amigos ahí, pero “nuestra casa fue destrozada en la guerra y tuvimos que huir a Jordania”, citó AP.

 

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Él cree que sin educación su futuro es incierto. “Lo máximo que puedo ser es conductor”, indicó.

Solamente en Siria hay casi tres millones de niños sirios sin escolarizar por la guerra de Occidente, de los cuales 700 mil niños son refugiados, reveló la Unesco semanas atrás.

Una madre de cincos hijos, Raddah So’od, que tiene 48 años de edad, manifestó que llegó a Jordania hace dos años, luego de huir de la localidad de Hassakeh, al norte de Siria.

«Dejamos nuestra casa por los proyectiles y las bombas», dijo. «La escuela de mis hijos también fue bombardeada. No queda nada allí para nosotros».

En Jordania tampoco tiene muchas expectativas de mejorar su vida.

 

 

Educación secundaria en América Latina y el Caribe

La tendencia en esta parte del hemisferio es que tres de cada cuatro adolescentes que cursan la secundaria logran graduarse.

Pero, los números indicaron que aún con las desventajas para las niñas y adolescentes, ellas continúan con sus estudios, por lo que la probabilidad de repetir grado o dejar por la mitad su formación es menor a la de los varones.

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En 2013, se calcula que 15 millones de ellas repitieron un año en la escuela, frente a los 18 millones de niños.

En el indicador de las niñas que abandonaron la escuela primaria contabilizaron 16 millones, pero niños aumentó a 19 millones.

La organización informó que aunque se ha ampliado el acceso a la educación en todo el mundo, no han superado los números de niños y niñas que no finalizan la etapa escolar.

De  hecho, 136 millones de niños y niñas que comenzaron la primaria en 2013, alrededor de 34 millones dejaron los estudios sin concretar la educación primaria.

 

Las maestras juegan un rol importante

En más de 200 países, las maestras pueden influir de manera positiva en las alumnas en la etapa de aprendizaje.

Entre 1990 y 2013 aumentó de 56 a 63 por ciento las mujeres que trabajan en el área docente.

 

Fuente de la Noticia:

http://www.telesurtv.net/news/Unesco-63-millones-de-ninas-en-el-mundo-no-van-a-la-escuela-20160325-0049.html.

Información de la Primera Foto: 

Niñas refugiadas descansan en el campamento provisional de Idomeni, en la frontera entre Grecia y Macedonia. | Foto: EFE

Información de la Segunda y Tercera Foto: 

Jefe de fotografía de AP, Muhammed Muheisen


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Panamá: Histórica deuda educativa con la población indígena

Educación en Latinoamérica indígena en el siglo XXI

Panamá/ 21 de marzo de 2016/ La Prensa/Banco-Mundial-marcadamente-probabilidad-independientemente_LPRIMA20160320_0092_36

La condición de vida de los pueblos originarios de Panamá en temas como acceso a educación, servicios básicos e ingresos es inferior a la de pueblos indígenas que viven en países vecinos como Colombia y Costa Rica.

La situación de vulnerabilidad y pobreza en la que viven estos pueblos quedó en evidencia en el informe denominado Latinoamérica Indígena en el Siglo XXI, publicado el pasado mes de febrero por el Banco Mundial.

Se trata de un análisis profundo de las condiciones de vida de los más de 42 millones de aborígenes en Latinoamérica. Se detalla, por ejemplo, que cerca de uno de cada tres indígenas latinoamericanos vive en pobreza, pese a los avances logrados por los países de la región.

El documento indica que el 47% de los 417 mil 559 indígenas de Panamá vive en áreas pobres; mientras que en Colombia el 32% de un millón 378 mil indígenas está en esa condición. En Costa Rica el 16% de los 100 mil indígenas habita en áreas pobres.

El informe también se refiere al acceso que tienen los pueblos comarcales a la electricidad. El 76% de las personas indígenas del país que viven en áreas rurales no cuenta con el servicio. En Colombia es el 52% y en Costa Rica, 51%.

El mejor indicador que tiene Panamá es el acceso al agua, pues del estudio se desprende que solo un 5% de este sector de la población no tiene el líquido.

UNA VERDAD VISIBLE

Williams Barrigón, consultor y asesor indígena del Congreso Emberá Wounaan, manifestó que la situación no resulta extraña, y es que de acuerdo con el mismo documento “los indígenas latinoamericanos se beneficiaron menos que el resto de pobladores de la bonanza económica que registró América Latina en la década pasada”.

A su juicio, a pesar de que Panamá ha desarrollado una de las economías más pujantes de la región en las últimas dos décadas es uno de los países con uno de los peores índices de distribución de la riqueza, lo que afecta, particularmente, a los pueblos originarios. “Hemos sido excluidos de esa riqueza”, apunta.

Los planteamientos de Barrigón son respaldados por el Atlas de Desarrollo Humano Local: Panamá 2015, elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.

En ese compendio se precisó que, en promedio, la inversión por habitante en Panamá es de 486 dólares, sin embargo, en las comarcas Emberá Wounaan, Ngäbe Buglé y Guna Yala esta cifra se encuentra por debajo de los 200 dólares.

Por otro lado, Barrigón hizo referencia al sistema de educación público, que desde su punto de vista es “paupérrimo”.

“En el proceso de enseñanza las infraestructuras son más que deficientes y ni se hable de la calidad de enseñanza, en la que ni siquiera se aplica la interculturalidad de los pueblos indígenas”, expresó.

Sobre este aspecto, en el informe de Latinoamérica Indígena se detalla que solo el 62% de la población indígena en áreas urbanas completa el nivel primario, un 18% el secundario y solo un 3% culmina el nivel universitario.

Esta situación los obliga a tener menor acceso a empleos altamente calificados y a tener ingresos hasta cuatro veces inferiores a los que genera la población no aborigen.

Por su parte, Ricardo Miranda, miembro del Congreso General Ngäbe Buglé, indicó que todos los informes que se han hecho respecto al modo de vida de la población indígena “son reiterativos en evidenciar la posición de vulnerabilidad, pobreza y desigualdad de la cual hemos sido víctimas”.

En su opinión, es poco lo que los diferentes gobiernos, desde que se inició la vida democrática, han hecho en favor del desarrollo integral de los territorios comarcales.

En el aspecto de salud, manifestó que con los años se ha agravado e incrementado la cantidad de personas de esa población con enfermedades de transmisión sexual, sin que nadie atienda la situación.

Además, recordó que en las áreas aborígenes las muertes maternas son hasta cinco veces más que en las zonas no comarcales.

“Lamentablemente, todas las atenciones que se dan en nuestros pueblos están por debajo del estándar de atención en comparación con otras áreas del país”, señaló Miranda.

Agregó que los logros que se han obtenido por parte de los indígenas han sido producto de medidas de presión como cierres de vías, protestas y otras acciones populares y no por políticas de Estado integrales que eleven la calidad y condición de vida de la población indígena del país.

Tanto Barrigón como Miranda coincidieron en que los planes y programas que se impulsen desde los estamentos del Gobierno para la población indígena no pueden ser aislados, sin objetivos y a corto plazo, sino todo lo contrario: deben ser integrales, consensuados y con visión de futuro.

LO QUE SE DEBE HACER

Para María de los Ángeles Vásquez, del centro regional de la Universidad de Panamá en la provincia de Darién y quien lleva 20 años trabajando en zonas comarcales, la situación antes descrita responde a que “no ha habido una real integración de estas comarcas”.

“Nos hemos preocupado más por las características particulares del indígena que en educarlos de mejor manera”, señaló Vásquez.

Añadió que la cultura de los indígenas no puede convertirse en una excusa o barrera para llegar hasta ellos. “Tenemos que hacer todo el esfuerzo del mundo, no importa cuánto cueste, en crear programas de educación bilingüe para que ellos tengan mejores posibilidades de acceso tanto a la secundaria como a la universidad”, indicó.

Por su parte, Jorge Familiar, vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, señaló que si se quieren lograr los objetivos de “reducir la pobreza e impulsar la prosperidad compartida”, la región debe “luchar contra la discriminación y exclusión para que todos los latinoamericanos cuenten con las mismas oportunidades de tener una vida mejor”.

Es por ello que desde ese organismo internacional se exige a los gobiernos que profundicen la implementación práctica de marcos jurídicos progresistas que protejan los derechos de los pueblos indígenas.

Además de que se redoblen los esfuerzos para eliminar las barreras geográficas, lingüísticas y sociales que impiden que los pueblos indígenas participen en la toma de decisiones.

Y finalmente, se asegura que “la educación podría ser la clave para alcanzar el desarrollo con identidad, pero es necesario mejorar la calidad del sistema educativo”.

PROGRAMA DE GOBIERNO

Sobre el tema, el presidente de la República, Juan Carlos Varela, señaló la semana pasada que el Gobierno está comprometido con el desarrollo integral de los pueblos originarios en consulta con sus comunidades, respetando sus autoridades tradicionales, así como su patrimonio histórico, cultural y ambiental.

De hecho, se comprometió a revisar en abril próximo el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo, relacionado con los derechos de los pueblos indígenas y tribales.

Por otro lado, el plan de Gobierno de Varela contempla una inversión superior a los 325 millones de dólares distribuidos en una variedad de 187 proyectos ya consensuados con las distintas comunidades.

Al respecto, Diana Candanedo, jefa de Planificación de la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt), manifestó que desde esa institución se trabaja en elaborar una hoja de ruta, con el objetivo de generar estrategias que impulsen el desarrollo de comunidades campesinas e indígenas a través de los procesos de investigación y desarrollo tecnológico.

Lo que se busca, precisó, es generar conocimiento e innovaciones que permitan mejoras en los sectores vulnerables del país, principalmente en áreas como seguridad alimentaria, saneamiento, uso adecuado de los recursos hídricos, entre otras.

Fuente: http://www.prensa.com/sociedad/pobreza-rostro-indigena_0_4441805868.html#sthash.Q2cCsfvc.dpuf

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