República Dominicana: El primer empleo es responsabilidad de todos

Por: Fredy Navarro Lopez

¡Qué trabajo nos da conseguir trabajo!

Los seres humanos fuimos creados para vivir en comunidad y en la medida que más interactuemos con nuestros semejantes, más realizados nos sentiremos. Uno de los elementos que más interviene en la vida diaria es el trabajo.

República Dominicana es el segundo país con mayor tasa de desempleo juvenil de Centroamérica y el Caribe. El país enfrenta condiciones laborales difíciles, altas tasas de desempleo debido a la falta de experiencia y formación, acentuado por la reducción del crecimiento económico de la región, consideración suministrada por la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Según el censo del 2010, la población juvenil entre los 18 a 30 años era de 3.116.942, lo cual equivale al 33% de la población en general, que ascendía en ese año a 9.445.281 habitantes. De este grupo de jóvenes, se calcula que un poco más de 700.000 no tienen empleo. Esto es preocupante debido a que la edad juvenil es la más vulnerable para la delincuencia. Además, el nivel de desempleo es una forma de medir el grado de desarrollo de un país: a mayor grado, más vulnerable es su economía, y por ende más pobre.

Las profesiones liberales tradicionales han llegado al tope de saturación en una economía cada día más competitiva. Las universidades siguen graduando a hombres y mujeres en todos los campos del saber llevando muchas veces frustraciones profesionales cuando se trata de obtener un primer empleo. Podemos decir que las universidades hacen programas para procurarles a los graduados una plaza en el mundo laboral, pero resultan insuficientes sus esfuerzos.

Si bien es cierto que la Constitución de la República Dominicana establece que es finalidad esencial del Estado fomentar el empleo digno y remunerado, y de hecho se hacen grandes esfuerzos para crear las bases jurídicas y fiscales que contribuyan a la incorporación de muchos jóvenes al tren laboral, no menos cierto es que, el primer empleo es un compromiso de todos: del sector público, del sector privado y de los trabajadores. Este trinomio debe ser el pilar del plano que sostenga una baja tasa de desempleo en nuestro país. De una manera u otra, todos debemos apoyar la creación del primer empleo, incluyendo el Congreso Nacional, con la promulgación de leyes que motiven a estos fines; en especial aquellas pendientes en la agenda legislativa.

En cuanto al rol de los trabajadores en esta tarea, debemos reconocer que la cultura para una vocación al trabajo nace en el hogar. “Lo básico se aprende en la casa” según externó una mucama interrogada en un hotel de la Región Este de nuestro país.

No importa el nivel social al que pertenezcamos, debemos poner de nuestra parte ya que hasta los príncipes que nacen con el problema económico resuelto, se preparan para realizar el esfuerzo que les corresponde, asumiendo un compromiso verdaderamente complicado y de sacrificios.

Hasta la edad de 18 años, tiempo tomado en cuenta para considerar una persona económicamente activa, es la etapa en que verdaderamente se crea el futuro trabajador. Nosotros mismos debemos empoderarnos de nuestras responsabilidades tomando en cuenta el medio en que nos desenvolvemos.

Desde nuestros primeros pasos nos estamos formando para lo que vendrá. Aprendemos a comer, a caminar, a bañarnos, pero no aprendemos “a trabajar”. Es obligación de nuestros padres enseñarnos a realizar tareas sencillas que poco a poco contribuyan a crearnos hábitos positivos para amar el trabajo.

Pequeñas tareas en el hogar crean en el niño conciencia y educación para el trabajo futuro, tales como: arreglar nuestra cama al levantarnos, fregar los platos, ayudar en la cocina, lavar las ventanas, organizar la despensa, lustrar nuestros zapatos, limpiar el patio u organizar nuestra ropa.

La escuela también juega un rol esencial, siendo un eslabón clave para lograr formar un hombre o una mujer con vocación laboral. En las aulas podemos forjar un verdadero trabajador, responsable con sus tareas, amante al trabajo en equipo y creativo. Todos no nacemos con las mismas facultades, por lo que es la escuela la llamada a descubrir en cuál función podemos obtener nuestro mayor desempeño. Además, nos provee las herramientas para desarrollarlas.

Entendemos que no debe subestimarse el valor de una carrera técnica y la verdad es que no deberíamos graduarnos de bachiller si no tenemos una carrera técnica que respalde ese grado educacional. En primer orden se encuentra nuestra educación tradicional, pero debemos saber que no todos seremos profesionales universitarios o podríamos demorarnos en cumplir esta meta. Por lo tanto, una profesión técnica es una medida alternativa a la que debemos mirar cuando analizamos nuestras posibilidades para la obtención de un primer empleo que nos sirva de sustento e incluso para financiar estudios superiores.

Las carreras técnicas que más han calado en nuestro país son: mecánico, soldador, electricista, plomero, ebanista, tornero, carpintero, albañil, pintor, peluquero, cocinero, repostero, impresor, panadero, carnicero, camarero, corte y costura, sastrería, artesano, talabartero, entre otras. Todas son profesiones técnicas regularmente impartidas por algún instituto de formación técnico-profesional como el Infotep, el Instituto Salesiano, el Instituto Loyola y otros afines. Todos estas ocupaciones constituyen trabajos importantes para el desarrollo del país y ofrecen oportunidades de empleo prácticamente seguro.

En resumen, el trabajo para obtener el primer empleo será más sencillo si desde nuestros años mozos nos dedicamos a crear hábitos de puntualidad, dedicación, responsabilidad y de compromisos, creadores verdaderos de un trabajador eficiente y honesto con la función a su cargo.

Las herramientas básicas para crear las bases que te permitirán la obtención de un primer empleo son: las relaciones familiares, las relaciones en tu escuela, y las relaciones universitarias. Conocer personas y relacionarte te permitirá conocer fuentes posibles para la obtención de una plaza de trabajo.

La importancia del primer empleo es tan relevante en la vida laboral que a la larga redundará en el éxito de las funciones que nos toque realizar o cumplir en nuestra vida productiva.

En la medida que logremos incorporar una mayor cantidad de empleos a la masa laboral, la economía tendrá un repunte capaz de activar el desarrollo y el crecimiento resultando en beneficio de todos los sectores, tanto público como privado. Desde que un trabajador comienza a percibir ingresos se convierte en una fuente de riquezas incalculables, debido a que cada peso que entra al sistema demanda otros servicios, produciendo a su vez bienestar general.

En las ciudades en que sus habitantes tienen más facilidades de obtener un primer empleo (por ejemplo, áreas turísticas o de zona franca), aun cuando los salarios son bajos, se nota el movimiento económico, mejorando básicamente sus viviendas, medio de transporte, y su alimentación, por mencionar algunas.

En fin, sostengo que, la responsabilidad mayor recae en nosotros. Debemos prepararnos desde nuestros hogares y nuestras escuelas para el reto de nuestro primer empleo. Desde nuestra primera juventud debemos cultivar nuestras virtudes para sacarle el máximo rendimiento cuando llegue el tan esperado “primer empleo”.

¡Bendiciones para todos los trabajadores dominicanos!

Fuente:http://www.listindiario.com/economia/2017/05/04/464446/el-primer-empleo-responsabilidad-de-todos

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CAF: fomentar empleo juvenil formal es clave para el desarrollo peruano

América del Sur/ Perú/Octubre 2016/http://www.americaeconomia.com/e

El Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) indicó que fomentar el empleo juvenil formal es clave para el desarrollo peruano, tras destacar que el Perú presenta mejores indicadores en cobertura educativa, pero tiene una agenda pendiente.

El organismo financiero multilateral señaló que el Perú está mejor posicionado que otros países de América Latina en indicadores como cobertura educativa, deserción escolar, embarazo adolescente y el fenómeno de jóvenes que ni estudian, ni trabajan (NiNi).

“Pero aún tiene grandes desafíos respecto a la mejora en la educación, calidad de mano de obra y empleo juvenil o en reducir la alta informalidad laboral, entre otros aspectos del capital humano necesarios para apuntalar un desarrollo de largo plazo”, subrayó.

El Reporte de Economía y Desarrollo (RED) 2016 titulado “Más habilidades para el trabajo y la vida: los aportes de la familia, la escuela, el entorno y el mundo laboral” de CAF –Banco de Desarrollo de América Latina-, destaca que la cobertura educativa para jóvenes peruanos de 17 años alcanzó el 90% el el 2013, es decir, solo el 10% de ellos no asistía a una institución educativa. Esta fracción ascendió a 26% para el resto de la región.

Asimismo, alrededor del 28% de los jóvenes peruanos no culmina la secundaria. Esta cifra también es baja en relación al promedio de 50% del resto de la región.

Además, este país redujo fuertemente las brechas de cobertura en educación secundaria durante la década 2003-2013, entre el quintil más pobre y el quintil más rico, mucho más que el promedio latinoamericano.

Se señala además que la tasa de embarazo adolescente en el Perú es más baja que el promedio de América Latina (13.2% en el 2012 de las mujeres, de entre 15 y 19 años, tienen al menos un hijo o están embarazadas) y esa fracción es cercana al 20% para el promedio de la región.

No obstante, la incidencia del embarazo adolescente prácticamente no cambió desde la década del 80 y ese promedio oculta disparidades, pues es más desigual por nivel socioeconómico.

El Reporte de la CAF también subraya que el 14% de los jóvenes de entre 15 y 25 años en el Perú ni estudian ni trabajan (NiNi), cifra que es menor que el promedio de 19% de América Latina.

Retos y Desafíos
Tras precisar que la informalidad laboral alcanza al 60% de los trabajadores peruanos, el RED advierte que tres de cada cinco jóvenes que concluye la educación formal consigue un empleo casi inmediatamente, el resto debe esperar por lo menos cinco meses.

Sin embargo, el primer trabajo de los jóvenes suele ser de “mala calidad”, pues la mayoría se ubica en el sector informal de la economía, sólo el 17% de los que consigue empleo al salir de la educación tiene un “contrato escrito”, mientras que el resto son trabajadores sin contrato, independientes y hasta sin remuneración.

En promedio, los jóvenes peruanos tardan 12 meses para encontrar “empleo decente”, que no implica necesariamente formalidad.

Pero quienes no completaron la secundaria tienen que esperar aproximadamente dos años y medio.

Las habilidades que no se usan se van deteriorando, por ello, es importante que los jóvenes tengan oportunidades de empleo formal al ingresar al mundo laboral.

Las dificultades comienzan desde que los niños entran a la escuela, pues lo hacen con habilidades cognitivas bajas: cerca del 60% de los niños de 4 y 5 años de Perú tienen un desarrollo verbal inferior al considerado apropiado para la edad.

Esa fracción crece a 92% para los niños de los hogares en el 25% más pobre de la población. Los docentes se enfrentan al serio desafío de revertir esa falta de habilidades e igualar resultados entre niños de diversos estratos socioeconómicos.

Durante los últimos 25 años el Perú tuvo tasas de crecimiento superiores al promedio de la región, controló su inflación, consolidó su posición fiscal, redujo la incidencia de la pobreza a niveles cercanos al 20% y amplió el tamaño de su clase media.

Sin embargo, tiene desafíos en cuanto a la calidad de la educación, mano de obra y otros aspectos del capital humano que son necesarios para apuntalar su desarrollo a largo plazo.

El contexto es muy favorable por el potencial que da su joven población: la proporción de personas dependientes en relación a la población en edad de trabajar se encuentra declinando y se espera que el fin de este bono demográfico sea en 2038.

Es decir, 10 años más que para el promedio de América Latina. Por ello, mejorar el capital humano de los jóvenes es la mejor forma de sacarle provecho a ese bono demográfico.

CAF presentó el RED 2016 en la sede de la Universidad del Pacífico (UP) con la presencia del presidente ejecutivo de CAF, Enrique García, la segunda vicepresidenta de la República del Perú, Mercedes Aráoz, y la rectora de esa casa de estudios, Elsa Del Castillo.

“Un mayor nivel de habilidades en toda la población sienta bases sólidas para la igualdad de oportunidades. Este tema es crucial para fomentar un proceso de desarrollo sostenible con inclusión social”, manifestó Enrique García.

Lucila Berniell, economista principal de la CAF, tuvo a su cargo la presentación del reporte, el cual fue comentado por los ministros de Educación, Jaime Saavedra, de Trabajo y Promoción del Empleo, Alfonso Grados, y de Desarrollo e Inclusión Social, Cayetana Aljovín, así como por el Director del Centro de Investigación de la UP, Gustavo Yamada, y el economista de Grade, Hugo Ñopo.

Dicho panel -moderado por el economista jefe de la CAF, Pablo Sanguinetti- coincidió en que el informe aborda un tema clave para la región: la necesidad de promover un mejor desarrollo de las habilidades cognitivas, socio emocionales y físicas de la población. El cierre estuvo a cargo de Eleonora Silva, directora representante de la CAF en el Perú.

Fuente

http://www.americaeconomia.com/economia-mercados/finanzas/caf-fomentar-empleo-juvenil-formal-es-clave-para-el-desarrollo-peruano

Fuente imagen

https://lh3.googleusercontent.com/fw6qOY1Ter3LxD9sP-iUvLQg9Wft0IUlpcH-cGJ3KB26asHyCrl3aEscIREoMF_P0_M5ETM=s85

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