México: Preocupación continua, principal riesgo psicoafectivo en estudiantes y docentes

Por: Pedro Rendón

‘Preocupación continua’ fue el principal elemento de riesgo psicoafectivo que encontró entre estudiantes y docentes de primaria la dimensión psicológica de Educar en contingencia. Hallazgos y retos en educación básica, investigación interinstitucional e interdisciplinar coordinada por la Universidad Iberoamericana Ciudad de México.

La Dra. Cimenna Chao Rebolledo, investigadora del Departamento de Educación y académica de la Especialidad en Educación Socioemocional de la IBERO, explicó que el objetivo de dicha dimensión (que ella coordinó) fue evaluar el impacto psicológico y en el bienestar socioemocional que ha tenido la contingencia sanitaria en los docentes y estudiantes.

Ello, a partir de determinar sus emociones y sentimientos asociados al aislamiento y distanciamiento social, las posibles conductas de riesgo psicosocial y psicoafectivo relacionadas con estas condiciones de vida (ansiedad, depresión, estrés, violencia); así como los factores de protección y procuración de bienestar socioemocional (regulación emocional, resiliencia, empatía, autopercepción de autoeficacia, estilos de afrontamiento y crecimiento postraumático) y su repercusión en sus procesos de enseñanza y aprendizaje.

En el estudio, realizado durante los primeros meses de la pandemia, se encontró que la mayoría de niños, niñas, jóvenes y docentes entrevistados se encontraban en un nivel de atención prioritaria en términos de riesgo conductual, es decir, que su estilo de vida, hábitos de alimentación y de sueño se habían visto afectados, lo que “pondría en jaque su bienestar emocional y por ende su bienestar físico”.

Entre los ‘Elementos de riesgo psicoafectivo en estudiantes de primaria’ (en una muestra de 60 mil 52 personas), se encontró lo siguiente. Preocupación continua: 40% de acuerdo, 27% en desacuerdo, 19% totalmente en desacuerdo y 14% totalmente de acuerdo; Sensación de intranquilidad: 42% en desacuerdo, 29% de acuerdo, 21% totalmente en desacuerdo y 8% totalmente de acuerdo.

Tristeza: 42% en desacuerdo, 25% de acuerdo, 25% totalmente en desacuerdo y 8% totalmente de acuerdo; Miedo: 45% en desacuerdo, 26% totalmente en desacuerdo, 23% de acuerdo y 7% totalmente de acuerdo; Aburrimiento: 38% de acuerdo, 25% en desacuerdo, 19% totalmente de acuerdo y 18% totalmente en desacuerdoy Problemas de sueño: 48% en desacuerdo, 37% totalmente en desacuerdo, 11% de acuerdo y 4% totalmente de acuerdo.

Y como ‘Elementos de riesgo psicoafectivo en docentes de primaria’ (muestra: 13 mil 63). Preocupación continua: 28% de acuerdo, 26% totalmente de acuerdo, 18% ligeramente de acuerdo, 11% totalmente en desacuerdo, 10% en desacuerdo y 6% ligeramente en desacuerdo; Sensación de intranquilidad: 22% de acuerdo, 22% ligeramente de acuerdo, 19% en desacuerdo, 14% totalmente en desacuerdo, 13% totalmente de acuerdo y 10% ligeramente en desacuerdo; Tristeza: 25% en desacuerdo, 21% ligeramente de acuerdo, 19% totalmente en desacuerdo, 14% de acuerdo, 13% ligeramente en desacuerdo y 8% totalmente de acuerdo.

Desánimo del futuro: 25% en desacuerdo, 23% totalmente en desacuerdo, 17% ligeramente de acuerdo, 14% de acuerdo, 13% ligeramente en desacuerdo y 8% totalmente de acuerdo; Estrés: 24% totalmente de acuerdo, 21% de acuerdo, 16% ligeramente de acuerdo, 15% en desacuerdo, 13% totalmente en desacuerdo y 10% ligeramente en desacuerdo; y Problemas de sueño: 20% totalmente en desacuerdo, 20% en desacuerdo, 17% ligeramente de acuerdo, 17% de acuerdo, 15% totalmente de acuerdo y 11% ligeramente en desacuerdo.

En cuanto a los profesores, Chao destacó que es importante entender que este tiempo de contingencia conllevó un aumento de su carga laboral y de organización en sus hogares, y que el estrés afectó más a las mujeres debido a la llamada triple jornada -encargarse de sus labores docentes, del cuidado del hogar, de los hijos y probablemente de los enfermos-.

Al respecto del ‘Estrés en docentes de primaria por sexo’, lo siguiente. Muy en desacuerdo: 15.2% hombres y 12.2% mujeres; En desacuerdo: 17.9% hombres y 13.2% mujeres; Ligeramente en desacuerdo: 11.2% hombres y 9.2% mujeres; Ligeramente en acuerdo:16.9% hombres y 15.9% mujeres; En acuerdo: 20.7% hombres y 21.3% mujeres; y Muy en acuerdo: 18% hombres y 28.1% mujeres.

Y del ‘Estrés en docentes de secundaria por sexo’Muy en desacuerdo:16.2% hombres y 12.2% mujeres; En desacuerdo: 17.9% hombres y 13.2% mujeres; Ligeramente en desacuerdo: 11.4% hombres y 9.6% mujeres; Ligeramente en acuerdo: 17.2% hombres y 16.4% mujeres; En acuerdo: 19.6% hombres y 20.4% mujeres; y Muy en acuerdo: 17.7% hombres y 28.4% mujeres.

En las estrategias de afrontamiento se halló que la mayoría de estudiantes enfrentaron la contingencia desde el enojo -probablemente por haber tenido que cambiar su forma de vivir, de organizarse, la disminución en la movilidad y en la socialización-, y desde una estrategia de afrontamiento no productiva, en términos de evitar hablar de la pandemia y no querer saber acerca de ésta.

Las y los estudiantes también vivieron de manera bastante importante situaciones de violencia hacia ellos, que se infringía incluso en situaciones de virtualidad o a distancia -que podrían ser situaciones de ciberbullying-; y reportaron haber tenido más pensamientos de agresión o percibirse a sí mismos más agresivos durante este periodo de confinamiento.

En el profesorado se encontraron voces aflictivas que retratan lo que implicó este momento de incertidumbre, de adaptación súbita, en donde las emociones disfóricas como el miedo, la desesperación y la frustración estaban de alguna manera presentes en sus vidas. A pesar de ello, había la necesidad, como docentes, como mediadores del clima emocional, de seguir adelante, de generar recursos que les permitieran, como líderes pedagógicos y socioemocionales de los grupos, “buscar una salida positiva a la situación”.

Los espacios de interacción que son las aulas se fueron convirtiendo en espacios de construcción colectiva de resiliencia, donde docentes y estudiantes pudieron de alguna manera construir y generar mayor empatía entre unos y otros. También creció en cada uno de ellos/ellas una mayor valoración por la propia vida y por las relaciones intrafamiliares.

Sobre estas ‘Estrategias resilientes o de crecimiento en estudiantes de primaria’ (60 mil 52), la investigación encontró. Actividad física: 61% no seleccionado y 39% seleccionado; Alimentación saludable: 45% no seleccionado y 55% seleccionado; Mejora en las relaciones interpersonales: 30% no seleccionado y 70% seleccionado; Valoración de la vida propia: 28% no seleccionado y 72% seleccionado; y Nuevos aprendizajes: 39% no seleccionado y 61% seleccionado.

Y de las ‘Estrategias resilientes o de crecimiento en docentes de primaria’  (13 mil 63). Actividad física: 65% no seleccionado y 35% seleccionado; Alimentación saludable: 45% no seleccionado y 55% seleccionado; Mejora en las relaciones interpersonales: 44% no seleccionado y 56% seleccionado; Valoración de la vida propia: 25% no seleccionado y 75% seleccionado; y Nuevos aprendizajes:38% no seleccionado y 62% seleccionado.

La doctora dijo que estos resultados muestran aprendizajes que hay que recuperar y llevar con uno hacia el futuro, como la valoración por la propia vida, que debe llevar a preguntarse el sentido y el propósito del ser y del hacer; el volver a resignificar las relaciones interpersonales, antes formales, distantes y no necesariamente empáticas, pero ahora hay que “reconocernos como seres humanos que podemos vivir en conjunto y convivir en grupo una situación de aflicción”; y la percepción de autoeficacia, de saber que es posible adaptarse a diversas formas de aprendizaje a distancia.

Tampoco hay que dejar de lado que esta situación de contingencia sanitaria retroalimentó la necesidad de cuidar la salud mental y la salud física; y que en una situación tan aflictiva como la pandemia hay que saber tejer comunidad para el bien común, porque de situaciones tan aflictivas, complejas y globales no puede salir cada uno por su lado.

Chao Rebolledo resaltó que con esta investigación se descubrió que las comunidades educativas son más resilientes de lo que se pensaba; lograron adaptarse, innovar en algunos casos y redescubrir la importancia y el propósito que tiene la escuela, como espacio para generar comunidad y relaciones socioafectivas.

Se revaloró la vida escolar, las relaciones entre docentes y estudiantes y con las familias; y la capacidad de agencia y de autonomía de los estudiantes, capaces de hacerse cargo de su propio proceso de aprendizaje, de buscar información para la resolución de problemas, “y creo que eso no hay que dejarlo de lado, hay que seguirlo fomentando”.

Entre los retos que avecina el futuro, la doctora mencionó que uno de ellos es que todos los centros escolares puedan generar acciones que garanticen el bienestar físico y el cuidado del bienestar socioemocional de sus comunidades de docentes y estudiantes.

Y es necesario considerar seriamente el priorizar dentro y desde la escuela una educación de habilidades para la vida, de competencias que a lo largo de esta contingencia se ha visto que favorecen el transitar y resolver con éxito las situaciones aflictivas, difíciles y de incertidumbre. “De camino hacia el futuro de nuestros estudiantes creo que necesitamos apoyarlos, trabajar explícitamente lo que podría ser, por ejemplo, una educación socioemocional al interior de las escuelas”.

Educar en Contingencia

La Dra. Cimenna Chao Rebolledo, el Mtro. Miguel Ángel Rivera Navarro y el Lic. José Aníbal Ojeda Núñez realizaron la dimensión psicológica de Educar en contingencia. Hallazgos y retos en educación básica, cuyos resultados  se presentaron en el Seminario web de la Red de Homólogos de Educación AUSJAL. Por una educación de calidad, mismos que pueden consultarse en el libro: Medina- Gual, L., et al. (2021). Educar en contingencia durante la covid-19 en México. Un análisis desde las dimensiones pedagógica, tecnológica y socioemocional. México: Fundación SM. Disponible en: https://fundacion-sm.org.mx/sites/default/files/Educar_contingencia_2021.pdf

En esta investigación interinstitucional participaron: Universidad Iberoamericana Ciudad de México (coordinadora), Universidad Iberoamericana Puebla, Universidad Anáhuac, Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Universidad Panamericana y Universidad Autónoma de Guerrero. Además, se contó con el apoyo de la Confederación Nacional de Escuelas Particulares (CNEP), de las Subsecretarías de Educación Básica de Puebla y de Sonora, del Colegio de Bachilleres de Chiapas y de la Unión de Empresarios para la Tecnología en la Educación (UNETE).

En el proyecto, financiado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y la IBERO CDMX (a través de IBERO frente al COVID-19), participó un equipo interdisciplinario de 11 académicos, coordinado en lo general por el Dr. Luis Medina Gual, IBERO Ciudad de México; en la parte psicoafectiva por la Dra. Cimenna Chao, IBERO CDMX; en la tecnológica por la Dra. María del Carmen González, UNAM; en la pedagógica por la Dra. Elvia Garduño, Universidad Autónoma de Guerrero; y en la parte del trabajo estatal por la Dra. Luz del Carmen Montes, IBERO Puebla.

EXPO IBERO POSGRADOS 2021 

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Fuente de la información e imagen:  IBERO

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México: Educar en contingencia en la costa oaxaqueña

Por: Pedro Rendón

Documental Invitado

Educar en contingencia en la costa oaxaqueña

El Departamento de Educación de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México presentó el documental corto Educar en contingencia en la costa oaxaqueña, realizado por el Dr. Luis Medina Gual, investigador de la IBERO y coordinador del Doctorado Interinstitucional en Educación; y la Mtra. Herzel García Márquez, consultora académica de la Oficina Central de la Red de Colegios Semper Altius.

A través de este corto sus creadores dieron voz a profesores/as, estudiantes, madres y padres de familia de la costa chica de Oaxaca, para que desde sus experiencias y vivencias pudieran narrar cuáles han sido los beneficios, dificultades y retos educativos que han vivido durante la pandemia de COVID-19.

La Dra. Mercedes Ruiz Muñoz, académica del Departamento de Educación de la IBERO, comentó que el documental da cuenta, y de alguna manera refuerza, lo que otras investigaciones ya han estado indicando, que hay personas de comunidades rurales sin acceso a las tecnologías (computadoras, internet e incluso televisión) y que los programas elaborados específicamente para ellas (Aprende en Casa) no son los más pertinentes y, en ese sentido, los padres familia, docentes y la propia comunidad han tenido que buscar otras alternativas.

En su análisis del documental, una de las aristas que la doctora recuperó fue el papel del docente, al ver cómo uno de los profesores desarrolló estrategias de trabajo con sus estudiantes de secundaria, reflejo de su compromiso como maestro.

Un segundo punto que destacó del corto, es que se observa que se aprende a lo largo y ancho de la vida y más allá de la escuela, cuando se construyen saberes y conocimiento con el entorno, el contexto social y en un diálogo con los padres y madres.

Por ejemplo, un niño de 10 años que empezó a vender cocos durante la pandemia dio cuenta implícita, al narrar esta experiencia suya, de que se aprende lógica-matemática en otros espacios sociales, no solamente en la escuela.

Pero, aun así, la institución escolar es fundamental y necesaria para el vínculo pedagógico, que requiere de la interacción entre las y los estudiantes, y de la interacción entre docentes y alumnos/as. Y es que el cierre de las escuelas, por este hecho histórico e inédito que es la pandemia, rompió con lo que la sociología de la educación había planteado, el rol de la escuela; que es la socialización, la formación de sujetos y la formación de ciudadanía, señaló la Dra. Ruiz.

La investigadora también consideró fundamental la recuperación que el documental hizo de la voz de niñas, niños y adolescentesque, “se expresan bastante bien”, como aquella que dijo querer estudiar en la Marina y que se está preparando para ello al asistir a la escuela, lo que “implica el valor y los significados que se construyen en torno al espacio de la escuela”.

El video también documenta un ejemplo de aprendizaje en contexto, cuando una niña observa cómo el reflejo de la Luna en el agua se asemeja a una Ietra, que es una articulación entre el conocimiento escolarizado y el aprendizaje situado -aprendizaje en contexto-.

Acerca de qué le provoca el corto en cuanto a temas educativos que atender, Ruiz Muñoz mencionó que, a investigar el abandono escolar, un problema grave que se está atravesando en México y seguramente en otros países también.

“Como Departamento de Educación (el de la IBERO) ahora tenemos que ponernos las pilas y buscar alternativas para ver cómo podemos contribuir, no solamente en términos de investigación, sino con estrategias educativas para la cuestión del abandono escolar”.

También señaló que será central ocuparse de los déficits en los aprendizajes, las brechas tecnológicas y decidir qué deberán atender las y los educadores cuando los estudiantes regresen a clases (presenciales).

Documental, otra forma de difundir la investigación

Respecto al formato de documental corto de Educar en contingencia en la costa oaxaqueña, la doctora dijo que es una manera de tener mayor presencia e injerencia en la discusión actual. A lo largo de los años los académicos/as han estado difundiendo sus resultados de investigación de manera muy formal, en artículos, revistas y libros, “pero yo creo que llega un momento en que hay que tener otras formas de comunicar”, por lo que un video es una de las rutas a seguir en el campo de la investigación.

“La investigación cualitativa posmoderna nos plantea salir, de alguna manera, de la hegemonía de la forma de producción de conocimiento, hay que estar buscando alternativas de presentación de estos resultados. Y, en ese sentido, pues este documental da cuenta de ello”.

Además, en la actualidad la investigación tiene el compromiso ético y político de apoyar y acompañar los grandes problemas educativos a nivel nacional o mundial, y la pandemia es uno de ellos, así que no se puede dejar de ver y analizar qué está sucediendo en las instituciones escolares y la forma como las familias y comunidades van resolviendo el tema de la educación.

Por su parte, la Mtra. Sylvia Schmelkes del Valle, vicerrectora académica de la IBERO, universidad jesuita de la Ciudad de México, comentó: “Me dio mucho gusto ver este cortometraje, porque la verdad es que hemos podido tener muy poco contacto con la realidad, ha sido imposible que muchos investigadores hagamos trabajo de campo de manera directa y que conozcamos de primera mano lo que está sucediendo en la educación en zonas rurales que no tienen acceso a la tecnología y, en ese sentido, el documental es muy elocuente”.

Opinó que el documental cumple la función de “darnos una sacudida acerca de la realidad educativa durante la pandemia en las zonas que no tienen acceso a la tecnología”. Todos están haciendo un esfuerzo enorme, los profesores y profesoras, los padres y madres de familia están poniendo todo lo que tienen y pueden, y las y los estudiantes están ávidos de seguir aprendiendo, pero, “a pesar de eso, no están aprendiendo”.

Esa es la verdad, señaló, y los déficits de aprendizaje van a ser enormes si no se cambian las prioridades de inversión del sistema educativo nacional, para darle mucha mayor atención y mejores recursos a regiones como la costa chica de Oaxaca que, aunque es una zona rural, no está aislada, pues la mayoría de sus comunidades están al borde de la carretera.

En la presentación de Educar en contingencia en la costa oaxaqueña, organizada por el Departamento de Educación de la Universidad Iberoamericana, también participaron: el Dr. Luis Javier Cuesta Hernández, director de la División de Humanidades y Comunicación de la IBERO; la Dra. Luz María Moreno Medrano, directora del Instituto de Investigaciones para el Desarrollo de la Educación (INIDE) de la IBERO; el Dr. Pedro Flores Crespo, académico de la Universidad Autónoma de Querétaro; y el Dr. Marco Delgado Fuentes, docente de la Universidad de Derby (Inglaterra).

Fuente de la información, imagen y video:  IBERO

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Covid-19: Uno de cada cuatro estudiantes piensa en la posibilidad de dejar la escuela

Por: Pedro Rendón

Aproximadamente, uno de cada cuatro estudiantes está pensando en la posibilidad de abandonar la escuela en los diferentes niveles educativos, independiente de si es primaria, secundaria o media superior, de acuerdo con la muestra de la investigación Educar en contingencia, de la cual presentó más hallazgos el Dr. Luis Medina Gual, académico de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, durante el panel La agenda educativa: escuela y la formación docente.

De ese uno de cada cuatro, el 75% mencionó que se debe a cuestiones directamente relacionadas con la pandemia de COVID-19, ya sean económicas, socioemocionales, entre otras, detalló el también coordinador del Doctorado Interinstitucional en Educación, durante este panel que formó parte de Elecciones intermedias 2021: la agenda pendiente en materia educativa, tercera conferencia del ciclo Encuentro y reflexión. Elecciones 2021, organizado por la Iberoamericana.

La Dra. Cimenna Chao Rebolledo, colega de Medina en el Departamento de Educación, precisó que esta área realizó dicha investigación, con apoyo del Instituto de Investigaciones para el Desarrollo de la Educación (INIDE) de la IBERO y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), y con el asesoramiento de otras seis instituciones.

Este proyecto se dio a la tarea de analizar la vivencia educativa a lo largo de la contingencia, de lo que ha sido ya más de un año de educación a distancia, desde tres dimensiones: pedagógica, psicológica y tecnológica.

Se analizó una muestra vasta, integrada en su totalidad por 277 mil 144 participantes, entre estudiantes y docentes de diversos grados y niveles educativos, desde educación primaria hasta educación superior, de manera que como resultado de este esfuerzo colectivo entre instituciones e investigadores “tenemos un mapeo que nos permite ahora hablar, de alguna manera, de lo que fue y está siendo esta experiencia tan compleja de educar en contingencia”.

Al hacer un resumen de los hallazgos Medina Gual comentó que, en lo tecnológico, se encontró en la mayoría de los casos mucha heterogeneidad en la tecnología que se empleaba de manera general en los centros educativos, y también se encontró mucha diversidad en el uso de diferentes medios para el acceso a la educación.

Estudiantes y docentes dijeron que la plataforma de conexión más importante que utilizaron fue WhatsApp. En cuanto a conectividad entre alumnado y profesorado, sólo alrededor del 35% de las y los maestros lograron comunicarse con la mayoría del estudiantado. Y respecto a la velocidad de conexión, únicamente el 7% de quienes participaron en la encuesta cumplían con los estándares mencionados por la Comisión Federal de Comercio para un trabajo a distancia por estos medios.

De lo pedagógico, mencionó que hubo un reaprendizaje para adaptar. “Muchas veces hablábamos de la idea de la innovación como un elemento preponderante en lo que iba a suceder en estos tiempos de educación a distancia y, sin embargo, lo que vimos es que en realidad lo urgente fue lo que nos ganó. Y, en ese sentido, muchas veces en lugar de hablar de procesos de innovación reales, en realidad estábamos tratando de adaptar”.

Se presentaron dificultades diversas, sobre todo en cuestiones relativas a la evaluación del aprendizaje y los procesos de reflexión docente; pero también reportaron, los profesores/as, procesos de adaptación al currículum y adecuación a temas relacionados con el COVID. “Sin duda alguna, la flexibilidad que mostraron los docentes durante este tiempo de pandemia fue encomiable”.

Un dato interesante que emergió a partir de la muestra es que, “el uso de Aprende en Casa, más allá de ser universal, parece ser que fue muy acotado”. Además, fue bastante diferenciado dependiendo del nivel educativo, pues en primaria, 44% de las y los estudiantes mencionaron haberlo utilizado; en secundaria, 55% de los alumnos/as; y en media superior, un 15.6% del estudiantado. En cuanto a la calificación promedio que otorgaron a este programa, las personas de educación pública le dieron 7, en una escala del 0 a 10; y las de escuelas privadas, 6.

Finalmente, en una primera exploración de datos de Educar en contingencia, el doctor Luis Medina dijo que se encontró que lo pedagógico y lo tecnológico son dos elementos importantes; pero, sin duda, en este tiempo lo que ha sido el pilar es la parte socioemocional, que vuelve a surgir como un elemento esencial durante este tiempo de contingencia.

Fuente e imagen: IBERO

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