América del sur / Argentina / 10 de julio de 2016 / Por: Selva Álvarez
Alberto c. taquini (h),autor del Plan Taquini para descentralizar la Universidad de Buenos Aires, opinó sobre la situación presupuestaria de la educación en la argentina.
El ex decano de la facultad de farmacia y bioquímica de la UBA entre fines de 1960 y comienzos de los 70, opinó que “hay que ser muy cuidadosos” sobre “la idea que circula de aumentar el presupuesto educativo de un 6 al 10 % del PBI del país” ya que cuatro puntos en el presupuesto significarán 21.600 millones de dólares anuales y un esfuerzo enorme para una sociedad con múltiples necesidades.
También expresó, con respecto a la apropiación de fondos, que la cuestión es “si el capital humano es el que determina el aumento de productividad o el aumento de esta lo que arrastra el aumento del capital humano” ya que ninguna prioridad debe anteponerse al bien común.
Sin embargo, no habló sobre los 120.000 millones de pesos que sumarán los empresarios del sector agrario durante todo el primer año de la gestión macrista como resultado de la quita de retenciones para todos los cultivos excepto la soja, para el cual se redujo en 5 puntos (de 35 % a 30 %), y de la devaluación del peso respecto del dólar provocada durante la primer semana de gobierno. Medidas que sumadas a los tarifazos, la inflación y los bajos salarios significan un gran deterioro para los trabajadores.
La “receta” de descentralizar
Su propuesta consiste en transferir a las provincias la totalidad de la gestión y los recursos que correspondan a la educación obligatoria, lo que le otorgaría mayor autonomía y visión regional al modelo educativo.
Sin embargo, el Estado Nacional aporta una suma mínima por provincia, lo que genera que el grueso de la inversión deba ser realizado por ellas, profundizando la desigualdad. Según datos publicados en la edición de febrero-marzo 2015 de Le Monde, los Estados provinciales invierten de conjunto el 31,5 % del gasto público en educación, la Nación el 5,3 % del PIB nacional.
Como parte del mismo proceso, ya durante el Kirchnerismo se centralizó lo pedagógico, sin respetar los múltiples elementos sociales, divergencias y heterogeneidad existentes en las escuelas.
La LSE votada en 1992 descentralizó hacia las provincias la totalidad de las escuelas secundarias, los institutos de nivel terciario nacionales y las escuelas de gestión privada. Si Onganía concretó la primera descentralización educativa y Videla/Martínez de Hoz termina esta primera transferencia, el menemismo completa la tarea que impusieron esas dictaduras.
También se refirió a la necesidad de “formar un pueblo capacitado para los empleos del futuro” para lo cual “conviene convocar a todos los actores sociales (no sólo educativos)”.
En este mismo sentido, se debatió durante el II Congreso de Educación y Desarrollo Económico, donde Gustavo Iaies, consultor experto en educación había dicho que “el sistema educativo no está en condiciones de satisfacer la demanda del mercado, y por otro lado, las empresas no expresan con claridad qué perfil de egresado demandan”.
El financiamiento estatal de la escuela pública en todo el territorio nacional en base al no pago de la deuda externa y el cobro de impuestos a las grandes fortunas, entre otros, permitiría la triplicación del presupuesto educativo, con el “esfuerzo” de los que siempre nos hacen pagar las crisis que generan.
Por una educación al servicio de la clase trabajadora y los sectores populares.
Fuente: http://www.laizquierdadiario.com/Las-viejas-recetas-para-modernizar-la-educacion
Foto: http://d1zlh37f1ep3tj.cloudfront.net/wp/wblob/54592E651337D2/BE9/12EC23/Ymsmkwm3tJjEPrgNioEt3w/Educacion-Financiera.jpg