Estos son los ‘platos rotos’ que paga el Perú por tener una educación superior de baja calidad

Perú / gestion.pe / 11 de octubre de 2016

ComexPerú indicó que existen estudios donde se concluye que PBI del Perú deja de crecer en dos puntos porcentuales adicionales cada año por contar con una educación de baja calidad.

El Perú es un país cuya economía ha progresado más que su educación, lo que ha desencadenado en un panorama insostenible y es una brecha entre la oferta y demanda laboral, donde el subempleo afecta a un 47.3% de la población económicamente activa (PEA) ocupada, es decir, a más de seis millones de peruanos, señaló la Sociedad de Comercio Exterior del Perú (ComexPerú).

“La subutilización de competencias también revela esta brecha, dado que, según el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo (MTPE), esta llega a un 42% para profesionales con educación universitaria completa y a un 58.6% para profesionales con educación superior no universitaria”, añadió.

Indico que el crecimiento del Perú no ha estado liderado por una mejora del capital humano, lo que nos pasa la factura en términos de mejora de la competitividad.

En ese sentido, dio como ejemplo un estudio realizado por Eric Hanushek, economista especializado en educación de la Universidad de Stanford, y que reveló que el Producto Bruto Interno (PBI) peruano dejar de crecer dos puntos porcentuales adicionales cada año por contar con una educación de baja calidad.

“Por eso, debemos prestar especial atención al mercado laboral, pues si seguimos formando profesionales que no se requieren, estos terminarán en el subempleo o desempleados”, dijo el gremio.

Otro ejemplo que brindó que en 2015, la concentración de estudios universitarios se dio en las carreras de Administración de Empresas (11%), Contabilidad y Finanzas (10%) y Derecho (10%), mientras que las carreras relacionadas a las disciplinas STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, por sus siglas en inglés) tuvieron menor demanda, a pesar de ser las más requeridas por los empleadores, según un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

Por su parte, según un informe del Sistema Nacional de Evaluación, Acreditación y Certificación de la Calidad Educativa (Sineace), tan solo un 14.9% de las personas que estudiaron una carrera técnica en el país laboran en su área, lo que revela esta falta de sincronía entre el mercado de trabajo y la formación educativa.

“El panorama no es muy positivo, pues según la Encuesta de Escasez de Talento 2015, elaborada por ManpowerGroup, somos una de las tres economías a nivel mundial, junto a Japón y Hong Kong, con mayor dificultad para cubrir sus vacantes”, advirtió ComexPerú.

En efecto, según esa encuesta, el 68% de los empleadores a nivel nacional enfrentaron dificultades para cubrir sus puestos, mientras que a nivel mundial dicha cifra asciende al 38%.

“Tal contexto es preocupante, ya que muestra una tendencia creciente al incrementarse en 58 puntos porcentuales desde 2011”, anotó.

Para Comex, se deben buscar soluciones que apunten hacia una fuerza laboral más capacitada y en sintonía con el sector productivo, ya que el Perú enfrenta un gran déficit de profesionales, sobre todo de técnicos, panorama que no ha mejorado sustancialmente en los últimos años.

“Esto se debe, en parte, a que en nuestro país la educación técnica es infravalorada, lo que contrasta notablemente con las economías asiáticas, donde el crecimiento de la productividad ha sido elevado en las últimas décadas”, subrayó.

Por ejemplo, en 2015, tan solo un 13.8% de nuestra PEAocupada poseía una formación superior no universitaria, mientras que en economías como Singapur dicha cifra alcanza un 22.9%.

Otra tendencia preocupante es que la proporción de técnicos ocupados ha ido cayendo desde 2012 a nivel nacional, a pesar de que hay más egresados en este nivel.

“Hagamos de nuestro sistema educativo una fortaleza y no una debilidad porque, sin duda, una educación de mayor calidad y mejor articulada a la demanda laboral es la clave para seguir reduciendo la pobreza y así mejorar la competitividad y la calidad de vida de más peruanos”, finalizó..

Fuente: http://gestion.pe/economia/estos-son-platos-rotos-que-paga-peru-tener-educacion-superior-baja-calidad-2171432

 

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El Salvador: Jóvenes excluidos de educación y trabajo

El Salvador / laprensagrafica.com / 8 de Octubre de 2016.

Según el estudio “Exclusión educativa y laboral de la población de 15 a 24 años en Centroamérica”, (ERCA-Estado de la Nación, con auspicio de OIT), en 2015, Centroamérica tenía 45.4 millones de habitantes de los cuales 9.1 millones, cifra equivalente a una quinta parte, eran jóvenes. El 59 % de ellos estaba fuera del sistema educativo y dos millones (22.8 %) estaban simultáneamente fuera del sistema educativo y del mercado laboral.

Este grupo es importante numéricamente y porque se espera desempeñen funciones sociales, económicas y políticas estratégicas para sus países, aunque muchos ya se han incorporado tempranamente al mundo del trabajo, generalmente en forma precaria y es obvio que se integran de varias y con frecuencia limitadas formas a la dinámica social. Empero, sin formación, o con una de baja calidad, no tendrán las condiciones para contribuir positivamente al proceso de desarrollo de los países y la falta de trabajo decente les impediría disponer de recursos mínimos para crear familias y ser parte de un proceso de crecimiento de ellos mismos y de cada nación. CEPAL ha planteado que “una persona en edad laboral debe contar al menos con 12 años de escolaridad formal para reducir su riesgo de ser pobre”.

En la Región, Honduras tiene el mayor porcentaje de jóvenes de su población (2015), con el 22 %, siguiéndole Nicaragua con el 21 %. Guatemala y El Salvador exhiben una tasa del 20 %, Costa Rica el 18 % y Panamá el 17 %.

La cobertura educativa en la Región se habría incrementado. En 2013 la educación primaria acogía entre el 80 % y 95 % de los niños y niñas en edad de acudir a la escuela, tasa que disminuye a menos de la mitad en preescolar y secundaria en la mayor parte de los países. Un fuerte desafío de la institucionalidad y los propios civiles es lograr una inclusión temprana de los estudiantes y retenerlos en el sistema para que continúen en la secundaria.

En cuanto a inversión pública en educación por persona, en 2013, Costa Rica casi sextuplicaba, por ejemplo, la de El Salvador y Honduras; decuplicaba la de Nicaragua, siendo casi el doble de la que se registró en Panamá.

También en 2013, la PEA de la Región fue de 20 millones de personas y la tasa de desempleo del 5.5 %. El problema mayor no es el desempleo sino la “precariedad de las condiciones de trabajo, y en ambas situaciones la población joven es la más afectada”. Los jóvenes tienen fuertes limitantes para incorporarse al mundo del trabajo y la tasa de desempleo en este grupo social duplica o triplica los promedios de cada país.

La clasificación elaborada en el estudio mencionado va desde la exclusión total que es la de aquellos jóvenes que no estudian ni trabajan (en este contexto se denominarán NENT, debido a las tergiversaciones del muy difundido vocablo “ninis”, grupo que en ocasiones se ha llegado a interpretar como una amenaza a la convivencia democrática, en tanto no creen en nada y se oponen a todo), hasta la inclusión en que se encontrarían los jóvenes que se dedican solamente a estudiar.

Combinaciones intermedias son “solo trabaja” y “estudia y trabaja”.

Suponiendo que los jóvenes que solo estudian (inclusión), asisten a un grado acorde a su edad y reciben una educación de buena calidad, tendrían mayores y mejores oportunidades de inserción en el mercado laboral.

En general los jóvenes trabajan en empleos peligrosos, mal remunerados y precarios.

Este panorama, complicado y difícil, impone tareas urgentes y prioritarias a los gobiernos, en particular a los tomadores de decisiones, gestores y gerentes públicos..

Fuente: http://www.laprensagrafica.com/2016/10/07/jovenes-excluidos-de-educacion-y-trabajo

Imagen: http://i45.tinypic.com/op5kq1.jpg

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Argentina:Habilidades para el siglo XXI, un camino que empieza en el aula

Argentina / clarin.com / 1 de Octubre de 2016.

Hay un solo camino, la educación. Entrega 29 de 30: conocimiento y desarrollo

Crece la demanda de técnicos en el país, pero faltan candidatos. El desafío de escuchar más al sector productivo.

El trabajo ya no es lo que era. Los continuos avances tecnológicos están generando cambios profundos en el mundo productivo y muchos expertos hablan del surgimiento de una nueva economía, la economía del conocimiento, aquella en la que los bienes intangibles superan en valor a los tangibles. Hoy más que nunca, sostienen, saber y desarrollo van de la mano.

En este contexto, la demanda de talento técnico calificado es cada vez mayor en nuestro país. Según el estudio Demanda de Capacidades 2020 elaborado este año por el Instituto Nacional de Educación Tecnológica (INET), el 80% de los empleos requieren hoy algún uso de tecnología. Pero mientras la demanda crece, la oferta no avanza al mismo ritmo: de acuerdo con el mismo relevamiento, más de la mitad de las empresas argentinas enfrenta dificultades a la hora de contratar perfiles técnicos.

“De las 879 firmas relevadas en todo el país, el 69% buscó incorporar personal técnico en los últimos 12 meses y, de ese total, el 51% tuvo inconvenientes para cubrir el puesto por falta de competencia técnicas de los postulantes o ausencia de candidatos”, detalla el informe del INET. En el ranking de los sectores con más dificultades para sumar personal técnico figuran: el metalúrgico, el metalmecánico, el textil, el del software, el de las telecomunicaciones, el de la salud y el energético.

La escasez de personal calificado, que impacta directamente en la competitividad de las empresas, pone en evidencia el débil vínculo entre el sistema educativo y el sector productivo. “Nuestro país parte de una realidad muy compleja. Hoy, de las 19 millones de personas de entre 18 y 65 años que trabajan, menos del 20% tiene título universitario y casi 8 millones no terminaron el secundario”, remarca Gabriel Sánchez Zinny, director ejecutivo del INET. Frente a esto, agrega, es preciso garantizar una oferta educativa permanente basada en competencias, que surja del diálogo fluido entre la escuela y el mundo del trabajo.

La socióloga Inés Aguerrondo coincide con el diagnóstico de Sánchez Zinny y sostiene que esta premisa debe trasladarse a todos los niveles educativos. “La escuela del siglo XIX, cuyo objetivo era alfabetizar a la niñez dentro del aula, quedó obsoleta. Hoy el mundo pide aprendizajes a lo largo de toda la vida y más allá de la escuela. Ya no se trata sólo de aprender a leer y escribir, sino de incorporar nuevas habilidades de pensamiento, nuevas competencias para el siglo XXI”, dice. Y concluye: “Necesitamos actualizar la mirada del Estado y alentar un nuevo modelo de país basado en el conocimiento”.

Fuente:http://www.clarin.com/sociedad/Habilidades-siglo-XXI-camino-empieza_0_1658834278.html

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