Un millón de personas podrían morir de cáncer al año en el África subsahariana para 2030 si no se toman medidas

La Comisión sobre el Cáncer en el África subsahariana de ‘The Lancet Oncology’ advierte de que las muertes anuales por cáncer en el África subsahariana (SSA) podrían llegar a 1 millón para 2030, casi el doble de las 520.000 muertes por cáncer que ocurrieron en 2020. Además, además la incidencia de cáncer se duplicará para 2040 a más de 1,4 millones de casos por año, si no se producen cambios urgentes.

La comisión, compuesta por expertos nacionales e internacionales del mundo académico y de la salud, y ha sido financiada por el Instituto de Investigación Biomédica del Hospital Brigham and Women’s, Boston (EEUU), tuvo lugar este martes. La Comisión, presenta un marco que pueden utilizar los gobiernos y las organizaciones no gubernamentales para aumentar el acceso a la atención del cáncer, acelerar la prevención del cáncer y aumentar la supervivencia en África subsahariana.

En el evento, celebrado en Ghana, afirmaron que una de cada siete (14%) mujeres esta en riesgo de desarrollar cáncer a la edad de 75 años con cáncer de cuello uterino y cáncer de mama como principal causa de muerte por cáncer; para 2050, se prevé que la mitad de los casos mundiales de cáncer infantil ocurran en África; y el abandono del tratamiento para el cáncer de mama llega al 38 por ciento en algunos países.

 «Las tendencias proyectadas subrayan los costos devastadores de la inacción en las tasas de incidencia del cáncer y la mortalidad por cáncer en el África subsahariana. Si bien la lista de barreras que obstaculizan el control efectivo del cáncer en la región es larga, la búsqueda de registros de cáncer sólidos, planes efectivos de control del cáncer, detección y detección temprana del cáncer y la integración de los cuidados paliativos en la vía de atención del cáncer es especialmente  crítica», señala el presidente de la comisión, Wilfred Ngwa, de la Johns Hopkins Medicine, EEUU.

Paralelamente, añade, «debe haber un mayor enfoque en la implementación de la telemedicina y las nuevas tecnologías, la creación y capacitación de la fuerza laboral de oncología y el impulso de la investigación del cáncer. A pesar de estos enormes desafíos, nuestros hallazgos y recomendaciones destacan que existen soluciones para mejorar radicalmente la atención del cáncer en toda la región».

EL CÁNCER DE EMERGENCIA AZOTARÁ EL ÁFRICA SUBSAHARIANA

Según un estudio de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), publicado junto con la Comisión, el cáncer de mama y de cuello uterino fueron las formas más comunes de cáncer, ocupando el primer lugar en 28 y 19 países SSA respectivamente en 2020.

El cáncer de cuello uterino fue responsable de la mayoría de las muertes por cáncer (1 de cada 100 muertes) y fue la principal causa de muerte por cáncer entre las mujeres en 27 países (siendo el cáncer de mama la principal causa de muerte por cáncer en 21 países).

Si bien existen marcadas variaciones geográficas, las mujeres en SSA tienen un riesgo de casi el 14 % de desarrollar cáncer a la edad de 75 años. En los hombres, el cáncer de próstata fue la principal causa de cáncer (77 300 casos) en 40 países SSA, seguido del hígado (24 700 casos) y cáncer colorrectal (23.400 casos).

La escasez de programas de prevención del cáncer en la población obstaculiza el progreso hacia la reducción de la carga de la enfermedad, y la mayoría de los países del África subsahariana ven tasas de participación en programas de prevención por debajo del 50% y, en algunos casos, tan bajas como el 10% o menos. Más de un tercio de todas las muertes por cáncer de cuello uterino a nivel mundial ocurren en África Subsahariana, a pesar de que la población representa solo el 14% de la población femenina mundial. Solo 16 de los 46 países de SSA habían implementado programas de vacunación contra el VPH para 2019 con una tasa de cobertura de vacunación promedio de 49,4%.

Las limitaciones en los sistemas de salud y el apoyo del gobierno se ven agravadas por factores socioculturales que incluyen un bajo nivel de educación pública y creencias tradicionales como que el cáncer de cuello uterino se debe a causas sobrenaturales y un medio para permitir que un hombre tenga más de una esposa. Las enfermedades infecciosas (más comúnmente enfermedades virales, incluido el VPH), el consumo de tabaco, el consumo de alcohol en los hombres, la ingesta diaria alta de calorías y representan una parte sustancial de la carga del cáncer en ASS.

Las agresivas campañas de marketing de las empresas tabacaleras han resultado en un aumento del consumo de tabaco, en marcado contraste con las regiones de altos ingresos. Si bien se prevé que el tabaquismo aumente en un 41%, del 12,8% en 2010 al 18,1% en 2025 en todo el continente, algunos países del África Subsahariana, incluido Lesotho, ya informan un consumo de tabaco del 26,7%. Mientras tanto, los patrones de consumo de alcohol fueron más variables, desde la abstinencia total en  en algunos países hasta un consumo elevado en otros.

Sin embargo, la Comisión reconoce algunos avances en la batalla regional para combatir el cáncer, por ejemplo, la implementación del programa nacional de vacunación contra el VPH en Ruanda, el primer país de bajos ingresos en hacerlo, lo que resultó en que Ruanda se convirtiera en uno de los países con el VPH más alto. Cobertura vacunal a nivel mundial.

«El conocimiento y las actitudes de la población sobre los factores de riesgo del cáncer son fundamentales para reducir la carga del cáncer en el África subsahariana. Las campañas de salud pública deben formar parte fundamental de cualquier programa eficaz de control del cáncer para concienciar a la población sobre los factores de riesgo nocivos y los hábitos saludables y disipar la información errónea», señala la copresidenta de la comisión, Beatrice Wiafe Addai, Peace and Love Hospitals  Ghana y Breast Care International.

Al mismo tiempo, añade, «se deben implementar políticas transformadoras para fomentar la aceptación de la prevención del cáncer. Los estudios de casos anteriores han demostrado que las sociedades civiles podrían trabajar con los gobiernos para diseñar programas de educación sobre el cáncer, escalables a través de SSA en paralelo con otras iniciativas».

Los altos costos y la pobreza son las principales barreras para acceder al tratamiento en SSA. En promedio, los países africanos pagan precios más altos por los medicamentos contra el cáncer en comparación con los países latinoamericanos con un nivel de ingresos o una tasa de enfermedad similares. Esta situación se intensifica aún más por la infraestructura débil, las prácticas ineficientes de mercado y adquisición, y el hecho de que el ingreso nacional bruto y el PIB bajos de la mayoría de los países del SSA brindan pocos incentivos para solicitar la aprobación regulatoria.

En consecuencia, esto deja la puerta abierta de par en par para que los medicamentos genéricos contra el cáncer inunden el mercado. El análisis de la Comisión sugiere que los mecanismos de financiación donde las finanzas se movilizan, agrupan y luego se asignan a asociaciones de salud como el Fondo Mundial y GAVI pueden garantizar que los pacientes obtengan un acceso más rápido y equitativo a los medicamentos contra el cáncer.

Fuente: https://www.infosalus.com/salud-investigacion/noticia-millon-personas-podrian-morir-cancer-ano-africa-subsahariana-2030-si-no-toman-medidas-20220511141204.html

 

 

 

 

 

 

 

Fuente: https://www.infosalus.com/salud-investigacion/noticia-millon-personas-podrian-morir-cancer-ano-africa-subsahariana-2030-si-no-toman-medidas-20220511141204.html

 

 

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México: Sufren niñas indígenas abusos y enfermedades de trasmisión sexual

Redacción: El Heraldo

La sífilis congénita, sífilis adquirida, vulvovaginitis, tricomoniasis, sida y herpes genital son las de mayor incidencia.

Enfermedades de trasmisión sexual, embarazo adolescente, educación deficiente y falta de servicios médicos efectivos es parte de las problemáticas que viven las niñas y mujeres de la zona serrana en Chihuahua, donde la manera de educar desde la niñez es libre, autónoma y responsable, lo que en cierto modo también las hace vulnerables.

La organización Consultoría Técnica Comunitaria (Contec) se ha dado a la tarea de emprender el proyecto para visibilizar la violencia de género entre las indígenas ralámuli y ódami, donde además los hombres participan en el taller de masculinidades y aportan soluciones para mejorar la vida de las niñas y mujeres, situación que repercute en el bienestar de la comunidad.

La derecho humanista y experta en educación popular Diana Villalobos Díaz, directora de Contec, destacó que tras la convocatoria del DIF Estatal para el programa Puertas Abiertas, la organización decidió trabajar en dos comunidades de Urique, una de Bocoyna, una de Carichí y una de Guadalupe y Calvo, sitios donde la marginación, la resistencia por el territorio y la violencia han marcado su paso por este mundo. El planteamiento inicial fue embarazo en adolescentes, debido a la alta incidencia que existe en el estado.

Un grupo multidisciplinario se encargó de la consulta a los pueblos indígenas, tendieron los puentes necesarios para el diálogo con niñas, niños, mujeres y hombres, además del análisis estadístico e investigación sobre la problemática que enfrentan.

Una vez entablado el diálogo se realizaron talleres con los miembros de la comunidad. Con las niñas y niños se trabajó la prevención de la violencia en las escuelas. Con los hombres, en talleres de masculinidad, a propuesta de las mujeres y con las mujeres, su derecho a una vida libre de violencia.

“La respuesta fue muy buena, se logró que la comunidad hablara de sus problemas y propusiera como solucionarlos”, comentó Diana.

El equipo multidisciplinario de Contec, conformado por abogadas, antropólogos y antropólogas, feministas y terapeutas, descubrió que en la comunidad indígena no existe un término para determinar el lapso de la adolescencia, las niñas y los niños aprenden lo necesario para su vida adulta, asumen responsabilidades desde pequeños, lo que para la cultura ralámuli y ódami es normal.

La investigación arroja que la cultura mestiza en su relación cotidiana con la indígena ha tenido impacto negativo, por ejemplo en el tema de las adicciones y en la construcción del machismo. “Antes era otra construcción cultural la que tenían las comunidades”, afirma que el grado de impacto depende del municipio, qué tan cercana está la comunidad mestiza y sus historias de resistencia.

Diana afirma que la investigación arrojó que existe abuso sexual contra menores de edad, sin embargo la denuncia no es común, por lo que no existe una medición real del impacto. “Las niñas y mujeres son muy vulnerables, ellas anda a pie, andan cuidando chivas, andan solas y solas van a la escuela y a la tienda, son muy libres”.

Explicó que la manera en la que educan los ralámuli a las niñas y niños es libre, autónoma, e independiente, desde chiquitos andan solos, por lo que los agresores pueden ser indígenas y mestizos, que andan drogados o borrachos.

Su manera de educar es ideal, es como se debería hacer, así lo establece la Convención de los Derechos de los Niños, pero es necesario allegarlos de información para que vayan tomando las decisiones correctas a fin de disminuir su riesgo de vulnerabilidad”.

Los indígenas no conocen que existe una política pública para atender el embarazo adolescente. De acuerdo con las estadísticas de la Secretaria de Salud, en los municipios antes mencionados es muy alto el índice de embarazos, detectando casos de niñas entre 8 y 10 años de edad, lo que se considera como violación. Para Diana existe un subregistro. La incidencia más alta se presenta a los 17 años, seguido del grupo de 14 años.

Una problemática que enciende un foco rojo es la alta incidencia de enfermedades de transmisión sexual. Diana afirma que la falta de educación con pertinencia cultural, educación sexual y la efectividad de las acciones de salud son parte del problema.

La sífilis congénita, sífilis adquirida, vulvovaginitis, tricomoniasis, sida y herpes genital son las de mayor incidencia en el grupo de 25 a 44 años, seguido del de 20 a 24. El municipio con más incidencia es Bocoyna, seguido de Urique, y luego Carichí. Se piensa que en Bocoyna se debe a que se trata de una zona turística o porque se trata de un problema que no ha sido atendido.

En estos municipios las más afectadas son las mujeres, de acuerdo con las estadísticas, aunque se piensa que es debido a que los hombres no acuden al médico.

Reitera que la falta de información y educación sexual es evidente, con las encuestas se percataron de que la mayoría conoce los métodos anticonceptivos y los usan, pero no saben sobre las enfermedades de transmisión sexual, no existe la prevención y por si fuera poco en las escuelas primarias no revisan los capítulos que tienen que ver con la anatomía y la sexualidad. “No les está llegando la información a la gente, ni los servicios de salud adecuados”.

Diana además explica que las adolescentes indígenas no cuentan con un plan de vida, ya que no existen escuelas de nivel secundaria y lo peor es que cuando se gradúan de primaria, lo hacen sin saber leer ni escribir.

En cuanto a la justicia, los integrantes de la comunidad señalan que conocen de casos que golpean a las mujeres y no pasa nada. Una de las soluciones aportada por los varones es retomar los juicios a los agresores y fortalecer los órganos de gobierno al interior.

La propuesta de los indígenas se complementa con La Mayora, persona que se encarga de darles consejos a los niños, regularmente es una persona de edad avanzada y forma parte del sistema de gobierno. Así como Los Capitanes, una figura parecida a los policías.

En esta nueva convocaría de Puertas Abiertas se busca formar promotores comunitarios que platiquen en su lengua a fin de que tengan suficiente información y la compartan en reuniones comunitarias. “La educación debe ser permanente”.

Diana considera que el Gobierno pudiera emprender una campaña de información en lenguas originarias, así como ampliar el acceso a la justicia, ya que no hay ministerios públicos suficientes, ni tampoco una política pública que ayude a los indígenas en cuestiones de adición.

“La gente está interesada en seguir platicando y si se logra la formación de promotores y si la comunidad lo desea se iniciará un registro de las problemáticas que les afectan”.

Fuente: https://www.elheraldodechihuahua.com.mx/local/sufren-ninas-indigenas-abusos-y-enfermedades-de-trasmision-sexual-noticias-de-chihuahua-4985045.html

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