El gigante asiático busca salirle al paso a la estricta educación que reciben los menores.
Montañas de deberes, múltiples actividades extraescolares y poco tiempo para jugar, así es la vida para decenas de millones de niños en China, un país con una histórica y estricta educación que empieza a hacer leves esfuerzos por paliar el estrés infantil.
En la ciudad de Shanghái, en el este del país, la Comisión de Educación anunció la pasada semana una campaña para reducir la presión que sufren los niños desde temprana edad por lograr buenos resultados académicos. Entre otras cosas, los profesores tendrán prohibido recetar a los alumnos clases extraescolares y, además, durante las dos primeras semanas del semestre, que comenzó hace unos días, no podrán hacer exámenes de clasificación.
Como respuesta, tres entidades organizadoras de competiciones matemáticas anunciaron que no habrá concursos este año, para aliviar la presión sobre los escolares. Y es que muchos padres ven en los concursos un punto extra que puede darles a sus hijos ventaja a la hora de solicitar entrar en una escuela superior y para ganarlos los someten a intensas clases extraescolares.
Tras diez años como profesora en Pekín, Tania Saleem lo sabe bien. «La mayoría de mis niños tienen clases extraescolares de música, baile, idiomas… es demasiada presión para tan corta edad, ya que los padres esperan que sus hijos sean perfectos», explica a Efe esta profesora de 33 años, originaria de Pakistán. Los niños empiezan a vivir esa presión desde muy pequeños, pues la educación es vista como un «paso a paso», primero buscar entrar en «la mejor escuela superior» para luego poder acceder a «la mejor universidad». «Es muy agotador para los niños, no es sano», apunta Saleem.
La obsesión por los padres es tan grande, asegura, que en ciudades como Pekín muchos buscan vivir en zonas cercanas a las mejores universidades (escasas en el país, comparado con el gran número de estudiantes), donde también están las mejores escuelas secundarias. Toda la educación primaria y secundaria está enfocada hacia el «gaokao», el examen de acceso a la universidad al que se enfrentan cada año unos 10 millones de estudiantes, todo un acontecimiento que decide el futuro de los jóvenes.
Para que sus hijos logren buenos resultados y entren en la universidad deseada, que les facilitará tener un buen y bien remunerado trabajo, los padres invierten durante años enormes cantidades de dinero en tutores, escuelas privadas o clases particulares. Y los hijos, tiempo y mucho esfuerzo.
En opinión de Scholastica Tanyi, de 30 años, profesora originaria de Carolina del Norte (EEUU), esta concepción tan sacrificada del estudio está cambiando poco a poco. «Algunos padres más jóvenes son más relajados y entienden que sus hijos necesitan otro tipo de esparcimiento», explica a Efe. El fin de la política del hijo único ayudará también a rebajar la presión, pues durante décadas los padres sólo han tenido un descendiente en el que volcar sus esfuerzos. Tanyi enseña inglés en una academia y ve cómo con solo 9 años los niños se llevan libros y libros de deberes a sus casas. «Muchas veces llegan a la clase de inglés preocupados porque no les ha dado tiempo de hacer los deberes», comenta. Por las noches se acuestan tarde para hacer las tareas y por las mañanas madrugan mucho si no les ha dado tiempo.
La presión es tal que en algunos lugares como Hong Kong han saltado las alertas. El año pasado, 35 estudiantes se suicidaron en esa ciudad, según datos de la Oficina de Educación y en los últimos diez días, en coincidencia con el arranque del semestre, lo ha hecho otros tres estudiantes.
Según un estudio del Instituto de Educación de Hong Kong, en 20015, cerca del 50 % de los estudiantes de secundaria presentan algún signo de depresión, mientras que una cuarta parte del alumnado habría considerado la opción del suicidio. Algunas escuelas están tomando cartas en el asunto, como el Colegio I de Nankín, un centro internacional que ha implementado una especie de sistema bancario escolar, que permite a los alumnos pedir prestadas décimas de su nota si suspenden, con la condición de que las devuelvan después haciendo méritos o en exámenes posteriores.
Según explicó a la prensa local, Yu Hongmei, profesora del centro, este plan funciona, ya que no solo reduce el estrés de los alumnos sino que también los estudiantes que solicitan puntos tienen «más interés en el estudio y estén más concentrados».
España ha elevado el volumen de asalariadospúblicos en el sector educativo, contabilizando un total de 759.600 empleados, lo que representa un avance del 1,3% respecto al último año anterior a la crisis. Al cierre de 2007, el número de trabajadores del sector era de 749.500. Así lo revelan los datos detallados de la Encuesta de Población Activa (EPA) a los que ha tenido acceso OKDIARIO.
De esta forma cae el mito de que en España se han reducido los puestos de trabajo en la Educación, una afirmación que supone unos de los principales mantras de las fuerzas de izquierda, que habla de supuestos “recortes” en este sector. Si a la cuestión laboral añadimos que al cierre de 2016 el gasto público dedicado a la Educación es 1.800 millones de euros superior al registrado en 2007, entonces las críticas de la oposición tienen aún menos sentido.
Si sumamos a estos empleos públicos los del sector privado, el volumen total de asalariados que trabajan en la Educación alcanza los 1,2 millones de personas, lo que supone un repunte del 8,3% respecto al que existía antes de la crisis. No obstante, el mayor crecimiento corresponde a los empleados del sector privado, con un alza del 22,8% en el volumen de asalariados, hasta situarse en los 446.400 trabajadores.
Datos en miles. Fuente: INE (Pinchar en la imagen para ampliar)
Y es que el denominado “austericidio” no ha existido en España. El gasto público ha crecido durante todos los años desde 2008 y el volumen de funcionarios se ha visto impulsado por las contrataciones de las comunidades autónomas, que son las únicas Administraciones que tienen hoy un mayor número de asalariados que antes de la crisis. Precisamente la Educación es una de las competencias que está en manos de los gobiernos regionales.
En cuanto al conjunto del “gasto social”, que es como se conoce al desembolso de fondos para Educación, Sanidad y el resto de prestaciones (como las pensiones), ha superado los 300.000 millones de euros en el ejercicio que acaba de concluir, con una subida de casi 60.000 millones de euros respecto al volumen de 2007.
Tal como publicó OKDIARIO, el avance de las cifras de liquidación presupuestaria que tiene ya el departamento ministerial que dirige Cristóbal Montoro, indica que el gasto público en Educación ha sido el pasado año 1.800 millones de euros mayor que en 2007. En Sanidad, el incremento es de 7.000 millones, mientras que el gasto en “protección social” (incluyendo las pensiones y las ayudas a la dependencia) el incremento es de 49.000 millones de euros.
Centro América/Panamá/18 Febrero 2017/Fuente: Prensa Latina
La vicepresidenta de Panamá, Isabel de Saint Malo, reafirmó el compromiso del Gobierno con la educación, por lo que continuarán invirtiendo en la infraestructura escolar y en la adecuación de espacios académicos y centros infantiles.
Durante la apertura del Centro de Atención Integral a la Primera Infancia (Caipi) Santa Teresa De Calcuta, la también canciller llamó a los padres a involucrarse más en la educación de sus hijos, a través de la creación de lazos más fuertes con la escuela.
La jefa de la diplomacia explicó que este espacio fue concebido como un centro de alta calidad, con los más altos estándares nacionales e internacionales en materia de metodología y recursos para promover el desarrollo de los niños.
Precisó que el Caipi les permitirá a los pequeños descubrir y potenciar sus talentos, además de fortalecer la adquisición de valores y hábitos de vida saludables.
Al respecto, la primera dama Lorena Castillo resaltó que en la primera infancia es donde sembramos la semilla para que ‘nuestros niños sean los grandes hombres y mujeres del mañana, por eso no hay nada más urgente que proteger a nuestra niñez’.
Por eso, apuntó, Panamá lucha contra la erradicación del trabajo infantil, la pobreza, la desnutrición, el abandono y muchos otros problemas que aquejan a nuestros países.
Aseguró que las mujeres ‘debemos hacer respetar nuestros derechos como madres, y entender que nuestros hijos nos necesitan en la casa, porque en esa relación es donde radica el secreto de una buena educación’.
Creado para acoger a los hijos de las madres trabajadoras de los ministerios de Relaciones Exteriores, Gobierno y Presidencia, el Caipi Santa Teresa De Calcuta también atenderá las necesidades de algunas familias de la comunidad, para lo cual cuentan con tres salones y áreas exteriores para realizar las actividades educativas.
En declaraciones a la prensa, la directora de la institución, Esther Moreno, resaltó la importancia que tiene para el desarrollo psicológico y emocional de los pequeños la adecuada enseñanza que reciban desde su nacimiento hasta los tres años, etapa que los expertos califican de primera infancia.
Durante este periodo, los niños no solo aprenden conceptos y valores, sino a trabajar en equipo, de ahí que lo aprendido impacte de una manera importante para el resto de sus vidas, apuntó.
Innovarse, renovarse, para educar y trabajar con adolescentes es fundamental ya que suelen sumarse a cualquier cambio y normalmente se apuntan rápidamente a cualquier movida social.
Los abismos escolares de la secundaria
Las distancias entre la escuela oficial y la escuela necesaria, entre la vida del alumnado del siglo XXI y la dinámica del aula, llegan a su valor máximo cuando se trata de la educación secundaria. Suelo repetir que la crisis más aguda de todo el sistema educativo hace tiempo que está situada en la secundaria. Año tras año se ahonda el abismo entre las propuestas de la escuela oficial (que tiende a retroceder) y la realidad de las adolescencias actuales. De hecho, buena parte del actual sector innovador, de los profesionales de la educación que siguen trabajando para renovar la escuela, está hoy entre los que construyen cada día una escuela secundaria diferente. Son profesionales que consideran imposible seguir engañando a sus adolescentes con propuestas trasnochadas de aprendizaje. Lo mismo ocurre con grupos de madres y padres sensibles, impotentes ante las contradicciones educativas que descubren cuando cada día han de convencer a su hijo o hija sobre la bondad de acudir a clase. Con nombres diversos, las redes de innovación, los movimientos de padres y del profesorado proponen que “repensemos juntos la educación secundaria”.
Una parte de esas propuestas para pensar la escuela secundaria que necesitamos hoy tiene que ver con cómo formar el futuro nuevo profesorado y cómo poner a punto al profesorado actual que, por decirlo con un ejemplo, anda más centrado en cómo controlar los móviles que en descubrir qué última foto colgaron sus alumnos en Instagram antes de entrar en clase. Esta preocupación sobre cómo “educar a los educadores” que conviven con los chicos y chicas adolescentes, cómo educarnos mutuamente para ser adultos útiles en las vidas adolescente suele ser el tema de bastantes de los espacios de reflexión que comparto. Con el ánimo de ser un estímulo más para ampliar la reflexión, resumiré en este artículo cinco propuestas de “formación”. Son cinco propuestas globales para ayudar a los actuales profesores a innovarse (no sólo renovarse) y para formar los futuros evitando que, una vez más, se produzca un traspaso -con algún maquillaje de pedagogía- entre el paro de los titulados que estudiaron para otra cosa y la oferta de trabajo en la enseñanza que vuelve a ampliarse.
Educadores modernos de adolescentes cambiantes y sociedades confusas
No obstante, antes de formular las cinco propuestas tengo que hacer diversas advertencias. No se puede hacer una propuesta de formación sin resolver (al menos por mayoría social simple) dos viejos, muy viejos, debates. El primero de ellos aclarar cuál es el encargo que la sociedad adulta y los gobernantes hacen al profesorado de secundaria: ¿instruir, educar, acompañar? Si continuamos afirmando que su función es la transmisión del conocimiento y hacemos caso a los padres que reclaman su derecho a educar en exclusividad en la familia, no vale la pena pensar en cómo formar al profesorado. El segundo debate, responde a la eterna pero falsa confrontación entre la lógica de la materia y la lógica educativa del sujeto que aprende. Si no es necesario, si no hay que tener en cuenta quién es y cómo vive el alumno al que pretendemos enseñar, no hay que por qué preocuparse de cómo formar al profesorado para descubrirlo. La geografía o la gramática, eternas, son nuestra guía y hemos de seguir a los profesores que odian cualquier referencia a la pedagogía, al contexto social o al humanismo.
Además, al innovarnos pensando en cómo ser útiles a los adolescentes o al considerar cómo deberían ser los futuros profes de la secundaria, deberíamos tener presente que la renovación o la formación inicial han de referirse a tres aspectos y no tanto sólo a uno de ellos (suele ser más habitual pensar que se trata tan solo de resolver déficits en la innovación didáctica y se acepta esta formación sin entrar para nada en las relaciones educativas). Si, primero tenemos que conocer –o actualizar nuestro conocimiento- sobre cómo se enseña y cómo se aprende hoy. No podemos esconder que un parte singular de las dificultades y los conflictos actuales entre los adolescentes y la escuela proviene de la ausencia de pedagogías y didácticas mínimamente actualizadas, respetuosas con la realidad de cómo se accede al saber hoy. Formamos, nos formamos, para ser modernamente competentes al enseñar.
El segundo aspecto es considerar cómo aprenden los chicos y chicas adolescentes. Descubrir y considerar cuáles son las formas básicas de aprender de cada momento evolutivo (las claves del desarrollo) y buscar las didácticas adecuadas en la adolescencia. Finalmente, nos formamos (pensamos, compartimos, descubrimos) sobre las adolescencias, para ser expertos en conocer sus mundos, para comprender sus lógicas, para ser adultos próximos a sus vidas. A los tres aspectos hay que referirse para pensar en cómo educar educadores. Los tres están en las preocupaciones del actual profesorado activo, que cada día intenta resolver el triple dilema de cómo hacer lo que le dicen que tiene que hacer, cómo hacer próxima la escuela a sus adolescentes y cómo ayudar a aprender siguiendo las propuestas didácticas verdaderamente renovadoras que su profesionalidad implicada le ha hecho descubrir.
Los cinco paquetes de la formación
Aclarados los preámbulos inevitables trataré de sintetizar los cinco “paquetes” básicos de formación-reflexión-práctica que necesitamos hoy para conseguir tener otra educación secundaria. Un cambio que en una gran parte depende de tener una mayoría de profesorado que se renueva o se forma de otro modo. Estos serían los cinco grandes aprendizajes:
1. Aprender a descubrir y a tener en cuenta las realidades cambiantes de los adolescentes (de cada chico o chica, de los grupos, de las adolescencias dominantes en el territorio y en cada momento, en cada curso).
2. Aprender a construir una relación de influencia, una relación educativa (de cada educador adulto y del equipo educativo como tal).
3. Aprender a descubrir y diferenciar los “problemas” adolescentes, los “problemas sociales” y los personajes adolescentes que viven momentos problemáticos.
4. Aprender la adaptación de metodologías y didácticas innovadoras al mundo adolescente y a su inmersión diversa en la sociedad digital, virtual y en red.
5. Aprender a ayudar en la construcción de personas y ciudadanos, a hacer de la educación un reducto contra el conservadurismo.
Aprender a mirar sus adolescencias y conseguir que nos permitan pintar algo en sus vidas
El primero de los aprendizajes, o del proceso compartido para innovarnos, conduce a dominar la secuencia de verbos que permiten descubrir sus vidas: mirar, ver, escuchar, observar, atribuir significado, preguntar, estudiarlos, devolverles nuestras lecturas de su realidad. Cada uno de los verbos requeriría un artículo y todos tienen que ver con la necesidad de educar la mirada. Ahora, tanto sólo destacaré que hay que dominar tres herramientas: tener una pauta compartida sobre cómo hacer una observación sistemática del alumnado; utilizar “cuadernos de campo” para anotar la vida, y tener espacios de equipo para compartir las “lecturas” de las adolescencias que juntos educamos y no siempre interpretamos igual.
El segundo grupo tiene que ver con cómo conseguir convertirse en adultos positivos (de forma diversa y no con el mismo grado de intensidad para todo el mundo) para los chicos chicas que educamos. Hay que pensar qué quiere decir leerlos en positivo a pesar de sus “impertinencias”, qué significa estar disponibles, ser accesibles, tener actitudes flexibles. Las grandes habilidades a aprender tienen que ver con la gestión de los conflictos y con la capacidad de hacerlo sin tener un reglamento que lo prevea todo e incluya respuestas y sanciones tasadas. Es aquello que se suele definir como aprender a tener ascendencia sin reclamar tener poder. Aprender a controlar la inseguridad que provoca que te muevan continuamente “la silla” y te hagan preguntas impertinentes. En el fondo, de lo que se trata es de aprender a acompañar un tiempo a personajes que surfean por la vida hasta que encuentran una playa medianamente segura al final de sus adolescencias.
Aprender a descubrir sus bagajes vitales y contribuir a mantener el deseo de saber
Aprender a leer “problemas” comporta saber descubrir la diferencia entre los “problemas” de la adolescencia y la adolescencia como problema. El profesorado de secundaria tiene que ser algo así como un grupo social de “influencers” que difunde una lectura sensata de la adolescencia en una sociedad que los ve siempre a partir del desastre y la necesidad de control. La formación tiene que ver con cómo considerar educativamente las diversidades adolescentes, las “malas compañías”, el imaginario colectivo sobre el “buen adolescente”.
Hay que aprender a saber cómo considerar las realidades sociales en las pretensiones de educar, cómo tener en cuenta que a veces somos el único adulto positivo que tiene el alumno. Aprender a descubrir por qué no sirven las respuestas a las dificultades que colocan el adolescente en un callejón sin salida. También es inevitable aprender a trabajar con otros profesionales que pueden estar en sus vidas y saber compartir acompañamientos. Queda, además, saber qué hacer con padres y madres preocupados razonablemente, con los pasotas de todo tipo, con personajes que complican las adolescencias de sus hijos.
Las didácticas adolescentes son una adaptación a la lógica adolescente de las didácticas mínimamente adecuadas que, como ya he dicho, tenemos que dominar porque forman parte de la competencia profesional básica. Sin embargo, hay que advertir que la renovación y la innovación son especialmente necesarias en esta etapa porque los adolescentes suelen sumarse a cualquier cambio y normalmente se apuntan rápidamente a cualquier movida social. En clave adolescente (antes y ahora), las didácticas tienen dos componentes que hay que dominar. Por un lado, la adolescencia es un tiempo para probar y experimentar y por eso necesitan aprender descubriendo y experimentando (nunca soportando memorizaciones impuestas por los adultos). Por otro, si son adolescentes en la medida que son en grupo (o en soledades difíciles) también pueden y deben aprender en grupo. Hay que aprender a enseñar y educar de forma social.
Diga lo que diga el currículum formal el gran peligro de la adolescencia no es que no lo dominen, sino que renuncien a pensar y se agoste definitivamente su deseo de aprender. La competencia básica para la que debemos ser competentes es saber cómo conseguir que sepan pensar, no dejen de pensar. El no va más de esta parte de la formación sería descubrir cómo transmitir cada día a los adolescentes nuevas razones, nuevos argumentos, nuevos motivos para seguir viniendo al instituto a aprender.
Aprender a ser radicales como los adolescentes
A veces se olvida que, si hablamos de renovación o de innovación, si hay que cambiar la escuela, es fundamentalmente porque va dejando demasiados chicos y chicas fuera de circulación. Necesitamos formarnos, ponernos al día, porque la escuela sigue siendo un elemento clave en la construcción de las personas. Aprendemos más y diferente porque sabemos que al educar humanizamos. Además, como que la tendencia dominante es suprimir de la escuela éticas y ciudadanías hay que formarse para conseguir que el adolescente descubra que no es nada ni nadie sin los otros y que, dado que sus colegas y él consideran que el mundo es una mierda, tendremos que influir para que piensen en cómo cambiarlo.
Pero, formarse para hacer esto es asumir que educar no puede estar situado nunca entre las lógicas conservadoras de la sociedad.
Centro América/República Dominicana/18 Febrero 2017/Fuente: Prensa Latina
Los estudiantes de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) dieron un plazo hasta el lunes para el inicio de las clases del semestre o prometen marchar hacia el Palacio Nacional.
Los educandos están indignados porque no han podido comenzar sus clases a causa de un paro de profesores que se ha extendido por varias semanas por la falta de solución a sus demandas. Esta semana hubo un acuerdo preliminar entre el profesorado, la rectoría y el Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (MESCyT), pero el paro continuará hasta la firma del compromiso.
Los profesores consideraron que el acuerdo preliminar era ambiguo porque no establecía con claridad el por ciento de aumento salarial ni definía cuándo se pagaría el resto de lo demandado por ellos.
En asamblea general extraordinaria, convocada por el presidente de la Federación de Asociaciones de Profesores de la UASD (Faprouasd), Santiago Guillermo, se votó porque el acuerdo preliminar se modifique.
Exigen que en el mismo se incluya la autonomía universitaria, se fije para finales de junio la presentación de un diagnóstico de la situación de la casa de estudios y se establezcan plazos para el incremento salarial.
También demandaron el saneamiento y la transparencia de la universidad y dejaron claro que volverán al paro general si lo pactado no se cumple.
El rector Iván Grullón lamentó la decisión de Faprouasd de introducir modificaciones al acuerdo preliminar e insistió en que presentará el documento al Consejo Universitario como fue aprobado.
Mientras se espera por la respuesta del Consejo Universitario y las autoridades gubernamentales, los estudiantes también se movilizaron y protagonizaron protestas en demanda del reinicio de la docencia.
El descontento de los estudiantes con la administración del rector Iván Grullón fue uno de los puntos más notorios de una asamblea celebrada en el paraninfo de la Facultad de Economía.
Allí expusieron como demandas el saneamiento de la nómina para recuperar la confianza de la sociedad y transformar la universidad y la solución de los problemas que afectan la plataforma tecnológica.
Exigieron además la construcción de nuevas aulas y el acondicionamiento de las existentes, la contratación de maestros y la apertura de nuevas secciones con carreras de más demandas.
La falta de solución a la crisis amenaza con mantener la situación de paro la semana próxima y hay perspectivas de que el lunes los estudiantes vuelvan a pronunciarse.
Europa/España/18 Febrero 2017/Autor: Pau Rodriguez/Fuente: Diario la Educación
Entrevista al sociólogo Jordi Collet, que con Antoni Tort publica el libro ‘Familias, escuela y comunidad’: «Las familias no deben ponerse en el diseño metodológico de la escuela, pero sí que lo tienen que conocer».
Se empieza discutiendo sobre el papel de las familias en la escuela de sus hijos y se acaba defendiendo la implicación de todo el territorio en el modelo educativo. Así avanza esta entrevista al sociólogo Jordi Collet, y así se desarrolla el libro que ha escrito con el pedagogo Antoni Tort -ambos de la Universidad de Vic-, Escuela, familias y comunidad, coeditado por El Diari de lEducació -junto con Octaedro-, y que a partir de hoy podrán recibir todos los suscriptores.
En el libro identifica diferentes tipos de familias: las visibles, invisibles y las hipervisibles. ¿A qué se refiere?
Nos referimos a que las diferentes familias tienen voces, presencias y visibilidades desiguales que hay que tener muy en cuenta. Por ejemplo, esto ocurre en las relaciones informales en la escuela, pero también en las participaciones en las AMPA o los consejos escolares, la investigación ha detectado que se dan procesos de colonización. Es decir, que puede haber escuelas con un 90% de familias recién llegadas pero que al AMPA sólo tienen adultos blancos y autóctonos. Hay familias que tienen mucha voz y mucha visibilidad -incluso son hipervisibles- y los hay que no tienen -invisibles-, y la escuela debe ser consciente de qué familias tiene y qué le llegan y pensar en cómo hacerla más participativa y democrática con todos. Porque si no recurrirá al tópico: “Hay familias -invisibles- que no vienen porque no les interesa”. Y no es verdad.
Muchas familias migrantes no se acercan a la escuela porque no entienden el idioma. Esto lo explican muchos maestros.
Y no sólo el idioma, sino los códigos informales. A las familias de clase media los es más fácil. Pero si vengo de fuera hay pautas culturales que desconozco, y que pueden marcar mi relación con el tutor. Estas son las familias invisibles; las visibles suelen ser de clase media.
¿A qué relaciones te refieres cuando hablas de códigos informales?
En la relación entre tú, maestro, y yo, padre o madre. ¿Te he de dar la mano? ¿Dos besos? ¿Tratarte de usted? Todo esto, si no lo sé, me aleja de ti. Es lógico. Para algunas familias chinas la maestra es una figura muy reputada, y en muchas ocasiones se pueden preguntar quién son ellos para atreverse a decirle según qué. Para entenderlo de una manera global, a veces utilizamos una metáfora: la escuela es como un país donde hay gente que llega con pasaporte y otros son extranjeros y no conocen sus mecanismos de participación, las tareas, los códigos …
¿Qué puede hacer una escuela o un instituto para implicar a las familias? Sobre todo aquellas que le son invisibles.
Lo primero que tiene que hacer, como siempre, es hacerse la pregunta. Y a partir de aquí, hay muchos campos donde avanzar: desde la página web -quién la hace, a qué responde, quién entra…- hasta revisar las entrevistas y reuniones con los padres y madres. En la universidad siempre decimos que es importante que los maestros comiencen las entrevistas con tres cosas positivas de cada niño, porque si no los hay que acaban convirtiéndose en un auténtico interrogatorio. Debemos ser conscientes de que las familias son diversas y desiguales y buscar las formas de eliminar los elementos y barreras de incomprensión mutua.
Si tuvieras que resumir por qué la participación familiar es importante para un centro educativo, ¿qué dirías?
Las familias son parte de la solución: sin ellas y sin la comunidad no puede haber una buena escuela. Si excluyes la familia, dejas fuera uno de los actores principales de la educación. Si hay escuelas es porque hay familias que tienen hijos -cuando no tienen, se cierran escuelas, como hemos visto-. El origen de esto tiene que ver con la historia de la escuela, que en España se remonta al siglo XIX con la ley Moyano, que construye un sistema educativo que se opone a las formas de socialización de las familias, al considerar -seguramente con razón- que educaban mal a los niños. Para ello se creó una escuela para las masas que fuera cerrada, con especialistas dentro para educar a los niños. Pero eso construyó una “gramática escolar” profunda que ahora nos cuesta mejorar. Por ejemplo: arquitectónicamente en las escuelas no hay salas para las familias. ¿Dónde esperan cuando van a una entrevista con el tutor de tus hijos?
¿Depende…?
En muchos casos estorbas, en el pasillo… La escuela no está pensada para la comunidad educativa, sino para los niños y maestros. Pero con las diferentes familias implicadas, la escuela es mejor. Y con la comunidad, también. Cuanto más alejadas están las familias, sobre todo las de clases populares y las recién llegadas, más propensión hay al fracaso. La participación de las familias vulnerables facilita el éxito escolar de todo el mundo. Por lo tanto, es también una cuestión de desigualdades, que sólo se subvierte si el sistema educativo se hace estas preguntas y da respuestas inclusivas.
¿Hay casos de escuelas que hayan conseguido hacer participar a las familias menos visibles?
Claro. ¡Por suerte cada día más! Lo hacen sabiendo que cuanto más normas haya y cuanto más inflexibles y más cerradas sean, menos participarán las familias alejadas. Debemos construir una “gramática blanda” de la escuela: con porosidad, espacios y momentos de encuentro… Hacer que la relación sea fácil. Hay ejemplos. La entrada a la escuela, en vez de ser a las 9 en punto, podría ser durante un margen de quince minutos, para que los maestros salgan fuera, las familias entren en el aula… Así estableces un espacio de diálogo y comunicación, aunque sea informal. Quizás, si las madres tuvieran este tiempo para comentarte cosas, luego a las 17 no habrá líos en el WhatsApp [ríe]. También hay casos donde las familias participan en la evaluación de la escuela, porque es necesario que nos digan cómo la ven, y casi siempre lo hacen en positivo pero con ideas de mejora.
Aun así, cuando planteamos la implicación de padres y madres en la escuela sólo nos viene a la cabeza, de entrada, el AMPA y las extraescolares. ¿Por qué?
Por las relaciones de poder que se dan dentro de la escuela, La pregunta es: ¿cómo construir un gobierno de la escuela más democrático? Que implique más presencia y más responsabilidades compartidas de docentes, niños, familias y comunidad. Si no, nos puede pasar como con la participación ciudadana: que a las familias sólo los dejaremos escoger los colores del banco del patio.
Así pues, ¿deberían poder tomar parte del diseño del modelo educativo?
La ley dice que deben poder participar en el proceso educativo de sus hijos, estar informadas y tener un lugar en los espacios de gobierno del centro. Deben poder colaborar, pero no desde una perspectiva de poder en que uno dice al otro lo que tiene que hacer. A veces, en una entrevista, el maestro le dice a la familia: “Lo que deberían hacer en casa es…”. Hombre, no.
También ocurre al revés: familias que dicen al maestro que tiene que hacer.
Exacto, lo mismo. Y en ambos casos se genera un conflicto. Por eso la escuela debe evolucionar hacia ser un espacio democrático. Y eso no quiere decir que todo el mundo decida sobre todo. Las familias no deben ponerse en el diseño metodológico y educativo, pero sí que lo han de conocer y se ha de explicar. Hay elementos que, además, permiten buscar acuerdos, como es el caso de los deberes, que implican a familia, maestro y niño. Tiene que haber un lugar y un reconocimiento de voz, de capacidades, de saberes y de poderes para todos.
¿Ha detectado si cada vez más las familias quieren decidir sobre todo lo que pasa dentro del aula? Algunos maestros lo manifiestan.
Sobre todo las de clase media. Cuando esto ocurre, tienes dos respuestas: cerrarles la puerta o atender la demanda latente de estas familias, que no es otra que la de tener un lugar en la escuela. Si a esa familia “pesada”, que todo el día agobia, le das un lugar, le dices con hechos que es importante para el centro, esto se acaba.
Entre los debates escolares que más afectan a las familias hemos citado los deberes. Hay otro: los horarios. ¿Deben poder decir algo?
¡Es clave! La escuela condiciona enormemente los horarios de las familias. Debemos evitar lo ocurrido en secundaria, donde de nuevo el 80% de los centros deciden unilateralmente que hacen horario de mañana. ¿Y las diferentes familias? ¿Y los adolescentes y sus diferentes realidades? Esto no lo pueden decidir los institutos o la Consejería solos. Ante medidas como estas hay casos como los de Olot o Granollers, donde se plantea, con estas u otras palabras, un modelo de escuela a tiempo completo. Es decir, donde hay un trabajo en red para coordinar los horarios de todas las educaciones en función de las necesidades de los alumnos y las realidades familiares, escolares, deportivas, musicales…
¿Una escuela es como es en función de las familias que tiene?
No sólo… La tarea de los profesionales es muy importante. Son una pieza clave. Hay institutos o escuelas que tienen una población muy similar y unos resultados y una tasa de fracaso muy diferente.
Este año Generalitat y Síndic de Greuges (Defensor del Pueblo) han puesto en marcha un principio de acuerdo para combatir la segregación escolar. ¿Las familias han de implicarse a la hora de reducir esta lacra?
Todo el mundo se debería implicar: el Departamento de Enseñanza, los municipios, la inspección, las escuelas… Y las familias. El problema es que en un contexto de casi mercado como el que tenemos, por más actuaciones que hagas para combatir la segregación, creo que nunca podrás luchar por completo contra la voluntad de las clases medias de escoger centro, porque tienen voz y voto. En mi opinión, lo que hay que hacer es desactivar las lógicas que rigen la actual elección de escuela, y en esta línea hice una propuesta para seguir pensando: que cada municipio o territorio -de entre 20.000 y 50.000 habitantes- tenga una sola escuela: la escuela-municipio.
Esto me lo tendrás que desarrollar un poco…
En un territorio de 20.000 habitantes tienes una escuela municipal, que está ubicada en diferentes edificios, y donde se agrupan los profesionales en función de diferentes criterios; docentes que, además, ya no son de una sola escuela, sino que son del territorio. Así la escuela trabaja con todo el municipio, con el museo, el teatro, el centro cívico, el horno, el taller mecánico, el estudio de arquitectura… Mi propuesta es pensar en una sola escuela-municipio, pero en realidad haciendo que las escuelas sean equivalentes, como ha propuesto recientemente Barcelona. Y desactivas la elección. Es un poco lo que pasa en Finlandia.
Estaríamos hablando de municipalizar la educación.
Sí, está vinculado a este debate. Tú apuntas a la escuela-municipio, y luego ya verás cómo se agrupan. Desactivas el núcleo y la lógica del problema, que es la elección en un contexto como el nuestro, que es de casi-mercado.
¿Cómo encaja en este modelo la concertada?
No lo tengo resuelto. Pero en el debate sobre la pública-concertada también nos tenemos que poner de forma seria, porque está mal resuelto. Es un debate donde todos se sienten agraviados: la concertada porque está infrafinanciada y por eso las familias tienen que pagar, porque sus maestros hacen más horas; la pública, porque la concertada tiene menos alumnado recién llegado y de clases populares, etc…. Hay que resolver de manera positiva, y creo que la municipalización de la educación tal vez podría ayudar.
Volviendo al papel de las familias en la segregación. ¿Hay una parte de responsabilidad que debe recaer sobre ellas? Los estudios dicen que las familias huyen de las escuelas más estigmatizadas.
Cada vez más familias de clase media tienen las bases materiales de su bienestar en el conocimiento. En este sentido, la educación lo es todo para ellos. Si vivimos en un mundo de competición global donde cada persona se tiene que construir un proyecto personal competitivo, la elección de escuela deviene determinante para tus hijos. ¿Por qué hay gente dispuesta a mentir para ir a una escuela? ¿A exagerar una celiaquía? La sociología dice que la gente se adapta a las reglas del juego; y si estas son de competición y distinción, las familias juegan a ello. Pero, en mi opinión, no se trata de culpabilizar. A nadie. Desde la sociología, de lo que se trata, es de atacar las lógicas de fondo, las que nos llevan a la competición.
El libro habla de escuela, familia… Y comunidad. ¿Qué es la comunidad?
Tiene que ver con el ayuntamiento, que todavía tiene poco papel en la educación formal pero mucho a lo largo de la vida -cuna, adultos, PFI, apoyo escolar…-. También con las familias, con el territorio y la distribución urbanística, etc. Y con todas las educaciones que son tan importantes para la socialización: con el deporte, el ocio, la música, el arte, las lenguas, internet… Y los vecinos y las asociaciones, claro.
A menudo se invoca la participación de la comunidad de forma genérica en la educación, pero ¿es posible hacer que todos estos agentes tomen parte del día a día de una escuela o de un instituto?
Por suerte hay cada día más territorios, rurales o urbanos, que avanzan hacia aquí. Tiene que ver con las ciudades educadoras, los planes educativos de entorno, con los proyectos educativos de ciudad, las zonas educativas, las zonas educativas rurales, etc. Debemos coordinar y poner en plural las educaciones. ¿Quién lleva la educación de 0 a 3 años? ¿Y los comedores? ¿Y las extraescolares? ¿Quién accede a las escuelas de música del municipio? Las clases populares, no mucho. Con los idiomas, lo mismo. Si las viejas desigualdades estaban vinculadas a la obtención de un título, las nuevas tienen que ver con todo lo que le rodea. Y aquí los municipios tienen, además de incumbencia como en lo educativo, competencias y capacidades para hacer mucho como demuestran día a día decenas de territorios en todo el país.
Las llamadas oportunidades educativas.
Exacto. Los ayuntamientos deben pensar de los 0 a los 100 años una oferta educativa potente, de servicio público y bien financiada también para romper desigualdades. ¿Por qué los niños y niñas de clases populares en mi barrio con la flauta dulce en la escuela y los otros con la flauta travesera en la escuela de música y la orquesta de turno? Esto se debe resolver, y se debe hacer desde la comunidad.
En Girona algunos profesores de escuelas de música daban clase en escuelas, dentro del plan de entorno municipal.
Acercar la comunidad y las oportunidades educativas en la escuela es una opción muy interesante. Cuando dices a una madre que vaya a aprender el idioma en el centro cívico quizás no va, pero si le dices que venga a la escuela, quizá sí. ¿Por qué la música en la escuela no la puede hacer la escuela de música para todos? ¿Y el deporte? ¿Por qué la escuela es un espacio cerrado? En Badia del Vallés en la etapa 0-3 trabajan conjuntamente pediatría, guardería, espacios familiares, ayuntamiento… En Hospitalet hacen redes educativas 0-6. En Berga se promueven acciones para conciliar horarios laborales y familiares. En Sabadell se hace el programa ciudad-escuela. En Barcelona el programa Éxito. El trabajo de comunidad educativa a los pequeños municipios… Y así mil ejemplos en todo el país. ¡Al final estamos hablando de hacer las cosas en común y para todos! Construir lógicas diferentes, entender que todo el territorio es educador, preguntarnos cómo hacer de la piscina municipal -que es un espacio muy educativo- un lugar para todos, donde participen las familias. ¡La idea de fondo, en realidad, no es otra que hacer las cosas juntos! Cómo educar juntos y juntas en un proyecto socializador potente a lo largo y ancho de la vida sin barreras para nadie.
Estamos hablando de un cambio cultural, de concepción de qué es la educación.
En estos momentos a nivel global imperan dos lógicas. Una es la neoliberal: para tener escuelas mejores, tienen que competir. Aquí estarían los casos de Inglaterra o Suecia con las free schools. La otra es la neoconservadora, que tiene que ver con la idea de control: lo que deben hacer las escuelas es lo que dice el Gobierno. A veces estas lógicas están entrelazadas y se retroalimentan. Pero lo que vemos con la investigación es que ninguna de las dos funciona a medio plazo. ¿Qué podemos contraponer a esto? El hacerlo juntos. Comunizar las educaciones. La UNESCO dice que la educación es un bien común. Pues comunicémoslo. Este verbo nos permite construir otra lógica, que se puede ver aplicada a diferentes niveles: en el plano municipal en el trabajo en red, pero también en el trabajo en los claustros -trabajamos juntos, en vez de hacerlo por separado de manera aislada-, también en el aula, donde hacemos que los alumnos cooperen, aprendan a construir conocimiento ya crecer juntos, como ocurre en fuerza escuelas, en algunos institutos, en las escuelas de segunda oportunidad, en las guarderías, las escuelas de personas adultas… Hacemos escuela juntos con las familias y la comunidad. Si cosemos todas estas actuaciones, si las conectan, estaremos trenzando una lógica alternativa. Es la idea del co-munitzar: co-construir escuelas, co-producir conocimiento, co-educar (en el sentido de la “mirada violeta” que propone la Marina Subirats) y también de educar juntas personas diferentes, co-gobernar- de manera más democrática, convivir… y sin olvidar la lucha constante contra las desigualdades y por una igualdad de oportunidades para todos.
Centro América/El Salvador/18 Febrero 2017/Fuente: Prensa Latina
La directora de Educación para Jóvenes y Adultos de El Salvador, Angélica Paniagua, declaró hoy Libre de Analfabetismo al municipio de San Antonio del Monte departamento de Sonsonate.
Con esta declaratoria son 69 los territorios de esta nación centroamericana que logran desterrar este flagelo gracias a las políticas gubernamentales.
En esta localidad, 559 personas aprendieron a leer y a escribir y alcanzaron su certificado de primer y segundo grados de Educación Básica a través del Programa Nacional de Alfabetización que cuenta con asesoría de Cuba.
San Antonio del Monte es el tercero de este departamento, después de Salcoatitán y Sonzacate, en llevar la luz del saber a toda su población joven y adulta.
De esa forma el índice de analfabetismo se ha reducido en más de siete puntos porcentuales al pasar de 20,4 por ciento a 12,5 por ciento.
En este departamento, la meta es alfabetizar a mil 365 personas de sus distintos municipios en donde laboran 13 promotores de alfabetización y se espera la participación de uno 275 voluntarios o alfabetizadores.
El programa Nacional de Alfabetización se ejecuta en 121 municipios de todo el país con asesoría cubana con el fin de enseñar a leer, escribir y los primeros cálculos básicos a 31 mil personas.
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