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Nigeria: «Hoy nos toca enfrentar la privatización de la educación»

Nigeria/24 de Octubre de 2016/La Capital

La vicepresidenta de la Internacional de la Educación para América Latina, Fátima Silva, alertó sobre las presiones del Banco Mundial.

Fátima Silva es la vicepresidenta de la Internacional de la Educación para América latina, la mayor entidad del mundo que reúne a la docencia organizada. También participó en el 31er. Encuentro Nacional de Mujeres (ENM) que se realizó en Rosario el fin de semana pasado. «Lo que viene para nosotros es una fuerte privatización del sector educativo», marcó como tema principal en la agenda de la educación regional.

«Es una alegría participar de este encuentro, primero como mujer, como feminista y por creer en la agenda nuestra que defendemos», arrancó sin mediar más que la invitación a la entrevista. Quien es dirigente de la Federación de Trabajadores de la Eduación de Mato Grosso del Sur (Fetems) y de la confederación brasileña que nuclea al magisterio (CNTE) participó de los talleres, del plenario de la CTA y marchó junto a las más de 70 mil mujeres que se movilizaron por la ciudad. Fueron tres jornadas ganadas por la alegría, las reivindicaciones de género y un revelador compromiso político.

Fátima Silva fue una más entre las miles de mujeres que se sumaron a la masiva convocatoria local. «Quiero felicitar a todas las organizaciones que están involucradas en este encuentro en Rosario, principalmente las de la educación de este país que tienen un papel muy importante, como la Ctera, la Conadu y la CTA, y a las luchadoras sociales que estamos acá», distinguió.

Las niñas de Nigeria

El sábado participó del plenario de la CTA realizado en La Toma, donde sus primeras palabras fueron para que se recuerde a las 270 niñas secuestradas en abril de 2014 de un colegio católico de Chibok, en el estado de Borno (Nigeria), por el ejército de Boko Haram. Niñas que siguen siendo sometidas a las más espantosas crueldades. «El mundo se olvidó de ellas!», exclamó Silva.

También hubo un apartado especial en su discurso para la militante social Milagro Sala, presa política del gobierno provincial jujeño desde enero pasado, a cargo de Gerardo Morales. Gran parte de las consignas que se escucharon en las tres jornadas del ENM estuvieron dedicadas a pedir la pronta liberación de la dirigente de la Tupac . Y Silva no dejó de valorar como un triunfo del género, que en este nuevo siglo se logró en la región elegir a tres jefas de Estado, en referencia a Cristina Fernández de Kirchner, Dilma Rousseff y Michelle Bachelet.

Agenda no superada

La referente del magisterio valoró la diversidad de mujeres que asistieron al encuentro, de todas las clases sociales y edades. También la posibilidad de defender los puntos y principios que son comunes, de darle continuidad a una agenda que todavía no está superada: «La laicidad del Estado, de cómo el Estado y la iglesia tratan el cuerpo de las mujeres como de su propiedad».

Para Silva el encuentro resultó «una sumatoria de fuerzas para enfrentar lo que se viene con los gobiernos conservadores, neoliberales, como el Macri en la Argentina y el de Temer en Brasil, que atacan primero las políticas públicas, algo que afecta directamente a las mujeres».

Mercantilización educativa

La dirigente sindical alertó sobre el avance de los organismos financieros como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde), que es la que promueve las famosas Pruebas Pisa, y también sobre los nuevos pactos que persiguen fines de lucro en materia educativa, como el Acuerdo sobre el Comercio de Servicios más conocido por Tisa, por su sigla en inglés (Trade in Services Agreement).

—La educación es uno de los temas clave de esas políticas públicas ¿qué es lo más preocupa de este tema en la región?

—La agenda mundial puesta por la Ocde, por el Banco Mundial y el FMI, que es una agenda privatizante, que abre la posibilidad al comercio educativo. Y países como la Argentina, Brasil o Colombia atraen mucho este capital en este proceso de privatización. Hay un acuerdo que está promocionando la Ocde que se llama Tisa, que plantea la liberación del comercio educativo. Lo que viene para nosotros, para América latina y el mundo es una fuerte privatización al sector educativo; y de diversas formas, porque hay distintas maneras de entregar las escuelas a las organizaciones privadas, donde el Estado entiende que es un servicio público pero no garantizado por él mismo. La principal agenda que tenemos que enfrentar hoy es contra la privatización de la educación. Una cuestión que más se fortalece con esta ola de gobiernos conservadores, que en la Argentina llegó por el voto, por poco, pero llegó, pero en Brasil por un proceso de golpe que no respetó a 54 millones de votos que eligió a una presidenta. O como en Honduras que fue un golpe más violento pero fue el primero de este siglo en nuestra América; o también como pasó en Paraguay. Son países muy vulnerables, en el sentido de aceptar las presiones y de liberalizar el comercio educativo. Lo que viene para nosotros es un período de muchas dificultades en todas las políticas públicas, y la educación está en primer lugar.

—¿Cómo afecta este proceso a las trabajadoras de la educación?

—Hay un fuerte desprestigio en la profesión docente hoy. Esto es parte de un proceso de campaña de desvalorizar lo público y justificar una privatización. En esta campaña todo lo que es público no sirve, no es bueno. Entonces cuando hay un acto de violencia en las escuelas públicas es tratado con grandes espacios por toda la prensa, divulgado las 24 horas, y si se trata de un colegio privado de «prestigio» poco se habla. Los resultados positivos de las escuelas públicas son ocultados. Hay una fuerte campaña de desprestigio tanto a la educación pública como al trabajo del docente.

—Para ese fin también se usan las pruebas estandarizadas.

—Las Pruebas Pisa sirven para hacer un ranqueo y avalar iguales con desiguales. Sirven para mostrar que América latina en este ranqueo no está bien, y que la culpabilidad está en los maestros «que no tienen buena formación, ni buena capacitación» entonces también «vamos evaluar a los maestros y a poner incrementos salariales a los buenos y aquellos que no son tan buenos los vamos a pasar a despido». Y sobre ese pretexto pasan a las escuelas a administraciones privadas que van a hacer las contrataciones de los docentes sin garantizar ningún derecho ni el proceso educativo. Algo parecido pasa con la gestión de la educación a distancia, con el uso de las tecnologías que son totalmente favorables; sin embargo el papel del colectivo, del maestro, del profesor, ese es imprescindible. La educación es un proceso colectivo, que tiene que sumar a las nuevas herramientas tecnológicas pero tiene que ser un espacio de convivencia y garantizado por el Estado.

Fuente: http://www.lacapital.com.ar/hoy-nos-toca-enfrentar-la-privatizacion-la-educacion-n1263389.html

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El eterno racismo en la tierra del Ku Klux Klan

Por: Ilka Oliva Corado

Surge la pregunta urgente, ¿qué hace Obama hablando de derechos humanos en Venezuela y firmando acciones ejecutivas injerencistas, cuando en su país la policía caucásica, asesina afro descendientes todos los días en crímenes de odio racial?

Partiendo de ahí es imposible hablar de democracia en el país, una falacia más de las tantas que ha inventado este sistema injerencista que no se ocupa de su política interna.

Sin lugar a dudas la peor vergüenza para la comunidad afro descendiente es haber tenido un presidente negro afín al capital, que no los representara con integridad y que con cada acción denigrara a sus ancentros e irrespetara a las generaciones futuras.

Más cruel aún, que vea asesinar afro descendientes en manos de la policía caucásica, en evidentes casos de odio racial y no haga nada al respecto, más que utilizar su oratoria y su excelente dramatización teatral para dar el pésame entre lágrimas y poesía. Una deshonra total para los mártires afro descendientes que dieron sus vidas en la lucha por los Derechos Civiles.

Más latente que nunca el ku klux klan, y más libre y más impune pues viene desde las entrañas del sistema de justicia de todo el país. La policía es solamente la acción evidente, hay mucho más en las sombras de la mediatización. ¿Derechos humanos en Estados Unidos? Jamás.

Esa segregación racial que no puede esconder Estados Unidos aunque quiera, es el elefante dentro de la habitación. Está en el sistema de salud, en el sistema de educación, está en las fibras más íntimas de la sociedad, en los patrones de crianza; en lo más banal ahí también está inmerso el racismo y el odio. Y lo evidente, en el sistema de justicia que no es imparcial cuando se trata de negros o latinos indocumentados. De unos años para acá, también con los musulmanes que son acusados así por así de terroristas.

Los actos terroristas en Estados Unidos los realiza todos los días la policía y esos torturadores, esos violadores, esos asesinos vestidos de uniforme, que son fieles al ku klux klan nunca van a la cárcel, a ellos nunca se les imponen cargos, a ellos siempre el sistema y la doble moral de la sociedad blanca caucásica los excusa y les avala el odio racial, porque también ellos se sienten superiores por el color de piel.

¿Por qué Obama no firma una Acción Ejecutiva de emergencia para tratar el odio racial de la policía hacia la comunidad latina indocumentada y afro descendiente? Así como las firma de inmediato para invadir países en democracia.

Y el papel de la sociedad, ¿Porqué no han salido las masas blancas caucásicas a exigir un alto a los crímenes raciales y a denunciar el sistema impune que deja libre a los culpables? ¿Todas las vidas importan en Estados Unidos? No, importan las blancas caucásicas nada más. ¿En dónde está la comunidad europea, la musulmana, la asiática y la latinoamericana uniéndose a las manifestaciones masivas de afros exigiendo justicia? La comunidad LGBTI que lloraba de alegría cuando legislaron la ley del Matrimonio Igualitario, ¿en dónde está ahora uniéndose a los afros exigiendo el respeto a la vida y a los derechos humanos? ¿Doble moral? ¿En dónde están la iglesias, los feligreses que toman las calles cuando del aborto se trata, en dónde están manifestando por el respeto a la vida de los negros? ¿Doble moral? ¿En dónde están los millones de indocumentados uniéndose a las manifestaciones? ¿Doble moral? ¿De qué estamos hechos? De porquería…

El sesgo con el que la mediatización de los medios de comunicación nacionales e internacionales han manejado la información es la evidencia de un racismo que se vive a nivel mundial. Pregunto, ¿en dónde están los presidentes del mundo que piden una invasión en Venezuela, exigiendo justicia por los crímenes de odio en Estados Unidos, cuestionando a Obama así como cuestionan a Maduro? ¿Por qué no piden la renuncia de Obama así como piden la de Maduro? Así como fueron Orlando, Francia, Charlie Hebdo, Bruselas y tantos ataques terroristas más, ¿por qué no son las vidas de los afro descendientes en Estados Unidos y el mundo?

¿Con qué cara Hillary Clinton, Biden y Obama le piden a Maduro que “respete” los derechos humanos de venezolanos cuando aquí en su país la policía asesina afros y latinos indocumentados todos los días y los culpables nunca van a la cárcel? ¿Doble moral?

Esto no se trata de negros y blancos. Se trata de un sistema impune, de una sociedad que solapa, de líderes que manipulan, de medios de comunicación que ocultan y tergiversan. Se trata de nuestra doble moral. Se trata del silencio de todos los que vivimos en Estados Unidos, nacidos aquí o no. Se trata de dejar a otros la responsabilidad que nos corresponde a nosotros desde nuestro lugar en la sociedad. Se trata de nuestra indolencia cuando la violencia la sufre otro que no habla nuestro idioma, que desconoce nuestra cultura, que no vive cerca de nuestra casa, que nació en otro país, que tiene distinto color de piel.

Se trata de lo inhumano que nos corroe y que nos convierte en lacayos idénticos a quienes ejercen la discriminación racial en los crímenes de odio, somos más culpables aún, por avalar la segregación racial y la injusticia con nuestro silencio y nuestra pasividad.

Esto también nos incumbe a todos dentro y fuera de Estados Unidos, porque el odio racial existe en todo el planeta. Esto debe llamarnos a una auto evaluación de nuestro papel en la sociedad. Y preguntarnos las veces que sean necesarias, ¿de qué manera ejerzo yo el racismo? ¿En qué forma solapo la segregación racial? Y la más importante, ¿qué puedo hacer yo desde mi lugar en la sociedad para crear un cambio? ¿De qué manera me puedo involucrar?

¿Qué tal va nuestra doble moral? ¿Es nuestro país también tierra del ku klux klan? ¿De qué magnitud es el racismo en nuestra casa, colonia, pueblo, comunidad, país? ¿Qué tan patriarcales, misóginos, machistas, clasistas, racistas, xenófobos y mente colonizada somos?

Nuestra mayor irresponsabilidad como ciudadanos del mundo es dejar en manos de otros lo que nos corresponde como seres individuales, que somos parte de un todo, porque al final de cuentas todo en este mundo va de la mano. ¿Todas las vidas importan? Depende: el género, el color, la étnia, la nacionalidad, la clase social y grado de escolaridad, es nuestra consigna en el mundo entero. Vaya nivel de deshumanización el nuestro.

Blog de la autora: https://cronicasdeunainquilina.com/2016/07/09/el-eterno-racismo-en-la-tierra-del-ku-klux-klan/

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Entrevista a Tenti Fanfani: “La educación no se mide como la inflación”

23 Octubre/Fuente:inforegion/Autor: Cintia Vespasiani

El sociólogo experto en educación advirtió a Info Región que en países como México y Chile “ha habido un uso perverso” de la evaluación. “Se ha utilizado para etiquetar escuelas, institucionalizar jerarquías y territorios. Van a hacer ranking y a fomentar la competencia entre establecimientos”, apuntó. Criticó el “frenesí evaluacionista absurdo de la derecha».

El experto en educación Emilio Tenti Fanfani fue crítico con el operativo Aprender 2016, desarrollado en los últimos días por el Gobierno nacional. Con argumentos pedagógicos y su experiencia como consultor de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) en la Universidad Pedagógica de la provincia de Buenos Aires (UNIPE), advirtió que “lossindicatos y los actores sociales tienen razones para sospechar”.

En ese marco, apuntó que en el país “hay mucha información acumulada” y que, de acuerdo con la Ley nacional de Educación, debería haberse convocado a un consejo nacional de calidad educativa para llevar a cabo una nueva evaluación. “¿Por qué no se implementó un dispositivo que está en la ley actual de educación?”, cuestionó en diálogo con este medio.

“La llamada Ley Nacional de Educación de 2006 establece un Consejo Nacional de Calidad de la Educación en el artículo 98, que dice que será conformado por miembros de la comunidad académica, científica, de reconocida trayectoria en la materia, representantes del Ministerio, del Consejo Federal de Educación, del Congreso Nacional, las asociaciones del trabajo y la producción y las organizaciones gremiales docentes con personería nacional. Yo fui miembro de esa comisión que se reunió dos o tres veces nada más. Debe funcionar como organismo asesor”, explicó el también titular de Sociología de la Educación en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA.

“Puede tener usos virtuosos o perversos”. Según el especialista, un operativo de este tipo, “complejo y que da lugar a suspicacias”, requiere de “legitimidad” y “consenso”. “El Gobierno dice que hay información pero que no es válida o es defectuosa o que los operativos anteriores fueron mal hechos. Y esa es una simple opinión. Si tenían dudas, hubiesen hecho como se hace en los países serios: convocar a una comisión de expertos, científicos, tenemos excelentes escuelas de estadísticas en el país, con los mejores especialistas en estadística educativa y que valoren el estado de la situación”, señaló y advirtió que, tal como se está realizando, “es la opinión política de un funcionario que está en contra de la opinión política del que estaba antes”.

En ese marco, advirtió que el método empleado en el Aprender 2016 “tiene historia en otros países del mundo”. “En México, por ejemplo, está en el centro de la agenda política, para evaluar a los maestros”, destacó y advirtió que la el instrumento “puede tener usos virtuosos o perversos”. “Se dice que es para conocer los problemas y abordarlos, pero en otras partes del mundo se ha utilizado para etiquetar escuelas, institucionalizar jerarquías y territorios. Van a hacer ranking con esto, estigmatización y control y un sistema de premios y castigos para fomentar la competencia entre establecimientos. Ese es uno de los argumentos, y en todo el mundo ha sido así”, acusó.

En ese sentido, resaltó que “hay gente que está en contra de que no se hagan públicos los promedios de los establecimiento porque creen que hay que estimular la competencia”. “Entonces, los sindicatos y los actores sociales tienen razones para sospechar”, señaló y avaló, así, la fuerte resistencia que generó la iniciativa entre sindicatos docentes y centros de estudiantes.

Fue aún más lejos al señalar que el verdadero fin de la medida es “introducir un mecanismo de competencia”. “Creen que la competencia entre establecimientos es sana, aunque mejor es fomentar la cooperación. También impulsar la competencia entre los docentes y pagarle más al que saca mejor resultado, como están haciendo en Chile y otros países. No es arbitraria la sospecha de los sindicatos”, insistió.

“Esto no aporta”: los argumentos. En otro orden, indicó que el argumento empleado por las autoridades para realizar el balance “es de sentido común”. “Efectivamente para tomar decisiones acertadas una de las condiciones es tener información. Esa es una obviedad. Pero creo que en el caso del Ministerio de Educación ese famoso estado de situación o diagnóstico ya lo tenemos”, aseguró.

“Este operativo es uno más de los que se vienen haciendo en el país desde 1994. Pero después se institucionalizó, con la Ley Federal de Educación, un sistema nacional de evaluación de la calidad de la educación. Se hicieron censos, muestras, el país participó en estudios internacionales como el Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (PISA) y la Unesco. Hay mucha información acumulada en las computadoras del Ministerio”, detalló.

Y cuestionó: “¿Vamos a saber con esto quienes aprenden más y quienes aprenden menos, si los rurales o los urbanos, los de las públicas o las privadas, los pobres o los ricos? ¿En contenidos qué novedad puede haber? La educación no se mide como la inflación, que cambia mes a mes”.

Si bien no coincidió con la crítica respecto de que la prueba sea estandarizada y no contemple los contextos sociales o económicos, resaltó no conocer cómo se van a contextualizar los datos. “No imagino cómo van a contextualizar esto. Porque es medio débil que le pregunten a los chicos de qué trabaja el padre o qué bienes tienen en su hogar. No sé cómo van a medir el nivel socio económico de los chicos”, indicó.

A su vez, criticó la “baja capacidad de hacer uso de la información existente” y cercioró que la técnica del muestreo hubiese sido más eficiente que la censal. “Si se quiere tener un panorama nacional, según contexto, se tiene la técnica del muestreo, que es más barata, más ágil y da un panorama general, de radiografía”, apuntó.

Respuesta a Bullrich. Luego de que el ministro de Educación de la Nación, Esteban Bullrich atribuyera la resistencia de los docentes a “prejuicios ideológicos”, Tenti Fanfani indicó: “Él sabe que esta desconfianza existe”.

¿Por qué salir a condenar la calidad de la información existente en el Ministerio sin ningún tipo de argumento técnico? con dos o tres frases que dice alguien que ni siquiera es especialista”, disparó y volvió a cuestionar: «¿Por qué no se convocó a los actores si está el dispositivo institucionalizado en la ley?»

“En todo el mundo los sindicatos han sospechado de estos operativos porque tienden a jerarquizar. Menos mal que no se les ha ocurrido tomarles examen a los docentes. Hay un frenesí evaluacionista en ciertos polos de centro derecha, en espacios políticos de este tipo, que es absurdo. La manía de la evaluación. Todo se resuelve evaluando. Nos pasamos tomando la fiebre. ¿Por qué no usamos la información que tenemos si ya sabemos dónde están los problemas? Entonces, hay derecho a sospechar”, resumió.

Fuente de la entrevista: http://www.inforegion.com.ar/noticia/205568/tenti-fanfani-la-educacion-no-se-mide-como-la-inflacion

Fuente de la imagen: http://www.inforegion.com.ar/uploads/205571_1.jpg

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Colombia mejoró 7 puntos en resultados de pruebas Saber 11

América del Sur/Colombia/22 de octubre de 2016/www.eltiempo.com

Presidente anunció que la mejora incrementa el mínimo puntaje a 342 para aplicar a Ser Pilo Paga.

El presidente de la República, Juan Manuel Santos Calderón, destacó este viernes el incremento de siete puntos en el promedio nacional de los resultados de las últimas pruebas Saber 11°.

Lectura crítica registró, entre las cinco áreas de conocimiento que evalúa el examen de Estado, el mayor aumento, al pasar de 49,7 a 52,6, seguida por ciencias naturales, que pasó de 50,1 a 52,6 e inglés con un incremento de 50,4 a 51,9.

“Es un resultado sencillamente extraordinario. Este incremento muestra una evolución positiva en términos de la calidad de la educación y es un indicador evidente de que Colombia puede llegar a ser el país mejor educado de América Latina en el 2025”, aseguró Santos.

 Los 542.000 estudiantes que presentaron las pruebas Saber 11º el pasado 31 de julio podrán consultar este sábado 22 de octubre sus resultados a través la página web del Icfes. De ellos, 10.000 jóvenes recibirán un mensaje en la plataforma informándoles que hacen parte del grupo de potenciales beneficiarios del programa “Ser Pilo Paga” en su tercera edición.

El Presidente agregó que en los últimos dos años el puntaje de los preseleccionados para el programa “Ser Pilo Paga” aumentó en 32 puntos, al pasar de 310 en la primera edición a 342 en esta tercera versión. En el 2014, un 16% de los estudiantes que obtuvieron los 25.000 mejores resultados en las pruebas de Estado lograron hacer parte del grupo de potenciales pilos, en el 2015 un 28 % y este año un 41 %.

“‘Ser Pilo Paga’ está impulsando la calidad de la educación en Colombia. Hoy los jóvenes se están esforzando para ser los más pilos, padres y maestros también se están esforzando para que sus alumnos y sus hijos se destaquen en las pruebas de Estado ¡Los pilos cada vez son más pilos!”, agregó el Primer Mandatario.

En esta versión el mayor número de potenciales beneficiarios del programa ‘Ser Pilo Paga’, además de Bogotá (11,85 %) se encuentran en los departamentos de Antioquia (10,26 %), Santander (9,55 %), Atlántico (8,59 %), Valle (6,87 %) y Nariño (6,54 %). Un 56 % de los preseleccionados son hombres y un 44 %, mujeres.

El Ministerio de Educación Nacional ha invertido 497.913 millones de pesos en ‘Ser Pilo Paga’ que hoy favorece a 21.702 jóvenes estudiantes de todos los departamentos del país. El programa ha beneficiado al 84 % del territorio nacional con ‘Pilos’ de 947 de los 1.122 municipios de Colombia. Para el año 2018 la meta es llegar a un total de 40.000 Pilos.

Tomado de: http://www.eltiempo.com/estilo-de-vida/educacion/resultados-de-pruebas-saber-2016/16731815

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Argentina: Docentes Neuquén: construir un frente y recuperar el sindicato para la lucha

Argentina/22 de Octubre de 2016/Izquierda Diario

Hace varias semanas las agrupaciones opositoras de aten vienen realizando reuniones con la finalidad de conformar un Frente electoral que pueda volver a poner en pie el método democrático y la combatividad que supo caracterizar al sindicato.

Hoy en Neuquén la policía del MPN baleó a un trabajador estatal en medio de una protesta sindical, mostrando una vez más el verdadero rostro de este partido de gobierno que en pos de garantizar los negocios de las petroleras y los privados dispone su fuerza represiva contra las trabajadoras y trabajadores que reclaman por sus condiciones laborales.

A dos semanas de que la Justicia declaró extinguida la causa Fuentealba II, la policía se siente impune y vuelve a cargar contra los trabajadores. Estos hechos son indicios del rumbo que va a tomar el gobierno en la era Macri. Los sindicatos y centrales tienen que ponerse en pie de unidad y lucha contra el gobierno nacional y provincial porque vienen por todos nuestros derechos: previsionales, el salario, las condiciones laborales y los derechos a la salud y la educación.

Por esto la Agrupación Negra viene impulsando la conformación de un frente que pueda recuperar aten de las manos del TEP (kirchnerismo) y comenzar a reorganizar el sindicato a través de sus delegados y asambleas para defender los derechos y la educación pública. Esta tarea requiere los mayores esfuerzos de cada una de las agrupaciones opositoras para conquistar una gran fuerza que no se limite a lo electoral. En este sentido contra todo personalismo que ponga por delante los intereses de un sector en contra de los de la mayoría, la propuesta de la Negra es que la directiva de capital esté conformada por una representante de cada agrupación.

A nivel provincial la propuesta es que encabecen las seccionales dirigidas por la oposición al TEP y tratar de recuperar seccionales para ponerlas al servicio de la lucha.

Todo esto como parte de la apuesta a que desde el primer momento que sean decenas de compañeras quienes tomen en sus manos las tareas de un sindicato de todos y para todos.

Fuente: http://www.laizquierdadiario.com/Docentes-Neuquen-construir-un-frente-y-recuperar-el-sindicato-para-la-lucha

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El desempleo juvenil y la educación para el emprendimiento

Por: Miguel De Castilla Urbina

La falta de correspondencia entre las demandas de los sectores productivos y las ofertas de los sistemas escolares, en términos del personal  capacitado para participar eficientemente en las empresas y unidades industriales y de servicios, tiene diferentes  formas de manifestarse según países y el nivel de desarrollo de los mismos.  En la mayoría de los casos, particularmente en los del mundo del subdesarrollo, los sectores productivos impulsados por las demandas de los procesos de globalización económica y los tratados de libre comercio, piden a las universidades y centros de educación técnica productos que estas, debido a diferentes factores, no están en capacidad de ofrecer, lo que está obligando a repensar la viabilidad financiera de estos aparatos si no cambian de misión, o al menos introducen cambios en sus apuestas curriculares y administrativas que ayuden a mitigar las consecuencias de ese desencuentro.

Las consecuencias de la falta de acuerdo entre los dos subsistemas mencionados, afecta no solo a los aparatos productivos y a las propias unidades  académicas, sino que también a la propia clientela estudiantil que logra matricularse y graduarse en las mismas.  La más dramática de ellas se produce cuando él o la recién graduada (o), conforme su perfil profesiográfico, busca empleo en los mercados de trabajo de cualquiera de nuestros países y no logra encontrarlo, iniciándose a partir de esta situación múltiples búsquedas, negaciones y fracasos.  El problema del desempleo juvenil para la población recién graduada, común y casi natural en los países empobrecidos de la periferia capitalista, en los últimos años se ha puesto de moda en todos los sectores de la geografía humana, especialmente en las economías de los países altamente desarrollados como los europeos.  Por ello no es extraño que la Comisión Europea, desde los primeros años del siglo que transcurre, se haya dado a la tarea de generar toda una iniciativa de cara a la construcción y difusión de una ideología llamada del emprendimiento como sinónimo del también llamado espíritu empresarial.

En este orden, en el año 2003, la Comisión Europea publicó el «Libro Verde del Espíritu Empresarial», definiendo al emprendimiento o espíritu  empresarial, como “la actitud en la que se refleja la motivación y la capacidad del individuo, independiente o dentro de una organización, a la hora de identificar una oportunidad y luchar por ella para producir nuevo  valor o éxito económico.  Hace que la creatividad o la innovación se introduzcan en un mercado ya existente y compitan en él y lo cambien, o den lugar, incluso a la creación de nuevos mercados”.

De lo que se trata es, de que la persona que busca trabajo y no logra encontrarlo, no se dé por vencido y por el contrario esté en capacidad de generar ideas que sean capaces de convertirse en los gérmenes de una futura empresa.  Ese es el sentido del llamado espíritu empresarial, como sinónimo de la actitud o conjunto de capacidades de los seres humanos para crear empresas, sea de manera individual o colectiva como si fuesen cooperativas.  Es el emprendimiento como “la actitud y el proceso de crear una actividad económica (empresa) combinando la asunción de riesgos, la creatividad y la innovación, en una organización nueva o en una ya existente”.

En años recientes la difusión de este enfoque propio de la esfera empresarial, ha venido ganando terreno en el campo educativo, llegando al extremo que algunos agreguen a los cuatro aprendizajes propuestos por la Comisión Delors en la Educación encierra un tesoro, un quinto aprendizaje con el nombre de «Aprender a Emprender», y otros ya hablen de una educación para el emprendimiento.

En Nicaragua, donde el Gobierno de la República, la Empresa Privada y los trabajadores en alianza, luchan en contra de todos los espacios donde se reproduce la pobreza, existen múltiples manifestaciones que buscan diseminar las semillas del emprendedurismo a través de artículos de opinión, noticias periodísticas, cursos cortos de capacitación y/o posgrados, los que debieron servir como antecedentes para la elaboración de un currículo, que en todos los niveles del sistema escolar, desde el preescolar hasta todas las carreras de la educación superior, enseñe a investigar, innovar, crear y también enseñe a emprender.

Fuente: http://www.elnuevodiario.com.ni/opinion/407852-desempleo-juvenil-educacion-emprendimiento/

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Las neurociencias no revolucionan la educación

Por: Daniel  Brailovsky

El fenómeno mediático y comercial que explota los valiosos aportes de la neurociencia contemporánea como un hito revolucionario del campo educativo, reedita conservadurismos y asordina una mirada política y propiamente pedagógica sobre los desafíos que enfrenta el sistema educativo.

El impulso de un proyecto de ley sobre Dificultades Específicas del Aprendizaje (1) ha suscitado una oleada de reacciones por parte de educadores, profesionales de la salud y científicos sociales que reconocen en esta iniciativa otra expresión de las miradas cientificistas y reduccionistas sobre el aprendizaje escolar. Si bien la iniciativa se funda en la intención de garantizar derechos, evitar estigmatizaciones y ampliar el compromiso del Estado asumiendo mayores compromisos en materia de salud y educación, tras la apariencia científica de los argumentos, el aprendizaje escolar (y sus dificultades) aparece definido como un problema puramente biológico o neuronal. Esto supone valoraciones sobre la sociedad, la cultura y la educación que van desde el reduccionismo y la falacia, hasta la más pura eugenesia o el darwinismo social. Los portavoces de esta perspectiva asumen que hasta el 10% de los problemas escolares se debe a la falta de diagnóstico temprano de un proceso de índole neurobiológico con base genética. La puesta en segundo plano de las principales dimensiones del fracaso escolar (pedagógica, didáctica, social, cultural, económica y política), convive en el debate amplio con argumentos tan escandalosos como la formulación de una explicación neuronal de la pobreza, descripta en términos de “capital mental” (figura teórica que podría leerse como una caricatura fisiológica del capital cultural de Pierre Bourdieu) y que es presentada en forma mediática y bajo el auspicio de grandes empresas por los principales promotores de esta corriente de pensamiento.

Pero ni el proyecto ni sus promotores constituyen el centro del problema, pues éste es la expresión más reciente de un fenómeno más amplio. En perspectiva, se inscribe en el contexto de iniciativas análogas que han visto la luz en los últimos años. Probablemente una de las más pintorescas sea el proyecto de una ley de “educación emocional” que busca “desarrollar mediante la enseñanza formal las habilidades emocionales” (p.e. autorregulación emocional, motivación o aprovechamiento productivo de las emociones), convirtiendo algo tan complejo, inasible y sanamente ingobernable como la emoción en una especie de currículum afectivo normalizador. (2) Esta mirada neopositivista de las dificultades de aprendizaje se reconoce también en el llamado “Trastorno por déficit de atención con hiperactividad” (ADD o ADDH), que con demasiada frecuencia es lisa y llanamente un eufemismo médico para aludir al hecho de que no todos los alumnos se quedan quietos escuchando cuando las clases son aburridas, están mal pensadas o desconocen la necesidad de construir la enseñanza desde la alteridad y el diálogo. La experiencia con el ADD/ADDH, además, ha mostrado contundentemente lo que sucede cuando los problemas de aprendizaje son sacados de contexto y adjudicados a una patología del alumno: severas situaciones de abuso de los medicamentos, adicciones y situaciones recurrentes de estigmatización.

Hasta aquí, nada nuevo. Neurólogos (o psicólogos, o gurúes del credo que fuere) desbordan de entusiasmo y creen que sus postulados están llamados a revolucionar la educación. Ya ha sucedido muchas veces. Y no es curioso que, como en todas las versiones anteriores, muchos de los textos que hablan de neurociencias y educación se digan portadores de visiones críticas acerca de la escuela tradicional, y hasta se autoproclamen revolucionarios. “La revolución del cerebro”, “la nueva educación basada en el cerebro” o “la revolución de la neuropedagogía”, son algunos de los estandartes que sostienen. Para cualquier pedagogo, sin embargo, es evidente que los hallazgos en materia de neurobiología no aportan a la pedagogía lo bastante como para considerarse revolucionarios. La asombrosa posibilidad de observar mediante complejas tecnologías el funcionamiento de un cerebro vivo, es fascinante. Sólo la buena ciencia ficción ha anticipado este increíble avance. Pero creer que este logro se traduce en revoluciones educativas es un exabrupto que desconoce por completo el sentido del hecho educativo.

Pero ya se ha dicho tanto, y tan bien dicho, sobre estas iniciativas como emergentes de un nuevo conservadurismo educativo, que optaré aquí por entrarle al asunto desde otro ángulo. Me gustaría analizar la cuestión a partir de la pregunta por el autoproclamado carácter “revolucionario” de los enfoques neurocientíficos aplicados a la vida escolar, y esbozar algunos argumentos que podrían ayudar a pensar la cuestión desde una perspectiva más que legítima: la propiamente pedagógica.

La enseñanza se enfrenta a enormes dilemas. Los profesores se aferran a modelos “tradicionales” aun cuando desde hace siglos existen voces críticas que intentan desterrarlos de las aulas. Los manifiestos escolanovistas de principios del siglo XX ya expresaban (mucho antes de las resonancias y las tomografías, y de un modo mucho más ordenado y elocuente) todos los principios que hoy proclama la neuropedagogía. Una excelente recopilación de estas ideas clásicas puede hallarse en el libro más reciente de Philippe Meirieu, el punto de partida es su cólera hacia los panfletos que difunden las tesis clásicas de la educación nueva presentándolas como paquetes fáciles de vender. (3) Y traigo a Meirieu simplemente para mostrar que son muchos en todo el mundo los que observan con preocupación cómo los gurúes mediáticos del momento presentan, simplificadas y vulgarizadas, ideas que ameritan pensarse mejor.

La mayor parte de las prácticas “tradicionales” criticadas tienen que ver con el excesivo centramiento de la enseñanza en la figura del docente, que explica y despliega sus saberes, y con el olvido de los intereses auténticos y las necesidades de los alumnos, que quedan relegados a una posición de espectadores pasivos. Algunos partidarios de los enfoques neuropedagógicos suponen que conocer mejor el cerebro equivale a conocer mejor al alumno y sus potencialidades, y creen que este conocimiento devendrá en una revitalización del olvidado lugar del estudiante en el aula. Sin embargo, en este razonamiento hay una falacia evidente: las razones del olvido del lugar del alumno no pueden buscarse sólo ni principalmente en los misterios del cerebro. No sólo porque el organismo no es el cuerpo, sino porque este dilema educativo tiene explicaciones mucho menos lineales, que es preciso mirar pedagógicamente.

Ensayemos entonces una explicación desde la pedagogía, presentando tres argumentos.

Primer argumento: mirar el cerebro, no es mirar al alumno. La enseñanza es dos cosas a la vez. Por un lado, es una relación que involucra el encuentro (emotivo, intenso, comprometido) de personas que ahondan en algo tan íntimo y profundo como el saber, las creencias, las convicciones y la ideología. Y al mismo tiempo, la enseñanza es un sistema político y social, de proporciones industriales, que distribuye credenciales, habilitaciones y títulos profesionales. A la enseñanza le cuesta mucho ser ambas cosas a la vez, pero necesita imperiosamente ser las dos cosas. Necesita ser una relación, porque sin alteridad, no podría haber aprendizaje profundo y significativo. Y necesita ser un sistema público, porque de otro modo no podría estar al servicio de un proyecto social, y sería un abanico atomizado de experiencias individuales. Cuando discutimos sobre las tareas que la maestra manda para hacer en el hogar, por ejemplo, pensamos la enseñanza como una relación. Cuando opinamos sobre la inclusión en el currículum oficial de la educación sexual, en cambio, la pensamos como un sistema. Ambas cosas son necesarias. Pero –y aquí viene el problema– algunas demandas del sistema influyen fuertemente en las relaciones de enseñanza. El ejemplo más obvio: la existencia de contenidos obligatorios, como la mitocondria, los ángulos consecutivos, el Peloponeso, las dicotiledonias, los anticiclones, los afluentes del Paraná, etc. El programa oficial es necesario, pero hace más difícil para los profesores partir del puro interés de los alumnos, y vuelve a la enseñanza más proclive a centrarse en la explicación del docente. Este antiquísimo dilema, como es evidente, no se resuelve conociendo mejor las bases fisiológicas o neuronales del aprendizaje, sino pensando mejor las relaciones entre las dimensiones didácticas y políticas de la educación.

Segundo argumento: conocer científicamente el aprendizaje no es el único modo (ni el mejor, tal vez) de mejorar la enseñanza. Las neurociencias que miran la educación con la esperanza de revolucionarla, emplean la expresión “enseñanza basada en el cerebro”. El punto de partida, dicen, debe ser un conocimiento más detallado de los mecanismos del aprendizaje. Los argumentos que se utilizan en general son parecidos a los de la psicología evolutiva clásica: “si entendemos cómo funciona la mente, educaremos mejor”. En ambos casos el riesgo es similar: se intentan reemplazar los esfuerzos que demandan las relaciones educativas (complejas, cambiantes, políticas, insertas en instituciones) por fórmulas esenciales sobre “el alumno” o “el aprendizaje”.

Desde un lugar muy diferente, las pedagogías críticas (en plumas como las de Paulo Freire, por nombrar un destacado referente) sostienen que el punto de partida de la enseñanza es el marco cultural, ideológico, político y social de los alumnos. Esta idea se reafirma desde muchos ángulos, incluidas las nuevas visiones psicológicas sobre el aprendizaje, representadas en las lecturas actuales de la teoría sociohistórica de Lev Vigotsky, donde el aprendizaje no es escindido de las relaciones sociales en las que tiene lugar. Desde esa visión, está claro que no hay recetas ni verdades absolutas. Hay que saber mirar, y desarrollar en forma más artesanal que metódica una mirada sensible sobre las relaciones que van tejiendo la trama de lo educativo. Y aunque esta idea es más o menos incompatible con la que sostiene que el punto de partida de la educación es el conocimiento del cerebro, paradójicamente muchos autores de la corriente neurocientífica se dicen afines a las pedagogías críticas, y a la corriente de la escuela nueva. Sin embargo, si uno toma algunos de los principios generales de las pedagogías críticas o del movimiento de la escuela nueva, observará que las coincidencias son pocas, y las diferencias muchísimas.

En lo que sí coinciden es en algunas de las recomendaciones prácticas propuestas. Repasando el artículo 6 del proyecto de ley sobre Dificultades Específicas del Aprendizaje, por volver al ejemplo, pueden leerse ideas tan interesantes como “brindar mayor cantidad de tiempo para la realización de tareas”, “asegurar que se han entendido las consignas”, “facilitar el uso de ordenadores, calculadoras y tablas”, “ajustar los procesos de evaluación a las singularidades de cada sujeto” o “asumirse como promotores de los derechos de niños (…)”. Se agregan otros del orden de: “evitar copiados extensos y/o dictados” y evitarle a los niños “exposiciones innecesarias frente a sus compañeros”. Todas estas recomendaciones, eclécticas herederas de tradiciones tan diversas como la didáctica clásica, la psicopedagogía diferenciada, el escolanovismo, la educación especial y el sentido común, existen todas ellas desde hace muchísimo tiempo en la teoría y en el currículum oficial, que es donde suelen hallarse referencias a recomendaciones tan específicas. En lo que claramente no se basan, es en un crucial conocimiento acerca del cerebro. Todo parece apoyar la idea de Steven Rosede que la dirección de la utilidad es la contraria: “Esto es menos sobre lo que los educadores puedan aprender de nosotros, y más acerca de cómo su experiencia de la enseñanza puede ayudar a enmarcar las preguntas que los neurocientíficos hacen sobre el cerebro”.

Los conocimientos científicos acerca del aprendizaje siempre han sido un insumo del trabajo escolar. Sirven para acompañar hipótesis de trabajo de los docentes y para brindarles una formación amplia y general. Pero no son el único modo de fortalecer el lugar de los alumnos en las relaciones educativas. Y no lo son, porque en lugar de acercar a maestros y alumnos en una relación más libre, más sincera y más comprometida, estos saberes (psicológicos antaño, neurocientíficos más recientemente) ponen al aprendizaje y a la enseñanza en lugares rígidos y supuestamente asépticos. Puede ser útil saber qué límites impone la biología a los tiempos de un bebé, por ejemplo, o cada cuántos minutos la mente debe descansar, o cuán necesaria es la hidratación para prestar atención. Pero lo cierto es que las acciones de los maestros se significan en sus relaciones con los alumnos, y no hay un modo de estandarizar ni medir en forma absoluta sus efectos.

En el caso puntual de la dislexia, puede ser interesante saber que las dificultades para aprender a leer y escribir (que cualquier maestro detecta y reconoce sin un certificado médico) incluyen en su origen componentes biológicos. Pero ello no cambia el hecho de que el trabajo pedagógico para acompañar el aprendizaje de esos niños y niñas no se nutre de (ni se basa exclusivamente en) el diagnóstico. Resulta difícil imaginar en este caso efectos diferentes a los de la misma estigmatización que se pretende prevenir. La experiencia con el ADD/ADDH ha mostrado claramente a qué puede conducir la medicalización de los problemas de aprendizaje. El terreno para construir esta reflexión no es el de la ciencia dura, sino el de la ética. El lugar de la ciencia no es clasificar a los alumnos según su condición sino, en todo caso, formar parte del amplio conjunto de instancias con las que cuentan los docentes y el Estado, para dar forma a los proyectos educativos.

Por último, el tercer argumento reposa en el hecho de que el fenómeno de las neurociencias en educación es uno de orden discursivo, con todo lo que ello implica: tribus que crean y habitan sus jergas, y lenguajes que, al decir de Foucault, tallan los objetos que nombran. En ese punto, el cruce entre ambas disciplinas (neurobiología y pedagogía) se funda en una serie de malentendidos, el primero de los cuales es la visión deformada que cada una de ellas tiene de la otra. Muchos educadores aceptan con demasiada ingenuidad todo lo que proviene de las investigaciones neurológicas, tal vez por la misma razón que aportaron cinco millones de “me gusta” al sitio en Facebook que promueve la ley de educación emocional. ¿Quién va a estar en contra de hablar de las emociones en la escuela, ante tanta tradición racionalista en los sistemas de enseñanza? ¿Quién se va a oponer a tomar aquello que los científicos descubren como plataforma de la enseñanza, con lo serios y asépticos que se ven en sus delantales, igual que en las propagandas de jabón para la ropa? Los expertos en neurociencias, por su parte, tienen en general una visión algo simplificada de lo que significa educar. Los relatos de sus experiencias en la escuela y algunas estadísticas generales suelen ser toda la evidencia que aportan para reconocer en la escuela un recipiente ideal de los avances en las investigaciones. Los reduccionismos a ambos lados de la relación, entonces, no ayudan.

Finalmente, lo que parece haber detrás de esta euforia por los avances neurocientíficos como panaceas capaces de revolucionar la educación es la vieja idea iluminista del progreso, siempre solidaria con los afanes de control. La misma idea que Pablo Minini expresó muy bien en su artículo del 24 de septiembre en este diario: una conducta o una emoción generan cierta actividad neuronal medible, y la expectativa de estos enfoques es lograr que la conducta se adapte a la norma. “Lo que en verdad les importa”, dice Minini, “es lo que las neuronas les hacen hacer a las personas. Y cómo un técnico puede controlarlo”. Por eso, desde una visión crítica parece improbable que los aportes de las neurociencias a la educación constituyan algún tipo de revolución copernicana para la educación, la enseñanza y las prácticas escolares. Los modos de la educación de cambiar de paradigma, de atravesar sus “revoluciones”, en general tienen que ver con cosas pequeñas, pero muy trascendentes: cómo establecemos una conversación entre maestros y alumnos, cuánto y cómo sabemos escucharnos, cómo imaginamos el futuro común, qué permisos habilitamos para ser uno mismo dentro del aula y, por supuesto, cómo conciliamos las demandas que la enseñanza presenta a nivel de las relaciones individuales y a nivel de las utopías sociales.

(1) Se trata del proyecto de ley S-1680/15, presentado por la senadora María Laura Leguizamón.

(2) Puede hallarse más información al respecto en el sitio en Facebook del proyecto:https://www.facebook.com/fundacioneducacionemocional/about/

(3) Philippe Meirieu, Recuperar la Pedagogía: de lugares comunes a conceptos claves, Buenos Aires: Paidos, 2016.

Fuente: http://insurgenciamagisterial.com/las-neurociencias-no-revolucionan-la-educacion/

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