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Informe: El incremento de abortos pone en evidencia la necesidad de más educación sexual y mejor acceso a anticonceptivos en España

El año pasado se produjo un incremento de las interrupciones voluntarias de embarazo de un 3,37%, situando la tasa en 11,53 por cada mil mujeres. Una subida que, si bien las expertas no consideran alarmante, exige por parte del Estado más y mejor educación y acceso a métodos de última generación.

El incremento de 3.230 abortos en 2019 en comparación con el año anterior (se pasa de 95.917 interrupciones a 99.149) no es dato alarmante, pero sí un indicador que parece consolidar una tendencia y que hace preciso tomar algunas medidas. Así lo explican algunas expertas en salud sexual y reproductiva.

Según los últimos datos del informe Interrupción voluntaria del embarazo 2019, dado a conocer este martes por el Ministerio de Sanidad, la tasa de abortos durante el año pasado se situó en 11,53 por cada 1.000 mujeres de 15 a 45 años, frente al 11,12 del año anterior.

La tendencia a la baja en el número de abortos iniciada en el año 2012, parece haber comenzado a invertirse ligeramente en los dos últimos años. Si en 2012 el número de abortos fue de 12,12 por cada mil mujeres, su cifra fue en descenso en los siguientes cinco años, hasta situarse en 2017 en 10,51 casos cada mil. En 2018 se produjo un pequeño incremento (11,12), tendencia que vuelve a suceder en 2019, situando la cifra por cada mil mujeres en 11.53.

Sin embargo, diversas expertas afirman a Público que la variación es muy leve e insignificante, por lo que no tiene que preocupar, aunque sí se hace necesario volver a resaltar que la disminución en el número de interrupciones voluntarias de embarazo descansa en dos pilares básicos: la educación afectivo-sexual y el acceso a los métodos anticonceptivos de forma universal y a los de última generación. Más que preocupadas por las cifras de incrementos, diversas expertas consultadas resaltan que es importante mirar en detalle algunos datos, que nos dan algunas lecturas buenas y otras no tan buenas que es necesario corregir.

Aborto temprano

Entre los buenos datos a tener en cuenta figura el hecho de que cada año la interrupción voluntaria del embarazo se realiza de forma más temprana. En 2019 casi el 71% de las mujeres abortaron a las ocho semanas o antes. Otro 23,6% lo hizo entre la novena y la 14. Es decir, que más del 94% de las mujeres que abortaron lo hicieron antes de la semana 14.

«Estamos en una tendencia de continuidad. Es verdad que ha habido un leve aumento en los últimos años, pero estamos hablando de unas 3.000 mujeres con respecto a años anteriores y es difícil buscar la causa. Pero lo que tenemos que tener en cuenta es que desde el año 2011, hemos bajado la cifra en unos 20.000 abortos. Cuantos menos se hagan mejor, pero estamos en una normalidad. La evolución mirada de formal amplia es muy positiva. Si en 2011, cuando comenzó a aplicarse la ley, el 65% de las mujeres abortaban antes de las ocho semanas, en 2019 este porcentaje se incrementó hasta el 71%», explica Isabel Serrano, ginecóloga de la Federación de Planificación Familiar Estatal (FPFE).

Desde la Asociación de Clínicas Acreditadas para la Interrupción del Embarazo (ACAI) destacan, también, que el 90% de las mujeres manifiestan que lo hacen por voluntad propia «, lo que pone de manifiesto la madurez y la libertad con la que toman su decisión».

Para algunas expertas como Silvia Adalvert, coordinadora de la Associació de Drets Sexuals i Reproductius, es muy importante destacar que nuestro país sigue por debajo de los 100.000 abortos anuales, «una cifra que se superaba antes del años 2013, pero que a partir de ese momento comenzó a bajar. Esta experta afirma que si bien en los últimos dos años parece haber un repunte, éste es leve y no que ese dato no debería preocupar».

Disparidad entre comunidades

Pero no todos son interpretaciones positivas de los datos y del estudio. Uno de los principales problemas que manifiestan todas las expertas es la existencia de grandes disparidades que tienen las mujeres de las distintas comunidades y territorios al acceso al aborto y a los métodos anticonceptivos.

Si nos atenemos a los datos aportados por las diferentes comunidades autónomas, la tasa más alta de abortos la registró Catalunya, que en 2019 fue de 14,32 por cada mil mujeres, seguida de Baleares (13.8) y Asturias y Madrid con 13 por cada mil mujeres. Por el contrario, las que tuvieron índices más bajos fueron La Rioja (6,18 por mil), Extremadura (6,43) y Galicia con 6,41.

Pero una lectura más detallada de los datos hace aflorar otros que pueden quedar ocultos. Un ejemplo de esta disparidad es el hecho de que cinco comunidades autónomas no han realizado ningún aborto en hospitales o centros públicos. Ningún centro sanitario público de Madrid, la Región de Murcia, Extremadura, Castilla la Mancha y Aragón ha realizado a lo largo de 2019 ningún aborto.

«Las mujeres que no han podido abortar en hospitales o centros públicos en estas comunidades suman unas 26.770. Es decir, prácticamente un tercio de todas las que han abortado en España durante el 2019«, afirma Serrano. Es dramático. Esto no significa que no tengan acceso a los centros concertados con el Estado, que hacen una magnífica labor. Pero entre ese 30% que no ha podido hacerlo en el sistema Público de Salud hay algunas mujeres que debían abortar por enfermedades graves o por malformaciones del feto. Cundo se las manda a la privada se las está sacando de su círculo de diagnóstico, de su obstetra, de su matrona…», añade Serrano.

Según el informe de Sanidad, en 2019 el 14% de los abortos se realizaron en centros públicos, tanto en hospitales (6,2%) como en otros centros extrahospitalarios de titularidad pública (8,1%). El resto, el 86%, se realizaron en centros privados, concertados con el Estado. No es un dato positiva para muchas de las consultadas, pero, tal como explica Serrano, algo hemos avanzado en la última década. Esta ginecóloga recuerda que en 2011, solo el 3% de los abortos se realizaban en centros públicos y que el otro 97% en clínicas acreditadas concertadas.

Esta ginecóloga propone un ejercicio mental: «imaginemos que al 30% de la población española que padece una dolencia o una enfermedad se las obliga a ir a un centro privado. ¿Qué pasaría?».

Casi 40 de cada 100 mujeres que han abortado en 2019 afirman no haber usado métodos anticonceptivos

Otro dato altamente preocupante que arroja el estudio mirado entre líneas, es el hecho de que «el 38%, es decir casi 40 de cada 100 mujeres que han abortado afirman no haber utilizado métodos anticonceptivos. Estamos en el siglo que estamos. Nos sigue preocupando este dato porque en el acceso a los anticonceptivos siguen existiendo lagunas importantes que afectan de forma importante a mujeres pobre o a mujeres en al ámbito rural», explica Serrano.

Para ACAI, es una «obligación de las autoridades sanitarias autonómicas procurar la financiación o gratuidad de un abanico de posibilidades contraceptivas que se adecuen a las distintas situaciones personales y sanitarias de las mujeres en edad reproductiva. El hecho de que más de 37.000 mujeres de las que abortaron en nuestro país no utilizase ningún método anticonceptivo, refuerza la posición expuesta y la necesidad de abordar las causas y consecuencias de esta situación».

Para Adalvert, es casi más importante lo que el informe no dice, que los datos que arroja. Una de las críticas de esta experta es el hecho de que estos datos estadísticos son en muchas ocasiones irrelevantes. Les falta detalle en algunos aspectos y en otros no aporta información válida para sacar conclusiones o conocer más en detalle los problemas.

«Recogidos de esta forma no son muy útiles. Debemos pensar que tal vez hay que recoger otro tipo de datos que sirvan para marcar líneas estratégicas de actuación, que encuentren y solucionen problemas. En una década no se ha realizado ningún seguimiento ni evaluación de los datos sobre aborto en nuestro país. Sólo recoger datos estadísticos, que en muchos apartados les falta detalle», se queja Adalvert.

Una de las grandes lagunas que presentan los informes que año tras año recopila el Ministerio de Sanidad, es para esta experta el hecho de que hay datos que no están. «Nos preocupan las mujeres que necesitan abortos a partir de la semana 22 de embarazo. Aquí los datos son opacos. Sólo salen en las estadísticas 178 caso y sabemos por experiencia que están invisibilizados. La estadística sólo refleja los que efectivamente abortaron, peor no los casos que fueron rechazados, ni cuantas mujeres en esta situación tienen que viajar a otro país a realizarse un aborto porque el comité clínico te que las tiene que autorizar las deniega».

Esta experta reclama más transparencia en este área, en el que no se respeta el espíritu de la ley para que prevalezca la voluntad de la mujer. Además denuncia oscurantismo en relación al funcionamiento, composición y forma de actuar de estos comités clínicos.

Todas las experta consultadas destacan que se precisa más formación del personal médico en técnicas de interrupción del embarazo. Desde ACAI comparten «la creciente preocupación por la continua disminución de profesionales que, conociendo todos los métodos de IVE, realizan esta práctica sanitaria reconocida por el Sistema Nacional de Salud y financiada por este».

Adalvert destaca que no existe relevo generacional entre el personal médico que conoce las técnicas para la interrupción del embarazo. «La ley dice que tienen que formarse en las carreras. Pero en toda la red sanitaria pública apenas tenemos profesionales que las conozcan y éstos están casi todos en la privada. Esto es serio. Existe una disyuntiva entre el método farmacológico para abortar y el quirúrgico. Y parece que el primero se va a ofrecer con más frecuencia en el Servicio Público de Salud porque es más barato y requiere menos formación y esto no va a cubrir las necesidades de las mujeres. Es preciso quitarle el estigma. Porque no todos los médicos objetan por motivos morales. Muchos lo hacen por el desprestigio que el aborto tiene en la clase médica.

Para todas las consultadas, la única forma de hacer descender los abortos pasas por dos grandes acciones: impulsar la educación afectivo-sexual en todas las etapas de la educación y hacer accesibles los métodos anticonceptivos, así como la conocida como píldora del día después.

Fuente: https://www.publico.es/sociedad/incremento-abortos-pone-evidencia-necesidad-educacion-sexual-mejor-acceso-anticonceptivos.html

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¿Por qué el cierre de colegios afecta más a las niñas?

El matrimonio infantil y embarazo adolescente son solo algunas de las dificultades adicionales que enfrentan millones de niñas debido al cierre de escuelas por la pandemia.

Cifras de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) indican que desde 1995 se han matriculado 180 millones más de niñas en la enseñanza primaria y secundaria.

Sin embargo, a pesar del aumento en todos los niveles de educación, las menores siguen teniendo más probabilidades de sufrir exclusión que los niños, un fenómeno que podría acentuarse significativamente con la crisis sanitaria.

“Para muchas niñas, la escuela es más que una llave para un futuro mejor. Es un salvavidas”, dice el informe ‘Una nueva generación: 25 años de esfuerzos por la igualdad de género en la educación’, el cual alerta sobre las dificultades adicionales a las que se enfrentan las pequeñas por el cierre de colegios.



De acuerdo con el análisis de la Unesco, 11 millones de niñas en el mundo podrían no volver a la escuela después de la pandemia de covid-19. Esta alarmante cifra amenaza décadas de progreso hacia la igualdad de género, y también pone a las menores en riesgo de embarazos adolescentes, matrimonios precoces y forzados, y violencia.

“Todos sabemos que la educación es la piedra angular de la igualdad, y que la educación de las niñas y las mujeres es el primer paso hacia un mundo más igualitario en lo que refiere al género (…) En este momento crítico, en el que la covid-19 está exacerbando las desigualdades de género, debemos renovar nuestro compromiso con la educación de las niñas y las mujeres”, señaló Audrey Azoulay, directora general de la Unesco.

Según la Unesco y Save the Children, cerca de 500.000 menores corren el riesgo de ser obligadas a contraer matrimonio infantil, y hasta un millón más de quedar embarazadas en 2020 como resultado de los impactos económicos de la pandemia. Estas cifras representan un incremento del 4 por ciento y 3 por ciento, respectivamente, comparado con 2019.


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El aumento se suma a las tasas estimadas de matrimonio infantil, que anticipaban que 12 millones de niñas serían obligadas a contraer matrimonio este año. Esta cantidad representa una estimación conservadora, pero marca un aumento significativo y esperado en los embarazos adolescentes, seguido de la deserción escolar.

“El aumento revertirá 25 años de progreso, en los que las tasas de matrimonio infantil disminuyeron”, dice Inger Ashing, directora ejecutiva de Save the Children.

Las niñas del sur de Asia serán las más afectadas por el alza del matrimonio infantil este año (191.000), seguidas de África Occidental y Central (90.000), y América Latina y el Caribe (73.400). También se espera que el fenómeno aumente en Asia Oriental y el Pacífico (61.000), Europa y Asia Central (37.200) y Oriente Medio y África del Norte (14.400).

El riesgo de embarazo adolescente en 2020 es más alto para las niñas de África Oriental y Meridional (282.000), seguidas de África Occidental y Central (260.000), y América Latina y el Caribe (181.000).

“La pandemia significa que más familias estarán en situación de pobreza. Lo que obliga a muchas niñas a trabajar para mantener a sus familias, a quedarse sin comida, a convertirse en las principales cuidadoras de familiares enfermos y a abandonar la escuela, con menores posibilidades de regresar que los niños”, agregó la directora ejecutiva de Save the Children.

Y si bien la covid es una situación inédita para el sector educativo, su impacto se podría asemejar a cuando hubo cierre de escuelas en algunos países africanos por cuenta del ébola.

La experiencia durante el brote de esa enfermedad sugiere que muchas menores nunca regresarán debido a la creciente presión para trabajar, el matrimonio infantil, la prohibición de que las niñas embarazadas asistan a la escuela y la pérdida de contacto con la educación. Los riesgos son especialmente altos para aquellas sin opciones de educación a distancia.

Otra encuesta de Save the Children a más de 17.000 familias en medio de la pandemia evidenció que casi dos tercios de las niñas (el 63 por ciento) dijeron que sus quehaceres domésticos habían aumentado, y más de la mitad (el 52 por ciento) aseguró que pasaba más tiempo cuidando a sus hermanos o a otras personas desde el cierre de colegios. Esto les impidió seguir estudiando en una proporción dos veces mayor que a los niños.

Fuente: https://www.semana.com/educacion/articulo/por-que-el-cierre-de-colegios-afecta-mas-a-las-ninas/202028/

 

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Caribe: Alarma conductas sexuales de riesgo de adolescentes

  • Mayoría de adolescentes del Caribe inician su sexualidad antes de los 15 años
  • Conductas sexuales riesgosas son más habituales en varones con ausentismo escolar y con antecedentes de violencia
  • Para expertos, debut sexual temprano puede estar asociado a situaciones de abuso
Tres de cada cinco adolescentes en la región del Caribe tuvo su debut sexual a una edad temprana (a los 14 años o antes) y más del 41 por ciento declaró no haber utilizado métodos anticonceptivos en su última relación.

Estas son algunas de las conclusiones de un estudio publicado en Behavioral Sciences, que analizó las respuestas a una encuesta, realizada entre 2016 y 2017, a 9.143 estudiantes de en promedio 15 años, de República Dominicana, Jamaica, Surinam y Trinidad y Tobago.

El trabajo, que advierte sobre la “alta proporción” de comportamientos sexuales de riesgo, apunta que 41,4 por ciento de los adolescentes escolarizados ya había tenido su iniciación sexual al momento de participar en la encuesta. Por ejemplo, entre los jóvenes sexualmente activos, 58,6 por ciento tuvo su primera vez a los 14 años o antes.

En tanto, 28,4 por ciento declaró no haberse cuidado con un condón y dos de cada cinco aseguró no haber utilizado un método anticonceptivo en su última relación.

Para los autores del trabajo, estos datos —aportados por adolescentes escolarizados— ya son preocupantes, pero advirtieron que los jóvenes que han abandonado el colegio podrían ser “más vulnerables a comportamientos sexuales de riesgo”.

Estas conductas, a su vez, se vieron con mayor frecuencia entre estudiantes varones, con algún trastorno psicológico, ausentismo escolar, antecedentes de participación en peleas o víctimas de bullying, y consumo de alcohol, tabaco o cannabis.

Para Supa Pengpid, de la Universidad de Mahidol (Tailandia), y coautora del estudio, los resultados del trabajo denotan la necesidad de un abordaje “holístico” de la problemática, que incluya la identificación de adolescentes en riesgo, el acceso a preservativos y métodos anticonceptivos, asesoramiento a los estudiantes y promoción de la salud en colegios.

Pengpid también señaló que deben explorarse los aspectos culturales de los comportamientos sexuales entre los adolescentes, en referencia a la “aceptación” social que pueden tener muchas de estas conductas.

“Si podemos motivar a los jóvenes a tener un objetivo a largo plazo en su vida, evitarán todos los comportamientos de riesgo para la salud”, agregó por correo electrónico a SciDev.Net.

Para Josefina Luna, coordinadora en la Dirección Materno Infantil y Adolescencia del Ministerio de Salud de República Dominicana, “el estudio refleja la realidad del Caribe”. En una entrevista por zoom, Luna —quien no participó en el estudio— añadió que en el caso de su país son altas las tasas no solo de inicio de relaciones sexuales sino de embarazo adolescente, vinculado al abuso sexual.

En República Dominicana la tasa de madres adolescentes es de 96,1 por cada mil mujeres de entre 15 y 19 años, según el Banco Mundial. En tanto, América Latina y el Caribe posee un tasa de embarazo temprano de 62,94 cada mil adolescentes mujeres. 

“Si podemos motivar a los jóvenes a tener un objetivo a largo plazo en su vida, evitarán todos los comportamientos de riesgo para la salud”.

Supa Pengpid, Universidad de Mahidol, Tailandia

“A esto escapa Cuba, que tiene un programa muy efectivo de educación sexual y en donde hay recursos formativos para la familia y también para los propios adolescentes, para asumir una sexualidad responsable y saludable”, expresó Luna, colaboradora además del Comité de pediatría social de la Asociación Latinoamericana de Pediatría (ALAPE).

En este sentido, la especialista resaltó la importancia de implementar la educación sexual para que los adolescentes “puedan desarrollar una sexualidad plena y sobre todo sana y responsable”. “Cuando tienen información pueden tomar decisiones adecuadas”, dijo Luna.

Por su parte, Mónica Borile, asesora del Comité de Adolescencia de ALAPE, señaló a SciDev.Net en diálogo telefónico que más allá del dato acerca de la iniciación sexual a corta edad debe recordarse que este hecho suele estar asociado tanto a situaciones de abuso por parte de adultos como a matrimonios tempranos.

Fuente: https://www.scidev.net/america-latina/health/news/caribe-alarma-conductas-sexuales-de-riesgo-de-adolescentes/

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Más embarazos, matrimonios y violaciones: niñas africanas que sufren la pandemia por partida doble

Los efectos de la pandemia actual por la covid-19 afectan de manera desigual a la población y aquellas personas que se encuentran en las intersecciones de diferentes desigualdades (género, pobreza, etnia u orientación sexual) son las que se están viendo más perjudicadas.

Tal y como desgraciadamente ha ocurrido en momentos de crisis a lo largo de la historia, están creciendo los casos de violencia de género, la incidencia de enfermedades de transmisión sexual, los embarazos en adolescentes y los matrimonios infantiles, aumentando así la discriminación de género.

Según el Fondo de Población de las Naciones Unidas , durante períodos de confinamiento la violencia de género aumenta mundialmente de media un 20%. Esto significa que después de seis meses de confinamiento han tenido lugar 31 millones de casos adicionales de violencia de género.

Las medidas de confinamiento así como el cierre de las escuelas han significado que muchas niñas se vieran obligadas a volver a casa de sus padres, un lugar que no siempre es un espacio seguro. En Sierra Leona, distintas ONG como Save the Children pusieron en marcha un programa para dar de comer a niñas vulnerables que viven en asentamientos informales en las zonas más pobres del país.

Pretendían así evitar el aumento de embarazos de adolescentes que se produjo durante la pandemia del Ébola en 2014. En aquel momento el número de embarazos en menores aumentó un 65% respecto a años anteriores y la mayoría de estas niñas habían sido forzadas a tener sexo transaccional a cambio de cubrir sus necesidades básicas alimentarias.

En Uganda y Kenia, los expertos se han hecho eco de los embarazos de adolescentes derivados de la convivencia de las niñas con personas que han abusado de ellas o han utilizado las relaciones sexuales como moneda de cambio para cubrir sus necesidades básicas. En el caso de Uganda, para aminorar esta situación, se ha creado un Comité de Protección Infantil con la colaboración de organismos internacionales como World Vision en áreas con una mayor incidencia.

Trece millones de matrimonios infantiles

Según la ONU, debido a la pandemia se espera que en la próxima década haya 13 millones de matrimonios infantiles adicionales, de los cuales 4 millones se producirán en los próximos dos años. Este número se suma a las 12 millones de niñas que son casadas anualmente. El siguiente mapa muestra la prevalencia de matrimonio infantil en el mundo.

Figura 1. Prevalencia de matrimonio infantil en el mundo

Leyenda: De 0 (gris) a 76% (verde oscuro). Girls not Brides, 2020, con datos de UNICEF

En el África Subsahariana central y oeste se encuentran 6 de los 10 países donde esta práctica tiene una mayor prevalencia: 4 de cada 10 niñas se casan antes de los 18 años. Níger es el país del mundo con una mayor prevalencia de matrimonios infantiles: 3 de cada 4 niñas se casan antes de los 18 años y 1 de cada 3 antes de los 15 años.

Una práctica arraigada a la desigualdad de género

Esta práctica está arraigada en la desigualdad de género y las estructuras patriarcales, así como a factores de pobreza, falta de nivel educativo e inseguridades económicas que se exacerban durante periodos de crisis. Además, cabe mencionar que en muchas zonas de África aún se practica la mutilación genital  a las niñas antes de casarlas.

Etiopía es el decimoquinto país del mundo con el índice de matrimonios infantiles más elevado. Aunque su Código Penal criminaliza el matrimonio infantil, el país cuenta con un total de 15 millones de niñas casadas. Aunque en las últimas dos décadas había disminuido el número de matrimonios infantiles del 60% al 40%, actualmente estos avances se están perdiendo debido al confinamiento y al cierre de las escuelas. Los centros educativos realizaban rastreos de casos y mediaban con la legalidad nacional.

En Kenia, el cierre de las escuelas significó para muchas niñas la clausura de sus espacios seguros donde habían escapado de la ablación o de matrimonios forzados. Varios centros escolares han expresado su inquietud por el posible no retorno de muchas niñas y adolescentes a la escuela cuando estas reabran.

En Sudan del Sur, un país donde el 45% de su población son menores de 18 años, 3,1 millones de niños y niñas no pueden ir a las escuelas porque el 60% están destruidas. Según UNICEF, el 52% de las mujeres se casan antes de los 18 años y el 9% antes de los 15 años, siendo Sudan del Sur el sexto país del mundo con una mayor prevalencia de matrimonios infantiles.

Campañas de sensibilización durante el confinamiento

Con el fin de revertir esta situación, varios grupos de mujeres activistas han estado haciendo campañas de sensibilización durante el confinamiento en diferentes zonas con alta incidencia de matrimonios infantiles y embarazos en adolescentes.

En estas campañas han recalcado la importancia de la educación para las niñas y han desmitificado rumores de ciertos sectores de la población que dicen que estas se deben casar antes de que termine la pandemia. Se han dado situaciones donde las niñas se han visto obligadas a casarse por falta de sostén económico en casa y a la espera que el marido pague los gastos escolares.

Es necesario, sobre todo en épocas de crisis como la actual, proteger los derechos de las niñas asegurando un espacio seguro para su buen desarrollo. Esto implica, necesariamente, disfrutar de la educación primaria y secundaria completa y no ser forzadas directa o indirectamente a tener relaciones sexuales o a casarse. Hay que acabar con el ciclo de pobreza que la maternidad infantil implica y asegurar a estas niñas sus derechos fundamentales.

Fuente: https://theconversation.com/mas-embarazos-matrimonios-y-violaciones-ninas-africanas-que-sufren-la-pandemia-por-partida-doble-149932

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#ProtegerlasYa: campaña latinoamericana en atención de niñas embarazadas

En Latinoamérica, se realizó la campaña latinoamericana que propone lineamientos para la atención de niñas embarazadas,  la única región del mundo con tendencia ascendente de embarazos de menores de 15 años, el contexto de pandemia y confinamiento ha provocado que se visibilice más la violencia sexual que sufren miles de niñas y adolescentes.

En un comunicado, se detalló que en Colombia se notificó casi 22 casos en promedio de abuso sexual contra niñas por día desde el inicio de la cuarentena hasta fines de junio2; los embarazos en personas de 10 a 14 años aumentaron en 79.16 % entre abril y junio en El Salvador3; y en Perú, hasta septiembre de este año, se registró el cuádruple de embarazos de niñas menores de 10 años en comparación con el 2019. A esto se suma la reducción en los servicios de salud reproductiva (del 50 %, según IPAS) en la mayor parte de los países, debido a la priorización de la atención del COVID-19 en los establecimientos de salud.

México ocupa el primer lugar en embarazos infantiles en el mundo. Los estados del país con mayor tasa de embarazos infantiles son Estado de México, Chiapas y Veracruz. El número de nacimientos en niñas de entre 10 y 14 años se ha incrementado progresivamente desde 2003.   Solo en 2017 se registraron 11,749 casos. Una gran parte de estos embarazos en niñas de entre 10 y 14 años son resultado de actos de violencia sexual cometidos por integrantes de la familia. El 46% (4,342 casos) de las niñas entre 10 y 14 años que tuvieron un hijo nacido vivo, reportaron que el hombre tenía entre 18 y 68 años. Sin embargo, el abuso que provoca el embarazo de niñas y adolescentes no es circunstancial y seguirá ocurriendo si no se toman medidas urgentes.

Por ello, el Consorcio Latinoamericano Contra el Aborto Inseguro -CLACAI-, con el respaldo de la Federación Latinoamericana de Sociedades de Obstetricia y Ginecología -FLASOG-, ha lanzado la campaña regional #ProtegerlasYa, que da a conocer los Lineamientos para el diseño de un protocolo de atención de niñas y adolescentes menores de 15 años con embarazo no intencional, un documento clave y de consulta urgente para los Estados y todas las personas y profesionales de la salud, educación y justicia que atienden a niñas en la región.

La campaña #ProtegerlasYa, que tiene como objetivo ejercer presión para la implementación de políticas a favor de la atención de las niñas en la región, muestra la historia de “Luz”, el caso de una niña de 13 años que, aunque ficticio, está inspirado en millones de realidades de Latinoamérica, como las historias reales de “Fátima”, “Norma” y “Camila”, casos emblemáticos de Guatemala, Ecuador y Perú, respectivamente.

“Luz” es abusada por la pareja de su madre y, al salir embarazada, no es atendida debidamente ni en la escuela ni en el centro de salud. Pierde el caso de denuncia de abuso y ahora, abandonando su educación y en condiciones precarias, vive con su hija y apoyando a su madre en el trabajo diario. Puedes ver la animación de #ProtegerlasYa, por el derecho a seguir creciendo, aquí: https://youtu.be/w0P511pc8iU Junto al video, y con el fin de estimular la campaña en redes sociales, se ha dispuesto una s serie de recursos visuales para compartir e instancias de participación activa en el sitio web www.protegerlasya.com , que incluye inscripción de voluntarios y activistas sensibles al tema, en especial aquellos cercanos al ámbito de trabajo de la educación, la salud pública y la justicia, con el fin de ampliar la red de profesionales y técnicos comprometidos con esta problemática.

Todo se encuentra resumido y organizado en un kit de activación, ubicado en la mencionada página web y disponible para todas las personas interesadas. Un instrumento para transformar y protegerlas Susana Chávez, Secretaria Ejecutiva de CLACAI, explica que el documento de lineamientos -que puede ser consultado de forma gratuita a través de la web www.protegerlasya.com-, tiene como propósito llenar un vacío, pues aún son muy pocos los Estados de la región que disponen de políticas específicas para este grupo de edad y frente a situaciones tan adversas.

“El documento habla sobre el fenómeno y la necesidad de erradicar las profundas desigualdades que afectan a niñas y adolescentes, y vulneran sus derechos; así como de la atención integral de las niñas: educación, escuela; detección temprana del embarazo, aborto seguro, atención oportuna y de calidad en emergencia, y el seguimiento y reparación del daño, que no se realiza en nuestros países; y busca contribuir en el desarrollo de guías y protocolos de atención que resguarden garantías mínimas de protección de derechos humanos y de estándares de calidad en los servicios a niñas y adolescentes menores de 15 años con embarazo no intencional”, explica.

Si bien hay países en la región, como Argentina, Colombia y Uruguay, donde existen políticas públicas para la atención del embarazo en niñas menores de 15 años, según Nina Zamberlin, Oficial Principal de Programas de IPPF (Federación Internacional de Planificación Familiar), aún hay muchos vacíos en la protección integral de este grupo etario tan vulnerable y complejo; de ahí se desprende la importancia de un documento como los lineamientos de #ProtegerlasYa, que abarca la situación desde sus distintos aspectos: – La articulación con el sistema educativo para la permanencia o reinserción escolar de la niña o adolescente. – También con las distintas instancias de encargados de la protección de las niñas, así como el seguimiento integral y atención psicosocial, – La continuidad del tratamiento de salud mental en las situaciones de violencia, – La observancia de la situación de delito en caso de abuso para la presentación de la denuncia penal correspondiente. – El acceso a la atención sexual y reproductiva e interrupción legal del embarazo (ILE).

“Nos enfocamos en las niñas y adolescentes menores de 15 años porque se encuentran en una etapa crítica y determinante del desarrollo de la mujer, que está más cerca de la niñez que de la etapa adulta. Una etapa en la que aún debemos asegurarles cuidados y protección; y en la que podemos prevenir los embarazos a temprana edad que podrían derivar incluso en muertes maternas”. Guillermo Ortíz, Asesor clínico senior de Ipas. “Esperamos que este documento sirva para inspirar y orientar a quienes tienen un compromiso para aliviar y resolver este gravísimo problema que afecta muy gravemente la vida de las niñas y adolescentes de la región latinoamericana.

Y también esperamos que contribuya a sensibilizar a quienes todavía no se acercaron al roblema para que se sumen a los esfuerzos que deben encararse con urgencia”, finaliza Chávez. Para acceder a los lineamientos y sumarte a la campaña, puede ingresar a www.protegerlasya.com y seguir la conversación a través del hashtag #ProtegerlasYa y las redes sociales de CLACAI. #ProtegerlasYa en línea: Web: www.protegerlasya.com Facebook: https://web.facebook.com/clacai Twitter: https://twitter.com/infoclacai Instagram: https://www.instagram.com/protegerlasya Sobre CLACAI Formado en el 2006, el Consorcio Latinoamericano Contra el Aborto Inseguro -CLACAI-, Es una articulación integrada por activistas, investigadores/as, proveedores/as de servicios de salud y profesionales que contribuye a la disminución del aborto inseguro en Latinoamérica. Promueve el acceso a la información y a tecnologías modernas y seguras en el marco del pleno respeto a los derechos sexuales y reproductivos, desde una perspectiva de género y equidad.

Fuente: https://oaxaca.quadratin.com.mx/protegerlasya-campana-latinoamericana-en-atencion-de-ninas-embarazadas/

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La inocencia interrumpida

Las consecuencias de un embarazo temprano repercuten por el resto de la vida.

Los embarazos en niñas y adolescentes –de entre 9 y 18 años- cuyas cifras alarmantes se mantienen al alza en todos nuestros países, constituyen una de las más graves patologías sociales y la segunda causa de muerte en ese grupo etario. Dada la visión estrecha y patriarcal de quienes establecen la pertinencia de las políticas públicas, así como de sociedades cuyos marcos valóricos manifiestan una fuerte influencia de doctrinas religiosas, este sector de la población es uno de los más desatendidos y, por lo tanto, carente de palancas políticas para hacer valer sus derechos. Una de las principales causas de la vulnerabilidad en la cual se desarrolla la infancia es la preeminencia de la absoluta autoridad de los adultos en su entorno y, consecuentemente, la total indefensión de la niñez.

La inmensa mayoría de mujeres adultas –si no la totalidad- aun cuando muchas intenten negarlo, hemos sufrido el impacto de un sistema cuyas normas marginan a niñas y mujeres como si fuera una ley de la naturaleza. Los acosos y agresiones sexuales, tanto dentro del hogar como en el vecindario, en las calles o en la escuela, han sido una constante de abrumadora incidencia al punto de transformarse en una especie de maldición inevitable para esta mitad de la población. De tales agresiones, una de las más graves consecuencias son los embarazos en una etapa precoz del desarrollo.

Las instituciones encargadas de salvaguardar la seguridad de este importante segmento, sin embargo, han sido incapaces de protegerlas; ya sea por falta de políticas públicas o, simplemente, nulo interés por la integridad de un sector caracterizado por su escaso poder de incidencia política. Cautivas en un sistema que las castiga por su condición de niñas, las condena a embarazos, partos y maternidades para los cuales no están preparadas física ni psicológicamente, con riesgo de muerte y el desafío de afrontar una marginación familiar y social cuyo impacto les causará aislamiento, pobreza, pérdida de autoestima, patologías físicas y emocionales irreversibles y un sinnúmero de amenazas contra su normal desarrollo de vida.

A pesar del trabajo de algunas organizaciones preocupadas por hacer de este sensible tema un motivo de acción, resulta evidente la ausencia de mecanismos de protección para evitar los abusos y las consecuencias devastadoras de tales agresiones. Las sociedades aún son incapaces de captar las dimensiones de su responsabilidad en un problema de tal trascendencia y se hacen a un lado cuando se plantea la urgente necesidad de establecer parámetros legales –como el derecho al aborto y a la oportuna educación sexual y reproductiva- frente a esta terrible pandemia de embarazos tempranos, todos ellos resultado de violaciones.

Una niña no es un juguete sexual ni un objeto a disposición de los hombres de su entorno, pero miles de ellas terminan por perder su inocencia de golpe en una de las formas más crueles imaginables y sus victimarios –la mayoría de veces personas “de confianza”, como padres, hermanos, tíos, pastores y sacerdotes, maestros y vecinos- las transforman en sus esclavas sexuales bajo amenaza, sin la mínima posibilidad de defenderse. Es de preguntarse ¿en dónde están las instancias supuestas a protegerlas? ¿En dónde la justicia, los sistemas de educación y salud, en dónde sus familias? El drama persiste y las cifras aumentan a diario; las niñas desaparecen en redes de trata o sus cadáveres son desechados como basura en cualquier barranco, sin que a la sociedad eso le sea motivo suficiente para reaccionar.

Los derechos de la niñez continúan como tema pendiente.

Fuente: https://rebelion.org/la-inocencia-interrumpida/

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Guatemala, el país centroamericano donde 14 niñas quedan embarazadas todos los días

 

Ser niña en Guatemala ya era complicado antes de la llegada del coronavirus.

Pero el riesgo de terminar siendo víctima de la violencia sexual solamente ha aumentado con la pandemia.

Según datos del Observatorio de los Derechos de la Niñez, al menos 5.133 niñas de entre 10 y 14 años resultaron embarazadas el año pasado en el país centroamericano.

Esto es un promedio de 14 al día.

Y el observatorio de la Coordinadora Institucional de Promoción de Derechos de la Niñez (Ciprodeni) también registró 111.216 embarazos de jóvenes entre 15 y 19 años.

Esto equivale a más de 12 embarazos adolescentes por hora, en su inmensa mayoría también atribuibles a la violencia sexual, como destaca el secretario ejecutivo de Ciprodeni, Otto Rivera.

«De acuerdo con la Ley contra la Violencia Sexual, Explotación y Trata de Personas, sostener relaciones sexo-genitales con cualquier persona menor de 18 años es tipificado como violación», explica Rivera.

«Y en el contexto de la pandemia este tipo de delitos es todavía más severo», le asegura a BBC Mundo.

Multiplicar por tres

Por lo pronto, las cifras de Ciprodeni hasta el mes de julio de este año recogen 2.289 embarazos entre niñas de 10 a 14 años y 51.548 para el grupo de edad de 15 a 19.

Mientras que el Observatorio en Salud Reproductiva (OSAR) ya sumaba 77.847 embarazos infantiles y adolescentes al 16 de septiembre.

Niñas en Guatemala
Pie de foto, Muchas niñas guatemaltecas son víctimas de la violencia sexual.

El confinamiento -que según Rivera está exponiendo a más menores a más riesgo- puede sin embargo haber afectado la detección de muchos otros embarazos, por lo que las cifras reales podrían ser más altas.

Ciprodeni, por ejemplo, dice ya haber detectado una reducción en el número de denuncias por violencia intrafamiliar en los últimos meses.

«En el mismo marco de la pandemia se incrementaron los casos, sabemos de casos, pero al mismo tiempo se redujeron las denuncias, porque los órganos jurisdiccionales no funcionaron en el horario habitual», asegura Rivera.

 

Y el secretario ejecutivo de la coordinadora también comparte una hipótesis de trabajo que hace todavía más evidente la gravedad del problema de la violencia sexual contra la niñez y adolescencia guatemaltecas.

«En Ciprodeni estimamos que solo una niña o adolescente de cada tres que son abusadas o violadas resulta embarazada«, le dice a BBC Mundo.

«En otras palabras no es que en lo que va del año se haya abusado o violado a 77.847 niñas y adolescentes. Eso lo tenemos que multiplicar por tres», sugiere Rivera.

«Vidas silenciadas»

Esas cifras explican por qué la investigadora de Flacso Guatemala Ana Lucía Ramazzini se refiere al problema como «otra epidemia».

Pero Ramazzini destaca además el impacto biológico, social y psicológico que esa violencia, y los embarazos que produce, tienen sobre niñas y adolescentes.

Madre adolescente en Brasil
Pie de foto, Los embarazos infantiles y adolescentes a menudo tienen indeseados efectos psicológicos.

Durante una investigación suya de 2015, por ejemplo, nueve de cada 10 adolescentes embarazadas entrevistadas dijeron haber dejado de estudiar y de participar en espacios de organización comunitaria.

Y más recientemente Ramazzini coordinó una investigación sobre la relación entre embarazos no deseados y suicidios en Guatemala, un problema que cree no está recibiendo la atención que se merece.

Según la socióloga guatemalteca, en el país no hay cifras confiables sobre el tema, porque «cuando llega muerta un mujer en edad fértil no se le hace la prueba de embarazo».

La investigadora, sin embargo, logró establecer que, en 2017, la mitad de los suicidios de mujeres adolescentes en el departamento de Alta Verapaz habían sido de mujeres embarazadas.

Mientras que en países como El Salvador una investigación de 2006 encontró que el suicidio fue la tercera causa de muerte materna, especialmente entre las adolescentes.

«Las adolescentes embarazadas tienen un riesgo de suicidio tres veces mayor que las adolescentes que no están embarazadas», le dice Ramazzini a BBC Mundo.

Con pocas opciones

Los testimonios recogidos para la investigación «Vidas sesgadas» evidencian los riesgos para la salud mental de los embarazos no deseados productos de la violencia.

Pero la interrupción de los mismos no está contemplada en la legislación guatemalteca.

Protesta contra el aborto en Guatemala
Pie de foto, La legislación Guatemalteca no contempla el aborto en casos de violación.

«Hubo un proyecto de Ley de Protección Integral de la Niñez y la Adolescencia, y uno de los artículos iba en ese sentido, pero fue rechazada en el 2018«, explica Ramazzini.

Y para Carlos Gómez, subsecretario de Protección y Acogimiento a la Niñez y Adolescencia de la Secretaría de Bienestar Social de Guatemala, es altamente improbable que esta opción se legalice.

«Aquí hay un actor muy importante que son las iglesias y las iglesias no son partidarias de los abortos«, le dice a BBC Mundo.

Gómez, sin embargo, asegura que el Estado guatemalteco sí reconoce el impacto de este tipo de embarazos sobre la salud mental de niñas y adolescentes.

«Con las niñas que hemos tenido nosotros bajo protección en nuestros albergues, una de las principales acciones que se hacen es sensibilizar. Y todas han decidido tener a ese bebé», ofrece como ejemplo.

Manos con bebé
Pie de foto, Guatemala tiene una de las tasas de fecundidad infantil y adolescente más alta de América Latina.

«¿Y qué pasa si esa niña no quiere tener a su bebé? Para eso existe una institución en Guatemala que se llama la Comisión Nacional de Adopciones», agrega.

«En discusión»

Gómez destaca además la existencia de una Política Pública de Protección Integral de la Niñez y la Adolescencia, que considera clave para confrontar el problema.

Pero también reconoce que la misma «todavía está en discusión», a pesar de que Guatemala lleva años con una de las tasas de fecundidad infantil y adolescente más altas de la región latinoamericana.

Joven guatemalteca
Pie de foto, Guatemala lleva años con elevadas cifras de embarazos en niñas y adolescentes.

Y ese retraso retrata las diferencias de opiniones sobre la forma de encarar el problema que seguramente ha limitado la capacidad de respuesta de Guatemala.

Para Ramazzini, por ejemplo, un elemento clave detrás de los altos índices de embarazo infantil y adolescente es la falta de una efectiva educación integral en sexualidad, un tema que sin embargo todavía es considerado tabú por muchos sectores.

«En nuestro país se piensa que educar en sexualidad es solo educar en sexo y relaciones sexo-genitales, cuando estamos hablando de una educación integral en sexualidad que es clave para la vida», lamenta Ramazzini.

«Tiene que ver con relaciones de respeto, con compromisos a largo plazo, con consentimiento, con identificar estas relaciones de violencia, con desmontar esta idea de ser hombre que pasa por apropiarse de los cuerpos de niñas y adolescentes», explica.

Niñas en Guatemala
Pie de foto, La falta de una educación sexual integral es parte del problema.

Según Ramazzini, en el Ministerio de Educación de Guatemala existe desde hace años una estrategia sobre el tema.

«Pero hay muchas resistencias. Hay sectores antiderechos y de oposición que se niegan a que esto se implemente», le dice a BBC Mundo.

Y, para mientras, el número de niñas y adolescentes embarazadas crece y crece.

Fuente: https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-54484133

 

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