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Los retos de TikTok ponen en alerta a las familias

En TikTok podemos ver videos de bailes, jóvenes (y no tan jóvenes) haciendo play-back, trucos de magia, manualidades, recetas de cocina, tutoriales de belleza y un sinfín de actividades. Pero también, y cada vez más, de activismo social o político.

“Una Internet mejor comienza contigo: más conectados, más seguros”. Con ese lema se celebra el Día de Internet Segura 2021. Este año se nos pide a todos, niños y jóvenes, familias, docentes y centros escolares, así como a las empresas y responsables políticos, implicarnos en esta tarea.

A las plataformas se les solicita la creación de una Internet mejor, vigilando que haya un contenido positivo en sus canales y promoviendo servicios seguros para sus usuarios.

“Mantener a nuestra comunidad a salvo es nuestra mayor prioridad. Hemos llegado a un acuerdo con el Garante (de la protección de datos) y desde hoy vamos a tomar medidas adicionales para apoyar a nuestra comunidad en Italia. A partir del 9 de febrero, enviaremos de nuevo a cada usuario de Italia nuestro ‘age gate proccess’ (proceso de control de edad), y solo los usuarios mayores de 13 años podrán seguir utilizando la aplicación después de pasar este proceso. Además, estamos desarrollando un nuevo botón de ‘denunciar’ para permitir a los usuarios que reporten cuentas que puedan ser de menores de 13 años, que serán revisadas por nuestro equipo y eliminadas, en el caso de que sea necesario. No hay una línea de meta cuando se trata de proteger a nuestros usuarios, especialmente a los más jóvenes y nuestro trabajo en esta área tan importante no se detiene. Por ello, continuamos invirtiendo en las personas, los procesos y la tecnología que nos ayuda a mantener nuestra comunidad como un espacio seguro para la expresión positiva y creativa”. Alexandra Evans, Head of Child Safety de TikTok para Europa.

Foto de referencia de Tik Tok / AFP

Este es el comunicado que lanzaba la plataforma china TikTok tras la sentencia por el fallecimiento de la niña italiana de 10 años como consecuencia de uno de los retos virales, el #BlackOutChallenge.

¿Qué contenidos se publican en TikTok?

En TikTok podemos ver videos de bailes, jóvenes (y no tan jóvenes) haciendo play-backtrucos de magia, manualidades, recetas de cocina, tutoriales de belleza y un sinfín de actividades. Pero también, y cada vez más, de activismo social o político, educativos o sanitarios.

Por eso, tantas universidades, empresas o partidos políticos han visto la oportunidad de crear y publicar contenidos de una manera clara, sencilla y directa para su público objetivo: los adolescentes y jóvenes.

TikTok, como el resto de aplicaciones y redes sociales, es una plataforma cuyo objetivo principal es que los usuarios permanezcan el mayor tiempo posible en ella para poder rentabilizarla, ya sea a través de impactos de publicidad, con el registro de datos o de su comportamiento.

Su éxito se debe a la forma en la que, gracias a la inteligencia artificial y su algoritmo, recopila y aprovecha los datos de los usuarios para mejorar su experiencia. A medida que las marcas compiten por la atención de los usuarios, el contenido personalizado se ha convertido en lo más importante.

Un fenómeno viral

Pero desde hace algunos años se ha puesto de moda que personajes famosos, como influencers y youtubers, o cualquier individuo anónimo, se apunten a realizar un reto o challenge, ya sea por una causa benéfica o por simple diversión. Estas tendencias virales se comparten por mensajería instantánea o redes sociales y cada usuario aporta su versión personal del reto.

Los retos, bien diseñados y enfocados, pueden ayudar a conseguir ciertos objetivos, como concienciar sobre la necesidad de cuidar el medioambiente, luchar por los derechos de los más vulnerables, la igualdad de oportunidades, educación, etc. (con etiquetas como #TodosPorElClima, #TheRealChallenge y #DanceForChange…).

El problema surge cuando aparecen retos que ponen en peligro la salud o la integridad física de los usuarios, especialmente si son menores de edad. Algunos de los challenges más peligrosos se están difundiendo hoy día en TikTok, donde miles y miles de adolescentes se retan a realizar juegos peligrosos.

Y así es como se han viralizado en los últimos meses tras verse en la app el #BenadrylChallenge, el #KnockOutChallenge, el #SupergluelipsChallenge o el tristemente mediático por el fallecimiento de al menos dos menores #BlackOutChallenge.

Los menores en la plataforma

Según la Ley Orgánica 3/2018 de Protección de Datos Personales y Garantía de los Derechos Digitales del 5 de diciembre, artículo 7.1 (LOPDGDD), en España se establece en 14 años la edad mínima para que un menor pueda ser gestor del tratamiento de sus datos personales –por ejemplo, teniendo perfil en redes sociales–.

En el caso de TikTok, la propia plataforma especifica en su política de privacidad que no está dirigida a niños menores de 13 años y, además, nos insta a denunciar a través de un formulario si creemos que tienen o recopilan datos personales sobre un niño menor de esa edad.

De hecho, la clasificación que tienen en los mercados de descargas, tanto iOS como Android, es de 12+ con el fin de que las familias sepan que no es una aplicación para menores de esta edad.

Pero ¿cómo se valida que el menor no miente cuando introduce su edad o que confirma tener el consentimiento paterno (obligatorio)? Pues, simplemente, la plataforma confía en la honestidad y madurez de todos los menores. Y este es el gran problema, la edad mínima de acceso y las plataformas: no hay un sistema de doble verificación eficaz.

Como publica en un estudio Statista, la presencia de niños más pequeños en redes sociales es una realidad, hay un 47,7 % de usuarios de 4 (sí, lo hemos escrito bien) a 15 años en Instagram y un 37,7 % en TikTok. Por eso es tan importante que las familias supervisen la actividad de los menores cuando utilizan sus tabletas o smartphones, ya sea a través de una herramienta de control parental o mediante las conversaciones familiares.

Aumentando las medidas de seguridad

Tras la batalla legal con EE UU y la sanción impuesta en 2019, la plataforma china introdujo una serie de medidas para limitar el acceso a contenidos inapropiados y a personas desconocidas por parte de los menores prohibiendo las bromas, el acoso en la red y los retos o challenges que pudieran provocar lesiones.

Además, de 13 a 16 años los niños utilizarán una versión restringida de TikTok con contenidos de acuerdo a su edad y con bloqueo de los mensajes privados entre usuarios. Sin embargo, el problema es que esto no es posible aplicarlo en las cuentas de todos aquellos menores que no pusieran su edad real al darse de alta.

Además, en noviembre ampliaron la función del Family Pairing, que permite vincular la cuenta de nuestro hijo o hija a la nuestra, para, de este modo, gestionar o controlar funciones como el tiempo que pasan conectados, quién puede ver su perfil, quién puede comentar sus vídeos, enviarles mensajes o ver los contenidos que le gustan.

Control de contenidos y privacidad

El pasado 13 de enero la plataforma china reforzó aún más la privacidad y la seguridad de sus usuarios más jóvenes:

  • “Todas aquellas cuentas pertenecientes a usuarios entre los 13 y los 15 años cambiarán su configuración automáticamente para que estas sean privadas por defecto” (aunque, como dijimos antes, imposible aplicar en las cuentas de todos aquellos menores que no pusieran su edad real al darse de alta).
  • “Los vídeos creados por menores de 16 años solo podrán ser comentados por Amigos o Nadie” (desaparece la opción de Todos).
  • “Las opciones de dúo y pegar solo estarán disponibles para mayores de 16 años”.
  • “La opción de permite la descarga de tus videos solo estará disponible en aquellos contenidos creados por usuarios mayores de 16 años”.
  • “La opción de recomienda tu cuenta a otros estará desactivada por defecto para aquellos usuarios que se encuentren entre los 13 y los 15 años”.

Estas nuevas actualizaciones se unen a los anteriores cambios, que incluían la imposibilidad de utilizar los mensajes directos y la realización de retransmisiones en directo por parte de usuarios menores de 16 años y las restricciones a la compra, envío y recepción de regalos virtuales para usuarios menores de 18 años.

Pero, aunque existan nuevas funciones para bloquear contenidos, mensajería o a usuarios, sin duda, la probabilidad de riesgos no desaparece. Los menores podrán seguir accediendo a retos de una manera u otra, ya sea a través de la plataforma o porque les llega enviados por sus amigos a través de WhatsApp. Supervisar su actividad en el móvil en edades tempranas es imprescindible.

Incluso puede ser una buena opción usar la aplicación en el móvil o tableta de los padres y madres para que los pequeños vean el contenido que les guste sin tener que crearse una cuenta (se puede descargar la app y visualizar vídeos y hashtags), si se considera que aún no es el momento para ello.

Educar es la mejor herramienta

El bloqueo de Italia de la plataforma ha abierto un profundo debate. Legalmente, los países europeos, incluido España, pueden solicitar esta medida de urgencia (proteger los datos de los menores, al no poder verificar la edad de sus usuarios) bajo el amparo del nuevo Reglamento General de Protección de Datos (RGPD).

La opción no debería ser bloquear o prohibir las plataformas, ya que si no es esta, habrá otra. La mediación parental y la educación digital en casa es siempre la mejor fórmula para hacer que nuestros hijos hagan un uso seguro y saludable de la tecnología.

Por:

Laura Cuesta Cano

Responsable de Comunicación y Contenidos Digitales en Servicio PAD. Profesora, Universidad Camilo José Cela

Fuente: https://www.semana.com/tecnologia/articulo/los-retos-de-tiktok-ponen-en-alerta-a-las-familias/202155/

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¿Vacunar primero a profesores que a médicos? Esto dicen los expertos

La vacunación de maestros ha sido criticada en México, pues aún no se cubre a la totalidad de personas que trabajan en el sector salud. ¿Cuál es el turno de los docentes en Colombia?

Desde que empezó el proceso de vacunación, la Unesco les pidió a los gobiernos darles prioridad a los maestros en el acceso a las nuevas vacunas contra la covid-19, al estimar que deben ser tratados como trabajadores de “primera línea”.

“Al ver los avances positivos en relación con la vacunación, creemos que los docentes y el personal de apoyo a la educación deben ser considerados un grupo prioritario”, dijo la jefa de esa organización, Audrey Azoulay.

El gobierno mexicano inició esta semana la vacunación contra el coronavirus de más de 20.000 maestros y trabajadores del sector educativo en el estado de Campeche (este), en preparación de un eventual regreso a las clases presenciales.

La vacunación de este grupo ha sido criticada pues aún no se cubre a la totalidad del sector salud, sobre todo el privado, que días atrás empezó a ser inmunizado.

Se espera que a lo largo de la semana sean inmuniados los maestros de nivel básico, bachillerato y educación superrior, además de trabajadores del sector y mentores de escuelas privadas.

Aunque los maestros de Campeche son el segundo gremio en en ser vacunado masivamente luego de que el 24 de diciembre se empezó a aplicar la primera dosis del compuesto de Pfizer/BioNTech a personal médico que está en primera línea del combate al covid-19, las críticas al Gobierno no cesan dado que aún faltan muchas personas del sector salud.

Paraguay autoriza uso de emergencia de la vacuna rusa Sputnik V

México fue el primer país latinoamericano en aplicar la vacuna contra el nuevo coronavirus el 24 de diciembre, seguido, el mismo día, por Chile y Costa Rica.

La de Pfizer/BioNTech fue la primera en ser autorizada de emergencia y la única disponible en ese país. En el caso de la de AstraZeneca ya fue avalada y esta semana llegó un primer embarque del principio activo, producido en Argentina y que se envasará en México. Se espera que a partir de marzo esté disponible para uso local y exportación a Latinoamérica.

En el caso de Colombia, quienes tendrán prioridad para recibir la vacuna serán los médicos y personas que hagan parte de población vulnerable ante el virus. Por esta razón, en el país los primeros vacunados serán los adultos mayores de 60 años, al igual que los mayores de 16 años con alguna de las comorbilidades definidas por el Ministerio de Salud y los trabajadores de la salud que afrontan la pandemia.

En el caso de los docente, en el país su turno sería en la etapa 3 de vacunación, con excepción de aquellos que entren en los grupos poblacionales en riesgo que se incluyen en la primera y segunda etapa de vacunación.

Etapas de la vacunación en Colombia

Una vez las vacunas estén en Colombia, la distribución y aplicación definidas se desarrollarán en las siguientes fases:

  • Etapa 1: trabajadores de la salud y apoyo de primera línea, área de atención de covid-19 en hospitales y clínicas. También están los mayores de 80 años.
  • Etapa 2: Se vacunará al 100 % de la población entre los 60 años y 79 años y la totalidad de trabajadores de la salud de la segunda y tercera línea.
  • Etapa 3: población de 16 años a 59 años que tienen comorbilidades. Aquí se incluirán la totalidad de los profesores de educación básica y secundaria.
  • Etapa 4: se vacunarán el 100 % de los cuidadores institucionales y el 100 % de población en ocupaciones y situaciones de riesgo.
  • Etapa 5: población entre los 16 años y 59 años libres de comorbilidades.

Fuente: https://www.semana.com/educacion/articulo/vacunar-primero-a-profesores-que-a-medicos-esto-dicen-los-expertos/202123/

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¿Por qué el cierre de colegios afecta más a las niñas?

El matrimonio infantil y embarazo adolescente son solo algunas de las dificultades adicionales que enfrentan millones de niñas debido al cierre de escuelas por la pandemia.

Cifras de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) indican que desde 1995 se han matriculado 180 millones más de niñas en la enseñanza primaria y secundaria.

Sin embargo, a pesar del aumento en todos los niveles de educación, las menores siguen teniendo más probabilidades de sufrir exclusión que los niños, un fenómeno que podría acentuarse significativamente con la crisis sanitaria.

“Para muchas niñas, la escuela es más que una llave para un futuro mejor. Es un salvavidas”, dice el informe ‘Una nueva generación: 25 años de esfuerzos por la igualdad de género en la educación’, el cual alerta sobre las dificultades adicionales a las que se enfrentan las pequeñas por el cierre de colegios.



De acuerdo con el análisis de la Unesco, 11 millones de niñas en el mundo podrían no volver a la escuela después de la pandemia de covid-19. Esta alarmante cifra amenaza décadas de progreso hacia la igualdad de género, y también pone a las menores en riesgo de embarazos adolescentes, matrimonios precoces y forzados, y violencia.

“Todos sabemos que la educación es la piedra angular de la igualdad, y que la educación de las niñas y las mujeres es el primer paso hacia un mundo más igualitario en lo que refiere al género (…) En este momento crítico, en el que la covid-19 está exacerbando las desigualdades de género, debemos renovar nuestro compromiso con la educación de las niñas y las mujeres”, señaló Audrey Azoulay, directora general de la Unesco.

Según la Unesco y Save the Children, cerca de 500.000 menores corren el riesgo de ser obligadas a contraer matrimonio infantil, y hasta un millón más de quedar embarazadas en 2020 como resultado de los impactos económicos de la pandemia. Estas cifras representan un incremento del 4 por ciento y 3 por ciento, respectivamente, comparado con 2019.


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El aumento se suma a las tasas estimadas de matrimonio infantil, que anticipaban que 12 millones de niñas serían obligadas a contraer matrimonio este año. Esta cantidad representa una estimación conservadora, pero marca un aumento significativo y esperado en los embarazos adolescentes, seguido de la deserción escolar.

“El aumento revertirá 25 años de progreso, en los que las tasas de matrimonio infantil disminuyeron”, dice Inger Ashing, directora ejecutiva de Save the Children.

Las niñas del sur de Asia serán las más afectadas por el alza del matrimonio infantil este año (191.000), seguidas de África Occidental y Central (90.000), y América Latina y el Caribe (73.400). También se espera que el fenómeno aumente en Asia Oriental y el Pacífico (61.000), Europa y Asia Central (37.200) y Oriente Medio y África del Norte (14.400).

El riesgo de embarazo adolescente en 2020 es más alto para las niñas de África Oriental y Meridional (282.000), seguidas de África Occidental y Central (260.000), y América Latina y el Caribe (181.000).

“La pandemia significa que más familias estarán en situación de pobreza. Lo que obliga a muchas niñas a trabajar para mantener a sus familias, a quedarse sin comida, a convertirse en las principales cuidadoras de familiares enfermos y a abandonar la escuela, con menores posibilidades de regresar que los niños”, agregó la directora ejecutiva de Save the Children.

Y si bien la covid es una situación inédita para el sector educativo, su impacto se podría asemejar a cuando hubo cierre de escuelas en algunos países africanos por cuenta del ébola.

La experiencia durante el brote de esa enfermedad sugiere que muchas menores nunca regresarán debido a la creciente presión para trabajar, el matrimonio infantil, la prohibición de que las niñas embarazadas asistan a la escuela y la pérdida de contacto con la educación. Los riesgos son especialmente altos para aquellas sin opciones de educación a distancia.

Otra encuesta de Save the Children a más de 17.000 familias en medio de la pandemia evidenció que casi dos tercios de las niñas (el 63 por ciento) dijeron que sus quehaceres domésticos habían aumentado, y más de la mitad (el 52 por ciento) aseguró que pasaba más tiempo cuidando a sus hermanos o a otras personas desde el cierre de colegios. Esto les impidió seguir estudiando en una proporción dos veces mayor que a los niños.

Fuente: https://www.semana.com/educacion/articulo/por-que-el-cierre-de-colegios-afecta-mas-a-las-ninas/202028/

 

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¿Por qué caen las matrículas en las universidades en Colombia?

Por: Revista Semana

El último reporte del Sistema Nacional de Información de la Educación Superior indica que para 2018 se matricularon 2.408.041 estudiantes, 38.000 menos que el año anterior. Esto ha encendido las alarmas en las universidades que buscan explicaciones a esta tendencia que se viene registrando en los últimos años.

Desde finales de 2017 empezó un fuerte rumor a sotto voce en el sector educativo: la caída de las matrículas de estudiantes en las universidades del país. La conversación fue subiendo volumen y el más reciente dato entregado por el Sistema Nacional de Información de la Educación Superior (SNIES) lo ratificó: para 2018 se matricularon 2.408.041 estudiantes, una disminución de 1,5 por ciento con respecto al año anterior. Es decir, 38.000 estudiantes menos.

Las cifras tienen encendidas las alarmas, en especial porque amenazan el cumplimiento de la meta del Gobierno de alcanzar el 57 por ciento de cobertura educativa en el país en el cuatrienio, que hoy está en 52 por ciento. Pero también porque forma parte de la compleja situación universitaria ante los cambios en la demanda de las empresas y los mercados de profesionales.

¿Se trata de una situación coyuntural o estructural? Varias explicaciones rondan para entender lo que está pasando. Por un lado, hay razones demográficas por el cambio en la población, que se ha envejecido, hecho registrado en el censo del Dane, en el que se registró que la población en edad de ingresar a la universidad es cada vez menor. En 1973 la población entre 15 y 19 años representaba el 11,8 por ciento, mientras que a 2018 bajó a 8,7.

Esta es una de las teorías más fuertes que algunos académicos mencionan. “La demanda de instituciones como la Javeriana, Los Andes, Eafit e Icesi, proviene de los estratos 4, 5 y 6. Si uno ve la cantidad de graduados en las estadísticas del Instituto Colombiano para la Evaluación de la Educación (Icfes), los estratos más altos están creciendo muy lentamente, porque las familias tienen pocos hijos. Ante eso, tienen que ampliar su espectro de demanda para que accedan personas de otros estratos”, dice Fabio Sánchez, profesor de la Facultad de Economía de Los Andes.

Por otro, justificaciones económicas apalancadas en gran parte en la difícil situación económica de muchas familias colombianas que hoy viven incertidumbre en materia laboral por los altos índices de desempleo del país. Al tema económico también se suma la desaparición del programa ‘Ser Pilo Paga‘, que permitió que muchachos de bajos ingresos pudieran acceder a universidades privadas de alta calidad. Lo reemplazó Generación E, pero aún no ha tenido el impacto esperado, para 2019 tenían presupuestado alcanzar los 80 mil beneficiarios, pero la cifra llegó a los 70 mil.

También hay otras circunstancias, como por ejemplo el desfase entre la oferta educativa y la demanda laboral o empresarial. Los jóvenes hoy registran casi 20 por ciento de desempleo, y lo que en el pasado era casi un contrato social en el que el grado universitario aseguraba el enganche laboral, hoy es más limitado e incierto.

¿Qué pasa en cada uno de esos escenarios? Por el lado demográfico, según el Dane, mientras en 2005 había 816.298 jóvenes de 16 años, en 2018 esa cifra bajó a 737.936. “En Colombia vivimos actualmente una rápida caída de la natalidad y por lo tanto nacen menos niños en números absolutos. Cuando alcanzan la edad para ingresar a la universidad, llegan en menor cantidad que hace pocos años. Esta situación es estructural”, explica Adolfo Meisel, rector de la Universidad del Norte, en Barranquilla.

Por su parte, la discusión tiene varias aristas. Por un lado, ciertamente la economía ha crecido en los últimos dos años después de un periodo complejo por la caída de los precios de los commodities, como el petróleo. Pero el desempleo no ha cedido y ya se ubica en doble dígito. Además, el Índice de Confianza del Consumidor viene en terreno negativo desde 2016, salvo unos meses de mitad de año de 2018.

La incertidumbre marca hoy la agenda y ya algunos analistas señalan la fragilidad del crecimiento, pues está basado en los créditos que mueven el sector financiero, pero con el riesgo de que el desempleo crezca y la cartera morosa pueda aumentar. Esta circunstancia cambiaría en la medida en que la economía se dinamice y registre crecimientos por encima de 3 por ciento. Sin embargo, ya las expectativas, que en principio mostraban mejores resultados para 2020 que para este año, están cambiando con tendencia a la baja.

En 2007 el costo de la matrícula para un estudiante de primer semestre de cualquiera de las primeras 30 universidades privadas colombianas en el ranking QS era de 13,1 salarios mínimos mensuales legales vigentes (smmlv), en promedio, según el Observatorio de la Universidad Colombiana; mientras que para 2014 pasó a 14,44 smmlv. Aunque no se tienen datos más recientes, la tendencia parece ir al alza.

De acuerdo con la firma consultora B.O.T., el precio de las matrículas también ha subido por encima de la inflación en los últimos años. Entre 2009 y 2015, la inflación fue de 2,8 por ciento promedio anual, mientras que en promedio las matrículas subieron 4,8 por ciento anual. En el efecto acumulado y de manera ilustrativa, una matrícula que costaba 100 pesos en 2009, en 2015 ya valía 132 pesos y solo debería valer 118 si se ajustara por inflación.

No todos comparten esta visión. Meisel considera que se trata sobre todo de un problema de demanda y no tanto de costos, pues afecta también a las universidades públicas, donde las matrículas son menos costosas.

Pero no es la única visión desde el lado económico. “Universidades como la nuestra han disminuido el número estudiantes, y tengo una explicación: se llama Icetex y Ser Pilo Paga”, dice Francisco Piedrahíta, rector de Icesi, en Cali.

Señala que la universidad tiene un programa de becas apalancadas con créditos del Icetex: el estudiante toma 75 por ciento con el Icetex y la universidad le da 25 por ciento de descuento como beca, con ayudas adicionales como alimentación y un subsidio de un salario por semestre. “Esa beca viene disminuyendo desde 2014 y se ha reducido en un 75 por ciento el número de beneficiarios del Icetex que acceden a ella”, explica Piedrahíta. El rector de la Icesi agrega que el cambio del programa de Ser Pilo Paga a Generación E también ha impactado porque el nuevo es una fracción del original.

Para algunos, otro argumento tiene que ver con la oferta educativa de las universidades y la poca pertinencia de los programas en medio de una profunda transformación tecnológica y la llegada de la cuarta revolución industrial.

“Seguimos educando a los profesionales con metodologías y procesos del siglo pasado y estamos en la época del humanismo digital. Es un nuevo mundo”, dice el exministro Diego Molano. Considera que este es un momento para la transformación de la educación superior. “Unas universidades –agrega– se pueden enfocar en las nuevas realidades de los mercados; otras, en investigación, y unas más cambiar hacia la educación para el trabajo”.

Aunque hay quienes no creen en las cifras. Para Piedrahíta, el Ministerio de Educación tiene que sincerarse. “Lleva varios años transformando el Sistema Nacional de Información en Educación Superior y las universidades están tratando de actualizar información. Esto ha generado distorsiones”, advierte Piedrahíta.

Más allá de las explicaciones y preocupaciones, las universidades enfrentan esta situación, que ya ocurrió hace varias décadas en Estados Unidos y Europa, con varias estrategias. Una de ellas, reforzar la educación de posgrados y cursos de extensión. También aumentar ingresos con la consultoría y con nuevas donaciones, en el caso de las universidades privadas.

No obstante, la preocupación permanece y las universidades buscan caminos para mantener la relevancia que por siglos han construido.

Fuente: https://www.semana.com/educacion/articulo/por-que-caen-las-matriculas-en-las-universidades-en-colombia/648207

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Insatisfacción, depresión y ansiedad: los costos invisibles de hacer un doctorado

Por: Revista Semana. 

Según una reciente encuesta de la revista ‘Nature’, 40 por ciento de los estudiantes no quedan satisfechos con los programas que cursan, en cambio, deben sacrificar mucho dinero y tiempo con sus familias.

Los resultados de la quinta encuesta de la revista Nature a estudiantes de doctorado confirman lo que ya se sospechaba: sacar adelante un doctorado expone a las personas a altos niveles de presión, al punto de que podría desarrollar ansiedad, depresión o tendencias suicidas. Según el trabajo, que encuestó a 6.300 aspirantes de doctorado de todo el mundo, el 40 por ciento expresó frustraciones relacionadas con el equilibrio entre el trabajo y la vida, incidentes de acoso, hostigamiento, y una preocupación constante por encontrar un buen trabajo a futuro.

Si bien casi tres de cada cuatro personas (75 por ciento) no se arrepienten de haber tomado la decisión, 45 por ciento reconocen que la emoción cayó progresivamente a medida que profundizaron en su programa. Este hallazgo coincide con otra investigación hecha en 2018 que demuestra que la satisfacción por alcanzar este logro académico tiende a disminuir con el tiempo. 

No es un secreto que hacer un doctorado no es fácil, pero el foco de la salud mental sobre el campo cobró relevancia en los últimos años debido a recientes estudios. Uno de ellos, realizado con estudiantes de Flandes, Bélgica, descubrió que quienes aspiraban a un doctorado tenían más del doble de probabilidades de sufrir problemas de salud mental que el resto de la población educada. Y otra encuesta, realizada a estudiantes de doctorado en la Universidad de Arizona en Tucson, Estados Unidos, encontró que alrededor de las tres cuartas partes de los aspirantes sufrían un estrés mayor al del promedio de la población.

Según la investigación de Nature, las razones del pesimismo varían pero la principal causa podría estar relacionada con la decepción. Casi el 40 por ciento de los encuestados dijo que su programa no cumplió con sus expectativas, y solo para el 10 por ciento las superó. “La cifra representa una fuerte caída desde 2017, cuando el 23 por ciento de los encuestados dijo que su programa superó las expectativas”, escriben en el reporte.

Las largas horas de trabajo son otra queja persistente. Casi la mitad de los encuestados estuvo de acuerdo con la afirmación «hay una cultura de largas horas en mi universidad, incluso a veces trabajando toda la noche». El mismo porcentaje informó que trabajaba más de 50 horas extra cada semana. Entre los que trabajaron más de 41 horas a la semana, 85 por ciento afirmó no estar satisfecho con su horario.

Temas más complejos como el acoso laboral y el hostigamiento también están dentro de las causas mayores de insatisfacción. Una estudiante de Bélgica aseguró a Nature en una selección de la encuesta en la que podían exponer sus casos libremente: «He sido testigo y objeto de intimidación por parte de un supervisor académico... La impunidad absoluta de los principales profesores es asombrosa y la mayor amenaza para los jóvenes investigadores (incluida su salud mental)». De acuerdo a la investigación, al menos el 57 por ciento de los estudiantes han experimentado acoso académico y tienen dificultades para discutir la situación sin temor a repercusiones.

Los expertos también ponen sobre la mesa las dificultades económicas y sacrificios que hacen muchos estudiantes por obtener un doctorado. Nature relata, por ejemplo, el caso de Marina Kovacevic, estudiante de química de tercer año en la Universidad de Novi Sad de Serbia, que pasó casi cuatro años tratando de reunir los fondos para comenzar su doctorado. Para reunirlos tuvo que aceptar trabajos paralelos de barman y camarera. Ahora invierte todo su tiempo entre el trabajo y el laboratorio, y personifica el típico caso del estudiante de doctorado con exceso de trabajo y un futuro incierto.

Al preguntarle a Kovacevic por qué se aferra a la idea de sacar un doctorado pese a estos niveles de estrés, dice que se siente profundamente comprometida con su proyecto, que consiste en buscar formas de frenar la propagación de la rabia en su India natal. Aun así reconoce que a menudo se enfrenta al síndrome del impostor, un estado mental en el que las personas que lo sufren tienen la sensación de no estar nunca a la altura o de no ser lo suficientemente buenos, competentes o capaces.  «Cuanto más aprendes sobre algo, más te das cuenta de que todavía hay mucho que entender», dice. «Todavía no me considero una experta en perros y rabia, pero estoy mejorando».

Nadie niega la importancia que tiene la formación académica para el desarrollo, pero esta encuesta de Nature podrían ayudar a tener una visión mucho más realista y consciente de lo que significa. También es una alerta a las instituciones académicas sobre la necesidad de fomentar mejores ambientes de trabajo en estos espacios.

Una de las conclusiones del trabajo es que los estudiantes ya no están del todo seguros de si invertir todo ese tiempo y horas  en el grado académico vale la pena. Matt Murray, estudiante de doctorado en medicina molecular en la Universidad de Yale en New Haven, Connecticut, le dijo a Nature que no sabe a dónde conducirán todos sus esfuerzos. «Todavía tengo dudas de que tomé la decisión correcta», afirma. «Hay días en los que odias todo y solo quieres ir a casa». Igual que su caso, debería preocupar que solo el 26 por ciento de los encuestados sintió que su programa los estaba preparando «muy bien» para su carrera.

Según la OCDE, el número de estudiantes de doctorado viene en aumento en todo el mundo en las últimas dos décadas. Estados Unidos, líder en este campo, tiene al rededor de 67.500 doctores, el doble de egresados que Alemania, su rival más cercano. Colombia, aún está resagado. Para el año 2014, se hablaba de que habían 356 doctores, una cifra muy pequeña teniendo en cuenta que países como México y Argentina manejan números de 5.782 y 2.088 respectivamente.

Fuente del artículo: https://www.semana.com/vida-moderna/articulo/insatisfaccion-depresion-y-ansiedad-los-costos-invisibles-de-hacer-un-doctorado/640991?fbclid=iwar3tvi3am0wsvqop-ehje2fvh3tfbyrvj4iiyore_kp6lna82ktdvtsghlk

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Educación pilar de la transformación

Por: Revista Semana. 

´Mi comunidad es escuela´ Programa bandera de la alcaldía, contempla una inversión de más de 500 mil millones.

La educación se constituye como el pilar del actual gobierno de Cali. Para la administración, este sector es el eje principal transformador de ciudad y de progreso, y de esta forma ha convertido a la capital vallecaucana en el gestor de una experiencia pionera en Latinoamérica.

“Si hay algo que atrasa a Colombia es la falta de una buena educación que se pueda recibir en espacios adecuados. Estoy convencido de que la injusticia social se da porque falta reconstruir la sociedad mediante la educación”, asegura el alcalde municipal Maurice Armitage.

Precisamente por ello ‘Mi Comunidad es Escuela’ es el programa de la Alcaldía, bajo la línea estratégica “Educación para el Progreso”. Con el, y gracias al apoyo de las secretarías de Educación, Cultura, Deporte, Bienestar Social, Paz y Cultura Ciudadana, el Departamento Administrativo de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones DATIC y la estrategia TIO, Cali está educándose para la paz y el progreso.

Para ello se han destinado recursos por más de $500.000 millones con el objetivo de mejorar la infraestructura de las instituciones educativas públicas de la ciudad. A la fecha, con estos recursos el programa ha beneficiado a 80.000 estudiantes de preescolar a grado once de bachillerato, 4.500 docentes y 20.000 familias a través del fortalecimiento del vínculo con la escuela.

En cuanto a infraestructura, se realizaron 150 adecuaciones, 18 nuevos colegios, 7 nuevos centros de desarrollo infantil y se priorizó la inversión en 34 sedes de instituciones rurales. De acuerdo con voceros de la Alcaldía, bajo la propuesta de un acompañamiento integral y diferenciado que involucra a la comunidad educativa en su conjunto, el Programa pone a disposición lo necesario de acuerdo con los requerimientos de cada institución.

En ese orden, el acompañamiento insitu no solo permitirá medir los avances de las instituciones educativas, sino que ellos también podrán evaluar y pedir rendimiento de cuentas de los procesos que el Programa ejecute; de ahí que la mayor importancia del proceso radique en la generación de confianza en la educación y en la labor de los diferentes organismos municipales.

La secretaria de Educación, Luz Elena Azcárate, aseguró que la meta es grande, pero es la base para una sociedad más justa y con más oportunidades. “Trabajamos por la calidad educativa y eso se demuestra con tres hechos concretos, siendo el primero el reconocimiento del Ministerio de Educación en tener el mejor Programa de Alimentación Escolar, PAE del país; el segundo es el reconocimiento por la mejor Secretaría de Educación en gestión en educación inicial; y finalmente, haber sido nombrados Ciudad del Aprendizaje por la UNESCO, lo que nos hizo merecedores de ser la sede, del Foro Internacional sobre Inclusión y Equidad en la Educación, este año”.

En este proceso la primera infancia es determinante, por ello se ha dispuesto la adecuación de 28 Ludotecas Escolares, que serán disfrutadas por cientos de niños y niñas de primera infancia, infancia y adolescencia.

Igualmente, se han impactado 45 de las 91 instituciones educativas de la ciudad, en el marco de los proyectos de calidad de Mi Comunidad es Escuela, mientras que desde el programa del organismo deportivo ‘Deporte Escolar y Universitario’, un total de 47 instituciones educativas en formación deportiva, implementación de pedagogías lúdicas y la adecuación de espacios recreativos seguros.

El modelo ha sido tan exitoso que el Banco Mundial, entidad que venía haciendo un seguimiento a este proyecto, evidenció un cambio sustancial en la forma de educar a los estudiantes y decidió apoyar a la ciudad convirtiéndola en la primera en el mundo en implementar su programa de Escuelas Seguras.

A pesar de que el mandato de Armitage termina el próximo 31 de diciembre, para garantizar la continuidad del programa “se dejó un compromiso en el plan de desarrollo de la ciudad y en el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) en el que esperamos que los próximos alcaldes sigan trabajando por la educación”, señaló el gobernante.

“Con el esfuerzo y el compromiso de todos, se formarán estudiantes con habilidades para la resolución armónica de conflictos y toma de decisiones; habilidades y conocimientos que les permitan asumir retos y construir su futuro; sentido de la ética; capacidad de adaptarse y ser resilientes ante la adversidad; independientes y con pensamiento crítico; responsables y perseverantes en su aprendizaje; con capacidad de trabajo en equipo; creativos, innovadores y emprendedores, bajo una búsqueda continua de la excelencia y el respeto por sí mismo: este es nuestro sueño, nuestra meta”, puntualizó el alcalde de los caleños.

Fuente del artículo: https://www.semana.com/hablan-las-marcas/articulo/educacion-pilar-de-la-transformacion/635451

 

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China: ¿cómo enseñar a pensar bajo la censura?

Por: Semana

Censurar lo inconveniente, memorizar todo y reflexionar poco. Así es el sistema educativo en China. Pero de cara a los cambios del siglo XXI, la potencia asiática se enfrenta al difícil desafío de enseñar pensamiento crítico en un Estado totalitario.

Todos los estudiantes en el salón se inclinaron sobre su libro de texto, concentrados en una página que no leían. En cambio, intentaban despegar un fragmento de cinta marrón adhesiva –de las que se utilizan para empacar cajas– que cubría un mismo apartado en cada libro. Dana Pao, profesora de Inglés en décimo grado de un colegio privado en Pekín, supo que debería replantear toda su hora de clase cuando un alumno preguntó qué era esa cinta pegada en la mitad de la hoja.

Los libros de texto que se importan en China son revisados por la aduana y el Ministerio de Educación y, cuando hay material que el gobierno considera políticamente sensible, un funcionario lo cubre con una cinta marrón.

“Hallamos esa página censurada y a los estudiantes no les interesaba nada distinto que descubrir lo que había bajo la cinta. Entonces me dije que tendría que volver esto un ejercicio pedagógico”, dijo Pao. La mayoría de los chicos, ansiosos, rasgaron la hoja. Una niña que con paciencia metódica, milímetro a milímetro, logró revelar la información secreta sin dañarla, exhibió para el resto de la clase una tabla de los países que más contaminan los océanos. China estaba en el segundo puesto.

“Les hice preguntas. Solo preguntas. Ellos tenían que llegar a las respuestas por su cuenta. ¿Quién creen que puso eso allí? Al principio no respondieron nada, estaban muy confundidos. ¿Creen que lo puse yo?, les dije. Respondieron que no. ¿Creen que lo puso el colegio? Quizás. ¿Por qué el colegio querría tapar esa información? No hay ningún motivo. Pues no fue el colegio. ¿Entonces quién fue? Ellos mismos llegaron a la respuesta de que fue el gobierno chino”, dijo Pao. “Si no hubieran censurado esa página, ninguno de los alumnos le habría prestado atención al gráfico”.

El pensamiento crítico, una de las habilidades que se consideran más importantes en el mundo contemporáneo, parece adverso a la cultura y al sistema político de China. La Asociación para el Aprendizaje del Siglo XXI (Partnership for 21st Century Learning), define esta habilidad a partir de cuatro competencias generales: razonar efectivamente, usar el pensamiento sistémico, tomar decisiones y hacer juicios. Aunque son herramientas fundamentales para un país que asume un liderazgo mundial, y cuyas empresas e instituciones quieren competir con las de primer nivel en el mercado globalizado, el sistema educativo no las fomenta.

En China, donde no hay libertad de información y de expresión, ser crítico y cuestionar las creencias recibidas es un comportamiento que, en el mejor de los casos, podría cerrarle oportunidades a un joven, y en el peor, conducirlo a la cárcel.

El 24 de agosto la policía decidió entrar a los apartamentos de jóvenes que, durante las semanas anteriores, organizaron manifestaciones a favor de los derechos de los trabajadores. Eran muchachos de extrema izquierda convencidos de su causa que asumieron una postura crítica hacia la dramática distancia entre la utopía del socialismo chino, según sus textos fundacionales, y la realidad social del país dominado por el partido comunista más poderoso del mundo. Las ideas que los llevaron a prisión fueron las que leían en sus clases; pero en China ese tipo de contenido político se estudia para repetirlo, no para reflexionar sobre él y contrastarlo con la realidad. Estas actividades son peligrosas.

“Creo que en las escuelas chinas no nos enseñan pensamiento crítico por motivos políticos”, dijo Liu Xiaoxiao, una joven que estuvo hasta los 13 años en un colegio público chino y hasta los 17 en uno privado, antes de salir del país para graduarse de una escuela norteamericana. “No quieren que la gente cuestione, que se pregunte por qué las cosas son como son. Cuando estudiaba en el colegio público de China, en la clase de Literatura nos hacían copiar fragmentos de los libros o memorizar la información que iba a aparecer en el examen”.

 El examen más difícil del mundo

Las dificultades para enseñar pensamiento crítico en China también surgen por motivos mucho más cotidianos y mundanos que la lucha por reivindicaciones sociales. Según Himelda Martínez, educadora colombiana que fue jefe de la misión de educación del Banco Mundial en China entre 1988 y 1992, la cultura de esa nación no considera que la creatividad y el pensamiento crítico sean habilidades que deban fomentarse.

“Más que en cualquier otro país del mundo, la educación en China era para todos y se le daba la mayor importancia”, dijo Martínez. “Muchos de los altos funcionarios y profesores importantes consideran que la creatividad enseñada en las escuelas es algo muy americano, como comer chicle o echarle hielo al agua. Está bien en Estados Unidos, pero no en China. A la creatividad se llega después de dominar la técnica; no es el punto de partida”.

La educación en las escuelas públicas secundarias está dirigida a que los estudiantes puedan pasar las pruebas del gaokao o “examen superior”: la inclemente prueba de ingreso a la universidad, quizás la evaluación escolar más difícil del mundo.

Cada año, casi diez millones de jóvenes chinos la presentan, y unos siete millones la aprueban. Quien fracasa no tiene derecho a entrar a una universidad en China. Una mala calificación le puede restar invaluables oportunidades en un país con una competencia despiadada. “Los profesores no usan métodos de enseñanza que introduzcan habilidades como el pensamiento crítico porque no quieren arriesgarse a que los estudiantes saquen malas calificaciones en el gaokao. Toda la educación está dirigida a pasar el examen”, dijo Zhang Xi, un administrador escolar que está haciendo una maestría en la Universidad de Nottingham para ser profesor de chino como segunda lengua. Zhang estudió en una escuela pública y trabajó en un colegio internacional de Pekín, y advierte que no hay pensamiento crítico en los colegios públicos y que el gobierno incluso está eliminando trozos de la historia nacional de los libros de texto.

“Va a eliminar la Revolución Cultural y ya han sacado de los libros de texto al autor más importante de China, Lu Xun, porque dice que es muy pesimista”, añadió. El 15 de octubre fue la fecha límite para que todas las escuelas del país, incluso las privadas y los colegios internacionales, dejen de utilizar libros de texto que no estén aprobados por el Ministerio de Educación.

Una escuela diferente

Wang Lanfan trabaja como profesora de Inglés en el colegio pekinés Escuela del Futuro de Chaoyang, una institución que está experimentando con algunas de las herramientas pedagógicas más novedosas y opera en asocio con la Universidad de Pekín, una de las más reputadas del país. Solo acepta estudiantes que provengan de escuelas que no sean las mejores, para darles una oportunidad a quienes no sobresalen.

Por lo pronto, únicamente imparte educación secundaria. Pero ya están poniendo a prueba los métodos innovadores que podrían introducirse más adelante en más escuelas públicas. Esta podría ser la chispa de una revolución educativa.

“Hacemos todo lo que podemos para lograr aprendizaje personalizado. Mientras en una escuela normal de China hay unos 40 estudiantes por salón, en la nuestra hay 15”, dijo Lanfan. “Hacemos reuniones de discusión con los alumnos en una mesa redonda para todas las materias. Los estudiantes usan iPad durante la clase e integramos material multimedia. En chino el pensamiento crítico se dice pipan siwei, y es una de las principales herramientas que enseñamos a nuestros estudiantes”.

El colegio es la punta de lanza de lo que Lanfan describe como una lenta pero profunda transformación en la educación en ese país. “Hay interés en que haya cambios educativos en China. El día de los profesores (10 de septiembre), Xi Jinping, presidente de China, dio un importante discurso en el que dijo que se enseñaría más pensamiento crítico en las escuelas”, dijo Lanfan.

En efecto, Jinping dijo en su alocución que “nuevas filosofías, pensamientos y puntos de vista se han tenido en cuenta en la reforma y el desarrollo de la educación”, aunque añadió que “esto incluirá mantener el liderazgo del Partido Comunista sobre la educación”.

Y es que el partido adelanta un proceso que desde los países democráticos puede parecer contradictorio. Las regulaciones y el control de la educación son más estrictas que hace algunos años, o al menos se hacen cumplir de forma más rigurosa.

Pero hay interés por abrir el sistema educativo a competencias que tienen una enorme demanda en el siglo XXI. Y la más peligrosa para el Partido Comunista es el pensamiento crítico, que es bienvenido en clases de Ciencias Naturales, pero inexistente en las Ciencias Sociales.

China entiende que, si desea formar jóvenes competentes para las realidades del mundo globalizado, tendrá que enseñarles pensamiento crítico; de manera que el cálculo de equilibrista sociológico sobre el que actúa el gobierno, su cuerda floja, es:¿cómo abrirles la mente sin desatar un huracán político?

 Fuente: https://www.semana.com/educacion/articulo/como-ensenar-pensamiento-critico-en-un-estado-totalitario/597321

 

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